miércoles, 31 de diciembre de 2014

La vida íntima de la patológica dinastía Borbón ( I I )

Dinastía Borbón durante los siglos XIX, XX y XXI: 


Fernando VII (1808-1833), Isabel II (1833-1868), Alfonso XII (1875-1885), Alfonso XIII (1885-1931), Juan Carlos I (1975-2014) y Felipe VI a partir del 19 de junio de 2014. 

Fernando VII el Felón. 

Pocas vidas humanas producen mayor repulsión que la de aquel traidor integral, sin asomos de responsabilidad y de conciencia. - Dr. Marañón - 
 
¿Cómo era físicamente? Martínez Olmedilla hace estos dos retratos en "La cuarta esposa de Fernando VII". 
Contaba por entonces el heredero de la corona dieciséis años, y era un mozuelo enclenque y desvaído, con nariz prominente y nuez fenomenal [...], feo, enfermizo. 
¿Cómo era moralmente?
Poco aficionado al estudio, y por ende, dotado de enciclopédica incultura, sin más ideas que las poquísimas que logró inculcarle su maestro, el canónigo Escoiquiz, y que pudieron reducirse a tres: "El soberano, por la gracia de Dios, debe odiar a todo aquel que intente mermar su omnipotencia. Un rey debe desconfiar de todos los que le rodean. El monarca no debe entregarse a nadie, para no ser vendido".
Sus matrimonios.

Antonia de Nápoles "Totó" (1804-1806). De ella se da únicamente esta escueta nota en "Memorias de las reinas católicas de España":
La primera esposa de Fernando VII fue doña María Antonia de Nápoles hija de Fernando IV y María Carolina. Contrajeron matrimonio en noviembre de 1804. Bella, dulce y tuberculosa. María Antonia falleció en 1806. No llegó, pues, a ser reina de España. 
"Habían dicho a María Antonia -comenta Olmedilla- que su novio era un apuesto doncel, como hubiera podido imaginarlo en sus ensueños juveniles, y al ver a Fernando, tosco, desagradable, con sus narices descomunales y sus nada cortesanas maneras, fue tan grande la disilusión, que prorrumpió en amarguísimo llanto, cuyo porqué, se abstuvo de decir, como es lógico, salvo a sus camareras Susana y Magdalena Dehier, que la acompañaban desde Nápoles, y en la que, pese a la diferencia de alcurnia, veía más que servidoras, confidentes y amigas. / Y comenzó para aquella pobre muchacha la calle de la Amargura, que fue su desdichado matrimonio".     
 
En verdad que "Totó" estaba molesta con su suegra, y viceversa; se crea a través de Carolina de Náples, el partido fernandino, contra Godoy, que es dirigido por el canónigo Escoiquiz, el duque del Infantado, el de San Carlos, el de Ayerbe y el conde de Montijo que desembocó en el motín de Aranjuez, poniendo fin a la privanza del Choricero. No en el trío, como ya hemos visto. Se sospecha que María Luisa con Godoy tomaron represalia y... Existe la versión de que envenenaron a la princesa.

Isabel María Asís Braganza (1816-1818), hija de Juan VI y de su esposa la infanta española doña Carlota Joaquina, hermana de los pretendientes Fernando y Carlos. Vinieron ambas  hermanas para celebrar a la vez ambos enlaces matrimoniales con sus respectivos tíos carnales. Carlos con María Francisca. Hurra por la endogamia. 

Podemos leer en la web: "La real jodienda no tiene enmienda", lo tolerante que fue con el crápula de su marido. 
Gustava el rey acabar sus juergas en el burdenl de Pepa la Malagueña, y allí, como si fuera un quinceañero, hacía competiciones para ver quien la tenía más grande, jugando con ventaja porque sabía que él era el gran espadón de la corte. Alardeando de que la muchachas vírgenes que se hacía llevar a palacio: "Salen de mi alcoba seguras de que ningún hombre podrá darles el goce que han tenido conmigo. Y el muy guarro añadía: ¿Y sabes lo que más me gusta después del placer de poseerlas?, pues coleccionar los trapos en los que han dejado la prueba de su doncellez".  
¡Qué pena el destino de tantas y tantas reinas! Véamos a que extremo  lo es.
La reina, humillada y olvidada, se viste y peina como lo hacen las putas de Madrid. De madrugada, a la hora aproximada que el rey solía llegar a palacio, se planta en lo alto de las escaleras vestida como una puta, con dos claveles en el moño. Cuando Fernando ve a su mujer de esta guisa, se tira hacia ella, la rodea con los brazos y a pesar del desgaste de la noche, cumple con su esposa allí mismo.
María Josefa Amalia de Sajonia (1819-1829). Es hija del elector Maximiliano de Sajonia y de su esposa Carolina de Borbón-Palma. Expone el P. Florez:
Según cuentan los cronistas coetáneos, tenía la tercera esposa de Fernando VII un carácter apocado, mucha frigidez amorosa y una tendencia excesiva a las obras pías. Era un ser más hecho para el claustro que para el tálamo. La boda se verificó el 20 de octubre de 1819, en el Real Palacio de Madrid.
Es natural que tuviera tal modo de ser, iba desde un convento en el que se había educado con tendencia a profesar, habiéndose quedado muy pronto huérfana de madre. Aparte de que pudiera no atraerle el matrimonio en general, no es de extrañar no le gustara su marido, más feo que Picio..

María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (!829-1833). Hija del rey Francisco I de Nápoles y de su esposa María Isabel, hermana de Fernando, o sea, eligió para su cuarta esposa a esta sobrina carnal. Ésta no era una inocente criatura, que digamos, ya había tenido su aventura. Le dio a su tío esposo dos hijas, Isabel y María Luisa. Y como viuda fue una verdadera vergüenza para la Historia de España; en su matrimonio morganático a Fernando Muñoz le dió más hijos. No voy a decir nada aquí de este "Fernando VIII", si consignar estas líneas de la biografía Yo, Serrano, el "general bonito", de Eduardo G. Rico, capítulo en que habla "Del amor y de la revolución.
Un cambio de Gobierno a su debido tiempo, el alejamiento de tu madre y una mínima condena de la corrupción dominante, te hubiera salvado de aquella angustia. Pienso hoy que, de todos modos, tales medidas no se hallaban a tu alcance. ¿Es que no estaba toda la familia real comprometida en los negocios de ferrocariles por las ventas de terrenos que formaban parte del real patrimonio? Y, mirando hacia atrás, ¿con qué financió tu madre, desde París, el pronunciamento contra Esparteros y la llamada "Orden Militar Española"? El propio rey Luís Felipe reconocería que Cristina había llegado a París atiborrada de oro.              
La inepta Isabel ya cogió un debarajuste político. Su madre y padrastro fueron, al fin, expulsados de España por cacos. 

sábado, 27 de diciembre de 2014

Un discurso que cojea

Ei discurso fue de salir del apuro y seguir tirando con una herencia sui generis, muy especial, cual es el destino de rey, que pretende pasar de padres a hijos y hasta de parientes a parientes, cual si de una finca se tratara. . 


No admiten los catalanes que alguien les dé lecciones de convivencia, aunque lleve corona, y se le pide al Rey, y aquí no tiene razón Francec Maciás que autorice un referéndum. Esto no está al alcance de Felipe VI, que reina pero no gobierna; él no puede determinar' absolutamente nada en política. Sí, por el contrario, es razonable  que otro catalán repruebe, considere irónico, que pida no exista trato de favor a cargos políticos, siendo él "un cargo público elegido de por vida ilegalmente irresponsable". Efectivamente; al menos podía rechazar lo de continuar tabú como su padre. Se da visiblemente el dho de consejos doy y para mí no tengo.

Jaime Peñafiel, ápud "La Casa Real no abdica de la reverencia", rechaza de plano éstas:
Hace tiempo que vengo criticando las reverencias a la Familia Real, tanto en las audiencias como en las recepciones. No entiendo que una fórmula de protocolo tan humillante para quien la hace, e incluso para quien la recibe, se siga manteniendo. [...] Pensaba que con la abdicación de don Juan Carlos y el advenimiento del sucesor a la Jefatura del Estado, esa fórmula, que no se contempla en el protocolo, se suprimiría, Va a ser que,
Cuatro estómagos agradecidos a la institución monárquica se sacaron de la manga ante los impropios matrimonios de la infantas y el aún más inconveniente, ajeno, del príncipe que lo que ocurre con la monarquía es que se está modernizando. ¿Hubiera pensado así el abuelo paterno Juan de Bobón y Battemberg? Ante el matrimonio de su nieto hubiera sufrido.  Todos sabemos que don Juan Carlos I no dejó de oponerse, pero que si quieres, su hijo le hizo pasar por las horcas caudinas, y entonces se aplicó a facilitar el camino para la boda sin protesta por parte alguna, que se diese oficialmente por realizable, Naturalmente que le convenía defender a ultranza su ouesto de trabajo y el hereditariamente implica la Corona. Consigió pasar a doña Letizia como Princesa de Asturias consorte. Ya lo demás vendría por añadidura: la reina. A gusto o no del resto de monárquicos que queden, y de la nación en general, está impuesta por su enamorado, atendiendo exclusivamente a su enamoramiento, Es evidente -a ello ya dediqué un articulo-  que el entonces Príncipe de Asturias no estuvo atento en lo más mínimo a la elección de  futura reina, sino de  novia a su exclusivo gusto. 

No se suprime el protocolo, sí se vitupera la corrupción.

El rey Felipe y la reina consorte han sido 'modernos' en unas cosas, pero nequaquam, de ninguna manera, en cuamto a suprimir la himillante reverencia. En suma, y conforme afirma Jiménez Losantos, Felipe como rey, hasta aquí no ha hecho nada malo ni nada bueno. A él ha de gustarle las reverencias, y no digamos a la reina Letizia, pues, como dice un conocido  aforismo, si colocamos de rey -o reina- a un mendigo, se comportará como un rey. Fácil, por mucho cuento que le echen, transformarse en rey o reina. La que hoy tiene España, que no era una mendiga pero no de sangre azul, ni rica, sino de modestos labores,  no se molestará, má bien todo lo contrario, por recibir arrodillarzos tanto de personas corrientes y molientes como de aristrocracia de la sangre o del talento, lo mejor de la clase social en cualquier faceta.  Se  ha situado en una peana para reverencias a lo Edad Media; que ello perdure, no siendo actualmente obligatorio, implica que el el rastrero, el servil, es especie que no se extingue. 

En cuanto a la corrupción, ¿qué otra cosa puede hacer un rey constitucional que vituperarla? ¡Pero si, incluso, así lo hizo en un discurso de Nochebuena, de cara al descubrimiento de la delictiva conducta de su yerno Iñaki Urdangarin, el  anterior monarca! 

¿Y del paro qué?

Del paro no puede, asimismo, más que mostrar su contrariedad. Y lo ha hecho. Ya no se trata del siempre paro obrero -o de los administrativos cuando entraban o saliian según el turno político- , ahora es enorme la falta de salida para prestigiosas, brillantes, profesiones. No hay brotes verdes que valgan en los contratos laborales, con excepción de don Felipe de Borbón..                                                                             

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 Por mentir que no quede, Rajoy habla de que la crisis es en muchos aspectos historia [él concreta diciendo "historia del pasado"; debe conocer mucho la historia del presente y del futuro], No será en  lo relativo al paro 
                                                                                    
Por su parte la señora Cospedal propala que los parados están pasando a obtener un contrato laboral y de calidad. Sí y, pues estamos a últimos de año, ya se aproximan los Reyes Mayos, exponen que van a hacer más digno el salario mínimo interprofesional: se subirá 3 €.
                                                                            
 

El importe de salario mínimo reflejado en la tabla,  se encuentra prorrateando en 12 pagasActualmente en España el SMI está en 645,30 € en base a un modelo de 14 pagas. 
 
Broche de oro al discurso.

El Rey en su pertinente rechazo a los corruptos no hizo mención de ninguno -se lleva la palma Jordi Pujol & familia por ser favorecidos por el bipartito- . Obviamente no la iba a hacer de su hermana y menos exponer que ella, su marido e hijos pasarían  la Nochebuena en La Zarzuela  como siempre. Menos mal que no el día de Navidad. Se ocultó, mas ya es notorio. A partir de este hecho hay que echarle mucha esperanza en que no haya influencia "real" en el juicio a la infanta cuando llegue el momento. 
 






miércoles, 24 de diciembre de 2014

FALLO DE LA POLÍTICA Y MENTIRAS EN LA ESPAÑA DE LA CORRUPCIÓN

El principio del Gobierno democrático es la virtud.
                           - Montesquieu - 

Sí, es incuestionable que 'la acción virtuosa o recto modo de proceder' es lo básico en una democracia. Esta, por mucho que se hable de su existencia, brilla por su ausencia en España. Ya sabemos lo que dijo Antonio Gala al respecto. 

 Mariano Rajoy no es tanto ser gafe como pretender engañar. Por fanáticos que haya tenido -hoy está súper visto en su engaño- nadie puede creerle, por ejemplo, cuando asegura: Estoy convencido de la inocencia de la Infanta. ¡Pues ya tiene voluntad de engañarse! Será más bien de engañar en su propio beneficio.   
                                                                                   

No pudo engañarse con su íntimo amigo y protegido Luís Bárcenas con quien dirigió unos SMS de ánimo y esperanza. También solía equivocarse Aznar, recordemos cómo sacó la cara por Jaume Matas.¡Pero qué políticos habá en el PP, que hoy están en la cárcel o camino de ella! Es de verdadera inverecundia lo qu está ocurriendo, que sólo puede alcanzarla mayor tratando de evitar tapar la corrupción. Ésta gracias a la presión social está saliendo a la vista y siendo castgada; todo lo que sea no facilitarlo es delito. Y el país está harto de tantos corruptos, siendo lógica y natural su indignación ante políticos que no actuan drásticamente ante la corrupción -no valen paños calientes-, que parece ser piensan a lo Sancho Panza: Vale más dejallo que meneallo. Pues no señor, ante todo la honradez, y en el político es de absoluta necesidad que sea su principal cualidad.¿Qué decir de un Gobierno que se halla bajo sospecha de corrupción de alguno de sus miembros y que por ello tal ministro tiene que dimitir? Por añadidura que al dimitente le premie. No así al fiscal general del Estado que ha dimitido por falta de sintonía con Rajoy, según queda patente en estas palabras del aludido Sr. Torres-Dulce: No toleraré nunca que el Gobierno me diga lo que tengo que hacer, porque sería un delito. Si tengo que sostener posición contraria al Gobierno, la sostengo.  Y en tanto esta dimisión, los jueces del Supremo presentan un escrito cargando contra el Gobierno y le acusa de injerencia

Espíritu de caco o idiotez. 

Contra lo que se cree, los partidos políticos no están llenos de idiotas,                      
                                                                                                                                                   

en cuanto a tonto, sí en bastante medida en engreídos sin fundamento para ello, así como en  la acepción de 'sacar beneficio de las circunstancias que se le presentan favorables, normalmente sin escrúpulos'. Esta indiferencia de conciencia, amoralidad, es lo que ha traído la crisis económica, que a su vez ha generado la política y social. El abuso de confianza ha mandado dominado. Y en esta estamos. 

Rajoy consiguió la mayoría en base a la mentira; ya en el poder actuó de distinta manera a lo prometido. Tomó como disculpa que ignoraba lo que se encontró, ¡ya es mentir!, será porque acababa de ocuparse de la Política, porque se estrenaba como político. Por otra parte no cuadra con tal evasiva el que ofreciera separar el poder judicial del poder ejecutivo, no hay la más mínima relación entre el estado calamitoso que dejó Rodriguez Zapatero a España y que no haya cumplido dicha separación. 

Estamos envueltos en la corrupción y en la mentira, en una corrupción tan descomunal que parece mentira y en una mentira, también enorme, monstruosa. La corrupción y la mentira como manantial que no cesa en su agua, casi a diario se descubren corruptos y la falacia es lo cotidiano. Los que mienten son cristianos pero desprecian olímpicamente el decálogo cristiano que manda no mentir. 

Ya para colmo de la mentira dice Rajoy; En muchos aspectos la crisis es historia del pasado [él debe conocer la historia del presente y del futuro, pero nadie verdaderamente culto, porque la historia corresponde siempre al pasado] y estas navidades van a ser las primeras de la recuperación. Jajay. En la noticia, dada por el diario "El Mundo" ya se le rechaza de plano:

- El paro alcanza los 5,5 de parados y una tasa del 23,67%
- Los salarios cada vez más bajos y la temporalidad son la tónica de los nuevos contratos.
- La deuda pública superará el 100% del PIB y obliga a pagos históricos.
- Uno de cada cinco habitantes vive por debajo del umbral de la pobreza.
- Los desahucios han afectado a 400.000 personas y siguen en aumento. 

Es demasiada... osadía dar la crisis por terminada, dista abismalmente de estarlo en cualquiera de sus facetas. A excepción, como es obvio, de la llamada hoy día casta política y de su a latere, a su lado. Incluso puede darse para algunos aquello de toten revolutum , a río revuelto, ganancia de pescadores, de logreros, especie que no falta en la guerra ni en la paz. 

Una Navidad de apuro para todos. 

Para unos de estrechez, escasez, penuria; para otros, y aquí señalo al bipartito y a la monarquiía, de aprieto, conflicto, dificultad. Su continuidad es imprevisible, y si algo se puede prever no es, precisamente, la continuación de este triunvirato. Duele a los españoles que viven honradamente de su trabajo y/o de sus intereses -y muchos prdieron lo uno y lo otro- la falta de respeto con que son tratados, tratando hasta de quitarles el derecho que otorga la "Carta Magna", tan transgredida, papel mojado que el Gopbierno usa como comodín pero muy lejos de su cumplimiento en cuanto al ciudadano, como, asimismo, la "Carta Internacional de los Derechos Humanos". Ni una ni otra hace referencia a los recortes del Gobierno de Rajoy y a la ley mordaza que pretendió dictatorialmente imponer Gallardón antes de perder su cartera de ministro de Justicia por su absurdo e igualmente mostrarse mandón en cuanto al aborto. Tanto en un caso como en otro era lo que vulgarmente se llama meter la pata. En la ley mordaza la prensa protestó enérgicamente, como del mismo modo la mujer en cuanto a lo que sería para ella una ley injusta. Hay una paremia según la cual cuando el demonio no tiene qué hacer, con el rabo mata moscas; a un ministro de Justicia, y tal como está España, no le falta tarea y ésta no es la de promulgar leyes y para inri injustas.   
                                                                               
   
No se ha de gobernar a golpe de leyes y a través de ellas tiranizar; "el Gobierno peor -Montesquieu dixit- es el que ejerce la tiranía en nombre de las leyes". Aparte de que como también ha consignado tan ilustre filósofo y político francés, una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa. A todo esto Gallardón miraba para otro lado.  E igualmente nada ha querido saber Rajoy de la teoría de la separación de podere de dicho filósofo.

A base de leyes y mentiras no se ha de gobernar. Ya no importa que se entere Gallardón porque dejó el gobierno, mas sí Rajoy, la señora Cospedal, etcétera del Gobierno y del PP. En general del bipartito gobernante, alternativamente, que admitió a Pujol como una especie de virrey de Cataluña  Unos políticos en el punto de mira de los Tribunales de Justicia, aunque, para bien de ellos, con un peligro menor por no ser independiente del Ejecutivo el Poder Judicial, lo que ha traído la ya dicha polémica entre ambos. 

En esta Navidad Pedro J. Ramírez ha presentado su libro titulado Contra unos y otros. Se dice en el resumen del mismo que su prosa brillante, cargada de referencias históricas y literarias, sirvió de cauce a la rebeldía ciudadana frente a los abusos del poder. Su elección fue clara: mientras había quienes defendían al PSOE y quienes defendían al PP. Pedro J. Ramírez se puso del lado de los lectores, del ciudadano de a pie,, fiel a su lema de "publicar o perecer", aunque publicar supusiera a la postre perecer.  

No puede imponerse la mordaza ni el miedo -éste no deja de existir en algún porcentaje-. Y aquí nos expone Montesquieu: Lo único que necesita el despotismo es el miedo. La virtud no le hace ninguna falta y el honor sería peligroso. El miedo también ha pasado a ellos.


Parafraseando una fórmula jurídica.digamos que Rajoy, Cospedal, etcétera, no dicen 'la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad', que no cesan en mentir; ahora bien, ya tienen constancia de que no se les cree en absoluto, que ya no engañan lo más mínimo. 

No me extiendo más en relativa polémica, en atención a la Navidad en cuyas fechas nos encontramos, aparte de que es notorio  y evidente lo que estas navidades de 2014-15 tienen de amargas, por tal o cual concepto, para todos, desde el susodicho Rajoy, tan repudiado y temeroso -se le echa y teme tenerse que ir- a su protegida la Infanta Cristina de la que el día del sorteo de la lotería apareció la noticia de que el juez Castro la sienta en el banquillo y aclara en su auto de 150 páginas que no le es aplicable la doctrina Botín. ¡Y estaba él convencido de que a la infanta le iría bien! Muy difícil de algún tiempo a esta parte se le pone a la mujer de Urdangarin que la safen de su conducta malévola. Por amor, eso sí. Amor al dinero. Amargas navidades desde el que come en comedor de caridad a la magnificencia, ostentación, grandeza con que se sostiene a la costosísima monarquía, familia real y familia del Rey, pero todos familiares. [No digo que pague el país a los parientes] ¡Nefasta perspectiva la de los dos reyes de España y las dos reinas! ¡Pésima política e invadida de corrupción que, repito, tanta ruina y víctimas ha generado. En deninitiva, por fas o por nefas, esta Navidad es de pena; para la hermana de Felipe VI lo es hasta de pena pecuniaria. 

miércoles, 17 de diciembre de 2014

La vida íntima de la patológica dinastía Borbón ( I )

Dinastía Borbón durante el siglo XVIII: 

Felipe V (1701-1724), Luís I (1724), Felipe V, 2ª vez (1724-1746), Fernando VI (1746-1759), Carlos III (1759-1788) y Calos IV (1788-1808). 

 Felipe V

Pasó la mayor parte de su vida enfermo. Fue su primera mujer su prima María Luisa de Saboya con la que se casó en 1701 y tuvieron cuatro hijos. Contrajo segundas nupcias con Isabel de Farnesio en 1714, de cuyo matrimonio nacieron siete.
                                                                                
La pobre Isabel de Farnesio estaba desesperada, y bien sabe Dios que con sobrado motivo. Su esposo, el rey Felipe V, padecía una neurastenia formidable. Claro que entonces no se llamaba así; pero da lo mismo,porque el nombre no hace a la cosa, según nos han dicho, de común acuerdo, los enciclopedistas francees y Pero Grullo. Lo cierto es que el monarca estaba siempre taciturno, de mal talante, sin ganas de comer ni de dormir. No es fácil comprender qué pudiera sucederle para motivar aquel desequilibrio nerviosos, porque entonces era una delicia ser rey : poder onnímodo, tranqilidad social, honores y riquezas sin cuento. Pues nada, el infeliz se aburría de todo, y la reina no sabía qué hacer para distraerle. Organizaba fiestas cortesanas, y él se metía en el último rincón para no ver a nadie. Hizo traer los mejores jardineros versaleses para crear la maravilla de La Granja, y como si tal cosa. Cuando mostró al rey, orgullosa, la estupenda fuente de La Fama, escasamente hizo él una mueca que remedaba una sonrisa. Al enseñarle la Basílica creyé tener un éxito: "Mira, Felipe, qué hermosura; aquí nos enterrarán juntitos." Y el rey no hizo ni la consabida mueca. En fin, como para desesperarse. 
En esto, alguien le habló en la Corte de Farinelli, y la reina le hizo venir para ver si, oyéndole, se aliviaba el melancólico soberano. Sin decirle a éste una alabra, se dispuso todo lo necesario para un concierto en el salón más próximo a la regia alcoba donde Felipe V adolecía de su extraño mal. Farinelle suelta el chorro de su voz, poniendo todo el sentimiento que Carlos VI de Austria le aconsejara, y como mano de santo. El rey rompe a llorar y luego dice que está aliviado. La reina bate palmas, alborozada, y la Corte se conmueve profundamente.
Desde entonces comienza el favoritismo del cantante napolitano, que duró casi un tercio de siglo. En cuanto la neurastenia real se agudizaba, cosa frecuente, la reina hacía cantar a Farinelle; el rey se licuaba en lágrimas y después se quedaba tan contento. 
No es de extrañar que fuese el niño mimado de la Corte, se le dieran habitaciones en el Real Palacio y una pensión de tres mil doblones al año. Nada más justo, puesto que su trabajo era tan útil. Eso sí, a condición de que no cantase en público. Egoista requisito, que ya no parece tan bien.  

Fernando VI. 

De "La demencia de un Rey: Fernando VI (1745-1759) por Excma. Sra. doña Rosa Basante Pol" -2010- Real Academia Nacional de Farmacia -Lecturas Singulares, 9", extraigo "Las patologías del monarca":

Fernando de Borbón y Saboya sufrió todas las enfermedades quedurante la Ilustración eran consideradas consecuencia de su temperamento melancólico-atrabiliario.

Sufrió disfunciones de los aparatos circulatorio, reproductor, respiratorio, genético-urinario, y sobre todo del sistema nerviso central. Padeció de viruelas, trecianas, cefaleas, hernia inguinal, inapetencia, tisis, diarreas, insomnio, estreñimiento y muchas otras, aunque la enfermedad que le causó su muerte, diagnosticada por los médicos de Cámara que cuidaban del Rey "fue "una enfermedad del  cerebro que cursa con demencia mortal", es decir una psicosis maniaco-depresiva o depresión bipolar.

Sus ataques de furia, o los temores a morirse de repente, a sufrir un ccidente o a ahogarse, conformaron obsesivos pensamientos y errático comportamiento. Unas veces estaba eufórico, no paraba de hablar agotando a los que obligaba a escucharle, y otras totalmente depresivo, enmudecía y además no quería ver a nadie, todo ello unido a una agresividad y ataques de ira que producían miedo a las personas de su entorno.

Algunos autores afirman que murió de Alzheimer, entendemos que no, que Fernando VI padeció un claro trastorno bipolar. 

Aunque se trate de un estudio de patología y de farmacopea, no faltan acertadas pinceladas históricas, y así podemos leer.

La subida al trono del Príncipe de Asturias fue amargo veneno que hubo de tragar, sin repugnancia, y cuya acción se manifestó, años más tarde, al comprobar que en contra de lo que ella pensaba ni Fernando VI ni Bárbara de Braganza eran fácilmente manipulables. Por ello los planes estratégicamente diseñados por "La Parmesana" tenían un valladar que era necesario sortear, y la mejor manera era no desear nada bueno a los Monarcas, incordiarlos cuanto fuera posible, para de ese modo acabar cuanto antes con su reinado y así volver ella triunfante, desde su exilio en el Palacio de la Granja de San Ildefonso, al madrileño del Buen Retiro, al menos en cuanto su hijo, Carlos, llegaba de Nápoles a Madrid. 

Esta estrategia pasaba por desgastar, humana y políticamente, a los Reyes, utilizando para ello cualquier motivo argumental, pero sobre todo disponiendo de buenas fuentes de información que, en la medida de lo posible, le aportasen datos de todos, y cada uno, de los movimientos por ellos realizados tanto desde la vertiente política como de la humana.

Hartos los soberanos de tanto malidicencia y traición, acordaron desterrarla a La Granja. El jesuita P. Rávago fue el encargado de entregar, el 3 de julio de 1847, a la Reina Viuda la carta con dicha noticia. Ni que decir cual fue la reacción de la destinataria, y dos días tan sólo tardó en responder al Rey pidéndole explicaciones de su alejamiento de Madrid alegando que nada había hecho para merecer esto. Fernando VI con su autoridad, y rotundidad, le respondió: 
Cuanto propone Vuestra Majesta y cuanto puede discurrir lo he considerado antes de resolver y, pesado todo he resuelto: Lo que yo determino en mis Reinos no admite consulta de nadie antes de ser ejecutado y obedecido. En lo demás hablará mi confesor.                   
Carlos III

Su prosopografía. 

En cuanto a su apariencia personal bien, puede decirse que no era nada agraciado. Bajo de estatura, delgado y enjuto, de cara alargada, labio inferior prominente, ojos pequeños, ligeramente achinados, su enorme nariz resultaba el rasgo más distintivo de toda su figura. A todo ello había que añadir un progresivo enengrecimiento de su piel a causa de la actividad física de la caza, práctica cinegética que continuamente realizaba no sólo por motivos placenteros, sino como una especie de terapia que él consideraba un preventivo ara no caer en el desvarío mental de su padre y de su hermanastro. El retrato con armadura pintado por Rafael Meng confirma los rasgos físico de Carlos maduro y la pintura de Goya, presentándolo en traje de caza, con una leve sonrisa en loslabios entre burlona y bondadosa, lo ha inmortalizado como un rey campechano y poco preocupado por la elegancia en el vestir. 

Su etopeya.

Era de costumbres rutinarias: Nunca alteró su distribución del tiempo ni el orden de su frugal comida, según Dominguez Ortiz. Y a decir de su biógrafo, el conde de Fernán Núñez, "jamás olvidó que era un hombre como los demás.  

                                                                        


Contrajo matrimonio en 1737 con María Amalia de Sajonia, hija de Augusto III de Polonia y de María Josefa de Austria. 

                                                                          
Carlos III y su mujer María Amalia de Sajunia
En materia amorosa era hombre austero, fiel a su esposa, y llevó esa conyugal fidelidad hasta el fin. Su única pasión desmedida: la caza. Con agudeza, Domínguez Ortiz anota que esta pasión contrapesaba la evidente ausencia de pasiones amorosas, musicales, literarias o teatrales. En este sentido, y dado que dedicaba a las tareas de gobierno muy poco tiempo, la caza habría sido para él la única forma de escapar al aburrimiento. 

Si, lo que más tiempo dedicó es a la caza, pero también no poco a hacer hijos de la carne pues fueron éstos nada menos que trece, llegando a adultos siete. El sexto hijo, Felipe Antonio, duque de Calabria, hubo de ser excluido al trono de España y al de Nápoles por ser deficiente mental. El bueno de Carlos III estubo bien rodeado de éstos, así que a cazar sea dicho.  Pensó él que ello le defendería contra la demencia más los placeres intelectuales, que obviamente tampoco apetecía.
                                                                               
Carlos III, por Goya 
Falleció María Amalia el 27 de septiembre de 1760 a las 35 años de edad, a menos de diez meses de encontrarse en España. Le gustaban las corridas de toros, de ellas dijo: "Yo creía que me causarían gran miedo, pero mirando la sangre fría y habilidad de estas gentes, todo temor desaparece, y yo gozo mucho de este espectáculo". Aunque Carlos tenía 44 años, no volvió a casarse, muy satisfecho de su esposa pensó y expresó: "La sucesión en el trono está asegurada, y nuncca hallaré otra esposa equiparable a la difunta reina". No sólo no volvió a contraer nuevas nupcias, sino que no tuvo amoríos; en una ocasión dijo al prior de El Escorial: "Padre, yo no he conocido nunca más mujer que la que Dios me dio; a ésta la amé y estimé como dada por Él, y después de que ella murió me parece que no he faltado a la castidad, aun en cosa leve, con pleno conocimiento". 


Era gran creyente, oía misa y rezaba a diario, pero no beato. Su religiosidad no le impidió para sentar que en cuanto a lo temporal es al soberano al único al que todos los súbditos tienen que obedecer, incluidos los eclesiásticos. No vaciló, como es sabido, en la expulsión 

Murió, a la edad 72 años, con una visión cristiana y pesimista de la vida terenal: "¿Qué dejo yo para que sienta morir, sino cuidados, penas y miseria? He hecho el papel de rey, y se acabó para mí esta comedia".          

domingo, 14 de diciembre de 2014

ESCÁNDALO QUE NO CESA

Al fin el juez Castro va a sentar en el banquillo Cristtna de Borbón y Grecia y rechaza la doctrina Botín que, en su opinión, y ya en la de cualquier ciuddano documentado al efecto, es evidentemente rechazable. Resulta patente que este affaire del matrimonio Urdangarin-Borbón, por mucho que se brinde a la duquesa de Palma, unido a la conducta de su padre en el mismo y en general, descubran amenaza de muerte a la monarquía, una vez más monarchia delenda est. Aunque en el juicio oral el Tribunal Supremo la absuelva, ya que a la vista está, y nunca dicho con más propiedad, que malo si es condenada, y pésimo si no lo es. Porque la sociedad está harta de tanto trinque y de tanta injusticia.. El Partido Popular se defiende a ultranza, aparte de hacer lo posible y lo imposible por salvar a la duquesa de Palma, tratando de quitar de en medio al juez  Ruz que tendría que que citar al ex presidente Aznar y a Rajoy si, como han declarado Arenas y la señora Cospedal, el controlar al tesorero depende del presidente. Por supuesto que aun siguiendo el juez de referencia instruyendo el caso Bárcenas, no se va a atrever a citar, y menos a imputar, al ex presidente y al mismísimo presidente. Vivir para ver, o para no ver. 

La letrina, que no es toda la política española de nuestros días, sí la casi totalidad, se va llenando de sarama, corrupción en progresión geométrica. No cabe la menor duda que, como sostiene rosa Díez, será imposible sacar a España de la corrupción, si no se acaba con la corrupción política en el país. Asimismo, digo yo, es de diáfana claridad el que añada: luchar contra la corrupción no es sólo un imperativo étco. porque es la mayor peste de las lacras, la mayor de las lacras de la democracia. 

Este  1914 que finaliza hemos conmemorado el primer centenario de la  Primera Guerra Mundial; constituyó la hecatombe y holocuasto de todo guerra. España pudo permanecer neutral, pero al cumplirse el centenario  estamos pasando la pena negra, que en bastante medida no deja de ser de tipo sanguinolento al haber también sangre vertida: la de los suicidios que ha motivado la crisis a lo largo de los años que llevamos tenebrosamente sumidos en la misma. Se quiso ocultar, mas ahí está y al gobierno de Rajoy le ha resultado imposible; por mucho que se esconda y las oculte,.él y sus hazañas están muy a la vista. 

En cuanto a las demoledoras batidas de la líder del UPyD he aquí otra exposición indubitabe: 
... se puede ganar la batalla a la corrupción, para ello es imprescindible que los ciudadanos "No perdonen a los corruptos", que retiren su confianza de un partido cuando descubran un corrupto en sus filas o en una institución, pero además que se "metan en la cárcel a los culpables y se les obligue a devolver lo que han robado a los españoles.            
Indubitadamente. Y empieza en la corona, como se inicia la putefración de los peces por la cabeza, Muy pronto había que haberse retirado, y, lamentablemente, no se hizo al PSOE de Felipe González e igualmente en los presidentes siguientes tanto de este partido como del PP. Todos los Gobiernos de la monarquía de Juan Carlos I estuviern llenos de casos de corrupción. Ello se reveló en gran manera cuando el accidente del monarca en Bosuana, en el safari con su amiga de turno, y con el caso Nóos que no dejó de practicar Urdangarin en el Palacio de Marivent. Ya de la Prensa y de los españoles en general cayó la mordaza ante esta monarquía de la ha muchos años se dijo que pasaría a la Historia como la monarquía corrupta de Juan Carlos I.  La circunstancia de una infanta imputada es única en los anales históricos. Y ya por ser original, lo es lo de robar por amar. No lo encuentro en ningún teórico del amor; por ejemplo,desde Ovidio a Ortega y Gasset. Si no tiene mejor salida el abogado defensor de Cristina de Borbón, y no le niego su gran valía profesional... ; bueno, como compensación al indefendible caso tiene a la política a su favor. Ya dijo Rajoy que 'a la infanta le irá bien'. Puede, sin duda, ser apoyada -viene siéndolo-, pero... el horizonte se presenta negro para los Borbones. Y con la nota, no exenta de comicidad, del gran amor de la duquesa de Palma por su duque en-palma-do, que no se cree digno de cárcel. ¡Hurra por la inteligencia y  amoralidad de Iñaqui! Su esposa no le va a la zaga.                                                                               
                                                                             
Banquillo Caso Nóos
Luego esto otro. No debiera ella estar quejosa; primero, porque le han quitado el delito de blanqueo, que supone una rebaja importante de cárcel , y, segundo, teniendo en cuenta que no comparte otros delitos con su marido y que se supone ha debido compartir. Los ocho años de cárcel que debe cumplir, defendidos por la acusación popular Manos Limpias, ya no depende                                                                                     
 

 del buen juez Castro, a quien, sentando en el banquillo a Cristina de Borbón y Grecia y desechando la doctrina Botín, queda incólume su ética profesional. Otros jurídicos la menoscaban con gran inverecundia, y para mayor inri cayendo de bruces en lo peripatético y no como partidarios de Aristóteles.