exagerado la parte que el amor tiene en
las artes, hay que reconocer que yéndose
Dulcinea nos quedamos sin Don Quijote.
- Ángel Ganivet -
Antonio Machado.
A u t o r r e t r a t o.
A sus viajes a París debió su buen conocimiento del idioma francés, y poder hacer de ello su 'pane lucrando'; implca también su avance en introducirse en la vida literaria -relaciónarse con grandes figuras de la época-, iniciada ya durante su formación en el Instituto de Libre Enseñanza. En París conoció e hizo amistad con Rubén Darío. Al volver a España, frecuenta los ambientes literarios -aquellas peñas-; conoce a Juan Ramón Jiménez, Ramón del Valle Inclán y Miguel de Unamuno. Como he dicho, su familia reside en Madrid, y él con ella.
Leonor Izquierdo Cuevas.
Leonor Izquierdo Cuevas fue la efímera esposa del poeta, y ni que decir tiene que también su musa. Cuando cuenta la edad de 52 años, y hace dieciséis de su viudez, surge a su vida otra mujer, otra musa, porque Machado se enamora de ella instantaneamente de conocerla aquel día de junio de 1928 en Segovia, donde a la sazón se hallaba como profesor de frances del Instituto de Enseña Media de dicha ciudad. Tiene la dama dieciséis años menos que él y es escritora y poetisa. ¿Casualidad de ser colegas? Probablemente radique en ello el interés de tal señora en relacionarse con él, que ya había alcanzado un alto relieve como escritor y poeta. Para conseguirlo la tal Pilar Valderrama se sirvió de una carta de María Calvo, hermana del actor Ricardo Calvo, amigo de Machado. Él acudió a la cita; al día siguiente Pilar le invitó a cenar en el hotel donde se hospedaba.
Pilar de Valderrama estaba casada con el ingeniero Rafael Martínez Ramorate -tenían tres hijos-, atendía luminotecnia de teatros, de él dependía la del María Guerrero, y por aquel entonces estaba muy disgustada con él por cuanto le reveló el suicidio de una amante, y ella se lanzó a viajar, un buen día decidió ir a pasar unos días a Segovia. Fue un matrimonio malavenido, discorde, pero no se separaron, en este sentido cumplieron como católicos. Si ella hubo de sufrir infidelidad conyugal, parece ser se propuso no inferírsela a su marido, no practicar el quid pro quo. Esto es, por supuesto, lo que de abstruso tiene, más aún, de absurdo, esta relación platónica que sostuvieron Pilar Valderrama y Antonio Machado, que yo califico sui generis, de un género o especie muy singular y excepcional'.(RAE). De aquel 1928 hasta 1936 se cartearon y los fines de semana se trasladaba Machado a Madrid, donde, además, tenía a su familia, y en él se entrevistaban. Durante estos ocho años de cartas y entrevistas el estuvo enamorado de ella, y Pilar no de él sino del gran poeta . .
No puedo expresar la emoción que tuve al encontrarme con él y estrechar su mano. Era el poeta tan admirado el que estaba ante mí, con su desaliño, sí, pero con un rostro bondadosísimo, una frente ancha y luminosa, una cabeza, en fin, admirable sobre un cuerpo alto, desgarbado y poco atractivo, Al verme, no supe que pasó por él, pero advertí que se quedó como embelesado, pues no cesaba de mirarme y apenas habló para decirme cuánto sentía estar tan ocupado con los exámenes, que no podía acompañarme ni atenderme como sería su deseo. Añadió que dos días después terminaba su actuacón en el tribunal y tenía que irse ineludiblemente a Madrid, lo que lamentaba, pues le agradaría verme y serme útil.Se refiere en el artículo sobre la biografía que de Machado publicicó Ian Gibson - "Ligero de equipaje"- que tras la cena a que ya he hecho referencia
Después de la cena", sigue contando la escritora, "como hacía una magnífica noche de fines de junio, estrellada y tibia,, no recuerdo si él o yo, propusimos un paseo hasta el AlcázarEn Madrid, y durante aquel verano de 1928, se ven en la Moncloa, en un bello parque ya desaparecido con las obras de la zona del palacio de la Moncloa, residencia del Presidente del Gobierno, y los de residencia del Rey del Príncipe. Cuando en otoño empieza el frío pasa la pareja a encontrarse en un café de Cuatro Caminos. Refiere Gibson:
Según reveló la escritora Justina Ruiz de Conde en 1961 casi seguramente informada al respecto por la propia Valderrama, se llamaba el Franco-Español y estaba situado por la Avenida Reina Victoria, en su primera bocacalle a la izquierda [...], se encontraba al inicio de la calle del Doctor Federico Rubio y GaiCambia el orden de encuentros, naturalmente, cuando al poco tiempo del advenimiento de la Segunda República -14 de abril de 1931- es trasladado a Madrid al Instituto Calderón de la Barca, pasando después al de Cervantes. Y no dejan el intercambio epistolar, pese al intenso trabajo de Machado como poeta, escritor ya dramaturgo hallándose en Madrid y colaborando en la producción teatral con su hermano Manuel. Hallándose en Segovia, ya colaboraba en 'Los lunes de El Imparcial', 'Diario de Madrid', y algún otro periódico nacional. Eran artículos sobre poítica. Surge la dictadura de Primo de Rivera, y él sigue con la pluma luchando por el ideal republicano. De Segovia no solo se trajo el recuerdo del conocimiento de Pilar Valderrama, también el de crear, con varios segovianos, un centro cultural para el pueblo, al que llamaron Universidad Popular, y... ; bueno, que nos lo diga el propio poeta:
Aquella horas, Dios mío, tejidas todas ellas con el lino más puro de la esperanza, cuando unos pocos viejos republicanos izamos la bandera tricolor en el Ayuntamiento de Segovia. [...] Con la primeras hojas de los chopos y las últimas flores de los almendros, la primavera traía a nuestra República de la mano.Al estallar la guerra se fue al garete aquel esperpéntico amor, que no paso por parte de ella de ser un 'amor de vanidad'. Quedó truncada por ella aquella relación que empecé calificando de rara y que también así le parece a quien escribiera la siguientes líneas en internet:
Desde la publicación en 1950 del libro 'De Antonio Machado a su grande y secreto amor' , escrito por Concha Espina y haciendo pública una colección de cartas entre Machado y una misteriosa mujer pero real Guiomar, varios y variopintos han sido los estudios dedicados al fenómeno Guimar. Todo parece indicar que Pilar de Valderrama nunca estuvo enamorada de Machado (aunque como buena cortesana fue diestra en el arte de "marear la perdiz"), como parece deducirse de su libro de memorias 'Sí, soy Guiomar', libro escrito en su vejez y publicado post mortem, para insistir en el carácter platónico de su relación con el poeta, pero sin explicar por qué de ser así se mantuvo en secreto con tanto celo. Tampoco explicó la inspiradora de Guiomar por qué quemó la mayoría de las cartas que recibió de Machado, cuando -quizá advertida por sus contactos entre la clase acomodada- abandonó Madrid, rumbo a Estoril. en junio de 1936, un mes antes del golpe de Estado.. Lo subrayado lo es por mí, singnificando con ello la plena coincidiencia de criterio.
A u t o r r e t r a t o.
A sus viajes a París debió su buen conocimiento del idioma francés, y poder hacer de ello su 'pane lucrando'; implca también su avance en introducirse en la vida literaria -relaciónarse con grandes figuras de la época-, iniciada ya durante su formación en el Instituto de Libre Enseñanza. En París conoció e hizo amistad con Rubén Darío. Al volver a España, frecuenta los ambientes literarios -aquellas peñas-; conoce a Juan Ramón Jiménez, Ramón del Valle Inclán y Miguel de Unamuno. Como he dicho, su familia reside en Madrid, y él con ella.
Leonor Izquierdo Cuevas.