lunes, 31 de mayo de 2021

A VUELTAS CON LA JUSTICIA, LOS JUECES Y LOS ABOGADOS

Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario, ya no sería justicia.  - Paul Auster -

Se puede no creer en los curas y creer en Dios, pero no es posible creer en la justicia  y terrenal y sin creer en los jueces. El unánime pesimismo sobre la justicia se extiende a honrosos jurídicos, que haberlos, haylos No faltaría más. En la numerosa bibliografía existente sobre la justicia no deja de haber jurídicos que la critican acremente y quisieran mejorar en lo posible su funcionamiento. Ello les enaltece como persona, no se envanecen, ni ensoberbecen de su poder. Me comentó un amigo abogado el demasiado que tienen 

Tratan a los litigantes, en especial al demandado, con increíble autoritarismo, en nada un cliente es tratado peor. Tal conducta puede originar algo tan lamentable como el caso ocurrido en Santa María de Nieva (Segovia) en que uno de los litigantes agredió a la jueza por negarse a hablar con él sobre el pleito. Esta conducta irrazonable, adoptada por tales profesionales es divergente totalmente del criterio de Sócrates; para él 'cuatro características corresponden al juez: escuchar cortesmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir inparcialmente. Ni de lejos están por cumplir lo de escuchar al litigante, parece como si el asunto fuera únicamente de los dos procuradores, de los dos abogados y del juez instructor. 

Lo natural y lógico sería agradecer al litigante la información directa que quiere darle, aparte actuación del abogado, pero solo la acepta cuando el Derecho le obliga a escuchar a los protagonistas en persona. Si se les escribe no contestan, y sé de un evento -me lo refirió el abogado defensor del que lo sufrió- que el juez  expuso: 'Si quiere escribirme ha de enviarme la carta a través del procurador'. De estupefacción. Y se trataba de una persona relevante. Dicho sea de paso que ya un destacado jurídico trató gráficamente de la no necesidad de éste cuando pueda ser asumido su papel por el litigante.

La política y los jueces.

La Constitución en su artículo 127 impide a jueces y fiscales, hallándose en activo, pertenecer a partido político alguno, o sindicatos, pero, claro está, no dejan de sentirse adictos a tal o cual facción política.                                             

Argentino, abogado y político. Presidente de la Corte Suprema de Justicia de Argentina.

Ello como en general la sociedad. Para ser un buen juez es indiferente el ideal político que se sienta, como en general para poseer rectitud moral y sentido humanitario. Las dos cosas son fundamentales para ser un buen juez, y no se poseen por el hecho de serlo. Es decir, se ha de empezar por ser una buena persona, para lo que es conditio sine qua non, condición indispensable, ser amante de la verdad, que está, indubitadamente por encima de la ley, como -recordemos una vez más- sostiene aquel ejemplar juez que fue José Castro Aragón, el único que se ha atrevido a enfrentarse con la anormal realidad de la Familia Real española. 

Contando el texto de la Constitución con el daño de las sentencias de desacierto, contrasentido, disparate, que algunas veces se emiten, hace constar en su artículo 121: 'los daños causados por error judicial, así como los que sean consecuencia del funcionamiento anormal de la Administración de Justicia, darán derecho a una indemnización a cargo del Estado, conforme a la ley'. Este artículo de la Carta Magna, como tantos otros, jamás se cumplió. Ponen de relieve estas líneas cuanto de imperfección tiene la justicia, que en  injusticia incurre cada dos por tres.                                        

'Justicia sin misericordia es crueldad', según Santo Tomás de Aquino. ¿Pero de qué se comparece la justicia? Además tiene el juez que cumplir la ley, y las hay injustas y crueles per se, por sí mismo,  

Palmaria sevicia. 

Excesivo mal trato es, por ejemplo, que por llegar a darse el caso de no poder pagar el alquiler de la vivienda ancianos octogenarios y nonagenarios se les desahucie sin proporcionarles techo. Esto que es vil a cualquier edad, lo es más,  si cabe, en la provecta. Y es noticia, dolorosa y vergonzosa, que a cualquier persona, con un mínimo de humanidad, ha de causar espanto.  Aquí peca la justicia y la política; parta de una u otra, Con motivo de la pandemia se suprimieron temporalmente los desahucios, pero, a lo que parece, la justicia hizo oídos sordos, y desahucios adelante.. . La crueldad es improcedente, inadecuada, indebida, impropia, infundada, se ha repetido hasta la saciedad pero este mundo no quiere darse por enterado. 

La mentira es arma política y arma jurídica.

Por una mentira un hombre se  echa a perder, y por así decirlo, aniquila su dignidad de hombre - Immanuel Kant - 

Aquellos que defienden la verdad son un pequeño remanente en cualquier parte, nos dice el libro de 'El Eclesiastés'. En este residuo no abundan, que digamos, los políticos y los abogados. De lo que de perjudicial y oprobioso tiene la mentira lo describe muy bien Severo Catalina en su libro 'La mujer:

Decía un sabio que la mentira es pecado antisocial; y decía muy bien. Por la mentira se falta a Dios, autor de toda verdad; se falta a la propia dignidad humana; se falta a los semejantes. La mentira, que por sí es un pecado, sirve además de auxiliar a casi todos los pecados.

No hay mentira inocente: la que más inocente parece puede conducir a un abismo; porque allí donde en realidad no hay malicia, la malicia humana se encarga de suponerla.

 Y la mentira en nuestros días aún se ha degenerado más                                                            

Filósofo francés de origen argelino. (1930-2004)

Tribunal.

La justicia por activa y por pasiva, da siempre mucho miedo. - Antonio Gala -   

 La justicia y la injusticia no es solo cuestión de TRIBUNAL, o sea, del 'lugar destinado a a los jueces para administrar justicia y dictar sentencias', tal la definición del DAE; es también el llamado Tribunal de conciencia o 'recto juicio íntimo que se hace de los deberes y de los actos propios'. Éste cuenta, o más bien debiera contar para todo quisque, pues hay muchos individuos, sin distinción de clase alguna, a los que se les puede aplicar la frase hecha: 'no tiene  conciencia'. El juez no la tiene y es mala persona  -reitero- cuando tiende a aplicar la ley sin previo ahínco en  la búsqueda de la verdad, que, como sabemos, el buen como íntegra persona, el ya citado José Castro y Aragón, así lo proclama. Por otra parte, y como dice el adagio latino, summum ius, summa iniuria, suma justicia, exceso de injusticia. Concepción Arenal expone al respecto: <Casi siempre es injusticia/ la austera severidad, / y la dulce caridad/ es  casi siempre justicia >. Ella considera también:                             

   
Y en el humilde es sobre todo en el que recae de modo general la injusticia en concepto del marqués de Sade: la ley solo existe para los pobres; los ricos y poderosos la desobedecen cuando quieren, y lo hacen sin recibir castigo porque no hay juez en el mundo que no pueda comprarse con dinero.  Coincide con Platón, que dijo  'Yo declaro que la justicia no es otra cosa  que la conveniencia del más fuerte'. Aquí y ahora no  continuo hablando del Tribunal, dejo procrastinado referirme a 'Palacio  de Injusticia, sin esperanza y sin miedo', de que es autor.  Joaquín Navarro Estevan (1939-2007) y está prologado por  Antonio García-Trevijano (1927-2018) . El primero fue magistrado y político del PSOE, pero en diciembre de 1980 abandonó el partido decepcionado con Felipe González. El segundo fue abogado, notario, crítico de arte y político, profesor universitario. Entre sus obras figura "Teoría pura de la república", gran pensador sobre la misma. 
 
Dice uno de los 'Aforismos morales' e Séneca que 'no hay hombre virtuoso sin Dios' Es rara avis, por supuesto, pero existe el santo laico, y, para más ironía, de profesión juez Me cuesta trabajo, sí, entender  que García-Trevijano no perteneciente a la caterva de políticos, sino, en ellos y en los jueces, una figura singular, sea ateo. Mientras Tomás Moro sostiene que 'el hombre no puede ser separado de Dios, ni la política de la mora', nuestro susodicho jurídico y político luchó por una política moral y, en este terreno, por la justicia social, que es la de Dios. 
                                       
Tomás Moro fue ahorcado, arrastrado y descuartizado  por negarse a conceder a Enrique VIII  de Inglaterra divorciarse de Catalina, hija de los Reyes Católicos.    
 
Fue un rey y los Tribunales ingleses quienes cometieron este crimen que por clamar al cielo convirtieron en santo al abogado (decente), político,  escritor y relevante humanista. 
                                           
 
¡Buen patrón tienen los gobernantes y los políticos! No tienen nada mejor. De su obra, tanto  la personal como la escrita versaré un día, en particular de su EUTOPÍA.
 
Igualmente efectuándolo de buenos jueces no dejaré de hacer referencia de la jueza actual Natalia Velayos y del libro que acaba de publicar. .
                                           
Jueza Natalia Velayos 
   

No olvidaré a la también encomiable magistrada Mercedes Alaya tan quejosa de las irregularidades de la justicia, cuanto ha sufrido en su persona por debilidad de la justicia contra los políticos corruptos. . 
 
Quiero ya referirme al licenciado en Derecho dedicado a la defensa del cliente.

El abogado diabólico.

El abogado es un caballero que rescata vuestra hacienda de la mano de vuestros adversarios y se la guarda para sí. - Lord Brougun --

Gran porcentaje de abogados, sobre todo los mediocres, los de serie, son de poco fiar profesionalmente; si su preparación es deficiente, lo es aún más su ética profesional, incluso los hay que se venden a la parte contraria de su cliente. Son de temer más que el propio litigio, ya lo expone Lorenzo Pignotti: 'temed. desgraciados litigantes, más que a los pleitos a los abogados'. En ellos es lo corriente que va a defenderte del enemigo, y también a sustituirle. Hay una paremia que lo indica: 'cuando toma cuerpo el diablo se disfraza de abogado', la cual el paremiólogo especifica así 'Zahiere a los letrados que, con complicadas razones y maliciosas triquiñuelas,, enredan a sus clientes y les sacan todo el dinero Por eso también se dice: El mal letrado, enredador y caro.  

Así como el juez tiene la obligación de indagar la verdad, el abogado defensor tiene la obligación de mentir si lo requiere la protección de su cliente. No siempre le toca defender la verdad. En cuanto a trapalones 'tanto monta, monta tanto' el político y el abogado; referente al primero dice el diplomático y escritor Saavedra Fajardo que 'todo el estudio de los políticos se emplea en cubrir el rostro a la mentira para que parezca verdad, disimulando el engaño y disfrazando los designios. Esto le cuadra igualmente con el abogado de bufete, ya que se halla en idéntica situación equis veces. Ha de defender a quien no lleva la razón y, por ende, debe perder el pleito, siendo evidentemente lo vergonzoso ganarle, cuya inverecundia ocurre muchísimos  casos por múltiples motivos, y a alguno ya señalé. 

El básico es mentir, engañar, mixtificando los hechos. Suele decir el abogado al cliente: usted cuénteme la verdad, que de ser necesario, yo me encargaré de cambiarla. Es, pues, un señor que miente a lo bellaco. Una vez me decía un profesional de éstos: 'voy a misa a ver si me santifico un poco, porque vive uno mintiendo tanto'.. No les va a los abogado en general lo sucedido con Alfonso María de Ligorio quien defendiendo una causa brillantemente, hubo de perderla al presentar su contrincante una prueba en contra. Y entonces, avergonzado,  exclamo ante los oyentes: Perdonad, me había equivocado. Abandonó la profesión y se dedicó a la vida religiosa. Le avergonzaba pudiera pensarse que había querido engañar. ¡Hay que ver lo que va de ayer a hoy! Hoy  es el desmadre, y ya no hablemos [más] de injusticia social.                                           

 No dejó de hacerlo el filósofo  vallisoletano, muerto en Madrid, Julián Marías (1914-2005),tal su libro 'La justicia social y otras justicias' 

 


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