viernes, 14 de marzo de 2014

España no puede soportar el gasto de la monarquía, que además es inútil

He aquí la verdadera liquidación de la monarquía, lejos de la mentira que los chupópteros, o beneficiados a la escala que fuere, de tal régimen tan detonante de nuestra época y entorno, pretenden hacernos creer, ya que desde hace mucho tiempo no les resulta posible presentar a la familia real como ejemplar. Tratan de que se le otorgue tolerancia, indulgencia, porque al menos tenemos un jefe de Estado que sale barato. Jajay, el ciudadano limitado a tragar, dar crédito fáilmente a la cosa, aunque sea inverosímil, porque lo dice algún que otro político, y a soportar o disimular  corruptos. 

No me propongo realizar un balance del gasto "real" a la manera de un economista, ni es posible hacerle mientras se ignore el capital particular de don Juan Carlos de Borbón y Borbón, tan solo, como indica el título de mi escrito, el quebranto económico que nos reporta la monarquía.     
                                                                           
 
Alardea don Juan Carlos, su Casa Real, de haber aceptado la Ley de Transparencia, mas es falsa noticia que la prensa difunde. Se habla y se habla sobre los ocho mlilones que percibe de asingnación anual  -que por lor recortes fueron bajando- y que, como es sabido, el PP ha impedido que en la actualidad subiese más del 2%, con lo que percibirá 7,75 millones. Alega que supone un coste medio por español de 17 céntimos si se cuenta una población de 46,7 millones. Puede pasar el número de habitantes, pero lo que no cuela - en forma coloquial pasar en virtud de engaño o artificio- es que se reduzca la percepción a la Asignación Directa, o sea, lo indicado en el artículo 65, 1, de la Constitución :"El Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su Familia y Casa, y distribuye libremente la misma".  Se ocltan, hablando como lo hace el PP, las partidas muy superiores que para la monarquía aportan los distintos Ministerios que vemos. La suma de gastos no está en la falaz cuenta del partido -una mentira más aun cuando ésta no corresponda a la campaña de  Elecciones Generales-, la tenemos aquí, el coste de la monarquía, no muy baratito, que digamos, es de 561. 480.070 €


Si Juan Carlos I aceptara la Ley de Transparencia este guarismo, más su fortuna personal, tenía que figurar en declaración a Hacienda. Si The New York Times se encuentra equivocada en cuanto a la fortuna personal que le asigna, lo procedente es corregirla, no callar, que, según el dicho popular, el que calla, otorga.  
                                                                            


La cantidad que el rey recibe "para el sostenimiento de su Familia y Casa ha llegado a transparentarse -no hay más transparencia-. Que se conforme Rajoy con haber conseguido, pasando la apisonadora de su mayoría absoluta en las Elecciones Generales, que al rey sólo se le recorte el 2%, mientras algunos partidos pedían unos 2,5 millones. Incluso ERG abogó por poner al rey un sueldo anual como el del presidente del Gobierno: 78.185 euros. Entonces no podría dar paga, y muy buena, a los miembros de su familia, empezando por su mujer. Ello quedándose así la institución recortada. La Ley de Transparencia no ha conseguido el Gobierno imponerla a la Casa Real -y podía-; ha sido por ésta rechazada, únicamente ha hecho la institución, como digo,  mínimas concesiones, y apurada por los escándalos de Botsuana - Corina y de los """negocios""" de la empresa Nóos, al 50% del matrimonio Urdangarín-Borbón, de la que últimamente se piensa -y no sólo a escala vox populis, voz del pueblo- que fue favorecida por el rey. Éste, como refleja el texto de la Constitución, es irresponsable penalmente de su conducta, de ella responde el Gobierno, lo que no quiere decir que esté por encima de la Ley, que no haya de acatar ninguna, salvo convenirle. Pero, en fin, siempre el Gobierno tan... monárquico.
     
Salarios módicos ante la circunstancia de la insuperable crisis económica existente.

Zarzuela ha puesto sueldo a la Reina y a la Princesa y además lo ha hecho público. Un portavoz de la Casa del Rey ha anunciado hoy que Doña Letizia ganará al año 49.182 euros y Doña Sofía 63.234 euros. En concepto de gastos de representación, la Pricesa recibirá 53.282 euros y la Reina 68.505. En total, Doña Sofía ingresará 131.739 euros por su trabajo profesional. La Princesa 102.462 euros. [...] El Rey recibe 292.752 euros entre sueldo y representación y el Príncipe  146.366 euros en los mismos conceptos. 
La infanta Elena no puede superar los 25.000 euros al años y carece de gastos de representación. Para la infanta Cristina, como esta apartada, como no trabaja en "representación monárquica", pues ni paga ni representación. ¡Nitchevo!, no importa, ¡nada!, Fainé la comprensa con creces., abundantemente, ya no digamos cuando, al 50% con su marido, tenía el "negocio" de Noos. Pero también ejercía su presencia en actos oficiales, engrosarlos, o penerse en fila para saludos. 

Se ha dejado caer se les da paga a ellas -reina, princesa e infanta- para que se refleje su profesionalidad. ¿Es que sin que se les dé o regale un sueldo fabuloso dejan las referidas, como cualquiera otras en su situación, de ser reina consorte, princesa consorte, infanta? Por lo visto, las hay amateur. Ya ejercen como profesión su actividad, y lo efectuen bien o mal, reina, princesa e infanta son las de España y sus congéneres en el extranjero. ¿Acaso su profesión no es la de realeza

Pero sigamos sobre lo baratita que ya vemos es la monarquía de Juan Carlos I. Además de que puede decirse aquello de que de balde sería caro.            
A lo largo del tiempo, en cualquier año -aquí el 2011- puede establecerse un insufrible agravio comparativo con la sociedad. No mucho más en este 2014 está fijado el salario mínimo interprofesional. Pero aparte del jornal de un trabajador, jornalero, obrero, es que no guarda parangón con la paga de cualquier ciudadano por titulado que esté. No hay cualificación -huelga decir que es una arbitrariedad monumental- que valga, en arte, ciencias o letras, para percibir estas retribuciones de la realeza. Con las más relevantes carreras universitarias,  medicina, ingeniería..., y alcanzando en ellas los mejores cargos, difícilmente cabe aproximarse a estas asignaciones. ¡Bueno, como dicen que son una familia corriente!... No lo son, de modo incontrovertible, y aunque sea única y exclusivamente, por su condición de realeza mientras la monarquía no vaya a pique.  Si es un absurdo el dinero que se les da, no lo es menos el lujo de que se les rodea, y ya lo que es el absurdo de los absurdo es que la monarquía sea hereditaria como, según tanto se ha repetido, si se tratara de una finca. Tema este que tengo comentado específicamente en otro artículo.  

La institución y sus familias son así; necesitan un "todo pagado".    
                                                                             

 Aparte de las partidas cargadas a los Ministerios, lo que en ellas se carga, hay gastos que quedan incontrolados, que se supone sufraga también el Estado. Por ejemplo, los gastos del príncipe Felipe en sus viajes privados y vacacionales. 

En todo demuestran su austeridad y también su cariño -puede extrapolarse este término por indiferencia hacia la ciudadanía. 

Lo pone de relieve el 11-M, como en un artículo así tituulado nos recuerda Jaime Peñafiel. Echemos un vistazo. 
La tragedia de Atocha y otras Atochas de la red ferroviaria de cercanías llenó de luto no solo Madrid sino a España entera. No durante días ni semans sino meses. Menos a la Familia Real -el subrayado es mío, con finalidad de corroborarlo- que, cuando apenas habían transcurrido poco más de dos meses se dispusieron a celebrar la boda del príncipe Felipe con la inefable Letizia. Con el boato propio de estos acontecimientos en las monarquías reinantes. [...] Como si nada hubiera pasado, habiendo pasado tanto...
Tras referir avatares -recordemosló, la meteorología se puso en contra- hace mención del feo detalle de insensibilidad y falta de respeto ante el 11-M. En este caso, por parte de los novios. Recordemos también que el público esperaba que tras la boda en la catedral se dirigieran a depositar el ramo de flores de la novia a la "Zona Cero", que no a la basílica de Atocha. Tras la indiferencia el despiste, que en este caso es hijo de la misma. Ya dijo
                                                                                  
Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, tercer duque de Alba, sobre su rey Felipe II de Castilla 
que los reyes no  tienen los sentimientos y la ternura en el lugrar en donde nosotros los tenemos. Sí, y  desde príncipes. Se les educa como seres superiores frente al semejante que no sea realeza, lo que constituye un craso error: Nadie es más que otro, si no hace más que otro, que dijo Ramiro de Maeztu. El espíritu de los reyes y de la monarquía ha quedado anclado en la Edad Media. 


Ah, pero como expuso doña Sofia a Pilar Urbano, los reyes se diferencian de otros gobernantes en que quieren a los ciudadanos. Es manifestación que con otras igualmente gratuitas hace en su biografía autorizada, y que pese al "Tabú Real" las contradice Juan Balansó en su libro "Las alhajas exportadas" (1999). También se atrevió a hablar -pág. 252, epígrafe "Las cosas del querer"- del infierno que constituye el matrimonio de don Juan Carlos y doña Sofía, de lo que recientemente pudimos leer que el rey quiere separse y se lo ha expuesto a Rajoy. ¡Sería un elemento más de escándalo y ante lo que se espera: resultado del caso  Nóos al que ya ha quedado vinculada la infanta Cristina! Es un mal ejemplo que ha dejado su impronta en el ámbito nacional e internacional aun cuando, de momento, encierre incógnita el resultado -a ver cómo la despeja la Justicia u obstáculos que halla-, ya vendrá  su definitiva huella y secuelas. 

                                                                         

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