domingo, 24 de marzo de 2013

Santa María la Real de Nieva y la mentira que se mantiene en su iglesia parroquial

Es evidente que se está dando la nota, es decir, desentonando, actuando de manera discordante. ¿Hasta cuándo la mala fama que crea explotar la mentira? Si era improcedente que a partir de la aparición, debido a una obra de albañilería, de unos restos humanos de mujer se asegurase gratuitamente que se trata de los de Blanca I de Navarra, ¿qué decir tras de haberse demostrado científicamente que no corresponden a tal reina? Son, pues, desconocidos y pudieron ser identificados, pero el alcalde anterior no lo posibilitó. Sobre ello versaré otro día, mi tesis aquí es la de vituperar una vez más que no se rectifique el error -seré tenaz en este empeño, insistencia, en aras a la verdad-, que haya en su persistencia ofuscación, obcecación.

Por mucha oscuridad que se tenga en la razón, hay que ver y aceptar la verdad cuando se presenta en contundente prueba. No debe parecerles a los alcaldes -el anterior y el actual-  ni al cronista oficial del pueblo, ni a otros, prueba alguna el ADN. Sí al Dr. José Manuel Reverte Coma, pues tal es, según expuso desde el principio lo único que sacaría de la duda. Ya indiqué, y vuelvo a transcribir, sus palabras al respecto consignadas en su informe de fecha 15 de diciembre de 1994:
1º Esqueleto incompleto de mujer de 55-60 años... Da la impresión de haber sido un enterramiento secundario, un traslado de cadáver que antes estuvo probablemente semimomificado en otra tumba.
9º Nuestra impresión personal es que tanto la edad, estatura y fragilidad de este esqueleto, unido al lugar de enteramiento y circunstancias que lo rodean, coinciden con las que se atribuyen históricamente a doña Blanca I de Navarra.
Sin embargo la prueba definitiva y segura, sería el estudio de ADN, tanto en este esqueleto como en los restos que puedan existir del padre de doña Blanca, don Carlos III, enterrado en la catedral de Pamplona, y del hijo de la Reina, don Carlos, Príncipe de Viana, enterrado en el Monasterio de Poblet.
Si el ADN de estas personas, especialmente el del Príncipe de Viana, coinciden con el que pueda hallarse en estos restos esqueléticos, se tendrá la seguridad de que se trata efectivamente de doña Blanca I, Reina de Navarra.
El informe no lo he leído, pues hay que partir de la suposición de que el alcalde no concedería acceso al archivo municipal, mas son claves estas líneas tomadas de una publicación sobre esta localidad segoviana.

Para disgusto de la misma llegó a practicarse, por otras vías y en otras personas del mismo ADN, y dio por resultado la obtención de la seguridad pero en su forma negativa, y así se publicó:

Se ha escrito que "todo en este glorioso estado español está asentado en la mistificación y en la manipulación", pero ya es mistificar y manipular que en un pueblo de poco más de mil habitantes llegue la manipulación, o manejo de asuntos ad libutum, a voluntad, del mismo. Y tal falserar, falsificar, engañar, al extremo que se ha llevado. El dictamen del Dr. Reverte también se ha despreciado.

Desde que el ADN mitocondrial sacó a la luz que los restos encontrados en la iglesia de Santa María de Nieva no son de Blanca I de Navarra no pueden estar engañados los referidos señores. Si alguno realmente lo estaba -cabe afectarlo- hubo de salir inexorablemente de su engaño el 9 de septiembre de 2008 al presentar en Poblet el equipo investigador el estudio genético del Príncipe de Viana, según el cual quedó demostrado y se publicó seguidamente en prensa de papel y en internet titulares como este: "Ni él es el príncipe ni ella su madre. La momia del príncipe de Viana fue falsificada con huesos de tres individuos. Los restos de su progenitora, Blanca de Navarra, tampoco son auténticos".

No al tanto de ello el santamarieño Felipe Molinero, pese a su cargo de cronista oficial de la villa, publicó cuatro días después un artículo titulado: "Los restos de Blanca de Navarra descansan en la iglesia parroquial". Y si estaba enterado, ¿hasta dónde raya su osadía? Como el escrito apareció en El Adelantado de Segovia y en El Norte de Castilla, internet, aquí le expusieron un comentario significándole que cuando la Ciencia habla hay que dejarse de chovinismo. (Valga lo de chovinismo a tenor de la Edad Media, años en que Blanca I de Navarra era extranjera respecto a Castilla). Por grande que fue su atrevimiento, espero no haya repetido su ignorancia: la de que existe tal prueba o la de no darle crédito, credibilidad.

El hecho palpable de que en Santa María la Real de Nieva se practique, desde la indicada fecha, la permanencia en la mentira pone de relieve una ignorancia supina y/o mala fe, hallándose inherente a ésta la insensatez, ya que a partir de la susodicha fecha del 9 de septiembre de 2008 es imposible practicar el engaño. Hasta un iletrado, con tal que sea sensato, de buen juicio, admite el dictamen de la Ciencia. Por ignorancia o por insensatez, necedad, falta de sentido, se incurre sin querer, y también a veces queriendo, en la mentira con alguna finalidad innoble; ahora bien, cuando no hay posibilidad de seguir el engaño... 

Sencillamente, cuando la mistificación no cabe es muy negativo en más de un aspecto mantenerse en sus trece. ¿Por qué el cronista del pueblo no trata de que se corrija la web del mismo? Se queda uno atónito al leer en ella:
Además, este templo posee la suerte de servir de mausoleo a una de las reinas más importantes que ha tenido España. En él están depositados los restos de doña Blanca de Navarra, fallecida en esta villa el el 1 de abril de 1441.
Pues va a ser que no; lo único que se sabe a ciencia cierta es que murió en esta localidad segoviana en dicha fecha. A continuación se dice que:
En las obras realizadas en la iglesia en octubre de 1994 se encontraron unos restos que, después de numerosos estudios antropológicos hechos por el Dr. José Manuel Reverte han confirmado que efectivamente son los restos de la importante reina.
FALSO. Ya hemos visto que el mencionado antropólogo no lo aseguró, lo dejó relegado a la prueba de ADN. 

No se ha de escribir sobre Historia a tontas y a locas, y se ha de ser amigo de la verdad. Muy conocido es el proverbio latino que dice: Amicus Plato, sed magis amica veritas, amigo de Platón, pero más amigo de la verdad. Contra lazos de amistad, de vanidad, de lo que fuere, ha de resplandecer siempre la verdad. ¿Se rectificará en este sentido la página del Ayuntamiento, se borrará o tapará la inscripción del sepulcro? Bueno, como no hemos entrado en el infierno de Dante ante el cual está grabado: Lasciate ogni speranza, deponed toda esperanza, pues tengámosla. 

Al quedar patente que los restos son falsos, la líder del Proyecto Poblet pensó en hacer ver al alcalde que se podría efectuar un estudio de identificación por ADNmt de los restos del sepulcro para saber si son, o no, de doña Inés de Ayala, considerándolo conveniente y dado que disponía de todo un estudio genealógico y los contactos. Por causas ajenas a su voluntad no pudo llevarse a efecto esta idea, pero ¿hubiera sido aceptada? Ante el hecho que tenemos a la vista, de rebeldía a la Ciencia, es de suponer que el alcalde no lo hubiera facilitado. En Santa María la Real de Nieva no están dispuestos a cambiar una reina por una dama por muy principal que ésta sea. Ante todo no está por la labor el alcalde y el cronista de aceptar que los restos no son de Blanca I de Navarra. Pero, no obstante, insisto en indicar que honestamente se corrija la web de información del pueblo y se haga desaparecer la inscripción del sepulcro. 

Falso sepulcro
En este sepulcro, en el aferrarse a que los restos son de la reina que murió en la Puebla de Santa María -a partir de su muerte nada con certeza se sabe-, hay algo del cuento de la lechera, se concibió la idea de un incipiente turismo al pueblo más motivado por la Historia propiamente dicha que por la de los capiteles o Historia del Arte, que sólo tiene algún visitante que otro de tarde en tarde. Monasterios que llegaron a nuestros días íntegros en su arquitectura, hay bastantes, pero en el de esta villa segoviana dista mucho de que tal ocurra. Sin duda, el haber tenido aquí el enterramiento de una reina propietaria hubiera motivado algo de turismo. Por esta razón existía la decisión de pleitear con Navarra a ver si fallaban los Tribunales de Justicia a favor de esta localidad

Se inició hoy la Semana Santa del año cristiano, calendario gregoriano, de 2013, son días de penitencia, y una de las acepciones de esta palabra, según el DAE, la primera, es: Dolor y arrepentimiento que se tiene de una mala acción, o sentimiento de haber ejecutado algo que no se quisiera haber hecho. Está claro que todos lamentamos nuestras equivocaciones si redundaron en perjuicio, mas ya no lo está, sino que prueba lo contrario, perseverar en lo mal hecho. Se incurre, evidentemente, en la mala acción de no rectificar la mentira, continuar impenitentemente en la misma, la mentira que entraña el referido sepulcro.

domingo, 17 de marzo de 2013

A vueltas con el controvertido Enrique IV de Castilla, el Rey maltratado (II)


Pudo haber sido tabla de salvación su segundo matrimonio.

Aquella levantisca nobleza, prelados, señores, destruyeron su matrimonio, la compañía de su esposa y de su hija, compañía de ésta de que también había de verse privada entre ellas. Juana de Portugal tal vez hubiera cumplido su papel de esposa, pues que de tal modo empezó, y extendiéndole al de reina. Según Tarsicio Azcona, en "Juana de Castilla, mal llamada la Beltraneja", los nobles castellanos se enemistaron con la reina desde un principio, viéndola dedicarse a los negocios de Estado. Ella deseaba, contra la idea de ellos, casar a su cuñada Isabel con su hermano Alfonso V de Portugal -hubiera sido la manera de aclarar los nubarrones de la situación- y a su hija Juana con el hijo de éste, el Príncipe Perfecto, que sucedió al padre como Juan II. Era política de enlaces matrimoniales tendentes a la anexión de los reinos de Castilla y Portugal. Sostiene, asimismo, dicho historiador que el rey nunca quiso tomar osadía de varón para hacerse temer. Obvia y lamentablemente fue así, ni aún con la ayuda de la esposa... Y ella sin el apoyo de él... Estuvo siempre llamada a vencer Isabel ante un hermanastro tan abúlico y bondadoso. 

Pudo tener doña Juana un segundo hijo de su marido pero el embarazo terminó en aborto. Se encontraba en el Alcázar de Segovia haciendo alguna labor, acompañada de sus doncellas;  colocada junto a una ventana para mejor visión de su trabajo, con un sol fuerte que hacía y tras varias horas ocupada, cuando empezó a arder su cabellera -el cristal del ventanal había hecho "efecto lupa"-, empezó a dar gritos, a correr, despavorida, por la estancia. Sus doncellas apagaron el fuego de su pelo y la calmaron, mas el susto provocó el aborto del niño que esperaban ella y su esposo. ¿Hubiera sido el sucesor o hubiera corrido el mismo destino que la princesa Juana? Este no hubiera sido el Beltranejo, es de suponer. ¿A quién se le hubieran adjudicado aquella mala gente, empezando por la hermanastra regia? No hubiera cambiado la rebeldía, ya que su rectificación correspondía por naturaleza a ser impuesta por el monarca. Éste ni siquiera fue capaz de defender su matrimonio, sólo, como hemos visto, en alguna medida a su hija. 

Es obra de indeclinable consulta sobre nuestro rey y su entorno el estudio que hace Gregorio Marañón, quien al respecto de tan desafortunada esposa no quiere -dice- terminar su libro, "Ensayo biológico sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo -transcribo-:
... sin dedicar algunas palabras a otro de los personajes que hemos tenido que llevar y traer en esta lamentable historia. Me refiero a la Reina Doña Juana, la segunda esposa de Don Enrique. /  Porque todos los actores de la tragicomedia que hemos resucitado han tenido en sus contemporáneos y en la posteridad adversarios y defensores. [...] Pero ante esta infeliz Doña Juana todos los juicios han sido unánimes; todos la condenan por liviana,y nadie le regatea un ápice de responsabilidad en aquel caos con que terminó la Edad Media en España. Y, sin embargo, nosotros desde nuestro plano de historiadores, no de la Historia, sino de la Naturaleza, nos descubrimos respetuosamente ante su tumba. Porque acaso fue en aquella Corte de pecadores la que tuvo más disculpas naturales para sus flaquezas; porque vivió y murió en la dignidad de la heterodoxia de su amor, y, al fin, porque fue la más desventurada -la "triste Reina", como ella se hacía llamar- entre todas las víctimas de un ambiente a la vez refinado y corrompido.
Se inició este estudio en 1930, después en nuevas ediciones se incorporaron novedades -de la que me hallo en posesión es la decimoquinta -1998-, antes tuve otras-. Ya no puede decirse que Juana de Avis carezca en absoluto de defensores, así,por ejemplo,el historiador argentino Marsilio Cassotti escribió la biografía "La reina adúltera", editada en portugués, en la que estudia "la tragedia de Juana de Portugal y de su hija Juana, llamada la Excelente Señora o la Beltraneja, y desvela la estrategia de Portugal para dominar Castilla y conseguir la anhelada unión ibérica. Es dato tomado de internet, no habiendo podido aún conseguir la obra o, cuando menos, lectura de la misma.   

No debió jamás don Enrique acceder a dejar como rehén a su bellísima esposa; ello fue en 1467 e impuesto por la facción enemiga con la que, también idebidamente, entró en negociaciones. Siguiendo Marañón hablando de la desventurada reina, hace estas consideraciones en el capítuloXVII:
Pero llegó el año 1467, decisivo para el porvenir de Doña Juana, y ésta fue entregada por el propio Rey, en rehenes, al Arzobispo de Sevilla, que la llevó al castillo de Alaejos, donde parece que fue galanteada por el propio prelado, y aun algunos insinúan que logró seducirla. / "El Arzobispo de Sevilla perdió el seso, nos dice Palencia, con la prenda que en rehenes le había entregado Don Enrique". La llevaba, sobre una mula, a cazar por los bosques de Coca y aprovechaba el cinegético paseo para requebrarla atrevidamente. Parece cierto que no sólo no logró sus propósitos este liviano Arzobispo, sino que el deseo de huir de él fue una de las razones que determinaron la fuga de doña Juana del castillo de Alaejos. Según Enriquez del Castillo, esta actitud de la Reina fue causa principal del odio que la cobró el Arzobispo, y motivó en gran parte la reunión de Guisando y las consecuencias de este pacto; y es de gran interés este comentario para explicar los turbios fondos pasionales en que se fraguó el histórico suceso, que tanto se ha querido explotar contra Doña Juana.
Tanto el rey como a la reina fueron convertidos por la nobleza y la Iglesia en auténticas marionetas por ellos manejadas. Y ello debido, reiteramos, a la patológica docilidad de Enrique IV, que no ya mera bondad. 
                                            

domingo, 10 de marzo de 2013

A VUELTAS CON EL CONTROVERTIDO ENRIQUE IV DE CASTILLA, EL REY MALTRATADO ( I )

El rey más difamado

Al hablar de la usurpación que del trono hicieron los Reyes Católicos a la princesa Juana de Trastamara Avis -hija biológica o no pero siempre legítima del rey- ya traté, como es obvio, del reinado de este desdichado monarca, mas hic et nunc, aquí y ahora, vuelvo a caminar por esta historia y por esta biografía. Consecuentemente uno y otro artículo son complementarios.

La vida de Enrique de Trastamara y Aragón es de gran controversia; los cronistas se volcaron en atacarle, porque es triste costumbre de historiadores alabar al vencedor y desprestigiar al vencido, y ya no digamos los coetáneos, que, obviamente, impelidos se ven a ello. Ya el paso del tiempo llega a permitir juzgar con libertad, y surge el que escribe de otra manera, el que puede ser ecuánime, pero, de momento y como se ha dicho, la Historia la escriben los vencedores. Por otra parte, el cambio cronológico cambia criterios. 

En nuestra época se ha sido más justos con la figura de referencia, y en general pasado su tiempo, ha existido alguna reinvindicación. Se han escrito artículos e incluso biografías presidiras por esta tendencia, citaré como paradigma el librito -el diminutivo sólo atañe a la extensión- del insigne abogado -estaba en posesión de la cruz de san Raimundo de Peñafort - e historiador Manuel González Herrero, fallecido en febreo de 2006. Era natural de Segovia y, muy amante de su tierra, en ella quiso, pese a su alto vuelo profesional en la abogacía, que transcurriera su vida, y a su provincia dedicó la casi totalidad de su producción de Historia. En junio de 2005 había recibido el reconocimiento de Hijo Predilecto de la Provincia de Segovia. (A esta mención quiero adherir el muy agradable recuerdo que tengo de quien fue mi abogado y amigo). Por su amor a su ciudad y a lo justo, ¿cómo no había de defender al rey vinculado a Segovia a la que quiso y en la que fue querido?