domingo, 24 de junio de 2012

La engañifa de la monarquía como institución

Algo para mí ininteligible.

Se estableció la monarquía parlamentaria (artículo 1 de la Constitución) y la garantizan las Fuerzas Armadas (artículo 8), cuyo mando supremo corresponde al rey (artículo 62). La persona del rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad (artículo 56). La impunidad del rey va más allá de la impunidad penal: supone que no se le investigue, que ni siquiera se hable de sus actividades irregulares o que presuntamente estén fuera de la ley, que no tenga que sentarse en procesos judiciales ni siquiera de testigo. Si la voluntad popular se expresara en contra de esto, entonces los tres ejércitos, con el rey al frente, se encargarán de decidir con las armas y la Constitución en la mano cuál es el orden legal.

miércoles, 20 de junio de 2012

Chaqueteros de la política e irregularidades de la misma

Las ideas y los valores del alma, son nuestras únicas armas; no tenemos otras, pero tampoco las hay mejores.
- Manuel Gómez Morin -
Que hay políticos muy imperfectos, es algo que la Historia nos muestra. Lo que al alcance de nuestra existencia está, sin tener que acudir imprescindiblemente a otras Edades, incluida la Contemporánea, por hallarse a la vista, con plena contemporaneidad, es el conocimiento de políticos no leales a su ideal políticos, y, por otra parte, si comparamos éste con su vida particular podemos comprobar que podían decir con Séneca: Hay que obedecer lo que predican los filósofos y no seguir lo que hacen. Con todo, el filósofo que predica el bien deja una estela que hacia el bien lleva, pero el político… Todos –filósofos y políticos, y no filósofos ni políticos- proclaman honradez y, no obstante, cuán pocas personas honestas hay in hac lacrimarun valle, en este valle de lágrimas. De una parte, seguimos siendo cerdos de la grey de Epicuro, e idólatras del becerro de oro, por otra.

domingo, 17 de junio de 2012

Inconsciencia a la vista

Resulta por demás sorprendente que la esposa de Urdangarín haya pensado que este verano de 2012 sería para ella, su marido e hijos “un verano más” de vacaciones en Palma. ¿Cómo pudo pensar tal cosa?, se pregunta uno. ¡Qué ocurrencia! Por supuesto que él trató de disuadirle; ha de darle repelús la capital de Mallorca a la que para su mal –el mal que él mismo se sembró- tiene que volver, y un día partiendo de la misma se ignora a dónde irá pero difícilmente a EE. UU. ni a Telefónica. También debiera causarle Palma temor indefinido a la infanta Cristina aun siendo “no consciente” de los manejos turbios e indignos de su cónyuge, el cual los practicaba poniendo de pantalla la Casa Real. Ella no se enteraba, el rey no se enteraba, nadie se enteraba; toda la ciudadanía, no obstante, les veíamos enriquecerse a velocidad supersónica. De sorpresa en sorpresa -¡tantas llevamos ya con la familia real!- un día Estados Unidos y la Telefónica necesitan a Urdangarín y allá parte el matrimonio con los hijos. Tienen que volver a España en fechas de grandes actos oficiales, porque son miembros de la Familia Real que la representan. Percibe Cristina la correspondiente asignación que ha de darle el rey.

viernes, 1 de junio de 2012

Quien mal anda, mal acaba

Preferí siempre una pobreza sin tacha a las riquezas mal adquiridas.
- Aristóteles -
A principios del año pasado apareció el libro “La monarquía inútil” del segoviano Enrique de Diego. Como dice en un vídeo sobre su ensayo, el libro es malo para la monarquía, bueno papa los españoles. Y en él: Enrique de Diego: Este libro es el ataque directo al núcleo del mal: “el borbonismo”. El balance de Juan Carlos es nefato.

Se hizo un botín electoral, se crearon las Autonomías, se convirtió la política en una especie de tómbola que ahora mismo esta haciendo quebrar a la nación, una casta parasitaria y el gesto de la casta parasitaria es Juan Carlos. La gente ha sido durante cuatro décadas abrumadas por una propaganda monárquica-juancarlista, el motor del cambio, la sacrosanta transición, las proezas que parece que se reproducían cada día. No es verdad, es una época pragmática lisa y llanamente, y desde luego con una frivolidad, una inconsciencia en la generación de modelo de Estado, que estamos pagando muy caro. No lo pagan ellos, porque ellos viven en el privilegio.