viernes, 27 de diciembre de 2013

La política de nuestros días y los políticos en clave de chiste

Nada más serio y que cale más hondo en la verdad que el humor. ¡Que buenos sketch podría presentar en la triste realidad política que vivimos el gran humorista Miguel Gila, si viviera. Yo voy a consignar algunos chistes que modelen el terrorífico panorama político que tenemos.  

-La política no tiene pies ni cabeza.
-Ya, pero tiene manos, uñas y bolsillos.


Sí, y eran ratas en tiempos de la conocida zarzuela "La Gran Vía", de Chueca, pero hoy día se les denomina corruptos, más bien chorizos. 

-¿Qué somos?
+¡¡POLITICOS!!
-¿Qué queremos?
+¡¡SACAR ESPAÑA ADELANTE!!
-¿Cómo lo queremos?
+¡¡ROBANDO!!

Es que "eliminan" hasta el que pretenda luchar contra el hambre, la injusticia... Es sacar la sangre más que un vampiro, ya dijo Hakim Bey que el capitalismo es un vampiro que chupa nuestra sangre, nuestra energía, nuestra historia, cultura y futuro.



Hoy políticos y banqueros son cara de la misma moneda; quizá es por lo que quieran que toda sea para ellos. De momento, Adiós clase media:

Nos cayó el castigo de Zapatero y Mariano Rajoy.


Este político se llame como se llame es un chistoso que con sus chistes está rematando el destrozo que hizo Zapatero y además choteándose de los ciudadanos. ¿De dónde sacó que irá al Congreso a dar explicaciones cuando lo conside oportuno? Así se lo hace emitir a sus ministros. Que no Mariano, que no; has de ir cuando lo requieran las circunstancias, no al libitum, a tu voluntad, y tuviste esta salida no podía ser tu presencia más necesaria y urgente. Bueno, él nos dice:


Al menos ha terminado reconociendo su secreto. Sabiéndolo, no debió aceptar el nombramiento a dedo. Aunque fuera el dedo de Aznar. Bien la cagó cuando nombró de tesorero a Luís Bárcenas aun cuando éste parece ser -ya se verá, o continúa largo tiempo oculto- que tuvo algún detalle por su atención. 

Siempre el error y/o la mentira.

¡Tantos hechos raros se han visto a lo largo de la historia! Pero los que hoy ocurren en España están entre los peores. Los políticos han formado una casta que se cree con potestad de dominar, avasallar, a quien sirven y quienes le paga: la sociedad civil. Se supone -Donal Reagan dixit- que la política es la segunda profesión más antigua de la Tierra. He llegado a la conclusión de que guarda una gran semejanza con la primera. "Quizás, quizás, quizás", que dice el bolero. Pero ellas dicen:


Además son unos perjuros los que se tienen por católicos y, como tales, juran su cargo. Mejor quedan, en sentido de mejor juicio, los que, no creyentes, prometen.


En el programa electoral nadie ha mentido tanto como Rajoy, que lo ha hecho al cien por cien. Y luego su manera de proceder contra todo sentido demócrata o, simplemente, humano. Para mayor cinismo habla de democracia, contradiciéndole terminantemente Antonio Gala: "Que  Rajoy diga que España es una "democracia seria" es para pegarle un tiro".


¿Qué ha hecho Rajoy por recortar -y aquí sí que había que meter la tijera a fondo- los privilegios de los políticos? Nada, absolutamente nada. Amén de que continúa, en su estructura, la carga política que España no puede sostener. Nada más lejos de la realidad que, pese a su mayoría absoluta en la elecciones, se atreva a reducir el muy excesivo número de políticos que tiene España,con una Autoeconomías que la hunden. También la ha hundido la corrupción. ¿La persigue Rajoy? ¿Se deja actuar libremente a los jueces? Nos ha dado a los españoles mucho que pensar lo que le ha sucedido al juez Castro al imputar a la infanta Cristina. ¡Qué es esto, qué es esto, es que nos miente hasta el rey? Éste en vez de defender a la ciudadanía contra la corrupción, nombra al mejor abogado catalán como abogado defensor de su hija. ¿Cómo acabará este affaire del matrimonio Urdangarín-Borbón? Es imprevisible porque el pueblo ha empezado a defenderse tenazmente al verse víctima. 

Deben padecer los políticos alguna enfermedad de tipo amnesia. Recordemos:


Tal decía antes, y otros dichos contradictorios ella y varios ministros de hoy. Ya no se rebela exponiendo que "es sencillamente vergonzoso pedirles más esfuerzos a los españoles". Para todos ellos ahora formando Gobierno, ya no es vergonzoso efectuarlo de manera muy superior como, asimismo, auto llevarse la conntraria a cuanto repelían del anterior. ¿Será porque tengan otra vergüenza, por ende, ya no es sencillamete vergonzoso lo que antes lo era?

sábado, 21 de diciembre de 2013

La "ejemplarizante" monarquía de Juan Carlos I - Un vistazo a la funesta política actual


De este tema se ha escrito y se está escribiendo mucho -ego quoque, yo también-, el manantial es inagotable. Recientemente estoy leyendo a quien ya he citado en otro artículo, Enrique de Diego, su "La inútil monarquía", "La historia de España", y otras obras, asi como prestando atención a vídeos de sus entrevistas; en suma, informándome al detalle de su credo político. Quisiera intercalar aquí un vídeo que no siéndome posibe paso a transcribir en gran parte. Ve así, tan acertadamente, el panorama político:
Esto es a lo que nos ha llevado Rubalcaba y Rajoy, el PSOE y el PP, y sobre todo los Borbones. Porque el gran culpable de todo esto es Juan Carlos de Borbón. Yo lo subrayo. El demente que monta esta mierda con todas las Autonomías, el demente que está a sueldo de los saudíes y que promoverá la islaminación de España y una política de emigración, que no es ni política sino de invasión de Juan Carlos para tirarse a todas las que pueda con el dinero del contribuyente; ese degenerado que, por supuesto, estaría ante los Tribunales si no hubiera ese infame artículo en la Constitución, dentro de los innumerables artículos infames de la Constitución, según el cual se le concede la inmunidad para cualquier delito, y los ha cometido todos.
Sigue su manifiesto con extensión e inclusión a la familia. 
Bueno, ya dentro de eso, lo de la ciudadana Cristina Borbón, pues es una vergüenza más. Habitualmente siento vergüenza por la Justicia española, que también habría que ajustar cuentas, porque ha habido muchos jueces politizados por la clase política y gustosamente aceptándolo con sumo placer. [...] Ya que se asume estar en un Consejo de Administración, con la mujer del corrupto, te beneficias de ello, colocas gastos de servicio a la Empresa etcétera. He sentido asco por la Audiencia de Palma, por todas las Audiencias y por el Supremo. Respeto a lo que queda de justicia en España, que es José Castro, y Pablo Rus también, los dosque han roto en buena medida el sistema. [Opino que se ha olvidado de citar a la jueza Anaya] Y ya quedan pocos para que el sistema se vaya abajo, porque pronto se sabrá que el PP no ha pagado ni un impuesto en su vida, que es un paraíso fiscal.
El entrevistador habla y compara con un quídam que por un insignificante robo está en la cárcel, no pudiendo pagar la fianza para salir, mientras que a Cristina y su marido no se les ha visto entrar en prisión cuando ya se sabe que los desfalcos son millonarios. De Diego le ha respondido que no lo verá.  

Iñaki Anasagasti por su parte ha formulado en un artículo publicadoen Deía las preguntas que todos nos hacemos: "¿Por qué si la Justicia es igual para todos el rey está tratando de salvar a su hija Cristina que era la socia de su marido? ¿Por qué no propone un cambio institucional donde él deje de ser irresponsable en virtud de este articulo de la Constitución que le hace impune e inmunne? ¿Por qué no le dice a Urdangarin que devuelva lo robado?" Indibitadamente, cumpliendo con su obligación de rey debiera actuar diametralmente a como viene  haciéndolo: No interferir ni permitir interferencia del Gobierno para evitar que Cristina de Borbón sea imputada y condenada. Había de repugnarle estar blindado contra la Justicia y considerar que la lógica y natural protección contra la misma es no cometer delitos. Por lo que se refiere a exponerle a su yerno que devuelva lo robado es inconcebible si, como es vox populi, le ayudó en sus """negocios""" de tal o cual manera, empezando por silenciarlo y tratar de ponerle a salvo. Cristina de Borbón, por su condición de realeza fue el alma mater del "éxito financiero" y tras caer en manos de los Tribunales de Justicia a la que deben la libertad los componentes de la Empresa, ella incluida. De ser imputados sólo se ha salvado Cristina.

Lo que va del soberano y los políticos al pueblo soberano.

Al rey se le hizo tabú in illo tempore de la Transición y, posteriormente, en la amalgama del monarca con el bipartito, unos y otros, rey y bipartito gobernante, hicieron de su capa un sayo. Nadie controló a nadie, y la Prensa bajo un tácito silencio. Acaso a la familia real, dejándola descontrolada y teniéndola en palmitas, se le hizo un flaco servicio, habida cuenta de cuanto en ella y con ella ha ocurrido. En el seno familiar el rey no pudo predicar con el ejemplo, verbigracia, su yerno Urdangarin quiso secundar como hombre de negocios al suegro e incluso se creyó inmune como él. 

El pueblo al que esta monarquía y política sui generis, singular, excepcional, tiene sufriendo las de Caín -obviamente con más y mayores apuros que en la conocida comedia de los hermanos Álvarez Quintero- está intensamente preocupado por la casta política. Ésta ahora, con la Ley de Seguridad Ciudadana, pretende al parecer que sufra recortes, ruina y cuanto se quiera hacer con él sin decir ni pío. ¡Adiós clases medias, sólo multimillonarios y esclavos!  Y "a callar", que diría doña Pi.        
                                                                                  
Rajoy y los no debidamente perseguidos y castigados ladrones -en estos tiempos se emplea el eufemismo de corruptos o chorizos- lo quieren así. La pedredumbre que siga, se tapa y ya está. Hasta contra los labios del ciudadano Rajoy quiere emplear las tijeras.
                                                                                 
Le vendrá bien también a Urdangarin y su cónyuge de la realeza. A esta familia en total. Ninguno de ellos ha cumplido con los cánones de la monarquía, incumplieron todas sus reglas.                                          

De cómo y hasta qué extremo he hablado largo y tendido en anteriores artículos -no he de repetirme, pues-, si he de significar en este el alea jacta est, de la monarquía en España -que además no se va a cambiar por otra como se hizo de Isabel II Amadeo de Saboya-. La monarquía continúa ya por inercia, pero periclitante. No se quiere la institución y tampoco a sus componentes cuya dura crítica es progresiva y está llamada a un gran avance de repulsa si, como todo viene a indicar, se queda en agua de borrajas el "caso Noos" en el que tan culpable es Urdangarín como su esposa, y esta con más delito, si cabe, por su condición de infanta.     

domingo, 15 de diciembre de 2013

JUANA I DE CASTILLA, LA REINA PROPIETARIA QUE NUNCA REINÓ ( I I )

Actuación de la Reina ante el cadáver de su marido. 

En su modo de actuar está las incontrovertibles muestras que evidencian su demencia, resultando inverosímil que haya historiadores que nieguen su enfermedad mental. 

Los servidores flamencos del  Archiduque procedieron a su embalsamamiento, mas autor hay que dice que se efectuó mal, que no dejaba de exhalar mal olor. A decir del susodicho historiador alemán:
... el corazón lo mandaron a Flandes en un estuche de oro. Felipe, según su última voluntad, deseaba descansar en el panteón real de Granada. Pero Juana no se acomodó a ello. Tan sólo permitió que depositaran transitoriamente el ataúd en la Cartuja de Miraflores, cerca de Burgos. Allí iba cada tres o cuatro días, mandaba abrir el féretro y examinaba si el cadáver tenía todo en buen orden, si no lo habían robado, cambiado o profanado.
Al surgir una epidemia se fue doña Juana de Burgos a Torquemada, llevándose el ataúd. En balde fue que el gobierno tratara de disuadirla, así como que el arzobispo de Burgos le manifestase que las leyes del Reino lo prohibían, realizó su voluntad. En el Epistolario de Anglería podemos leer. 
Así, pues, desenterró al marido el 20 de diciembre. Lo vimos colocado, dentro de una caja de plomo, recubierta con otra de madera, todos los embajadores presentes, a los cuales, una vez abierta la caja, nos llamó para que reconociésemos el cuerpo...
Y he aquí cómo expone el macabro viaje por Castilla la Vieja: de Burgos a Torquemada, de Torquemada a Hornillos, de Hornillos a Tórtoles, de Tórtoles a Arcos y de Arcos a Todesillas:
En un carruaje tirado por cuatro caballos traídos de Frisia hacemos su transporte. Damos escolta al féretro, recubierto con regio ornato de seda y oro. Nos detuvimos en Torquemada... En el templo parroquial guardan el cadáver soldados armados, como si los enemigos hubieran de dar el asalto a las murallas. Severísimamente se prohibe la entrada a toda mujer. La queman los mismos celos que la atormentaban cuando vivía su marido.
En Torquemada dio a luz el 14 de enero de 1507 a Catalina, es decir, a los veinticinco días de este peregrimar sin sentido. Refiere también Anglería, asistente en tales jornadas,que en camino a Hornillos: :
Cuando supo que era fémina la comunidad, inmediatamente dio órdenes para que trasladasen el féretro de allí y, a campo descubierto, a cielo raso, mandó que sacasen el cadáver durante la noche, a la débil luz de las hachas, que apenas si dejaban arder la violencia del viento. Unos artesanos venidos abrieron la caja de madera y la de plomo. Después de contemplar el cadáver del marido, llamando a los nobles como testigos, mando de nuevo cerrarlo y que a hombros lo trasladasen a Hornillos   
Este deambular de la Reina por la mencionada zona castellana lo plasmó el aragonés Francisco Pradilla Ortiz (1848-1921), pintor de Historia. Pintó de esta época La Rendición de Granada, Bautizo del Príncipe Juan, Juana la Loca, recluida en Tordesillas. 
                                              
Doña Juana la Loca, ante el féretro de su esposo 
Triste situación de Castilla, hambre, peste, anarquía.  

Se encargó al arzobispo Cisneros el gobierno hasta que el rey Fernando viniera; Juana se inhibía de sus obligaciones como reina, vivía entregada al culto del cadáver de su marido. Cisneros le envió emisarios rogándole volviera pronto, pero, queriendo hacerse desear, no lo efectuó hasta julio de 1507. El reino se encontraba en el caos; dice literalmente Alfredo Opisso, en su "Historia de España y de las repúblicas latino-americanas":

Los partidos se hacían cruda guerra. Si el pueblo obedecá a los regentes -Cisneros, el condestable, Nájera- en cambio, cada noble tiraba por su lado y no reconocía más autoridad que la suya. El duque de Medinasidonia se atrevía a poner sitio a Gibraltar, suponiendo que era suyo; el conde de Lemos, queriendo restaurar el antiguo feudalismo, se apoderaba de Ponferrada. / Además, contaban también con partidarios para ocupar el trono de Castilla, el rey de Portugal y el rey de Navarra, contra todas cuyas facciones tenía que luchar enérgicamente Cisneros. 
El mismo historiador nos habla sucinta y exactamente de la nueva presencia del rey Fernado en Castilla:
La presencia de D. Fernando el Católico en Castilla reavivó el celo de sus partidarios e hizo reflexionar mejor a algunos de sus contrarios. Salieron a su encuentro su hijo bastardo don Alfonso, el arzobispo de Zaragoza, los duque de Medinaceli y de Alburquerque, el condestable de Castilla, el marqués de Villena (su hasta entonces irreconciliable enemigo), Ureña, Cisneros, prelados, nobles y señores que veían en el rey D. Fernando el nuevo amo, ahora sin competidor. / "¡Oh Castilla, exclama Pedro Mártir de Anglería, furibundo fernandista, por fin has encontrado la luz que habías perdido!"   
Se encontraba en Nápoles cuando murió su detestable yerno, cuyo reino le había conquistado en 1504 Gonzalo Fernández de Córdoba en larga lucha contra Francia. En Tórtoles se entrevisto con Juana, deseó llevarla a Burgos, mas ella se negó por haber muerto allí su marido. Cuando se separaron quedó, en Arcos, acompañada de su madastra, que a tal fin se había trasladado desde Valencia. Y según Luís Suárez, en su obra "Los Reyes Católicos", a este respecto hay un dato significativo: fue Germana de Foix quien, con mayor frecuencia y muestras de afecto, acudirá a visitar y consolar a la triste loca. También que Juana siempre tuvo palabras de amor y confianza para su padre. A lo que algún otro autor añade que, dado lo fecunda que ha sido, le formula su madastra  posible asesoramiento sobre este particular. Tanto el padre como la madastra se fueron alejando de ella, Juana se encontraría cada vez más sola. 
  
Al hacerse cargo de la regencia reunió Fernando cortes en Burgos para ser jurado como regente hasta ser mayor de edad su nieto Carlos. Para deshacerse de su hija le insta a que acepte matrimoniar con el monarca inglés, el cual la pretenda; Ludwig Pfandl lo ve así:   

Un nuevo proyecto de casamiento le pareció a Fernando que ofrecía la deseada posibilidad de alejar del país a la mujer y reina tan digna de compasión. Enrique VII de Inglaterra estaba dispuesto a casarse con ella. Aseguró que no le importaba el estado mental de Juana. Había demostrado que era fecunda y prolífica, y eso era lo princpal. Le convenía callar que su idea dominante era la pacífica anexión de España a la dinastía inglesa.
Obviamente no cabe pensar otra cosa al serle indiferente su demencia y ser madre de seis hijos; cierto que él tampoco era personalmente una buena proporción para ella. Tenía cincuenta años, mala salud y, por ande, mal aspecto; padecía además de halitosis. Pero sigamos la opinión del referido autor:
Fernando, cuya hija menor, Catalina, era ya viuda de un hijo de Enrique VII y esposa del hijo siguiente de éste, el futuro Enrique VIII, nada tuvo que oponer contra la ética de estos principios ingleses, y aprobó el plan. 
Catalina terció a favor de su suegro. Pero lo fundamental para este enlace matrimonial es que Juana acceda a que se dé sepultura a Felipe el Hermoso, y para ello Fernando el Católico solicita de Julio II un breve instando a Juana a ello. Todo es inútil, ni enterramiento ni boda. Ésta se hizo imposible, pues Enrique VII muere de una tisis galopante el 21 de abril de 1509. 
Cuando el rey Fernando vio definitivamente frustado el proyecto de casamiento de Juana con Enrique VII, por haber fallecido éste, tomó una resolución violenta : intenó a Juana en el castillo de Tordesillas, no lejos de Valladolid. (L. Pfandl).
La forma de efectuarlo la detalla, por ejemplo, el P. Enrique Florez de Setien ya citado: 
Para esto, después de haberla tratado unos días con amor, entró en su cuarto tres horas antes de amanecer, para que el día no la sirviese de disculpa (pues no quería caminar sino de noche), y logró sacarla después de anochecido, conviniendo en ello la reina, como también ponerse vestidos correspondientes a su real dignidad. Llevaron consigo el cuerpo del rey don Felipe, que la reina no quiso apartar de sí, y le colocaron en Santa Clara, de Tordesillas, pasando allí la reina en el palacio, desde donde podía ver el túmulo del marido, y no se movió de allí en todo el resto de su vida, que pasó de cuarenta y siete años. 

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Juana I de Castilla, la reina propietaria que nunca reinó (I)

Juana de Castilla, denominada "La loca"

Juana de Trastamara y Trastamara nació en Toledo el 6 de noviembre de 1479 y falleció en Tordesillas (Valladolid) el 12 de abril de 1555 a la edad, pues, de 75 años. Es el tercer vástago de Fernando de Trastamara Enríquez y de Isabel de Trastara Avis, los Reyes Católicos por la gracia del papa valenciano Alejandro Borja, otorgada a Fernando en un quid pro quo. Dicen que físicamente tenía gran parecido con su abuela paterna, Juana Enríquez, y que por ello su padre la llamaba jocosamente "mi madre", e Isabel "mi suegra". No sé si Isabel llegó a entender y dirigir a su hija; según su destacado biógrafo -en extensión de biografía de las múltiples existentes sobre Isabel la Católica- Tarsicio Azcona, nunca llegó a entender y dirigir". Lo que está claro es que siempre fue dirigida, primero por su marido, luego por su padre, posteriormente por su hijo Carlos.


Política matrimonial de los Reyes Católicos.

Lograron en principio las bodas que desearon para sus hijos, pero no alcanzaron, ni mucho menos la perspectiva deseada mediante las mismas. Como padres hubieron de sufrir mucho con los hijos; parece que la providencia les castigaba por lo que sin duda sufrirían Enrique IV y Juana de Portugal al ver cómo pretendían arrebatar la corona a su marido y, el día de mañana, a su hija -"su" de ambos-.

Casaron a Isabel con el príncipe heredero de Portugal, hijo de Juan II. Isabel y Alfonso celebraron su boda en Estremoz  el 3 de diciembre de 1490, y sólo dura el matrimonio hasta el 13 de julio de 1491 en que él muere de una caída de caballo. Ella vuelve a España y hace papel de viuda ejemplar, de su dolor por la muerte del amado esposo, cortándose su bella cabellera rubia y vistiendo una jerga. Solicita a sus padres permiso para meterse monja, pero ellos quieren  casarla con el rey de Portugal Manuel I, primo del primer marido. No deseaba otro camino ella que el de la religión pero  al final muy presionada por sus padres hubo de ceder a casarse con él. El 13 de septiembre de 1497 parte de Medina del Campo, acompañada de sus padres, hacia Valencia de Alcántara y el 30 se celebró la boda. El 6 de octubre de este año muere el infante Juan, príncipe de Asturias. Isabel se convierte por segunda vez en Princesa de Asturias.  Con este motivo vino a España, acompañada de su marido, convocados por los Reyes Católicos  al monasterio de Guadalupe el 7 de abril de 1498. En tal ocasión se hallaba embarazada de cinco meses, y el 23 de agosto a dio a luz en Zaragoza un niño al que pusieron por nombre Miguel de la Paz. Una hora después del nacimiento Isabel, Reina de Portugal y Princesa de Asturias, moría.

Esta primera hija de los Reyes Católicos en la que tan arraigada estaba la fe cristiana, impuso para casarse en segundas nupcias que en Portugal se expulsara a los judíos. Vaciló el rey, dado que eran hombre de conocimientos y, por otra parte, representaban para la corona servicios financieros, pero accedió. Otro error e injusticia como el de su madre respecto a España.

El príncipe Juan nació en los Alcáceres de Sevilla el 30 de junio de 1478. A los 19 años se casó en la catedral de Burgos con la archiduquesa Margarita de Austria, hija de Maximiliano de Habsburgo y de su esposa la duquesa María de Borgoña. Sólo disfrutaron del matrimonio seis meses, pues el 4 de octubre murió en Salamanca. Su sepulcro se encuentra en el Monasterio de Santo Tomás, Ávila, y tiene el epitafio siguiente:

Juan, Príncipe de las Españas, de virtudes y ciencia lleno, verdadero cristiano, muy amado de sus padres y de su patria, en pocos años realizó muchas obras buenas con prudencia y virtud. Descansa en este túmulo mandado hacer por su óptimo y padre Fernando, rey invicto y defensor dela Iglesia. Su madre, la Reina Isabel, purísima y depósito de todas las virtudes, mandó por testamento se hicie lugar de intentar se tal. Vivió diecinueve años y murió en 1407.

Pero ha mucho tiempo que a saber dónde están sus restos; el mausoleo fue violado. Margarita había estado prometida al que fue Carlos VIII de Francia, que se casó con otra; también hubo un segundo fracaso de boda. Con el Príncipe Don Juan  a la tercera fue la vencida, pero en la travesía de Flandes a España estuvo en peligro de naufragar el barco en que venía a Santander. En tal peligro, ella serena escribió este auto-epitafio: Llorad, amores, llorad / por Margarita la bella, / que tres veces desposada, / hubo de morir doncella. Arribó al fin a dicho puerto de destino y los novios se encontraron en el valle de Toranzó.

Nuera de los Reyes Católicos

martes, 3 de diciembre de 2013

Una mirada a la Primera República Española

Estos fueron sus presidentes y en este orden. Si efímero fue tal régimen político, también de corta duración ha de ser la presidencia de ellos cuatro. El barcelonés Estanislao Figueras, abogado, fue presidente del 12 de febrero de 1873 al 11 de junio del mismo año. Francisco Pi y Margall, abogado, filósofo y escritor, también de Barcelo, presidió del 11 de junio al 12 de junio. Nicolás Salmerón, almariense, filósofo, estuvo de presidente mes y medio, dimitiendo antes que acceder a firmar unas condenas de muerte. Emilio Castela y Ripoll, de Cádiz, que estudió Derecho y Filosofía en la Universidad de Madrid, fue presidente desde el 7 de septiembre al 3 de enero de 1874. La República cronológicamente no dio más de sí.      
                                                                    
     
Acerca de su caída. 

De ellos, y sus vicisitudes en el gobierno, habla el político y biógrafo Álvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanones, en su libro "Los cuatro presidentes de la Primera República española". De la mucha bibliografía que hay sobre este calamitoso periodo histórico, elijo la pintura que del mismo hace Juan Eslava Galán en su "texto" de "Historia de España contada para escépticos:
La Primera República fue una ficción que duró medio año. No es que fracasara, es que sólo existió sobre el papel, porque el poder siempre estuvo en manos de generales de uno u otro signo. 
Efectivamente aquel siglo es el del mangoneo de los generales, véamos lo que escribe sobre este particular el catedrático de la Universidad Complutense y académico de la Real Academia de la Historia, Jesús Pavón y Suárez de Urbina (1902-1976) en "Narváez y su época", que lleva una introducción de Carlos Seco Serrano. 
"El Régimen de los Generales" -si se quiere el reinado de Isabel II- es el periodo menos estudiado -menos seriamente estudiado- de toda nuestra historia contemporánea. La Guerra de la Independencia y la Guerra de los Siete Años -todas las guerras carlistas- contaron siempre con un esfuerzo hitoriográfico que respondía a diversos motivos. La historia del reinado de Fernando VII está siendo, actualmente, sometida a revisión radical por dos escuelas de historiadores. Los hombres de la I República -Pí y Margall, Castelar- cuentan con estudios importantes y recientes. [...] La segunda República, entre las memorias de sus propios personajes y los estudios ajenos, goza hoy de una gran atención. El reinado de Isabel II -"el Régimen de los Generales"- constituye una excepción, pese a los raros y excelentes estudios producidos, que no estorban la afirmación.
Basta abrir un texto de Historia de España, o de tener una base en la misma, para ver, como señala nuestro historiador se caracterizó aquella época "por la abundancia y predominio de los militares en la vida pública. 

sábado, 23 de noviembre de 2013

Mariano Rajoy el peor presidente que ha tenido España

Cuanto más corrupta una sociedad, más numerosas las leyes.
-Edward Paul Abbey (1927-1989) escritor y filósofo estadounidense-  

 Para José Oneto este triste segundo aniversario del gobierno de Rajoy se "celebra" con lo que en su artículo denomina Ley de patada en la boca. Ya no es que haya mentido al cien por cien en el programa de su campaña de Elecciones, repitiendo la totalidad de las mentiras en el discurso de investidura, sino que pretende gobernar dictatorialmente. No puede convencer, porque para ello todo lo tiene en contra: lo que ofreció y no cumple, lo que contra él expone Bárcenas y no ha desmentido rotundamente, el fracaso -éste sí que es incontrovertible- de su actuación gubernamenal. Los males continúan in crescendo y él sin avergonzarse de ello, tratando de justificarlo, o sea, justificarse, tomando a la ciudadanía por vulgo necio. Pero cabe decirle la frase de Nietzche:  No siento que me hayas engañado una vez, sino que ya nunca podré creer en ti. Lo que Mariano ha hecho, está haciendo, a favor del Partido Popular se halla al mismo nivel destructivo que lo realizado por Iñaki Urdangarin y su esposa la infanta Cristina, a lo que se aúna el bipartidismo gobernante, respecto a la institución monárquica. 

Tiene Rajoy falta del sentido del ridículo y sobra de prepotencia; es absurdo y ridículo que tan dictador hable de la perfecta democracia que hay en España. ¿Democracia? Sí, sí, y nada menos que perfecta. La democracia no da patadas a las bocas, no legisla leyes de tal índole. Este punto del aludido artículo es clave del mismo.
Tanto el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, como el representante de iniciativa por Catalunya, Joan Coscubiela, han centrado sus críticas en sus intervenciones en Parlamento en el paro (hay casi un millón de parados más que cuando comenzó la actual legislatura), pero, sobre todo, en esa nueva Ley de Seguridad Ciudadana que supone, según el diputado catalán, una "patada en la boca de la democracia". La oposición ve en ello un intento de amedrantar y evitar las protestas por el riego de dura sanción económica si se producen altercados o enfrentamientos con la policía. "Usted pretende tener a los parados calladitos", le ha dicho Rubalcaba. "España va a salir a la calle: no nos callarán", ha advertido Coscubiela.
Que Rajoy pretende amordazar es evidente, ya le falló anteriormente efectuarlo a la Prensa, la cual lo estuvo largas décadas respecto a la institución monárquica tan mimada por el PP y, especialmente, por el PSOE. Ya  inció el mimarla Felipe González, conforme tengo tratado. El rey  siente afecto, lo exterioriza al menos, por los socialistas, recordemos, una vez más, que del anterior presidente dijo: Zapatero es un hombre íntegro. A este hombre íntegro, que muy bien ha desgobernado en España, y a Rajoy, que continúa el mismo plan, ha de estarles agradecido el monarca por el blindaje que hacen de la infanta Cristina. A la vista tenemos que la ciudadanía rechaza de plano dicha ley que Mariano sostiene no es mordaza, sino que garantiza la seguridad y la libertad. ¿Qué será la seguridad y la libertad para él? En principio, su seguridad en el poder y la libertad de actuar como le plazca: El Estado soy yo.   
                                                                          

Monarquía y Gobierno están en entredicho, se sostienen recíprocamente, si una cae, el otro también. 

Pronto vamos también a ver qué pasa con el juez Castro, qué le dejan hacer, cómo concluye la instrucción del caso. Visto desde el primer momento está que con el "caso Nóos" quedó la familia real española al descubierto, se alzó el telón de la farsa.   
                                                                           

El rey, apoyado por el bipartidismo, defiende/n a ultranza a la infanta Cristina y, con ella, se  defienden todos, porque no sólo el matrimonio Urdangarín-Borbón son acusados de enriquecimiento ilícito. De la, lógica y natural, indignación que genera la actitud del fiscal, que abiertamente defiende a la infanta, y, más o menos soterradamente, el Gobierno en la sociedad puede darnos idea este comentario de Federico Jiménez Losantos, criterio que es el unánime de los españoles. 
Todo para proteger a la hija del rey. Como dijo el juez decano de Zaragoza, "cualquier española hubiera sido imputada desde el primer día con los datos que hay sobre la infanta Cristina". ¿Qué pasa, que el juez decano de Zaragoza es un idiota que desconoce la justicia? No hombre, no, aquí los que desconocen el decoro son los que están en justicia, empezando por el ministro y terminando por el fiscal, pero todo coronado por Mariano, Rubalcaba y su majestad. [...] Como notorio, disimulando el trinque disimulado de estos sinvergüenzas, que han saqueado el dinero público, las arcas públicas, que se han llevado lo que está escrito y lo que no está escrito, que los pillan robando y Montoro disimula. 
En esto que es de vergüenza ajena, y en el detalle de que nuevamente el fiscal general del Estado expone que no hay trato de favor a la infanta, añade:
Salió otra vez, al mismo tiempo que conocíamos robos y atracos a Hacienda de Urdangarín y Cristina de Borbón, con la cantinela ridícula de que no hay ningún trato de favor a la infanta Cristina, a esa delincuente, presunta ¿verdad? Pero no son presuntos los dos millones y medio que se ha llevado de Mallorca, los tres y medio que se llevaron de la Comunidad de Valencia, lo que se llevaron de la Diputación de Barcelona, lo que se llevaron del Ayuntamiento de Alcalá de Henares y lo que se han llevado de las empresas a las que saqueaban, siguiendo una acendrada tradición familiar.

martes, 19 de noviembre de 2013

Miedo a la República por la mala imagen que se le adjudica gratuitamente o por intención inconfesable

La República presidencialista no surgirá de la casta parasitaria, pues es la 
gravosa corte del presente, la legión plebeya que nos asfixia, sino de una
sociedad civil rearmada intelectualmente y regenerada moralmente, que 
salga airosa y decidida de la trampa monárquica. Ser hoy y aquí republicano 
es, más allá de la convicción nacional, puro instinto de supervivencia. La
República es un ideal, también una necesidad. O España será republicana
o no será.
- Enrique de Diego -      


De la Guerra Civil española se dice que supuso un millón de muertos, cifra que apuntó en su obra narrativa José María Gironella, estadística que es por demás dolorosa, transformadora de destinos pues cambió la vida de muchas familias. Huelga decir que para mal en la inmensa mayoría de los casos. Que muchos hallaran su bien, es también notorio. por aquello de totum revolutum, todo revuelto, que nos lleva al refrán que dice "a río revuelto, ganancia de pescadores", no falta quien astutamente busca beneficio de la situación. También hay favorecidos sin buscarlo, no por astucia sino por su propia buena estrella, que, como reza la frase, hay quien nace con estrella, y otros estrellados.

Quien culpa hoy a la República de la Guerra Civil, actúa con mucha ligereza, ésta no fue engendrada -mirémoslo bien, documentémonos- por los republicanos, quienes no pudieron evitar ser arrollados por por los bolcheviques, aquel comunismo y socialismo de otrora en que, precisamente, el PSOE no era defensor de la institución monárquica, no lo fue, obviamente, su fundado Pablo Iglesias. Comunistas, socialistas y demás hierbas constituyeron un lastre para la Segunda República que dio con ella en tierra; ya a su advenimiento exclamó Ortega y Gasset: No es esto, no es esto. El general Franco meditó mucho el hecho de adherirse a los militares golpistas contra el Gobierno legalmente constituido. Los desmanes del marxismo, que la República no pudo contener, principalmente en el primer momento del Movimiento, dio sentido a la triste realidad: el levantamiento de las fuerzas de África el 17 de julio de 1936.

El Gobierno se fue quedando solo internacionalmente. El ejército en principio no luchó contra la República, se levanto incluso enarbolando su bandera, luchó contra el comunismo. El comunismo internacional ayudó al español, que no a la República. Ésta llegó a ser absorbida, dominada, por el bolchevismo. Como ha recogido  Claudio Sánchez Albornoz, Manuel Azaña, amargado de la clase de República que había, llegó a pronunciar esta amarga frase: No quiero ser Presidente de una República de asesinos. Pensemos,  consideremos, reflexionemos, que en la zona republicana se fusiló a republicanos, valga como paradigma Melquiades Álvarez que, recluido en la Cárcel Modelo, de Madrid, fue fusilado por unos anarquistas que le sacaron de la celda, le llevaron al patio, o al sótano -hay las dos versiones-, el 22 de agosto de 1936 y le fusilaron. Al morir les dijo: "Barbaros, ¿qué hacéis?". Cuando Azaña se enteró quedó impresionado, le brotaron las lágrimas. Pasan las generaciones y el recuerdo vivo desaparece y viene la Historia a mistificar los hechos. Pasarán, quiero decir, aquellas generaciones, porque aún quedan supervivientes de aquella guerra que Unamuno denominó "guerra incivil".


El equitativo discurso contra la barbarie y el crimen en los dos bandos españoles.

Este ilustre intelectual español que tras estallar la contienda se rebeló contra los fusilamientos de la zona republicana, tuvo la nobleza de hacerlo igualmente de los asesinatos de la zona nacional. Surgió aquel 12 de octubre -1937- de triste recuerdo en Salamanca en que hubo de oír de labios del general Millán Astray aquello de "mueran los intelectuales, viva la muerte". Se celebraba en el paraninfo de la Universidad el Día de la Raza; fue la espoleta que abrió el fuego entre el militar y el insigne filósofo y escritor el discurso del profesor Francisco Maldonado atacando violentamente a Cataluña y al País Vasco, regiones a las que califica de "cánceres en el cuerpo de España", y añade: "El fascismo, que es el sanador de España, sabrá cómo exterminarlas cortando en la carne viva como un decidido cirujano libre de falsos sentimentalismos".

Unamuno que, como rector de la Universidad, preside el acto, tomó la palabra:
Estáis esperando mis palabras. Me conocéis bien, y sabéis que soy incapaz de permanecer en silencio. A veces, quedarse callado equivale a mentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia. Quiero hacer algunos comentarios al discurso -por llamarlo de algún modo- del profesor Maldonado, que se encuentra entre nosotros. Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo hice otras veces. Pero no, la nuestra es sólo una guerra incivil. Vencer no es convencer, y hay que convencer sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión. Dejaré de lado la ofensa personal que supone su repentina explosión contra vascos y catalanes llamándolos anti-España; pues bien, con la misma razón pueden ellos decir lo mismo. El señor obispo lo quiera o no lo quiera es catalán, nacido en Barcelona, y aquí está para enseñar la doctrina cristiana que no queréis conocer. Yo mismo, como sabéis, nací en Bilbao y llevo toda mi vida enseñando la lengua española que no sabéis...
Su enemigo de siempre, José Millán Astray, empezó a gritar: ¿Puedo hablar? ¿Puedo hablar? Dijo. ¡Cataluña y el País Vasco, el País Vasco y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí. No supo continuar hablando. Se oyeron voces militares de Viva la muerte. Y Unamuno continuó:
Acabo de oír el necrófilo e insensato grito de ¡Viva la muerte! Esto me suena lo mismo que ¡Muera la vida! Y yo, que he pasado la vida componiendo paradojas que excitaba la ira de algunos que no las comprendían he de deciros, como experto en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. Como ha sido proclamada en homenaje al último orador, entiendo que va dirigida a él, si bien de una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que el mismo es un símbolo de la muerte. El general Millán Astray es un inválido. No es preciso que digamos esto con un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Desgraciadamente en España hay actualmente demasiados mutilados. Y, si Dios no ayuda, pronto habrá muchísimos más. Me atormenta pensar que el general Millán Astray pudiera dictar las normas de la psicología de las masas. Un mutilado que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pasar de sus mutilaciones, un inválido, como he dicho, que no tenga esta superioridad de espíritu es de esperar que encuentre un terrible alivio viendo como se multiplican los mutilados  su alrededor. El general Millán Astray desea crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por eso quisiera una España mutilada (...)
Interrumpe el general para decir, por todo decir, ¡Muera la intelectualidad traidora! ¿Viva la muerte! Por el alboroto del público se entendió que dijo: ¡Muera la inteligencia! ¿Viva la muerte! José María Peman por calmar los ánimos intervino exponiendo: ¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales! Unamuno no se acobarda y continúa:
Este es el templo de la inteligencia y yo soy su sumo sacerdote. Vosotros estáis profanado su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho.
El insigne profesor de la universidad salmantina acabo su accidentado discurso, verdadera lección de lo que era e iba a ser la guerra. ¿Qué hubiera pensado al ver el comportamiento de injusticias y crímenes cruentos -porque la injusticia es en sí un crimen- que cometieron cuando vencieron? Como si no hubieran sido suficientes los perpetrados durante la guerra. ¡Como para convencer! No pudo verlo, le adelantaron la hora de la muerte, y menos mal que no fue con balas. Diez días después Franco firma el decreto de su destitución como rector, ya desde el día negro, infeliz, infausto, quedó en arresto domiciliario. De asco y pena muere el 31 de diciembre de 1936. 


No hubo perdón ni clemencia en los que se arrogaron salvar la religión cristiana.  

Se asesinó a mansalva en ambos bandos pero Franco tanto en fusilar como en encarcelar aventajó con creces a sus contendientes, porque ganó la guerra y prosiguió encarcelando y firmando penas de muerte, sólo se suprimió el dar el paseo los falangistas, pero éstos acabada la guerra continuaron con su persecución por varios años. En la dictadura Franco firmó fusilamiento hasta pocos días antes de morir o de ingresar en el hospital para ello. Y fueron treinta y seis años de la misma. Se ensañó con los vencidos muy cruelmente; justificó bien el aserto del galo Breno tras vencer plenamente a los romanos tomando el Capitolio: Vae victis!, ¡Ay de los vencidos! Sin ir tan lejos, y como también la Historia apunta, en la segunda guerra mundial los vencidos pagaron los crímenes de Coventry y, en general, cuantos desmanes cometieron, mientras los vencedores impunes por Dresde, Katyn, Hiroshima y Nagasaki.

No hubo perdón con quien, lejos de tener las manos manchadas en sangre y no resultar, por tanto, imperdonable, se dedicó a salvar cuantas vidas pudo. Y salvó las de grandes figuras del franquismo: Agustín Muñoz Grandes, Martín Artajo, Serrano Suñer, Luca de Tena, los falangistas Rafael Sánchez Mazas y Raimundo Fernández Cuesta. Salvó también al Dr. Gómez Ullua y al que se destacaría como locutor Bobby Deglané. Ostentando el cargo de Delegado General de Prisiones, evitó la muerte de dieciséis mil presos. Me estoy refiriendo al anarquista Melchor Rodríguez, que ha sido llamado el Ángel Rojo, el cual pronunció una frase muy cristiana, tanto que se basa en el quinto mandamiento de la Ley de Dios.

Llegó a alcalde Madrid, a él le tocó entregar la ciudad a los nacionales. Fue juzgado por dos veces en consejo de guerra; se logró que fuera absuelto en el primero. El segundo fue un juicio amañado, y con testigos falsos, siendo condenado a veinte años y un día. En este segundo y peligroso consejo de guerra el ya general Agustín Muñoz Grandes salió gallardamente a su favor. Gracias a sus contactos, obviamente, cumplió solo cinco años de prisión. Luego medio se adaptó a la España franquista, trabajó como empleado del sindicato vertical franquista y en carteras de seguros. Y aquí hay que reparar que pese a su relieve político continuó siendo pobre -tomen nota bene, obsérvese bien, nuestros políticos-. Rechazó trabajos cómodos ofrecidos por personas a las que salvó.

Se interesó por actividad intelectual, escribiendo letras de pasodobles y cuplés para el maestro Padilla y otros músicos; publicó también artículos y poemas en el diario Ya de su amigo Martín Artajo. No dejó su actividad política, por lo que hubo de cumplir año y medio de condena en la cárcel de Carabanchel. Murió en 1972, a la edad de 79 años, y a su entierro acudió gente del régimen y anarquistas; en su honor se cantó el himno anarquista "A las barricadas". Tal fue la singular existencia de este hombre bueno de origen humilde que desempeñó varios oficios, incluido el de torero. En "El Cossio" se habla de él como único diestro que, a su vez, fue político. Por supuesto que en estas notas biográficas que aporto quedan lagunas del que detuvo las matanzas de Paracuellos de Jarama.


Política errónea y política por realizar.

La política, todos los regímenes, es obra del hombre, y, a decir de Miguel de Cervantes, cada uno es como Dios le hizo y aún peor muchas veces. O Anatole France señalándole como ese animal, llamado hombre. Hombres malos, en pavorosa abundancia, y hombres buenos, en algún número, hay en todos los partidos políticos -lo dudo empero en el comunismo, cuya base política es la de solventar los problemas sociales con el exterminio en masa, crimen al canto-. La estulticia humana -y según el Eclesiastés stultorum infinitus est numerus, el número de los tontos es infinito- crea prejuicios y fanatismo. Se ha hablado y se habla mucho a tontas y a locas, cuando no por boca de ganso. Y a veces no precisamente el necio vulgo, tal los errores de palabras y de hechos que a José María Aznar le son reprochados.

En 1987 escribe en su texto "Historia total de España", Ricardo de la Cierva:
Hay cosas que me preocupan y me indignan en la trayectoria política de José María Aznar, además de su impotencia en solucionar el problema autonómico. Primero  su obsesión azañista, que demuestra un desconocimiento profundo sobre la personalidad y la realidad histórica de Manuel Azaña. Segundo su obsesión en repetir que nada tiene que ver con la derecha histórica, cuando tiene que ver todo. Tercero la repugnante aberración de haber ordenado a su partido el voto favorable en 1995 para la concesión de la ciudadanía española a los energúmenos comunistas de la Brigadas Internacionales, los esbirros del demócrata Stalin en España. Pero no apuraré las críticas hasta que llegue, para José María Aznar, la hora de la Historia. 
No sé qué pensará hoy día ante las acusaciones que se hacen al PP, en general, y al propio Aznar en sus dos legislaturas de presidente. De todos los fallos que tuvo, y que están siendo analizados -no se le excluye de los famosos sobres que en su mandato se iniciaron. En todo caso no cortó la corrupción de Felipe González que siguió incrementándose hasta la actualidad y sin visos de mejoría y menos a corto plazo. Pero sigamos leyendo el mencionado texto: 
El periodo de la historia de España que conocemos como transición no ha terminado. Y no terminará hasta que se resuelvan de forma conveniente para España estos problemas: la exacerbación sin freno  de las autonomías, el terrorismo, el desacierto y desprestigio de la Justicia y el afianzamiento de la libertad de expresión contra las poderosas fuerzas que pretenden controlarla. Si don José María Aznar consigue solucionar o al menos encauzar positivamente estos problemas hacia una solución satisfactoria pasará a la Historia como un gran gobernante. aunque siga diciendo bobadas sobre don Manuel Azaña. 
Pues ha sido que nanay. Las autonomías continúan y tan prepotentes; el terrorismo sigue bajo otra capa; el desprestigio de la Justicia estabilizado, si no en aumento; la libertad de expresión, lejos de consolidarse, fue amenazada por el ministro de Justicia con la consiguiente protesta, en unión, de la Prensa. Nada de ello dejó preparado para su inmediata solución. De lo más lamentable es que el poder ejecutivo continúe sin independizar al poder judicial. (Lo ofreció Rajoy en su campaña electoral, fue una de la totalidad de su promesas incumplidas) Refiere De la Cierva cómo el filipismo, con su gran corrupción, hizo exclamar al presidente del Tribunal Supremo y del Poder Judicial "El poder judicial ha muerto". No está ningún presidente del bipartito por su resurrección, saben que un poder judicial independiente limitaría la "libertad de acción" -entrecomillado porque ha de entenderse en sentido peyorativo- de los políticos, cuya conducta debe ser controlada por la Prensa y por la Justicia. Sueño vano mientras la democracia brille por su ausencia, que es decir mientras haya monarquía. 

 Véase lo que ha traído el pasado silencio de los medios de información respecto a la institución monárquica. Proclaman los políticos a la rosa de los vientos que dejan libremente actuar a la justicia, lo malo que esta afirmación se la lleva el viento. Llegan a exteriorizar más aún: que ellos dan facilidades a la justicia. Sí, tenemos entre innumerables ejemplos en la historia de la corrupción en el reinado de Juan Carlos I, lo que está sucediendo al juez Castro con la infanta Cristina, o lo ocurrido al juez Rus con los ordenadores de Bárcenas. Ante la inmovilidad en cuantos problemas pendientes señala De la Cierva se han de aunar otros de la actualidad como el paro motivado por la crisis que, a su vez, fue originado por el despilfarro y la corrupción del dinero público. Engañifas aparte, no puede apreciarse mejoría alguna en el paro y es, evidentemente, de acuciante solución. Rajoy prometió reducirle, mas pronto llegó a decir que al término de su legislatura podría haber aumentado (sic).


En la República no pesó sobre sus presidentes el ser señalados de corruptos.

Está mediando el tiempo de la legislatura de este Gobierno y no se ha visto más que daño y, por otra parte, aparecer corruptos, cacos que si son políticos no dimiten con lo que evidencian su carencia de honradez. Los políticos honrados -Antonio Gala dice- se quitan de en medio cuando cae sobre ellos la sospecha. Rajoy a pesar de lo caído que está en sospecha respecto al "caso Bárcenas" -"caso Rajoy" también- y de habérsele probado una mentira en este... tema, ni se ha retirado, ni dada la protección que le supone la mayoría absoluta en su elección como presidente,  será encartado judicialmente. ¡Quién le pone el cascabel al gato! ¡Pero qué miedo de situación política tan turbia, tan imprevista la que tenemos! Este hombre continúa en sus trece, y además expone que está muy orgulloso de todo su gobierno. Que empiece por la señora Mato, tan en sospecha ella; por cierto es adecuado su apellido a la cartera ministerial que ocupa: Sanidad. Desde el extranjero se desconfía de Rajoy.


(En ayuda de quienes no puedan leer con facilidad la letra pequeña, paso a su transcripción). "La revista aconseja al presidente abandonar el modo que tenía Franco de dividir los problemas: "los que resolvía el tiempo y los que ni siquiera el tiempo puede resolver. / El semanario económico The Economist no se fía de que Rajoy tenga realmente un plan para salir de la crisis. / En su último número señala que España podría estar entrando en una "espiral de la muerte al estilo griego".

El descrédito de Rajoy, que no puede engañar dentro de España -ya ha engañado al colmo a los ciudadanos que le votaron- ni en el extranjero, es enorme. El presidente de Venezuela dijo.


Y el ministro español, José Manuel García-Carvallo, hubo de pedir disculpas muy humildemente, a pesar de lo duras que fueron las palabras de Nicolás Maduro, exponiendo, respecto a la supuesta ofensa a Evo Morales, presidente de Bolivia, que: "Si hay algún mal entendido, yo no tengo ningún inconveniente en pedir disculpas al presidente. Si cree -insistió- que se ha producido un malentendido, no hay problema. Rajoy,  su gobierno, no se defiende, pero a los españoles les hace pasar por las horcas caudinas, valiéndose, repito, de lo que es consabido, su éxito en las elecciones ganadas a base, insisto, de mentir al cien por cien para en tantos aspectos continuar la política de Zapatero.  


Miedo, no a la República, sino a lo que tenemos a la vista y sufrimos: Zapatero y Rajoy, PSOE y PP.

El miedo no ha de ser a la República, que ya supondría gran ventaja de economía suprimir las Autonomías, así como la desaparición de la otra gran carga económica, la monarquía. A un jefe de Estado no rey no había que pagarle, de momento, secretario a los hijos, secretario a la esposa, ni jefe de Casa, ni demás gastos de lujo. Tampoco los hijos percibirían una paga por ponerse en fila en los actos oficiales, y demás cosas raras. Un plantel militar del Palacio Real, por ejemplo. La monarquía es gasto por doquier. Sobre ello se pretende engañar a los ciudadanos, así como presentando a la República como algo demoniaco, las virtudes están en la monarquía (¿No será en la que tenemos, contra la que tanto y tanto se reprocha verbal y por escrito en artículos y libros?) Virtudes de la familia real con el matrimonio Urdangarín-Borbón perseguidos por el juez Castro. Y una infanta de la que aba de exponer el decano de los jueces de Zaragoza -nobleza baturra- que cualquier española en la situación de Cristina de Borbón hubiera sido imputada desde el primer día. Fomentando el miedo a la República se quiere proteger a la monarquía tan desdeñada por abusiva, pues se le recrimina haberse beneficiado de derechos del pingüe oficio y no cumplir con sus deberes, con los cánones de la monarquía. Ya he manifestado, a través de las palabras de Enrique de Diego, en "La monarquía inútil", la falaz propaganda que de ella se ha hecho, y, bueno, pues a la vista están las pruebas, el resultado de la amalgama política de la transición pro monarquía.

Ningún presidente de la República, ni sus ministros -tanto de la primera como de la segunda- hicieron tanto... negocio, dinero, como tantos del PSOE y del PP que están en conocimiento de todos. Y aún políticos de menos relieve, pues ha habido cacos hasta en la administración local, pueden servir de ejemplos los alcaldes de Marbella, uno tras otro. La corrupción en que estamos inmersos nadie podrá decir que se dio en la República;  Azaña no se beneficio de la política para enriquecerse -no hubo un "Caso Gürtel"-, no tuvo amigos tan generosos como Francisco Correa con  Aznar. 


Insistencia en el lastre socialista, comunista, bolchevique, que hundió la República.

La República surgió como podemos ver en el siguiente vídeo, pero, lamentablemente, trajo mucho lastre comunista que fue lo que al fin hundió la nave sin que los republicanos pudieran arrojarlo por la borda. Ya he expuesto la muy conocida frase de Ortega y Gasset. Sabido es que al aproximarse la guerra civil muchos de los que la trajeron se fueron de España, empezando por el doctor Marañón.

                                              La proclamación y vida de la Segunda República                                 

Hizo la República la serie de Reformas que vemos en el vídeo, las cuales tendían a sacar al país del atraso en que se encontraba, principalmente en el ámbito rural. Trató Azaña de mejorar el ejército en cuanto a armamento, modernizarle, que fuera más eficaz, pero de las cinco academias existentes dejó dos, porque había exceso de oficialidad: para un ejército de cien mil soldados había más de veinte mil jefes y oficiales y ochocientos generales. Hizo una reforma en profundidad, añadiré el dato de que convirtió la aviación en Cuerpo General Independiente. Lógicamente se suprimieron los capellanes castrenses.  El Estado en materia de religión se hizo aconfesional, como lo es en nuestra vigente Constitución, algo que no encaja con la institución monárquica, estando la Corona rematada con la Cruz



Y, por otra parte, esa adscripción, sacada de la manga, entre Dios y la monarquía, evidente cuento, embuste, engaño, que  ya no se puede meter en la cabeza de un ser humano. También el escudo (actual) de España es rematado por la cruz, pues que el encabeza la corona


Un arma de que se ha servido la propaganda contra la República fue el de desposeer de la propiedad agraria al terrateniente. No es cierto. Esto lo querían, y en pos de ello dieron problemas, los comunistas y socialistas. Azaña hizo la Reforma Agraria, que fue muy lenta y desesperaba al campesinado, porque había que pagar las tierras -no robarlas, como ellos querían, repito- y no sobraba dinero, que digamos. Además esta adquisición se hacía del agro que el propietario no quería labrar, tener arrendatarios, que estaba baldío. 

Azaña era consciente de su peor enemigo, de cómo éste se impuso, y así llegó a decir: La guerra está perdida, pero si por milagro la ganáramos, en el primer barco que saliera de España tendríamos que salir los republicanos, si nos dejaban. Y como él, detestaron de la inautenticidad de la República todos los republicanos, empezando por los llamados "padres espirituales de la República", desde que firmaron el manifiesto "Al servicio de la República", o sea, José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala. Huyeron de Madrid al iniciarse la guerra, Ortega se fue a París, y Pérez de Ayala se exiló también en Francia. En cuanto a Pío Baroja estaba veraneando en su casa de Vera del Bidasoa y tras estar un día detenido por los carlistas fue puesto en libertad gracias al general Carlos Martínez Campos y se trasladó rápido a Francia, instalándose en París.


Terrible la monarquía, tanto más nuestra monarquía socialista. 

En el régimen político híbrido en que vivimos en el que se pide democracia, y en especial por las nuevas generaciones que no firmaron la Constitución, se le ocurre decir a Rajoy -¡nada menos que a Rajoy!- que estamos en una democracia seria. Sí, como en tiempo de su elector. Léase "Ordeno y mando. La derecha contra el Estado de Derecho", de Manuel Cotarelo, publicado en 1998, ya en la cubierta se expone: 
Apenas han pasado dos años para que muchos españoles vean confirmados sus temores en 1996: la derecha es incapaz de desprenderse de sus hábitos autoritarios y de gobernar respetando las más elementales reglas del juego democrático.
A la extemporánea salida de quien por su mayoría electoral está actuando nada democráticamente, no han dejado de darle mentís numerosas firmas. Por lo mucho que ha impactado -no a Rajoy, obviamente- el miniartículo -mini por la extensión- de Antonio Gala, le transcribo:  
Que en estos momentos tal como se encuentra la Madre Patria (bueno, España para entendernos), el primer ministro, o lo que sea Rajoy, diga que España "es una democracia seria" es para pegarle un tiro, o para mandarle a un circo a hacer de payaso en un trapecio. /  La seriedad  de la democracia a que acostumbramos es relativa. O sencillamente no es seriedad, sino pasar por hambre, por desequilibrios, por falta de respeto, por fumarolas en los gobernantes y porque, en general, estamos de unos y de otros hasta los mismos huevos. Por pocos barcenazos que aceptase usted, señor Rajoy.
Por lo que de socialista y comunista que, como ya he apuntado, tuvo la segunda República, fracasó. Los republicanos antes de ser perseguidos y, algunos, fusilados por la España franquista, lo fueron por los proletarios envenenados de marxismo. Es palmario que la España de los patibularios que tras la guerra pintó José María Carretero Novillo, seudónimo de El Caballero Audaz, o "Madrid, de corte a checa", de Agustín de Foxá, nada tiene que ver con la Segunda República.

De la Primera República acaso hable otro día. Hay entre ambas una distancia cronológica de sesenta años, distancia que aún es mayor en otros órdenes, por lo que muy diferentes que son los esquemas. En aquella República, tan lejana ya, tampoco los políticos fueron tachados de cacos -hicieron política, no negocio-. Sensatamente, ante la corrupción de nuestros días y desaciertos políticos no se puede permitir el lujo el Partido Popular de menospreciar la República. ¿Qué autoridad moral tiene para ello? Sobre ningún presidente republicano, de los cuatro que tuvo la primera República,  pesó la sospecha de percibir dinero negro. Esto no existía, y tampoco los recortes; en cuanto a éstos había de venir Rajoy con sus tijeras, que como mal sastre arreglista corta por donde no debe y deja de cortar por donde sobra, y mientras tanto hay que infundir miedo a la ciudadanía respecto a la República para la continuación de esta anómala, irregular, extraña, política que tenemos en beneficio del triunvirato que la forma. La vera efigies de la situación a que ha llegado España sí que es de miedo. De miedo y de muerte. Se repite por doquiera, y nunca se repetirá lo bastante. Sí, Como en "La verbena de la Paloma", no me lo repita usted más, señora Rita. Aquel Felipe, honrado cajista, sabía de sobra lo que oía; en cambio, a su homónimo el príncipe no le interesa dar crédito a lo que día a día oye -silbidos incluidos-, ve, y puede leer. Es achaque extensivo a la familia real. Vemos cómo se hacen el sueco, o sea, se desentienden o fingen que no entienden la repulsa que encuentran en la sociedad, excepción de la casta política del bipartito.

Y ya que he consignado como epígrafe una líneas de "La monarquía inútil", voy a terminar mi artículo con las finales de tal libro como carta de presentación de la auténtica República:
La República presidencialista no surgirá de la casta parasitaria, pues es la gravosa corte del presente, la legión plebeya que nos asfixia, sino de una sociedad civil rearmada intelectualmente y regenerada moralmente, que salga airosa y decidida de la trampa monárquica. Ser hoy y aquí republicano es, más allá de la convicción nacional, puro instinto de supervivencia. La República es un ideal, también una necesidad. O España será republicana o no será.
La República auténtica, por supuesto, no bananera, tercermundista, así no hay palía floreciente, y la injusticia está a la orden del día.