hecho de que todo el mundo crea en él.
Mahatma Ganhi
Abundando en mi artículo "Santa María la Real de Nieva (Segovia) no da por válido el ADN admitido legalmente 'urbi et orbi", publicado en mi blog el 9 de del cursante mes, he de hacer hoy, para completar el mismo, desmitificaciones al escrito que el susodicho Eusebio García González, a quien vengo refiriéndome, publicó, como ya dejé dicho, en 'El Adelantado de Segovia'
Ya comenté lo que de inaudito tiene -en todo el significado de la palabra: 'nunca oído, sorprendente por insólito, escandaloso o vituperable'- que dé lecciones de Historia Medieval a la catedrática de la UAB en tal faceta de la Historia. Varios son lo libros que el referido cita; pretende presionar como revelador de la autenticidad de los restos en cuestión al P. Antonio Miguel Yurami, del que existe el libro 'Historia de la aparición de la taumaturga ymagen de Nuestra Señora de la Soterraña de Nieva - Transcripción y notas: Antonio Sánchez Sierra". (1995). El P. Yurami, dominico del convento, historia lo relativo al origen de Santa María la Real de Nieva y su imagen -ésta es el venero del puelo- aun cuando de ésta aporta más amplia descripción Pedro Fernández de Monjaraz en un documento de fecha 16 de diciembre de 1624. Tambén en su Historia peregrina de la aparición de esta Santa Imagen aporta amplia información de su origen. En 1900 un incendio quemó parte de la talla, y en el mismo año realizó otra el escultor segovino Aniceto Marinas, colocando en el interior restos de la antigua.
No viene a cuento traer a colación a dicho dominico para aducir prueba o razón alguna de la autenticidad de los restos del sepulcro, subrayo por enésima vez la inexistencia de prueba documental sobre ello. Pase que se trate de marear la perdiz antes de que la Ciencia aclare la verdad, pero el hallazgo por la Ciencia es inequívoco,, por ende, no cabe emplear esta loc. erb. coloq. de la que la RAE no informa es 'hacer perder intencionadamente el tiempo en rodeos o dilaciones que retrsen u ostaculicen la resolución de un problema'. Tampoco, evidentemente, hace al caso citar a Antonio Sánchez Sierra. Es como si lo efectuara de Carmen Muñoz -natural y ex alcaldesa única del pueblo- que es la pionera de anunciar la aparión de los restos. Dio ipso facto una conferencia en el pueblo -a la sazón representaba un cargo político en la Junta de Castilla y León-, la cual luego editó en Valladolid -1994-. con el título Referencias históricas sobre la sepultura de la Reina Blanca de Navarra en Santa María de Nieva y su relación con los restos hallados recientemente en la Capilla Mayor de la iglesia. Pese a mi buena relación con ella, enfriada después a causa de mi defensa de la verdad, no he conseguido adquirirlo, y cuando le dije que me lo dejara, me negó tener ejemplar.
No viene a cuento traer a colación a dicho dominico para aducir prueba o razón alguna de la autenticidad de los restos del sepulcro, subrayo por enésima vez la inexistencia de prueba documental sobre ello. Pase que se trate de marear la perdiz antes de que la Ciencia aclare la verdad, pero el hallazgo por la Ciencia es inequívoco,, por ende, no cabe emplear esta loc. erb. coloq. de la que la RAE no informa es 'hacer perder intencionadamente el tiempo en rodeos o dilaciones que retrsen u ostaculicen la resolución de un problema'. Tampoco, evidentemente, hace al caso citar a Antonio Sánchez Sierra. Es como si lo efectuara de Carmen Muñoz -natural y ex alcaldesa única del pueblo- que es la pionera de anunciar la aparión de los restos. Dio ipso facto una conferencia en el pueblo -a la sazón representaba un cargo político en la Junta de Castilla y León-, la cual luego editó en Valladolid -1994-. con el título Referencias históricas sobre la sepultura de la Reina Blanca de Navarra en Santa María de Nieva y su relación con los restos hallados recientemente en la Capilla Mayor de la iglesia. Pese a mi buena relación con ella, enfriada después a causa de mi defensa de la verdad, no he conseguido adquirirlo, y cuando le dije que me lo dejara, me negó tener ejemplar.
Antonio Sánchez Sierra tiene, con alguna publicación más sobre la localidad la tesis de fin de carrera, que publicó como segunda edición en 1992 el Ayuntamiento de Santa María la Real de Nieva y Caja Segovia- la cual tituló "El Monasterio de Santa María la Real de Nieva". Al final del libro hay profusión de fotografías en color y en negro referentes al claustro. En él trata extensamente de los capiteles de dicha zona. Inicia esta galería fotográfica con la foto de la cabecera de la iglesia en su fachada norte; bacera ventana central; cabeera ventana latera. Ábside central ; la fachada principaal de la iglesia; su puerta principaly arquivoltas de la misma, lateral izquierdo. No hay fotografías del interior del templo, ni del salón de cortes, que estas tres partes -claustro, iglesia y este salón- son las que se conservan -y no precisamente tal cual- de lo que fue el monasterio. que fundada Catalina de Lancaster y Enrique III el Doliente, primeros Príncipes de Asturias, como unificación de la rama legítima y la bastarda y asesina; ella nieta de Pedro I de Castilla y María de Padilla, y él nieto de Enrique II el Fraticida y de su esposa Juana Manuel. ¡Bueno! este libro es uno más de cuanta bibliografía existe hablando del arte del monasterio; es una obra, pues, de información, que no de investigación.
Es en la version que hace del Manuscrito del P. Yurami donde señala que éste afirma que los restos de Blanca I de Navarra están en la iglesia, y escribe:
A finales de octubre de 1994, y como consecuencia de unas obras de remodelación del presbiterio con el fin de adaptarle a las disposiciones litúrgicas del Concilio Vaticano II, al asentar la azulejería de época de Carlos III que rodeaba sus paredes se decubrió un arco ojival abierto sobre el muro que separa la Capilla central de la Capilla de Nra. Sra. de la Consolación. Por las marcas de cantero de sus sillares, el arco puede datarse dentro del mismo periodo de construcción que el resto de la cabecera y el claustro principal. En sus intrados mostraba, "una boveda toda de color azul con estrellas blancas muy bistosas...", tal como la describe el Padre Yurami. Unos centímetros por debajo del nivel del suelo, y cubiertos por una capa de cal, se descubrieron unos restos femeninos depositados en en un hueco escavado, "a modo de tumba antropomorfa", sin que a los mismos acompañase objeto ni ajuar alguno.Expone seguidamente que estos despojos fueron llevados al laboratorio de Antropología Forense y Paleopatología de la Facultad de Medicina de la Complutense, dirigida por el Dr. José Manuel Reverte Coma, para la realización del estudio antropológico y paleopatológico de los restos. Apunta así el informe que el Dr. Reverte Coma emitió el 15 de diciembre de 1994:
!º. Esqueleto incompleto de una mujer de 55-60 años... Da la impresión de haber sido un enterramiento secundario, un traslado de cadáver que antes estuvo probablemente semimomificado en otra tmba.
9º. Nuestra impresión personal es que tanto la edad, estatura y fragilidad de este esqueleto, unido al lugar de enterramiento y circunstancias que lo rodean,, coinciden con las que se atribuyen históricaente a Blanca I de Navarra.
Sin embargo la prueba definitiva y segura, sería el estudio de ADN, tanto de este esqueleto como en los restos que puedan existir del padre de Doña Blanca, Don Carlos III enterrado en la Catedral de Pamplona y del hijo de la Reina, Don Carlos, Príncipe de Viana, enterrado en el Monasterio de Poblet.
Si el ADNde estas personas, especialmente el del Príncipe de Viana coinciden con el que pueda hallarse en estos restos esqueléticos, se tendría la seguridad de que se trata efectivamente de de Doña Blanca I, Reina de Navarra.Presenta Sánchez Sierra la observación de que donde han apareido los restos es el "nicho" en el que Fernández Monjaraz decía que se encontraban las reliquias que poseía la iglesia, pero admitiendo, con Garibay, que Blanca de Navarra estaba enterrada "en medio de la Capilla Mayor, pegado a las gradas del altar mayor".
Dice el infable Eusebio que en el texto del padre Yurami hay intercalado un capítulo, a modo de párrafo, ÚNICA SEPULTURA DE LA REINA DOÑA BLANCA. en el cual desarrolla todos estos testimonios. Éstos son lo de que ella quiso ser enterrada, y así lo dejó escrito escrito en su testamento, en la iglesia de Santa María de Ujié, Etcétera de la exposición de Eusebio. De todo esto que dijera Fr. Antonio Miguel Yurami, los datos que da tal eclesiástico, expuestos por Eusebio, nada aclaran sobre lo que nos ocupa, y es si los restos del sepulcro son o no de dicha reina. Todo, en fin, es despropósito, como dije en mi artículo anterior. Por el hecho de que la reina no fuera trasladada -todo indica que no lo fue-, ni por otras circunstancias que, saliendo por los cerros de Úbeda, se permite consignar, no puede deducirse que los restos sean de quien la inscripción dice. Es notorio que se puso la placa como mera suposición y que, por consiguiente, debió consignarse que eran restos supuestos de..., pero jamás afirmar que eran de Blanca I de Navarra. Increíblemente, y nada dice a favor de la inteligencia, se hizo. ¡ Que insensatez se tuvo! Y, lo que es peor, ¿qué se tiene o no se tiene desde que el ADN reveló la falsedad de los restos de la reina de referencia? Pues sencillamente el prurito de que continue el cuento chino.
Este farragoso artículo, que figura -repito- en 'El Adelantado de Segovia', y venimos comentando, es acreedor universalmente a ser rechado de plano. Este artículo, digo, que bate el récord de ideas o expresiones confusas, inconexas, superfluas, tiene un eígrafe final que dice, escrito con mayúsculas, PRUEBA DEFINITIVA Y SEGURA. Después de comentar el estudio antropológico, es decir, el dictamen que del mismo dio el Dr. Reverte Coma, vuelve a traerle a colación para decir, siguiendo sus palabras, que 'la prueba definitiva y segura sería el estudio de ADN, tanto de este esqueleto como en los restos de que puedan existir del padre de doña Blanca, don Carlos III el Noble enterrado en la catedral de Pamplona y del hijo...".
Pues, Sr. García González la infalible prueba genética se realizó, infórmese ('informarse no cuesta nada', como usted dice) y dio rotundo mentís a esos restos que se exhiben en la iglesia del pueblo como de la susodcha reina. Ya es el colmo de la osadía, pero hay un dicho según el cual la ignorancia es muy atrevida, que termine su estrambótico escrito con las siguientes líneas:
Estas son las aportaciones históricas que tenemos. Los datos y la fe en nuestra tradición y nuestra historia documentada nos dicen que los restos que tenemos en Santa María la Real de Nieva son los de doña Blanca y así lo matenemos., mientras no haya pruebas contundentes e irrefutables de que no es así.Lo malo para usted y sus seguidores es que'haberlas, haylas'.
Han fallado de plano las aportaciones que se permitió presentar, y de forma rara. También los datos y la fe en la tradición y en la historia, por usted esgrimidos, que le/s han engañado entendiendo que los restos que tienen en Santa María la Real de Nieva son los de doña Blanca. Ha resultado que no es así.
Prueba fehaciente.
Lo que más me indigna es la indiferencia con
que se contemplan las cosas en general. Y en
los dirigentes la ignorancia y la soberbia.
- José Luís Sampedro -
Desde el 9 de septiembre de 2008 tal prueba existe; he aquí tres de los realizadores con el prior del Monasterio de Poblet.
Quosque tandem, hasta cuándo, va a seguir su crasa ignorancia a la que se aúnan el vecino Felipe Molinero, el actual alcalde, sucesor suyo, que no es vecino, y el cura párroco actual. En cuanto a estos dos últimos señores dejo ver en mis artículos cuán grandemente les afeo la postura que han adoptado aferrados al error desde un principio, luego visible mentira. Y, como deriva de su fanatismo, el desprecio a que me someten. Quizá por parte del Sr. Pérez Esteban algo más, como ya he reflejado en algún artículo. Si bien lo mirasen, o viesen, este desaire, desdén, a la verdad y a la Ciencia, tendría, en razón de entendimiento y de lo honesto, decente, razonble, justo, probo, que avergonzarles, ya que es palmariamente de vergüenza ajena.
Soberbia es, indubitadamente, que el Sr. Pérez Esteban y el Sr. Agueda Martín, alcalde y cura respectivamente, hayan resuelto ningunearme. Este pecado capital, según la religión, no enaltece, que digamos, a nadie, y va, o sienta, muy mal a un clérigo. Igualmente la mentira, especialmente a éste. Pero es que, además, este menosprecio a que me sometieron les revela muy negativamente, se autoofenden mucho más de lo que tratan de ofenderme.
Lamentable igualmente, y ello sí que me indigna superlativamente, que en la capital de provincia hallen defensa pasiva, indiferencia, ante la transgresión que en el citado lugar segoviano vienen haciendo de la Historia los transgresores mencionados. Sobre ello versaré otro día.
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