miércoles, 30 de julio de 2014

SANTA MARÍA LA REAL DE NIEVA Y BLANCA I DE NAVARRA

Tranquiliza más y es más prudente encomendarse a un santo que a un Gobierno.
                                                  -Antonio Gala-  

Lo experimento incluso a escala local, como referente el pequeño, importancia aparte, pueblo mencionado. A la patrona del mismo, advocación mariana de Nuestra Señora de la Soterraña 
                                                                   
 

me emcomiendo para conseguir que el alcalde, el cronista y sus correligionarios abdiquen de la mentira que a trochemoche, disparatada e inconsideradamente  mantienen en la iglesia parroquial. Es, evidentemente, algo de que se debió rectificar desde que se presentó en Poblet el Estudio genético del Príncipe de Viana; lo que desde aquel día viene ocurriendo en Santa María la Real de Nieva es para exclamar, gemir, lamentarse, gritar, elevar el grito al cielo, que es lo que vengo haciendo en contra de los habitantes de la localidad que se han instalado callar, silenciar, y sus sinónimos       

 En una página de internet, "El país que nunca se acaba", agosto 2013, leí::
El (supuesto) sepulcro de Blanca de Navarra. A la madre del Príncipe de Viana la muerte le llegó a los 56 años en pleno viaje por Castilla. En teoría fue enterrada en esta iglesia, pero a la ubicación del sepulcro se le perdió la pista. Se sospechaba, se especulaba, que sus restos descansan en la Soterraña, pero no fueron "hallados" hasta una restauración acometida en el templo a comienzos de la década de los 90. Sin embargo, no son pocos los que defienden la falsedad de estos restos con un montón de argumentaciones que nunca está de más conocer. Está claro que, en términos turísticos, una iglesia con huéspedes insignes parece más notable.
La de Santa María la Real de Nieva (Segovia) carece de sepulcros que eleven su notabilidad, realce de tantos templos, especialmente, catedrales. Buen reportaje, principalmente fotográfico., es un pasear por el centro de la localidad, omitiendo su ampliación en curso y, actualmente, en suspenso por la crisis económica.  Buenas fotografías las del interior de la iglesia, así como de lo que queda del monasterio -hay fotógrafo y tema- que fundaron los primeros príncipes de Asturias: Catalina de Lancaster, nieta de Pedro I de Castilla, y Enrique III, hijo de Juan I de Trastamara, fundiéndose asi la rama legítima con la bastarda. 

En la indicada página escribí el siguiente comentario. "En un caso que raya en lo patológico no tapar, cuando menos, la inscripción del arcosolio a Blanca I de Navarra, habida cuenta de que mediante la prueba de ADN mitocondrial ha quedado demostrado que los restos que contiene no son de dicha reina. Llevo largo  tiempo combatiendo esta ignorancia y atentado contra la Ciencia, pero que si quieres. Ya se alude aquí a mi rebelión y se presenta mi artículo titulado "El infundio del sepulcro de Blanca I de Navarra". 

Una ligereza al escribir "Blanca  de Navarra, reina prudente y peregrina".

También consigné aquí otro comentario al respecto:
Me gusta bastante esta biografía -obra, desde luego, de información, no de investigación- que ha tenido el gusto de escribir por simpatía al personaje. La publicación data de 2011, No me he dirigido antes a usted en espera de ver si el presidente del Ayuntamiento mandaba quitar o borrar la falsa placa, ya que la continuidad constituye sobrado motivo para incurrir en el ridículo y en algo peor. No debió colocar de portada la fotografía del arcosolio; sencillamente, porque  no guarda los restos mortales de la hija de Carlos III el Noble y su esposa Leonor de Trastamara, hija, a su vez, de Enrique II el Fraticida y de su esposa la infanta Juana Manuel. Se mantiene, asegura, a tontas y a locas lo que ya es neta ignorancia o afán de engañar, engaño que, evidentemente, no puede continuar practicándose  con un mínimo de cordura después de haber hablado la Ciencia. Quedo a su disposición para hablarle de lo que ha pasado por alto a pesar de lo mucho que se ha escrito sobre la osamenta hallada en la iglesia de dicha cabeza de partido segoviana. También, por supuesto, de su vida.
No recibí su respuesta. Es increíble que en el último punto y aparte del epígrafe "La muerte de la reina" diga que:
En Santa María la Real de Nieva descansa su cuerpo, identificado en 1994 por un equipo dirigido por el Dr. José Manuel Reverte. El 6 de junio de 1997 en una cerermonia sencilla se procedió a la instalación de la urna en el sepulbro de la capilla funeraria.   
Tan a la ligera habla y se queda tan pancho. Debiera enterarse de que el doctor José Manuel Reverte Coma no aseguró, ni mucho menos, la autenticidad de estos despojos, lo que fue cuestión batallona. Vino la paz cuando en septiembre de 2008 al quedar probado científicamente que del sepulcro de la iglesia santamarieña miente la inscripción. ¡Caramba con el autor de la biografía: Jesús Tanco Lerga! Y tras de versar tan inducumentadamente sobre la suerte corrida por dicha reina pone la fotografía del falso arcosolio en la portada del libro. Otras vistas hay bonitas en la villa, mas esto es sumo desacierto. 

(Cuantas tentativas hice para contactar con el Sr Tanco Lerga fracasaron. Puede ser que algún comunicado mío haya recibido, y haya preferido no entrar en polémica, ya que el error publicado, publicado está). 
                                                                             
                                                               


Confluencia en esta irreflexión con la página web del Ayuntamiento. 

En ella leemos:

Este templo posee la suerte de servir de mausoleo a una de las reinas más importantes que ha tenido España. En él están depositados los restos de doña Blanca de Navarra, fallecida en esta villa el 1 de abril de 1441. [...] En las obras realizadas en la iglesia en octubre de 1994 se encontraron unos restos que, después de numerosos estudios antropológicos hechos por el Dr. don José Manuel Reverte han confirmado que efectivamente son los restos de tan importante reina. [...]  El día 6 de abril de 1997, en una sencilla ceremonia oficial fueron nuevamente depositados  en una urna con copias de la documentación que acreditan la personalidad de doña Blanca. Después se entrega la página a aportar una idea del devenir de la familia -Trastamaras de Aragón, Trastamaras de Castilla, ello es exacto, a excepción de la unión de Aragón y Castilla por el matrimonio de Isabel y Fernando, aquí también incurre en error tal página municipal. 

En fin, el que haya escrito esta nota informativa se habrá quedado tan pancho después de consignar por su cuenta y riesgo afirmaciones gratuitas. Diré una vez más que la gran figura de la antropología, doctor José Manuel Reverte Coma, no aseguró que los restos pertenecian a Blanca I de Navarra; en definitiva, lo que expuso es que sólo la práctica de la prueba de ADN podía resolver la incognita. También se saca de la manga el redactor de la web del Ayuntamiento, que en varias universidades españolas se han realizados pruebas de ADN. ¿Qué idea tiene tal persona respecto a esta prueba?  Ya he expuesto en artículos anteriores qué equipo llevó a efecto dicho trabajo y cómo fue realizado, superando inconvenientes surgidos, los cuales alargaron su verificación. Al concluirse se dio al traste con la mentira a que se aferraban interesados en ella. Debió, entonces, desaparecer por ensalmo, pero no ha sido así sino que a la vista la han dejado. Quosque tandem?, ¿hasta cuándo? Vaya usted a saber.  

No puede concebirse en el plano moral, religioso y cultural. Al párroco debiera preocuparle esta imagen de la Mentira instalada en el presbiterio de la iglesia. (Dicho sea entre paréntesis que Alfonso Águeda Martín,que así se llama y apellida el aludido sacerdote católico, realizó un papel en un vídeo sobre Catalina de Lancaster). Si, como  parece, le atrae el pueblo, ha de atraerle en primer lugar los diez Mandamientos de la Ley de Dios; pues bien, el octavo es: No dirás falsos testimonios ni mentirás. Ha de tenerlo en cuenta él y sus superiores jerárquicamente hablando.

Postura que se adopta en la villa ante el sepulcro equivocado. 

A pesar de que el alcalde anterior ha dejado una monumental deuda al actual, no vaciló en la construcción del sepulcro no estando comprobada aún la autenticidad de los restos. Luego surgió en contra de la pretensión de haber sido encontrados los restos de Blanca I de Navarra, iniciarse la dicha prueba científica que echó por tierra lo deseado y que se trataba de justificar tergiversando la Historia, con premisas a voluntad. Si ya bajo el punto de vista de ésta no se podía probar la cosa, vino lamentablemente la Ciencia a dar el mentís. Ocurrió este aserto de la verdad fue un descubrimiento. El engaño un invento. 

Ante la no rectificación del error y/o engaño existe plena indiferencia por parte de los santamarieños; ésta resulta sumamente vituperable en cuanto la segunda acepción de la palabra: acción o circunstancia que causa afrenta o deshonra. Es incontrovertible que no honra ni enaltece al pueblo; existe el amor a la tierruca pero sería un malentendido pensar, considerar, que es amar a nuestra patria chica lo que está ocurriendo en Santa María la Real de Nieva respecto a los restos mortales de la susodicha reina medieval de Navarra. Lo pertinente es solicitar que desaparezca la falsa inscripción -lo efectuo con este artículo nuevamente- y no estaría de más corregir el error en los escritos; sencillamente, se ha de rectificar lo hecho y lo escrito. No dudo que hubiera quien actuara de buena fe, sin pretender engañar -no experto en Historia, desde luego-, pues "nadie tiene más posibilidad de caer en el egaño -según Jorge Bucay- que aquel para quien la mentira se ajusta a sus deseos". 

Desde el poco tiempo de publicarse que los restos atribuidos al Príncipe de Viana, en el monasterio de Poblet, y los de su madre, en Santa María la Real de Nieva, son falsos, quedó notorio porque se difundió amplia y continuadamente en todos los medios de comunicación. ¿Quieren seguir engañando, quienes lo pretendieron -entre éstos quien nombró cronista de la villa el anterior alcalde- quien tuvo la osadía de publicar: "Los restos de Blanca de Navarra descansan en la iglesia parroquial". Ya sólo pueden autoengañarse, puesto que, a decir de Nietzsche, "la mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano". 

Cuatro fechas posterior a la presentación en Poblet del resultado ADN, apareció el aludido artículo titulado "Los restos de Blanca de Navarra descansan en la iglesia parroquial". En el  primer punto lo afirma rotundamente. Lo transcribo:
Los restos de la reina de Navarra permanecen en la Capilla Mayor de la iglesia parroquial de esta villa, a pesar de las informaciones aparecidas estos días que pudieran sembrar dudas y que se repiten cada cierto tiempo, no sé con qué motivos ocultos. Desde 1994, año del descubrimiento, hasta 1997, año de la inhumación después de las polémicas pruebas de ADN, han sido innumerables los artículos escritos sobre este asunto, más de una decena por este autor que suscribe. Pienso que estos "restos regios" se merecen un descanso eterno, aunque ya veticiné que no tardando mucho saldría la polémica nuevamente. No me equivoqué.   
El escrito sigue en esta línea de anclaje en lo absurdo, arbitrario, disparatado, tanto es así que llega a decir que "no se puede tirar por tierra hechos probados sin dar nuevos argumentos". Para Felipe Molinero Rodríguez son "hechos probados" sus argumentaciones y, por el contrario, no constituye prueba el ADN mitocondrial. Es visible que desprecia olímpicamente la Ciencia. Además parece ser que considera: ¡qué sabrá de Historia la profesora de dicha asignatura en la UAB (Universidad Autónoma de Barcelona) Mariona Ibars i Puga, que lideró el equipo. De éste y de su trabajo ya he hablado en varios artículos, sin dejar de referirme a este caso de humorismo en su lado ridículo. Que yo sepa, los demás engañados y/o engañadores han cerrado el pico, pero el cronista no. Para el cronista sólo son válidas las """pruebas""" que él presenta; por supuesto, no la presentada por Asunción Malgosa, miembro del Grupo de Investigación en Osteobiografía de la UAB, y el doctor Miguel Cecilio Botella, director del Laboratorio Antropológico de Granada; en definitiva, la Ciencia nada significa, en concepto de los representantes de Santa María la Real de Nieva,  para resolver problemas de la Historia. Dice el cronista en cuestión que restos e inscripción se correspnden y todos se callan, otra cosa es que siga engañando a todos. Y en los más sencillos en el aspecto cultural está la duda, que tanto molesta a Felipe Molinero. No, no, lo dijo Blás, punto redondo, NO.

Dice el cronista que no se equivocó en que seguirían las polémicas; menos mal que  en algo no había de equivocarse, pues referente a Blanca I de Navarra se equivocó siempre de medio a medio, sosteniendo que sus restos descansan en la iglesia parroquial. Se equivoca totalmente afirmando que son los del arcosolio; distinto sería si hablara de la iglesia en general, por cuanto pueden hallarse en el templo santamarieño continuándose sin localizar. Lo que   racionalmente no se puede afirmar, con la ignorancia de rechazar de plano el ADNm, es  -repito, y nunca se repetirá lo bastante ante actitud tan disparatada- que sepulcro e inscripción se corresponden. Por favor, seamos cuerdos y concedamos el valor que tiene el campo científico que cultivan los mencionados señores. Es unánimemente admitido por cuantos conforman esta rama del saber humano, y pertenecer a ella sería conditio sine qua non, condición idispensable, para impugnarlo o invalidarlo. No creo que sea el caso de nadie de Santa María la Real de Nieva, y allende sus fronteras, nadie ha tenido, por supuesto, tal pretensión. Insisto en que mediante la Historia no hay lo que el Sr. Molinero llama "hechos probados" Jajay. Ni él ni persona alguna ha probado que los restos en cuestión sean de la susodicha reina, porque indicios caben pero prueba no. Sólo la Ciencia puede aportar -no otra cosa consideró el Dr. Reverte Coma- la prueba afirmativa o negativa, y la ha aportado negativa, nota bene. Entonces no cabe ya andarse en disquisiciones -sería divagación, digresión-, que si caben en un sentido, caben también en el otro, las hay de ambos gustos y voluntades. Pero en vano, desde ha ya más de un lustro, todo esfuerzo por arrimar el ascua a nuestra sardina.  

jueves, 24 de julio de 2014

Mentira tras mentira, ni duque de Lugo, ni duque de Palma

Que no te enteras, Contreras, reza un dicho reprobando al que es tardío de entendimiento. Cabe, es posible, natural, enterarse de que no hay duque de Lugo, ni duque de Palma, sí duquesa de Lugo, duquesa de Palma. Se puede ver en el libro "Los diamantes de la Corona, de Juan Balansó, capítulo XIV, titulado "Los recién llegados - bisutería fina, epígrafe "La impostura de los duques". También puede descubrirse esta "imputación falsa y maliciosa - fingimiento o engaño con apariencia de verdad" (DAE) en internet. ¿Cuándo nos vamos a dar por enterados? Yo que lo sé de siempre, ha mucho tiempo que lo publiqué. Nadie se apea del burro, y esto es una burrada, una necedad, si se sabe, o ignorancia supina de no saberse. El diccionario la define como "ignorancia que procede de negligencia en aprender o inquirir lo que puede y debe saberse". El dilema es que no puede entenderse lo uno ni lo otro por parte de La Zarzuela que mantiene lo que fue un engaño o una equivocación ab initio, desde el principio. 

Reproduce Balansó de "La larga marcha hacia la monarquía", de Laureano López Rodó, esta explicación que le aportó el 31 de enero de 1972, siendo ministro de Justicia, el conde de Barcelona: 
Cuando la boda de mi hermano Jaime con Emanuela de Dampierre, en 1935, el rey Alfonso XIII, nuestra padre, "inventó" el ducado de Segovia a fin de que se les llamase infante don Jaime y duquesa de Segovia. El rey entendió que daba consentimiento al matrimonio, pero que no consideraba de rango real a la señora.  
Y añade Balansó el recuerdo de que:
Dos años antes, en 1933, el ex príncipe de Asturias también había adoptado el título de duque de Covadonga, tras su renuncia a la sucesión, para que pudiese ser utilizado por su esposa morganática, la cubana Edelmra Sampedro. / Lo mismo sucedió con las dos hijas de don Juan de Borbón, doña Pilar y doña Margarita: se les facultó el uso en España de dos ducados, Badajoz y Soria respectivamente, con el propósito de que sus maridos, el abogado Luís Gómez-Acebo y el doctor Carlos Zurita, que no pertenecían a la realeza, pasaran a denominarse el uno "duque de Badajoz" y el otro "duque de Soria".
Adiós títulos nobiliarios para el cónyuge.

Si el artículo 64 del Código Civil establecía que "el marido y la mujer gozaran de los honores de su consorte" , quedó anulada esta disposición mediante la reforma de dicho texto en 1981, cambio de ley efectuado, obviamente, por el gobierno de la Monarquía juancarlista. Cuando Balansó trata el tema hace una llamada para la aclaración siguiente.  
Probablemente el lector se sorprenderá al percatarse de que, con la ley en la mano, la mujer que se casa con un marqués ya no es marquesa, ni el hombre que se casa con una condesa, conde... Los afectados lo escamotean con facilidad. Socialmente, por mera cortesía, se sigue tolerando, pero jurídicamente, y aplicado en su literalidad, el Código Civil vigente no reconoce derecho nobiliario alguno a los consortes. Y lógicamente la Familia Real es la primera que tiene obligación de seguir los dictados de las disposiciones legales de su Reino.
El subrayado es mío, y con ello quiero expresar mi indignación al no ver que así sea. Por citar un solo ejemplo, ¿aceptó el rey la ley de transparencia? Nequaquam, de ningún modo en cuanto a su fortuna. Pero sigamos en cuanto al tema de los títulos nobiliarios. 

En lo referente a los hasta aquí señalados no se trata, como puntualiza el susodicho autor, de auténticos títulos nobiliarios, "sino unas dignidades dinásticas tan "personales" de doña Elena y doña Cristina como pueda serlo la condición de infantas. Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín no son duques por la misma razón que no son infantes de España". El libro aludido data de 1998, cinco años antes de la prematura muerte de su autor. 

Firmó don Juan Carlos el 6 de noviembre de 1987 un decreto del Ministerio de Justicia sobre "Régimen de títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes", pero, como quedó demostrado, a la manera o modo que firmaría años después la infanta Cristina, su hija: sin saber lo que había firmado y sin recordarlo siquiera. El artículo sexto de dicho documento señala que los títulos de nobleza concedidos por el rey sólo son autorizados a los miembros de su familia, especificando que "la atribución del uso de tales títulos tendrá carácter graciable, personal y vitalicio. (Puede verse, aparte de otros lugares en papel, tambien en internet) . A este respecto comenta Balansó.
No se trataban, por tanto, de títulos de nobleza convencionales acogidos a la legislación nobiliaria común, sino de unas dignidades que son la manifestación más pura de la libérrima intención del titular de la Corona, sin exigir para su otorgamiento la intervención del Consejo de Ministro ni la justificación de otros méritos del agraciado que no fueran inherentes a su privilegiada relación familiar. Por eso, a diferencia de los títulos comunes, que se presumen perpetuos y hereditarios, los de la Casa Real eran personales y vitalicios. [...] Se estipulaba expresamente en el Real Decreto que su uso constituía un derecho no delegable, ceñido directa y exclusivemente a la persona del agraciado.
Como en otras líneas vemos, se asombra -no es para menos- de que en octubre de 1995 al ser interrogada la secretaría de Prensa de la Zarzuela por algunos historiadores extranjeros, obtuvieran esta respuesta: 
Aunque el ducado de Lugo es concedido a la infanta Elena, mientras ésta viva don Jaime puede utilizar el título sin trabas de acuerdo con el principio general ius consortis, recogido en nuestro Código Civil. Principio según el cual, todos los títulos y tratamientos del marido o la mujer pueden ser igualmente utilizados por el cónyuge. Comenta: De lo que se desprende que, catoce años después de haber sido suprimido, la Zarzuela desconocía la modificación del artículo del Código. 
Como vemos, Marichalar y Urdangarín nunca fueron duques, no lo fueron por partida doble aun cuando lo que les afecta es el decreto del 6 de noviembre de 1987. Don Juan Carlos se equivocó en su idea: enaltecer, ensalzar, a sus yernos, de medio a medio, de todo punto. Tampoco es para felicitar a su correpondiente asesor in illo tempore. Es visible, no admite duda, que, como termina afrmando Balansó, "los maridos de las duquesas de Lugo y Palma de Mallorca burlan y violan lo dictaminado por la propia Corona. Su impostura es manifiesta".

¿Qué diría hoy día del que en el epígrafe anterior del comentado denomina El balonmanista zurdo? Lo que tenía que añadir de este individuo es de vergüenza ajena, y dado lo valiente que era Balansó para sacar algo de ropa sucia en una época en que la actual familia real de España era tabú. Urdangarín ha firmado como duque no sólo burlando y violando la Corona, sino que ha empleado la misma para trincar. De no haber sido con tal respaldo, adiós sus enormes """negocios""". No se pudo tomar a peor parte la Corona. 

viernes, 18 de julio de 2014

18 de Julio de 1936, ¡ya setenta y ocho años de la Guerra Civil española! Recuerdos de aquel entorno


 A manera de prólogo.

Pretendo presentar una vista parcial del panorama de aquella España de Monarquía abolida, de República ilisionante, la cual fue manipulada y hundida por el comunismo, una guerra fraticida, en este artículo de retazos de todo ello. Y ante todo con la voluntad de ser imparcial, que es carácter que no debe faltar en la Historia aun cuando, por el contrario, en gran medida carece de él. En pro de mi ecuanimidad y con las varias opiniones de historiadores a que aludo, con sus contrapuestos criterios, trato de que impere la ecuanimidad; no me ciega la pasión política bajo cualquier ideal político hay individuos de buen natural e individuos perversos. La verdadera regla -escribió Abraham Lincoln- para decidirse a aceptar o rechazar algo, no es determinar si contiene algo malo, sino saber si tiene más de malo que de bueno. Existen pocas cosas completamente malas o completamente buenas.
                                                                              

El venero de aquella guerra.

Los hechos que constituyeron el fulminante que prendió la guerra civil fue el asesinato el 16 de abril, por un guardia de asalto de Andrés Saenz de Heredia, primo de José Antonio Primo de Rivera, y en aquella manifestación del entierro del alférez De los Reyes, de la Guardia Civil, es herido el estudiante de medicina José Llaguno Acha por el propio teniente de la Guardia de Asalto  a quien sus guardias le libran de ser linchado.  En represalia de la muerte y el herido,el 12 de julio el oficial es asesinado. Aquella tarde José Castillo  había asistido a los toros con su esposa -se habían casado el 20 de mayo- y tras dejarla en casa, calle de Augusto Figueroa, se dirigía a entrar en servicio, eran las diez de la noche, y apenas había andado unos pasos, a la altura del oratorio de Santa María del Arco disparon contra él cuatro individuos que se dieron a la fuga. Lo presenció Juan de Dios Fernández Cruz, periodista, que le socorrió llevándole a la clínica de la calle Ternera, ingresando cadáver. Ante su féretro la Guardia de Asalto jura vengarle.
                                                                               
Capilla de Santa María del Arco
Horas después, noche del 12 al 13, una camioneta de guardias de asalto se dirige al domicilio de José María Gil-Robles, líder de la CEDA, mas éste se halla ausente, entonces acuden en busta del diputado de Renovación Española, José Calvo Sotelo, que vivía en la calle Velázquez, 89,  quien, dado lo intempestivo de la hora se resiste a salir de su casa, y, engañado, hace confianza en el capitán de la Guardia Civil que va en el grupo, Fernando Condés. Ya en la camioneta, un tal Victoriano Cuenca le dispara un tiro en la nuca, caído del asiento le remata con otro también en la nuca, y siguen camino al cementerio del Este. Allí Condés con otro se dirigen a hablar con los guardias del cementerio, seguidamente sacan el cadáver del suelo del vehículo y lo transportan al atrio del cementerio. Regresan al cuartel de la Plaza de Pontejos, sede de los Guardias de Asalto. 


El crimen perpetrado con Calvo Sotelo decidió al indeciso general Franco unirse a la conspiración dirigida desde la primavera de 1936 por Emilio Mola y secundada por José Sanjurjo, inicia la sublevación este trío de generales, pero quedaría el último solo al morir los otros dos en accidente. de aviación, "el Director" del alzamiento el 3 de junio de 1937 al volar de Vitoria a Valladolid para reunirse con Franco. para tratar sobre la toma de Bilbao y de la ofensiva republicana de Segovia. El accidente de Sanjurjo fue el 20 de julio cuando el aviador Juan Antonio Ansaldo le recogió en Estoril para trasladarle en avioneta a Burgos donde asumiría el mando de Golpe de Estado. Se encontraba, como es sabido, en la mencionada localidad portuguesa como destierro por La Sanjurjada.           

El triste destino de la Segunda República.

A decir de Enrique de Diego, 
Los republicanos, como tal, fueron paulatinamente superados, siempre fueron pocos. En el bando llamado republicano, los republicanos fueron fusilados compulsivamente; por ejemplo, el prtido republicano de Castellón, que allí era hegemónico, es diezmado, fusilados por anarquistas y socialistas, entonces tendríamos que pensar que los socialistas no eran republicanos, en el sentido que le damos, sino que eran de la república bolchevique, y los comunistas no digamos. [...] Planteaban el exterminio de las clases medias. 
Es evidente el chaqueteo del PSOE y para mayor vergüenza permaneciendo en su partido. En su origen fue de la república -no de la española sino de la socialista soviétca- y luego, ¡ya es magia! se convirtió en defensor de Juan Carlos I. Sigamos con la visión del autor de "Historia clara de la España reciente".
El hecho es que el PSOE era un partido totalitario, eso no tiene vuelta de hoja, está absolutamente claro, es un partido que planteaba, pues, la dictadura del proletariado, la sociedad sin planes, era unpartido ortodoxmente marxista, que legitimaba e incluso consideraba propio de la Ciencia, desarrollo de la Historia, el asesinato masivo, el genocidio, por tanto la introducción de esta gran corriente de odio que es el marxismo, según la cual lo problemas sociales se resolverán mediante la violencia y el asesinato. Es, sin duda, lo que lleva a la Guerra Civil. [...] Cualquier injusticia social se resuelve matando a los empresarios, matando a los propietarios, matando a los cristianos, porque son el opio del pueblo, era un partido genocida y totalitario, el PSOE nunca fue democrático, ni planteó ninguna cuestión democrática.
Se puede corroborar con este hecho concerniente a Margarita Nelken aludido por Cesar Vidal.
estuvo a punto de dirigir la matanza de Paracuellos. Si no lo hizo es porque pensaron que Carrillo lo iba a hacer mejor. La dirigente socialista siempre había afirmado muy claramente que había que matar a la gente en masa, ahora se le ha incensado como a tanto criminal de la guerra civil.  
 
Ya hice mención, hablando de la Segunda República española en este blog, de que Manuel Azaña, asqueado de que se perpetraran asesinatos, dijo: "No quiero ser presidente de una república de asesinos", y se ausentó de España. Había llorado la prisión en la Cárcel Modelo y seguidamente fusilamiento de amigo, mentor y correligionario Melquiades Álvarez. Hablando de "El Socialismo" Fernando Díaz Plaja, en Otra Historia de España, hace constar algo muy importante, y es que en la guerra civil fue el partido socialista el que presidió el gobierno desde noviembre de 1936 hasta el final, primero con Largo Caballero, luego con Negrín. En el capítulo anterior, "Los Republicanos" anota puntos de vista tan sustanciales como estos:  
El republicano más famoso del primer tercio del siglo, hombre brilante -"el que parte los ladrillos al pisar", como decía Baroja- se llama Alejandro Lerroux. El prestigio más alto intelectualmente, Azcárate, algo parecido a la figura de Pablo Iglesias de quien comparte el nombre de Piila. [No sé, no lo entiendo, Azcárate se llama Gumersindo] En el género de la novela el republicano se lama Blazco Ibáñez. Y un gran autor -Galdós-, aunque más conocido como novelista, plantea en el teatro su tesis con mayor brillantez que eficacia política. El estreno de Electra, en 1901, alía, para muchos, el concepto anticlerical al de sentir republicano. / Con los desengaños de la Dictadura entrerán en la idea republicana elementos menos extremistas, Miguel Maura,  Alcalá Zamora, Ossorio y Gallardo creen en la posibilidad de  una coexistencia entre sus sentimientos católicos y la República. 
Y error tras error en los republicanos
A últimos de 1930 los republicanos no son tan solo los "comecuras" de la extrema izquierda, están también ex ministros de la monarquía, abogados de fama, aristócratas... Pero el mayor marchamo de responsabilidad se le darán los inttelectuales. Cuando los españoles leen el manifiesto de la "Agrupación al Servicio de la República" quedarán deslumbrados. No es fácil encontrar inteligencias como las del doctor Marañón, A. Machado, Pérez de Ayala y Ortega y Gasset coincidiendo en frases como esta: "La monarquía de Sagunto no ha sabido convertirse en una institución nacionalizada... ha sido una asociación de grupos particulares que vivió, parasitariamente sobre el organismo español, usando del poder público para la defensa de los intereses parciales que representaba...".
Los intelectuales no se encontraron con la República que querían, Ortega y Gasset exclamó: No es esto, no es esto. No deja de consignar Díaz Plaja lo que es harto sabido y súper anotado está:
Cuando la guerra civil, algunos republicanos -Ortega, Marañón, Lerroux, Menéndez Pidal, Baroja, Pérez de Ayala- se exiliaron, y acabaron volviendo a la España de Franco. Los del ala izquierda mantuvieron su fidelidad a una República que no era ya la soñada por ellos. Así Azaña, Martínez Barrio. El primero conservará, a lo largo de toda la guerra, una actitud escéptica respecto al resultado positivo de la lucha, e intentará, con la colaboración de Besteiro, una paz de compromiso con la ayuda de Inglaterra.
Franco, que tenía la victoria asegurada con Alemania, obviamente no aceptó. Adolfo Hitler, que tenía in mente la Segunda Guerra Mundial, se sirvió de la guerra de España para entrenarse belicamente, de modo principal en cuanto a la aviación, la Luftwaffe.  

Tremenda decepción de Alfonso XIII con Francisco Franco.

Esperaba Alfonso XIII que tras la victoria de Franco sería llamado, mas fue disminuyéndose su esperanza apercibiéndose de que, pese a sus buenas palabras, únicamente pensaba en él como el timonel de la España de la posguerra, y de por vida a manera de rey. Acabada la guerra civil claro está que quedó defraudado, pensaba iba a ser ipso facto repuesto y hubo de ver que al puesto no volvería. Franco además le despreciaba olímpico desdén -pasaba de él, como se dice ahora, al mostrar desinterés-. Entra en juego, pues, tanto su ambición personal como ganador de la contienda el hecho de que no entendía, no entendió nunca, lo de "todos los españoles"; para él España se componía de dos clases de españoles: los vencedores, zona nacional, y los vencidos, zona republicana o roja. Por esta idea divisoria le molestó que el ex rey y luego el príncipe de Asturias, Juan de Borbón y Battenberg, le expresaran su deseo de ser rey "de todos los españoles". 

Anteriormente a la guerra incivil, así denominada por Unamuno, escribió Antonio Machado este poema. 
Ya hay un español que quiere
                                                        vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
                                                        y otra España que bosteza.
                                                        Españolito que vines
                                                        al mundo te guarde Dios. 
                                                        una de las dos Españas
                                                        ha de helarte el corazón. 

El dictador Franco remarcó la división de las dos Españas, constituyó en él una obsesión de por vida, como finalmente veremos. Su crueldad con el vencido fue desmedida, si bien es cierto el clásico Vae victis, ay de los vencidos, a soportar lo insoportable, la injusticia que fuere, y el dictador Franco la llevó con los de la zona roja conquistada a extremos ajenos a la guerra; verbigracia, habiendo estado durante la guerra en tal España no se podía acceder a una colocación oficial.     

Como escribe José María Zavala en su artículo "Los Borbones ante la Guerra Civil".
El monarca español se congratulaba por el triunfo de las tropas franquistas, tomando partido así, desde el principio, por lo que él mismo denominaba "nuestra Cruzada", con mayuscula, para demostrar al marxismo y a los mismos que le echaroncon cajas destempladas de España, acusándole de "alta traición", el 14 de abril de 1931.
Continúa el autor exponiendo la adhesión de Alfonso XIII. 
Tampoco pudo controlar su euforia al teniente general monárquico Alfredo Kindelán por su nombramiento como Jefe del Aire con estas significativas palabras: "Todos tenemos que ayudad al movimiento de salvación de España y vencer... ¡Quién pudiera estar con vosotros!
Poco tiempo antes de morir hizo esta especie de abdicación pero sin mentar esta palabra.
Ofrezco a mi patria la renuncia de mis derechos para que, por ley histórica de sucesión a la Corona, quede automáticamente designado, sin discusión posible en cuanto a la legitimidad, mi hijo el príncipe don Juan, que encarnará en su persona la institución monárquica, y que será el día de mañana, cuando España lo juzgue oportuno, el Rey de todos los españoles.
Franco no lo juzgó oportuno mientras vivió; lo pensado por Alfonso de Borbón de Habsburgo-Lorena  se lo pasó por el triángulo de Scarpa, nada significaba para él esta disposición, dado que eliminó a don Juan, eligiendo rey ad libitum y pudiendo cambiar al elegido en cualquier momento que le pareciera, ya por estimar que se había equivocado, ya por motivo que diera el elegido, o él lo entendiera. 

Alfonso XIII anhelante de volver a reinar no dejaba el contacto con Franco ni a sol ni a sombra, pero... 
El 4 de abril de 1937 Franco escribió una carta despectiva a Alfonso XIII: el rey que acababa de donar un millón de pesetas a la causa franquista, le había escrito expresando su preocupación por la poca prioridad que se daba a la restauración de la monarquía; Franco dejó claro que el rey difícilmente llegaría a desempeñar un papel en el futuro, en vista de sus errores pasados. Al acabar la guerra y no restaurarse la monarquía, el rey declaró: "Elegí a Franco cuando no era nadie. Él me ha traicionado y engañado a cada paso". 
Cuando murió, en el Gran Hotel de Roma, no se dieron en la España de Franco  demasiadas facilidades a los españoles que quisieron asistir al entierro y/o funerales, más bien se les dificultó el viaje en la concesión de pasaporte.

lunes, 14 de julio de 2014

La monarquía está en el ojo del huracán, ayer con el padre, hoy con el hijo

La verdad está siempre en la horca,  y la mentira en
el trono.
(Henri Nowen, sacerdote católico holandés, escritor)  

Continúa la monarquía en España como centro de una situación polémica y conflictiva, según vengo mostrando en comentarios anteriores. El Caso Nóos creó para la entonces familia real sin reducir, un espinoso problema, una verdadera cuestión batallona, que al anterior monarca le hizo pasar la pena negra y, sin descartar otros motivos, le llevó a lo que menos deseaba: abdicar. El problema sigue igual de arduo, difícil, intrincado, aunque el Gobierno, para quien la monarquía es vital, se esfuerce en poner paños calientes. Craso error -también es ignorancia crasa, indisculpable la alardeada por la infanta Cristina para inhibirse de lo trincado por Nóos-Aizoon-, pues la ciudadanía está indignada de un reinado de corrupción y anhela ver que, ya que hay que tragar la excepción del rey, todos somos iguales ante la ley. Por consiguiente no se ha de desimputar por segunda vez a la infanta, sino que junto a su idolatrado -porque idolatría es- marido ha de ser juzgada. Y ella condenada también en la medida que señalen los textos.  

Véamos algo de la la institución, de sus componentes, a través del libro de Andrew Morton, Ladies of Spain, Sofía, Elena, Cristina y Letizia: entre el deber y el amor. Sea ello como el fondo sobre el que armo este escrito mío que contiene como tesis u opinión presentar lo imprevisible de la política española, el mal cimiento -socavado por errores y corrupción- en que se asienta la monarquía.

Iñaki y Cristina son temidos en la familia.

Ante su yerno y su hija no pudo imponer don Juan Carlos de Borbón rectitud moral. El primero en aquella célebre entrevista, estando presente el príncipe, en modo alguno se mostró respetuoso con su suegro. Según refiere Morton
Iñaki dejó claro que lo único que hacía era lo mismo que, a su juicio, le estaba permitido a todos los demás miembros de la casa real: ganar dinero. "Esto es la casa real, dijo Iñaki. "Todo el mundo hace lo que quiere. ¿Por qué yo no? Era sobradamente conocido que varios amigos del rey habían ido a la cárcel o habían sufrido desastres económicos por sus asuntos de negocios. Ni siquiera el mismísimo rey se había librado de las críticas. No obstante, reprocharle a la cara ese asunto era pasarse de la raya           
Logrando la infanta ser recibida en La Zarzuela el 7 de febrero de 2012, y reprocharle su padre que la corona estaba en peligro por su conducta, ella se rebela y le contesta: "Aquí todo el mundo hace negocios de esa forma". 
Aunque parecía un conflicto irreconciliable, parece ser que el rey, sus consejeros y el resto de la familia real llegaron a la conclusión de que abandonar a su suerte a Urdangarín y a doña Cristina podría tener funestas consecuencias para el futuro de la monarquía en España. [...] Una fuente con contactos en la familia real observaba: "La familia real cree que ahora tiene que apoyar a Iñaki. Ha habido un cambio en la música de fondo. Están convencidos de que si cae Iñaki, también caerá la monarquía.    
Aunque el abogado de Urdangarín diga que, como el título de la película, está "Solo ante el peligro", bien sabe él que no es así. Porque los Borbones ya saben cómo las gasta el duque en-palma-do, y mejor que esté callado. Evidentemente hay que considerar que es más peligroso fuera de la familia que dentro. Lo que ya se entiende peor es que el entonces príncipe, hoy rey, diga que Urdandangarín tiene secuestrada a su hermana. O se secuestra ella por amor, por miedo o por lo que fuere. 

No entiende la sociedad que no se les haya quitado el ducado de gracia -sería a la infanta, que a él no le afecta, nunca fue duque de Palma de Mallorca-  cuando incluso la ciudad de Palma lo ha solicitado tras hacer desaparecer de su callejero  la placa a su nombre. Tampoco puede concebirse, y a ello hice más de una referencia, que el entonces rey concediera al matrimonio su chalé de Baqueira Beret para que aliviaran sus penas pasando en él los fines de semana. Amén de otros casos que venían a evidenciar que de ruptura familiar no había nada, era mera filfa, engaño de cara a la política para reducir la iracundia de la ciudadanía frente a los trinques cometido por el hombre del balonmano pasado a talonmano y sirviéndose de la corona para tal actividad. Para mayor inri, escarnio, burla, afrenta, que salieran a la luz los correos electrónicos presentados por el abogado defensor de Diego Torres, revelando que el suegro había ayudado al yerno en su actividad delictiva. Que la monarquía se halla en una encrucijada es visible, y también que se adopta la conducta de abolir la ley -la de la igualdad de todos los españoles ante la misma-, con relación al matrimonio Urdangarín-Borbón, mas este plumazo no pasaría de ser un remiendo de momento. Sería, negativamente, la reoca ver que para la infanta Cristina hay otra ley a la del resto de los españoles.             

miércoles, 9 de julio de 2014

Vivir "a cuerpo de rey". Vivir "como una reina". Vivir como reyes.

"Vivir como un rey" significa no saber en absoluto de ansiedades,
 de conflictos interiores,  vivir  sin tensiones,  sin presiones, sin
desconcierto,  sin congoja. - Antony De Mello, escritor indio-  

Vivir a cuerpo de rey, según una de las definiciones de esta expresión es vivir con todas las comodidades y lujos, no <<como un rey>, que al fin y al cabo también tiene alma y mente, y de vez en cuando piensa, y se preocupa, sino como su cuerpo, que disfuta de todos los placeres sin ningún género de turbación mental. La mente esta ofuscada en la soberbia de ser rey, considerándose por el mero hecho de serlo un sujeto de raza superior. Y de alma, ¿qué decir? Recordando el título de la novela de Alberto Insua: "El negro que tenía el alma blanca", suelen ser el blanco que tiene el alma negra. 

Vivir como una reina, ya es otra cosa. No deja también de vivir a cuerpo de rey -o reina-, y tanto si es consorte como si es reina efectiva, lo que se llama en la historia reina propietaria, que ni siquiera tiene, de vez en cuando, que pensar algo. Claro que, desde que no gobierna, es poquito lo que un rey tiene que pensar, y preocuparse, y encima tiene mentores. Rey y reina disfrutan de todos los placeres, a excepción del sexual en adulterio, ya sea reina consorte, ya sea reina en propiedad. 

La reina generalmente respeta la fidelidad conyugal; el rey, no. El rey practica el donjuanismo en lo que se refiere a hacer lista de mujeres burladas, que no de muertos como espadachín. El Don Juan de la literatura, en cualquiera de sus versiones, es ambas cosas. Vivir como una reina es vivir -perdón por la redundancia- tolerando infidelidad conyugal constante y variada; puede servir de paradigma la que fue reina de España como cónyuge de don Juan Carlos de Borbón y Borbón, padres del actual monarca, que no deja de ser una más en tan dolorosa situación. Ella lo ha tolerado hasta cierto punto, aunque este no del todo se limite a ocultas grescas en el matrimonio -no tan ocultas ante los palaciegos-, riñas que, antes o después, pasan a conocimiento de los ciudadanos, a su publicación. Hoy día es de dominio general que don Carlos y doña Sofía están separados desde que ella le pilló in fraganti poniéndole los cuernos, como vulgarmente se dice, incluso pintada está la escena de este descubrimiento. Se señala como la coprotagonista de aquella ocasión a Sara Montiel. Ésta al enumerar sus amantes, en sus Memorias , no se atrevió a incluir al rey. 

Corona con odio conyugal es lo propio del matrimonio real.

Como consigné en otro artículo, aquello ocurrió al poco de morir Franco, o sea, de ser rey, siendo, por tanto, niños los hijos, y desde entonces separados están en alcobas y en todo lo posible aun cuando viven bajo el mismo techo. Esto último hubo de ser para no perder la corona, que bien vale la pena aun hallándose en esta circunstancia. Compartieron corona y odio en un alarde de histrionismo, en lo que se destacó ella. Todo el reinado fue amargura matrimonial. Según escribe Andrew Morton, en "Ladies of Spain - Sofía, Elena, Cristina y Letizia : entre el deber y el amor".
Durante la década de los ochenta, al rey le gustaba desaparecer del país en compañía de la decoradora mallorquina Marta Gayá. La amistad entre ambos, que duró dieciocho años, provocó, según Jaime Peñafiel, periodista especializado en la realeza, grande broncas entre el rey y la reina. <<Te odio>>, se dice que exclamó el rey. A lo que doña Sofía supuestamente respondió: <<Ódiame, pero nunca podrás separarte de mí>>
Marta estaba casada y trascendió a la sociedad mallorquina; no le importó, pues, a don Juan Carlos, romper un matrimonio. Sigue Morton, hablando de las amantes 
En una ocasión en que el marido de Marta se lamentaba ante un amigo de que su esposa le estaba engañando, su amigo le dijo: <<Ve y dale un puñetazo al tipo>>. Según Jaime Peñafiel, la respuesta del marido fue: <<No puedo, estamos hablando del rey>>.
En el Reino Unido, el prícipe Felipe de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II, ha sido objeto de mil chismorreos sexuales durante casi toda su vida -igual que don Juan Carlos-.
 Algo dice de ellos, y continúa citando amoríos del donjuanesco Borbón, ya tan referidos gráficamente.   

miércoles, 2 de julio de 2014

¿Dónde está el respeto y a quién se respeta?

Ceíamos que, como teníamos poder, teníamos
también sabiduría. -Stephen Vincent Benét- 

 Andaré muy mal de cacumen, pero yo no veo que se respete lo que se debe respetar. ¡Así con muchas cosas! Pero, sin ir más lejos, el affaire Nóos-Aizoon  entraña un tremendo escándalo, éste, yendo in crescendo, ha llegado al colmo. Ya he dicho por activa y por pasiva lo que tiene de inaudito tanto en su acepción de extremadamente vituperable como en la de nunca oído. Realmente es un caso único en la Historia de España, en la que pudo haber, y las hubo, infantas ligeras de cascos e incluso alguna adicta a la República, pero no que tuviera que ir a declarar a un Juzgado como imputada, y de aquí todo el historial judicial en que se ve envuelta la infanta Cristina de Borbón y Grecia. Para inri la rebeldía que adopta ante la Justicia y que en tal actitud sea protegida por su padre, quien como rey tiene la obligación de evitar que se descarrie ningún miembro de la familia real. Si no supo impedirlo -o no se hallo con fuerza moral para ello, cabe pensar recordando aquella respuesta de Urdangarín-, lo que no puede hacer es blindar a su hija contra los Tribunales de Justicia, miccionarse en la Constitución. Lo hace y, no obstante, dijo al felicitar por Navidad a la nación, que la ley es igual para todos. Debió añadir: salvo para mí. ¡Qué cosas tan increíbles están sucediendo con la referida señora llena de amor por su cónyuge!  
                                                                                        
  
Es un caso de atropello a la razón; cuánto tango y cuánto tongo tiene lo que afecta a la infanta en el escándalo financiero Urdangarín-Torres y sus respectivas esposas. Habiendo afanado ambas, quiero decir trabajado con afán, en la sociedad que tenían ellos sin ánimo de lucro, o sea, por amor al arte, Cristina ha de ser respetada y no por ser quien es, sino porque si ha resultado un artificio para trincar a lo grande, lo ignoraba, y de aquí que el fiscal haya dejado de serlo respecto a doña Cristina y transformado en su abogado defensor y con celo exagerado. Luego tendría también como abogado a Miguel Roca, catalán, separatista y amigo de su padre. Prepare, sobre el recurso contra la imputación, la defensa éste o su colaborador el también destacado jurisconsulto Jesús María Silva, les está dando ganado el litigio Horrach y el Gobierno, tratando, como expuse en mi artículo anterior, de complacer al rey saliente, aunque la injusta impugnación de la imputación de la infanta por el Juez Castro traerá cola, o sea, consecuencias graves 
                                                                              


Porque grave es la conducta política que se vino empleando con el juez Castro y que ha llegado a su culmen con el enfrentamiento que contra él protagoniza el citado fiscal. Fiscal contra Urdangarín, su ex socio, Diego Torres, y la mujer de este Ana Tejeiro, pero se ha operado la dicha metamorfosis de fiscal a abogado defensor; ha cerrado los ojos para no ver ninguno de los motivos que se ponen de relieve, y sostener que es ajena, libre, de los milagros del duque & Compañía, aunque figurase en la de la dirección de Nóos. "Casualmente" se trata de la visión que los políticos en el poder afectan tener de la celebérrima infanta entre todas las que han sido y actuales: es intachable.
                                                                               

Ni Iñaki ni Cristina han respetado nada con tal de enriquecerse; no pueden decirnos que no se han enriquecido ilícitamente, pero nos quieren hacer tragar que sólo hay un culpable: él, sin que ella se percatara porque estaba muy enamorada. A lo que parece sigue enamorada y sin apercibirse de que han actuado en comandita. Por supuesto que hace falta ser tonto de capirote para tragarse las patrañas con que la quieren salvarla la Casa Real y el Gobierno, porque sus salidas, las del fiscal y demás defensores, son muy difíciles de tragar. No somos tontos la inmensa mayoría de los ciudadanos, y, sin embargo, parece que el Gobierno da por hecho que la gente da fácilmente crédito a las cosas, aunque sean inverosímiles. Que, que no, que España no es una nación de incautos, y de ahí el encautarse hasta de  sus derechos, el cometerse tantos abusos, tantas ilegalidades. De aquí también que, ante la situación caótica a que se ha llegado, el bipartidismo monárquico está en peligro; es un triángulo de corrupción, y si ahora se evita mediante martingala  de los políticos que no sea condenada la Infanta en cuestión batallona -vergüenza que en tal clase de asunto se haya convertido el caso Nóos-, ya qué cabe hacer contra la corrupción y la injusticia que clama al cielo. 

Contra las opiniones contradictorias del fiscal Horrach y de sus jefes Torres Dulce y Gallardón respecto a la imputación de la Infanta, está, por citar un ejemplo, cuanto en programas de tertulia en televisión ha expuesto el abogado Javier Nart, el cual habla de los chanchullos de la infanta. Chanchullo es lenguaje coloquial "manejo ilícito para conseguir un fin, y especialmente para lucrarse". (DAE). Y como él tantos y tantos jurídicos, incluidos catedráticos de tal o cual asignatura de Derecho. Decir que la mujer de Urdangarín no se ha lucrado, sólo éste, es absurdo, arbitrario, disparatado, mueve a risa y a indignación. ¡Qué gran lección dan Gallardón y Torres Dulce -pero irrisoria, irritante- a importantes jurídicos! Estábamos hartos de oír a  los señores del Gobierno que respetan las decisiones judiciales; por añadiruda hablan de respetan la independencia del poder judicial -ja, ja, ja-, cuando es algo que prometen al pueblo ansioso de ello, pero que no conceden porque los políticos quieren estar blindaddos a a la acción de la Justicia. 

Que no  respeten tanto y de esta manera, y pasen a conceder la independencia del Poder Judicial. Es alucinante leer que "Torres Dulce destaca la "coherencia" de fiscal al recurrir la imputación de la infanta". Ya la noticia lo de coherencia lo escribe entre comillas. Increíble leer: El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, ha destacado la "coheencia" (sigue muy bien entrecomillándose) del fiscal anticorrupción  Pedro Horrach al recurrir la imputación de Cristina de Borbón en el Caso Nóos. Bueno, si él entiende que tal es el papel del fiscal anticorrupción que con el juez lleva un caso..., yo no digo nada; ya le indican que no es así eminentes figuras del  Derecho. Aunque no hace falta serlo para ver que el fiscal está actuando al margen de su cometido, incumbencia u obligación moral. Para defender a Cristina de Borbón como a cualquier ciudadano está el abogado dedicado a la defensa del cliente. Éstos sí que suelen salir -todo sea por la defensa del cliente- por peteneras; ahora bien, no tenemos gobernantes para que digan y/o hagan algo fuera de propósito. No hay que valerse del cargo -menos, si cabe, cuando es a dedo-, por grande que sea el puesto -Baltasar Gracián dice-, ha de mostrar que es mayor la persona. 

Asegurar que la infanta Cristina es económicamente inmaculada es asegurar algo así como que no existe el sol que nos alumbra a lo largo del día. Que no tiene mancha en lo que señala el 7º Mandamiento de la Ley de Dios no puede creerse porque lo afime un cargo político por alto que sea, y, desde luego, es, por ejemplo, como afirmar que dos y dos son tres o seis -cuando no pecan por defecto, pecan por exceso-, y ello fue, es y será, no es únicamente fruta de esta época. Ya dediqué un artículo a la mentira en el político. Rajoy que fue gafe en cuanto dijo: