sábado, 3 de diciembre de 2022

La Navidad y su trascendencia

Según el Evangelio de Lucas un ángel anunció a los pastores el nacimiento de Jesús.

Basta visitar esta imagen en internet para ser informados de la historia de la Navidad, mas yo trato de presentar su modus operandi en el ámbito de la humanidad o naturaleza humana.

Si noviembre es el mes de pensar en la muerte, es diciembre el mes de pensar en la vida. Nace el hijo de Dios para salvarnos de la muerte: 'Yo soy la resurrección y la vida: quien cree en mí, aunque haya muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí vivirá eternamente -Evangelio de San Juan 11: 25-26-. Lo expone y lo ratifica. Nos agarramos en nuestra religión ante el pavor de la muerte, a un clavo ardiendo. En verdad que es un lavo en cuanto a 'dolor agudo o grave cuidado o pena que acongoja el corazón.

Jesús nació, murió y resucitó; nosotros nacemos y morimos (ser-para-la-muerte de Kierkegaard) a este transcurso de la vida que, bajo alguna teoría, se ha dado en llamar sueño. En 'La vida es un sueño' nos lo explica muy bien el príncipe Segismundo: <... estamos en este mundo tan singular, que el vivir sólo es soñar, y la experiencia me enseña que el hombre que vive, sueña lo que es hasta despertar>. Se pregunta su autor, Calderón de Barca, qué es la vida: <¿Qué es la vida? Un frenesí, ¿Qué es la vida?  Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son>. Y esta teoría de la vida como sueño la alimenta también Shakespeare, que nos dice <Somos del mismo material de que se tejen los sueños, y nuestra propia vida termina en un sueño>. Más cerca de nuestra existencia, y por citar otro ejemplo, podemos leer en Ganivet: <Vida y muerte sueños son, / y todo en el Mundo sueña... / Sueño es la vida del hombre, / sueño es la muerte en la piedra>.

Dios quiso que su Hijo tuviera naturaleza humana -divina y humana- no sólo para darnos lección de muerte, sino tantas otras, empezando por la de humildad. Nace en un pesebre a falta de habitación en la posada; esta imagen se pone en las iglesias y en los hogares durante la Navidad y parte esta costumbre de San Francisco de Asís (1223). Estuvo Jesús en la tierra 33 años; en su infancia Herodes le quiere eliminar -es la persecución de los inocentes- y han de huir con él María y José a Egipto de donde regresarán a Nazaret, teniendo vida oculta hasta los 33 años de edad en que inicia su vida pública. En su casi totalidad es ésta la que narran los Evangelios.

Dentro de la etapa navideña, concretamente el 28 de diciembre, se celebra la festividad de los Santos Inocentes.


Se trata -leemos en la imagen y trascribimos literalmente- de una tradición que data de los primeros años de la era cristiana; fue en esa fecha cuando el rey Herodes el Grande dio la orden de acabar con todos los niños menores de 2 años nacidos en Belén, con el fin de asegurarse de que el anunciado Mesías, futuro rey de Israel, fuera asesinado.

Su vida pública duró tres años porque la puso fin su pasión y muerte. Fue procesado como un delincuente. Nada habla con mayor precisión de la maldad y necedad de la humanidad Ya traté otrora del 'Proceso de Jesús', del dramaturgo italiano Diego Fabbri (1911-1080)

Jesucristo nos aleccionó para vivir y, ante todo, nos mandó hacer buenas obras y nos ofreció determinados premios al cumplir sus enseñanzas, lo que quedó de manifiesto principalmente en el Sermón de la Montaña . He aquí las Bienaventuranzas según San Mateo:

1. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

2. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra.

3. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

5.Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

6. Bienaventurados los que tienen corazón, porque ellos verán a Dios.

7. Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

8. Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Él enseña a la muchedumbre

¿Aprendió la humanidad las enseñanzas del Hijo de Dios?


Nequaquam. De ningún modo, de ninguna manera, gran parte de la misma, Véase el concepto que manifiestan autores como Fray Luís de Granada, Gracián, Jaime Balmes, etcétera, citando escritores de la Iglesia, ya no hablemos de los laicos. Pongamos como broche esta descripción que del hombre hace Jaime Balmes, apud 'El Criterio': 'El hombre es un animal depravado, la sociedad es una cruel madrastra, mejor diré, un verdugo que se complace en atormentarnos, que nos insulta y se mofa de nuestras angustias, al mismo tiempo que nos cubre de ignominia y nos da la muerte. No hay buena fe, no hay virtud sobre la tierra, todo es egoísmo, miras interesadas, perfidia, traición, mentira'. ¡Cuán pocas excepciones hay de personas que no son animales depravados, y estos seres también los conoció Jesús y le hicieron bien!

'Las Tres Marías en la tumba'

Pero no le faltó el traidor Judas Iscariote. También en alguna medida le traicionó Pedro, negándole.

La Navidad tiene un tremendo trasfondo de hipocresía, en ella se alardea de amor fraterno, siendo así que "la fraternidad -Flaubert dixit- es una de las más bellas invenciones de la hipocresía social". Dando por cierta ésta, Carlos Dickens hace que resulten molestas, odiosas, las acostumbradas   manifestaciones navideñas. Pero solamente a un individuo como el de su novela 'Cuento de Navidad'

El protagonista, Ebenezer Scrooge, prestamista, hombre raro y avaro, llega a arrepentirse de su egoísmo tras las visitas del espíritu de tres Navidades. Es la Navidad futura con vista a la muerte tras su vida solitaria <malvada y tacaña> la que le hace reflexionar y rectificar de actitud, surgiendo en él esta afirmación: "Haré honor  en mi corazón a la Navidad y procuraré mantener su espíritu a lo largo de todo el año". Ya no detestará de las fiestas familiares, y se reúne con su familia.


Navidad familiar. Su descripción por Pedro Antonio de Alarcón.


En cuanto a ésta lleva la Navidad una característica, una cualidad, de tristeza que muy bien detalló este escritor nacido en Guadix (Granada), en su narración 'La Nochebuena del poeta'.

En cuanto a ésta, lleva la Navidad una característica, una cualidad, de tristeza que muy bien detalló Pedro Antonio de Alarcón en 'La Navidad de poeta'.

Pinta en ella el recuero de una Navidad de su infancia, reunida toda la familia e incluso con los criados. Siempre para todos este recuerdo punzante de alma.
Aun me parece veros, padres y hermanos!
[...] Mi padre y mi hermana mayor tocaban el harpa, y yo le acompañaba, a pesar suyo, con una zambomba. ¿Conocéis la canción de los aguinaldos, la que se canta en los pueblos que caen al Oriente del Mulhacén? Pues a esa música se redujo nuestro concierto. Las criadas de encargaban de la parte vocal, y cantaron coplas como la siguiente: 
Esta noche es Nochebuena,

Y mañana es Navidad,

Saca la bota María,

Que me voy a emborrachar…
[...] De pronto, en medio de aquella alegría, llegó a mis oídos esta copla, cantada por mi abuela paterna:
La Nochebuena se viene,

La Nochebuena se va,

Y nosotros nos iremos,

Y no volveremos más.
A pesar de mis pocos años esta copla me heló el corazón

Y era que se habían desplegados súbitamente ante mis ojos los horizontes melancólicos de la vida…

Fue aquel un rapto de intuición impropia de mi edad; fue milagroso presentimiento; fue un anuncio de los inefables tedios de la poesía; fue mi primera inspiración... Ello es que vi con una lucidez maravillosa el fatal destino de las tres generaciones allí juntas y que constituían mi familia. Ello es que mis abuelas, mis padres y mis hermanos me parecieron un ejército en marcha, cuya vanguardia entraba ya en la tumba, mientras que la retaguardia no había acabado de salir de la cuna. ¡Y aquellas tres generaciones componían un siglo! ¡Y todos los siglos habían sido iguales! ¡Y el nuestro desaparecería como los otros y como todos los que vinieran después!...

La Navidad es inminentemente una fiesta religiosa, pero no exclusivamente. Es celebrada por quienes tienen otra religión o ninguna, el ateo. No le falta tampoco el hecho de ser comercial, verdadero marketing. Ello se haya al margen de nuestra mira temática de la que ya hemos dado una idea y queda cumplido nuestro propósito.