Su preámbulo.
No puede decirse que se desploma, porque no se hizo a plomada sino con enormes desviaciones, se está hundiendo y no es poco lo que ha durado y aún dura, pero se va desmoronando con bastante rapidez últimamente. Se impuso un rey velis nolis, quieras o no quieras, a golpe de franquismo y de Constitución; ésta ha sido la entrada de Juan Carlos de Borbón y Borbón -por enésima vez endogamia al canto- por libérrima voluntad del dictador Franco en instaurar la monarquía en la persona que designara y reservándose el derecho hasta su muerte de posibilidad de rectificación en el elegido.
Franco quiso un rey, pero no darle paso mientras el viviera. Y, así,se enfrentó a algunos de sus generales monárquicos, cual el caso de Alfredo Kindelán , monárquico acerrimo, que quiso restablecer la monarquía tras acabar la guerra, la restauración de Alfonso XIII. Por ello no fue nombrado ministro del Aire sino que el Caudillo recurrió a Juan Yagüe Kindelán simpatizó con los aliados de la Segunda Guerra Mundial y figuró en la conspiración monárquica contra Franco. Simpatizó con el Reunido Unido Entrar en detalles de de la discordia entre Franco y Kindelán después de la guerra constituiría una digresión, mas sí consignaré que en su libro "Mis cuaderno de guerra" le eliminó la censura líneas criticandolas decisiones de Franco en el frente del nort. Se dedicó a las conspiraciones que trataron de restaurar en el trono al conde de Barcelona.Por ser el cabecilla del 'manifiesto de Lausana' -1946-, pidiendo la inmediata rstauración de Juan de Borbón, Franco ipso facto ordenó su encarcelamiento; entonces el general Dávila intercedió y consiguió que, en atencios a sus servicios en la guerra ya su edad, no ingresara en la cárcel y fue enviado al exilio a las islas Canarias.
Franco, en fin, muy monárquico pero ante todo franquista. Mientras viva -debió pensar- no hay más rey que yo, que reinará y gobernará. Supo que Mussolini estaba pesaroso de compartir Italia con Victor Manuel III y se sentía molesto por mucho que el rey se adaptó al fascismo.. A Alfonso XII, que le ayudó, siendo monarca, y durante la contienda estuvo pendiente de la misma, haciéndo, además, generosas donaciones para gastos bélicos, le defraudó no restaurándole enel trono. Verdad que sobrevivió poco a la guerra, pero au cuando no hubiera sido así le quitó toda esperanza, fue duro,cruel, con él, espetándole su rechazo para siempre por los errores que había cometido a lo largo de su reinado. Del comportamiento que tuvo con su hijo y sucesor, el príncipe de Asturias, ya he indicado algo sustancial: lo que afecta al teniente general Kindelán, creador del Cuerpo de Aviación.
Puede decirse que después de la implantación de la Segunda República, que dio al traste con la monarquía, el Caudillo evitó durante su vida el retorno de ella, él se bastó para reinar y gobernar, hizo de rey y no, precisamente, constitucional.
Los dictadores, aunque sea triste tienen su razón de existir, se les culpa a ellos como seres criminales, sangrientos, que se gozan en derramar sangre, en realizar crímenes,en firmar penas de muerte, pero si existen es por sus simpatizantes y aun fanáticos, por las aplastantes masas que los siguieron, sin éstas no hubiera habido un Stalin, Mussolini, Hitler, Franco, en Europa, o Videla en la Argentina, o Pinochet, en Chile. Mussolini y Hitler perdieron la Segunda Guerra Mundial, ganada por Stalin, Churcill y Roosevelt, que hallaron gloria mientras ellos ignominiosa muerte, sobre todo el dictador italiano. Si de Franco se decía que tenía buena suerte, especie de don milagroso para salvar la vida repetidas veces, como le atrbuían los rifeños, quedó patente al poder mantener su dictadura tras la caída del Eje y morir de muerte natural. Ni siquiera hubo de ser perseguido por la Justicia, murió en olor de multitud, no llegó a verse abandonado por ésta. Que cierto es también entre sus engañados surgen desengañados, tienen atentados, y se mantienen en el mando de modo o manera indicada por León Tolstói: Los Estados necesitan ejércitos para protegerse de sus súbditos esclavizados y oprimidos. Lo de gobernar para todos es un mito, la política no tiene esta cualidad excelente, no lo ha puesto de relieve ningún político. ¿Qué Estado, qué régimen político, no ha causado daño a equis sector de la sociedad? Cada uno arrima el ascua a su sardina, que es decir a su partido y en primer lugar a sí mismo. La inmensa mayoría de la 'casta política', o políticos de hoy día, practicaron la caridad bien entendida, la que empieza por uno mismo, ¡y encima los llamamos corruptos!
No puede decirse que se desploma, porque no se hizo a plomada sino con enormes desviaciones, se está hundiendo y no es poco lo que ha durado y aún dura, pero se va desmoronando con bastante rapidez últimamente. Se impuso un rey velis nolis, quieras o no quieras, a golpe de franquismo y de Constitución; ésta ha sido la entrada de Juan Carlos de Borbón y Borbón -por enésima vez endogamia al canto- por libérrima voluntad del dictador Franco en instaurar la monarquía en la persona que designara y reservándose el derecho hasta su muerte de posibilidad de rectificación en el elegido.
Franco quiso un rey, pero no darle paso mientras el viviera. Y, así,se enfrentó a algunos de sus generales monárquicos, cual el caso de Alfredo Kindelán , monárquico acerrimo, que quiso restablecer la monarquía tras acabar la guerra, la restauración de Alfonso XIII. Por ello no fue nombrado ministro del Aire sino que el Caudillo recurrió a Juan Yagüe Kindelán simpatizó con los aliados de la Segunda Guerra Mundial y figuró en la conspiración monárquica contra Franco. Simpatizó con el Reunido Unido Entrar en detalles de de la discordia entre Franco y Kindelán después de la guerra constituiría una digresión, mas sí consignaré que en su libro "Mis cuaderno de guerra" le eliminó la censura líneas criticandolas decisiones de Franco en el frente del nort. Se dedicó a las conspiraciones que trataron de restaurar en el trono al conde de Barcelona.Por ser el cabecilla del 'manifiesto de Lausana' -1946-, pidiendo la inmediata rstauración de Juan de Borbón, Franco ipso facto ordenó su encarcelamiento; entonces el general Dávila intercedió y consiguió que, en atencios a sus servicios en la guerra ya su edad, no ingresara en la cárcel y fue enviado al exilio a las islas Canarias.
Franco, en fin, muy monárquico pero ante todo franquista. Mientras viva -debió pensar- no hay más rey que yo, que reinará y gobernará. Supo que Mussolini estaba pesaroso de compartir Italia con Victor Manuel III y se sentía molesto por mucho que el rey se adaptó al fascismo.. A Alfonso XII, que le ayudó, siendo monarca, y durante la contienda estuvo pendiente de la misma, haciéndo, además, generosas donaciones para gastos bélicos, le defraudó no restaurándole enel trono. Verdad que sobrevivió poco a la guerra, pero au cuando no hubiera sido así le quitó toda esperanza, fue duro,cruel, con él, espetándole su rechazo para siempre por los errores que había cometido a lo largo de su reinado. Del comportamiento que tuvo con su hijo y sucesor, el príncipe de Asturias, ya he indicado algo sustancial: lo que afecta al teniente general Kindelán, creador del Cuerpo de Aviación.
Puede decirse que después de la implantación de la Segunda República, que dio al traste con la monarquía, el Caudillo evitó durante su vida el retorno de ella, él se bastó para reinar y gobernar, hizo de rey y no, precisamente, constitucional.
Los dictadores, aunque sea triste tienen su razón de existir, se les culpa a ellos como seres criminales, sangrientos, que se gozan en derramar sangre, en realizar crímenes,en firmar penas de muerte, pero si existen es por sus simpatizantes y aun fanáticos, por las aplastantes masas que los siguieron, sin éstas no hubiera habido un Stalin, Mussolini, Hitler, Franco, en Europa, o Videla en la Argentina, o Pinochet, en Chile. Mussolini y Hitler perdieron la Segunda Guerra Mundial, ganada por Stalin, Churcill y Roosevelt, que hallaron gloria mientras ellos ignominiosa muerte, sobre todo el dictador italiano. Si de Franco se decía que tenía buena suerte, especie de don milagroso para salvar la vida repetidas veces, como le atrbuían los rifeños, quedó patente al poder mantener su dictadura tras la caída del Eje y morir de muerte natural. Ni siquiera hubo de ser perseguido por la Justicia, murió en olor de multitud, no llegó a verse abandonado por ésta. Que cierto es también entre sus engañados surgen desengañados, tienen atentados, y se mantienen en el mando de modo o manera indicada por León Tolstói: Los Estados necesitan ejércitos para protegerse de sus súbditos esclavizados y oprimidos. Lo de gobernar para todos es un mito, la política no tiene esta cualidad excelente, no lo ha puesto de relieve ningún político. ¿Qué Estado, qué régimen político, no ha causado daño a equis sector de la sociedad? Cada uno arrima el ascua a su sardina, que es decir a su partido y en primer lugar a sí mismo. La inmensa mayoría de la 'casta política', o políticos de hoy día, practicaron la caridad bien entendida, la que empieza por uno mismo, ¡y encima los llamamos corruptos!
La monarquía inútil.
Monárquico es quien asume e interioriza su
inferioridad. Monárquico es sinónimo de servil.
- Enrique de Diego -
Tal es el título de un libro de del periodista y escritor de Segovia, Enrique de Diego, en el que presenta claramente lo que esta arcaica institución tiene de inservible desde ha mucho tiempo, mientras, por otra parte, resulta ya inaceptable su fundamento: A Deo rex, a rege lex, de Dios el rey, Es el principio de la monaruía absoluta con que con que se justificaba el poder real por su origen divino, camelo, como noticia falsa, que a esta altura de la civilización no puede aceptarse, aprobarse, dar por bueno. La monarquía absolutista cayó ante la monarquía constitucional, sin embago, y como seha dicho, no hay rey que teniendo suficiente no se convierta en adsoluto. De tal manera actuó la reina gobernadora Maia Cristina de Nápoles, cuarta esposa de Fernando VII, Isabel II y Alfonso XIII que no en balde perdieron el trono y fueron expatriados, bisabuel, abuela y nieto fueron de conducta no ejemplar. ¡Ay del del séptimo Mandamiento de laey de Dios! A María Cristina vamos a dejarla con su boda morgánática con Fernando Muñoz (Fernando VIII, como era llamado jocosamente por el pueblo, y en cuanto a su citada hija y a su bisnieto con el amante, en ella, o la amante, en él, que fueron incontables. Isabel II era una ninfómana, y Alfonso XIII un donjuán.