La corrupción es causa directa de la pobreza de los pueblos
y suele ser la raón principal de sus desgracias sociales.
-Jorge González Moose-
La corrupción es el venero, o sea, origen y principio de donde procede la actual pobreza de innúmeros españoles y de la indigencia de la España de hoy. Dramáticamente, y no ha dejado de serlo trágicamente para bastantes españoles, aunque ocultado por el Gobierno, la pérdida del puesto laboral continúa produciéndose de modo acelerado. Y Mariano Rajoy a verlas venir.¿Ver venir qué? Nada bueno; mucho malo. Aún no se ha enterado que como presidente del Ejecutivo tiene que ejecutar, dicho sea en las acepciones de poner por obra algo y en la de desempeñar con arte y habilidad algo. Parece que ignora que Poder Ejecutivo es el que tiene a su cargo gobernar el Estado y hacer cumplir las leyes -hacérselas cumplir incluso a los catalanes, que las obvian cuando quieren-, y que, por consiguiente, no puede adoptar la inacción por lo contrario de lo que su cargo exige y el nombre del mismo explica. No puede situarse a la expectativa, su obligació es actuar, hacer algo, y lo evidente es que Mariano Rajoy no hace nada, absolutamente nada positivo pues hay que restar el daño que hace a traves de sus ministros. Unánimemente la ciudadanía se queja de éstos y piden su dimisión.
En las Elecciones ofreció el oro y el moro, hizo ofertas ilusorias. ¡Cuánto había que esperar de él, de las dotes políticas que poseía! Ja, ja, ja. Ya lleva como presidente bastante más de los siete meses de existir esta viñeta, y
no ha adquirido ningún mérito que modifique algo su trayectoria política. Nunca dejaría de figurar como el político más embustero de nuestra democracia tan imperfecta como tal y como política en general. Sin entrar en los errores políticos del bipartidismo a lo largo del reinado especial de Juan Carlos I, sólo el hecho de que en la época de Felipe González ya había muchos y muy "ilustres" cacos -los señaló Fernando Vizcaíno Casas en su novela " Alibabá y los 40 ladrones"- y que crecieran a gran ritmo con Aznar y con Zapatero, asimismo con Rajoy -siempre por parte de los cuatro con enorme tolerancia- es base más que suficiente para descalificar la política del PSOE y del PP.
En cuanto a la mentira es innata en los políticos, de ello ya traté en otro artículo, y lo peor es cuando la emplean para tapar corruptos, ya en ellos mismos, ya en sus colegas y correligionarios, pues sólo la sacan a la luz, y como arma arrojadiza, del gobierno a la oposición, y de ésta al gobierno. Dentro del partido nadie delata a nadie. Por el daño que han hecho todos, coautores de la crisis que padecemos de magnitud nunca vista, se ha llegado a no creer -decente y de buena fe- a estos dos partidos que alternativamente vinieron gobernado.
Hoy los políticos han sido vistos hasta por las personas de más cortos alcances, mas siempre fueron vistos con desprecio por quienes tuvieron ocasión de estar cerca de ellos. Para Azorín, por ejemplo, no hay cosa más abyecta que un político. Siempre hubo cacos, ¡pero al extremo de hoy!... No se ha respetado el dinero público ni el privado, se ha robado directamente al ciudadano: caso de las participaciones preferentes. Al ciudadano se le ha dañado en sus intereses de varias maneras, y dentro del entramado de mala política o tendente a favorecer a un sector a costa de otro -tal el caso de cuando Aznar bajó el valor del dinero, los tipos de interés sin motivo para ello, pero es en la actualidad donde estoy parando mientes.
Se dice jocosamente que "no hay pan para tanto chorizo" ; lo cierto también que si todos los corruptos fueran a la cárcel no hay, ni mucho menos, suficientes, pero, bueno, se les podía encarcelar en campos de concentración. Pesa el "caso Bárcenas con la caja B en el Partido Popular que ahora nos gobierna, o desgobierna, y que ha motivado la citación judicial de Pío García Escudero, presidente del Senado, y otros: el expresidente de Baleares, tan marcado por la corrupción, Jaume Matas -en su día muy defendido por José María Aznar-; en fin, más vale que los jueces no tiren de la manta, pues hay varios cargos del gobierno implicados por supuestas recepciones de dinero de empresarios. Con la corrupción de éstos, en parecido porcentaje al de los políticos y otros "allegados", se produjo la parálisis nacional económica, la pobreza que revistió distintos niveles hasta descender a no poder atender las necesidades primarias de la vida.
Rajoy, además de ser el político que más mintió, es odioso por no dar la cara.
Dice Séneca que si nos hemos provisto contra el frío, el hambre y la sed, el resto es vanidady exceso. Bueno, con esta radical austeridad, con esta pobreza franciscana, viven hoy día millones de familias españolas, gran parte a causa de haberse queda sin tabajo. Y este es "el rayo que no cesa" y fulmina progresivamente la sociedad. Para mayor injusticia ya no se trata del llamado del llamado antaño paro obrero, sino de parados en general, el ingeniero de una empresa, por ejemplo. Se trata, obviamente, de señores bastante más preparados que la generalidad de los políticos. Pero, preparación aparte, todo ciudadano tiene derecho al trabajo. Como dice la Constitución de la Segunda República, España es un país de trabajadores de todas clases. Y la Constitución actual expone que todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre eleción de profesión u oficio, etcétera. Artículo 35. El robo de la pecunia numerata ha traído el de los derechos del ciudadano. Rajoy da personalmente la espalda a éste, actúa sin explicación alguna, a lo dictador, sin dar la cara, o sea, responder de sus actos, afrontar consecuencias.
Tras la corrupción, la crisis; tras la crisis, el paro. Y ante esta situación caótica hay que acabar con las crisis.
Rajoy no hace otra cosa que seguir la corriente en la políca de ajustes y recortes que le imponen, es decir, seguir la política de ajustes y recortes los gobiernos de los países de la UE, porque España está comprendida en éstos.
El no a los recortes y a las medidas de austeridad tiene mucho de humanitario, o lo tiene todo, pero ¿hasta qué punto es posible continuar en esto? Ya no se puede triturar más al ciudadano, no más paro, no más drama nacional. Otra cosa es que se haga necesario la continuidad de tales recortes que, como queda dicho y todos sabemos nos imponen la UE; ahora bien, han de tomar el camino adecuado. Este cambio de la política económica del gobierno es lo que procede para que, mejorando la macroeconomía, se vaya a la cura de la economía de la sociedad -ésta no debe ser, y lo está siendo abusiva, tiránicamente, la que paga el pato del mal gobernar y la corrupción-, porque es injusto, arbitrario, dañar intereses del ciudadano y, en caso in extremis, en los últimos momentos, con el mayor apuro, abocarle a una situación precaria y angustiosa. Es seguir una conducta antagónica a la que Don Quijote recomienda en carta a Sancho Panza cuando es gobernador de la ínsula Barataria:
Supeditados a la UE, lo posible y pertinente es dirigir los recortes y medidas de austeridad a otros terrenos, con tanta más facilidad contando Rajoy en su elección con mayoría aplastante -merced, desde luego, al desastroso gobierno de Zapatero y a las promesas electorales de él-, y estos ámbitos han de ser los de la administración del Estado y modificación de su estructura. Pero Rajoy no se atreve, ni está por echarle valor porque en el fondo no quiere, aun cuando vea su conveniencia, porque la ve el más garrulo. Sobran ayuntamientos, sobran diputaciones y otros organismos administrativos. Y, bueno, para empezar sobran las Autonomías, que multiplican administraciones. España no puede sostener el gasto de diecisiete gobiernos, esto se viene diciendo ha mucho tiempo por activa y por pasiva, pero que si quieres. No se ha dejado de alegar que motivaría paro; el que vayan al paro estos paniaguados de la política aterra al Gobierno y quiere evitarlo, no si se trata del ciudadano ajeno a los políticos, ajeno salvo para sostenerlos, del honrado trabajador.
Se habla de la "casta política", y en verdad que forma casta, una casta sólo atenta a favorecer sus intereses caíga quien caíga, y que, ya calados, han pasado a constituir una gran preocupación para el ciudadano. ¿Cómo no al ver tanta corrupción e indulgencia que prodigan a la misma? Hemos de coincidir con Antonio Gala en que el mundo de la política y el de los negocios tienen, como la Casa del Padre, muchísimas moradas -más de las que una mente ingenua y limpia atina a imaginar-, y las camas se comparten en ella con más amplio criterio. Hay que controlar al gobierno -Rajoy es muy rebelde a ello-, porque de lo contrario corrupción al canto. La corrupción -Ludwig von Mises, dice- es un mal inherente a todo gobierno que no está controlado por la opinión pública.
y suele ser la raón principal de sus desgracias sociales.
-Jorge González Moose-
La corrupción es el venero, o sea, origen y principio de donde procede la actual pobreza de innúmeros españoles y de la indigencia de la España de hoy. Dramáticamente, y no ha dejado de serlo trágicamente para bastantes españoles, aunque ocultado por el Gobierno, la pérdida del puesto laboral continúa produciéndose de modo acelerado. Y Mariano Rajoy a verlas venir.¿Ver venir qué? Nada bueno; mucho malo. Aún no se ha enterado que como presidente del Ejecutivo tiene que ejecutar, dicho sea en las acepciones de poner por obra algo y en la de desempeñar con arte y habilidad algo. Parece que ignora que Poder Ejecutivo es el que tiene a su cargo gobernar el Estado y hacer cumplir las leyes -hacérselas cumplir incluso a los catalanes, que las obvian cuando quieren-, y que, por consiguiente, no puede adoptar la inacción por lo contrario de lo que su cargo exige y el nombre del mismo explica. No puede situarse a la expectativa, su obligació es actuar, hacer algo, y lo evidente es que Mariano Rajoy no hace nada, absolutamente nada positivo pues hay que restar el daño que hace a traves de sus ministros. Unánimemente la ciudadanía se queja de éstos y piden su dimisión.
En las Elecciones ofreció el oro y el moro, hizo ofertas ilusorias. ¡Cuánto había que esperar de él, de las dotes políticas que poseía! Ja, ja, ja. Ya lleva como presidente bastante más de los siete meses de existir esta viñeta, y
no ha adquirido ningún mérito que modifique algo su trayectoria política. Nunca dejaría de figurar como el político más embustero de nuestra democracia tan imperfecta como tal y como política en general. Sin entrar en los errores políticos del bipartidismo a lo largo del reinado especial de Juan Carlos I, sólo el hecho de que en la época de Felipe González ya había muchos y muy "ilustres" cacos -los señaló Fernando Vizcaíno Casas en su novela " Alibabá y los 40 ladrones"- y que crecieran a gran ritmo con Aznar y con Zapatero, asimismo con Rajoy -siempre por parte de los cuatro con enorme tolerancia- es base más que suficiente para descalificar la política del PSOE y del PP.
En cuanto a la mentira es innata en los políticos, de ello ya traté en otro artículo, y lo peor es cuando la emplean para tapar corruptos, ya en ellos mismos, ya en sus colegas y correligionarios, pues sólo la sacan a la luz, y como arma arrojadiza, del gobierno a la oposición, y de ésta al gobierno. Dentro del partido nadie delata a nadie. Por el daño que han hecho todos, coautores de la crisis que padecemos de magnitud nunca vista, se ha llegado a no creer -decente y de buena fe- a estos dos partidos que alternativamente vinieron gobernado.
Hoy los políticos han sido vistos hasta por las personas de más cortos alcances, mas siempre fueron vistos con desprecio por quienes tuvieron ocasión de estar cerca de ellos. Para Azorín, por ejemplo, no hay cosa más abyecta que un político. Siempre hubo cacos, ¡pero al extremo de hoy!... No se ha respetado el dinero público ni el privado, se ha robado directamente al ciudadano: caso de las participaciones preferentes. Al ciudadano se le ha dañado en sus intereses de varias maneras, y dentro del entramado de mala política o tendente a favorecer a un sector a costa de otro -tal el caso de cuando Aznar bajó el valor del dinero, los tipos de interés sin motivo para ello, pero es en la actualidad donde estoy parando mientes.
Se dice jocosamente que "no hay pan para tanto chorizo" ; lo cierto también que si todos los corruptos fueran a la cárcel no hay, ni mucho menos, suficientes, pero, bueno, se les podía encarcelar en campos de concentración. Pesa el "caso Bárcenas con la caja B en el Partido Popular que ahora nos gobierna, o desgobierna, y que ha motivado la citación judicial de Pío García Escudero, presidente del Senado, y otros: el expresidente de Baleares, tan marcado por la corrupción, Jaume Matas -en su día muy defendido por José María Aznar-; en fin, más vale que los jueces no tiren de la manta, pues hay varios cargos del gobierno implicados por supuestas recepciones de dinero de empresarios. Con la corrupción de éstos, en parecido porcentaje al de los políticos y otros "allegados", se produjo la parálisis nacional económica, la pobreza que revistió distintos niveles hasta descender a no poder atender las necesidades primarias de la vida.
Rajoy, además de ser el político que más mintió, es odioso por no dar la cara.
Dice Séneca que si nos hemos provisto contra el frío, el hambre y la sed, el resto es vanidady exceso. Bueno, con esta radical austeridad, con esta pobreza franciscana, viven hoy día millones de familias españolas, gran parte a causa de haberse queda sin tabajo. Y este es "el rayo que no cesa" y fulmina progresivamente la sociedad. Para mayor injusticia ya no se trata del llamado del llamado antaño paro obrero, sino de parados en general, el ingeniero de una empresa, por ejemplo. Se trata, obviamente, de señores bastante más preparados que la generalidad de los políticos. Pero, preparación aparte, todo ciudadano tiene derecho al trabajo. Como dice la Constitución de la Segunda República, España es un país de trabajadores de todas clases. Y la Constitución actual expone que todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre eleción de profesión u oficio, etcétera. Artículo 35. El robo de la pecunia numerata ha traído el de los derechos del ciudadano. Rajoy da personalmente la espalda a éste, actúa sin explicación alguna, a lo dictador, sin dar la cara, o sea, responder de sus actos, afrontar consecuencias.
Tras la corrupción, la crisis; tras la crisis, el paro. Y ante esta situación caótica hay que acabar con las crisis.
Rajoy no hace otra cosa que seguir la corriente en la políca de ajustes y recortes que le imponen, es decir, seguir la política de ajustes y recortes los gobiernos de los países de la UE, porque España está comprendida en éstos.
El no a los recortes y a las medidas de austeridad tiene mucho de humanitario, o lo tiene todo, pero ¿hasta qué punto es posible continuar en esto? Ya no se puede triturar más al ciudadano, no más paro, no más drama nacional. Otra cosa es que se haga necesario la continuidad de tales recortes que, como queda dicho y todos sabemos nos imponen la UE; ahora bien, han de tomar el camino adecuado. Este cambio de la política económica del gobierno es lo que procede para que, mejorando la macroeconomía, se vaya a la cura de la economía de la sociedad -ésta no debe ser, y lo está siendo abusiva, tiránicamente, la que paga el pato del mal gobernar y la corrupción-, porque es injusto, arbitrario, dañar intereses del ciudadano y, en caso in extremis, en los últimos momentos, con el mayor apuro, abocarle a una situación precaria y angustiosa. Es seguir una conducta antagónica a la que Don Quijote recomienda en carta a Sancho Panza cuando es gobernador de la ínsula Barataria:
Para ganar la voluntad del pueblo que gobiernas, entre otras, has de hacer dos cosas; la una, ser bien criado con todos, aunque esto ya otra vez te lo he dicho, y la otra procurar la abundancia de los mantenimientos, que no hay cosa que más fatigue el corazón de los pobres que la hambre y la carestía.El subrayado es mío, y es algo a subrayar a los políticos, que son la bien pagá, y el buen pagado. En dinero y privilegios.
Supeditados a la UE, lo posible y pertinente es dirigir los recortes y medidas de austeridad a otros terrenos, con tanta más facilidad contando Rajoy en su elección con mayoría aplastante -merced, desde luego, al desastroso gobierno de Zapatero y a las promesas electorales de él-, y estos ámbitos han de ser los de la administración del Estado y modificación de su estructura. Pero Rajoy no se atreve, ni está por echarle valor porque en el fondo no quiere, aun cuando vea su conveniencia, porque la ve el más garrulo. Sobran ayuntamientos, sobran diputaciones y otros organismos administrativos. Y, bueno, para empezar sobran las Autonomías, que multiplican administraciones. España no puede sostener el gasto de diecisiete gobiernos, esto se viene diciendo ha mucho tiempo por activa y por pasiva, pero que si quieres. No se ha dejado de alegar que motivaría paro; el que vayan al paro estos paniaguados de la política aterra al Gobierno y quiere evitarlo, no si se trata del ciudadano ajeno a los políticos, ajeno salvo para sostenerlos, del honrado trabajador.
Se habla de la "casta política", y en verdad que forma casta, una casta sólo atenta a favorecer sus intereses caíga quien caíga, y que, ya calados, han pasado a constituir una gran preocupación para el ciudadano. ¿Cómo no al ver tanta corrupción e indulgencia que prodigan a la misma? Hemos de coincidir con Antonio Gala en que el mundo de la política y el de los negocios tienen, como la Casa del Padre, muchísimas moradas -más de las que una mente ingenua y limpia atina a imaginar-, y las camas se comparten en ella con más amplio criterio. Hay que controlar al gobierno -Rajoy es muy rebelde a ello-, porque de lo contrario corrupción al canto. La corrupción -Ludwig von Mises, dice- es un mal inherente a todo gobierno que no está controlado por la opinión pública.
No hay comentarios:
Publicar un comentario