miércoles, 21 de abril de 2021

JUAN CARLOS I Y SOFÍA DE GRECIA - Segunda parte.

 La ambición de doña Sofía.

La hija del rey Pablo de Grecia se casó con la mira puesta desde el primer momento en que cuanto antes surgiera la monarquía instaurada, eliminado la que debía producirse por restauración, y a ello dirigió su mecanismo. Trató, como con hecho y palabras ha evidenciado, de poseer lo antes posible la Corona de España, y por ello y para ello había que obedecer al dictador, que no a su suegro jefe de la Casa Real española,                                            


Esto es lo que testifica ella misma en la biografía que, a su dictado, le hizo Pilar Urbano. y que tanto abundó en criticas adversas contra esta reina consorte.Analizando esta declaraciones "reales", Juan Balansó para mientes en las imprudencias, contradicciones,e indiscreciones que se deslizan en el libro. 'Consideraba yo -escribe- entonces imposible que la Reina hubiese efectuado determinadas informaciones que se ponían en su boca; me negaba a admitir que doña Sofía, o sus asistentes en Zarzuela, hubiesen revisado aquel texto que se presentaba como biografía autorizada, e incluso recomendada por la soberana, a la que se hacía decir: 'Quiero que los españoles me conozcan'. El profundo desencanto del libro no nos lo producían, como es obvio, varios gazapos y coladuras de fuste realizados en él, sino la miserable impresión que Su Majestad ofrecía de sí misma en sus páginas en sus páginas       

Cita a continuación tres opiniones que corroboran la suya; son estas: "Nos resultaba extraño que otras voces, arrumbando el halago gratuito, hubieran surgido ya, José Luís de Vilallonga, marqués de Castellvall, biógrafo del propio rey Juan Carlos, a quien éste había elegido para dictar sus confidencias tres años antes  opinaba sobre el libro de la Reina:  'Nos va desbaratando la opinión que hasta ahora teníamos de las coas [...]; en lugar de popularizar a Su Majestad, se la vulgariza.       (El subrayado es mío, porque da la clave de manera y etopeya). .La escritora Carmen Rico Godoy, pluma independiente, comentó: 'Nuestros Reyes [prestándose a este libro] han caído e la falta de sinceridad , en el aprovechamiento personal a corto plazo y en la  

Lo que para la cónyuge Princesa de España implicó pasar a ser Reina consorte. 
  
Si a Juan Carlos de Borbón y Borbón le vino bien la Corona, a Sofía le vino de perlas. Entre no estar su familia muy boyante y, por otra parte, las penalidades que hubieron de sufrir en la Segunda Guerra europea, sabía lo que era pasar  privaciones. La historia patentiza la modestia y vulgaridad de la Monarquía griega; bueno, he aquí el cuadro que hace el agudo historiador, ya citado, Juan Balansó, ap. 'Las perlas de la Corona'. 
"Cuando Sofía nació en 1938, su dinastía, la de los Schleswig-Holsstein-Sonderburg daneses, llevaba menos de cien años en el trono y no tenía casi arraigo popular. Atendía, desgraciadamente, a los soberanos un grupo de personas no muy capaces y harto peculiares , a los que Roger Peyreffite , el célebre escritor francés, a la sazón secretario de la embajada de su país en Atenas, ha pintado con vivos colores en su libro  Propos seseccres 2, (París 1980). Gentezuelas que en sus conversaciones utilizaban el 'nos' mayestático, como incluyéndose en la Familia Real, a la que prodigaban continuos halagos. En su pésima biografía de la reina Federica, una de sus damas de honor, Lilika Papanicolau, presta un servicio de dar cuenta gráfica y escrita del ambiente hortera de la corte ateniense, un quiero y no puedo entre servidores incompetentes y los armadores nuevos ricos que suplicaban a Federica amadrinar sus bajeles. Los grandes de España que acudieron a la boda de  Sofía con Juan Carlos, en 1962, las dejaron patitiesas.: "Todas nosotras quedamos sin habla ante las joyas y ...". 

Aunque Sofía de Grecia se sienta tan reina -Balansó la llama "la profesional"- ha de saber que la Monarquía en su país ha sido un constante tambalearse, ha fluctuado,, oscilado, entre la monarquía y la República Ella nace con la restauración de la monarquía en Jorge II que durante la segunda Guerra Mundial hizo heroicamente frente a los italianos aun cuando al fin sería Grecia invadida por el potente ejército alemán. A Jorge, que muere repentinamente, le sucede su hermano Pablo en 1947, ya Sofía pasa a ser princesa . A Pablo I le sucede su hijo Constantino II, que en 1967 es expatriado. En junio de 1973 se proclamó la República por el primer ministro Papadopulos, convirtiéndose en Presidente. Éste fue derrocado en dicho año el 25 de noviembre por un golpe militar, y se recurrió a Karamanlís para la Jefatura del Gobierno. 

Estas páginas de la historia de Gracia no las desconoce doña Sofía porque coinciden  con su existencia. No ignora, pues, carece de importancia en Grecia, y en la deferencia que tuvieron con ella cuando el entierro de su madre no dejó de entrar en consideración el ser reina de España. No obstante no cedió enseguida Karamanlís al traslado de la ex reina griega para ser enterrada junto a su marido,  el forcejeo del Gobierno y La Zarzuela duró una semana y solo concedieron para tal acto una estancia en el país de cinco horas de duración y sin honores de ninguna clase. Le fueron rendidos únicamente a don Juan Carlos, cuando se presentó por separado al acto, como rey de España.                                            

 
¿Era mandona  audaz o mandada tímida? Ahora es digresivo.
Como la Historia muestra, una Familia Real destronada no pierde solo el "empleo", sino que es proscrita, expulsada de su país como bandoleros. Y nadie ignora que algún rey, alguna reina, corrió peor destino. También gracias a su buena situación en España su hermana Irene, que siempre ha vivido con ella, ha recuperado algo de su propiedad en Grecia. Y que ironía tiene la vida -principalmente la de la política-, ello fue obra del socialista Felipe González. Ya extendiéndose la burla este ex presidente español socialista es íntimo amigo del ex rey Juan Carlos I y fue quien en el 2014 salvó la monarquía, coadyuvando el entonces presidente Mariano Rajoy.

Enfermedad y muerte del que debió reinar como Juan III, pero lo vetó el dictador Francisco Franco. 

De la pugna entre Franco,  que no quería dejar de ser dictador de por vida, y los monárquicos del Príncipe de Asturias -don Juan, hijo de Alfonso XIII-  que querían restaurar la Monarquía  ---tema en que no voy a entrar hic et nunc, aquí y ahora,-, de él trata detalladamente esta publicación:                                              


Sí apuntaré que ante el existente panorama de engaño y traición -el citado marqués de Castellvell cita como traidores a la monarquía, por acomodaticios a Franco, a la inmensa mayoría de la aristocracia-,¿qué podía hacer, tan abandonado, el principe de Asturias? A éste es a quien, en la Monarquía española, le corresponde la sucesión en el trono desde Enrique III de Trastámara, y después de seis siglos lo anuló de facto la dictadura de Franco. Se defendió don Juan hasta última hora; viéndose eliminado por su hijo, se resistió durante dos años a la pérdida de la Corona, ya difícil de recuperación en su persona, y sin el apoyo moral de su familia -esposa e hijas- que se pusieron de parte del llamado familiarmente Juanito (Leal y justa, en la que encontró comprensión fue en su hija Margarita). Lo que quería la familia es volver a tener en su seno un rey, y  pues ya lo era Juan Carlos... Lo fue desde la muerte de Franco sin legitimar , por así decirlo, ya que había de ser investido por el jefe de la Casa Real española, previamente la renuncia de éste a ocupar el trono. Padre e hijo se encontraban enfrentados por la Corona, aunque haya quien trate de camuflarlo. 

Si contó con ventaja Franco contra don Juan, le ocurría lo mismo a Juan Carlos contra su padre, tanto más habiéndole venido también a favorecer que durante la vacaciones de Semana Santa de 1956 matara, sin querer, a su hermano Alfonso jugando ambos con una pistola, el cual recibió un tiro en la frente y murió en el acto. "Desde 1941 asta 1969 -según Mazcarelle- se produjo una guerra sorda y subterránea entre el Conde de Barcelona y el general Franco, en la que cada uno pretendía la eliminación del otro. Fue una descarnada lucha por el poder, en la que los conceptos ideológicos solo fueron una cortina de humo para amparar las ambiciones de ambos. Con la única diferencia de que mientras Franco tenía en sus manos todos los recursos de la maquinaria estatal, Juan de Borbón carecía de casi todo.".   

El  22 de noviembre de 1975 las Cortes franquistas proclamaron rey a Juan Carlos,  mas su padre no renunció a su derecho dinástico a favor de su hijo hasta el 14 de mayo de 1977. Don Juan claudica al fin, adquiriendo entonces su hijo el verdadero carácter de su cargo de rey. Y el ya no príncipe de Asturias sigue triste trayectoria; padece de cáncer de laringe de que es operado en Nueva York en 1980. Para evitar sea difundido por la Prensa adoptan él y su mujer el nombre de familia López, y -según detalle que nos ha citado M. Ríos Mazcarelle- se alojó en el Hotel Mayfair en una suite con tres dormitorios y una pequeña cocina que daba al salón. En esta cocina preparaba María de la Mercedes las papillas y los purés que debía tomar su esposo, no en vano, en los lejanos días de su juventud, había seguido un curso de cocina.

Al Conde de Barcelona se le reproduce el cáncer y es tratado en Pamplona, pero ya su esposa no puede atenderle, porque ha sufrido dos accidentes, uno en dicho 1980, y otro muy grave en 1985, rompiéndose el fémur, lo que la deja inválida y, pasado algún tiempo, ha de desplazarse en silla de rueda y dormir en una cama especial de discapacitados. En la segunda parte de la enfermedad de su marido ha de limitarse a acudir todas las semanas en avión a verle. 

Murió el 1 de abril de 1993 a las tres y media de la tarde en el Hospital Universitario; doña María le sobrevivió siete años., falleciendo en la finca La Mareta -regalada por el rey Hussein de de Jordania al Patrimonio Nacional- en la que en aquellas Navidades se había reunido toda la familia. Ocurrió a las cuatro de la tarde, hallándose descansando, y a causa de una parada cardiorespiratoria. Era el 2 de enero de 2000 , había cumplido la víspera de Nochebuena ochenta y nueve años. Su cuerpo, como el de don Juan, se encuentra en el pudridero del Monasterio de El Escorial hasta que pasados los veinticinco años preceptivos, ocupen sus respectivas urnas en el Panteón de Reyes -don Juan el 2018, y doña María en 2025-. Y no más reyes en el Panteón de Reyes, no caben más. ""Realmente"" los padre de Juan Carlos I no tienen porqué ser enterados en el Panteón de Reyes, no lo fueron. 

Se vio obligado Juan Carlos I para evitar la caída la Monarquía en España a abdicar en su hijo.  El quería morir sin dejar de ser rey, y no digamos la enamorada del oficio. El dolor moral que les ha producido es inconmensurable y como antídoto se les ha concedido el titulo de "reyes eméritos". No obstante, y aun reinando su hijo, don Juan ha sido expatriado y, por tanto, separado de la reina emérita,  aunque matrimonialmente ya lo están desde la muerte de Franco. Sabido es que al descubrir a su marido en in fraganti infidelidad se fue, llevándose a sus hijos, a encontrarse con su madre, la cual le aconsejó, imperando el sentido práctico, que volviera con él.  Volvió pero ya impuso camas separadas. Esto  no había de ceder, porque tampoco cesó la infidelidad del esposo. 

No ha sido para doña Sofía inconveniente alguno en ningún momento, pese a los pesares,  seguir ad pedem litterae, al pie de la letra, la recomendación materna, pues, incluso la misma suegra de don Juan se benefició de ello dadas las largas estancias que hacía con su hija, tanto es así que en Madrid murió de manera sorpresiva el 6 de febrero de 1981 a consecuencia de una insignificante intervención quirúrgica -quitarse una mancha de los párpados- en el  Sanatorio de la Paloma, produciéndola la anestesia general un infarto de miocardio, y los médicos,, entre los que se hallaba el cardiólogo doctor Zurita, esposo de la infanta Margarita, no consiguieron le superase. Tenía 63 años de edad. Su hija Sofía estaba pasando unos días en Baqueira Beret.  Bueno, ya del entierro en los jardines del palacio de Tatoi ya he hablado.

 

viernes, 16 de abril de 2021

JUAN CARLOS I Y SOFÍA DE GRECIA - Primera parte.

 Llegó a hacerse público en Oslo el anuncio de compromiso entre la princesa Sofía y el príncipe Harald de Noruega al que se aferraba Federica de Hannover, mujer de gran temperamento, esposa de Pablo I de Grecia, que se deshacía en atenciones hacia el referido hijo del rey Olav V, el cual lo aprobaba y apoyaba, Pero la madre de ella y el padre de él se vieron defraudados cuando el principe la dio el cambiazo , ingratamente, por la hija del dueño de de unos almacenes , Sonia Haralsdsen, de la que se enamoró. Sofía no ha guardado rencor a la que por razón de belleza física la desbancó, sustituyó. 

En el verano de 2001 se repitió en el hijo la historia del padre al casarse el principe heredero, Haakon, con Mette-Marit Tjessen Hoiby, una madre soltera, sin oficio conocido y antigua amante de de un delincuente de la droga, huésped de la cárcel, padre de un hijo. Ante esta boda surrealista a los reyes de Noruega solo les tocó ver, oír y callar, carecían de poder moral para rebelarse.                                         


E hicieron más: "La reina Sonia -refiere Balansó en Por razón de Estado-, decían, había pedido con insistencia la cooperación de sus colegas, los reales supervivientes de la monarquías europeas. Solo una excusó -Liechtenstein-; los ocho restantes se prestaron a arropar con su presencia y sus diademas el espectáculo". ¡Vergonzosa boda para la realeza! Quienes se excusaron son los únicos que no perciben sueldo del Estado, y eso dice mucho a su favor. "Don Felipe acudió dando el brazo a doña Sofía -añade Balansó-, pues su padre consiguió escabullirse con el pretexto de tener que participar en unas regatas". La ingenuidad de la disculpa no tiene otro valor que cubrir la educación. Doble motivo tenía para desagradarle acudir: ver al que despreció a su mujer, y ver un problema, si no exactamente igual, equivalente al que él tenía en su Casa Real con otra boda surrealista a realizarse. Éstas en España dejan más huella y suelen traer secuelas.

En el panorama hereditario europeo en 1960 había princesas casaderas, pero no príncipes, éstos eran muchachos . No contaba para Federica un príncipe de casa real derrocada , de éstos había. No dejaba de serlo la de los Borbones; ahora bien, en ésta había esperanza de la reimplantación, así que la nieta del Kaiser, según manifestación del propio "Príncipe de España", que no 'de Asturias', pensó: ¡'Este no se me escapa! Claro que yo estaba por ello por cuanto deseaba realizar una boda por razón de Estado y preferentemente con dinastía reinante". Grande era la preocupación de don Juan de Borbón, en en 1960, por el matrimonio de su hijo don Juan Carlos de 22 años, a quien deseaba ver pronto casado conforme a la tradición escrupulosamente respetada por él , ya que constituía uno de los pilares básicos de su propia reimplantación dinástica.

Don Juan quiso casarse con la hija de Víctor Manuel III de Italia , Pero María de Saboya le dio calabazas, según ha contado doña María de Borbón y Orleans con cuya prima le ordenó su padre contraer matrimonio, porque 'el exiliado príncipe español no representaba gran cosa en el ajedrez de la política matrimonial de las monarquías reinantes en Europa', cual antes consigné. No es igual, la diferencia es abismal, estar en posesión de la Corona Real que haberla perdido, se continúa siendo rey, sí, pero... destronado. Entre otras cosas, se acabaron las sistemáticas adulaciones, y es posible ya una crítica libre y verídica, la  que de otro modo no puede alcanzarse más que con lejanía de tiempo, y aun así la Corona puede interferir ciertas investigaciones. Se ha negado -he leído- autorización a la aplicación del ADN a los dos supuestos hijos de Godoy que figuran en el retrato de "La familia de Carlos IV", de Goya; de ello hice comentario al hablar de este cuadro. 

Continuando con la vida amorosa del hoy rey emérito, recuerdo que sostuvo noviazgo con con la princesa María Gabriela de Saboya, hija del rey Humberto II de Italia. Le gustaba mucho, como no es de extrañar, dada su hermosura. física. . 

 

Refiere el citado Juan Balansó, en su citado libro Por razón de Estado. Las bodas reales en España,,que por aquellas fechas 'Juan Carlos confesaba en una carta dirigida a una de sus amantes, Olga Nicolis, condesa de Robiland, con la que mantenía al mismo tiempo una relación: 'No tengo mucho libertad,de elección y la prefiero a ella, entre las que se encuentran elegibles'. De esta afirmación se desprende que don Juan Carlos asumía por aquel entonces las normas tradicionales de su Casa que le invitaban a desposar a una princesa. El idilio con María Gabriela se truncó , en todo caso, porque no pocos consideraban a la muchacha ligera de cascos, y se hacían cruces de sus saldas con el  play-boy milanés Kaddy Visconti o con Nicki Franco, un sobrino retozón del dictador.                                          

                                 Fue vetada por Franco.
Bueno, saldría a su madre, ya que para el autor de 'La rosa, la Corona y el marqués rojo', merece toda simpatía Humberto II pero consigna que tenía más cuernos que un ciervo. 

Citada la condesa Nicolis como una de las amantes que ha tenido don Juan Carlos, sabido es que con ella tuvo una hija, la cual trabaja y vive en Estados Unidos . Balansó lo refiere así: 'La revista italiana Oggi en su número fechado el 13 de septiembre de 1989 recogió la siguiente declaración de Olga Nicolis condesa de Robilant, antigua novia de don Juan Carlos antes de su matrimonio con Sofía de Grecia: El rey de España es el verdadero padre de mí hija .Hoy puedo declarar tranquilamente que hubiera podido arrastrar a Juan Carlos a los tribunales, pero hubiera comprometido su futuro'. Paola, esta hija natural de Juan Carlos de Borbón y Borbón  es bella y distinguida, con la mirada clara; trabaja en una universidad norteamericana.  

                               

Juan Carlos y Olghina, su primer novia.

Dos años antes de esta sorprendente manifestación  la condesa de Rbiland no había tenido reparo en en publicar tanto en Italia como en España, varias cartas de amor a ella dirigidas por el entonces príncipe. La declaración, un tanto inesperada, no fue desmentida por la Zarzuela . El caso no merecía mayor atención de no haber nacido Paola Nicolis en 1959., es decir, cuatro años antes que la princesa Elena. lo que la convertía en primogénita de don Juan Carlos. 

El donjuanismo de los Borbones españoles. 

De casta le viene al ex  monarca, o rey emérito, el ser coleccionista de mujeres burladas, el padre, el abuelo... La lista de 'Don Juan Tenorio es corta para ellos. Y los hay que no guardaban secreto en esta materia. Emanuela Dampierre habla en su Memorias del donjuanismo de su cuñado don Juan, cómo su prima y esposa María de la Mercedes (el infante don Juan Carlos de Borbón estuvo casado en primeras nupcias con María de las Mercedes, hermana mayor de Alfonso XIII, y en segundas nupcias con la princesa Luisa de Orleans) paliaba las continuas infidelidades yéndose de viaje. Autor ha habido que la ha imputado deficiencias de esposa, mas no deja de haber suficiente base para la falta de apoyo moral que don Juan de Borbón y Battemberg sufrió de ella. Repetimos: sus continúa infidelidad matrimonial..

He aquí al respecto una anécdota una anécdota referida por José Luis de Villalonga: De la hijas de Bijou Gabor decía que eran putas baratas, pero los que hablaban con conocimiento de causa sabía que eran carisimas. Tanto la célebre actriz Zsa-Zsa  como sus hermanas, Eva y Magda, pretendían salir huyendo de Europa para no acabar sus días en una cámara de gas; era la Segunda Guerra Europea y se encontraban el padre y ellas en el Hotel Palace, de Estoril. "Yo me las he cepillado a las tres"afirmó rotundo un día que se había excedido en copas el inquilino de Villa Giralda. Don Juan solo se había beneficiado a Zsa-Zsa,

                                              

(1817-2016)  Fue  novia hasta de Stalin.

que de las tres era la única que cedía a veces a un esnobismo irrefrenable. Pero hubo problemas porque él creía que aquello iba a ser de balde, y ella, que algo, aunque fuera una joyita le iban a dar. No sé ni quién ni cómo se arregló el asunto pero el eterno pretendiente a rey estuvo  varias semanas sin aparecer por por el Palace". 

Erotómanos en el trono de tal o cual país a lo largo de la cronología y, por tanto, de las dinastías, han sido multitud de reyes. En la Edad Contemporánea y en lo que se refiere a España ya he hablado en otros artículos de los últimos monarcas : Fernando VII, , su hija ninfómana Isabel II, Alfonso XII y Alfonso XIII, asimismo de su nieto el rey repuesto por Franco. De él seguiremos tratando en la segunda parte de este artículo.