domingo, 21 de septiembre de 2014

Santa María la Real de Nieva (Segovia) ante una fantasmagoría de que debió apearse hace seis años. Desde entonces resulta espantosa beocia.

Me gusta la gente con criterio, la que no se avergüenza en reconocer
que se equivocó o que no sabe algo.
La gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por 
no volver a cometerlos.
                                       - Mario Benedetti - 

¿Me decepcionará el cura párroco de Santa María la Real de Nieva? De momento no ha reconocido que se equivocó al contestarme por no saber. Tras mi artículo quedó informado, otra cosa es que se dé por enterado, que no acepte su error. Ya sabe que no se puede afirmar que los restos que contiene el arcosolio de la iglesia son atribuidos a Blanca I de Navarra. Tal atribución es imposible desde el resultado que arrojó la prueba genética, demostrando que ni la parte ósea encontrada del Príncipe de Viana, en Poblet, ni el esqueleto atribuido a su madre, en Santa María la Real de Nieva (Segovia), corresponde a made e hijo. Falsos, pues, los restos de aquel monasterio y los de la iglesia de la localidad segoviana. Se supone, por el equipo científico que practicó el ADN mitocondrial, a quien puede pertenecer la osamenta encontrada en 1994 al efectuarse una obra de albañilería en la iglesia parroquial (antaño oficiaban también los dominicos en la capilla de su colegio) por el contratista Carlos Santos, residente en aquel tiempo en Cobos de Segovia, y siendo párroco el sacerdote José María Martínez Nieto. 

Al principio se dieron por auténticos y se organizó la marimorena por la posesión de los restos. Navarra los rclamaba en virtud del testamento de la reina, en él expresa su voluntad de ser enterrada en el pueblo navarro de Ujué, iglesia-fortaleza de Santa María, mientras Segovia alegaba tener derecho a que quedasen en la provincia donde están desde que murió. Navarra se retiró del pleito al quedar demostrado que los restos no son de doña Blanca. ¿Por qué Santa María la Real de Nieva al no poder continuar sosteniendo que la osamenta es de la mencionada reina, se refugia en que son atribuidos? Repito, y nunca se repetirá lo bastante, que ni siquiera cabe la duda que implica la atribución. Ha quedado descartada toda especulación de la Historia tendente a presentar los controvertidos restos como los de la hija de Carlos III el Noble y de su esposa Leonor de Trastamara, hija ésta de Enrique II el Fraticida y de su mujer Juana Manuel de Villena, abuelos maternos de doña Blanca. Por parte paterna lo son Carlos II el Malo y Juana de Valois. 

Nada que ver esta familia con el sepulcro en cuestión, y digo en cuestión por la increíble obcecación de la localidad segoviaa de no aceptar el hecho inequívoco de que los restos no son de Blanca I de Navarra. Realmente se acabó la cuestión al darse el hecho de que desapareció el punto o materia que fue dudoso o discutible. Por la Historia nunca se pudo afirmar ni negar que el esqueleto encontrado correspondiera a la susodicha reima., no obstante hubo más de uno que tan ignorante como osado lo afirmó, ya reza el dicho que la ignorancia es muy atrevida. Perdonable es lo que puede basarse en el amor a la tierruca, que tan bien plasma el novelista santanderino José María de Pereda, tal el caso de la conferencia que la ínclita santarieña, Carmen Muñoz García, dio en su villa el 31 de octubre de 1994, como primacia informativa del hallazgo, con el título Referencias históricas sobre la sepultura de la reina Blanca de Navarra en Santa María de Nieva y su relación con los restos hallados recientemente en la Capilla Mayor de la iglesia. 


Metedura de pata con increíble obcecación.

Pero es inadmisible, no hay ningún punto de vista que pueda reclamar indulgencia, que a partir del 9 de septiembre de 2008, fecha de presentación del estudio genético, haya habido un santamaieño que afirmó taxativamente que "Los restos de Blanca de Navarra descansan en la iglesia parroquial". Para meter más la pata en el artículo así titulado, publicado el 13/9/2008, le inicia de esta forma:
Los restos de la reina de Navarra permanecen en la Capilla Mayor de la iglesia parroquial de esta villa, apesar de las informaciones aparecidas estos días que pudieran sembrar dudas, y que se repiten cada cierto tiempo, no sé con qué motivos ocultos. [...] Pienso que estos "restos regios" se merecen un descanso eterno, aunque ya vaticiné que no tardando mucho saldría la polémica nuevamente. No me equivoqué.
El escrito, en suma, es de ignorancia, de salirse por la tangente diciendo lo que a su deseo se le ocurre, prescindiendo de reflexionar, y saliendo, por ende, disparates al canto.  ¿Continuará pensando a lo largo de estos seis años que son "restos regios"? Tanto por su parte como por la del párroco es alucinante tanta torpeza, tantas salidas por peteneras, tanta indocuntación. ¿Qué decir del intelecto de quien no admite la ciencia y, por consiguiente, nada le dice el ADN mitocondrial? Yo esperaba que el aludido Alfonso Águeda Martín tuviera noticia de esta prueba científica y la respetara aun no tapando la inscripción del "sepulcro de la mentira" por no serle posible a él, si así ocuriere. 

Este sepulcro no tiene otra verdad que la de la muerte. Se pensó, como indiqué antes, a quién pueden pertenecer los restos, y había decisión de contactar con el Ayuntamiento para el permiso de la pertinente prueba, pero la crisis económica dio al traste con este planteamiento. Cabía la duda de que el alcalde de entonces no lo iba a facilitar, y se hubiera tratado de superarlo. La duda, obviamente, nacía del desprecio que ya se hacía del ADN. ¿Cerrilidad o deshonestidad? Por supuesto que la referencia es de una señora muy mportante, de aquí la zona de la iglesia en que fueron encontrados sus restos mortales, pero, claro, menos que la reina que en Santa María de Nieva (la de Segovia, no la de Almería) murió y fue enterrada, algo harto publicado y sabido, aunque el sacerdote con destino en la localidad me exponga: He leído en varios sitios y creo nadie duda que realmente la reina Blanca I de Navarra murió en esta villa y recibió pompas fúnebres, así como entierro en ella. Creo que ahí la historia calla. Salvo que sea de la manga, no sé de dónde saca pater Águeda que la historia calla que murió en esta villa segoviana, fue enterrada en la misma y, antes o después, se le dijo un funeral. Además, si lo ha leído en varios sitios será porque no lo calla la Historia. Es una salida contradictoria. 

jueves, 11 de septiembre de 2014

Ilustres políticos y otros peyorativos ilustres de nuestro tiempo. Y otras irregularidades.

Ya sólo meten en la cárcel a los que pueden vivir 
perfectamente fuera de ella.  - Antonio Gala - 

Ha acabado el reinado de corrupción pero ésta, no; cada día salen nuevos nombre a la concurrida palestra de la corrupción. No sé ni cómo caben. Banqueros, militares, políticos, funcionarios, particulares (ladrones de profesión o de afición): en todas parte coecen habas, menos en la holla de los pobres, a los que se condena sin tanto requilorio por hurto famélico. -Antonio Gala en frase lapidaria que debiera exhibirse en el Congreso de los Diputados, y que yo he citado más de una vez porque es fiel retrato de nuestra época-. Se llevan la palma los políticos y los banqueros, que vienen a formar una masa, aparte del político que pasa a ocupar un alto cargo en la banca, algo sumamente impropio; en fin, todos los hechos raros que surgió a nuestra vista. Para el corrupto, se trate de un político,de un banquero, de quien fuere, debiera impedirse el indulto, pero, lejos de ello, bochornosamente se desimputa a evidentes cacos. 

A propósito, ¿se desimputará a la infanta Cristina por segunda vez? "Todo es posible en Dinamarca", decía Hamlet, y hoy día también puede afirmarse que "todo es posible en España". En esto de la corrupción se está dando una imagen enormemente vergonzosa, véase cómo habla la prensa extrajera de nuestro país, empezando por el comentario a la ingente fortuna atribuida a don Juan Carlos de Borbón y Borbón. ¿Por qué será que el nuevo rey ha prohibido a su padre dedicarse a los negocios? Se dedicó a lo largo de su reinado a ello, pese a estarle vetado a un monarca constitucional. Esto es impepinable y a lo que parece contagió al reino, pues, como el citado Gala dice, nada es tan contagioso como el mal que desciende de lo alto, de quienes deberían ser ejemplares, y son, además de corruptos, corruptores. Hasta conseguir, como vemos, que la sociedad, envidiosa, desee ser corrompida y admire a los ladrones. Ya Antonio Machado escribió: 


La envidia de la virtud
                                                            hizo a Caín criminal.
¡Gloria a Caín! Hoy el vicio
                                                           es lo que se envidia más.  
Entre ella y él. 

La reina Sofía tiene motivos innumerables para estar súper quejosa de su cónyuge: le descubrió su infidelidad conyugal al poco de morir el dictador Franco, es decir de ser reyes. Y desde entonces alcobas separadas y él fue desde la de una bella a la de otra. Aun bajo la protección de la censura en que estuvo la monarquía juancarlista, no dejó de trascender a la ciudadanía las amantes fijas, que no excluían las volátiles o pasajeras, del monarca.

Al ex rey Juan Carlos tampoco le han faltado poderosos motivos para encontrarse a disgusto con su mujer. Recientemente podíamos leer en "Diario de Mallorca", y con el titular "El Rey dejó de veranear en Marivent por culpa de los griegos": 
No podemos olvidar la reiteración de motivos, según los cuales don Juan Carlos de Borbón dejó de venir a Mallorca por el escándalo de Urdangarin o por su amistad entrañable con Ciccicorina, pero podemos contarles la verdad. El Rey Padre, hoy tan desaparecido como Jordi Pujol y por los mismos motivos, se hartó de soportar a Constantino de Grecia y demás gorrones griegos. Es duro tropezarse a cada paso con Irene de Grecia, invocando por los pasillos de Marivent a los santones hindúes reencarnados en vacas. Por no hablar de Sofía de Grecia, a la que su marido querría aplicar la solución israelí. 
Un gran disgusto dio doña Sofía a su marido cuando en el apogeo del caso Nóos partió para Washington a ver a la hija y el yerno y se retrató con ello. ¡Qué tremendo despropósito! El rey y su Casa querían cubrir el expediente, simulando distanciar al matrimonio, pero ella no tuvo en cuenta que por encima de su papel de madre estaba el de reina. ¡Que burla a la nación! ¿Y qué ha venido pasando con el matrimonio en cuestión en las Navidades? Que se reunían en La Zarzuela. ¿Y qué ha hecho el ex rey Juan Carlos con su chalet de Baqueira Beret? Permitirles que en verano pasaran en él los fines de semana. ¿Dónde esta la ruptura familiar con ellos? La única separación que ha habido ha sido eliminarles de los actos oficiales. Es, en fin, un tema manoseado y que, a base de serlo, ha de ser archisabido de todo el mundo.   
 
La familia real nunca ignoró lo que pasaba en su casa. 
 
Se considera unánimemente que don Juan Carlos tenía conocimiento de los negocios -su nombre crudo es el de estafas- de su yerno en colaboración con su socio Diego Torres. ¡Cómo no había de saberlo si Urdangarin se servía en sus actividades hasta del Palacio de Marivent y en él le ayudó para su entrevista con Francisco Camps y Rita Barberá! Al hacerse el peligro inminente le hizo ausentarse de España, colocándole en Washington, lo que implicaba protegerle. Nadie duda de que el matrimonio Urdangarin-Borbón se fue a Estados Unidos huyendo de la quema, como suele decirse; se vislumbraba el momento de aflorar el affaire del cuarteto Torres-Tejeiro y Urdangarin-Borbón.Natural y lógicamente la disyuntiva es  esta: O lo sabían todos en la familia o no lo sabía ninguno, pues que, de saberlo uno, lo sabían todos. Ahora nuevos e-mails a que Diego Torres echa mano para demostrar que Felipe VI sabía a qué se dedicaba el Instituto Nóos.