viernes, 30 de agosto de 2013

¿Por qué te callas ahora, Aznar? o La pésima política que padecemos

Las democracias observan más cuidadosamente las manos que
las mentes de quienes les gobiernan. - Alfonso de Lamartine - 

 Cada cual calla cuando moralmente no puede hablar, como le ocurriera a don Juan Carlos al ser pillado su yerno en varios delitos de que está imputado, silencio que le reprocha el militar e historiador Amadeo Martínez Inglés. Es para ello, porque, por lo menos, desde que cayó en poder de la Justicia su actuación con Urdangarín debió, visiblemente, ser otra. En verdad, debió serlo con anterioridad, pues ya no cuela algo tan absurdo como que la infanta Cristina, cónyuge del procesado, y el rey ignoraban el motivo de enriquecimiento de la noche a la mañana del matrimonio Urdangarín-Borbón. El rey debió ser quien lo diera a conocer, lo delatara, pese a estar también implicada su hija. Si su actitud tiene disculpa para un padre no rey, no la tiene en absoluto para un monarca. Se da el caso inaudito de que la mujer de referido se aferra a no darse por enterada de lo que visto, disfrutado, y en lo que ha colaborado directamente. El hecho es increíble por lo que tiene de arbitrario; tal el poder omnímodo de la monarquía aun no siendo absoluta. 

El ilustre coronel jubilado, ex profesor de Historia Militar en la Escuela de Oficiales del Estado Mayor, a raíz del "caso Urdangarín" publicó en el periódico digital "Canarias Semanal" un artículo titulado -título evocador de las palabras del rey al presidentes Chaves: ¿Por qué no te callas? El escrito -:¿Por qué te callas ahora?-  iba contra el rey y su estirpe. Es evidente que puede hablar de historia libremente, pensar, pues, de la estirpe Borbón lo que quiera, denominarla de:
Banda de borrachos, puteros, idiotas, descerebrados, cabrones, ninfómanas, vagos y maleantes, que a lo largo de los siglos han conformado la foránea estirpe real bornónica culpable del atraso, la ignorancia, la degradación,  la pobreza, el odio y la miseria generalizada de centenares de generaciones españolas. 
Seguidamente pasa al ataque personalizado del monarca, y aquí radica el verse inmerso en una acción judicial auspiciada por don Juan Carlos. Craso error político, ya que sólo podía servir para incrementar aversión a la monarquía y a él. Bueno, por un fallo más.
                                                    

Dado que la monarquía dejó de estar protegida por la censura tras el affaire Urdangarín, que desde un primer momento fue atribuido, lógica y naturalmente, también a la infanta Cristina, y por cuanto se ha descubierto del rey, su fortuna mediante negocios, su donjuanismo, les ha convertido en una familia non grata, la solidaridad ciudadana fue evidente.
                                                                         
    
Sin aprobar el insulto personal y directo a persona alguna, incluida la del el rey -sí, por supuesto, defiendo la libertad de expresión, como queda expuesto en varios artículos míos-, hemos de entender que cualquiera puede opinar de la dinastía Borbón, cual queda dicho, como de cualquier otra, analizar y opinar sobre la monarquía como institución o de la conducta del monarca, otra cosa es el insulto. Pero en el ámbito castrense suele haber crudeza semántica, y aquí el fallo del militar ilustre y persona honesta. Pues que de los Borbón han hablado otros en nuestros días -a quienes hago referencia en otros artículos, en este no hace al caso, y no han sido molestados.  



Un bien infinito que se ha de agradecer al coronel Martínez Inglés.

A él hay que agradecerle la suspensión del servicio militar, tan temido, tan odiado, perjudicial a todas luces para los ciudadanos que tenían que acudir quieras que no a perder el tiempo que el Ejército quisiera dominarte, justicia militar que además tenía la potestad de ampliarle como condena de castigo; en suma, el soldado de leva quedaba a voluntad militar sin ser militar; bueno, justicia militar. En lo de la llamada mili, o, con perdón, la puta mili, menuda justicia, menuda música. Bueno, como dice el actor y humorista estadounidense Groucho Marx, la justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música. En tiempos modernos ya no era el número de lanzas, de fusiles, así como desapareció el Arma de Caballería por ineficaz, era igualmente inútil el soldado no profesional; el avance de la ciencia y la técnica se reflejó tambien en lo castrense. 

En 1996 publicó su libro "España indefensa", indicando la inutilidad del señalado fastidio y proclamando la necesidad de un Ejército profesional. El ser persona honesta le anuló su irrupción en la política. Como es notorio, la monarquía como institución, y el rey Juan Carlos como persona tienen en él un gran rival; les combate en numeros artículos y algún que otro libro, siendo definitorio el titulado "Juan Carlos I el último Borbón".
                                                                         

Mentiras y corupción al descubierto.

Las mentiras en este reinado se han ido descubriendo, y en ello estamos, como también los casos de corrupción, falacias y avaricia que han generado la crisis económica y política en que nos encontramos. Lo que además de mentira es un absurdo es lo de querer hacer creer que vivimos en una democracia 
                                                                                   
  
No vivimos en una democracia sino en una monarquía. ¿Desde cuándo un rey o una familia real es demócrata? En la alternancia del gobierno practicada por el bipartito gobernante a lo largo de esta monarquía impuesta por la dictadura de Franco, un día dijo Aznar a González: "Váyase Sr. González". El coronel Martínez Inglés lo extrapola respecto al rey. Véase: 
                                                                     

Ha de agradecerse también al historiador Martínez Inglés cuanto aporta a la Historia y sin intimidarse en decir la verdad cuando vive y ostenta poder el protagonista. Así explica nuestro historiador militar el suceso que implica esta fotografía que en mi artículo "Algo en torno al actual incidente con Gibraltar cuando España atraviesa una infausta situación económica y política", coloqué y  en este repito la foto, mas aquí con vídeo. Además, he aquí dos buenos hombres de negocios.

                                                                           
  A José María Aznar le toca callar ahora.                                                                         

 Asimismo puede decirse interpolando frases conocidas: "¿Por qué te callas ahora Aznar?" ¿Por qué tu silencio ante los últimos acontecimientos de Bárcenas? Si el juez Rus se decide a ello puede citarle como testigo para interrogarte sobre las prácticas de financiación ilegal en el PP y de una supuesta caja B.                                                                                              

No puede ignorar que Jorge Westrynge afirma que Aznar se benefició también de los sobres con sobresueldos, que ya se repartían en su mandato. Éste fue  de 1996 a 2004, habiéndose iniciado el reparto de dinero B ocho años antes. 
                                                                               
Le recriminó a Rajoy la equivocada política que sigue, tan en contra de la nación en general, y del partido PP en particular. Felipe González se rió con Rajoy de que Aznar aparecía para arreglar el país. El Gobierno le soslayó, y el presidente de las Cortes opinó que ya había pasado su tiempo. Bueno, pues es algo así como un producto caducado, la fecha de caducidad de Aznar ya está lejana. Jose María Posada Moreno, presidente de las Cortes, que fue en el mandato de Aznar ministro de Agricultura y, luego, de Administraciones, que le sucedió como presidente de la Junta de León y Castilla, no dejó de exteriorizar que el tiempo de Aznar ya había pasado. En fin, todas las cosas llegan, le hacen a uno daño y se van, que dice Amado Nervo. Llegaron los presidentes en nuestra monarquía, siempre hicieron daño a algún sector de la sociedad -así es la política- sin preocuparles que en él tuvieran votantes, y se van. Se van, quieran o no, por caducidad. Todos, como Don Juan Tenorio, dejaron amarga memoria como regla general.                                                                               
Ya el descrédito de los políticos ha alcanzado cotas hasta nuestros días desconocidas; es lógico y natural porque nunca hubo en ellos tanto mentiroso integral y caco convulsivo.  
                                                                             
Y, por supuesto, tampoco hubo el descomunal número de políticos que España no puede sostener. Para ellos no hay tijeras de Rajoy, no hay recortes. No quiere recortar políticos, mientra su ministra de Sanidad, la señora Mato, está "matando" médicos.
                                                                             

Es increíble y de una torpeza manifiesta, cuando no indiferencia por la salud de los ciudadanos, que se dé esta proporción. Y además esta otra: 
                                                                        

Por el contrario de suprimir la CC.AA, éstas han aumentado su gasto. Cuando Rajoy llegó al poder se comprometió a acabar con setecientas treinta y cuatro entidades y no lo ha cumplido.  Nada ha cumplido, y de la corrupción ha hecho caso omiso, mientras algún político ha indultado algún que otro corrupto, o se le dificulta, o se le imposibilita, a un juez una imputación -la ciudadanía anhela que se deje actuar al juez Castro y al juez Rus, en realidad a todo juez que, en base a sus funciones, se propone hacer justicia contro los corruptos, por `reales´ que sean. Elena Valencia ha denominado de termita letal a los cacos de la política, y en verdad que tal son. Ella aduce que es muy importante que los culpables paguen y que los responsables políticos den la cara y expliquen. En cuanto a Bárcenas, y tras haber quedado descubierto que Rajoy mintió, considera que el hecho de que la Diputación Permanente haya bloqueado una nueva comparecencia de Rajoy -bloqueo que les es posible por la mayoría absoluta de los populares- para dar explicaciones sobre el extesorero, así como negarse a crear una comisión de investigación sobre la financiación, presuntamente irregular, del PP, motiva el aumento de sospecha por parte de la ciudadaía. Que Mariano Rajoy no da la cara es tan visible como lo que el hecho tiene, no sólo de sospechoso, de antidemocrático. ¡Hurra por la transparencia de honestidad, de lo razonable, de lo justo! 

El Gobierno ayuda a la monarquía para la continuación de la misma política: PSOE y PP.

La sorpresa de que la esposa de Urdangarín haya sido confinada, con sus hijos, en Ginebra ha constituido una prueba más de que es ininputable por muy copropietaria que sea, y colaboradora que haya sido de su marido. La voluntad del juez Castro en insistir en la imputación, investigando a la infanta por supuesto fraude fiscal se la hacen imposible, y si no investigarla, imputarla, encausarla. Viéndose copada, acepta que la separen de su amado esposo. Por supuesto que este cortafuego carecería de la más mínima eficación en un matrimonio cualquiera, mas en este puede surtir efecto, y con tal idea se realiza. Ella siempre se negó al divorcio, incluso tras aparecer las supuestas infidelidades conyugales de él, pero es que aun divorciados no está exenta cuando menos de responsabilidad civil. Tanto penal como civilmente va a quedar indemne, que en el fondo no sería recibir un daño sino pagar lo que debía pagar, por aquello de que todos los españoles somos iguales ante la ley, y el la haga, que la pague.            
                                                                            

Aparecía ayer en República.com el artículo de Jaime Peñafiel titulado "El millonario exilio suizo de los Urdangarín". He aquí su elocuente primer punto:
La pareja más polémica de España, bajo sopecha judicial, ha comenzado a disfrutar ya de su nueva vida en Ginebra. Como si no pasara nada... cuando está pasando tanto. Y lo que está por venir. Nunca se ha visto a una familia con tantos problemas judiciales que pueden llevar al marido, al padre, a la cárcel, comportarse con mayor cinismo y exhibir, con tanto descaro y de manera tan obscena su nueva vida de millonarios. Antes en Washington. Hoy en Ginebra. Con casoplón, mudanza, colegios y coches pagados por el empleador de la esposa y los viajes y escoltas, tantos como seis, por los españoles.
Lo que está por venir, me temo que nos va a dejar igualmente estupefactos. Ha de darnos mucho que pensar lo de que "Urgandarín podría comparecer ante el juez Castro a petición propia". ¡Mira que si queda como un buen chico! Ya dijo su coronada suegra: Urdangarín es bueno, bueno, buenísimo. Y exiliado el matrimonio en Washington, en pleno escándalo, iba a verles y se fotografiaba con él. Ello con evidente disgusto del rey por su torpeza. Ahora cambia la cosa, el monarca interviene abiertamente inquieto por la repercusión que pueda tener en la institución monárquica el proceso de su yerno. No digamos la deseada imputación de Cristina por el juez Castro, la cual se le vetó.    
                                                                             

El juez Castro no ha ido en principio contra la Corona, pero tampoco ha querido torcer la Justicia en aras de aquélla, caer en el servilismo, sino ser un juez íntegro. Craso error polético -insisto- dificultárselo o impedírselo, ahí queda y puede traer secuelas, mientras, por otra parte, los españoles no estamos obligado a tener velis nolis, quieras o no quieras, una monarquía. Si el juez Castro no puede quedar como lo que es: un juez recto, intachable, de los que dan brillo a la juricatura, si el caso Urdangarín se queda en aguas de borragas, si la justicia cae y la injusticia triunfa, si tras salvarse la infanta se salva Urdangarín, tendrá, indubitablemente, un efecto de mucho ruído y, antes o después, de muchas nueces. Los Borbones, que han sido de ida y vuelta -el trono tambaleante, de Juan Balansó- se irían para nunca volver, ahora sería efectiva la frase del general Prim: Los borbones jamás, jamás, jamás.       
         

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