lunes, 26 de agosto de 2019

La edad en la mujer.

La vejez es el infierno de la mujer.
Un mujer que llega a la vejez  ya
no necesita ir al infierno. 
          - Ninón de Lenclos -

El paso del tiempo nos aterra por la pérdida de la juventud -que es una terrible muerte en vida- y por el ineludible final que nos espera.  <No es la muerte lo peor -según el aserto del conde de  Romanones- : lo peor es que constituye una preocupación de la vida, que como al sol, no se la puede mirar sin cerrar los ojos>. Como Doriam Grey, quisiéramos perpetuar nuestra juventud porque en ella está muy distante la muerte, porque, como dice el vulgo, se tiene toda una vida por delante. En efecto, <la diferencia fundamental entre la juventud y la vejez será siempre esta: que la primera tiene la vida en perspectiva, y la segunda, la muerte> (1) Acaso o sea la peor perspectiva la muerte, sino la propia vejez, que también constituye obsesión pensar que un día seremos caricatura de lo que somos. Existe un arte de envejecer, ya lo sé; tiene la vejez sus compensaciones, tampoco lo ignoro, pero a cuantos ancianos preguntemos si quieren volver a la juventud o a los primeros años de la madurez, responderán de un modo infalible afirmativamente. 

Pronto nos embarga la idea de envejecer, de envejecer por fuera, es decir físicamente y es titánico el esfuerzo que hacemos en una batalla -la que libramos contra el tiempo- que sabemos de antemano perdida. Aquella hermana de Napoleón tan dada a la toilette y a los amantes, Paulina Bonaparte, Remolino, momentos antes de agonizar, pidió un espejo, se miró en él y exclamó: <¡No e importa morir! ¡Todavía soy hermosa!>. Tenía cuarenta años. Hoy día cualquier mujer se lo considera por razón de tener tal edad., pues ocho lustro no son demasiado, aunque en su época lo fueran, para dar por perdida la batalla contra la decadencia corporal. 

Mucho se viene hablando, en a literatura, de la mujer de cuarenta años para dar fe de su plenitud, y verdaderamente que <en combate de los sentidos y de las gracias con el gigante que se llama tiempo, la victoria tarda mucho en decidirse > (2). Siempre fue así por parte de las numerosas mujeres que la historia nos presenta, la diferencia con nuestros días estriba en que cabe generalizar. Es indudable que en nuestros días una mujer de cuarenta años, e incluso una década más, lamenta, más o menos, el tenerlos, pero se considera joven porque es consciente de que es atractiva todavía. 

Es enorme el cambio que ha experimentado nuestra mentalidad respecto a la edad de la mujer -análogamente  la del hombre-. Para comprobarlo partamos no más allá de nuestro Siglo de Oro, ¿cómo se veía entonces a la mujer de cuarenta años Sin duda bastante mayor; digámoslo, vieja. He aquí la discriminación que Francisco de Rojas Zorrilla hace en este soneto de las distintas edades de nuestra bíblica compañera:

"De quince a veinte es niña, buen moza
de veinte a veinticinco, y, por la cuenta,
linda mujer de veinticinco a treinta;
¡dichoso aquel que en tal edad la goza!

De treinta a treinta y cinco no alboroza,
pero puede pasar con salpimienta,
mas de los treinta y cinco a los cuarenta
cría niñas que labren su corona. 

Ya de cuarenta y cinco es bachillera,
habla gangoso y juega del vocablo;
de cincuenta cerrados da en santera

y a los cincuenta y cinco hecho el retablo,
niña, moza, mujer, vieja, hechicera,
bruja y santera se la lleve el diablo.

Y Lope de Vega, en 'La Dorotea', pone en boca de Gerarda -una prójima que por alcanzar la edad de ochenta años solo vale para celestina- las siguientes palabras: <¡Ay Teodora -se dirige a la madre de la joven Dorotea- La hermosura, ¿es pilar de iglesia o solar de la montaña que resiste al tiempo, para cuyas injurias ninguna cosa mortal tiene defensa? ¿O es una primavera alegre de quince a veinticinco, un verano agradable de veinticinco a treinta y cinco, un estío seco de treinta y cinco hasta cuarenta y cinco? Pues de allí ¿para qué será bueno el invierno? Que ya sabéis que las mujeres no duran como los hombres > (¡Cuanta indulgencia para el sexo fuerte!). Don Quijote se enamoró de Dulcinea del Toboso cuando ésta, a decir por la novela, tenía quince años aproximadamente -él treinta y ocho-. Fuera de España  no existe otro criterio, Julieta Capuleto, la novia enamorada por antonomasia, personaje del novelista italiano Mateo Bandello y que Shakespeare universalizó, tiene 14 añitos. 

Desde el Siglo de Oro -y por supuesto desde antes- al siglo XIX oscila de quince a veinte años de edad la de las grandes amorosas de la Historia y de la Literatura. En multitud de casos de una literatura vivida, es decir, de base real, tal como Manon Lescaut quien sus dieciséis años de edad no es óbice para que sea sobremanera coqueta y ligera de cascos y engañe innúmeras veces a su enamorado a amante Des Grieux. Alfonsina Plessis, que se hace llamar María Duplessis, o sea, 'La Dama de las Camelias', que cuenta veinte primaveras cuando la conoce Alejandro Dumas (hijo), pero lleva vida airada desde los catorce años. Y tantas otras. En el Romanticismo se desestima todavía a la mujer que ha pasado los veinticinco años, y se la considera, y se la considera otoñal a los treinta. A esta edad la recomienda Alfredo de Musset que se dedique a rezar, pues ya no puede inspirar amor. 

Al escribir Balzac en plena época romántica su novela titulada 'La mujer de treinta años' se extiende en un lustro el concepto de la juventud de ésta. (Sabido es la gran influencia de la Literatura en la Vida, y de aquí que Oscar Wilde sostenga que la vida imita la literatura, y no lo contrario). El autor de la comedia humana no gustó de la mujer muy joven, le atraían las de cuarenta años irresistiblemente. La mujer de cuarenta años -ha escrito- lo hará todo por ti; la de veinte nada. A la edad de veintitrés surgió a su vida Laura Berny que contaba cuarenta y cinco -tenía siete hijos y dos nietos-, amor que se prolonga por espacio de once años convirtiéndose al cabo de los cuales en pura amistad o amistad pura, y que dejó en el gran novelista profunda huella. No hubiera tenido inconveniente Balzac en escribir 'La mujer de cuarenta años', concediendo a su prosopografía, o sea descripción de sus cualidades físicas, verdadera belleza, de hecho hay en sus novelas aristócratas que superan esta edad y aún inspiran amor. Pero no se atrevió a tanto, hemos de llegar a 1911en que la escritora danesa Karin Michaeli escribe 'La edad peligrosa', que es la de cuarenta años, novela que obtuvo gran éxito editorial -fue traducida a diez o doce idiomas- debido sin duda al escándalo que promovió.

A partir de finales del siglo XIX se hace más elástica la idea de la buena edad de la mujer. Conjuntamente a esta transformación se opera el aumento de su vestuario, ya no se conforma con un vestido de sarga y otro de chiné para las grandes solemnidades, como en la primera mitad del siglo, ni con uno para invierno y otro para el verano, como en la época de las melenas largas y de los miriñaques, sino que necesitas varios vestidos por temporada y costosos sombreros, la moda empieza a tiranizar a todas las mujeres independientemente de la edad. La ropa, a veces la poquita ropa del nacimiento de las 'varietés' hacia 1898, que derivaría al folklore, el cine, que también tiene su origen al final del siglo, prestarían al nuestro -en el que aparecen las dietética, o régimen alimenticio, mayor higiene y el apogeo del are de la perfumería- importantes factores que, prolongando la juventud, cambian la mentalidad a tener acerca de la mujer.

Nuestra época también habla de edades y amor, edad tan increíblemente extendida. 

Desde la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI se ha extendido con exceso -aunque diga la máxima latina 'ne quid nimis, nada con demasía, la juventud y, con ello, la edad de amar. Ahí están las pruebas en Carlos Falcó, marqués de Griñón, con 80 años de edad, y  su esposa Esther Doña, con 39. Edmundo Arrocet, 69 y María Teresa Campos, 79. Mario Vargas Llosa, 83, e Isabel Preysler, 68. Y otras uniones, generalmente no sacramentales, que dejaron atrás matrimonios En los casos de las tres uniones citadas los hubo. Carlos Falcó tuvo tres matrimonios; el segundo es el más conocido por referirse a Isabel Preysler, efectuado en marzo de 198, del que nació Tamara, y roto en 1985 debido a surgir Miguel Boyer y porque ella se aburría con su campero marido. Éste entonces contrajo nuevas nupcias (1993) con Patricia de la Cierva, bisnieta del duque del Infantado, cinco años mayor que Manuel Falcón, hijo de él. Con ella tiene cuatro hijos. Se separaron en 2011. Entabló pareja con la susodicha Esther Doña, que de modelo se adaptó a pasar a vivir en el campo. Se inscribieron como pareja de hecho.
     .
La Campos estuvo casada veinte años con José María Borrego, de cuyo matrimonio nacieron María Teresa -Terelu- y Carmen, y a partir de su viudez ha tenido seis parejas en este orden: Félix Arechavaleta, Felipe Maestro, José María Hijarrubia, Santiago García, Gustavo Manilow y el actual que pese a ser con más edad es el que más la dura, data la relación de 2014, pues generalmente fueron 'uniones' efímeras. Arrocet es divorciado de Gabriela Velasco, y viudo de Rocio Corral Penna desde 2012, con ambas tuvo descendencia. De su relación extramatrimonial  con Annette Ledgard, hija del presentador peruano Kiko Ledgard tuvo a Alexis Parcerisa Ledgard. Su apellido no figura, no le reconoció. Mario Vargas Llosa, marqués de Varga Llosa, nombrado por Juan Carlos I en 2011,   tuvo un primer matrimonio de nueve años de duración con Urquidi, y un segundo contraído con Julia Llosa en 1965. Tiene tres hijos. Desde 2015 es pareja de la Preysler

La vejez no es que para el hombre sea la gloria, pero puede tener su espejismo de amor, y lucir un amor de vanidad si tiene dinero.


Pero aún con buena situación económica -ya sabemos que 'poderoso caballero es don dinero', como proclama Góngora- la vejez no deja de ser insalvable obstáculo para la  conquista amorosa. ¿Que hay mujeres que  se  venden? Sin duda e igualmente hombres. Y en esta transacción no cuenta solo el precio económico,  también la relevancia social, ya sea auténtica,  ya ficticia, de mera impresión, simplemente el ser famoso, ¿Y, a veces, hay que ver porque sutil motivo!.

La verdad es que la edad no tiene sexo, no se refiere a uno u otro Jorge Manrique cuando, en su 'Composición a la muerte de su padre', escribe:  

'Decidme: la hermosura,
la gentil frescura  y tez
de la cara,
la color y la blancura, 
cuando viene la vejez,
¿cuál se para? 
Las mañas y ligereza,
y la fuerza corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando lega el arrabal
de la senectud.  

Indefectiblemente 'todo es mortal', que dijera cquer al morir, ya el falso y el verdadero amor, ya el 'divino tesoro' de la juventud. 

(1) Schopenhauer.
(2) Severo Catalina, en 'La mujer'.                             
    

sábado, 17 de agosto de 2019

Instando a que se respete la verdad en Historia, que respetable, importante, es en todo.

Volviendo a unas líneas fementidas que dañan la página web municipal
 
Además, este templo posee la suerte de servir de mausoleo a una de las reinas más importantes que ha tenido España. En él están depositados los restos de doña Blanca de Navarra, fallecida en esta Villa el 1 de abril de 1441. Siempre había existido la creencia de que en una de las capillas de la iglesia fue enterrado el cadáver de esta reina; Dª. Blanca en sus disposiciones, testamentarias ordeno que fuese enterrada en Uxué (Navarra) y por disposición de su hija Dª. Leonor, esos restos deberían haberse trasladado al Convento de San Francisco en Tafalla (Navarra), pero por causas desconocidas esos mandatos no se cumplieron. En las obras realizadas en la iglesia en octubre de 1994 se encontraron unos restos que, después de numerosos estudios antropológicos hechos por el Dr. D. José Manuel Reverte han confirmado que efectivamente son los restos de la importante reina. No así las pruebas del ADN en varias universidades españolas, para ver la coincidencia con los restos de su hijo el Príncipe de Viana, enterrado en Poblet. Pero estos restos de Poblet no existe ninguna seguridad de que fueran los del Príncipe por las vicisitudes históricas que sufrió dicho cenobio desde la Desamortización de 1835. El día 6 de abril de 1997, en una sencilla ceremonia oficial fueron nuevamente depositados sus restos en una urna con copias de la documentación que acreditan la personalidad de doña Blanca.
 
Foto que figura en la web municipal

La rechaza de plano con su pie la que viene en las notas biográficas de la reina medieval  dada por Wikipedia, cuya fotografía ilustra mí artículo anterior sobre este tema LAMENTABLE.
                                                                               
Desbaraté este texto correspondiente en la indicada página al epígrafe 'Arte' dirigiéndome a la alcaldesa. 

Buenas tardes Sra. Ares:

Como alcaldesa que es en la actualidad, ascendiendo de teniente alcalde, paso a solicitarle se subsane la señalada mistificación de la Historia que, sin saber a qué se debe –tampoco se lo explica esta anomalía Diana Lucía Gómez-Chacón que tuvo contacto con el pueblo con el motivo que sabe- se deslizara esta aberración y con verdadera obsesión en ella. Se me quejó de que no le facilitaban el acceso al archivo  del Ayuntamiento, sí tuvo acceso al de la iglesia. Las pruebas de ADN las vio dicha señorita en el Archivo Central de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, según me comunicó aquel año 2010. Toda información en  él ha de hacerse con personación. Yo sabía lo imposible que para mí era ver cualquier dato que necesitara saber del archivo municipal del pueblo ni en persona. Si usted se halla dispuesta a mostrarme lo contrario, le pido, me envíe, por favor, fotocopia del informe dado por el Dr. José Manuel Reverte Coma de las pruebas del estudio antropológico y paleopatológico de los ignorados restos y que ignorados siguen.  

Solo conozco de tal documento dos puntos -1º y 9º- que cita literalmente Antonio Sánchez Sierra en la ‘transcripción y notas’ que hace de la ‘Historia de la aparición de la taumaturga ymagen de Nuestra Señora la Soterraña de Nieva’. Del M. R. P. Fr. Antonio Miguel Yurami. Ya de estos dos puntos no se infiere, ni por lo más remoto, que el insigne médico antropólogo, impulsor del Laboratorio de antropología forense y del Museo Universitario de de Antropología Forense y Criminalista, desde 1997 llamado ‘Museo Profesor Reverte Coma de Antropología Forense, Paleopatología y Criminalista’.<confirmara que efectivamente son los restos de la importante reina>. Nequaquam, Lo dejó supeditado a la realización de la prueba de ADN. Ya salgo al encuentro en mí articulo, y no es la primera vez, de la estratagema de que ‘estos restos de Poblet no existe ninguna seguridad de que fueran los del Príncipe por las vicisitudes históricas que sufrió dicho cenobio desde la Desamortización de 1835’. Vamos a dejarnos de esta astucia, de este fingimiento y engaño artificioso, como define el DAE el término ‘estratagema’ No se trata de que no exista ninguna seguridad sobre los restos de Carlos de Trastámara y Évreux, sino, sencillamente, de todo lo contrario: está probado que desaparecieron sus restos. Y por los mismos realizadores del Proyecto Poblet. En fin, lea mí artículo. E interesándose por el tema puede seguir su etiqueta. 
Un saludo. 

Si la referida hubiera leído a Nietzsche sabría que <la palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio>. El que se niegue a dialogar conmigo no implica el que me niegue la palabra; me la niega, me la impide, solamente con ella. Continúo lamentando, eso sí, que el Ayuntamiento me cierre la puerta del archivo municipal, mas esto, ya lo dejé reflejado ocurre en general. Y hablo del archivo en cuanto a datos de historia ajenos a la transparencia económica del municipio. Comprendo que el alcalde que presidió el Ayuntamiento de a lo largo de cinco legislaturas se hallase a sideral distancia de tal concesión, dada su rara manera de llevar la administración. Como es notorio en el pueblo, dejó esquilmadas las arcas municipales y a su sucesión se hizo necesario  solicitar un préstamo al Estado con el que se contrajo deuda de intereses hasta 2021. De ello, en fin, ya doy pelos y señales en otros. Y conste no digo nada que no constituya evidente verdad, realidad. 
       
Se expone en la página biográfica de Blanca I de Navarra en Wikipedia lo siguiente en el epígrafe:   

Sepultura y restos de Blanca I de Navarra

En su testamento, expresó su deseo de ser enterrada en la iglesia de Santa María de Ujué, sin embargo esto último no llegó a cumplirse. Quedó enterrada provisionalmente en algún lugar de Santa María la Real de Nieva. Años más tarde, su hija Leonor dispuso que se trasladaran a Nuestra Señora de la Misericordia de Tafalla, pero tampoco se llevó a efecto" La localización donde fue enterrada provisionalmente quedó en el olvido y a día de hoy se desconoce.
Durante unas obras en la iglesia de Santa María la Real de Nieva se hallaron unos restos, que por su aspecto, fueron asignados sin prueba alguna a Blanca I de Navarra. Se realizó una tumba en el presbiterio de la iglesia donde se introdujeron estos restos.
Sin embargo, con el objetivo de aclarar la autenticidad de los restos de su hijo, el Príncipe de Viana, se le realizó una prueba de ADN Mitocondrial al príncipe y se contrastó con otra prueba de ADN Mitocondrial realizada a los restos de su madre, supuestamente enterrada en la iglesia de Santa María la Real de Nieva.
Esta prueba fue presentada en Poblet, el 9 de septiembre de 2008. Su resultado demostró que eran falsos los restos del príncipe y por consiguiente los de su madre. 1920
A día de hoy, ni la iglesia ni el gobierno local y autonómico han corregido lo que al principio fue craso error. 
                                                        _______________________

Efectivamente, ni la administración ni la Iglesia ha rectificado, la mentira del sepulcro, teniendo que haberlo verificado ambas desde la muy sabida fecha de la presentación del estudio genético del Equipo Poblet. 
Me deja estupefacto las cosas raras que se sacan de la manga para dar apariencia de verdad a lo que es imposible,  ya dice Alexander Pope: ‘El que dice una mentira no se da cuenta del trabajo que emprende, pues tiene que inventar otras mil para sostener la primera’. Es todo un entramado de inexactitudes que yo he venido demostrando. No falta la que es sumamente irrisoria, tal como que ‘se depositaron sus restos en una urna con  copias de la documentación que acreditan la personalidad de doña Blanca’. ¿A qué documentación se refiere? No faltaría la partida de defunción. ¿Y para qué hacer copias para introducirlas en el cajón continente de los restos? Irían bien protegidas para su conservación. Digo yo, por abundar en la broma. Pero, perdón, esto es humor de mal gusto. 

La sordomudez y agrafia no ha de darse en cargos administrativos.

Ten miedo cada vez que no digas la verdad.
                    -  Raimundo Lulio -  

Hay quien como evasiva, subterfugio, escapatoria, recurre al silencio –y compromiso superado-. Pues no; yo digo con Alejandro Jodorowsky: ‘El silencio no tiene límites para mí, los límites los pone la palabra’.  

En este ruego que formulo en cuanto a que no se continúe con la mentira del sepulcro -:desaparezca de la página del Ayuntamiento y se tape la inscripción del mismo o se ponga la de <restos ignorados> -, recuerdo una vez más el refrán que dice: 'Alcalde de Monterilla, ¡ay de aquel que por su acera pilla!', paremia a que ya acudí en algún artículo sobre el tema de lo que la misma wikipedia le titula de <falsa tumba> en la fotografía que coloca y que he reproducido. Es indubitadamente un asunto de autoritarismo; aquí no se deroga el Concilio de Trento, como pretendía el lugareño alcalde, pero igualmente se procede con toda arbitrariedad, lisa y llanamente. Y no ya solamente por tal nivel de político, sino por organismos superiores, empezando por el controlador de Ayuntamientos: la Diputación Provincial, de cuyo expresidente, Sr. Vázquez Requero -muy importante en el entramado político de la Autonomía  castellano leonesa- no obtuve respuesta a mi solicitud. Menos mal que no fue así -ya lo he dicho-  por parte de todos los administrativos a quienes me he dirigido, mas, eso sí, siempre saliendo por la tangente.  También me hallo harto de sufrir esta decepción. ¿Quousque tamdem?, hasta cuándo. Es, evidentemente, un abuso inconmensurable que se practica contra la ciudadanía. Obra de Misericordia es enseñar al que no sabe, pero no se enseña Historia pasando a transgredirla, falseándola, adulterándola.  

jueves, 8 de agosto de 2019

Santa María la Real de Nieva (Segovia) y su pretensión de hacer perenne la mistificación que practica de la Historia. (Segunda parte)




Falsa tumba de Blanca I de Navarra en la iglesia de Santa María la Real de Nieva, (Segovia).

En la nota biográfica que Wikipedia da de Blanca I de Navarra veamos el epígrafe:

Sepultura y restos de Blanca I de Navarra.   
 
En su testamento, expresó su deseo de ser enterrada en la iglesia de Santa María de Ujué, sin embargo esto último no llegó a cumplirse. Quedó enterrada provisionalmente en algún lugar de Santa María la Real de Nieva. Años más tarde, su hija Leonor dispuso que se trasladaran a Nuestra Señora de la Misericordia de Tafalla, pero tampoco se llevó a efecto" La localización donde fue enterrada provisionalmente, quedó en el olvido y a día de hoy se desconoce.
Durante unas obras en la iglesia de Santa María la Real de Nieva se hallaron unos restos, que por su aspecto, fueron asignados sin prueba alguna a Blanca I de Navarra. Se realizó una tumba en el presbiterio de la iglesia donde se introdujeron estos restos.

Sin embargo, con el objetivo de aclarar la autenticidad de los restos de su hijo, el Príncipe de Viana, se le realizó una prueba de ADN Mitocondrial al príncipe y se contrastó con otra prueba de ADN Mitocondrial realizada a los restos de su madre, supuestamente enterrada en la iglesia de Santa María la Real de Nieva.

Esta prueba fue presentada en Poblet, el 9 de septiembre de 2008. Su resultado demostró que eran falsos los restos del príncipe y por consiguiente los de su madre. 1920

A día de hoy, ni la iglesia ni el gobierno local y autonómico han corregido lo que al principio fue craso error>. 

Puntualización.

A quienes sostienen la pérdida de los restos del Príncipe de Viana les digo que están en lo cierto, pero que han de tener en cuenta, consideren, que la prueba no se realizó en él, sino en la archiduquesa de Austria, Johanna de Habsburgo, décimo quinto hijo de la reina Ana de Jagellón-Foix y Fernando de Habsburgo  Esta cuñada de Carlos I de España nació en Praga el 24 de enero de 1547, en pleno Concilio de Trento, y murió en Florencia el 10 de abril de 1578 a los 31 años de edad, al caer de una escalera en avanzado estado de gestación de su octavo hijo. 

La no rectificación posible.

En otra página, la correspondiente al Ayuntamiento de la localidad segoviana de referencia, he leído con espanto e indignación estas líneas descomunalmente aberrantes: 

< En abril de 1441, estando de paso en la localidad, falleció allí la reina Blanca I de Navarra, por lo que fue enterrada en la capilla mayor de la iglesia de Ntra. Sra. de la Soterraña. Sus restos permanecieron allí, en contra del deseo expresado en su testamento de ser trasladada a Ujié, y con el transcurso del tiempo se olvidó su ubicación, hasta que la tumba fue descubierta durante unas obras de restauración en 1994>. 

Es suma de incongruencias, de falta de conexión, incluso en la faceta gramatical. Por ejemplo, no manifestó su deseo de traslado alguno, lo que significó es su voluntad de ser enterrada en Ujué. Algo más apunto en cuanto a la falta de propiedad gramatical, y es que el hecho de fallecer en el pueblo no implica que inevitablemente se haya de ser enterrado en él. Ni en aquella época ni en la nuestra. (Por ejemplo, en Santa María de Nieva murieron los padres y una hermana de mi abuelo paterno y éste los enterró en la Sacramental de San Justo, de Madrid). Por otra parte, el autor de este texto propagandístico, de auténtico marketing, supongo sabrá que in illo tempore, en aquel tiempo, no existían los cementerios, se enterraba a toda persona en la iglesia. El privilegio por razón de clase social radicaba únicamente en el sitio del templo. 

Probabilidad de pertenecer los restos que contiene el sepulcro a doña Inés de Ayala.

Que existe esta contingencia es sostenida por la líder del Proyecto Poblet Ab inicio de dar al traste con el cuento chino del mismo lo expuso, el alcalde, pues,  no lo ignoraba, pero de que no se trataba del difunto por él elegido no quería saber nada. No era conditio sine qua non, condición indispensable, para llevar a la realización una prueba de ADN tener acceso a la osamenta recogida en el sepulcro, contaba con pruebas afines. Falló por la crisis. Es esta una idea que no se ha abandonado.  Bien vale la pena por tratarse de una dama muy importante. 

La profesora de Historia e historiadora,  Balbina Caviró Martínez,  fallecida el día 4 del pasado mes a los 93 años de edad, en su escrito 'Inés de Ayala', estudia profundamente su linaje. Viene al encuentro de nuestra tesis en cuanto expone acerca de la vinculación de dicha relevante señora con Catalina de Lancaster y Santa María de Nieva. De ello escribe: 
Pero el lugar tampoco fue propició para doña Inés que el 3 de junio de 1403, en trance de muerte, dicta allí un codicilio, conservado juntamente con el testamento, en Santo Domingo el Real. En él dispone que su cuerpo sea puesto en depósito en este monasterio de Santa María de Nieva, del que nunca debió ser trasladado a Toledo.
Y ahora viene el punto clave
Este dato, inédito hasta ahora, era desconocido, incluso, para  la comunidad toledana.  Como hipótesis cabe pensar que los restos de mujer encontrados en Santa María de Nieva hace unos años no pertenezcan a la reina Blanca de Navarra,  como se sospechó sin fundamento,  [el subrayado es mío], sino a nuestra Inés de Ayala. 
Murió doña Inés de Ayala en este lugar segoviano,  porque amiga de la reina solían ella y su hija Mencia acompañarla. Doña Catalina de Lancaster solía hospedarse en el alcázar de Segovia. Era  patrona de las iglesias de Santa María y Santa Ana  donandolas, en 1399, a la orden de Predicadores,  que levantó  un convento, habitado posteriormente por dominicas. De aquí se deduce el bastante contacto que tuvo con el pueblo, el cual debe su fundación a ella y a su esposo, Enrique III el Doliente. Existe la tendencia de adjudicar la fundación solamente a la reina.  La susodicha profesora en su escrito sobre el linaje de doña Inés de Ayala nos dice:
Inés de Ayala, ya viuda, llegó a vivir junto a los monasterios de Santo Domingo el Real y Santa Clara, muy cerca de su  hija Teresa y de su nieta María de Ayala o Castilla, prioras sucesivas del primero de estos conventos. Su hija Teresa vendió unas casas a Catalina de Lancaster, que luego cedió al convento de dominicas, dala mucha relación que tuvo a través de doña Inés, su hija Teresa y su nieta María, hija del rey don Pedro. La primera fue aya de la infanta María de Castilla, hija de Enrique III y Catalina de Lancaster, y con el tiempo esposa de Alfonso V el Magnánimo. 
El P. Florez, en sus 'Memorias de las reinas católicas de España', lo corrobora, indicando con base en la Historia de Santo Domingo, de Hernando del Castillo, manifestando que el quedar viuda de don Juan Núñez de Aguilar, sin tener sucesión, 'se volvió a Toledo donde ya su hija doña María era religiosa en Santo Domingo el Real. Refiere literalmente: 
... doña Teresa compró unas casas junto al monasterio, donde vivió algún tiempo muy recogida, hasta que resolvió entrar religiosa con la hija, y ambas fueron prioras. Esta hija del rey, doña María, se halla mencionada en la Crónica del re don Juan II, en el capítulo LV del año 22, con la madre doña Teresa, que era priora en 1422, y el rey hizo que ambas concurriesen en aquel año a Illescas para asistir al primer parto de la reina doña María, y a los dos años siguientes fallecieron madre e hija, como expresan los epitafios que tienen en aquel real convento.
Los transcribe y transcribimos:
Aquí yace la muy noble señora doña Teresa de Ayala, priora de este monasterio, hija de  don Diego Gómez de Ayala, alcalde mayor de Toledo, y de doña Inés de Ayala. Murió a últimos de agosto del año 1424. 
Y el de la hija, fallecida pocos días después:
Aquí yace la muy noble señora doña María, hija del  magnífico rey don Pedro, que fue monja en este monasterio. Murió a los diecisiete días, en septiembre del año 1424.  
Dejemos a Teresa de Ayala y a María de Castilla enterradas en su convento. PERO. ¿Dónde están los restos de Inés de Ayala? Como dama principal  de la historia de Castilla la enterrarían en  Santa María de Nieva en lugar preferente. Entre su muerte y la de la reina Blanca I de Navarra hay una diferencia cronológica de diecinueve años, lo que va de 1402 a 1441, Puede ocurrir que los restos no sean tampoco de doña Inés de Ayala, ya digo que es mera probabilidad. Tampoco lo asegura la Sra. Ibars. 

Lo seguro a lo largo de más de una década es la confianza, garantía, de que son restos mortales ignorados los que guarda el arcosolio, que es una falsa tumba de quien se atribuye. Siempre sin fundamento, y desde el tiempo indicado con osadía inaudita.