Ha fallado la Política.
En
general, el arte de gobernar
consiste
en tomar tanto dinero
como sea
posible a una clase de
ciudadanos
para dárselo a otra.
-
Voltaire –
Sabido
es que los políticos desde la
Transición al día de hoy han sido denominados ‘la casta
parasitaria’. Para el susodicho Enrique de Diego
La creación de la plaga de la
clase política y su ulterior degeneración en esta casta parasitaria no es una
perversión respecto al proceso de la transición, sino la culminación, sin más
aditamento que el paso del tiempo, de la transición misma. Las causas producen
efectos a corto, medio y largo plazo. El efecto de la casta parasitaria tiene
su origen y su causa en la transición misma. No es tan siquiera su efecto
perverso, sino su desarrollo lógico y
coherente,
Pinta
de qué modo se han ido heredando cargos políticos y administrativos, lo que,
como indica, está descrito en su libro ‘Casta parasitaria’ Y pone de relieve el
perjuicio que ello motiva a la economía del ciudadano.
A través del sistema autonómico
de las diputaciones y de los ayuntamientos hay, por toda España, familias
enteras instaladas en el Presupuesto, de manera no solo tan escandalosa que ha
dejado de llamar la atención, también insostenible. La peculiaridad de la crisis económica española es esta casta
parasitaria pesa como un a losa sobre la
economía y los contribuyentes.
Atribuye
a Juan Carlos toda la responsabilidad en tal degeneración y asegura que es la
cabeza de la casta parasitaria. En cuanto a la estabilidad que proporciona la
monarquía dice que ‘la real estabilidad que asegura es la de esa casta, como
nueva aristocracia onerosa, y su progresiva expansión. Estamos viendo que ‘el
sistema ha organizado un casino para que ganen siempre los mismos’. (José
Luís Sampedro). Y corrupción adelante. Este economista y novelista pregunta y
contesta: ¿La gente está loca? No, la
gente está manipulada. Con alusión a la crisis expone: ‘Estamos en una crisis que yo llamo barbarie,
porque es una barbarie.
Si
de ‘Casta parasitaria’ pasamos a ‘El suicidio de España’ veremos que el autor
encuentra tres crisis en nuestro país y porqué:
Esta crisis no es económica,
no es ni mucho menos solo económica, sino moral y religiosa. La causa más
profunda es el abandono de Dios , la
apostasía y la tibieza respecto a la revelación de Cristo y el furibundo
ataque, en la teoría y en la práctica, a los más sencillos, claros y evidentes
principios de la moral natural. […] La sociedad vive con las pautas de
comportamiento del psicópata, instaladas las personas en la frivolidad y el
egoísmo.
Además
de crisis, corrupción en su variante de
robo, y de mayor cuantía, tanto es así
que aquellos ladrones de la comedia de Jardiel Poncela bien pueden ufanarse con aquello ‘Los ladrones somos gente honrada’.
Comparativamente no dejan de serlo, pues robaban para comer y pagar la
buhardilla, no para llevar una vida de lujos y afincarse. Estamos navegando en
un mar de corrupción
Hay corrupción porque no hay
controles y porque no hay moral, no hay honradez, no hay decencia. Todos los
controles están descontrolados o, mejor,
están controlados por el poder político, sin la más mínima independencia; están la fiscalía, de obediencia debida, y la
judicatura, en donde cualquier ascenso es decidido por organismo nombrado por
los políticos. Hay corrupción porque los políticos manejan demasiado de nuestro
dinero hasta llegar al expolio
¿Por
qué dejarse engañar de los políticos? Es sumamente abstruso. Para José Luís
Sampedro, ‘el sistema está roto y
perdido, por eso tenéis futuro’, les dijo.
El sistema es una farsa,
porque los españoles de hoy son de sainete. La infinita mediocridad de los
políticos del momento corre pareja con
la inmensidad de la mediocridad de los ciudadanos.
El
ciudadano esta manipulado, pero vota y vuelve a votar a quien le manipula,
engañándole, dañándole en sus intereses.
La
conjunción entre monarquía y sus “cortesanos”, en esta monarquía que hizo
Franco son los políticos, forma bloque y trata de sobrevivir. España se compone
principalmente de políticos; nuestro autor lo detalla así:
La casta parasitaria se
estableció desde un principio de la nefasta transición inserta en el mercado
infinitamente expansivo de la llamada España autonómica. De modo que en un territorio algo menor que el Estado de Texas
[…] conviven en insaciable saqueo dieciocho gobiernos […] diecinueve
parlamentos, dieciocho consejos de estado –con diferente nombre-, dieciocho
organismos de comercio exterior, embajadas exteriores, dieciocho defensores del
pueblo…
Luego
nuestro autor para mientes en el separatismo, ya tan amenazante, y lo ve como ‘consecuencia lógica del disparate
autonómico. Disparate que entre gobiernos, innecesarias diputaciones
provinciales, senado… hace haya ingente cantidad de político. Éstos lo
invaden todo y para actuar libérrimamente han puesto a sus plantas al Poder
Judicial –en vano jueces intachables como x x se quejan de tal
anomalía—Inconcebible que tengamos 2,52 millones de funcionarios, el doble que
Alemania, y siendo esta nación demográficamente el doble resulta que hay cuatro
veces más. De este dominarlo todo los políticos, he aquí algo de lo que expone
De Diego en su referida obra:
Asaltadas por los políticos
profesionales, que pasaron a elegir órganos de gobierno, instalando en ellos a
empresarios corruptos, su hundimiento es el producto de tres líneas de saqueo
coordinadas: el robo directo de los consejos de administración y los cargos
directivos, dotándose de créditos a veces de 0% de interés, de dietas y sueldos
multimillonarios.
Esto
una gloria más del sistema. ¿Cómo ve a quienes gobiernan? Considera que:
Gobierna una casta política,
económica, mediática, sindical, patronal, de asociaciones y chiringuitos
subvencionados. La persona
es aplastada, sin libertad
política, obligada a ser paciente, víctima de la expoliación.
Funesto
recuerdo el del bipartito, tan bien avenido, que Deo volente, Dios mediante, ha desaparecido, pero, indubitadamente,
ha de hacer mutis por el foro, salir de escena, la monarquía con su modalidad
de cortesanos.
Escribir
con responsabilidad, cuidado y atención,
e inteligentemente, amén de honestamente, reclama, clama, llama contra el mal, lo
dañino, ¡Cuán triste que hasta aquí cuantos hemos elevado el grito al cielo
ante múltiples injusticias haya caído en saco roto! La casta política va muy a
gusto en su machito, y punto pelota, como se dice ahora –ya sé que no está en
el diccionario de la RAE-. Por
supuesto que los referidos políticos de nuevo cuño ignoran este juicio de Goethe:
No nos preguntamos qué derecho a gobernar tenemos: gobernamos. No nos preocupa saber si el
pueblo tiene algún derecho a derrocarnos: procuramos tan solo que no se sienta tentado a hacerlo’.
De yerno a suegro en la
Casa Real.
Quedó
la mancha del jugador de balonmano al que su suegro el Rey nombró duque. Duque
¿de qué? Se eligió Palma, la bella capital de la isla de Palma de Mallorca.
Igual pudo tomarse el nombre del palacio que los mallorquines facilitan a la Familia Real y demás parientes
para veranear. Duque de Marivent también quedaba mono. Él, por razón de
importancia necesitaba el título, no así ella puesto que es infanta, título
superior al de duquesa. Cuando surgió una ley que abolió que el título
alcanzara al consorte, incluidos estos títulos ‘de gracia’, no se dieron por
enterados; solo tras el divorcio se quedó el señor Marichalar sin ser duque de
Lugo, y el bueno de Iñaki –ya sabemos que bueno según su suegra- sin serlo de
Palma. En este caso también la infanta Cristina al ser despojados del ducado
por su hermano el Rey.
Apenas
ha terminado el Caso Nóos –en cierto modo continúa al haber sido encarcelado
por sentencia harto demorada el yerno del monarca anterior y cuñado del
actual-, cuando surge otro escándalo de la Realeza: la supuesta colaboración de Juan Carlos
en los “””negocios””” de su yerno es de modo rotundo revelado y afirmado por la
celebérrima Corina Ardesen, amén de tantos otros por el ex monarca efectuados
cuando ambos trabajaban en el servicio a España –ella otrora consideró que
trabajaba para nuestra nación-. La verdad es que servicios como los que hizo no
necesitamos los españoles. A lo que parece, y conforme la interfecta presenta,
muy beneficiosos son los servicios que le hizo; se entiende pecuniariamente, no
tanto como ‘amiga’, dada la gran diferencia de edad y momento de conocerse.
Ella tiene 54 años, uno más que la esposa de Urdangarín, y los mismos que la
infanta Elena. La rubia alemana se ha referido a don Juan Carlos en alguna
ocasión considerándole ‘un respetable
anciano’.
El
panorama político es siniestro, una inepta casta política, como quedó dicho, y
nunca se repetirá lo bastante a ver si a base de ello los pánfilos y los necios
terminan por enterarse, que gobierna con la mirada puesta en enriquecerse,
destrozando clases medias y entregada a quienes les facilite dicho fin,
incluida la UE, y
la ciudadanía explotada cada vez más y más en su trabajo y en sus bienes. Esta
Unión Europea que, en efecto, conforme el criterio que preside la obra seguida
de Enrique de Diego, plantea este dilema: ‘O destruimos la Unión Europea o la UE destruye a Europa’. En fin, “otro día hablaremos de política”,
como despedían su programa los humoristas Tip y Coll en la dictadura de Franco
en la que estaba prohibido tratar de dicho tema.
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