lunes, 16 de enero de 2023

Acera del carlismo, un caminar cronológicamente por el siglo XIX.

 
 Regencia de Maria Cristina de Borbón-Dos Sicilias.                                                      
'Laenfermedad de Fernando VII, Federico Madrazo.
  

 Al morir Fernando VII se encuentra su hermano, Carlos María Isidro, en Portugal, y María Cristina que queda como Reina Gobernadora encarga al embajador de España en Lsboa, don Luís Fernández de Córdova, la notificación a su cuñado el infante -tío carnal tambiíen , claro esá- de la muerte de Fernando y reitera la voluntad de que éste saliera de Portugal. Enojado don Carlos contre el embajador , le contestó que no recibía órdenes de nadie, pues muerto su hermano, era el rey legítimo de España, . Córdova le replicó que no le reconocía como tal, puesto que había jurado fidelidad a Isabel II, y, en sunombre, a a María Cristina como Reina Gobernadora. El infante le despidió, obviamente, con cajas destempladas. 

Pidió el embajador al Gobierno portuguésque impidiera salir para España a don Carlos, y, por supuesto, fue desatendido. Entonces Córdova reclamó sus pasaportes y abandonó la Embajada. Seguidamente consiguió un decreto en el que se amenazaba al Pretendiente conel fusilamiento si pisabael territorio español. Le llevó la comunicación el hermano de Córdova al Palacio episcopal de Castelobranco donde estaba alojado en infante, que ya se titulaba Carlos V, y que le prodigó diatribas y le gritó se fuera de su presencia. Para molestar al que pretendía ser llamado Majesta, le contestó: Obedezco a Vuuestra Alteza. Presidía el Gobierno Cea BerBermúdez , a quien María Cristina cofirmó los poderes mientras la minoridad de Isabel II, hecho que a los liberales les sentó  pésimamente. Para captarse a todos, el Presidente redactó un un manifiesto , cuyo escrito surtió efectos contrarios, generando el reconocimiento a laReina niña por muchas naciones. Pero sensible que la Santa Sede no lo reconoció. 

Surge la guerra civil, expandiéndose de esta manera sintetizada por Augusto Martínez Olmedilla, en La cuarta esposa de Fernando VII. 

Un empleado dede Correos, llamado Manuel González, dió en Talavera de la Reina el primer grito en pro de don Carlos. Siguéle con pocos días de diferencia el brigadiez Zabala y el Marqués de Valdespina, en Bilbao; las cuadrillas alavesas de Verástegui, en Vitoria: el general Santos en Ladrón, en la Rioja; el célebre cura Merino, guerrillero de la francesada, lánzase al campo castellano al frente de treita mil partidiaris carlista , y otros, en fin, surgen en tierras de Toledo, Aragón, Cataluña y Valencia, mientras las provincias vascongadas se levanta, casi unánimemente por por don Carlos. Unos cabecillas son fusilados en los primeros momentos , otros logran mejor fortuna y ven engrosar sus huestes primitivas , mientras las tropas de la Reina van entrenándose en la ingrata tarea de perseguir insurgentesy librarse de emboscadas . Pero el Gobierno está tranquilo, cuenta con un Ejércircito Regular que sabrá imponerse a las guerrillas indisciplinadas. Cuestión de unos meses y dealgún dinero.

La apreciación se convierta en la cuenta de la lechera al situarse el general Tomás Zumalacárregui del lado carlista. Crea un ejército superior al cristino, la guerra se hace larga, ruinosa y cruel. Es salvaje y feroz por ambos bandos, tanto es así que Francia e Inglaterra reclaman se humanice la lucha Al fin -y como escribe literalmente Martínez Olmedilla- de acuerdo con en el Gobierno español, vino Lord Eliot , acompañado del coronel Gurwood, entrevistándose con don Carlos y firmando con Zumalacárregui y el general Valdes, jefe de las huestes isabelinas, el Convenio Eliot, cuyas líneas generales eran: conservación de la vidade los prisioneros y su canjeen la forma habitual, prohibiciónde quitar lavida por sus ideas apersona alguna, civil o militar, sin someterse a los procedimientos legales, y repeto absoluto por uno y otro bando a los heridos y enfermos que se halasen en los hospitales y pueblos de su residencia". ¡Cuán falta hace este este Convenio en toda guerra civil o internacional! Los crímenes de todo tipo, incluida la vilaciónde las mujeres, no tienen limite en cantidad y ferocidad. Así, por ejemplo, en la Segunda Guerra Mundial los hitlerianos en su incursión en Rusia violalaban a las mujeres y después las mataban.; cuando los rusos posteriormente invadieron Alemania violaron en enorme porcentaje alemanas.

Pese al Convenio y muerto Zumalacárregui, volvieron ambos bandos al refinamiento de la crueldad, destacándose en ella el general Ramón Cabrera quien, por tal "mérito" fue llamado el <Tigre del Maestrazgo>. No le frenaba en el fusilamiento de prisineros y demás crímenes , el hecho de que su madre se encontraba presa del bando contrario en calidad de de rehén para cohibir los desmanes de su hijo. En vista de ello, el brigadier Nogueras rogó a rogó al Capitán General de Cataluña que mandase fusilar a doña Mar´ía Griñó, madre del monstruo. Absurdamente,Esoz y Mina accedió y dió órdenes a las autoridades de Tortosa para la realización del crimen. . La represaliadel sanguinario Cabrera costó la vida a cuatro mujeres , entre ellas a Jacinta Fox, madre de Francica Urquizu, joven de diecinueve años,prometida del propio Cabrera. Con este crimen podemos considerarlecomo un pionera de la llamada hoy violencia de género. asesinar a la esposa, la compañera sentimental o la novia.

La guerra dejó vacias las arcas del Estado, el país milagrosamente iba saliendo adelante; en tal penuria, la contienda resultaba difícil , se estancaba . Como medio para conseguir la paz, proponía el citado Lord Eliot casar a Isabel II con el hijo mayor de de don Carlos, idea que dió al traste los secuaces aorovechasos de éste. Un respiro constituyó para los cristinos la muerte de Zumalacárregui -herdo pot una baba perdida murio en plazo breve- desmoralizando a los carlistas que levantan el sitio de Bilbao, aprovechando entonces el general Luís Fernández de Córdova el perseguirlos obteniendo la victoria de Mendigorria.

La guerra sigue sus vaivenes, triunfantes ahora por loscarlistas que se imponen en Vasconía. Pretenden invadir el resto de España y con tal idea el mariscal Gómez con tres mil hombres paseo pr por Asturias, León y Galicia bajando luego hasta Andalucía para regresar, finalmente, a sus lares norteños. Realizó este hecho sin pérdida de gente y y burlando a las tropas critinas en incesantes marchas y contramarchas. El País, huelga decirlo, encantado con todo aquello. Pasaban por un pueblo los carlistas y lo asolaban. Venían, después, los liberales persiguiendo a los de la boina,y  destuían lo poco que aún quedaba en pie. La vida humana y la propiedad carecían de valor, y tanto daba ser fusilado por unos como por otros, como ser desposeído por los blancos o por los negros.    Lo de siempre, que no otras son las características de la guerra: robo y crimen por ambas partes y que Mart´nez Olmedilla dejó bien pintado.

Victorioso el general Esparteros en la batalla de Luchana, así como en otros hechos de sarmas, se llegó a firmar entre Maroto y Espartero el Convenio de Vergara, que relativamente finalizaba la guerra civil. Relativamente porque ésta conttinuó en en Aragón y Cataluña donde Cabrera a lo largo de un año no cedió. Cruzó el Pirineo con sus huestes, estuvo preso una corta temporada en en el Fuerte de Ham; en él le cambiaron de celda para facilitar la suya al futuro Napoleón III después del fracaso de éste en Bolonia; se instaló en Londres donde vivió en la opulecia gracias a una boda de conveniencia. Murió en su cama. Feliz fin tuvo este asesino convulsivo. 

La gloria del advenesizo manchego fue inmensa, María Cristina le hizo conde de Luchana, duque de la Victoria, duque de Morella, Caballero del Toisón de Oro. Andando el tiempo se lamentaría y le diría: Te hice duque, pero no pude hacerte caballero. Espartero animado por su secretario , Francisco Linage, tejió la manera de suplantar a la Reina Gobernadora, y, en efecto, se convirtió en Regente. Ya ante la hostilidad de entre la Reina y Espartero, la nación se inclina a favor de él. Porque María Cristina sólo hizo tonterías, ya en lo personal, ya en lo político. Estalla la revolución en Madrid, se formanJuntas populares: la Reina ordena a Espartero que ataque Madrid y reduzca la revolución, mas el Generalísimo, que tanta parte tiene en ella, se niega, además la marca la línea de conducta que debe seguir.                                                   

Ubicación en Madrid, calleAlcalá con O Donnell. 

 

La ceremonia de renuncia tuvo lugar en la sala del Palacio de Cervellón, en Valencia,, Plaza de Sando Domingo, , residencia de María Cristina , acudiendo Esparteros, ministros, nutrida concurrencia de generales, nobles, eclesiásticos y palatinos. La Reina leyó el documento en que hacía dejacóón de todos sus poderes y, después de firmarlo, se lo entregó al Regente, que lo guardó rejocitadamente. 

No pudo llegar más alto este militarote, hijo de carretero de Granátula  (Ciudad Real),  sin embargo no todo fue cantar victoria en la guerra y en el hado. Se ha dicho de él que "alma de advenedidizo, tenía el orgullo satánico de todas las medianías encumbradas". Una cosa -opino modestamente- ser heroe, otra criminal, si bien al manejar la historia -la de España o la de cualquier otra nación- vemos que con harta frecuencia se dan las dos. Por otra parte, hay más héroes que son criminales, que criminales que son héroes. Espartero a manera de dictador emprendió su tarea de crímenes. Era inflexible, no perdonaba del fusilamiento ni a un amigo y compañero -caso de Diego de León-.

Su poder fue desquebrajándose, su popularidad fue disolviéndose en la sangre de los fusilados,, que, como mártires, clamaban contra su verdugo. Empezaron a levantarse las provincias frente a la tiranía del Regente. Barcelona primero, Sevilla después, van minándole el terreno, y en Torrejón de Ardoz da el traspie definitivo.. Le han empujado tres generales jóvenes, apenas conocidos hasta aquel momento, pero llamados a influir poderosamente en la política española: Prin, Serrano y Narváez, que entran en Madrid aclamados, mientras Espartero, escondido en Cádiz y luego en Lisboa, huye a Londres en el vapor Prometeo. . 

Pero no adelantemos acontecimientos. Instalada la exiliada y su segundo marido en Paris, sufrió el disgusto del nombramiento de don Agustín Argüelles como tutor de las infantas, siendo así que ela se había reservado la tutela de sus hijas, y por ello se sintió injuriada, tomándolo como base para iniciar una campaña contra Esparteros. Hizo uso del ofrecimiento que le ofreciera Diego de León. Aportó para los gastos de este plan ocho millones de reales. O Donnell debía levanantarse en Pamplona; Narváez, en Andalucía; Montes de Oca, en Vitoria; Concha y León, en Madrid. Incluí el plan el rapto de las niñas Isabel y Fernanda y llevárselas a Vitoria, centro de la rebelión

Véamoslo con las textuales líneas del citados Martínez Olmedilla: "Al subir los conjurados a por las niñas, surgió lo inesperado, y fue que el zaguante de alabarderos, compuesto de dieciocho hombres, con quienes no se había contado, por su escaso número y por su índole más bien decorativa que belicosa, deciden cumplir con su deber defendiendo a las regias personas. Disponiánse los conjurados a subir la gran escaleras cuando son deteniidos por una descarga  que desde el relleno les hace el zaguantete con sus tercerolas". Fracasa, pues, la conjura, Cada uno de los conjurados trató de salvarse cómo pudo. Diego de León decidió finalmente afronta el peligro. Transcrbo la bella página que nuestro biógrafo le dedica:

                                                                


Diego de León huyó a caballo y pasa la noche recorriendo a campo traviesa los alrrederes de Madrid . Despechado y entristecido su galopada inconsciente carece de objeto. . Puede esconderse, o cuando menos disfrazarse, abandonando el brillante uniforme que ha de serimpacable delator. No lo hace, poque, perdidas las ilusiones en la falliida intentona, no hay nada que  le interese. Los primeroos resplandores del crespúculo matutino alumbraron su elevado chacó, bajo el cul fulgían aquellos ojos que tantas veces irradiaron a su alrrededr el heroismo que los animaba, y bordeando la crispada boca, los negros bogotazos característicos del valiente entre los valientes, del heroe legendario de Villarrobledo y Belascoain, <la mejor lanza de España>.    

Cae el caballo, se rompe un pata, Diego de león llega a Colmenar Viajo. Fue apresado por el comandante Laviña, que con su escuadrón de húsares perseguía a los fugitivos le brinda llevarle a la frontera para que se salve. Este diálogo que establece el biógrafo es probable que tuviera lugar textualmente, en el fondo uno similar. 

-- ¿Qué órdenes tenéis?

-- Llevarle a usted a Madri. pero si usted quire le acompaño a la frotera.

--  Es de cobardes rehuir el peligro.

-- Es de prudentes salva la vida. Y usted la pierde si le cogen.

-- Tal vez no Esparteros no me manda fusilar.

-- Ha jurado que no perdona a nadie.

-- A m,í sí. He hecho a su lado mi carrera.

-- Pero la políca no tiene entrañas.

-- No importa, vamos a Madrid. 

Ante la inclemencia del Regente todo fue inútil, los familires vestidos de luto se acercaron a la futura isabel II arrodillándose ante ella llorando, ella pide autorización a Argüelles para escribir a Espartero, y le pide el perdón El glorioso vencedor de Bailén, el general Castaños, tambiél le solicitó el perdón Ante su fusilamiento dejó recuerdo heroico,  alentantando al peloton de ejecución y dando él mismo las órdenes.     
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