viernes, 26 de junio de 2020

La monarquía de Juan Carlos I, reinó a su libérrima voluntad.y los políticos gobernaron de igual manera.

La derecha y la izquierda.


                                                                                

Estamos frente a una monarquía en ruina inminente por el enriquecimiento del Rey. Pero además por salirse de otros cánones de la institución, cual es, entre otros, las bodas de los hijos. De las dos infantas ya las tiene muy comentadas el historiador especialista en casas reales Juan Balansó, y de haber conocido la del Príncipe de Asturias aún más hubiese expuesto. Sobre su elección matrimonial su protesta no hubiera sido de menor alcance que la de Jaime Peñafiel. 

Es esta última monarquía española (Juan Carlos I - Felipe VI) de una forma sui géneris, empezando porque no cumplió lo  que en ella esta dispuesto para el matrimonio morganático: no reinar, lo que ocurrió con los tíos abuelos de del actual rey de España: Don Jaime y don Alfonso, y además se casaron con solteras, cual eran la italiana Emanuela de Dampierre y la cubana Edelmira Sampedro. No lo  era Letizia Ortiz Rocasolano, sino divorciada del primer matrimonio con su profesor de Literatura en el Instituto, Alonso Guerrero Pérez, que tuvo lugar en Almendralejo (Badajoz) el 7 de agosto de  1998, divorciándose al año. Corto matrimonio, pero largo noviazgo de diez años.  Se encontraba en relaciones amorosas con su compañero David Tejera, y al surgir el Príncipe a su vida rompió estas para dar cabida a relacionarse con él. Se inició el noviazgo, y hay que decir que contra la voluntad de la Familia Real. Pero si con Eva Sanum, consiguieron impedirle la boda, no así con la señora Ortiz, celebrándose la ceremonia nupcial en la catedral de Madrid y la recepción en el Palacio Real, o sea, dentro del conjunto monumental palacio-iglesia.
                                         
Entre ambos la Plaza de Armería.
Los matrimonios morganáticos de los citados hijos de Alfonso XIII resultaron mal, en ambos hubo divorcio. Claro está que el no serlo no garantiza una unión feliz. Contrajo nupcias El Príncipe de España, que -como sabemos nunca fue Príncipe de Asturias, lo era su padre, don Juan de Borbón, a quien Franco no permitió reinar- dentro de la realeza, y no por ello el matrimonio ha sido feliz. Tampoco lo fue el de sus padres, por infidelidad del conde de Barcelona, ni el de los hoy llamados reyes eméritos, en el que él ha batido el récord de donjuanismo, dejando en ello pequeño a su abuelo y a su padre, los dos últimos Alfonso, de cuya vida amorosa ya he hablado en anteriores artículos. 
                                              
Alfonso XII y Elena Sanz
Esta relación ha sido biografiada por por José María Zavala, en 'Elena y el Rey'. La Sanz tuvo dos hijos en partos seguidos en años: Alfonso y Fernando. Ya había tenido uno de padre desconocido, llamado Jorge. Tras la muerte de Alfonso XII luchó la Sanz judicialmente para que sus hijos llevaran el apellido Borbón, pero María Cristina de Habsburgo-Lorena, no vacilando en mentir por muy Doña Virtudes que fuera llamada por sus súbditos, ganó el litigio.     
                                 
Alfonso XIII y Carmen Ruiz Moragas
E
sta relación amorosa principal  de este rey que también se ocupó de hacer negocios, es estudiada por Pilar Eyre, <Carmen, la Rebelde>. Tuvieron dos hijos, Teresa y Leandro., éste consiguió el apellido Borbón en mayo de 2003, y sin necesidad de prueba de ADN. 


En fin, tras esta evocación de los ancestros de los dos últimos reyes españoles, volvemos a ellos. El caerse Juan Carlos I en su oculto safari en Botsuana en compañía de su amante y ayudante de negocios Corina Larsen -su amante más importante por ello-, rompiéndose la cadera, fue el inicio de su caída del trono, de poco le valió pedir perdón. 
                                           
Tienen en contra la edad.
Fueron seis años de """amor""" -de amor al dinero por ambas partes, 2006-2012-, y como éste, en su abundancia, de una forma u otra, suele causar estragos pues véase al extremo que han llegado. Hace declaraciones que dejan por los suelos a la monarquía española. 

                                             
También trata de sus amantes en este libro:
                                          
Creo que si alguien conoce al detalle a este ex monarca de dramático final es este coronel y escritor -fue  - como nos revela en varios libros y artículos, aunque en el que falló en lo que predijera en el presento a continuación:
                                             

Fallan los políticos, falla la sociedad.

                         'El loco de la colina' presenta la actualidad'.
Esta tesis coincide con la del periodista y escritor natural de Segovia, Enrique de Diego, léase su obra titulada 'El suicidio de España'.
El sistema es una farsa porque los españoles de hoy son de sainete. La infinita mediocridad de los políticos del momento corre pareja con la inmensidad de la mediocridad de los ciudadanos. No es que los pueblos se merecen a los políticos , es que España tampoco se merece a estos españoles garrulos y aborregados que hoy deambulan por por sus calles y sus tierras.
 Este escritor es autor del libro  'La inútil monarquía', donde disecciona, aparte de lo absurdo de la institución,  los negocios hechos por el rey. De éstos vuelve a ocuparse, porque lo requiere la tesis, en 'El suicidio de España'. Aquí hace la siguiente señalización sobre la ceguera de la sociedad en cuanto al daño que infiere la monarquía al país:   
Manifestación extrema de la degeneración de las mentes es la elevada cantidad de gente que no percibe la influencia de la monarquía en su vida y considera, por ende, inicuo el que la familia borbónica detente la jefatura del Estado.
Señala el entramado político de latrocinio y termina aclarándonos: 
... toda esta casta expoliadora  parasitaria descansa y se fundamenta en la monarquía, que es la que legítima toda la corrupción y la decadencia que sufrimos y padecemos. [...] Con Juan Carlos surgió la corrupción irrestricta que, luego, desde la cabeza se iría extendiendo a todo el cuerpo social, al conjunto de los partidos y a los empresarios comisionistas. 
Todo su reinado, pues, ha sido corrupción, ya dijo el especialista en casas reales modernas, Juan Balansó, que el reinado de Juan Carlos pasaría a la historia como el reinado de la corrupción. En aras a esta lacra hasta los socialistas son seudo monárquicos, porque a no dudar seduce enriquecerse a todo quisque, aunque no deja de haber -cada vez menos, porque la sociedad continúa pudriéndose moralmente- quien no lo desea viciosa o ilegalmente. No obstante ha surgido alguna luz de justicia  y se trata de que que sea juzgado don Juan Carlos como un corrupto más, uno de tantos. 

Aquí traigo a colación estas lineas que puse en facerbook:

'El fuero para el gran ladrón, la cárcel 
para el que roba un pan'. - Pablo Neruda - 

Para fuero el ex monarca español. La muerte es para TODOS, pero no la ley. Juan Carlos I era intocable por ser rey, pero al dejar de serlo..., más de lo mismo. 'No es esto, no es esto', que diría Ortega y Gasset. Según Charles Bukoskil escritor y poeta alemán, nacionalizado estadounidense, 'la civilización es una causa perdida;la política, una absurda mentira; el trabajo, un chiste cruel'. Quizá sea aún peor, más cruel, la burla que se trae con el trabajo.¿Como no se ha de reformarse el texto de la Constitución, que no resulte en tantos artículos papel mojado? No hablemos del problema del alquiler de vivienda, auténtica picaresca con complejo entramado económico y, por ende, de difícil arreglo a corto plazo. En esta época la política arrastra mucha injusticia por doquiera.  

Ya hemos visto que empezando por la institución de la monarquía, que se ha saltado sus cánones ad libitum, a gusto, a voluntad, y terminando por los políticos y la ciudadanía todo ha sido anormalidad.

Hundió España la derecha y la izquierda, ambas, aparte su torpeza política, entablaron una competencia en corrupción en la que se llevó la palma el PP Memorables fueron aquellos "sobres" de Aznar
                                         
      
¿Qué  Gobierno es de apetecer?  En primer lugar uno que no robe y/o  permita, cuando menos haciendo la vista gorda, el robo. Ya dice Antonio Gala, ciudadano de lujo, que no político de serie: "Un Gobierno no puede conformarse con no ser ladrón.  Tiene que ser exactamente lo contrario: enriquecerte,  remediador de la pobreza,  generoso, advertido del porvenir,  aliviador del mal trago presente". 

Pero su escepticismo es grande, por lo que no deja de exponer  también: " "Tranquiliza más y es más prudente encomendarse a un santo que a un Gobierno ". Ha habido algún rey santo, que ya es decir,  pero un político...
             

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