Todavía no se ha cumplido el siglo de la traída de agua potable a santa maría de nieva.
El domingo 17 de
junio de 1917 se celebró la inauguración de la traída del agua potable, con
verdadero regocijo de los habitantes, que engalanaron la villa teniendo como
música de fondo el alegre pasodoble español, bajo interpretación de la banda “La Popular” de Segovia.
En la crónica
publicada por El Adelantado de Segovia se
lee que “a las once de la mañana se organizó en el Ayuntamiento lucida comitiva
que, seguida del pueblo en masa, se dirigió a las afueras para recibir al Ilmo.
Sr. Obispo de la Diócesis. Apenas
se divisó el automóvil dispararon infinidad de cohetes, las campanas echáronse
al vuelo y la multitud prorrumpió en vivas al Prelado”. Refiere seguidamente
que “cuando el Sr. Gandásegui descendía del auto “La Popular” interpretó la Marcha de Infantes y el
pueblo, enardecido, vitoreaba al sabio Prelado”. Tras la presentación de
autoridades, se dirigen a la iglesia donde el ilustre clérigo había de
revestirse de pontifical. Era época en la que todo acto de relieve llevaba
inherente gran parafernalia clerical. “En el centro de la Plaza Mayor, al lado de la
artística fuente, se había levantado una tribuna, desde la cual el Sr. Obispo
verificó la ceremonia de la bendición del agua”. Hizo girar el caño y fue
apoteósico el aflorar del agua. Acto seguido de la ceremonia de bendición,
pronunció un discurso congratulándose del gran paso dado por Santa María la Real de Nieva con el motivo
que les reunía.
A continuación
habló el cura vicario, Plácido González Mateos. “En breves pero afortunadísimas
frases, hizo un símil de lo que
significaba este acto recordando un episodio bíblico: aquí –decía el Sr.
González Mateos- habéis de encontrar el agua que os apague la sed y purifique
vuestros cuerpos. Allí enfrente, donde tiene su trono la Virgen de la Soterraña, vuestra
patrona, encontraréis el agua que purifique vuestras almas”.
Al tomar el alcalde la palabra, lo hace “citando al ilustre hijo de esta villa, don
Manuel López Martín, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, quien promovió la
dotación de agua potable a su pueblo, haciendo al efecto los oportunos estudios
y proyectos que perdieron la realización de esta obra”. Hizo mención del
saliente alcalde, Mariano Pablo de la
Mata, que secundó con gran entusiasmo la iniciativa, y de don
Francisco González, abogado que, acogiéndose al decreto de 1913, instruyó el
expediente. Pero fue mi abuelo quien les indujo a la solicitud, asegurándoles
que les sería concedido pues en sus manos estaba. Era profesor de la Escuela, en la asignatura
de Puertos y Faros, y subdirector del Canal de Isabel II. Presenciaron el acto
de la inauguración el Ayuntamiento en pleno, el juez municipal, el teniente de la Guardia Civil, una
representación de dominicos, los diputados provinciales, Esteban, Arribas y
Llorente, y una delegación del Ayuntamiento de Pascuales, en cuyo término se
encontraban los nacimientos de manantiales y el depósito.
SIGUIENDO LA HISTORIA DE LA OBRA.
Se trajo el agua
del manantial llamado Viñuelas, situado en las carreteras de Pinilla y Segovia,
término municipal de Pascuales, instalándose un depósito general que abastecía
a la fuente de la Plaza Mayor,
a la llamada Fuente Santa y al Colegio de los Dominicos. En Pascuales, distante
unos poco más de dos kilómetros, había un caño. Se suscribe un convenio en
virtud del cual esta fuente se abastecería de retroceso de nuestra villa, es
decir, al cerrar la llave del depósito Pascuales recibiría el agua. Si se
sufría escasez, los dominicos llenaban su depósito particular, con capacidad
para 2.000 litros,
abasteciendo al colegio de enseñanza media.
PREVISIÓN DEL AGUA
A LOS HOGARES.
A las fuentes del
pueblo acudían sus habitantes con cántaros,
principalmente las mujeres y chicas de servir esperando en la cola que
se formaba, y los llenaban lentamente con la poca cantidad que salía por los
grifos. Existían carretillas portadoras de dos, tres o cuatro cántaros, que
casi todos tenían, como cantareras y tinajas.
“LOS CANARIOS”.
Durante la Guerra Civil –“incivil”, según
Unamuno- una unidad militar denominada “Los Canarios” hizo excavaciones entre
la galería y el camino viejo que conduce a Tabladillo, aumentando algo el
caudal. En 1937 el alcalde, abogado don Esteban Rey, mandó hacer otras zanjas y
pozos desde la galería hasta 500
metros hacia el citado pueblo, incrementando en algo la
afloración, aunque en primavera se llenaban de insectos y hubo que descartarlo.
Decidió dicho alcalde colocar una llave de paso –craso error- en el prado de
Pascuales, lo que facilitó que pasara a este pueblo la autonomía que tuvo
durante unos veinte años. Fue la vuelta de la tortilla, como vulgarmente se
dice. El caso es que esta llave, entre el caño y nuestro depósito, les permitía
cortar el agua para Santa María, lo que efectuaban con rigor cuando había poca.
ÚLTIMA FASE DEL
AGUA POTABLE.
Terrible el año
1947. En febrero se quedó la villa sin agua durante bastantes días al lodarse
la tubería hasta el depósito, obstrucción debida a las excavaciones de “los
canarios”. Durante la reparación hubo que acudir a proveerse del líquido
elemento a la Fuente Gallega,
Fuente Buena y Fuente Santa con los clásicos carretillos y cántaros.
Posteriormente se trajo agua del término de Paradinas, donde se instaló un
transformador y dos bombas eléctricas de quince caballos de potencia elevando
el agua al depósito de Tabladillo.
Pero albricias, por
aquellas décadas el Estado se propuso el saneamiento de los pueblos, brindarles
comodidad, y así siendo alcalde el farmacéutico don Pablo Tribiño, de gestión
muy dilatada se hizo el alcantarillado y red de agua, pagando solamente los
vecinos la toma a sus respectivas casas. A él se debe tamben la piscina, que,
lamentablemente, le costó la vida durante su creación por una caída mortal en
la misma. En el mandato de la alcaldesa, abogado doña Carmen Muñoz García, se
realizaron obras, encontrándose agua suficiente en el término de Aragoneses
para atender las necesidades de aquel tiempo. Aquel tiempo ya es lejano –su
mandato fue de 1979 a
1983- y en la actualidad nuestra localidad segoviana no puede presumir, ni por
lo más remoto, de abundancia de agua, y mucho menos en cuanto a calidad. Habida cuenta también,
en lo que al suministro se refiere, del aumento de población y de la mejora de
la higiene. Pero, mejor o peor, tenemos agua. Y en casa. Con más o menos
presión funcionan en nuestro domicilio los grifos y la ducha pero servidos
estamos.
Siempre la verdad.
Por ella lucho contra el actual alcalde del pueblo para que no se siga equivocando en esta localidad -y todos sabemos en qué- a vecinos y posibles visitantes. En honor a ello dedico este recuerdo a mi abuelo paterno, como le expuse al referido el día 17 de este mes anunciándole esta información a publicar. Le indiqué que podía ver en el archivo del Ayuntamiento quien "es" Manuel López Martín, que diseñó la primera captación de agua potable a Santa María. Asimismo le expuse que con fecha 5 de junio de 1917 -salida 140- puede ver el escrito de felicitación que le dirigió el alcalde Arcadio González Vallejo, también autóctono. Viven sus nietos, y una nieta no se ha ausentado del lugar.
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