Por si tuvieran pocos problemas don Juan Carlos y su hijo, vigente monarca, se encuentran uno más con la reclamación de sus derechos y los de sus hermanos que hace Blanca de Borbón, hija del primer matrimonio de don Leandro de Borbón y Ruiz Moragas, fallecido en Madrid el 18 de junio de 2016. Ella expone: 'Estoy bien asesorada y llegaré a las altas instancias que haga falta'. Está dolida del trato que sus familiares reales han dado a su padre. Y expone.
'Los hijos fuera del matrimonio a los que antes se llamaba bastardos tienen los mismos derechos que los concebidos en el régimen conyugal. Y en el caso de la Familia Real son tan infantes como todos los demás'.
Murió su padre -informa- sin recibir la alegría que deseaba: ser enterrado donde le corresponde como Infante, es decir, en el panteón de infantes de San Lorenzo de El Escorial. Alega la hija que 'es un derecho que no se le puede quitar a nadie'. Pero fue enterrado en el cementerio de La Almudena con su madre xx
Asegura esta sobrina de don Juan de Borbón y Borbón, que
' su padre y sus hermanos nunca han recibido ningún favor económico de la Familia Real. Y no solo eso, sino que siempre han sido invisibles. Es una vergüenza cómo le han tratado.
'Ni siquiera una llamada de la Zarzuela: '¿Don Leandro cómo está usted?' Jamás han tenido un detalle con lo fácil que hubiera sido. No han sido generosos'.
Evidentemente la familia de su padre, sus descendientes, siempre le ningunearon, a excepción de quien indica esta noticia dada el 19 de junio de 2016 por Martín Alegre: 'Entierro de Leandro de Borbón: triste final para el último hijo de Alfonso XIII que aún vivía`. Dice literalmente la noticia:
Poca gente y de poco empaque, ningún aristócrata y ausencia clamorosa de la familia Borbón y Borbón o de los Borbón y Grecia en el madrileño cementerio de La Almudena. [...] Los restos mortales de Leandro de Borbón y Ruiz Moragas tendrían que haber recibido sepultura en el Pabellón de los Infantes en El Escorial, pero este destino le ha sido vetado.
Por supuesto, y tampoco cabe la menor duda que tuvieron que concederle ser infante de España con el correspondiente tratamiento de Alteza Real. Porque todos sabemos que en la legislación española ha desaparecido el término de "hijo natural" o "bastardo". Por ello va a partir ahora de todo derecho Blanca de Borbón. A lo que parece, el único Borbón que no le ha ninguneado es el hijo de Alfonso de Borbón Dampierre y Carmen Martínez Bordiú Franco. El autor de la noticia aludida dice al respecto.
Blanca de Borbón Vidal defiende sus derechos.
La ley debe ser como la muerte, que no
exceptúa a nadie - Barón de Montesquieu.
Blanca está escribiendo 'El bastardo que me parió', y en este libro revelará quejas de su padre que, como buen Borbón, tuvo bastantes fallos familiares. Pero fuera de ellos, se siente noblemente atraída por su sangre: padres, hermanos y medio hermanos; quiere reivindicar a todos ellos. Declara, en entrevista, que 'luchará basta la muerte por la herencia de Leandro de Borbón, que también le corresponde a su hijo'. Y por la herencia de su abuelo Alfonso XIII, la que nunca pudo conseguir su padre. Ahí es nada, tiene que luchar contra su primo el ex monarca y contra el hijo de éste hoy el trono. Por supuesto que para litigar a nivel judicial no debe contar que en España haya monarquía o que deje de haberla
No fue poco lo conseguido por Leandro Alfonso Luís Ruiz Moragas, nada menos que pasar a ser Leandro Alfonso Luís de Borbón Ruiz el 24 de abril de 2004 en que fue reconocido como hijo de Alfonso XIII 《con todos los derechos que le fueran favorables》 y sin necesidad de ninguna prueba de ADN. Estos derechos favorables y que son inherentes a la resolución judicial es la consideración de Infante y, por consiguiente, el tratamiento de Alteza Real. Juan Balansó sostiene que la resolución judicial que le permite ostentar los apellido Borbón Ruiz no indica nada sobre tratamiento concedido, y, por otra parte, que tal concesión corresponde al rey. Pero Leandro de Borbón siempre consideró que se le debía reconocer condición de infante y el tratamiento del mismo. Por nuestra parte estimamos que si no fuera, como opina el malogrado estudioso de modernas dinastías reales, el reconocimiento de Infante cuestión de derechos civiles, sí lo es, y claramente, el tema de herencia económica. Y aquí no hay el 'ponerse en la fila', o 'ponerse en la cola' , como en los Derechos sobre la Corona. Por supuesto que en éstos no dejan de figurar los descendientes de Alfonso XIII con Carmen Ruiz Moragas.
Aparte de Leandro, tuvo Carmen otra hija, María Teresa, que también se supone hija del Rey. Por el gran parecido no cabe duda que Leandro lo es, ya que aunque "realmente" -por lo de real y realidad- eran pareja, ella , como él, alternaban su relación con otras personas. Se veían en Madrid en el chalet que su regio amante le regaló al finad de la Avenida Reina Victoria, Parque Metropolitano, 'que los hermanos Otamendi, promotores del Metro de Madrid, socios y buenos amigos de Alfonso XIII, acaban de construir al oeste de Madrid'. En julio de 1925 nacía en Florencia la niña María Teresa Ruiz Moragas, estando el Rey presente, realizando un viaje privado. En 1929 murió María Cristina de Habsburgo-Lorena; dos meses después-en abril- nació Leandro Alfonso. Vino el 14 de abril de 1931 la Segunda República, que les separó radicalmente, y ella quedó con su otra pareja, Juan Chabás (1928-1936) hasta su muerte treinta y siete días antes de la Guerra Civil, en pleno éxito como actriz y en plena juventud: 39 años. Más de estas cuatro décadas escasas de ella hablaremos en otra ocasión.
Es el leitmotiv, o motivo, tesis, de este escrito, es la opinión de la igualdad ciudadana ante el cumplimiento de la ley; como matiza el texto de la Constitución, 'sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión,opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social'. (art. 14). Lo mismo puede acompañarle la ley a un justo que a un pecador, no se requiere óptima calidad humana para ser acreedor a un derecho por ella concedido. Desde Carmen Ruiz Moragas con todas sus faltas, pasando por su hijo, que también las tuvo graves, ha de hacerse justicia a todo ciudadano que la precise. Los descendientes de don Leandro de Borbón, y obedeciendo a su padre, que no pudo luchar más contra su sobrino, han de defenderse, en lo económico y en todo, contra los reyes, padre y/o hijo. Porque es ley de vida suceder los hijos a los padres, si bien no con referencia a la institución monárquica, lo que depende de la ciudadanía. Únicamente en la mentalidad de los señores de la realeza es herencia, como si de una finca se tratara. No pueden cambiar de mentalidad, vean caer coronas y coronas.
Repito, se halle la jefatura del Estado en Monarquía o en República, está dentro de lo más lógico y natural que se legisle para todos. No ha de existir tiranía el la segunda acepción de éste vocablo: 'abuso o imposición de cualquier poder, fuerza o superioridad (RAE). Como dice el citado barón de Montesquieu, 'no hay peor tiranía que que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia'.
Ante los Tribunales de Justicia consiguió el hijo de la gran actriz lo que no consiguieron los de la gran cantante de ópera Elena Sanz amante de Alfonso XII: ser hermanos de Alfonso XIII. Tanto Victoria Eugenia de Battembeg como su suegra María Cristina de Habsburgo-Lorena sabían de las amantes de sus respectivos maridos, pues no lo fueron entre las pasajeras, pero a los hijos de la Sanz hundió la hipócrita declaración de doña María Cristina de que ignoraba que su marido tuviera una amante. ¡Esto "doña Virtudes"!"- Ella lo desconocía, Madid en pleno lo sabía.
La contralto no fue una amante del momento; con ella tuvo Alfonso XII dos hijos, Alfonso y Fernando. Debido a la ayuda de María Luisa Sanz Limanteur, hija de Alfonso, y nieta de Elena y Alfonso XII, ha escrito José María Zavala su nueva obra.
Así como la actriz Ruíz Moragas no amaba a Alfonso XIII, Elena Sanz amaba a Alfonso XII, y a tal extremo que abandonó los escenarios por él. La puso piso en la calle de Alcalá y tuvieron los dos hijos mencionados,el primero siendo viudo de su prima Mercedes, y el segundo ya casado en segundas nupcias. Elena en pleno triunfo como cantante tenía ingentes ingresos, mas se conformó con limitarse a sesenta mil pesetas anuales que le pasaba su amante. Al morir Alfonso, la reina le retiró la pensión. Surgieron los pleitos. En lo económico algo consiguió. Por parte de su hijo Alfonso el fracaso fue rotundo para la consecución del reconocimiento de paternidad, litigio que emprendió ya fallecida su madre para reclamar sus derechos como hijo de Alfonso XII. La Reina viuda tuvo que prestar declaración ante la Sala Primera del Tribunal Supremo. Ya sabemos cómo mintió. Por lo que entendió aquel juez, "Un monarca no está sujeto a Derecho alguno". Belcebú le conservaría sus entendederas Evidente desafuero. Ya dice Quevedo que 'menos mal hacen los delincuentes que un mal juez". Bastante mejor suerte encontró con los Tribunales los hijos de la Ruiz Moragas.
Solo Luís de Borbón, otro de sus sobrinos nietos, fue atento y cercano con su pariente y cada vez que coincidían en público le demostraba cariño y respeto. Luís Alfonso sabe también lo que es que le ignore la familia de su padre. Nadie de la familia del Rey asistió a su boda con Margarita Vargas en República Dominicana y a sus tres hijos todavía no les conocen en palacio.No será, digo yo, por menosprecio al matrimonio que Luís Alfonso ha hecho con María Margarita Vargas Santaella, hija de un célebre banquero, coyunda matrimonial que para su hijo hubiera querido don Juan Carlos, se llevaría mejor que con su nuera Letizia y familia, La realeza quiere dinero, verdad también, y lo tenemos en el caso de Luís Alfonso y su esposa, que el dinero quiere realeza. Pero prosigamos con la polémica que se suscita al pretender los reyes marginar a don Leandro e hijos, tan Borbones unos como otros. No basta, matrimonio Borbón - Grecia, y matrimonio Borbón - Ortiz, con enviar sendas coronas de flores, es que se ha de aceptar que son igualmente herederos de Alfonso XIII como familiares. Y ni que decir tiene que, como tales, debieron asistir al entierro.
Blanca de Borbón Vidal defiende sus derechos.
La ley debe ser como la muerte, que no
exceptúa a nadie - Barón de Montesquieu.
Blanca está escribiendo 'El bastardo que me parió', y en este libro revelará quejas de su padre que, como buen Borbón, tuvo bastantes fallos familiares. Pero fuera de ellos, se siente noblemente atraída por su sangre: padres, hermanos y medio hermanos; quiere reivindicar a todos ellos. Declara, en entrevista, que 'luchará basta la muerte por la herencia de Leandro de Borbón, que también le corresponde a su hijo'. Y por la herencia de su abuelo Alfonso XIII, la que nunca pudo conseguir su padre. Ahí es nada, tiene que luchar contra su primo el ex monarca y contra el hijo de éste hoy el trono. Por supuesto que para litigar a nivel judicial no debe contar que en España haya monarquía o que deje de haberla
No fue poco lo conseguido por Leandro Alfonso Luís Ruiz Moragas, nada menos que pasar a ser Leandro Alfonso Luís de Borbón Ruiz el 24 de abril de 2004 en que fue reconocido como hijo de Alfonso XIII 《con todos los derechos que le fueran favorables》 y sin necesidad de ninguna prueba de ADN. Estos derechos favorables y que son inherentes a la resolución judicial es la consideración de Infante y, por consiguiente, el tratamiento de Alteza Real. Juan Balansó sostiene que la resolución judicial que le permite ostentar los apellido Borbón Ruiz no indica nada sobre tratamiento concedido, y, por otra parte, que tal concesión corresponde al rey. Pero Leandro de Borbón siempre consideró que se le debía reconocer condición de infante y el tratamiento del mismo. Por nuestra parte estimamos que si no fuera, como opina el malogrado estudioso de modernas dinastías reales, el reconocimiento de Infante cuestión de derechos civiles, sí lo es, y claramente, el tema de herencia económica. Y aquí no hay el 'ponerse en la fila', o 'ponerse en la cola' , como en los Derechos sobre la Corona. Por supuesto que en éstos no dejan de figurar los descendientes de Alfonso XIII con Carmen Ruiz Moragas.
Aparte de Leandro, tuvo Carmen otra hija, María Teresa, que también se supone hija del Rey. Por el gran parecido no cabe duda que Leandro lo es, ya que aunque "realmente" -por lo de real y realidad- eran pareja, ella , como él, alternaban su relación con otras personas. Se veían en Madrid en el chalet que su regio amante le regaló al finad de la Avenida Reina Victoria, Parque Metropolitano, 'que los hermanos Otamendi, promotores del Metro de Madrid, socios y buenos amigos de Alfonso XIII, acaban de construir al oeste de Madrid'. En julio de 1925 nacía en Florencia la niña María Teresa Ruiz Moragas, estando el Rey presente, realizando un viaje privado. En 1929 murió María Cristina de Habsburgo-Lorena; dos meses después-en abril- nació Leandro Alfonso. Vino el 14 de abril de 1931 la Segunda República, que les separó radicalmente, y ella quedó con su otra pareja, Juan Chabás (1928-1936) hasta su muerte treinta y siete días antes de la Guerra Civil, en pleno éxito como actriz y en plena juventud: 39 años. Más de estas cuatro décadas escasas de ella hablaremos en otra ocasión.
Es el leitmotiv, o motivo, tesis, de este escrito, es la opinión de la igualdad ciudadana ante el cumplimiento de la ley; como matiza el texto de la Constitución, 'sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión,opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social'. (art. 14). Lo mismo puede acompañarle la ley a un justo que a un pecador, no se requiere óptima calidad humana para ser acreedor a un derecho por ella concedido. Desde Carmen Ruiz Moragas con todas sus faltas, pasando por su hijo, que también las tuvo graves, ha de hacerse justicia a todo ciudadano que la precise. Los descendientes de don Leandro de Borbón, y obedeciendo a su padre, que no pudo luchar más contra su sobrino, han de defenderse, en lo económico y en todo, contra los reyes, padre y/o hijo. Porque es ley de vida suceder los hijos a los padres, si bien no con referencia a la institución monárquica, lo que depende de la ciudadanía. Únicamente en la mentalidad de los señores de la realeza es herencia, como si de una finca se tratara. No pueden cambiar de mentalidad, vean caer coronas y coronas.
Repito, se halle la jefatura del Estado en Monarquía o en República, está dentro de lo más lógico y natural que se legisle para todos. No ha de existir tiranía el la segunda acepción de éste vocablo: 'abuso o imposición de cualquier poder, fuerza o superioridad (RAE). Como dice el citado barón de Montesquieu, 'no hay peor tiranía que que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia'.
Ante los Tribunales de Justicia consiguió el hijo de la gran actriz lo que no consiguieron los de la gran cantante de ópera Elena Sanz amante de Alfonso XII: ser hermanos de Alfonso XIII. Tanto Victoria Eugenia de Battembeg como su suegra María Cristina de Habsburgo-Lorena sabían de las amantes de sus respectivos maridos, pues no lo fueron entre las pasajeras, pero a los hijos de la Sanz hundió la hipócrita declaración de doña María Cristina de que ignoraba que su marido tuviera una amante. ¡Esto "doña Virtudes"!"- Ella lo desconocía, Madid en pleno lo sabía.
La contralto no fue una amante del momento; con ella tuvo Alfonso XII dos hijos, Alfonso y Fernando. Debido a la ayuda de María Luisa Sanz Limanteur, hija de Alfonso, y nieta de Elena y Alfonso XII, ha escrito José María Zavala su nueva obra.
Así como la actriz Ruíz Moragas no amaba a Alfonso XIII, Elena Sanz amaba a Alfonso XII, y a tal extremo que abandonó los escenarios por él. La puso piso en la calle de Alcalá y tuvieron los dos hijos mencionados,el primero siendo viudo de su prima Mercedes, y el segundo ya casado en segundas nupcias. Elena en pleno triunfo como cantante tenía ingentes ingresos, mas se conformó con limitarse a sesenta mil pesetas anuales que le pasaba su amante. Al morir Alfonso, la reina le retiró la pensión. Surgieron los pleitos. En lo económico algo consiguió. Por parte de su hijo Alfonso el fracaso fue rotundo para la consecución del reconocimiento de paternidad, litigio que emprendió ya fallecida su madre para reclamar sus derechos como hijo de Alfonso XII. La Reina viuda tuvo que prestar declaración ante la Sala Primera del Tribunal Supremo. Ya sabemos cómo mintió. Por lo que entendió aquel juez, "Un monarca no está sujeto a Derecho alguno". Belcebú le conservaría sus entendederas Evidente desafuero. Ya dice Quevedo que 'menos mal hacen los delincuentes que un mal juez". Bastante mejor suerte encontró con los Tribunales los hijos de la Ruiz Moragas.
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