viernes, 26 de junio de 2020

La monarquía de Juan Carlos I, reinó a su libérrima voluntad.y los políticos gobernaron de igual manera.

La derecha y la izquierda.


                                                                                

Estamos frente a una monarquía en ruina inminente por el enriquecimiento del Rey. Pero además por salirse de otros cánones de la institución, cual es, entre otros, las bodas de los hijos. De las dos infantas ya las tiene muy comentadas el historiador especialista en casas reales Juan Balansó, y de haber conocido la del Príncipe de Asturias aún más hubiese expuesto. Sobre su elección matrimonial su protesta no hubiera sido de menor alcance que la de Jaime Peñafiel. 

Es esta última monarquía española (Juan Carlos I - Felipe VI) de una forma sui géneris, empezando porque no cumplió lo  que en ella esta dispuesto para el matrimonio morganático: no reinar, lo que ocurrió con los tíos abuelos de del actual rey de España: Don Jaime y don Alfonso, y además se casaron con solteras, cual eran la italiana Emanuela de Dampierre y la cubana Edelmira Sampedro. No lo  era Letizia Ortiz Rocasolano, sino divorciada del primer matrimonio con su profesor de Literatura en el Instituto, Alonso Guerrero Pérez, que tuvo lugar en Almendralejo (Badajoz) el 7 de agosto de  1998, divorciándose al año. Corto matrimonio, pero largo noviazgo de diez años.  Se encontraba en relaciones amorosas con su compañero David Tejera, y al surgir el Príncipe a su vida rompió estas para dar cabida a relacionarse con él. Se inició el noviazgo, y hay que decir que contra la voluntad de la Familia Real. Pero si con Eva Sanum, consiguieron impedirle la boda, no así con la señora Ortiz, celebrándose la ceremonia nupcial en la catedral de Madrid y la recepción en el Palacio Real, o sea, dentro del conjunto monumental palacio-iglesia.
                                         
Entre ambos la Plaza de Armería.
Los matrimonios morganáticos de los citados hijos de Alfonso XIII resultaron mal, en ambos hubo divorcio. Claro está que el no serlo no garantiza una unión feliz. Contrajo nupcias El Príncipe de España, que -como sabemos nunca fue Príncipe de Asturias, lo era su padre, don Juan de Borbón, a quien Franco no permitió reinar- dentro de la realeza, y no por ello el matrimonio ha sido feliz. Tampoco lo fue el de sus padres, por infidelidad del conde de Barcelona, ni el de los hoy llamados reyes eméritos, en el que él ha batido el récord de donjuanismo, dejando en ello pequeño a su abuelo y a su padre, los dos últimos Alfonso, de cuya vida amorosa ya he hablado en anteriores artículos. 
                                              
Alfonso XII y Elena Sanz
Esta relación ha sido biografiada por por José María Zavala, en 'Elena y el Rey'. La Sanz tuvo dos hijos en partos seguidos en años: Alfonso y Fernando. Ya había tenido uno de padre desconocido, llamado Jorge. Tras la muerte de Alfonso XII luchó la Sanz judicialmente para que sus hijos llevaran el apellido Borbón, pero María Cristina de Habsburgo-Lorena, no vacilando en mentir por muy Doña Virtudes que fuera llamada por sus súbditos, ganó el litigio.     
                                 
Alfonso XIII y Carmen Ruiz Moragas
E
sta relación amorosa principal  de este rey que también se ocupó de hacer negocios, es estudiada por Pilar Eyre, <Carmen, la Rebelde>. Tuvieron dos hijos, Teresa y Leandro., éste consiguió el apellido Borbón en mayo de 2003, y sin necesidad de prueba de ADN. 


En fin, tras esta evocación de los ancestros de los dos últimos reyes españoles, volvemos a ellos. El caerse Juan Carlos I en su oculto safari en Botsuana en compañía de su amante y ayudante de negocios Corina Larsen -su amante más importante por ello-, rompiéndose la cadera, fue el inicio de su caída del trono, de poco le valió pedir perdón. 
                                           
Tienen en contra la edad.
Fueron seis años de """amor""" -de amor al dinero por ambas partes, 2006-2012-, y como éste, en su abundancia, de una forma u otra, suele causar estragos pues véase al extremo que han llegado. Hace declaraciones que dejan por los suelos a la monarquía española. 

                                             
También trata de sus amantes en este libro:
                                          
Creo que si alguien conoce al detalle a este ex monarca de dramático final es este coronel y escritor -fue  - como nos revela en varios libros y artículos, aunque en el que falló en lo que predijera en el presento a continuación:
                                             

Fallan los políticos, falla la sociedad.

                         'El loco de la colina' presenta la actualidad'.
Esta tesis coincide con la del periodista y escritor natural de Segovia, Enrique de Diego, léase su obra titulada 'El suicidio de España'.
El sistema es una farsa porque los españoles de hoy son de sainete. La infinita mediocridad de los políticos del momento corre pareja con la inmensidad de la mediocridad de los ciudadanos. No es que los pueblos se merecen a los políticos , es que España tampoco se merece a estos españoles garrulos y aborregados que hoy deambulan por por sus calles y sus tierras.
 Este escritor es autor del libro  'La inútil monarquía', donde disecciona, aparte de lo absurdo de la institución,  los negocios hechos por el rey. De éstos vuelve a ocuparse, porque lo requiere la tesis, en 'El suicidio de España'. Aquí hace la siguiente señalización sobre la ceguera de la sociedad en cuanto al daño que infiere la monarquía al país:   
Manifestación extrema de la degeneración de las mentes es la elevada cantidad de gente que no percibe la influencia de la monarquía en su vida y considera, por ende, inicuo el que la familia borbónica detente la jefatura del Estado.
Señala el entramado político de latrocinio y termina aclarándonos: 
... toda esta casta expoliadora  parasitaria descansa y se fundamenta en la monarquía, que es la que legítima toda la corrupción y la decadencia que sufrimos y padecemos. [...] Con Juan Carlos surgió la corrupción irrestricta que, luego, desde la cabeza se iría extendiendo a todo el cuerpo social, al conjunto de los partidos y a los empresarios comisionistas. 
Todo su reinado, pues, ha sido corrupción, ya dijo el especialista en casas reales modernas, Juan Balansó, que el reinado de Juan Carlos pasaría a la historia como el reinado de la corrupción. En aras a esta lacra hasta los socialistas son seudo monárquicos, porque a no dudar seduce enriquecerse a todo quisque, aunque no deja de haber -cada vez menos, porque la sociedad continúa pudriéndose moralmente- quien no lo desea viciosa o ilegalmente. No obstante ha surgido alguna luz de justicia  y se trata de que que sea juzgado don Juan Carlos como un corrupto más, uno de tantos. 

Aquí traigo a colación estas lineas que puse en facerbook:

'El fuero para el gran ladrón, la cárcel 
para el que roba un pan'. - Pablo Neruda - 

Para fuero el ex monarca español. La muerte es para TODOS, pero no la ley. Juan Carlos I era intocable por ser rey, pero al dejar de serlo..., más de lo mismo. 'No es esto, no es esto', que diría Ortega y Gasset. Según Charles Bukoskil escritor y poeta alemán, nacionalizado estadounidense, 'la civilización es una causa perdida;la política, una absurda mentira; el trabajo, un chiste cruel'. Quizá sea aún peor, más cruel, la burla que se trae con el trabajo.¿Como no se ha de reformarse el texto de la Constitución, que no resulte en tantos artículos papel mojado? No hablemos del problema del alquiler de vivienda, auténtica picaresca con complejo entramado económico y, por ende, de difícil arreglo a corto plazo. En esta época la política arrastra mucha injusticia por doquiera.  

Ya hemos visto que empezando por la institución de la monarquía, que se ha saltado sus cánones ad libitum, a gusto, a voluntad, y terminando por los políticos y la ciudadanía todo ha sido anormalidad.

Hundió España la derecha y la izquierda, ambas, aparte su torpeza política, entablaron una competencia en corrupción en la que se llevó la palma el PP Memorables fueron aquellos "sobres" de Aznar
                                         
      
¿Qué  Gobierno es de apetecer?  En primer lugar uno que no robe y/o  permita, cuando menos haciendo la vista gorda, el robo. Ya dice Antonio Gala, ciudadano de lujo, que no político de serie: "Un Gobierno no puede conformarse con no ser ladrón.  Tiene que ser exactamente lo contrario: enriquecerte,  remediador de la pobreza,  generoso, advertido del porvenir,  aliviador del mal trago presente". 

Pero su escepticismo es grande, por lo que no deja de exponer  también: " "Tranquiliza más y es más prudente encomendarse a un santo que a un Gobierno ". Ha habido algún rey santo, que ya es decir,  pero un político...
             

jueves, 11 de junio de 2020

EL FALSO SEPULCRO SANTAMARIEÑO Y SU ÉPOCA

En concepto de Schopenhauer, 'toda verdad pasa por tres etapas. Primero, es ridiculizada. En segundo lugar, es violentamente rechazada. En tercer lugar, es aceptada como evidente por sí misma'. ¿Que sucede con estas tres etapas con relación a los restos mortales humanos encontrados en lugar prominente de la iglesia del pueblo encontrados por unos albañiles con motivo de obras -una de ellas acondicionar el altar mayor a la nueva liturgia de la misa- en octubre de 1994 siendo cura párroco José María Martínez Nieto, que pasó a Cantimpalos donde permaneció algo más de veinte años, dejando este pueblo en octubre de 2018. Muere en Segovia a la edad de 83 años y el entierro tuvo lugar en Santa María la Real de Nieva el 12 de octubre de 2019. 


Salvo su estancia en Bogotá y Panamá Panamá, estuvo siempre destinado este segoviano, natural de Cuevas de Provanco, en la provincia de Segovia: Riaza y Ayllón.Y, como vemos, volvió a Santa María al elegir este lugar para su sepultura, pero ya no recibió su cadáver su sustituto, Alfonso Águeda Marín, que fue trasladado a la Parroquia de San Eutropio - El Espinar (Segovia) a causa del liti entre el Obispado y el Ayuntamiento santamarieño para dilucidar la propiedad del claustro. Recibió al difunto párroco el nuevo sustituto: Francisco Javier Martín de Arce. (Yo le recuerdo bien, era persona grata, alguna vez nos reunimos a comer en el Hostal de Avanto).          ::
                             C. VEGA/

Los restos fueron de la ceca a la meca, incluso Ellos guardados en una caja fuerte, hasta ser llevados a Madrid  para ser sometido a su estudio en el Laboratorio de Antropología Forense del profesor don Juan Manuel Reverte Coma En el dictamen que dio -diciembre del mismo año-  expuso, dentro de las características del cadáver incompleto de mujer,  afirmó de modo rotundo que, pese a coincidir  con algunos datos personales y de circunstancias históricas con doña Blanca I de Navarra, 'la prueba definitiva y segura sería el estudio de ADN , tanto en este esqueleto como en los restos que puedan existir del padre de doña blanca, Don Carlos III enterrado en la Catedral e Pamplona y del hijo de la Reina , Don Carlos, Príncipe de Viana, enterrado en el Monasterio de Poblet.  

Item más. Si el ADN de estas personas, especialmente el del Príncipe de Viana,  coinciden con el que pueda hallarse en estos restos esqueléticos, se tendría la seguridad de que se trata efectivamente de de Doña Blanca I, Reina de Navarra.  

Aquí radica la clave. Llegó a verificarse tal estudio genético, sobre el cual he hablado hasta la saciedad, pero han transcurrido casi doce años y la autonomía de Castilla y León, Segovia y el pueblo todavía no se han enterado de esto: 
                                         
Presentación en Poblet el 8 de septiembre de 2008
Quosque tamdem, hasta cuándo, va a persistir la ignorancia. Nos hallamos en la segunda etapa, es violentamente rechazada la verdad, tras haber pasado por el ridículo de pregonar cuando se encontraron los restos en cuestión que pertenecían a la indicada reina. Así sin más, sin ton ni son, a tontas y a locas. 


En la enciclopedia Wikipedia, página dedicada a Blanca I de Navarra, podemos leer en el epígrafe titulado: 

Sepultura y restos de Blanca I de Navarra. 
Durante una obras en la iglesia de Santa María la Real de Nieva se hallaron unos restos que, por su aspecto, fueron asignados sin prueba alguna a Blanca I de Navarra Se realizó una tumba en el presbiterio de la iglesia donde se introdujeron estos restos.
Sin embargo con el objetivo de aclarar la autenticidad de los restos de su hijo, el Príncipe de Viana, se le realizó una prueba de ADN mitocondrial al príncipe y se contrastó con otra prueba de ADN mitocondrial realizada a los restos de su madre, supuestamente enterrada en la iglesia de Santa María la Real de Nieva.
Esta prueba fue presentada en Poblet el 9 de septiembre de 2008. Su resultado demostró que eran falsos los restos del príncipe y por consiguiente los de su madre.
A día de hoy ni la Iglesia ni el gobierno local y autonómico han corregido lo que al principio fue craso error. 
Trae esta fotografía.                          
Ya vemos al pie que ratifica lo dicho: la  mentira, el engaño, la falsedad, el embuste, el infundio, la patraña, el cuento, y no sé si me dejo algún sinónimo en el tintero. Porque se está actuando, indubitadamente, mixtificando la Historia con el mayor descaro, procacidad  contra la verdad de la Historia. Ya no se trata de pruebas documentales, que también puede ser contundentes, sino de algo axiomático como es el ADN mitocondrial.

Hora es ya de que 'sea aceptada como evidente por sí misma' la verdad de la la falsa tumba. Tratándose de la inequívoca prueba del ADN mitocondrial no debió pasar por las dos etapas primeras, ya que la citada prueba científica no admite sino el ipso facto acatamiento de la verdad. Y, no obstante -repito, y nunca se repetirá lo bastante- se da el caso inaudito, tanto por insólito como por vituperable, de que se exhibe la mentira en la iglesia por duplicado , y en el pueblo por triplicado, añadiendo el tercer motivo el Ayuntamiento en su página web en la que, quien tal redactara,  ni corto ni perezoso, perezoso a la mentira,  sostiene lo que a todas luces puede llamarse LA INFAME MENTIRA DEL SEPULCRO. Mentira por duplicado en el presbiterio del templo, porque se ha colocado en su inmediación esta placa:  
                                        
 
Si no corresponde la inscripción del sepulcro a los restos que contiene, no viene a cuento que se ponga al lado del mismo el nombre de la aludida reina medieval y las fechas que delimitan su existencia: 1385-1441. 

Mi lucha por la verdad ha resultado estéril hasta aquí; ahora bien, ello no me avergüenza, que no es a mí a quien ha de humillar, sonrojar, afrentar, y a tal efecto digo con Gandhi: 'Más vale ser vencido diciendo la verdad que triunfar por la mentira''. ¿Están triunfando mis contrincantes? De momento, sí. ¿Pero a qué precio? Cae por parte de Bertolt Brech esta dura recriminación: 'El que no conoce la verdad es simplemente un ignorante, pero el que la conoce y la llama mentira, ¡ese es un criminal!' Sí, porque crimen no es solo el cruento, sino 'todo delito grave, toda acción indebida o reprensible' (DAE). Ya algo similar afirmó Cicerón; 'Como nada es más hermoso que conocer la verdad, nada es más vergonzoso que aprobar la mentira y tomarla por verdad'.

¿Por qué quiénes en este caso conocen la verdad -que son todos menos cuatro ignorantes engañados- aceptan la mentira,  y para más inri se aferran en imponerla? Nuestro Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal considera: 'He aquí una evidencia que es también una norma: los únicos tónicos de la voluntad son la verdad y la justicia'. Tan importante es la verdad que, como entiende el justo juez -valga la redundancia- José Castro Aragón es básica para hacer justicia; el afirma: 'Si no me empeñaste en buscar la verdad por encima de la justicia,  no solo seria un mal juez: sería un mal hombre'. Efectivamente,  para ser una persona integra es necesario practicar la verdad; en ello están de acuerdo todos los autores. Para la gran figura de la Filosofía,  Immanuel Kant,  ' por una mentira un hombre se echa a perder,  y por así decirlo, aniquila su dignidad de hombre '. Para el Fénix de los ingenios, Lope de Vega, 'Nadie puede apartarse de la verdad sin dañarse a sí mismo'. Etcétera,  etc..

En la página web del municipio santamarieño vienen unas líneas que desde luego no he dejado de transcribir en más de un artículo, solicitando conjuntamente su desaparición en aras de la verdad, pero que si quieres, total rechazo  a mi solicitud,  imposible logro,  ya saliendo por evasivas -de visibles chorradas, lo que se llama salir por peteneras-, ya sometiéndome al silencio, cual me sucedió con la actual alcaldesa del pueblo. Asimismo tras no poder contradecirme y quedar malparado el director de la Academia de San Quirce,  antigua Universidad Popular.  Asimismo en mi lucha por la verdad contra esta tácita connivencia con la mentira del sepulcro sufrí otros males que no he dejado de exponer en algún artículo anterior.

La postura adoptada por la Iglesia ya queda dicho que es la del acatamiento de la mentira, así en lo que atañe al citado P. Águeda, que a primeros del 2000 sustituyó a Martínez Nieto -q. e. p. d.- hasta ser reemplazado en junio de 2018 por el actual sacerdote del pueblo, quien también tolera la mentira que fue instalada en el templo, cuyo padre de la misma, en denominación de Jesucristo es el diablo.
                                                 
 
En junio del año pasado se falló el pleito entre el Obispado y el Ayuntamiento, generado al querer el primero fuera definida la titularidad del claustro. En él, y no en la iglesia, estaba interesado el pueblo, y el Juzgado de Primera Instancia otorgó la posesión de éste con sus dependencias en pleno dominio al Ayuntamiento, y al Obispado, de igual forma, la iglesia. No hubo apelación, ambas partes litigantes, se dieron por satisfechas  (Claro que por su papel en este asunto el párroco  Alfonso Águeda Martín ya estaba de más, sobraba, en el pueblo. 
                                                   
Claustro del que tantos refritos de sus capiteles se ha hecho, generalmente para tesis universitaria.  
Obviamente se comunican la iglesia y el claustro, y ¿ahora qué? En fin, que lo que queda de lo que fue monasterio se ha troceado entre el Municipio y la Iglesia y 'tutti contenti', al  menos aparentemente. 


Con referencia a los efugios que, como antes dije, salieron los políticos a que me he dirigido, y ahora aludo a uno de Segovia, he de decir que uno fue el de manifestarme, años atrás, que nada podía hacer en cuanto a mi petición de que se tapara la inexacta inscripción, porque la iglesia era del clero, por consiguiente de propiedad privada. Le respondí que no era así, y entonces optó por no contestarme.Aunque ya no ocupa el cargo, tan "documentado" señor, tengo la gentileza de no citar su nombre. Verdad que la mentira no suele ser cosa que violente a un político.   A día de hoy tampoco a quienes no lo son, vivimos una época en que la mentira, el engaño y la falta de conciencia está a la orden de día. 

Otrora la parte alta del claustro sirvió para distintas oficinas, pero se fue desocupando y derribando. 
                                                   
Se acabó de demolerlo en fecha reciente relativamente, se emplearon en ello varias generaciones de albañiles.
No viene a cuento hic et nunc, aquí y ahora, detenerme en este tema, así que continúo y acabo con el que constituye mi opinión el aferramiento a la mentira por TODOS: pueblo, capital de provincia y comunidad autónoma. Insisto en esta unión por lo que tiene de insólito. 


No he tocado todos los palillos, me queda el clero diocesano, el que está en el Siglo, en cuanto al mundo de la vida civil, y, por tanto, no protegido por la clausura, aunque en el convento tampoco está la perfección, nada humano la contiene, solo podemos situarnos en el camino  a la divinidad. ¿He de confiar en el clero para conseguir que se acepte la verdad, que se ponga fin a esta mentira tan denigrante? Difícil me resulta después de mi ya apuntado fracaso con el anterior párroco y con el actual. Lo evidente es que no puede un clérigo, de la religión que fuere, -la nuestra ante todo, porque Cristo se autodenominó <la Verdad> - adherirse a la mentira, no luchar contra ella.      
                                                       

jueves, 4 de junio de 2020

EN TORNO AL REFRÁN Y SU HISTORIA

                                                                        


Hay quien desprecia el refrán por lo que tiene de popular, despreocupándole aquello de ‘vox populis vox Dei’, voz del pueblo, voz de Dios –no deja de contar el acuerdo unánime de las opiniones del vulgo-, sin embargo, existe en numerosos escritores la tendencia de tomar y revalorizar no ya las reacciones e inquietudes del pueblo, sino incluso sus impresiones, ese lenguaje  en el qual el pueblo fablar a su vecino’, como dice Gonzalo de Berceo; Juan Hurtado y Ángel González Palencia en su <Historia de la literatura española>; lo testifican así:

El arraigo de lo popular en la letras medievales es muy frecuente Se observa en los elementos propiamente épicos (las gestas) y en sus derivaciones (crónicas, romances); en la incorporación de lo popular a a obras artísticas, por la inspiración o tendencia de escritores tales como don Juan Manuel y el arcipreste de hita: en remedos felicísimos de lo popular, hechos por poetas cultos; verbigracia, Santillana.

Es precisamente don Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, el primer recopilador de refranes, labor que efectuó por encargo de Juan II de Castilla y para enseñanza del príncipe don Enrique. Menéndez Pelayo considera al Marqués de Santillana como el mejor poeta del siglo XV, y en cuanto a su refranero manifiesta que ‘esta colección paremiológica es probablemente la más antigua que posee ninguna lengua vulgar’. La tituló <Refranes que dicen las viejas tras el fuego>.
                                         
   
Como hace notar Cotarelo, hasta mediados del siglo XV el refrán lleva los nombres de de fablas, fablillas, patraña, parlilla, verso, vieso, retraire, palabra, ejemplo y proverbio. La palabra refrán viene de la francesa <refrain>, que significa estribillo y por lo que éste tenía de sentencioso prevaleció el término. ¿Cómo se define el refrán? Para Julio Casares, en su ‘Diccionario Ideológico’, es un ‘dicho sentencioso de uso común’. Juan Valdés estima que son ‘dichos vulgares los más de ellos nacidos y criados entre viejas, tras el fuego hilando sus ruecas’. (¡Pobres viejas!, que  in ilo tempore, en aquel tiempo, lo eran, además, muy pronto).

Suele confundirse el refrán con el adagio y el proverbio. Shardi nos aclara que si el dicho es vulgar se llama refrán, y adagio y proverbio si no lo es. Cualidades distintivas del refrán son el chiste, la jocosidad, a veces la chocarrería, otras el simple sonsonete. Cualidades del adagio son la madurez y la gravedad propias de la moral. Ídem en cuanto al proverbio. Pero hay refranes que no son vulgares, que no rayan en la chocarrería, en la jocosidad, del proverbio y sinónimos. Algunas definiciones no vienen, ciertamente, a facilitarnos la clasificación, tal la que Cervantes da del proverbio, reputándole de ‘sentencia cierta, fundada en una larga experiencia’. Sabemos que muchos refranes reúnen estas características. El refrán en Francia se escenifica y se lama proverbio, son composiciones dramáticas desarrollando tales sentencias –Alfredo de Musset tiene muy buenos proverbios teatrales- ; ahora bien, en España se ha discriminado siempre entre el refrán y el proverbio, aun que éstos no sean en latín.

Cuando en 1555 Hernán Núñez, profesor de Retórica, en la Universidad de Alcalá y de Griego en la de Salamanca, coleccionó 8.331 refranes, tituló su obra: ‘Romances o proverbios en romance’. Siguiendo  esta colección, hizo un compendio de refranes el doctor Sorapán de Rieros bajo la denominación de ‘Medicina española contenida en proverbios vulgares de nuestra legua’ (1616). Son vulgares refranes y de los más prosaicos. –conste no hablo por tercera persona-. Cuando se equipara el refrán al proverbio es calificando a éste de vulgar. Y ya sabemos que los proverbios no son vulgares. Cervantes los definió como ‘Sentencia cierta, fundada en una larga experiencia’.  
                             
Pinciano Hernán Núñez (Valladolid 1475/ Salamanca 1553)

Igualmente suele confundirse el refrán con el apotegma y el aforismo, sobre todo con el primero, como dicho ‘dicho sentencioso, agudo y breve’ (Agudos son algunos refranes insisto).. Pero el apotegma y el aforismo han de ser pronunciados o escritos por alguna persona ilustre, y esta condición, sine qua non, es lo que verdaderamente les distingue del refrán cuando éste tiene calidad. El aforismo es un punto clave, condensación de un sistema, o, como en Derecho y en Medicina, expresión de una razón categórica y absoluta.  
                                  
Monumento a Cervantes y su obra cumbre en Madrid
 
La máxima por lo que tiene de norma de conducta puede también prestarse a confusión, pues normas de conducta nos dan los refranes. Es, en general, más breve que el refrán. No por su igual, sino por su parecida significación son términos sinónimos refrán, proverbio, adagio, apotegma, aforismo, máxima y otros análogos que pudiera citar; la costumbre de su lectura es lo que más facilita distinguirlos, la mejor ayuda para matizarlos. El refrán, desde luego, se presenta a sí mismo por cuanto al emitirle, ya que no podamos consignar el autor, hacemos constar que de tal dicho se trata expresándonos, más o menos, así: dice el refrán que <a Dios rogando y con el mazo dando>. O bien <de noche todos los gatos son pardos>, dice el refrán. = también: <Cada oveja con su pareja>, conforme reza el dicho vulgar.


Bien está leer el Refranero, e infinitamente mejor ‘El libro de los Proverbios’, de Salomón . Los de Erasmo; los Aforismos morales’, de Séneca;  los de Leonardo de Vinci; las máximas de Epitecto –o sea el el Enquiridion de Adriano en que resume las doctrinas de de su maestro- ; los apotegmas de Cesar; de cualquier otra gran figura de la Historia, y tantos otros proverbios, aforismos, máximas –‘La Máximas, de La Rochefoucauld, por ejemplo- y apotegmas.

Se ha exagerado la veracidad de los refranes; pone Cervantes en boca del padre del cautivo de Argel, en relato que refiere dicho cautivo, capitán Rui Pérez de Viedma, -capítulo XXXIX de la segunda parte del Quijote- estas palabras: <Hay un refrán en nuestra España a mi parecer muy verdadero, como todos lo son, por ser sentencias breves sacadas de la lengua y discreta experiencia …> pero cuando Sancho le dice a don Quijote que <más sabe el necio en su casa que el cuerdo en la ajena>, éste le responde: <Eso no,  Sancho, que el necio en su casa ni en la ajena sabe nada, a causa de que sobre el cimiento de la necedad no asienta ningún discreto edificio>.. Los refranes se contradicen:<Piensa mal y acertarás>, dice uno, y otro reza <No siempre lo peor es cierto>. Cualquiera puede presentar múltiples ejemplos sobre este particular. En esto no estoy de acuerdo con Sharddi, autor de del ‘’Refranero general español’. Otra obra suya es ‘Monografía sobre los refranes, adagios y proverbios castellanos’.

Es obvio que en el  límite de un artículo no puedo dar y comentar una amplia bibliografía del tema, que solo me es posible hacer un esquema del mismo. Pero a las obras citadas añadiré: ¿Refranero general ideológico español’, de Luís Martínez Kleiser, que resume 65.083. 
                                        

García Melchor editó en 1918 un Catálogo Paremiológico muy importante para orientarse en la bibliografía sobre esta materia. De nuestros años de Bachillerato todos recordamos , o conservamos aún, el modesto, y no obstante útil, ‘Refranero español’, editado por Biblioteca de Bolsillo, que contiene ocho mil refranes populares ‘ordenados, concordados y explicados’, precedida del ‘Libro de  los Proverbios morales’, de Alonso de Barros.

Don Quijote nos da la pauta del uso que debemos hacer de los refranes:  No me parece mal un refrán traído a cuento; pero cargar y ensartar refranes a troche moche hace la plática desmayada y baja.