Ignoro si la política es un arte, una simulación,
una ciencia, una bicoca, una posibilidad o una
mierda. Lo que sé es que la verdadera moción
de censura deberán promoverla los ciudadanos,
asqueados, contra los políticos. Porque todos son
iguales . Porque todos son malos.. Porque, siendo
todos tan pragmáticos, resulta que el gato blanco
y el gato negro tienen, más que nada, una cosa en
común: que ninguno de los dos caza ratones. ¿Por
qué entonces no echarlos de casa?
- Antonio Gala -
Cómo creer en los políticos, ellos son los Reyes Magos de
los adultos. Para creer en ellos hay que ser demasiado ignorante, dado el
avance en nuestros días de los medios de comunicación. Verdad que algunos de
ellos pretenden poner mordaza a la
Prensa, consiguientemente, al ciudadano importándoles un
bledo saltarse a la torera el texto de la Constitución en
varios artículos. Pensarán que por verificarlo en uno más no importa, carece de
entidad y consecuencia. Suele haber bastante
diferencia ‘del dicho al hecho’, refrán que Luís Junceda, en su
‘Diccionario de refranes’, nos aclara así: ‘Enseña que entre lo que se dice y
lo que se hace, por lo regular media mucha distancia, que no se debe, pues, confiar en las
promesas. Así se lo recomienda don Quijote a Sancho cuando éste decide
dedicarse a la ociosidad’. Pero de cuanto la Carta Magna habla a su cumplimiento la distancia es sideral, y
aquí no se trata de promesas, se trata de prescripciones legales en su acepción
de preceptuar, ordenar, determinar algo. Sí, y nada menos que el gobierno de la
nación.
Otra cosa es lo ofrecido –esto si son promesas- por los
políticos en las cuatrienales Elecciones
Generales. En ellas se da el caso
improcedente de que alguno se obliga a hacer lo mandado en el mencionado texto,
es decir, lo obligado. Y ello para luego desobedecerlo. Es evidente que el
político esta obligado a cumplir la Constitución, que ha de ser para él los cauces a
seguir, pero que si quieres, es algo que tristemente no se logra. Está
redactara para un país que es un reino por obra y gracia del dictador que tuvo
durante casi cuarenta años; ahora bien, en lo que atañe a la justicia social
ésta es bastante respetada. No tal por la llamada por Enrique de Diego ‘la
inútil casta política’, políticos de la Transición que han gobernado afrontando el
fomento de la corrupción. Todo gobierno ha estado rodeado de casos de este
vicio moral tratándose del trinque. Ya dijo Juan Balansó que la monarquía de
Juan Carlos I pasaría a la
Historia como la monarquía de la corrupción. No voy tratar
específicamente de la misma, harto comentado lo tengo en otros artículos, si
bien una vez más hago hincapié en que ningún político se propuso, drásticamente
como correspondía, su eliminación.
La corrupción se halla diametralmente opuesta a la
justicia social, crea en la sociedad enorme distancia económica. No ha de
procurar la economía enriquecer más al rico a costa de empobrecer más al pobre
o mediano capital, sino el bien para todos. Dice el novelista y economista José
Luís Sampedro: ‘Hay dos tipos de economistas. Los que trabajan para hacer más
ricos a los ricos y los que trabajamos para hacer menos pobres a los pobres’. La
propiedad no es un robo, aunque lo contrario afirme Proudhon, sí que en algunos
casos lo es por lo que tiene de mal adquirida. Generalmente proviene de tal o
cual especie de robo el reunir muchas propiedades. Las grandes fortunas
conllevan delito en su casi totalidad. No tanto rico tan rico, ni tanto
pobre tan pobre; este no es el resultado, ni mucho menos, de una
política inteligente y honesta.
La Política debiera ser, como la Medicina, una dedicación muy humanitaria, aparte
de que constituya un modus vivendi,
modo de ganarse la vida, según la
segunda acepción del DAE, y eminentemente ‘modo de vivir, base o regla de
conducta’, conforme la primera acepción. No está el mal peor en vivir de la Política, sino que la
meta de ir a ella sea para enriquecerse. Hay quien, muy honestamente, rechaza el
dedicarse a la Política,
y aquí tenemos que recordar como brillante ejemplo a la hija de Serrano Suñer
tenida con su amante la marquesa de Llanzol (consorte), María Sonsoles de
Icaza, es decir, a Carmen Díez de Rivera y de Icaza, reconocida, como los apellidos
indican, por el marqués como hija. Constituyó con Adolfo Suárez y el Rey el
Triángulo de la Transición,
llamada <La musa de la
Transición>, por alusiones de Francisco Umbral en el
diario ‘El País’. De ella hablé detenidamente otrora; lo que ahora quiero
significar es que tiene una gran frase de la que se dice debiera estar en la
cabecera de los partidos, y que transmitió a su biógrafa Ana Romero. Este
aserto es: <La política no puede ser una profesión permanente o una renta vitalicia>.
Conforme ha expuesto Arturo Pérez Reverte, la Historia de España tiene
más fallos que aciertos. Es palmario, basta recorrerla. Pero mirando a nuestros
días hay que poner en tela de juicio algunos hechos, tal como la creación de la Autonomías, que a
Fernando Vizcaíno Casas le llevó a escribir ‘Autonosuyas’; la entrada en el
euro, etcétera. El craso error de las Autonomías lo estamos sufriendo hoy
grandemente con el recalcitrante independentismo de Cataluña. Los errores se
pagan, traen secuelas y a veces gravísimas. Con las Autonomías no se aplacó el furor independentista; por el
contrario, se agudizó. Ello aparte de implicar girar hacia una economía no
recomendable. Más políticos para
aumentar el gasto del Estado. España es el país de un vergonzante número, como
no puede ser por menos con diecisiete "Españitas" y cada una de ellas con
su respectivo gobierno, número de políticos a mansalva.
El expresidente Aznar que dijera un día 'España va bien', afirmó en otra ocasión que España está hipotecada. Esto es notorio.
Política y políticos huelen que apesta –admitiendo
siempre las excepciones de la regla general-, porque, por supuesto, se ha de considerar la aspiración del mencionado
Antonio Gala: ‘Yo aspiro a una política que no combata más que a un enemigo: el
engaño, y no escuche más que a un oráculo: el corazón’. Fuera de su aspiración,
la idea que tiene de la política es
nefasta, afirmando rotundamente: <Por muy sucia que se imagine uno la política,
siempre lo es mucho más>. Y
claro está que si, como se asegura, el Poder corrompe, ¿Qué decir del que llega
a él corrupto ya? Nunca
alcanzó el Poder el aterrador número de cacos de nuestra inacabada Transición,
nunca tanto político de relieve en la cárcel y otros que con la suerte de
esquivarla, pero… muy manchados. Ante el actual panorama de los ricos
por la política, resulta increíble el hecho de que antaño hubo quien se arruinó
por la política.
La corrupción en que nadamos, de individuos relevantes a
irrelevantes, evidencia un descomunal fracaso de la política con inútiles
políticos –ya hemos dicho que así lo ve el periodista y escritor de Segovia,
Enrique de Diego, Nunca tanta impericia y suciedad juntas, que lógica y
naturalmente, ha traído un gran desgobierno, una crisis económica a pasar y
suicidios que se ocultaron, que se prohibió a la Prensa revelar. La
corrupción nunca nace del pueblo, pero,
visto lo visto, en el, a toda escala social, acabó. Nuestro tan citado autor lo
ve así:
Cada día salen nuevos nombres a
la concurrida palestra de la corrupción. No sé ni cómo caben. Banqueros,
militares, políticos, funcionarios, particulares (ladrones de profesión o de
afición): en todas partes cuecen habas, menos en la hoya de los pobres, a los
que se condena sin tanto requilorio por hurto famélico.
Este hurto también es delito, pues no deja de ser
trinque, tal el que hace una persona explotando a un ciudadano por un alquiler
de vivienda –piso o apartamento- que por añadidura fue adquirido con
facilidades sociales.
Y abundando en Antonio Gala, veamos su indignación contra
los políticos:
¿QUE ES UNA PUTADA? (pregunta que le hicieron en una
entrevista, y él contestó esto):
Putada es comparar la jubilación de un diputado o diputada con la de una viuda.
Putada es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con tres o con seis según el caso y que los miembros del gobierno para cobrar la pensión máxima sólo necesiten jurar el cargo.
Putada es que los diputados sean los únicos trabajadores (?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del ISR.
Putada es colocar en la administración a miles de asesores (léase amigotes con sueldo) que ya desearían para sí los técnicos mejor cualificados.
Putada es el ingente dinero destinado a sostener a los partidos, aprobados por los mismos políticos que viven de ellos.
Putada es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (y no digamos intelectual o cultural).
Putada es el costo que representa para los ciudadanos, sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier.
Putada es que sus señorías tengan casi cinco meses de vacaciones al año (48 días en Navidad-enero, más 17 en Semana Santa -a pesar de que muchos de ellos se declaran laicos- más 82 días en verano).
Putada es que sus señorías, cuando cesan en el cargo, tengan un colchón del 80% del sueldo durante 18 meses.
Putada es que ex ministros, ex secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del erario público.
Putada es que se utilice a los medios de comunicación para transmitir a la sociedad que los funcionarios los únicos que representan un costo para el bolsillo de los ciudadanos…
Putada es que nos oculten sus privilegios, mientras vuelven a la sociedad contra quienes de verdad les sirven, hablando de política social y derechos sociales.
¡Qué Putada!…
Firmado Antonio Gala
Putada es comparar la jubilación de un diputado o diputada con la de una viuda.
Putada es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con tres o con seis según el caso y que los miembros del gobierno para cobrar la pensión máxima sólo necesiten jurar el cargo.
Putada es que los diputados sean los únicos trabajadores (?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del ISR.
Putada es colocar en la administración a miles de asesores (léase amigotes con sueldo) que ya desearían para sí los técnicos mejor cualificados.
Putada es el ingente dinero destinado a sostener a los partidos, aprobados por los mismos políticos que viven de ellos.
Putada es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (y no digamos intelectual o cultural).
Putada es el costo que representa para los ciudadanos, sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier.
Putada es que sus señorías tengan casi cinco meses de vacaciones al año (48 días en Navidad-enero, más 17 en Semana Santa -a pesar de que muchos de ellos se declaran laicos- más 82 días en verano).
Putada es que sus señorías, cuando cesan en el cargo, tengan un colchón del 80% del sueldo durante 18 meses.
Putada es que ex ministros, ex secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del erario público.
Putada es que se utilice a los medios de comunicación para transmitir a la sociedad que los funcionarios los únicos que representan un costo para el bolsillo de los ciudadanos…
Putada es que nos oculten sus privilegios, mientras vuelven a la sociedad contra quienes de verdad les sirven, hablando de política social y derechos sociales.
¡Qué Putada!…
Firmado Antonio Gala
Se ha negado que lo haya escrito él. Lo haya escrito
quien fuere, lo importante es que encierre verdad. Asimismo que en aras de la
mentira no se imponga silencio a la verdad.
Ya expuse recientemente del citado Enrique de Diego, ap. ‘El
suicidio de España’, lamentos del autor por motivos que están llevando a este
suicidio. Estas líneas que transcribo pueden servir de clave, aunque hay otras que
igualmente.
La virtud cívica y la honradez resulta risibles en una sociedad que
hasta hace dos días ha mirado para otra parte ante la corrupción rampante de su
dirigentes. Ser honrado no solo ha sido una muestra de
coherencia heroica, por sus costes, también es tenido como una forma extrema de
estupidez. Hay una general degeneración de las mentes. Puesto que la verdad ha
sido abolida, también lo ha sido su búsqueda.
¿Surgirá ese deus
ex machina, esa persona que
solucione la situación de tanto abuso e
injusticia a que ha llegado España? Decía el político alemán Otto von Bismarck
que ‘España es el país más fuerte del mundo, los españoles llevan siglos
intentando destruirlo y no lo han conseguido’. Pero si la inmolación de
víctimas y más víctimas. Las que vemos en la Historia y las que hemos
visto y vemos a lo largo de la vida. Víctimas cruentas y víctimas con sangre del
alma: lágrimas. E inmisericorde la nueva casta política continúa endeudando nuestro país.
Así, no es que no se pueda cancelar la deuda hasta la generación de nuestros nietos, sino jamás. Nuestros """virtuosos de la Política""" que nos someten al desgobierno, ignoran, a lo que parece, que aumentar gastos, despilfarrar, no es el modo de ir extinguiendo una deuda.
Efectivamente no toman otro camino, empezando por corregirse a sí mismos.
Así, no es que no se pueda cancelar la deuda hasta la generación de nuestros nietos, sino jamás. Nuestros """virtuosos de la Política""" que nos someten al desgobierno, ignoran, a lo que parece, que aumentar gastos, despilfarrar, no es el modo de ir extinguiendo una deuda.
Gay de Liébana: 'La deuda española es impagable'. |
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