Fríamente miente también, y este embuste va siempre en
sus labios: "Yo, el Estado, soy el pueblo". - Nietzsche -
Nuestra vigente Constitución dice en el número 2 de su artículo 1 que 'la soberanía nacional reside en el pueblo, del que emanada todos los poderes'. Pero sabido es que gran parte de este texto la fueron convirtiendo en papel mojado, que al pueblo se le ha marginado.
Es la sociedad civil la que tiene el dominio sobre las cosas que son propiamente suyas, y la clase política son administradores que han llegado al convencimiento, puesto de manifiesto en en multitud de ocasiones, de que son dueños del debate y de las decisiones y que a los españoles les queda eso de votar cada cuatro años.
Dueños de las decisiones han sido, y el pueblo ha tenido que protestar, si quería tener alguna voz huelga tras huelga de los abusos administrativos de los políticos respecto a la sociedad. ¿Y qué ocurre en tal caso? Entonces, aquellos que le pidieron su voto con engañifas, lo consideran violencia, por pacífica que sea la manifestación, y lanzan contra la misma los antidisturbios. Así muy frecuentemente se vino actuando en la legislatura de Rajoy, fue el """remedio""" que su gobierno puso, pero, como dice el político y escritor inglés J. Brighht, la fuerza no es un remedio. Sí, desde luego, por el momento, mas es triste y no deja de pasar factura. La misión de un gobierno es administrar bien lo que a la sociedad pertenece, ello lejos de pretender justificar abusos administrativos, en abierta pugna con la Constitución y con los derechos humanos, mediante leyes.. La ley -Cicerón dixit- es el bien del pueblo
La aludida Carta Magna empieza exponiendo
1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
Mucho se ha venido hablando y escribiendo de cómo han ido fallando , y a marchas forzadas, la libertad, la justicia y la igualdad, entiéndase ésta en el ámbito de libertad y justicia. Yo mismo lo he tratado hasta la saciedad No la misma libertad para todos, no la misma justicia. La libertad de expresión que concede el artículo del texto en cuestión fue durante muchos años inexistente para la familia real y para los políticos de primera fila, pero ante el mal gobernar y la corrupción se rompió la subesticia censura y el ciudadano empezó a quejarse, pero en los cuatro años de la legislatura de Rajoy pretendió se omitieran las quejas, había que morir sin decir ni pío. No halló camino llano, ni mucho menos. Nada de "ley mordaza" que silenciara la corrupción, de la que no estaba limpia la familia real ni el Gobierno. En el gobierno de Rajoy, y a su pesar, ha quedado ha quedado la corrupción a la vista y se puede recriminar ésta ilimitadamente.
Debido a la corrupción quedaron en el papel pero sin efectividad el derecho a la libertad de expresión -articulo 20-, el derecho al trabajo -art. 35- y a percibir por éste una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacer discriminación por razón de sexo. Pues, como es harto conocido, este trato desigual entre el hombre y la mujer en el plano laboral nunca dejó de darse, no le preocupó gran cosa a ninguno de los cuatro presidentes habidos en esta monarquía que instauró ad libitum, a gusto, a voluntad, el dictador Franco. Ya lo de la remuneración suficiente es hablar por hablar, basta ver a lo que asciende el SMI y que el término medio de alquiler de una vivienda son cuatrocientos euros. Pero por ello no deja de consignar el artículo 47 que 'todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Y añade: Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho. Etcétera. Y, bueno, pues ya conocemos la política del ladrillo, infamia al canto. Y que ha generado una cadena de beneficiarios en tal o cual forma, una picaresca. En tantos otros artículos no ha sido respetada la Carta Magna, pero no sigo indicándolo porque se halla fuera de contexto. Para ejemplo de que los políticos no se han atenido a la misma, ya he presentado suficientes muestras.
A la vista de España en situación deletérea por la corrupción, está claro que nuestros administradores, la inútil casta política, como ha sido denominada, se han pasado de la raya, evidentemente se han excedido en inutilidad y corrupción, la nuestra bate el récord de épocas corruptas.
El Partido Popular se halla enmarcado en la corrupción, y es indignante que con tan sobrado motivo no renuncie Rajoy a continuar gobernando; este señor que se está enterando ahora de los casos de corrupción en su partido por estar sacándolo a la palestra los nuevos partidos políticos, por el revuelo que se ha armado. y lo harto que está una gran parte de la sociedad civil de sufrir injusticias, sufridores que ya se atreven a piarlas. Valga este vocablo coloquial que significa 'llamar, clamar con anhelo, deseo e insistencia por algo'.
El Estado y la ley.
El Estado tiene su propia ley de violencia,
pero la del individuo la llama crimen.
- Max Stimer -
Se dictan leyes para legalizar la violencia del Estado; ya lo he dicho, violencia era la pretensión de amordazar al ciudadano, que no súbdito. La monarquía absolutista lo hacía, pero no puede seguir verificándose, puesto que la ley debe ser justa, ya lo dice Montesquieu, no hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el amparo de la justicia. Por otra parte, es también axiomático que una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa. ¡Hay que eliminar tantas leyes injustas! Y una ley injusta corrupción es en cierto modo. Y violencia. Leyes aparte, no debe sostenerse un gobierno por la fuerza, sino por la voluntad de sus gobernados. No se puede ver que tal sea la norma ante las siguientes palabras del gran novelista y filósofo León Tolstoi :Los gobiernos necesitan ejércitos que los proteja contra sus súbditos esclavizados y oprimidos (estos ejércitos son, de entonces a hoy, la policía). Pero valerse de esta protección tiene su riesgo, él lo hubiera comprobado en su propio país de no haber fallecido en 1910.
Rajoy, con toda su violencia, ha fracasado, no podría prever la situación en que se encuentra actualmente, y es que, como asegura el filósofo existencialista francés, Juan Pablo Sartre, la violencia, sea cual sea la forma en que se manifieste, es un fracaso.
En términos generales no goza de buena literatura, ni mucho menos, el Estado, pero claro está que no se refiere a la acepción 5 que la RAE da de tal vocablo: País soberano, reconocido como tal en el orden internacional, asentado en un territorio determinado y dotado de órganos de gobierno propios. Si se alude a la acepción 6, esta es: Forma de organización política dotada de poder soberano e independiente, que integra la población de un territorio. En este 'poder soberano' es en lo que estamos parando mientes, considerándolo, meditándolo. y fácilmente se llega a la conclusión que he anunciado en el título: la soberanía atribuida al pueblo es cualidad que no tiene.
Nada de 'pueblo soberano', el pueblo no posee, por consiguiente no ejerce, la autoridad suprema, ni siquiera ha controlado al gobierno, por lo que éste ha actuado a sus anchas y, por tanto, corrupción al canto alcanzando una tremenda situación en la misma y haciendo verdadero el aserto del economista, historiador y filósofo austriaco Ludwing von Mises, según el cual , la corrupción es un mal inherente a todo gobierno que no está controlado por la opinión pública. A ningún gobierno desde la Transición le importó la estimación pública, sobre todo el de Rajoy. El pueblo de este pais soberano, llamado España, ha votado cada cuatro años, y con listas prefabricadas, más o menos mentiras electorales -Rajoy se llevó la palma de la mentira ya que mintió al cien por cien, y no solamente incumplió todo lo ofrecido, sino que procedió haciendo todo lo contrario de cuanto prometió.
Las críticas más duras cayeron sobre dicho presidente al poco de ocupar La Moncloa., España le repudia, incluida su tierra natal, pero él, pese a un PP cercado por la corrupción, y lo que acerca de la misma es señalado personalmente, se obstina en repetir legislatura, es un fanático del Poder, y, como dice Voltaire, cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro la enfermedad es casi incurable. Ello puede explicar su intransigencia, la cual le hace caer en ridículo. A Rajoy, empezando por el libro de Jiménes Losantos acerca de su legislatura, por inútil para el buen gobierno Para el mismo es conditio sine qua non, indispensable, que hubiera aceptado -y debe aceptarlo el gobierno que le sustituya -la puntilla para España sería que no lo fuera sustituido, que repitiera legislatura- lo que el pueblo anhela: eliminar las 17 autonomías, las Diputaciones, el Senado, y reducir el número de alcaldes, pues, teniéndole hasta las localidades pequeñas, sumas éstos mas de ocho mil. Asimismo es vergonzoso, el número de políticos que hay -por añadidura la inmensa mayoría robando- Al paso que vamos habrá más españoles políticos y aforados, que no políticos y no aforados, Se está malamente esquilmando dinero público.
¡Y del pueblo depende la soberanía! Anda la osa. Gran parte de ese pueblo al que se adjudica gratuitamente la soberanía se encuentra en el paro y desahuciado de sus viviendas progresivamente; gran parte de ese pueblo soberano se halla sufriendo penuria -y nada tan preciso como la vivienda- con una vida que le han roto y/o que no puede construir. Una juventud que no puede desarrollar sus aptitudes y su vida independiente; familias y familias anquilosadas, cuando no, como digo, llevadas a una vida dramática. Y para inri, para mayor escarnio e ironía no falta político que de este resultado final del bipartito ha echado la culpa al pueblo.
EL gobierno no deja de ser necesario dada la calidad de la humanidad.
Claro que una formación política incontrolada por el pueblo, la prensa, los tribunales de justicia, puede hacer por la misma razón -Anatole France define al ser humano como 'ese animal, llamado hombre'- tremendo daño; a nuestra crisis moral y económica me remito. El anarquismo, doctrina política del siglo XIX, tiene por meta de la revolución humana "una sociedad sin gobierno, en que cada individuo fuese su propia ley ". He citado a Tolstoi, el cual propugnaba el anarquismo religioso. Pero, obviamente, personas de su inteligencia y grandeza de alma son, empleando una expresión de Juvenal, rara avis in in terris, un ave rara en la Tierra. El anarquismo, en cualquiera de sus matices, naufragó, pero no deja de ser una utopía.
Schpenhauer, con todo su pesimismo a cuestas, ve de absoluta necesidad el Estado, porque
Schopenhauer no arremete contra los malos políticos, los malos gobiernos, más bien los echa un cable, veamos:
Lo fundamental es gobernar con bondad, honradez, equidad. Ésta rechaza de plano el capitalismo. Como manifestó el político alemán de origen judío Karl Liebknecht, de interesante vida particular y política: La ley básica del capitalismo es tú o yo, no tú y yo. Si es indefectible el Gobierno, pienso con Bertrand Russell:: Tengo recelo del Gobierno y desconfío de los políticos; pero como es preciso tener un gobierno prefiero que sea democrático.
A esta altura de la civilización no ha de darse 'gran descontento contra los gobiernos, las leyes y las instituciones públicas'. Ha de desaparecer la violencia, no han de ejercerla los gobiernos ni los pueblos. De la violencia no ha tenido el menor sentido Rajoy, que ha demostrado poseer alma de dictador pero dándoselas de bondadoso. La violencia puede vencer, pero ha de tratarse eminentemente de convencer, y lo abusivo, lo criminal , no puede catequizar, seducir. El Derecho, y perdón por la reiteración, ha de basarse en leyes justas; el medio de manu militari, por la fuerza de las armas, pocas veces trajo la razón, incluso más de una vez triunfaron por este medio tremendas injusticias, valga como paradigma la usurpación del trono por Isabel de Tratamara y Avis a su medio sobrina y ahijada Juana de Trastamara y Avis.
Si el pueblo no es soberano, que tenga bastante más participación en la política que el voto cuatreño -lo cuatreño para los toros-, que tome voz tajante, concluyente, terminante, contundente, es decir en toda la extensión de la palabra, que no está solo para ser el sufridor de los recortes de un Rajoy de turno con tijeras en mano al servicio de intereses extraños.
Debido a la corrupción quedaron en el papel pero sin efectividad el derecho a la libertad de expresión -articulo 20-, el derecho al trabajo -art. 35- y a percibir por éste una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacer discriminación por razón de sexo. Pues, como es harto conocido, este trato desigual entre el hombre y la mujer en el plano laboral nunca dejó de darse, no le preocupó gran cosa a ninguno de los cuatro presidentes habidos en esta monarquía que instauró ad libitum, a gusto, a voluntad, el dictador Franco. Ya lo de la remuneración suficiente es hablar por hablar, basta ver a lo que asciende el SMI y que el término medio de alquiler de una vivienda son cuatrocientos euros. Pero por ello no deja de consignar el artículo 47 que 'todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Y añade: Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho. Etcétera. Y, bueno, pues ya conocemos la política del ladrillo, infamia al canto. Y que ha generado una cadena de beneficiarios en tal o cual forma, una picaresca. En tantos otros artículos no ha sido respetada la Carta Magna, pero no sigo indicándolo porque se halla fuera de contexto. Para ejemplo de que los políticos no se han atenido a la misma, ya he presentado suficientes muestras.
A la vista de España en situación deletérea por la corrupción, está claro que nuestros administradores, la inútil casta política, como ha sido denominada, se han pasado de la raya, evidentemente se han excedido en inutilidad y corrupción, la nuestra bate el récord de épocas corruptas.
El Partido Popular se halla enmarcado en la corrupción, y es indignante que con tan sobrado motivo no renuncie Rajoy a continuar gobernando; este señor que se está enterando ahora de los casos de corrupción en su partido por estar sacándolo a la palestra los nuevos partidos políticos, por el revuelo que se ha armado. y lo harto que está una gran parte de la sociedad civil de sufrir injusticias, sufridores que ya se atreven a piarlas. Valga este vocablo coloquial que significa 'llamar, clamar con anhelo, deseo e insistencia por algo'.
El Estado y la ley.
El Estado tiene su propia ley de violencia,
pero la del individuo la llama crimen.
- Max Stimer -
Se dictan leyes para legalizar la violencia del Estado; ya lo he dicho, violencia era la pretensión de amordazar al ciudadano, que no súbdito. La monarquía absolutista lo hacía, pero no puede seguir verificándose, puesto que la ley debe ser justa, ya lo dice Montesquieu, no hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el amparo de la justicia. Por otra parte, es también axiomático que una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa. ¡Hay que eliminar tantas leyes injustas! Y una ley injusta corrupción es en cierto modo. Y violencia. Leyes aparte, no debe sostenerse un gobierno por la fuerza, sino por la voluntad de sus gobernados. No se puede ver que tal sea la norma ante las siguientes palabras del gran novelista y filósofo León Tolstoi :Los gobiernos necesitan ejércitos que los proteja contra sus súbditos esclavizados y oprimidos (estos ejércitos son, de entonces a hoy, la policía). Pero valerse de esta protección tiene su riesgo, él lo hubiera comprobado en su propio país de no haber fallecido en 1910.
Rajoy, con toda su violencia, ha fracasado, no podría prever la situación en que se encuentra actualmente, y es que, como asegura el filósofo existencialista francés, Juan Pablo Sartre, la violencia, sea cual sea la forma en que se manifieste, es un fracaso.
En términos generales no goza de buena literatura, ni mucho menos, el Estado, pero claro está que no se refiere a la acepción 5 que la RAE da de tal vocablo: País soberano, reconocido como tal en el orden internacional, asentado en un territorio determinado y dotado de órganos de gobierno propios. Si se alude a la acepción 6, esta es: Forma de organización política dotada de poder soberano e independiente, que integra la población de un territorio. En este 'poder soberano' es en lo que estamos parando mientes, considerándolo, meditándolo. y fácilmente se llega a la conclusión que he anunciado en el título: la soberanía atribuida al pueblo es cualidad que no tiene.
Nada de 'pueblo soberano', el pueblo no posee, por consiguiente no ejerce, la autoridad suprema, ni siquiera ha controlado al gobierno, por lo que éste ha actuado a sus anchas y, por tanto, corrupción al canto alcanzando una tremenda situación en la misma y haciendo verdadero el aserto del economista, historiador y filósofo austriaco Ludwing von Mises, según el cual , la corrupción es un mal inherente a todo gobierno que no está controlado por la opinión pública. A ningún gobierno desde la Transición le importó la estimación pública, sobre todo el de Rajoy. El pueblo de este pais soberano, llamado España, ha votado cada cuatro años, y con listas prefabricadas, más o menos mentiras electorales -Rajoy se llevó la palma de la mentira ya que mintió al cien por cien, y no solamente incumplió todo lo ofrecido, sino que procedió haciendo todo lo contrario de cuanto prometió.
Las críticas más duras cayeron sobre dicho presidente al poco de ocupar La Moncloa., España le repudia, incluida su tierra natal, pero él, pese a un PP cercado por la corrupción, y lo que acerca de la misma es señalado personalmente, se obstina en repetir legislatura, es un fanático del Poder, y, como dice Voltaire, cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro la enfermedad es casi incurable. Ello puede explicar su intransigencia, la cual le hace caer en ridículo. A Rajoy, empezando por el libro de Jiménes Losantos acerca de su legislatura, por inútil para el buen gobierno Para el mismo es conditio sine qua non, indispensable, que hubiera aceptado -y debe aceptarlo el gobierno que le sustituya -la puntilla para España sería que no lo fuera sustituido, que repitiera legislatura- lo que el pueblo anhela: eliminar las 17 autonomías, las Diputaciones, el Senado, y reducir el número de alcaldes, pues, teniéndole hasta las localidades pequeñas, sumas éstos mas de ocho mil. Asimismo es vergonzoso, el número de políticos que hay -por añadidura la inmensa mayoría robando- Al paso que vamos habrá más españoles políticos y aforados, que no políticos y no aforados, Se está malamente esquilmando dinero público.
¡Y del pueblo depende la soberanía! Anda la osa. Gran parte de ese pueblo al que se adjudica gratuitamente la soberanía se encuentra en el paro y desahuciado de sus viviendas progresivamente; gran parte de ese pueblo soberano se halla sufriendo penuria -y nada tan preciso como la vivienda- con una vida que le han roto y/o que no puede construir. Una juventud que no puede desarrollar sus aptitudes y su vida independiente; familias y familias anquilosadas, cuando no, como digo, llevadas a una vida dramática. Y para inri, para mayor escarnio e ironía no falta político que de este resultado final del bipartito ha echado la culpa al pueblo.
EL gobierno no deja de ser necesario dada la calidad de la humanidad.
Claro que una formación política incontrolada por el pueblo, la prensa, los tribunales de justicia, puede hacer por la misma razón -Anatole France define al ser humano como 'ese animal, llamado hombre'- tremendo daño; a nuestra crisis moral y económica me remito. El anarquismo, doctrina política del siglo XIX, tiene por meta de la revolución humana "una sociedad sin gobierno, en que cada individuo fuese su propia ley ". He citado a Tolstoi, el cual propugnaba el anarquismo religioso. Pero, obviamente, personas de su inteligencia y grandeza de alma son, empleando una expresión de Juvenal, rara avis in in terris, un ave rara en la Tierra. El anarquismo, en cualquiera de sus matices, naufragó, pero no deja de ser una utopía.
Schpenhauer, con todo su pesimismo a cuestas, ve de absoluta necesidad el Estado, porque
El hombre es en el fondo una bestia salvaje, una bestia feroz. No le conocemos más que domado, preso en ese estado que se llama civilización; así retrocedemos en espanto ante las explosiones accidentales de su naturaleza. Que los cerrojos y las cadenas del orden legal caigan como sea, que la anarquía estalle, y se verá entonces lo que es el hombre.Los que hemos vivido una guerra conocemos bien la malignidad. En verdad no es necesaria la guerra para saber de la protervia humana; cuando el hombre está bajo el orden -en la paz- también "mata", ya de forma incruenta, ya de forma cruenta.
Schopenhauer no arremete contra los malos políticos, los malos gobiernos, más bien los echa un cable, veamos:
Por todas partes y en todo tiempo, ha habido gran descontento contra los gobiernos, las leyes y las instituciones públicas; esto proviene de que siempre se está dispuesto a hacerles responsables de la miseria inseparable de la existencia humana.Lo atribuye todo al sino de nuestra existencia:
La raza humana está para siempre, y por naturaleza, condenada al sufrimiento y a la ruina. Por más que con ayuda del Estado y de la historia se pudiesen remediar la Injusticia y la miseria hasta el punto de que la Tierra se convirtiera en una especie de Jauja, llegarían los hombres a luchar por aburrimiento , a arrojarse unos contra otros; o bien el exceso de población traería con el hambre y ésta los aniquilamientos.Ahora el hambre no le trae el exceso de población, sino otros excesos, entre ellos el del trinque, mientras, por otra parte, no deja de haberse convertido la Tierra en una especie de Jauja, pero para políticos y el gran capital, que en su ascenso va incrementando la diferencia económica de las capas sociales, haciendo del ser humano mera mercancía del capitalismo.. El gobierno está para gobernar, y gobernar no es emplearse en este menester, no para administrar de tal manera que esto tenga lugar. Administrar no es crear injusticia y miseria; otra cosa es las que presente la vida para todas las clases económicas y sociales. Y conste, y esto lo trata admirablemente este filósofo, que una cosa es la clase económica y otra la social. Hay un dicho según el cual, los duelos, con pan son menos; pues no podemos evitar los de la Vida, justo es pretender vivir al ampara del Derecho, aspirar a que éste no se vulnere, que se respeten los Derechos Humanos, que éstos sean, como la muerte, para todos. Vamos a dejarnos de castas, que no estamos en la India. No sé si los hombres harían la guerra por aburrimientos, pero es inadmisible que, como escribe el dramaturgo inglés Jhon Dryden, sea el oficio de los reyes. Tampoco de quienes los han sustituido.
Lo fundamental es gobernar con bondad, honradez, equidad. Ésta rechaza de plano el capitalismo. Como manifestó el político alemán de origen judío Karl Liebknecht, de interesante vida particular y política: La ley básica del capitalismo es tú o yo, no tú y yo. Si es indefectible el Gobierno, pienso con Bertrand Russell:: Tengo recelo del Gobierno y desconfío de los políticos; pero como es preciso tener un gobierno prefiero que sea democrático.
A esta altura de la civilización no ha de darse 'gran descontento contra los gobiernos, las leyes y las instituciones públicas'. Ha de desaparecer la violencia, no han de ejercerla los gobiernos ni los pueblos. De la violencia no ha tenido el menor sentido Rajoy, que ha demostrado poseer alma de dictador pero dándoselas de bondadoso. La violencia puede vencer, pero ha de tratarse eminentemente de convencer, y lo abusivo, lo criminal , no puede catequizar, seducir. El Derecho, y perdón por la reiteración, ha de basarse en leyes justas; el medio de manu militari, por la fuerza de las armas, pocas veces trajo la razón, incluso más de una vez triunfaron por este medio tremendas injusticias, valga como paradigma la usurpación del trono por Isabel de Tratamara y Avis a su medio sobrina y ahijada Juana de Trastamara y Avis.
Si el pueblo no es soberano, que tenga bastante más participación en la política que el voto cuatreño -lo cuatreño para los toros-, que tome voz tajante, concluyente, terminante, contundente, es decir en toda la extensión de la palabra, que no está solo para ser el sufridor de los recortes de un Rajoy de turno con tijeras en mano al servicio de intereses extraños.
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