domingo, 16 de abril de 2023

LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA

"La Inquisición, como es sabido, es una invención admirable y sumamente cristiana para hacer al Papa y a los monjes más poderosos y para convertir en hipócrita a todo un reino". -Voltaire -.

Veamos primeramente la etimología de la palabra inquisición. Viene el latín inquisitio-nis, de la tercera declinación, y según en DAE significa "Tribunal eclesiástico establecido para inquirir y castigar los delitos contra la fe. | 2. Cárcel destinada a los reos pertenecientes al antiguo tribunal eclesiástico de la Inquisición-En el Diccionario Ideológico de la lengua española, de Emilio Casares, viene a ser lo mismo.  E igualmente en el Diccionario de Uso del Español, de María Moliner,; en éste se refiere que "por extensión se aplica a los procedimientos de mando o de castigos muy severos o duros y a quien los usa: un juez, un jefe, un padre inquisitorial   Tiene, pues, un tinte de crueldad. 

'Mucho se ha escrito -así inicia Julio Caro Baroja su obre 'El Señor inquisidor y otras vidas por oficio' - acerca de la Inquisición española y más aún sobre la Inquisición en general  Para cantidad de personas -sigue diciéndonos- la existencia prolongada del Santo Oficio ha sido el obstáculo más difícil de salvaren un examen objetivo del Catolicismo. Evidentemente malparados salen los católicos, entre ellos los Reyes Católicos  y su bisnieto Felipe II, auténticos fanáticos. De este rey apunta el citado sobrino del novelista Pío Baroja, que sigue siendo conocido como 'el Prudente' con beneplácito de muchos . Si se le hubiera llamado "el Laborioso", "el  Escrupuloso", "El Religioso" , etcétera, creo yo que hubiera quedado mejor definido y caracterizado, porque aquel rey no tuvo prudencia, es decir, la capacidad discernir lo que realmente convenía en cada caso, en ocasiones memorables y decisivas, como la de la Gran Armada ... 

La  calidad cristiana de los reyes, por mucho que alardeen de su fe -hacen bien; de su caridad no pueden alardear, ni mucho menos- hay que ponerla bajo mínimos. Ya la consigné en otra parte , pero nunca se dirá lo bastante, Es incontrovertible que con poca conciencia, o sin ella, no se no se puede tener fe, lo que ocurre es  que se puede simular aun cuando nuestras obras se hallen en pugna con esta virtud teologal Centrándonos en Fernando de Aragón e Isabel de Trastámara se puede añadir que más se atuvo ella a la ética y a la moral que él, pero es notorio que la medio hermana de Enrique IV no siempre con conciencia, caridad. Entre otros hechos, la implantación de la Inquisición no la revela, ni mucho menos, como humanitaria, pese a las Leyes de Indias. Otra cosa es que se exagere en la Leyenda Negra.  A este fin se manifiesta así el dramaturgo, novelista y biógrafo Augusto Martínez Olmedilla en la biografía de Isabel la Católica: 

Se ha censurado a estos monarcas la intransigencia religiosa, pero téngase en cuenta que la Inquisición existió en toda Europa con las mismas características que en España, aunque con eficacia menor, puesto que aquí se pudieron evitar las guerras de religión, que costaron a otros países millones de víctimas, junto  a las cuales las inmoladas inquisitorialmente aquí representa un porcentaje mezquino. Y en cuanto a la persecución de los judíos,compárese con lo que hemos presenciado en los últimos tiempos y seguimos presenciando todavía. Se trata, sin duda, de hechos dignos de lamentación, pero que no deben cargarse, como es costumbre,a la cuenta de nuestra leyenda negra. 

El libro está publicado en 1945 y tanto las circunstancias políticas in illo tempore como las propias del autor en tal aspecto, no le permitían ser totalmente objetivo. Además era época de exaltación de Isabel y Fernando, de la ilusoria idea imperialista del régimen franquista. 'Los portavoces de los franquistas -expone literalmente Fernando Díaz-Plaja  en su 'Otra historia de España'- llevaron a alturas increíbles los nombres de Isabel y Fernando, cuya obra, se decía, íbamos a continuar tras la guerra civil'. 

Martínez Olmedilla ha establecido paralelismo entre aquella conducta con los judíos y la habida en la Segunda Guerra Mundial. Y en cuanto a F. Díaz-Plaja, en su citada obra, vemos que concuerda en que no es pertinente la comparación:

Cuando se habla de expulsión de lo judíos se usa, como es costumbre en la historia de España, una fórmula tan enfática como inexacta. No se expulsó a un pueblo, sino a un concepto religioso,. Las medidas raciales de los últimos años han contribuido a confundir el problema comparando esa expulsión con la de con la del Tercer Reich, por ejemplo, Hitler intentó acabar con una raza, y todos los perseguidos lo fueron por tener abuelos de sangre judía  y nombres judaicos. / Los Reyes Católicos expulsaron una creencia, no a un pueblo (ya se dijo), porque de haberlo hecho así tenían que haber empezado por echar a su tesorero, Santángel, y a su inquisidor, Torquemada, ambos de sangre hebraica, pero cuyos antepasados se habían convertido.

 Para todo historiador ecuánime, no tendencioso -o cronista obligado al vencedor- es incuestionable que "Isabel había subido al trono por procedimiento nada jurídico", por decirlo con expresión del recién citado historiador. Fue, como es notorio, manu militari, es decir, por la razón de la fuera, no por la fuerza de la razón. Siempre existió el partido juanista, "pero que se veía reducido al silencio con aquellos instrumentos del reino de que se habían valido los Reyes Católicos para acallar toda protesta: la Inquisición, la Santa Hermandad y el ejército permanente", según clave dada por el viejo texto de "Historia de España y de las Repúblicas Latino-Americanas -tomo IX-, de Alfredo Opisso. Dedica un capítulo a 'Juicios sobre el reinado de los Reyes Católicos'. Hay pocos elogios y muchas censuras aducidos, y el propio historiador opina:

Tampoco se puede negar que fueron muchas las injusticias e ingratitudes cometidas: la acción realizada contra doña Juana de Castilla será siempre un punto negro en la historia de los Reyes Católicos, de igual manera que la falta de cumplimiento de las palabras dadas al duque de Calabria y a César Borgia, prescindiendo de lo que fuese éste. No hablemos dela expulsión de judíos y moros. Y recordemos las amarguras de Colón y del Gran Capitán, muertos en el olvido, y de Cisneros, víctima del despego del Rey Católico, después de Orán. 

Personalmente, y a pesar de su dictado de Católico (bien que conferido por un pontífice tan poco autorizado como Alejandro VI) no fue don Fernando un modelo de virtudes, ya que, aparte de su empecatada pasión por el juego [la heredaría Felipe II], dejó cuatro hijos naturales, habidos con cuatro señoras diferentes. 

Inquisición de la Iglesia y de la Monarquía. 

La fe es como el amor: no puede ser impuesta por la fuerza - Schopenhauer -

Fue primero la Inquisición papal creada por Gregorio IX para persecución de la herejía y que confió a los dominicos. Envió jueces, por regla general pertenecientes a esta Orden, a varias partes de Europa  Procedía de  la Inquisición episcopal en la que el obispo de cada diócesis era el encargado de perseguir a los herejes de su demarcación. Así era en la Edad Media; en la Edad Moderna la Inquisición pasa a estar bajo la autoridad de los Reyes Católicos en los dominios de su monarquía, queda a su directo control, es llamado 'el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, teniendo lugar su abolición en "la Pepa", Cortes de Cádiz de 1812, aunque definitivamente no se abolió hasta julio de 1834, regencia de la reina gobernadora viuda de Fernando VII. (La que como viuda tanto dio que decir, consignemos entre paréntesis, y a la que dediqué un artículo en este blog).                                                           

Escudo de la Inquisición española.

La rama de olivo simboliza el perdón a los arrepentidos. La leyenda en latín  que rodea al escudo dice en castellano:'Álzate, oh Dios, a defender tu causa, salmo73.

Partiendo de de las premisas apuntadas por nuestro historiador Díaz-Plaja en cuanto que "la religión era entonces -Edad Media-  parte consustancial de la vida diaria, no un elemento ético o de conciencia" podemos concebir la intransigencia religiosa, y que de ésta arrancara  la Inquisición española como tribunal fundado en 1478 por los reyes -repito- susodichos., tomando -reitero- como modelo la Inquisición de la Iglesia. El inquisidor, más que inquirir, lo que hacía era maltratar a los súbditos del rey respaldado por éste. ¡Vergüenza de Monarquía y vergüenza de la Iglesia!   Fue una verdadera checa, ya he dedicado un artículo a sus utensilios de tortura. Gran espíritu criminal tenía el inquisidor, sujeto corroído de sevicia; era soberbio y ambicioso, cualquier jerarquía le parecía poco, así, y según refiere Luís Pinedo,cuando fray García de Loaysa, cardenal y arzobispo de Sevilla, obtiene la  "Inquisición general" y fueron unos caballeros a contestó avinagrado: 'Mas sea mucha enhoramala que se me da oficio con que os queme'. 

Estos clérigos tan relevantes pero tan imperfectos en sentimientos y costumbres  eran en tiempos de Carlos V y Felipe II muy dados a lo suntuoso y apegados a este mundo, así del gran inquisidor y arzobispo de Toledo cardenal Quiroga, muy amante de los bienes de este mundo, se cuenta la anécdota de que al oír decir " triste cosa es morirse un hombre y no ir al cielo". Replicó: "Y aunque vaya". Se encargaban para su vivienda -de Aquí y de Allá- suntuosos palacios y mausoleos; citaré como ejemplo  al cardenal Espinosa, natural de Marín Muñoz de las Posadas (Segovia), que en el orden religioso correspondía entonces al  obispado  de Ávila. Tras ostentar múltiples cargos religiosos y políticos en ascenso vertiginoso -detalle en que hic et nunc, aquí y ahora, no voy a entrar-. fue en el reinado de Felipe II, que le tenía en alta estima, presidente del Consejo de Castilla e Inquisidor general, cargo éste que obtuvo  a instancia del propio rey al Pontífice Pío V. Por Bula de 9 de septiembre de 1565 era designado don Diego Espinosa Arévalo Inquisidor General.  

Es una ironía de la hez de la humanidad decir, como lema de la Monarquía, que el rey viene de Dios [A Deo rex, a rege lex, 'de Dios, el rey, del rey la ley]. Exclusivamente no. Otra cosa es que en cuanto al Creacionismo pueda ser. En exclusiva no vienen de Él ni los Reyes Católicos, que reitero eran muy imperfectos como personas, cual igualmente como Papa su protector Rodrigo Lanzol de Borja quien indicó como motivo del título otorgado a Fernando la pacificación de los distintos reinos de España. Atestigua, entre otras cosas, la mala conducta con que ambos se comportaron en sus respectivas vidas, por no parar mientes en  otras cuestiones,  el hecho de que el rey tuvo, como ya he dicho, cuatro hijos naturales, y el Papa, ocho. Los reyes estaban empecinados en la Inquisición, Santo Oficio, y no digamos el clero, tanto es así que ningún inquisidor llegó a repugnar de los Reyes Católicos ni de monarca alguno. Anulada la Inquisición española por la Revolución francesa al ser destronado Carlos IV por Napoleón, cuando éste es derrotado en España por Wellington y nuevamente es implantada la monarquía, el felón Fernando VII lo hace, a su vez, de la Inquisición.

Este "santo oficio" de la Iglesia cuando se conjuntó con la Monarquía estaba muy bien pagado, como veremos en otro artículo; lo que no hay posibilidad de ver es la santidad que había en él. Se mataba ¡y de que manera! De ello  -repito- ya he hablado en otro artículo. Repetiré el tema  sine die, haciendo hincapié no sólo, como he dicho, en lo económico sino también en las injusticias que cometió. No dejaré de tratar del gran criminal de la Iglesia católica

                                                               

Torquemada  (1420-1498)
 

Tomas de Torquemada primer inquisidor general de Castilla y Aragón, que es decir Isabel de Trastámara y Fernando II de Aragón, Era el confesor de la Reina. No podía tener un confeso peor, era un fanático Se inició como tal al ser coronada Isabel I de Castilla (1474) siendo nombrado uno de los tres confesores del matrimonio; estaba destinado como prior en en convento de Santa Cruz la Real de Segovia.