viernes, 24 de abril de 2020

Sobre la Política de hoy y la de siempre. - Esta crisis sanitaria ha dado a España la puntilla.



El coronavirus ha coronado la muerte al producirse en progresión geométrica; en este aspecto tendrá fin en este año de su aparición, pero ¿cuándo será el de la crisis económica que ha provocado? No seamos ilusos, irá para largo. Si hay inteligencia Política; si no la hay, pues apaga y vámonos. La solución posible se halla enmarcada en gobernar con justicia y moral, asimismo sin vanidad. El gasto que afronta el Estado no deja de ser motivado, entre otra cosas, por esa falta que empieza señalando el libro de la Biblia ‘El Eclesiastés’: ‘Vanitas vanitatum et omnia vanitas’, vanidad de vanidades y todo vanidad, ¡Que daño hace esta vacuidad! Cuando se da este vacío mental el daño es impepinable, y no solo continuaríamos en él sino que precipitaría el declive en el que, contra toda apariencia, se encuentra España.

Se ha de efectuar recortes pero no con tijeras a lo Rajoy, pagando siempre el ciudadano de a pie los vidrios rotos, se han de verificar en amplitud y con profundidad. Han de darse por enterados los políticos de que muchos de ellos están sobrando, ya no digamos sostener un régimen monárquico, el cual desde ha muchos años es tan anacrónico como inútil, mero lujo con toda su parafernalia, cual la guardia real. Y toda una familia cobrando del Estado. Dice Juan Balansó que no hay rey pobre, pero es el caso que tampoco suele haber viviendo de manera menesterosa pariente de rey.

Está destrozado nuestro país por la vanidad, el lujo y, para colmo, la corrupción. Ésta existió en los Gobiernos de los cuatro presidentes, dos del PSOE, Felipe González y José Luís Rodríguez Zapatero, y dos del PP, Aznar y Rajoy. En los periodos de José María Aznar batió el récord sin que su sucesor, por él mismo elegido, se ocupara en absoluto de tal lacra, antes bien hizo lo posible e imposible por taparla, principalmente la de su partido. Fue Rajoy el presidente de mayoría absoluta aplastante, e igualmente de caída vertiginosa, ninguno decepcionó tanto. Fueron los cuatro, en el fondo, tan amigos que no les importó hacer alarde de esta amistad reuniéndose una noche, y el rey con ellos, a cenar en Casa Lucio. 
                                        

Tutti contenti, más que el grueso de los españoles con ellos. ¡Buen quinteto!

Cuando la monarquía zozobraba por lo indiferente que resultó para Juan Carlos I la mala situación económica en que se encontraba España, fue Felipe González quien la salvó consiguiendo de su amigo que abdicara a favor de su hijo contribuyendo a ello el entonces presidente Mariano Rajoy Esta amistad y apoyo a la monarquía es algo que no concebiría su compañero de partido y fundador del mismo Pablo Iglesias senior -1850-1925, no amigo, evidentemente, de Alfonso XIII. La caída física en los días de su zafari en Botsuana, acompañado de su amante y compañera de negocios Corina Larsen, conmemoraba el aniversario de la Segunda República aquel año de 2012  Una vez mejoró de la operación de cadera, pidió perdón a los españoles desde la Clínica: ‘Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir’. 
    
Estábamos destrozados –reitero- por la crisis anterior y no salimos de este túnel, se prolonga. Aquélla fue debida –se ha de insistir- a la mala dirección política, caracterizada por la torpeza y egoísmo personal existente en la esfera política y en la administrativa, lo que antes dije de otra forma. Y estas situaciones malas y difíciles cuando no es de una clase es de otra, aunque no, ciertamente, de crisis ministerial, pues en España no entienden los políticos de dimitir. La crisis sanitaria no la motiva la política, sí el poner los medios con más o menos acierto y sentido de responsabilidad. Y así va el mundo; ya Benjamín Disraeli, primer ministro de la reina Victoria I de Inglaterra pronosticó: 'El mundo está gobernado por personajes que no pueden ni imaginar aquellos cuyos ojos no penetran en bastidores'. Schopenhauer y había manifestado que 'la maldad y la necedad son las que gobiernan'.

La Política no goza de verdadero prestigio, solo tiene de él mera apariencia, incluso sus artífices lo consideran así, recordemos esta frase lapidaria de Indalecio Prieto: 'Hay dos clases de hombres: los buenos y los políticos'. El juego político tiene su anclaje en la mentira, engaño, hipocresía, se pide transparencia como mucho pedir, ilusoriamente, pero la verdad es lo que asegura y he citado alguna que otra ves, Antonio Gala: 'El descrédito se les supone a los políticos como el valor a los soldados'. La Política es un engañabobos aun cuando bobería es también no interesarse por tal juego, dejar vía libre al político profesional. Esto ya lo procura él y en pos de neutralizar la Prensa y, por otra parte, no concede plena independencia al Poder Judicial. Lo pide la sociedad y lo prometen todos los partidos en las Elecciones Generales, pero luego..., 'si te he visto, no me acuerdo' El político además se brinda con el aforamiento: si en nuestro país es una barbaridad el número de políticos, lo es también el de aforados. Increíblemente lo está hasta el político de tercera división. 

De todos estos avatares he hablado largo y tendido en mi blog; en él con más libertad que en la prensa de papel que me ponía cortapisas. Era ésta la de provincias, la cual se encontró siempre bastante mediatizada; de cualquier forma  cuanto se publique sobre este particular es, digamos por enésima vez inútil predicar en desierto. Ya lo hizo el Bautista y, además de serle inútil, originó su decapitación. Ahora con motivo de la angustiosa situación que atravesamos, hay principalmente en la Prensa hablada multitud de comentarios sobre la actuación del nuevo Gobierno, el cual, fuerza es reconocerlo, ha sido brutalmente sorprendido, como lo hubiera sido cualquier otro, por esta pandemia que vivimos. Y demos gracias a Dios los que podemos contarla. Que los gobernantes hayan actuado o no con diligencia, inteligencia y honestidad es otra cosa-
                                       

No es para ensalzarles por su previsión y lucha contra la pandemia

¿Nos hará esta pandemia más humanitarios con la lección de muerte que nos está dando? No lo creo. No mejoró la humanidad tras la peste negra sufrida en el siglo XIV. No, no mejoró la civilización; Voltaire opina al respecto que 'la civilización no suprime la barbarie. la perfecciona'. En la barbarie de delincuencia que venimos soportando desde hace bastantes años hay que incluir la actual eliminación de vidas que hubieran podido reducirse con una dirección política mejor, pues no ha dejado de verse la la mentira, la maldad; en definitiva, la inmoralidad. 

Siempre la corrupción y/o la mentira. [Hoy leemos que Felipe González dice: 'Nunca he creído que Pujol sea un corrupto'; bueno, valga la digresión]. 'El hombre no puede ser separado de Dios, ni la Política de la Moral', y esta afirmación la ha hecho quien por Dios y la Moral se enfrentó a ese fiero y cruel orotómano que fue Enrique VIII de Inglaterra, yerno de nuestros Reyes Católicos, nos referimos a Tomás Moro, elevado a los altares. Bárbaramente, dicho de modo peyorativo, no han ido al unísono la política y la moral, sino todo lo contrario, en abierta discrepancia, sin unanimidad. Y esto protagonizado tanto por corruptos que se creen estar junto a Dios como por los que se consideran separados. Unos tienen una Religión a la carta, son fariseos, hipócritas,  y los otros carecen de ella, son ateos.                    

martes, 14 de abril de 2020

El final del relato de una vileza que es un fallo más de la política de nuestra época.

El médico ve al hombre en toda su  debilidad;
el jurisconsulto, en toda su perversidad; el
teólogo, en toda su necedad.-Schopenhauer -  

 La mentira siempre está mal, pero dentro de la misma hay evaluación; así pues, no es tan reprobable una mentira piadosa como mentir para robar aun cuando las dos tengan por fondo el engaño. El administrador de mi arrendadora fue marrullero ab inicio, y no ha dejado de usar su astucia tramposa, su m ala intención, a lo largo del arrendamiento. En el anterior artículo he sacado a relucir sus mentiras, sus zancadillas, con vistas a justificar hechos indebidos realizados o para realizarlos; hic et nunc, aquí y ahora, me referiré a alguna acción vituperable más. Si ya se necesita cara –rostro de hormigón armado- para intentar supeditarme a él con la petición de franquear la entrada a quien viniera a  ver mi apartamento, ya que está en venta, qué decir de cuanto voy a exponer hoy. La supeditación la encontrará normal, dado que empezó dominándome, avasallándome.  Pero hay un fallo, éste radica en que creyó que me engañó, tanto más si la empleada en que delegó la faena no le ha contado que firmé el contrato a regañadientes.

Hay que eliminar en el arrendador la falta de miramiento, de nulo respeto, atención y circunspección con que actúa con el arrendatario. Generalmente malo si ejecuta el contrato, y peor si mediante tercera persona, representante, administrador, apoderado, lo que fuere. En cuanto a mí puede decir que, salvo fijación del precio de alquiler, el documento fue correcto, sencillo, sin trampas a la corta ni a la larga en un contrato hecho sin intermediario. Está clara la aquiescencia que un administrador –esté colegiado o no- ha de tener respecto a su administrado, pero en el caso que vengo sufriendo creo que uno y otro “tanto monta, monta tanto”. E igualmente en lo que atañe al grado de civismo y educación. “””Comercian””” por la tremenda.  Y pienso que la política ha coadyuvado a crear entes de este jaez. El novelista y filósofo José Luís Sampedro sostiene que ‘tendríamos que indignarnos 1.000 veces más’; ello en rechazo a la situación política de España, a su sistema. No se persigue a ningún estafador, desde el vulgar estraperlista de un apartamento al ladrón de alto coturno.       

Hemos de pensar con Schopenhauer que el Estado es imprescindible; recitamos ser amansados y dirigidos por él, pero si es el propio Estado el que admite la injusticia…, pues fácilmente ocurre la afirmación de Thomas Hobbes: Homo hominis lupus, el hombre del hombre es lobo. Ha de ser un Estado quien proteja a la persona, en el que también pensó Rousseau: ‘El gobierno tuvo su origen en el propósito de encontrar una forma de asociación que defienda y proteja la persona y la propiedad de cada cual con la fuerza común de todos’. De por sí la negligencia de la política con referencia al precio exorbitante del alquiler urbano  -auténtico estraperlo- denota la falta de autoridad moral para combatirlo. La gigantesca corrupción imperante en todos los Gobiernos de la transición les ha hecho cerrar los ojos para no ver tan nefasta situación. Cuando hay porqué callar, resulta dificulto hablar y más actuar. Por lo que todo se transfiguró en tolerancia de abusos económicos, y, consecuentemente, todo individuo que, de un modo u otro, podía practicar el trinque  en la medida que fuere, y carecía de escrúpulos, pues adelante. Los políticos no lo corrigen, optan por mirar a otro lado. 

La persona tiene derecho a la propiedad, se lo concede también nuestra tan vulnerada Constitución en su artículo 33: 1. Se reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia. 2. La función socia de estos derechos delimitará su contenido de acuerdo con las leyes. 3. Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes. Mal asunto este de la expropiación, lo sufrí en una finca rústica para una carretera y los metros expropiados me fueron abonados míseramente, menos mal que fueron pocos. Pero el derecho a la propiedad no  da, a su vez, potestad a esclavizar en modo alguno a otra persona. La propiedad que en el fondo no es un robo, aunque lo sostenga Proudhon en su libro, ‘¿Qué es la propiedad?’, no ha de servir para robar; se puede rentabilizar pero sin usura y sin practicar con ella trampas varias para mayor ganancia. Dije que en principio no es un robo, o sea, en esencia, la propiedad no es un robo, porque hay formas en que sí lo es. Tema éste de que otras veces traté.

Circunscribiéndome a mi problema de arrendamiento de un apartamento por no  estar alejado de mi familia, continuaré refiriendo cuanto de abuso e ilegalidad tiene el contrato que hube de aceptar velis nolis, quieras o no quieras, que sabido es que ‘a la fuerza ahorcan’.  Y que también clarifica este otro dicho: ‘Obligado te veas para que lo creas’. Como opina Ortega y Gasset, ‘yo soy yo  y mi circunstancia, y si no la salvo a ellano me salvo yo’.  Caí en no muy limpias manos, que digamos, de arrendadores.   
No es precisamente un administrador quien ha de abogar por el final del estraperlo del alquiler de vivienda, pensando que de tan anómala situación saca tajada, practica un aprovechamiento peyorativo.  Hoy tengo la experiencia de lo fatal que resulta que el arrendador tenga administrados, ello este tiempo de pisos sueltos.

Del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas de España.  

Omnia per pecuniam falsa sunt.
Todo es falso a causa del dinero.
-Francisco Delicado, apud 'La
Lozana Andaluza'.    

Ya dejé expuesto que pertenecer a un colegio profesional no implica garantía de honradez, se trate de la profesión que fuere, es a tal efecto como pertenecer a un círculo regional, un casino, un club. Lo que recientemente me deja algo sorprendido es la lectura en Internet de las siguientes líneas:

Hay mucha gente afectada por la actividad de los administradores colegiados. Colegiado no significa garantía ni honradez, es más bien lo contrario, porque los colegios de administradores respaldan a sus afiliados independientemente del delito que estos cometan. Es una asociación de judas que por una cuota que le pagan sus afiliados es capaz de pasar por alto la legislación vigente. Si tanto daño, perjuicio y sufrimiento causan los administradores a sus clientes, surge una pregunta: realmente hace falta esa pandilla de estafadores? Por qué la gente no se une para prohibir ejercer esa profesión o para proponer al gobierno elaborar una ley que proteja a los propietarios de esa pandilla de chacales?

Relata refero, refiero lo que oído.

Si a los propietarios, en propiedad horizontal, hacen daños, ¿qué decir de cuando actúan de administrador particular? Aniquilan al arrendatario ingresos y salud, le traen por la calle de la Amargura. En legítima defensa me he visto impelido a dirigirme mediante correo electrónico a la mencionada institución que supervisa los Colegios de administradores donde me fue comunicado que previamente tenía que dirigirme al Colegio Territorial al que esté adscrito el colegiado en cuestión.  Aquí empecé a dar pasos en falso, y no por mi culpa. Me explico:

No teniendo, o, al menos, no figurando e-mail, el Colegio de Administradores de Guadalajara, les telefoneé y saltó un contestador automático (¡vaya!), dejándoles el mensaje de que me comunicaran, por favor, su correo electrónico porque tenía que hacerles una notificación de queja de un miembro de ellos Obviamente les dejé el mío. Pero que si quieres. Harto de esperar me dirigí a dicho centro de Albacete exponiendo ya mí queja, y concibiendo más esperanza al quedar ya formulada mi denuncia y pensando en cruce de correspondencia perfilando el tema, mas tampoco he obtenido respuesta.

Queda palmario, patente, manifiesto, cuán “””diligentes””” son en atender al público y, asimismo, la función de estas sociedades en la ordenación y disciplina de la actividad profesional de sus componentes. A los primeros no les interesaba lo que pudiera notificarles; a los segundos les trae al fresco, les es completamente indiferente, como pone de relieve su inhibición, las fechorías de quienes integran la corporación. (Si tenían que ponerse en contacto con sus compañeros de Guadalajara, pues que lo hubiera hecho, o, cuando menos, darme alguna respuesta, pues no me dirigí al margen de la demarcación).  Tal proceder viene a corroborar, confirmar, ratificar lo expuesto en Internet.

Ni que decir tiene que si no consigo ser atendido por el Colegio Territorial o uno adyacente he de acudir nuevamente al Consejo General, ubicado, naturalmente, en Madrid, a probar si atienden quejas contra sus clientes. Hoy por hoy no puedo pensar que este organismo dé la razón a un administrador que transgrediendo brutalmente la LAU en cuanto he dejado manifestado y a lo que añado ahora que me cobró un año de renta por adelantado. Y aún dejo por relatar algo, también grave, en tanto no concrete su estudio. Si pongo el caso en manos de un abogado tendría amplio y complejo análisis a realizar.

Justificación de mi trío de artículos seguidos sobre las injusticias inherentes a la vivienda.                                                          
                                                
Son consciente de que este artículo es, cual música de cámara, variaciones sobre el mismo tema de mis dos anteriores; ahora bien, no he dejado de introducir más ilegalidades de arrendadora y administrador tan… imperfectos. Amén, por otra parte, de haber realizado una incursión en los Colegios de Administradores. Y no omitiré del cúmulo de ilegalidades de mi contrato basura que no es a los seis meses del contrato cuando se verifica el aumento  de alquiler, sino al año. De nada le vale al administrador consignarlo en el documento  -indudablemente lo hizo a ver si cuela-, puesto que son nulas las causas ilegales que limitan los derechos del inquilino contemplados en la LAU.A lo mejor lo sabe tan... """dilecto""" administrador, y a lo peor no quiere enterarse. Espero no ocurra así con el Colegio de Administradores a que me he referido, tal vez haya decidido procrastinar su respuesta al final de la cuarentena, a pesar de ser internet independiente de ella, no implica contagio de este virus tan mortífero y ruinoso. ¡Por si era poco quebranto a grandes sectores de la sociedad las injusticias que ya existían, pudiendo figurar a la cabeza el alquiler de vivienda!  

Y la <fiesta> mía continúa. Proseguirá tras este paréntesis de la crisis sanitaria. Se dice que ha servido para acercarnos a Dios, para mejorar a las mala personas; no lo creo, éstas seguirán en su inmoralidad y crueldad.  
 

lunes, 6 de abril de 2020

Más pillerías acerca del alquiler urbano. Todo ardid o artificio engañoso.

Ante una infamia  es  vil guardar
silencio, y es indigno no rebelarse
y combatirla. - A. Pérez Reverte -  

¿Y como no cuando se trata de la autodefensa? Voy a explanar en este artículo lo que a alguna amistad mía le ha sucedido con el alquiler urbano, así como a mí, pues que, aparte la usura que supone, se halla por lo general plagado de nocividad. Es en definitiva, con relación al tema una continuación del anterior. ¿Quosque tamden, hasta cuándo, va a durar las marrullerías que se vienen haciendo con la Ley de Arrendamientos Urbanos? Así como la mentira genera otras mentiras, la injusticia genera otras injusticias.   No es justa y, sobre  todo,  no  es clara, precisa,  determinante, la  vigente LAU -noviembre de 1994- aún con última reforma del 6 de marzo de 2019. 'Una cosa no es justa por el hecho de que sea ley. Debe ser ley porque es justa', nos aclara el barón de Montesquieu en 'El espíritu de las leyes'. También: 'Dadle al hombre oportunidad de ser injusto y no la desaprovechará'. Esta circunstancia u ocasión propicia se le presenta con el injusto precio del alquiler, ya las demás injusticias son el venero, o sea, su origen y principio de donde proceden  las demás tiranías, el contravenir - o tratar de ello - todo derecho del arrendatario.     

El arrendador ha de respetar el domicilio de su arrendatario. 

Yo conozco  un caso tremendo, tanto es así que presenta una desfachatez inaudita: Un administrador comunica al arrendatario que la arrendadora ha decidido vender el apartamento, por lo que desde ahora tendrá que colaborar abriendo la puerta a quien llame para verle con idea de adquirirle y enseñárselo. Ni que  decir tiene que el inquilino, que además llevaba en en el apartamento ocho o nueve meses, se quedó estupefacto ante esta salida de pata de banco, la cual implica este dilema: El administrador es idiota o toma al inquino por tal. Es -reitero- la acción de aquél de absurdo, despropósito -ello independientemente de que esté o no colegiado-, malo si tiene tal ignorancia -crasa ignorancia, imperdonable- y peor si la afecta, porque en este caso evidencia falta de rectitud moral. 

Habían de enterarse tal administrador y su cliente que, aunque éste conserve la propiedad, ha transmitido al arrendatario la posesión legítima de la vivienda o apartamento arrendado. No ya puede negar la entrada a quien envíe uno u otro, sino al administrador y al arrendador. A ello le autoriza el artículo 18. 2 de la Constitución:
El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él  sin consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito. 
También le confiere potestad, facultad, legitimidad, el artículo 202 del Código Penal: 
El particular que sin habitar en ella entrase en morada ajena o se mantuviera en la misma contra la voluntad de su morador, será castigado con la prisión de seis meses a dos años.   
Por los hechos abusivos e ilegales  de que había sido víctima, temía mi amigo que pudieran haberse reservado un juego de llaves y penetrasen en su apartamento no estando él. Le indiqué que podía  cambiar la cerradura y no solo con vistas al arrendador o administrador, sino al inquilino anterior que pudiera tener copia. 

E igualmente, ante la lucha que sostiene con el administrador para que le facilite el contacto  con la arrendadora, recela de que la figura como tal en el contrato sea realmente la propietaria del apartamento. Mi recomendación ha sido que dé un paso fácil, y que viene a costar unos diez euros, y es dirigirse al correspondiente  Registro de la Propiedad y solicitar una Nota Simple Informativa. Entre los datos que se encuentra en este documento, figura si está o no hipotecado el inmueble de referencia. 

Indubitadamente es inadmisible bajo el punto de vista de la razón, la moral y la ley que un administrador se niegue a facilitar al arrendatario la dirección del arrendador, su cliente, cuando acudiendo a la que figura en el contrato resulta que no se encuentra en ella. La situación entre administrador y el inquilino de su administrada es problemática, irresoluble, y ya es tiranía por parte del primero negarse a informarle de la actual dirección de la arrendadora. El caso resulta por demás raro, extraño, anómalo. ¿En quién de los dos está la negativa? Se impone pensar en la  combinación de ambos. Ella hace lo que no debe hacer a través de él, y él se escuda con ella: 'No accede a tal cosa'. Por ejemplo, a contactar con el inquilino. 

En fin, este caso, que no pasa de ser uno más de los infinitos que se dan en torno al alquiler repleto de picaresca -trampas y desvergüenzas- por parte del propietario de nueva generación del que ya hablé en mi artículo anterior. 

El arrendador no ha de ocultar su dirección al arrendatario. 

¿Por qué se esconde la arrendadora en cuestión? Evidentemente para tapar basura de inmoralidad e ilegalidad.  ¿Por qué a ello coadyuva eficazmente su administrador? De manera axiomática también es la connivencia, confabulación de la una y el otro. ¿Quién es aquí el superior, cuál el subordinado, arrendataria o su administrador, éste o ella, quién se somete a quién? Lo obvio es el  acuerdo mutuo. Pero además viene el tiempo a despejar la incógnita; ya dice nuestro Premio Nobel, Camilo José Cela, que 'nadie impunemente puede fingir porque el tiempo es un ácido que corroe lo no auténtico para mostrar, a quien quiera verlo, el indeleble grabado de lo verdadero. 

 ¿De qué modo quedó demostrado que la arrendadora de referencia quiere ocultarse al arrendador? Éste encontró un apunte de ella en el que figuraba su coreo electrónico y en número del teléfono móvil, entonces procedió a dirigirla un correo, mas éste resultó fallido. En pocos meses la interfecta ha cambiado de e-mail. Esta determinación implica que es consciente del abuso, de la ilegalidad, que cometió con la persona a quien arrendó su apartamento. Más claro que el agua. Pero hay más, y es que lo hace palpable el hecho de que continuando válido el número de su smartphone se le deja mensaje de ello y solicitándole su e-mail actual, ¡Y no contesta! Este riesgo es el que puede ocurrir cuando se efectúa un alquiler no directamente con el arrendatario. 
                                              
 
Ya he dejado aclarado que en mi caso no existe ningún contra por haber sido copropietario-administrador. Cuando me tocó ser arrendatario y se formuló el contrato de alquiler directamente con el arrendador no hubo ley de la trampa ni del embudo como en la que tanto mi amigo como yo nos encontramos en la actualidad. Sí, con inverecundia, una Inmobiliaria me hizo pasar por carros y carretas en el contrato. Y, para mayor inri o escarnio, prosiguió en esta actitud de abierta, patente, desfachatez, como ya he dejado visible con los hechos referidos. 

Abundando en la falta de seriedad y como única meta esquilmar al arrendatario, puedo añadir que el intermediario se limitó, en cuanto a la formalización del contrato, a salir a saludarme e ipso facto desapareció y encomendó el contrato a una muchacha de la oficina. Se realizó, por ende, el documento de modo despersonalizado, dicho sea en el sentido de 'quitar carácter personal a un hecho, asunto o relación.Trato despersonalizado'. (DAE). En tal plano de prepotencia estaba esta "empleada de la casa" que pronto hube de pararle los pies, puesto que, en la radical deshonestidad que practicaban y hacían acatar, llegó a remitirme los primeros recibos de gastos ordenándome que, al pagarlos por transferencia a la arrendadora, le remitiera el justificante para ella, a su vez, enviarlo a la arrendadora. ¡Habráse visto necedad mayor! Le contesté poniéndosela de relieve que ya había pasado el día que tuve que decirle amén a todo, o callar porque ella no me oía, ante mi circunstancia apremiante, aun cuando solo fuera tal prisa de encontrar domicilio  por la instalación -traslado- de mi equipo de internet.  

Un buen día me sorprendió un coreo del administrador-administrado informándome del cese de la referida, que las comunicaciones me las haría quien el designara 0 él mismo. PERO le hice darse cuenta que había de ser él mismo. A partir de entonces he sostenido con este intemperante individuo de administradores una lucha contra sus salidas extemporáneas, sus trampas, sus MENTIRAS. Esta intemperancia, desenfrenamiento, llegó a su culmen al oponerme a su cínica orden de  avasallamiento, cuyo cinismo ya he expuesto. Sabido es que conforme un principio de la Lógica, 'partiendo de premisas falsas no se puede llegar a una conclusión verdadera', mas ello no importa a persona de su natural, condición, calidad moral. En mi legítima defensa contra este <<<honrado administrador>>>, que se salta la ley con la misma facilidad que el torero la barrera del albero, estaba cuando ha surgido lo que hoy en día padecemos en España y allende nuestras fronteras. Incidentes como el de mi amigo y el mío abundan en el alquiler, tanto más mediando administrador, y evidencian el siguiente aserto de Enrique de Diego, ap. 'El suicidio de España', 'la sociedad vive con las pautas de comportamiento del psicópata, instaladas las personas en la frivolidad y el egoísmo'. 

Con falta de sentido común y sobra de complejo de superioridad, este sujeto se me puso insolente, altanero, lo que vulgar o coloquialmente se llama 'farruco', cuando hartamente me había probado que si no se distingue, precisamente, por su rectitud moral, tampoco por su buena educación. En las mentiras que ha querido o quiere hacer prevalecer ha procedido en sus correos electrónico con actos tan groseros como grotescos. Ocurre, en fin, con tales sujetos que, tras ser injustos, son acérrimos defensores de su injusticia, e insaciables de la misma, contra sus víctimas. ¡ay de la hipocresía humana! Como, en uno de sus 'Proverbios y cantares expone Antonio Machado:

El hombre solo es rico en hipocresía.
En sus diez mil mensajes para engañar confía;
y con la doble llave que guarda su mansión
para la ajena hace ganzúa de ladrón. 
 
Pregunta  Carlos Dossi, diplomático italiano, '¿Por qué, ¡oh insensatos!, hacer granujerías fuera de la ley?, ¡hay tanto sitio para hacerlas dentro!'. Los hechos injustos son tiranía, y esta tiranía del latrocinio del alquiler es de las más asfixiantes, ahoga, estrangula la economía de innúmeros personas, familias. Tanto por esto como por el disfraz de legalidad con que pretenden cubrirse los presuntos cacos la cosa es de lo más infame, ignominioso, indecente, abyecto,  pues como dice el citado Montesquieu 'no hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia'.  

Suele ocultarse también en el hecho de pertenecer a una entidad, ignorando, o afectando ignora, que no  es la entidad a que se pertenezca la que da honestidad a la persona, sino que ha de llevarse en sí, bien se trate, pongo por caso,  de un labrador o de un administrador -no he buscado el pareado-. Una sociedad, un colegio, etc., cualquier agrupación, tiene personas de toda escala de moralidad. Tampoco concede, per se, por sí mismo, un emblema, honradez. Que no, que no. Ni siquiera tratándose de este de súper prestigio.
que yo llevo en la sangre y no pude llevar en el cerebro. Tan digna persona se puede ser con este emblema como con este otro: 
                                                    
Y también lo contrario. El sentido moral y ético no estriba en tener más o menos almacén, más o menos fábrica, es algo a nativitate, de nacimiento. Aquí he de aclarar que es Jaime Balmes, en 'El criterio', quien habla del hombre-almacén y del hombre-fábrica, el primero poseedor de conocimientos, y el otro, de inteligencia natural. Es obvio que puede darse lo uno sin lo otro. 

Lo mejor que podemos ser y/o tener es integridad moral, y ética, lo que de algún tiempo a esta parte es 'rara avis in terris', un ave rara en la Tierra. Verso de Juvenal.  Ya dice Shakespeare, y mucho ha llovido desde entonces, que 'ser honrado tal como anda el mudo, equivale a ser un hombre escogido entre diez mil'. Hoy sería, por lo menos, entre quinientos mil. También expone que 'ningún legado es tan rico como la honestidad'. Más hacia nuestros días, Schopenhauer sostiene que 'el mundo es el infierno, y los hombres se dividen en almas atormentadas y en diablos atormentadores'. El citado dramaturgo inglés  considera a este respecto que 'el infierno está vacío y los demonios están aquí'. 

Es infernal el alquiler y demoniaco el poseedor de un piso o apartamento que con cuya rentabilidad pretende solucionar, o casi, económicamente su vida. Rentar no es robar, aun cuando esté ahora ocurriendo. No se capitaliza así, p. ej. el  valor del agro, ni de nada. Renta es beneficio, producto, rendimiento, ganancia, pero ne quid nimis, nada con demasía. Y robar o usura es logrearía, avaricia, abuso, exceso. delito. Sabido es que se denomina logrero 'a la persona que procura lucrarse por cualquier medio', conforme la tercera acepción que da el DAE. 

Nos hallamos en espera del prometido  control del precio del alquiler, y esta medida producirá -ya lo he dado a entender- el respeto del arrendador a otros artículos; en realidad, se ha de  modificar, corregir o rectificar, limitar, determinar, el articulado del texto de la Ley de Arrendamientos Urbanos. Entonces, en tiempo y caso,  concluirá la usura y la preponderancia que se auto-atribuye el arrendador, su ley del embudo. 

Otro día proseguiré este tema, que visiblemente es de vergüenza ajena. ya versando en general, ya en mí caso particular y específico.