martes, 2 de mayo de 2017

La Religión, la Política y el Capitalismo - (Parte I - Religión)

A diferencia de la solidaridad, que es horizontal y se ejerce de
igual a igual, la caridad se practica de arriba-abajo, humilla a 
quien la recibe y jamás altera ni un poquito las relaciones de
poder.   - Eduardo Galeano, escritor y dibujante uruguayo -
 
 ¿Qué es la caridad? El DAE la define como ´actitud solidaria con el sufrimiento ajeno´. En una sus acepciones señala que ´en la religión cristiana es una de las tres virtudes teologales que consiste en amar a Dios sobre todas las codas, y al prójimo  como a uno mismo´. ¡Ay de la religión cristiana tan incumplida por los que se consideran católicos, máxime por los de "la casta", los banqueros y grandes empresarios. Estas tres especies suelen observar a rajatabla la paremia que dice: La caridad bien entendida empieza por uno mismo", lo cual no esta mal del todo, y puede ser válido en general, lo malo es cuando, además de empezar, acaba también en uno mismo. Y es el caso que,  evidentemente, se da en ellos. El poeta y novelista inglés Horace Smitth viene a decir lo mismo: La caridad comienza por nosotros mismos, y la mayoría de las veces acaba donde empieza.

Lo de limosna me suena mal, y también a muchos que la piden, y por ello la han cambiado  pidiendo ´una ayuda´. Benjamín Flankllin, que además de científico fue estadista, dijo: Yo creo que el mejor medio de hacer bien a los pobres no es darles limosna, sino hacer que puedan vivir sin recibirla. Según el poeta Amado Nervo, la caridad de los ricos no es más que una forma de remordimiento. Respecto a la odiosa y odiada limosna, asegura Isabel Allende: Esto sirve para tranquilizarnos la conciencia. Pero no ayuda a los pobres. No necesitan caridad, sino justicia. Es incuestionable la carencia de justicia hacia quien se le atiende mediante la caridad, que, por consiguiente, y ya lo ha dicho Jaume Perich, la caridad es la única virtud que necesita de la injusticia.

Es axiomático que a ésta se debe tanta pobreza como existe y que, también de forma incontrovertible hoy día continúa la explotación del hombre por el hombre -ahora de una manera bestial-. No es la Iglesia con su virtud teologal y prometiendo mucho al pobre de solemnidad, la que ha de de poner fin a la injusticia, sino la Política. La Iglesia ofrece al pobre en compensación de sus penurias en esta vida, mucho en la otra, nada menos que el Reino de los Cielos. En las Bienaventuranzas dice: Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Y en otra: Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Por mucha fe y esperanza que se tenga, que son las otras dos restantes virtudes teologales, con tales promesas el drama, cuando no la tragedia, continúa en esta vida terrena.

¡Qué estragos hace el dinero! Si se tiene, si no se tiene. Su necesidad es absoluta, ya dice Cervantes en el Quijote: ´Dichoso aquel que tiene un pedazo de pan, sin tener que agradecérselo más que al mismo cielo´. Pero no se librarán de la envidia, ni de que traten de quitárselo, dado que, según el aserto de Hobbes, ´el hombre es lobo para el hombre´ Lo de no desear los bienes ajenos ni la mujer de tu prójimo son Mandamientos de la Ley de Dios que los católicos y los no católicos jamás tuvieron en cuenta. Se engaña, se roba, y en cuanto a la mujer de nuestro prójimo, recordemos que hay pocos lazos de amistad tan fuerte -Ramón y Cajal dixit- que no puedan ser cortados por un cabello de mujer. El décimo Mandamiento es tan fácilmente incumplido como el noveno, ya que se envidian, se desean los bienes materiales del otro, y si podemos, si la ocasión se presenta. los robamos. Por el medio que sea, si se da apariencia de legalidad, bien. Si no, también.

Los Mandamientos de la Ley de Dios constituyen visiblemente un compendio de Moral y de Ética, cuyo hecho se debe reconocer siendo cristianos o no siéndolo, siendo creyente o no siéndolo. Por otra parte, queda igualmente patente que ateos hay de mejor moral y más humanitarios que los católicos, incluso los llamados ´meapilas´. Apunta Francisco Delicado, apud ´La lozana andaluza, que ante el dinero todo es falso, falsedad que también pone de relieve Francisco de Quevedo en su poema ´Poderoso caballero es don dinero´. Como una cosa es predicar con la palabra, y otra predicar con el ejemplo, vemos que de ambas manera no ha predicado la Iglesia, cual debió siguiendo a Jesucristo al pedem litterae, al pie de la letra, ´No podéis servir a Dios y a Mammón ´, dice el evangelista Mateo (6, 24)  Nadie puede ponerlo en duda, y, no obstante, pretenden simultanear ambos servicios, católicos políticos, banqueros, grandes mercaderes en versión moderna, ciudadanos corruptos en general. Mammón tiene las uñas largas.   

             
Resultado de imagen de Mammom
´La adoración de Mammón , de Evejin De Morgan (1909)
                                                         


¿Quién es Mammon? Veamos lo qué sobre el mismo dice Juan Leita:
Mammón no es el dinero- Mammón no es un dios. Tampoco es un demonio. <Mammón> es quizás uno de los conceptos más originales. más lúcidos, y más útiles de toda la tradición bíblica. SE rata con ese término de calificar en general a todos aquellos poderes fácticos y reales de este mundo que acaparan y acumulan todos los bienes existentes para su propio provecho. No sólo acaparan y acumulan dinero, sino toda clase de bienes, incluso las misma personas, su servicio, su fidelidad, su esfuerzo, su trabajo...Se trata en el fondo de lo que se expresa modernamente con la frase "la explotación del hombre por el hombre" Porque, evidentemente, los poderes fácticos y reales de este mundo no son poderes abstractos, sino que son rígidos y controlados por individuos concretos |...| De ahí que la calificación del concepto se haga con un término de carácter personal: los que rigen y controlan los poderes de este mundo son  <Mammón>, los que explotan al hombre para su provecho son  <Mammón>, los que acaparan y acumulan bienes para su propio beneficio son Mammón. 
Y ya estamos de cara al juego político, tras de ver la causa de la pobreza en beneficio  del capitalismo. Economistas hay que trabajan en ello, pero, como ´de todo hay en la viña del Señor´, también`hay licenciados en Economía que dicen la verdad -hoy en día desmienten a Rajoy-, y de éstos puede figurar como paradigma José Luís Sampedro (1917-2013) que durante toda su vida actuó con elevada ética profesional y valor. Él abogaba por ´una economía más humana, más sólida, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad del pueblo´. En cuanto a éste aspecto, se ha llegado incluso a pretender dictar leyes que vetaran la crítica sobre política, que indubitadamente se halla en el parámetro de la libertad de expresión, artículo 20 de la vigente Constitución Española. Queda visible que, en opinión de este novelista, humanista y economista, ´nos educan para ser productores y consumidores, no para ser hombres libres.  

Pensará Mariano Rajoy, ¡tan demócrata él!, que a la ciudadanía le basta solo el voto, no ha de tener voz; ya no solamente se quiere un país de gran masa social muy pobre, sino también amordazada. Surge indefectiblemente la pregunta: ¿Para qué se promulgó la Carta Magna si había de no cumplirse con lo que muy importantemente afecta al ciudadano, como, por ejemplo, el trabajo y la vivienda? Julio Anguita ha expuesto que se conformaría con que se hubiera cumplica el texto de la Constitución. Muy lejos de cuanto el mismo establece, está la política que se ha realizado y actualmente continúa efectuándose. Ya  con impedimentos, que antes a Rajoy nada le estorbaba para hacer lo que le diera la real gana, gobernar a lo dictador. No es gobernar un país llevarle a la crisis y a una creciente rápida de carestía con dolorosa repercusión en las capas modestas de la sociedad, mientras se incrementan las grandes fortunas, dar lugar al aumento de desnivel económico. Y, por añadidura, generalmente con un trasfondo de... "negocios" encenagados. Es tremendo la entrega que a diario estamos viendo al vicio de trincar.  

La Religión católica -de España preferentemente estoy hablando- y la Política se repelen. Antaño se tenía por tan santo el robo  y el crimen, y hogaño más de lo mismo. Como dice Voltaire, la civilización no suprimió la barbarie, la perfeccionó. Es palmario que la caridad en lo que atañe a lo material no debiera existir -insisto-, sino justicia social. Nno las enormes distancias económicas entre la sociedad, auténtico abuso e injusticia.Otra cosa es que debieran observarse las Obras de Misedicordia llamadas espirituales, porque al espiritu pertenecen. Pero si a la Política le importa un bledo las Obras de Misedicordia corporales, tampoco practica la espirituales, la Política carece de caridad en cuanto ´actitud solidaria con el sufrimiento ajeno´; nequaquan, de ninguna manera, está inclinado el ánimo de los políticos en general a ser solidarios con el mal ajeno, tanto es así que, múltiples veces, contribuyen a él. destrozando a unos para beneficiar a otros. Lo que sí suelen tener es ´caridad de uñas´, o sea, `favor que se hace con intención de beneficiarse uno mismo´, y aquí está la clave de la corrupción, el trincar para enriquecerse. 

En el trincar al prójimo no están exentos los reyes, los presidentes, los gobiernos -en nuestros días sin excepción en su escala, desde el nacional al de una Comunidad Autónma-. Los Reyes Católicos acabaron la Reconquista y con el aquel de unidad religiosa resolvieron expulsar del reino a los judios. Si ello no fue muy justo y acertado, que digamos, resulta peor las condicines que les impusieron: un plazo de cuatro meses para irse donde fuera, y de no hacerlo o volver después, recibirían el castigo de pena de muerte.y confiscación de sus bienes. Perderían también éstos los que les auxiliaran u ocultaran. En plazo tan breve y perentorio habían de optar por abandonar su fe para poder integrarse en el reino o salir del territorio si querían conservarla. En tan corto plazo habían de vender sus bienes y además se le imponía percibir el pago en letras, que no en moneda.Todo ello implicaba tener que malvender. Se dice que
los judios estuvieron a punto de obtener la revocación del deccreto de expulsión, mediante la entrega de treinta mil ducados a los Reyes Católicos, que a la saón se hallaban muy necesitados por haber apurado todos sus recursos en la conquista de Granada, pero noticioso de ello Torquemada se presentó a los monarcas con un crucificado de las manos, diciéndoles: `Judas vendió a Cristo por treinta dineros, V. A. lo van a vender por treinta mil´.Y temerosos aquellos del mal efecto que tal noticia produciría en el pueblo, ejecutaron con todo su rigor el edicto.
La redacción de éste había sido encargado por los Reyes Católicos a Torquemada. No estaban autorizados a sacar oro, plata y joyas., mas he aquí una excepción transcrita de la biografía LOS REYES CATÓLICOS, que en 2004 publicara LUÍS SUÁREZ 
... pasamos al caso específico de Abrabanel, que scogió el exilio y lo ejecutó Para compensar los servicios, importantes que había prestado, los reyes le concedieron una especial autorización para sacar oro, plata y joyas del reino. Una noticia cierta, aunque envuelta en ropaje de leyenda, indica que trató de negociar una prórroga ofreciendo crecida indemnización, pero -aquí entra la Inquisición- Torquemada lo impidió invocando la memoria de Judas que vendiera a su Señor por treinta monedas.
El referido historiador anterior, muy antiguo  texto de Historia, Moreno,refiere que 
Las otras naciones -donde fueron a parar- ganaron lo que perdió la  nuestra  y hasta el mismo  Bajaceto, emperador de Turquía, que también acogió a los hebreos, dijo del rey Fernando: ´No es rey político el que empobrece su tierra y enriquece la nuestra´ Por otra parte, en la última guerra contra Granada, cuando se hallaba exhausto el tesoro de Castilla y apurados todos los recursos, los judios habían dado su dinero y abastecido el ejército con toda clase de vituallas; y parece que la gratitud exigía otro comportamiento para con estos hombres aquellos días.
Bueno, bueno, bueno, pedir gratitud a reyes y demás familia de la política es pedir la luna, es decir en loc. verb. colq., ´pedir algo imposible o de muy difícil consecución´. Considera Suárez que ´la expulsión fue, ante todo, una decisión religiosa con consecuecias culturales. León Hebreo (Abrabanel) constituye, con otros pocos, una excepción. En fin, no entramos más en ello por no ser lo fundamental de este artículo.  

Retomando la atención a la Obras de Misedicordia, y siendo visible que las corporales -reitero- no las practican aun cuando bastante relación tienen con el texto de la Constitución, paremos mientes en en estas otrras siete de las espirituales: 
1) En señar al que no sabe.
2) Dar buen consejo al que lo necesita.
3) Corregir al que se equivoca.
4) Perdonar al que nos ofende.
5) Consolar al triste..
6) Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
7) Rezar a Dios por ivos y muertos.

Estas acciones no tienen que practicarlas -si acaso la de ´consolar al triste´, mas bastaría con que no entristecieran al ciudadano, dejándole sin techo, por ejemplo. El ciudadano no puede hacer el milagro de verse sin trabajo y pagar por la vivienda la exorbitante renta que hoy dia ha de pagar, aunque el Gobierno se ocupa de que sea de corta caducidad, para que le resulte con la suma de frecuentes mudanzas, algo menos caro. Jajay. ¡Y para llevar así el incumplimiento del artículo 47  de la Constitución, y otros en esta línea de lo disparatado, necesita de un elevado número de asesores economistas. Si la Política crea con la penuria, situación caótica a que lleva al ciudaano, tristeza, desolación, no cabe que le consuelen, ellos que de tal modo ofenden la dignidad humana. La ciudadanía sí que tenía que practicar con los políticos estos mandatos, a excepción del número cinco, pues que de la manera que se han situado no pueden estar tristes. ¿Qué político no llega a fin de mes? ¿Qué político se ve en inminente desahucio? Ni siquiera ahogado por prescripción del efímero contrato de arrendamiento urbano? Y si de hipoteca bancaria se trata para tener vivienda en propiedad y no ser víctima de la actual LAU -Ley de Arrendamientos Urbanos-, el panorama no es menos sombrío.  

Visible incumplimiento de la Constitución. 

Y en esta línea a la persona, se incumple también cuanto la Carta Magna confiere en el artículo 39, punto 1: Los poderes públicos aseguran la protección social, política y jurídica de la familia, por citar uno más. A los poderes públicos se adjudica proteccón, protección y protección, pero todo es desproteger, desproteger y desproteger. Pero ya es el colmo -- los dos artículos siguientes. En el 40, 1: Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta nacional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo. El artículo 41 dice: Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad   El 43 ya corona la burla al ciudadano: 1. Se reconoce el derecho de protección de la salud  2. Compete a los poderes públicos organizar y titular la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los  y derechos y deberes y todos al respecto. 3. Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte. Asimismo facilitará la adecuada utilización del ocio.  Lo único que han fomentado es el ocio, entendido como ´cesación del trabajo, cesación o total inacción de la actividad´ (pagada). 

Visión de las guerra en la Iglesia Católica.  

Ni en el ayer más rmoto ni en la actualidad se ha actuado en la politica con religión, como comentaré más adelante, pero es que ésta tiene muchas contradicciones. En nombre de Dios se manda lo que no manda Dios, e incluso lo que prohibe; valga como paradima, matar. Se habla de guerra santa, nanay, la guerra, realmente, nada tiene de santidad, y es pésima contra la humanidad, su existencia y avance de la ciencia, la técnica, las artes, la cultura. Un relevante eclesiástico, Martín Lutero la detesta de esta manera: La guerra es la mayor plaga que azota a la humanidad, destruye la religión, destruye las naciones, destruye las familias. Es el peor de los males. Otro hombre de la Iglesia -este jesuita-, Baltasar Gracián,   piensa que ´nunca ha habido buena guerra, ni tampoco mala paz´. Mala paz si que la hay, pero ¿la arregla una guerra? Lo que tenemos claro es que la Iglesia Católica ha cometido el tremendo error, contradiciendo sus principios, de hacer la guerra y de respaldarla de una u otra forma. Ya Voltaire expuso se extrañeza: Lo maravilloso de la guerra es que cada jefe de asesinos hace bendecir sus banderas e  invoca solemnemente a Dios antes de lanzarse a exterminar a su prójimo. 
                                                                                

Valga con los dioses de la Mitología, con Jehová no se entiende la aprobación de la guerra. Y, no obstante... 

Desde la perspectiva política puede llegarse al entendimiento de la guerra, pero de ninguna manera desde la religiosa, pues que ´la guerra no es más que un crimen en masa´ (Lamartine). La Iglesia la aprueba y la desaprueba a la vez; ello contra el principio de Lógica según el cual ´una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo´. Dice Mt. 5, 37-46.
Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digoque no hagáis resistencia al agravio, antes bien, si alguno te hiriera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. /Habéis oído que fue dicho: Amarás a tu prójimo y tendrás odio a tu enemigo, Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos; haced bien a los que os aborrecen, y orad por lo que os persiguen y calumnian, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, quien hace nacer su sol sobre buenos y malos, y llover sobre justos y pecadores. Porque si no amáis sino a los que os aman, ¿qué premio habéis de tener? ¿No lo hacen así incluso los publicanos?  
Poco después -Mt. 10, , 34-36: 
No penséis que haya venido a traer paz sobre la tierra ; no he venido a traer paz, sino espada. Porque he venido a desunir al hombre de su padre, y a la hija, de su madre, y a la nuera, de su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa.
Ambos pasajes evangélicos los ha defendido siempre la Iglesia católica, y. como podemos ver en el nuevo Catecismo, continúa defendiéndolos. En fin, convengo en que ´la Iglesia católica no es precisamente un dechado  de coherencia y congruencia capaces de poner un mínimo de orden mental y no fomentar tanto el absurdo y la pura contradicción´.(el ya citado Juan Leita).

¿Dónde está la Caridad, dónde la Fe, dónde, en suma, la Religión? Es axiomático que no se halla en lo religioso, ni en lo militar, ni en lo político; sencillamente en  el hombre. O a decir de Anatole France, ´en ese animal llamado hombre'. 'Más fiera que las fieras, porque de su crueldad aprendieron ellas´. (Baltasar Gracián). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario