viernes, 6 de septiembre de 2013

Rajoy no tiene arreglo, y, si Dios no lo remedia, recortará también España geográficamente

La justicia sin la fuerza es irrisoria; la fuerza sin justicia es tiranía.
                          (Blas Pascal, filósofo francés) 

En este vídeo se comenta cómo el obcecado presidente de la actual España es indiferente a la corrupción, aunque no ajeno y no le preocupa declarar su mea culpa, ni limpiar el país de esta lacra que hunde su nave. Ha metido mano a la cartera de los ciudadanos -estamos de acuerdo en que más allá de lo que es lícito pagar, es robar- e indecentemente permanece indolente, proverbial es su estatismo, ante el inminente peligro de separación de Cataluña. Es evidente que Rajoy es un peligro, como se viene clamando por aquí, por allá y por acullá; si no cae como presidente a manos de la Justicia, la tragedia -moderna o griega- está servida.     




Se viene hablando, y aquí lo cuenta en su programa Jiménez Losantos, de las mentiras que se han descubierto de Rajoy, Cospedal, Arenas y Cascos respecto al extesorero Bárcenas y con motivo de nuevos datos destructivos, es decir, que se ha descubierto más el cuerpo de la mentira. También en lo que afecta a la familia real. Si ya ha quedado patente que todos en el PP estaban enterados de la conducta de Bárcena, con la que no les iba mal, se ha puesto de manifiesto recientemente una prueba de que en la real familia todos eran conscientes de lo que ocurría en el Instituto Nóos, o sea, con la infanta Cristina e Ignacio Urdangarín, su esposo. Como significa Losantos, el modo de actuar de Rajoy deja perplejo a todo quisque.

El señor presidente se niega a una nueva presentación para dar cuenta de sus mentiras del 1 de agosto. ¿Será citado judicialmente? El PP trata de brindarle, de evitar la posibilidad, y el torea su difícil situación con su aplastante mayoría de votos obtenida. Mientras tanto continúa el espectáculo circence.                                                                                                                            

Y los políticos van viviendo importándoles un bledo la crisis, como pone de relieve no adoptar medidas drásticas contra la misma. Sólo de boquilla le importa a Rajoy la crisis y el paro, pues los excesivos gastos políticos, con sus despilfarro, siguen. Cuando todavía no había conseguido la política el destrozo a que ha llegado el país, Antonio Gala escribió: Una cosa es que los políticos ni sirvan ni nos sirvan, y otra que quieran llevarnos al circo para distraernos. Sí, como nos están demostrando, lo que quieren es distraernos de que en todos los partidos se ha trincado, y, por otra parte, de que sólo han servido, por su intelecto y moral, para habernos hecho un flaco servicio. Sálvense los que puedan, pero un poco de vinagre puede estropear un barril de miel.         

Fácil le es la huida en el terreno político aun cuando quede en el interior y en el esterior la mancha y aunque reciba él y sus populares reprimendas de calibre de la de Soraya Rodríguez exponiendo que el PP "ha llegado a perder la vergüenza" en su estrategia de defensa ante lo que se va descubriendo sobre el caso Bárcenas. No se ha accedido a que se debta en el Congreso la financiación del PP y de otros partidos; ésta es la "facilidad" que hay para combatir la corrupción. 



Federico Jiménez Losantos, que no tiene pelos en la lengua, decía en su programa recientemente, simulando el paso a la Historia y la pregunta:
¿Por qué España se fue al garate? La respuesta será sencilla: Por la corrupción del Estado [...] Y cuando nos pregunten. ¿Pero todo el Estado? Sí, todo, de arriba a bajo y de recha a izquierda. ¿Por qué el rey no habla de Cataluña, por qué Mariano no habla de Cataluña, por qué Rubalcaba no habla de Cataluña? Por la corrupción. El sistema está podrido.
Luego habla de la corrupción en la Casa Real, de una noticia más sobre la misma en este aspecto: el dinero que el rey dio a Urdangarín y a Cristina, de la negativa del rey a la transparencia, y expone que como ya el juez Castro metió las narices en el blanqueo de dinero de la familia real, pues hay que quitar al juez Castro del caso Urdangarín. Ante todo evitar lo que indica la viñeta, el paseillo  de la infanta Cristina, junto a su marido y socio en negocios sin ánimo de lucro, al Juzgado de Palma. Porque se descubrió eran fraudolentos, engañosos, falaces, auténticos trinques, llenos de fraude y nada lentos, sino a marchas forzadas de enriquecimiento. Tarjeta de presentación ante la cual a rendirse: la realeza; cerebro, el socio Diego Torres.   
                                                                               

Para el rey se hizo punto 3 del artículo 64 de la Constitución que contradice de plano el 14 sobre igualdad ante la ley, y que ordena taxativamente: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevaleces discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. ¿Qué dice el punto 3 del artículo 64? Que la persona del rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus acto estará siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65, 2. ¿Refrendo? Bueno, si se lleva bien con los ministros y con el presidente de las Cortes... Y sabido es que ha habido siempre una entente cordiale entre Gobierno y el rey, y viceversa. Camparon ambos por su respeto. Véase la defensa que hace el Gobierno a la monarquía en la persona de Cristina de Borbón..
                                                                              

Ya hace falta valor para decir que "las contrataciones que motivan el objeto de esta causa, principalmente nos referimos a Illes BalearsForum y Valencia Summit [...] se realizaron al margen de cualquier intervención de la Infanta y de la Casa Real"  Bien es cierto que tanto valor le faltó al tercer magistrado en discordia, que escribió su propio escrito con disentimiento general.  

La monarquía con su bipartidismo, el bipartidismo con su monarquía, se hallan por sus obras: la crisis y la corrupción, en pleno hundimiento -si van taponando el barco y no se hunde tanto peor- quo vadis España, ¿adónde vas España? Con políticos así...  
                                                                            
    
¡Y si sólo fuera el PP! Pero es que como se queja Losantos, y es queja unánime, no hay nada limpio.

Según la Constitución, el rey es el símbolo de la unidad de España, y la corrupción, como apunta el susodicho, le impide actuar en su defensa. En gran escala faltan hoy derechos y verdadera democracia. Que Rajoy recorte los primeros, sociales y civiles, que ya Zapatero dejó bastante recortados, es desastroso. No prometió recortes, ciertamente, y quiere reducir todo parecido a un país demócrata, tal su ministro Ruiz Gallardón cuando pretendió reducir la libertad de prensa. Con una República cabe la esperanza de tener auténtica democracia -inconcebible con la institucion monárquica- y recuperar derechos, alcanzar otros, que se dé verdadera justicia social.                                                                                             

La inmensa mayoría de la ciudadanía está hambrienta de pan y la casi totalidad -políticos y "parientes" aparte- anhelante de justicia. Mientras tanto se sigue la función circense, Soraya Saénz de Santamaría no quiere que se siga profundizando sobre los afectuosos SMS de Rajoy al extesorero Bárcenas e impide, como dije antes, el debate y votación de una comisión de investigación sobre la financiación del PP, ilegal como la de otros partidos políticos. Además el PP destruye los ordenadores del citado "pepero", tan mimado por su correligionarios, antes de entregárselos al juez, y alega la vicipresidenta que en ello ha actuado el PP "como empresa". El... "error" es que no tenía que haber actuado como empresa. Pese a todo ello, a la vez habla de combatir la corrupción. El caso es como lo ve y lo pinta Marcelo en su artículo "Son como niños malos", publicado en República.com, y por doquiera la prensa tanto digital como de papel, predica lo mismo. Sí, he aquí sus palabras clave:  
Saénz de Santamaría nos cuenta el cuento de las medidas del Gobierno de Rajoy contra la corrupción en pleno festival de Bárcenas, Gürtel, Rita, Camps, y compañía, como si todos fuéramos lelos, y al tiempo el PP veta los debates del Parlamento al respecto y mientras Gallardón envía al fiscal general, Torres Dulce "de membrillo", para ver si se le quita la instrucción del caso Nóos al juez Castro y lo lleva a un juzgado popular de Valencia para que lo archiven como pasó con los trajes de Camps.               
Y con tal panorámica estatal                                                                                                                 

Incuestionablemente el Estado desbordado en la mentira y en la corrupción constituye un tremendo problema y no puede solucionar ninguna cuestión. Es impepinable que está harto justificado que el actual sistema zozobre ante tanto abuso de poder, injusticias, robo. Se irá a pique, porque la crisis económica es fundamentalmente crisis politica, crisis de régimen. No lo afirma únicamente la extrema izquierda.        
                                                                                 

No deja de espeluznar a personas pacifistas proclamas como esta: 
                                                                           


Nuca la violencia. Existe una "violencia pacífica", valga la contraposición de ambas palabras.   Políticos y banqueros forman una simbiosis, mucho provecho saca uno de otro como simbionte. El descontrol de la banca y del gobierno no ha podido ser más funesto. El Gobierno debe controlar  la Banca, y sobre el Gobierno ejercer control la sociedad civil. Todo esto  los gobernantes en la monarquía de Juan Carlos I lo soslayaron, lo pasaron por alto o de largo, e hicieron únicamente su voluntad. Non sancta algunas veces, como ha ido saliendo a la superficie. Y esto nada democrático es lo que hemos venido sufiendo y que ha llegado a un extremo insufrible. Mariano Rajoy ofreció mejoría y el empeoramiento avanza hacia lo letal.     

Los políticos hacen su papel histriónico acusándose unos a otros; siempre su canción, en su acepción de "cosa dicha con repetición insistente y pesada", o "noticia o pretexto sin fundamento". Pero luego luchan todos juntos en unión defendiendo su calidad de vida en toda la escala política, desde el presidente y ministros al último alcalde. Ya dije en otro ocasión que clama al cielo que éstos se pongan la paga; ello es algo más que un previlegio.  
                                                                             
  
He aquí una buena norma "moral" que emitió el general franquista Juan Antonio Saénz de Santa María, militar que preparó las ejecuciones de los cinco últimos fusilados por Franco el mismo año de su muerte, decía: Hay cosas que no se deben hacer. Si se hacen, no se deben decir. Si se dicen, hay que negarlas... Los políticos, como regla general, lo siguen a rajatabla, en negar dejan chiquito a san Pedro que negó tres veces a Jesús.
                                                                   

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