viernes, 27 de diciembre de 2013

La política de nuestros días y los políticos en clave de chiste

Nada más serio y que cale más hondo en la verdad que el humor. ¡Que buenos sketch podría presentar en la triste realidad política que vivimos el gran humorista Miguel Gila, si viviera. Yo voy a consignar algunos chistes que modelen el terrorífico panorama político que tenemos.  

-La política no tiene pies ni cabeza.
-Ya, pero tiene manos, uñas y bolsillos.


Sí, y eran ratas en tiempos de la conocida zarzuela "La Gran Vía", de Chueca, pero hoy día se les denomina corruptos, más bien chorizos. 

-¿Qué somos?
+¡¡POLITICOS!!
-¿Qué queremos?
+¡¡SACAR ESPAÑA ADELANTE!!
-¿Cómo lo queremos?
+¡¡ROBANDO!!

Es que "eliminan" hasta el que pretenda luchar contra el hambre, la injusticia... Es sacar la sangre más que un vampiro, ya dijo Hakim Bey que el capitalismo es un vampiro que chupa nuestra sangre, nuestra energía, nuestra historia, cultura y futuro.



Hoy políticos y banqueros son cara de la misma moneda; quizá es por lo que quieran que toda sea para ellos. De momento, Adiós clase media:

Nos cayó el castigo de Zapatero y Mariano Rajoy.


Este político se llame como se llame es un chistoso que con sus chistes está rematando el destrozo que hizo Zapatero y además choteándose de los ciudadanos. ¿De dónde sacó que irá al Congreso a dar explicaciones cuando lo conside oportuno? Así se lo hace emitir a sus ministros. Que no Mariano, que no; has de ir cuando lo requieran las circunstancias, no al libitum, a tu voluntad, y tuviste esta salida no podía ser tu presencia más necesaria y urgente. Bueno, él nos dice:


Al menos ha terminado reconociendo su secreto. Sabiéndolo, no debió aceptar el nombramiento a dedo. Aunque fuera el dedo de Aznar. Bien la cagó cuando nombró de tesorero a Luís Bárcenas aun cuando éste parece ser -ya se verá, o continúa largo tiempo oculto- que tuvo algún detalle por su atención. 

Siempre el error y/o la mentira.

¡Tantos hechos raros se han visto a lo largo de la historia! Pero los que hoy ocurren en España están entre los peores. Los políticos han formado una casta que se cree con potestad de dominar, avasallar, a quien sirven y quienes le paga: la sociedad civil. Se supone -Donal Reagan dixit- que la política es la segunda profesión más antigua de la Tierra. He llegado a la conclusión de que guarda una gran semejanza con la primera. "Quizás, quizás, quizás", que dice el bolero. Pero ellas dicen:


Además son unos perjuros los que se tienen por católicos y, como tales, juran su cargo. Mejor quedan, en sentido de mejor juicio, los que, no creyentes, prometen.


En el programa electoral nadie ha mentido tanto como Rajoy, que lo ha hecho al cien por cien. Y luego su manera de proceder contra todo sentido demócrata o, simplemente, humano. Para mayor cinismo habla de democracia, contradiciéndole terminantemente Antonio Gala: "Que  Rajoy diga que España es una "democracia seria" es para pegarle un tiro".


¿Qué ha hecho Rajoy por recortar -y aquí sí que había que meter la tijera a fondo- los privilegios de los políticos? Nada, absolutamente nada. Amén de que continúa, en su estructura, la carga política que España no puede sostener. Nada más lejos de la realidad que, pese a su mayoría absoluta en la elecciones, se atreva a reducir el muy excesivo número de políticos que tiene España,con una Autoeconomías que la hunden. También la ha hundido la corrupción. ¿La persigue Rajoy? ¿Se deja actuar libremente a los jueces? Nos ha dado a los españoles mucho que pensar lo que le ha sucedido al juez Castro al imputar a la infanta Cristina. ¡Qué es esto, qué es esto, es que nos miente hasta el rey? Éste en vez de defender a la ciudadanía contra la corrupción, nombra al mejor abogado catalán como abogado defensor de su hija. ¿Cómo acabará este affaire del matrimonio Urdangarín-Borbón? Es imprevisible porque el pueblo ha empezado a defenderse tenazmente al verse víctima. 

Deben padecer los políticos alguna enfermedad de tipo amnesia. Recordemos:


Tal decía antes, y otros dichos contradictorios ella y varios ministros de hoy. Ya no se rebela exponiendo que "es sencillamente vergonzoso pedirles más esfuerzos a los españoles". Para todos ellos ahora formando Gobierno, ya no es vergonzoso efectuarlo de manera muy superior como, asimismo, auto llevarse la conntraria a cuanto repelían del anterior. ¿Será porque tengan otra vergüenza, por ende, ya no es sencillamete vergonzoso lo que antes lo era?

sábado, 21 de diciembre de 2013

La "ejemplarizante" monarquía de Juan Carlos I - Un vistazo a la funesta política actual


De este tema se ha escrito y se está escribiendo mucho -ego quoque, yo también-, el manantial es inagotable. Recientemente estoy leyendo a quien ya he citado en otro artículo, Enrique de Diego, su "La inútil monarquía", "La historia de España", y otras obras, asi como prestando atención a vídeos de sus entrevistas; en suma, informándome al detalle de su credo político. Quisiera intercalar aquí un vídeo que no siéndome posibe paso a transcribir en gran parte. Ve así, tan acertadamente, el panorama político:
Esto es a lo que nos ha llevado Rubalcaba y Rajoy, el PSOE y el PP, y sobre todo los Borbones. Porque el gran culpable de todo esto es Juan Carlos de Borbón. Yo lo subrayo. El demente que monta esta mierda con todas las Autonomías, el demente que está a sueldo de los saudíes y que promoverá la islaminación de España y una política de emigración, que no es ni política sino de invasión de Juan Carlos para tirarse a todas las que pueda con el dinero del contribuyente; ese degenerado que, por supuesto, estaría ante los Tribunales si no hubiera ese infame artículo en la Constitución, dentro de los innumerables artículos infames de la Constitución, según el cual se le concede la inmunidad para cualquier delito, y los ha cometido todos.
Sigue su manifiesto con extensión e inclusión a la familia. 
Bueno, ya dentro de eso, lo de la ciudadana Cristina Borbón, pues es una vergüenza más. Habitualmente siento vergüenza por la Justicia española, que también habría que ajustar cuentas, porque ha habido muchos jueces politizados por la clase política y gustosamente aceptándolo con sumo placer. [...] Ya que se asume estar en un Consejo de Administración, con la mujer del corrupto, te beneficias de ello, colocas gastos de servicio a la Empresa etcétera. He sentido asco por la Audiencia de Palma, por todas las Audiencias y por el Supremo. Respeto a lo que queda de justicia en España, que es José Castro, y Pablo Rus también, los dosque han roto en buena medida el sistema. [Opino que se ha olvidado de citar a la jueza Anaya] Y ya quedan pocos para que el sistema se vaya abajo, porque pronto se sabrá que el PP no ha pagado ni un impuesto en su vida, que es un paraíso fiscal.
El entrevistador habla y compara con un quídam que por un insignificante robo está en la cárcel, no pudiendo pagar la fianza para salir, mientras que a Cristina y su marido no se les ha visto entrar en prisión cuando ya se sabe que los desfalcos son millonarios. De Diego le ha respondido que no lo verá.  

Iñaki Anasagasti por su parte ha formulado en un artículo publicadoen Deía las preguntas que todos nos hacemos: "¿Por qué si la Justicia es igual para todos el rey está tratando de salvar a su hija Cristina que era la socia de su marido? ¿Por qué no propone un cambio institucional donde él deje de ser irresponsable en virtud de este articulo de la Constitución que le hace impune e inmunne? ¿Por qué no le dice a Urdangarin que devuelva lo robado?" Indibitadamente, cumpliendo con su obligación de rey debiera actuar diametralmente a como viene  haciéndolo: No interferir ni permitir interferencia del Gobierno para evitar que Cristina de Borbón sea imputada y condenada. Había de repugnarle estar blindado contra la Justicia y considerar que la lógica y natural protección contra la misma es no cometer delitos. Por lo que se refiere a exponerle a su yerno que devuelva lo robado es inconcebible si, como es vox populi, le ayudó en sus """negocios""" de tal o cual manera, empezando por silenciarlo y tratar de ponerle a salvo. Cristina de Borbón, por su condición de realeza fue el alma mater del "éxito financiero" y tras caer en manos de los Tribunales de Justicia a la que deben la libertad los componentes de la Empresa, ella incluida. De ser imputados sólo se ha salvado Cristina.

Lo que va del soberano y los políticos al pueblo soberano.

Al rey se le hizo tabú in illo tempore de la Transición y, posteriormente, en la amalgama del monarca con el bipartito, unos y otros, rey y bipartito gobernante, hicieron de su capa un sayo. Nadie controló a nadie, y la Prensa bajo un tácito silencio. Acaso a la familia real, dejándola descontrolada y teniéndola en palmitas, se le hizo un flaco servicio, habida cuenta de cuanto en ella y con ella ha ocurrido. En el seno familiar el rey no pudo predicar con el ejemplo, verbigracia, su yerno Urdangarin quiso secundar como hombre de negocios al suegro e incluso se creyó inmune como él. 

El pueblo al que esta monarquía y política sui generis, singular, excepcional, tiene sufriendo las de Caín -obviamente con más y mayores apuros que en la conocida comedia de los hermanos Álvarez Quintero- está intensamente preocupado por la casta política. Ésta ahora, con la Ley de Seguridad Ciudadana, pretende al parecer que sufra recortes, ruina y cuanto se quiera hacer con él sin decir ni pío. ¡Adiós clases medias, sólo multimillonarios y esclavos!  Y "a callar", que diría doña Pi.        
                                                                                  
Rajoy y los no debidamente perseguidos y castigados ladrones -en estos tiempos se emplea el eufemismo de corruptos o chorizos- lo quieren así. La pedredumbre que siga, se tapa y ya está. Hasta contra los labios del ciudadano Rajoy quiere emplear las tijeras.
                                                                                 
Le vendrá bien también a Urdangarin y su cónyuge de la realeza. A esta familia en total. Ninguno de ellos ha cumplido con los cánones de la monarquía, incumplieron todas sus reglas.                                          

De cómo y hasta qué extremo he hablado largo y tendido en anteriores artículos -no he de repetirme, pues-, si he de significar en este el alea jacta est, de la monarquía en España -que además no se va a cambiar por otra como se hizo de Isabel II Amadeo de Saboya-. La monarquía continúa ya por inercia, pero periclitante. No se quiere la institución y tampoco a sus componentes cuya dura crítica es progresiva y está llamada a un gran avance de repulsa si, como todo viene a indicar, se queda en agua de borrajas el "caso Noos" en el que tan culpable es Urdangarín como su esposa, y esta con más delito, si cabe, por su condición de infanta.     

domingo, 15 de diciembre de 2013

JUANA I DE CASTILLA, LA REINA PROPIETARIA QUE NUNCA REINÓ ( I I )

Actuación de la Reina ante el cadáver de su marido. 

En su modo de actuar está las incontrovertibles muestras que evidencian su demencia, resultando inverosímil que haya historiadores que nieguen su enfermedad mental. 

Los servidores flamencos del  Archiduque procedieron a su embalsamamiento, mas autor hay que dice que se efectuó mal, que no dejaba de exhalar mal olor. A decir del susodicho historiador alemán:
... el corazón lo mandaron a Flandes en un estuche de oro. Felipe, según su última voluntad, deseaba descansar en el panteón real de Granada. Pero Juana no se acomodó a ello. Tan sólo permitió que depositaran transitoriamente el ataúd en la Cartuja de Miraflores, cerca de Burgos. Allí iba cada tres o cuatro días, mandaba abrir el féretro y examinaba si el cadáver tenía todo en buen orden, si no lo habían robado, cambiado o profanado.
Al surgir una epidemia se fue doña Juana de Burgos a Torquemada, llevándose el ataúd. En balde fue que el gobierno tratara de disuadirla, así como que el arzobispo de Burgos le manifestase que las leyes del Reino lo prohibían, realizó su voluntad. En el Epistolario de Anglería podemos leer. 
Así, pues, desenterró al marido el 20 de diciembre. Lo vimos colocado, dentro de una caja de plomo, recubierta con otra de madera, todos los embajadores presentes, a los cuales, una vez abierta la caja, nos llamó para que reconociésemos el cuerpo...
Y he aquí cómo expone el macabro viaje por Castilla la Vieja: de Burgos a Torquemada, de Torquemada a Hornillos, de Hornillos a Tórtoles, de Tórtoles a Arcos y de Arcos a Todesillas:
En un carruaje tirado por cuatro caballos traídos de Frisia hacemos su transporte. Damos escolta al féretro, recubierto con regio ornato de seda y oro. Nos detuvimos en Torquemada... En el templo parroquial guardan el cadáver soldados armados, como si los enemigos hubieran de dar el asalto a las murallas. Severísimamente se prohibe la entrada a toda mujer. La queman los mismos celos que la atormentaban cuando vivía su marido.
En Torquemada dio a luz el 14 de enero de 1507 a Catalina, es decir, a los veinticinco días de este peregrimar sin sentido. Refiere también Anglería, asistente en tales jornadas,que en camino a Hornillos: :
Cuando supo que era fémina la comunidad, inmediatamente dio órdenes para que trasladasen el féretro de allí y, a campo descubierto, a cielo raso, mandó que sacasen el cadáver durante la noche, a la débil luz de las hachas, que apenas si dejaban arder la violencia del viento. Unos artesanos venidos abrieron la caja de madera y la de plomo. Después de contemplar el cadáver del marido, llamando a los nobles como testigos, mando de nuevo cerrarlo y que a hombros lo trasladasen a Hornillos   
Este deambular de la Reina por la mencionada zona castellana lo plasmó el aragonés Francisco Pradilla Ortiz (1848-1921), pintor de Historia. Pintó de esta época La Rendición de Granada, Bautizo del Príncipe Juan, Juana la Loca, recluida en Tordesillas. 
                                              
Doña Juana la Loca, ante el féretro de su esposo 
Triste situación de Castilla, hambre, peste, anarquía.  

Se encargó al arzobispo Cisneros el gobierno hasta que el rey Fernando viniera; Juana se inhibía de sus obligaciones como reina, vivía entregada al culto del cadáver de su marido. Cisneros le envió emisarios rogándole volviera pronto, pero, queriendo hacerse desear, no lo efectuó hasta julio de 1507. El reino se encontraba en el caos; dice literalmente Alfredo Opisso, en su "Historia de España y de las repúblicas latino-americanas":

Los partidos se hacían cruda guerra. Si el pueblo obedecá a los regentes -Cisneros, el condestable, Nájera- en cambio, cada noble tiraba por su lado y no reconocía más autoridad que la suya. El duque de Medinasidonia se atrevía a poner sitio a Gibraltar, suponiendo que era suyo; el conde de Lemos, queriendo restaurar el antiguo feudalismo, se apoderaba de Ponferrada. / Además, contaban también con partidarios para ocupar el trono de Castilla, el rey de Portugal y el rey de Navarra, contra todas cuyas facciones tenía que luchar enérgicamente Cisneros. 
El mismo historiador nos habla sucinta y exactamente de la nueva presencia del rey Fernado en Castilla:
La presencia de D. Fernando el Católico en Castilla reavivó el celo de sus partidarios e hizo reflexionar mejor a algunos de sus contrarios. Salieron a su encuentro su hijo bastardo don Alfonso, el arzobispo de Zaragoza, los duque de Medinaceli y de Alburquerque, el condestable de Castilla, el marqués de Villena (su hasta entonces irreconciliable enemigo), Ureña, Cisneros, prelados, nobles y señores que veían en el rey D. Fernando el nuevo amo, ahora sin competidor. / "¡Oh Castilla, exclama Pedro Mártir de Anglería, furibundo fernandista, por fin has encontrado la luz que habías perdido!"   
Se encontraba en Nápoles cuando murió su detestable yerno, cuyo reino le había conquistado en 1504 Gonzalo Fernández de Córdoba en larga lucha contra Francia. En Tórtoles se entrevisto con Juana, deseó llevarla a Burgos, mas ella se negó por haber muerto allí su marido. Cuando se separaron quedó, en Arcos, acompañada de su madastra, que a tal fin se había trasladado desde Valencia. Y según Luís Suárez, en su obra "Los Reyes Católicos", a este respecto hay un dato significativo: fue Germana de Foix quien, con mayor frecuencia y muestras de afecto, acudirá a visitar y consolar a la triste loca. También que Juana siempre tuvo palabras de amor y confianza para su padre. A lo que algún otro autor añade que, dado lo fecunda que ha sido, le formula su madastra  posible asesoramiento sobre este particular. Tanto el padre como la madastra se fueron alejando de ella, Juana se encontraría cada vez más sola. 
  
Al hacerse cargo de la regencia reunió Fernando cortes en Burgos para ser jurado como regente hasta ser mayor de edad su nieto Carlos. Para deshacerse de su hija le insta a que acepte matrimoniar con el monarca inglés, el cual la pretenda; Ludwig Pfandl lo ve así:   

Un nuevo proyecto de casamiento le pareció a Fernando que ofrecía la deseada posibilidad de alejar del país a la mujer y reina tan digna de compasión. Enrique VII de Inglaterra estaba dispuesto a casarse con ella. Aseguró que no le importaba el estado mental de Juana. Había demostrado que era fecunda y prolífica, y eso era lo princpal. Le convenía callar que su idea dominante era la pacífica anexión de España a la dinastía inglesa.
Obviamente no cabe pensar otra cosa al serle indiferente su demencia y ser madre de seis hijos; cierto que él tampoco era personalmente una buena proporción para ella. Tenía cincuenta años, mala salud y, por ande, mal aspecto; padecía además de halitosis. Pero sigamos la opinión del referido autor:
Fernando, cuya hija menor, Catalina, era ya viuda de un hijo de Enrique VII y esposa del hijo siguiente de éste, el futuro Enrique VIII, nada tuvo que oponer contra la ética de estos principios ingleses, y aprobó el plan. 
Catalina terció a favor de su suegro. Pero lo fundamental para este enlace matrimonial es que Juana acceda a que se dé sepultura a Felipe el Hermoso, y para ello Fernando el Católico solicita de Julio II un breve instando a Juana a ello. Todo es inútil, ni enterramiento ni boda. Ésta se hizo imposible, pues Enrique VII muere de una tisis galopante el 21 de abril de 1509. 
Cuando el rey Fernando vio definitivamente frustado el proyecto de casamiento de Juana con Enrique VII, por haber fallecido éste, tomó una resolución violenta : intenó a Juana en el castillo de Tordesillas, no lejos de Valladolid. (L. Pfandl).
La forma de efectuarlo la detalla, por ejemplo, el P. Enrique Florez de Setien ya citado: 
Para esto, después de haberla tratado unos días con amor, entró en su cuarto tres horas antes de amanecer, para que el día no la sirviese de disculpa (pues no quería caminar sino de noche), y logró sacarla después de anochecido, conviniendo en ello la reina, como también ponerse vestidos correspondientes a su real dignidad. Llevaron consigo el cuerpo del rey don Felipe, que la reina no quiso apartar de sí, y le colocaron en Santa Clara, de Tordesillas, pasando allí la reina en el palacio, desde donde podía ver el túmulo del marido, y no se movió de allí en todo el resto de su vida, que pasó de cuarenta y siete años. 

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Juana I de Castilla, la reina propietaria que nunca reinó (I)

Juana de Castilla, denominada "La loca"

Juana de Trastamara y Trastamara nació en Toledo el 6 de noviembre de 1479 y falleció en Tordesillas (Valladolid) el 12 de abril de 1555 a la edad, pues, de 75 años. Es el tercer vástago de Fernando de Trastamara Enríquez y de Isabel de Trastara Avis, los Reyes Católicos por la gracia del papa valenciano Alejandro Borja, otorgada a Fernando en un quid pro quo. Dicen que físicamente tenía gran parecido con su abuela paterna, Juana Enríquez, y que por ello su padre la llamaba jocosamente "mi madre", e Isabel "mi suegra". No sé si Isabel llegó a entender y dirigir a su hija; según su destacado biógrafo -en extensión de biografía de las múltiples existentes sobre Isabel la Católica- Tarsicio Azcona, nunca llegó a entender y dirigir". Lo que está claro es que siempre fue dirigida, primero por su marido, luego por su padre, posteriormente por su hijo Carlos.


Política matrimonial de los Reyes Católicos.

Lograron en principio las bodas que desearon para sus hijos, pero no alcanzaron, ni mucho menos la perspectiva deseada mediante las mismas. Como padres hubieron de sufrir mucho con los hijos; parece que la providencia les castigaba por lo que sin duda sufrirían Enrique IV y Juana de Portugal al ver cómo pretendían arrebatar la corona a su marido y, el día de mañana, a su hija -"su" de ambos-.

Casaron a Isabel con el príncipe heredero de Portugal, hijo de Juan II. Isabel y Alfonso celebraron su boda en Estremoz  el 3 de diciembre de 1490, y sólo dura el matrimonio hasta el 13 de julio de 1491 en que él muere de una caída de caballo. Ella vuelve a España y hace papel de viuda ejemplar, de su dolor por la muerte del amado esposo, cortándose su bella cabellera rubia y vistiendo una jerga. Solicita a sus padres permiso para meterse monja, pero ellos quieren  casarla con el rey de Portugal Manuel I, primo del primer marido. No deseaba otro camino ella que el de la religión pero  al final muy presionada por sus padres hubo de ceder a casarse con él. El 13 de septiembre de 1497 parte de Medina del Campo, acompañada de sus padres, hacia Valencia de Alcántara y el 30 se celebró la boda. El 6 de octubre de este año muere el infante Juan, príncipe de Asturias. Isabel se convierte por segunda vez en Princesa de Asturias.  Con este motivo vino a España, acompañada de su marido, convocados por los Reyes Católicos  al monasterio de Guadalupe el 7 de abril de 1498. En tal ocasión se hallaba embarazada de cinco meses, y el 23 de agosto a dio a luz en Zaragoza un niño al que pusieron por nombre Miguel de la Paz. Una hora después del nacimiento Isabel, Reina de Portugal y Princesa de Asturias, moría.

Esta primera hija de los Reyes Católicos en la que tan arraigada estaba la fe cristiana, impuso para casarse en segundas nupcias que en Portugal se expulsara a los judíos. Vaciló el rey, dado que eran hombre de conocimientos y, por otra parte, representaban para la corona servicios financieros, pero accedió. Otro error e injusticia como el de su madre respecto a España.

El príncipe Juan nació en los Alcáceres de Sevilla el 30 de junio de 1478. A los 19 años se casó en la catedral de Burgos con la archiduquesa Margarita de Austria, hija de Maximiliano de Habsburgo y de su esposa la duquesa María de Borgoña. Sólo disfrutaron del matrimonio seis meses, pues el 4 de octubre murió en Salamanca. Su sepulcro se encuentra en el Monasterio de Santo Tomás, Ávila, y tiene el epitafio siguiente:

Juan, Príncipe de las Españas, de virtudes y ciencia lleno, verdadero cristiano, muy amado de sus padres y de su patria, en pocos años realizó muchas obras buenas con prudencia y virtud. Descansa en este túmulo mandado hacer por su óptimo y padre Fernando, rey invicto y defensor dela Iglesia. Su madre, la Reina Isabel, purísima y depósito de todas las virtudes, mandó por testamento se hicie lugar de intentar se tal. Vivió diecinueve años y murió en 1407.

Pero ha mucho tiempo que a saber dónde están sus restos; el mausoleo fue violado. Margarita había estado prometida al que fue Carlos VIII de Francia, que se casó con otra; también hubo un segundo fracaso de boda. Con el Príncipe Don Juan  a la tercera fue la vencida, pero en la travesía de Flandes a España estuvo en peligro de naufragar el barco en que venía a Santander. En tal peligro, ella serena escribió este auto-epitafio: Llorad, amores, llorad / por Margarita la bella, / que tres veces desposada, / hubo de morir doncella. Arribó al fin a dicho puerto de destino y los novios se encontraron en el valle de Toranzó.

Nuera de los Reyes Católicos

martes, 3 de diciembre de 2013

Una mirada a la Primera República Española

Estos fueron sus presidentes y en este orden. Si efímero fue tal régimen político, también de corta duración ha de ser la presidencia de ellos cuatro. El barcelonés Estanislao Figueras, abogado, fue presidente del 12 de febrero de 1873 al 11 de junio del mismo año. Francisco Pi y Margall, abogado, filósofo y escritor, también de Barcelo, presidió del 11 de junio al 12 de junio. Nicolás Salmerón, almariense, filósofo, estuvo de presidente mes y medio, dimitiendo antes que acceder a firmar unas condenas de muerte. Emilio Castela y Ripoll, de Cádiz, que estudió Derecho y Filosofía en la Universidad de Madrid, fue presidente desde el 7 de septiembre al 3 de enero de 1874. La República cronológicamente no dio más de sí.      
                                                                    
     
Acerca de su caída. 

De ellos, y sus vicisitudes en el gobierno, habla el político y biógrafo Álvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanones, en su libro "Los cuatro presidentes de la Primera República española". De la mucha bibliografía que hay sobre este calamitoso periodo histórico, elijo la pintura que del mismo hace Juan Eslava Galán en su "texto" de "Historia de España contada para escépticos:
La Primera República fue una ficción que duró medio año. No es que fracasara, es que sólo existió sobre el papel, porque el poder siempre estuvo en manos de generales de uno u otro signo. 
Efectivamente aquel siglo es el del mangoneo de los generales, véamos lo que escribe sobre este particular el catedrático de la Universidad Complutense y académico de la Real Academia de la Historia, Jesús Pavón y Suárez de Urbina (1902-1976) en "Narváez y su época", que lleva una introducción de Carlos Seco Serrano. 
"El Régimen de los Generales" -si se quiere el reinado de Isabel II- es el periodo menos estudiado -menos seriamente estudiado- de toda nuestra historia contemporánea. La Guerra de la Independencia y la Guerra de los Siete Años -todas las guerras carlistas- contaron siempre con un esfuerzo hitoriográfico que respondía a diversos motivos. La historia del reinado de Fernando VII está siendo, actualmente, sometida a revisión radical por dos escuelas de historiadores. Los hombres de la I República -Pí y Margall, Castelar- cuentan con estudios importantes y recientes. [...] La segunda República, entre las memorias de sus propios personajes y los estudios ajenos, goza hoy de una gran atención. El reinado de Isabel II -"el Régimen de los Generales"- constituye una excepción, pese a los raros y excelentes estudios producidos, que no estorban la afirmación.
Basta abrir un texto de Historia de España, o de tener una base en la misma, para ver, como señala nuestro historiador se caracterizó aquella época "por la abundancia y predominio de los militares en la vida pública.