sábado, 22 de agosto de 2020

El Borbón elegido por Franco y los políticos del Borbón

Franco decepcionó a su amigo Alfonso XIII no reponiéndolo en el trono tras ganar la guerra y dio al traste con el Príncipe de Asturias como Juan III, ganó la partida a los monárquicos mientras vivió -para "reinar" ya estaba él-, siendo algo que ya predijo el general Cavanillas al enterarse del nombramiento que se le hizo. Impuso el Caudillo como sucesor suyo un Borbón al que creyó hacer a su imagen y semejanza. En esta batalla sí que fue derrotado, y estrepitosamente. El Borbonismo no mantuvo el credo del franquismo -vana ilusión de Franco-, lo que mantuvo fue, y ello indubitadamente, su característica, la cual pinta, ap. 'España sin rey', el gran Pérez Galdós así:
El Borbonismo no tiene dos fases como creen los historiadores superficiales... Aquí y allá, en la guerra y en la paz, es siempre el mismo, un poder arbitrario que acopla el Trono y el Altar para oprimir a ese pueblo infeliz y mantenerlo en la pobreza y la ignorancia.

El Borbonismo se impuso de modo bélico tras el último Austria en aquella guerra de sucesión, como por manu militari se impusieron tantas dinastías y, fuera de éstas, tantos regímenes políticos. Arturo Pérez Reverte en su novela 'Hombres buenos' tiene el epígrafe 'Cultura frente a fanatismo y estupidez'. El fanatismo y la estupidez causaron mucho daño en la historia, ellos crean las dictaduras; pensemos, sin ir más lejos, en la Italia de Mussolini, en la Alemania de Hitler Todos lo fanáticos, hoy fans, fueron el venero de estos males de la humanidad porque han pasado muchos países, en tal o cual cronología, dejando un semillero de víctimas.

Por las armas se impone un poder o se mantiene, como expone Tolstoy. Ya recordé en escrito reciente escenas trágicas como 'la Noche de San Daniel -10 de abril de 1865- en la Puerta del Sol madrileña. He aquí escena y razón de ello.

 

El hombre, a pequeño o a gran nivel, trata de convencer, pero ante todo de vencer. Al no bastarle, mediante la palabra, la fuerza de la razón, emplea, si puede, la razón de la fuerza mediante las armas. Así se hace la historia. En la guerra y en la paz. Casi van a medias una y otra cronológicamente.

El Rey y la nueva casta política. Mal antaño, peor hogaño.

Todas las causas de la decadencia de España se
sintetizan en una sola: el mal gobierno. 

- Thomas Babington Macaulay, poeta,
historiador y político ingles -
 

Ni el Borbón de hoy va a dejar de vivir a cuerpo a rey por nueva crisis que atraviese el país, ni el Gobierno de imitarle. Una vez más será el pueblo el que tenga que apretarse el cinturón. Y para escarnio se le llama soberano. Más aún, el artículo 1 de la Constitución dice literalmente en su punto 2: 'La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado'. ¿Se cumple? Palmariamente no, es uno más de los varios artículos que se dejan a un lado u omiten. Mofa es también llamar soberano al pueblo -soberano es el monarca-, y déjese, igualmente, el caso de ser denominados ciudadanos, pues no lo somos -otro engaño también-, sino súbditos mientras España continúe como reino. Que también lo especifica el aludido texto en el mismo artículo inicial y en el punto punto 3: 'La forma política del Estado español es la monarquía´  

¿Volverán las tijeras de Rajoy?

Vaya usted a saber, porque con los políticos nunca se sabe.

jueves, 13 de agosto de 2020

Depravados Borbones españoles - Segunda parte

No tuvo líos de amantes la reina gobernadora, si bien antes de casarse tuvo una aventura, sus líos fueron de tipo económico en colaboración con su segundo marido al que no tardo en convertir e duque, dando al ducado el nombre de un río de la Mancha, Riánsares. Pudo haberle dado el de Quitapesares, real quinta en zona segoviana donde surgió el idilio entre ella y su escolta, ambos recíprocamente enamorados. Esta finca era de ella com o regalo que le había hecho su tío-esposo (La casa palacio se incendió en 1833 e inmediatamente María Cristina la mandó reconstruir). Hasta nuestros días sufrió distintas vicisitudes, finalmente en 1942 es convertida en sanatorio psiquiátrico por la Diputación de Segovia. En la actualidad es el Centro de Servicios Sociales "La Fuencisla".

Se hizo la reina viuda, cuya viudez fue breve, inmensamente rica. En Madrid habitó en el palacio de la rejas. Éste pertenecía a los marqueses de Santa Cruz y pasó a ser propiedad suya. Hubo doña Cristina de renunciar a la regencia pero no a la práctica del tráfico de influencias, lo que pudo realizar dada su alta posición en la Corte. Por sus corruptelas alcanzó una gran fortuna, tanto es así que, invirtiendo en Cuba, llegó a ser la persona de mayor hacienda en la isla, la del mayor número de esclavos para cultivo de la caña.

Contra ella inició su tío y cuñado Carlos María Isidro de Borbón, que no acató la Pragmática Sanción de 1830, la Primera Guerra Carlista que puso fin en 1839 el Abrazo de Vergara, convenio entre el general isabelino Espartero y el carlista Maroto, firmado en Oñate (Guipúzcoa) el 31 de agosto del mencionado año. Cedió la regencia al general Espartero y se exilió. Vuelta a España en 1844 es cuando se instaló en el Palacio de las Rejas.

Isabel II salió tan "fiel esposa" como su abuela paterna. Juan Eslava Galán, en su mencionada Historia de España, la interpreta así: 'La reina era muy fogosa y tuvo decenas de amantes, uno de los cuales, Carlos Marfori, llegó a ministro de Colonias'. En cuanto a éstas supongo se refiere a Cuba y Filipinas, pues las demás ya se perdieron en tiempos de su padre. 

Respecto a la descendencia de Isabel, reina propietaria, y su marido y primo Francisco de Asís de Borbón, expone Eslava Galán:

Tuvo Isabel once hijos, de los cuales le vivieron seis [...] Los tuvo con distintos amantes: el primero, una niña, del apuesto comandante José Ruiz de Arana, y el siguiente, un niño, el futuro rey Alfonso XII , del bizarro capitán de ingenieros Enrique Puig Moltó. Más adelante, tuvo otras tres niñas de su agraciado secretario particular, don Miguel Tenorio de Castilla.

Era Francisco de Asís de Borbón y Borbón homosexual

De ella decía el papa Pio IX, al concederle la Rosa de Oro, 'es puta pero muy piadosa'.

Contrajeron matrimonio conjuntamente con el de la infanta Luisa Fernanda y Antonio de Orleans, duque de Montpensier, el 10 de octubre de 1846 en el Salón del Trono del Palacio Real de Madrid. Luego vendría la hostilidad entre ellos; el duque mató en un duelo a Enrique de Borbón hermano del rey consorte, no obstante se practicó entre ambas familias la consabida endogamia, la hermana pequeña de la reina, la infanta Eulalia, se casó con su primo Antonio de Orleans y Borbón y su hermano Alfonso XII con Mercedes de Orleans y Borbón. Gran disgusto de Isabel II. Eulalia tuvo dos hijo, uno de ellos, Luís Fernando de Orleans Borbón, se fue a París donde se hacía llamar "príncipe de los maricas".

No dejó la ninfómana Isabel II de tener director espiritual; ellos fueron, primero el arzobispo de Toledo, cardenal Bonet, y desde mayo de 1857 el P. Claret, arzobispo en Cuba, y que habiendo fallecido su confesor le nombró tan pronto regresó a Madrid su nuevo confesor.Tenía que hacer, claro está, la vista gorda a la crisis conyugal de los reyes, a la adulterios de la reina y al cinismo de su amiga sor Patrocinio, La Monja de las Llagas, que le había comió el coco y se dedicaba a negocios compitiendo con María Cristina. Pero además si tuvo director espiritual María Luisa de Parma, se concibe que le tuviera Isabel II. ¡Que manera de echarle teatro conjuntamente la realeza y la Iglesia; que tragaderas la segunda!

Llegado el día en que decayendo Espartero se produce en Torrejón de Ardoz su caída ante tres generales un tanto desconocidos hasta entonces: Prím, Serrano y Narváez que en Madrid son aclamados en tanto que Espartero se esconde en Cádiz y luego en Lisboa y huye a Londres.. Es la época en que madre e hija se encuentran en Madrid, una en el Palacio de Oriente y otra, como ya hemos dicho, en el Palacio de las Rejas. Era Narváez el puntal de la monarquía, pero muere en la primavera del 68. El General y don José María de Salamanca y Mayol, I marqués de Salamanca, destacado como hombre de negocios durante el reinado de Isabel II -construcción del barrio de Salamanca, inicio del ferrocarril- eran acérrimos enemigos. He aquí una anécdota que refiere Martínez Olmedilla sobre su entierro. 

Al entierro, de gran espectáculo, como puede imaginarse, concurrió el banquero Salamanca, en el mejor de sus coches, con armeses y libreas de todo lujo, aunque llovía a cántaros. Pero el Montecristo español quiso darse el gustazo de acompañar al cementerio a su enemigo, que al reñir le había echado la peor de las maldiciones: <Permita Dios que acabe usted en una guardilla>. Salamanca estaba entonces e todo su apogeo; y aunque vino la ruina, no fue tan grande como su rival le deseaba.

La batalla de Alcolea implicó el final del reinado isabelino. Prím trajo a Amadeo de Saboya que adquirió fama de inculto por ignorar a Cervantes, y sobre lo cual no falta autor que refiera haberlo sido casi todos los reyes españoles y ello no constituyó inconveniente para reinar. En efecto, ya casi en nuestros días recordemos el pobre concepto que en este aspecto tenían de Alfonso XIII los republicanos Ramón López de Ayala, Ortega y Gasset y el doctor Marañón. Llegó el italiano a Madrid el mismo día que asesinaron a Prím, dirigiéndose seguidamente a su capilla ardiente.

sábado, 8 de agosto de 2020

Depravados Borbones españoles - Primera parte

He escrito sobre todos los reyes de esta dinastía que empieza en Felipe V y acaba en Felipe VI que actualmente reina, pese a su matrimonio morganático como primer paso que en este sentido se da en nuestra historia. Hic et nunc, aquí y ahora, haré un resumen de cada uno referente a su vida depravada de "chorizos" y lascivos. Saltando en la línea de sucesión del perturbado Felipe V y del efímero reinado de su golfo hijo Luís I, casado con la necia Luisa Isabel de Orleans -vivió diecisiete año y y reinó dos, volviendo a reinar el padre- pasamos a Carlos III que fue la excepción de la regla general de esta familia en pleno entregados todos ellos al enriquecimiento y a la carne como su meta en esta vida. Tal su mundo, lo que equivale a decir sumergidos en los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne.

Carlos III estuvo casado con María Amalia de Sajonia y al quedar viudo no volvió a conocer otra mujer. Pero antes tampoco, y así dirá al Padre x Tuvo trece hijos y sobrevivieron siete. El primogénito varón, Felipe Antonio, duque de Calabria, fue excluido de la sucesión por ser deficiente mental, por lo que le sucedió Carlos IV no deficiente pero si de pocos alcances.

Carlos IV contrajo matrimonio con María Luisa de Parma, la cual tuvo catorce hijos y diez abortos. Al morir confesó a su director espiritual el agustino P. Juan Almaraz que ninguno de sus hijos lo era de su matrimonio. ¡Pues si no lega a tener director espiritual!... Con motivo de que le dejó alguna manda testamentaria y él reclamó a Fernando VII, así como llegar a conocimiento de éste lo que su madre le había revelado al fraile, procedió a encerrarle en un calabozo del castillo de Peñíscola donde permaneció hasta ser liberado tras su muerte, pero ya muy mayor y enfermo murió enseguida no sin dejar escrita la mencionada exposición con el título de 'Reservadísimo' Actualmente se guarda este escrito en el archivo del Ministerio de Justicia.

En 'Memorias de las reinas católicas de España' nos dice su autor:
Realmente, para conocer en cuerpo y alma a la reina María Luisa basta contemplar cualquiera de los asombrosos retratos que le pintó Goya. ¡Así era! Fea con cara de maja-bruja. Estrambótica. Audaz. Voluptuosa. Amó poco a su esposo.Y menos a sus hijos. Era amiga de las camarillas murmuradoras y de las cuchipandas goyescas precisamente.
Manuel Godoy y Álvarez de Faría no podía estar física ni moralmente enamorado de ella; en 'Nuevas memorias de un afrancesado (en el Madrid gollesco)dice Augusto Martínez Olmedilla:
María Luisa le doblaba la edad No tuvo la egregia dama en su juventud gran hermosura, y en la época de sus amores con <el Guardia> su rostro estaba saturado de arrugas y era en vano que los rudimentarios odontólogos de la época pretendieran disimular la ausencia de dientes en su boca.

Como a ella, por encapricharse de él, le debía cuanto de un modo vertiginoso había alcanzado y su relación consolidaba su poder, pues amorío adelante.Para cubrir habladurías concertaron los reyes su boda con la condesa de Chinchón -María Teresa de Borbón y Villabriga- hija del infante pintada por Goya en 1800, lienzo actualmente en el Museo del Prado, lo que convirtió a Godoy en bígamo pues estaba casado con Pepita Tudó. Tuvo con ella a Carleta Luisa de Godoy y Borbón. Con Pepita Tudó, Manuel Luis de Godoy y Tudó, Luís Carlos de Godoy y Tudó.

Un año después Goya retrató a Godoy. 

Varios retratos hay de María la Luisa,tal como este ecuestre, cuyo caballo le regaló Godoy.