domingo, 11 de noviembre de 2018

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

En un Estado verdaderamente libre,
el pensamiento y la palabra
deben ser libres.
- Suetonio, biógrafo -

Que libertad no ha habido siempre es evidente. La falta de libertad se concibe en una dictadura; yo recuerdo que en la del general Franco, en el Ministerio de Información y Turismo, de aquel tiempo, me fueron censuradas unas líneas de un libro, y hube de reconstruirlas. Pero superada aquella larga etapa  dictatorial –treinta y nueve años- no puede comprenderse que se coarte al ciudadano uno de los derechos humanitarios inalienables. Ya su vigente Constitución tiene a este respecto su artículo 20, el cual voy a transcribir íntegramente para su mejor comprensión. Debió entenderse y respetarse siempre, que no para otra cosa, se creó, amén de para dar entrada a la monarquía. Dice:

1.     Se reconocen y protegen los derechos :
a)    A exponer y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de de reproducción.
b)      A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.
c)      A la libertad de cátedra.
d)     A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto  profesional en el ejercicio secreto de estas libertades.
2.     El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.
3.     La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cual ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España.
4.     Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad , a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
5.     Solo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial. 

Saltarse este artículo a la torera es quebrantar también el número 14 que proclama:

Los españoles son iguales ante la ley , sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier  otra condición o circunstancia personal o social.

Queda bien, pero no es así, y sin ir más lejos hago referencia a una visible desigualdad: los aforamientos. Es obvio que no deben existir, y España es el país de mayor número de aforados. Ello de entrada para este epígrafe de ‘igualdad ante la ley’. A lo que parece está a punto de conseguirse su eliminación. Asimismo tenemos delante de los ojos numerosas personas –hombres y mujeres- que en gran medida se han beneficiado, y benefician, por su nacimiento y/o alguna circunstancia personal o social. Incuestionable injusticia al canto. En la mente de todos está que por los mismos motivos unos están en la cárcel, y otros, no. 
 
Sabido es que hay innúmeras quejas al incumplimiento de la Carta Magna; en ella hay bastantes artículos incumplidos, y, a tal extremo, que resultan ridículos. Se ha dicho que es papel mojado, en más de una ocasión el muy conocido en los medios de comunicación Federico Jiménez Losantos la tildó de papel miccionado. La Constitución, en general, está bien, lo reprobable es que no se cumpla; en varios artículos, y pese a su capital importancia, ni por lo más remoto. El mismo Serrano Anguita, tan disconforme con el sistema y acérrimo republicano, admite que no todo iría tan mal si, al menos, se cumpliera la Constitución.Evidente, por otra parte, que no ha de ser inmutable, dado el cambio de las cosas que hace experimentar el transcurso del tiempo.

Lo de igualdad ante la ley no solo choca frontalmente con los aforados, sino con el artículo 56, cuyo apartado 3, reza:

La persona del Rey es intocable y no esta sujeta a responsabilidad.  Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el articulo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65, 2.

Veamos 64 de ‘Refrendo de los actos del Rey:

1.     Los actos del Rey serán refrendados por el presidente del Gobierno, y, en su caso, por los ministros competentes. La propuesta y el nombramiento del Presidente del Gobierno , y la disolución prevista en el artículo 99, serán refrendados por el presidente del Congreso.
2.     De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden.  

Parece ser que ello va hasta contra el principio religioso, y nada más entroncado con el Catolicismo que la monarquía hispana. Es de lo más juicioso que cada uno sea responsable de sus propios actos para dar cuenta ante los Tribunales de Justicia. Si existe Dios y ha de someternos a juicio, del uso que hemos hecho del libre albedrío que Él nos dio, no ha de ser responsable exclusivo por nosotros un tercero.

¿Van a responder aquí, en la tierra, de cuanto se le imputa al rey emérito los presidentes de Gobierno o los ministros? Éstos responden por ellos, por su conducta, así acabamos de ver el ingreso en prisión del ex vicepresidente del PP Rodrigo Rato. Ha pedido perdón a la sociedad por sus hechos delictivos, como en su día –en el caso del safari a Botsuana con su ‘amiga’ Corina Ardesen lo pidió don Juan Carlos, pero esto y el caso Nóos, que involucró a ojos vistas a la Corona en la corrupción, ya fue la gota de agua que colmó el vaso de cuanto se le venía imputando al monarca, y se vio en la conveniencia de abdicar como medio de salvar la institución por el momento. Visiblemente continúa estando en el alambre. Durante largo tiempo fue ‘una monarquía protegida por la censura’, según deja patente Iñaki Anasagasti en su libro así titulado, publicado en 2007 cuando aún la censura, implícita pero dura, para hablar de la Familia Real continuaba en todo su vigor. O casi. Ya no corrió riesgo su autor con ‘Una monarquía nada ejemplar’, publicado siete años después.

Hoy día la corrupción  persiste golpeando la monarquía, amen de lo que ésta tiene de obsoleta, extemporánea. En el orden político va resurgiendo la libertad de expresión, va resurgiendo de sus cenizas, como el ave fénix, ya hay una prensa que habla sin miedo. Al respecto ha expuesto Mario Vargas Llosa que ‘todas la dictaduras, de derechas y de izquierda, practican la censura y usan el chantaje para controlar el flujo de información’. Ocurre, como tenemos visto, que no solo las dictaduras. El presidente de los tristes recuerdos, Mariano Rajoy, quien presidió entre la corrupción, la mentira y los recortes a la ciudadanía, pretendió poner mordaza a ésta. Recordemos la ley mordaza, que tumbó el Congreso, aquella pretendida tiranía.



Se ha pretendido contrarrestar algún artículo de la Constitución, empezando por el número 20, en ello se esforzó Rajoy, nefasto gobernante que cayó desplomado por el plúmbeo peso de  la mentira y la corrupción que se venía padeciendo, insisto. .¿Cesaron en algún momento de la Transición? Nequaquan, de ningún modo, de ninguna manera.

De corrupción a corrupción, ‘y tiro porque me toca’. Sí, es el juego de la oca. Acción retrospectiva.

Se está recriminando ‘los tratos de favor dados por la monarquía como por los distintos gobiernos de la democracia al dictador y a sus herederos’. Así ha sido en la marcha cívica que en la Coruña tuvo lugar poco tiempo atrás. Se criticó la permisión que se ha hecho respecto a esta familia en cuanto a que disfruten de bienes expoliados y, por otra parte, acceder a títulos nobiliarios y pensiones vitalicias. Fue el rey ad libitum, a gusto, a voluntad, elegido por dictador, y esto sí que es incuestionable, quien otorgó el título de duquesa de Franco a la hija del dictador, y el de ‘Señora de Meiras’ a la viuda. Dijo Balansó  que el reinado de Juan Carlos I pasaría a la Historia como el reinado de la corrupción, mas ésta existía con la dictadura y se ha permitido su duración con la familia Franco, si hemos de dar crédito a lo que en la actualidad está apareciendo en la prensa, la cuestión es de lo más alucinante. Mal resultado dio la indulgencia con qué los Gobiernos de la Transición han tratado a don Juan Carlos, pero ¿qué decir de los Franco? Conservan bienes materiales y más humos que don Rodrigo en la horca. (Que no fue ahorcado, sino degollado, y a cuya muerte el conde de Villamediana dedicara un soneto: ‘Viviendo pareció digno de muerte, / muriendo pareció digno de vida’). 

La corrupción política es veterana: en el siglo XVII un Rodrigo fue a la muerte por chorizo; hoy día, que está abolida tal sentencia, otro Rodrigo acaba por el mismo motivo de ir a la cárcel. Don Rodrigo Calderón era marqués de Siete Iglesias, conde de Oliva, y Rodrigo Rato no es título pero también político. Los Franco no están en la política, pero sí en el mundo de las finanzas, que tiene con ella importante parentesco, aspecto en el que no han perdido nada de importancia, tanto más continuando el título de duquesa de Franco, y al morir ésta, en su hija mayor, homónima de ella. Por ello pisan fuerte y hablan alto, vienen con fueros. Es más, están entroncados con los Borbones, ¿Quién ignora que el primer matrimonio de Carmen Martínez Bordiu Franco fue con Alfonso de Borbón Dampierre, nieto de Alfonso XIII como hijo de Jaime de Borbón Battemberg y de Emanuela de Dampierre, matrimonio morganático que le apartó a él y sus descendientes de la línea de sucesión monárquica, aunque como la instauración de la Monarquía dependía de realizarse en el elegido por Franco, ello dio lugar a que algunos familiares concibieran durante algún tiempo la esperanza de que la nietísima llegara a ser reina. Todo tomó un giro muy distinto e inesperado. El susodicho Balansó no la concebía como reina.   
 
Se quiso tapar la corrupción a base de la  mentira y la censura, y únicamente se consiguió parcialmente en el tiempo y en la cantidad. Hubo un tiempo en el que solo se podía escribir de la Familia Real –y ésta era más extensa que en la actualidad-de modo laudatorio, y, por ende, así era lo que se publicaba sobre todos sus miembros ya en el artículo, ya en el libro, aun cuando algún valiente dijo alguna verdad corriendo riesgo, tal el caso del malogrado, y vuelvo a citarle, Juan Balansó, que no dejó de consignar tal riesgo. ¿Qué no diría si hubiera conocido lo que vino después de su muerte, ocurrida a últimos de junio de 2003 a la edad de 61 años? No conoció el matrimonio morganático del Príncipe de Asturias, el celebérrimo safari del Rey con su amiga Corina, el Caso Nóos, en cuya corrupción queda involucrado un matrimonio de la realeza –infanta Cristina y su esposo, aunque la primera fue salvada mediante montaje en opinión de Pilar Eyre- y tantos otros casos que no alcanzó cronológicamente.

Según Suetonio, historiador y biógrafo romano, autor de ‘Vida de los doce césares’, ‘en un Estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres’. Ni que decir tiene que el aserto, pese al tiempo transcurrido, continúa siendo acertado. Hoy día están apareciendo, insisto, verdades y más verdades en torno a la Monarquía y a los Gobiernos de la Transición. Sin duda da en el clavo nuestro Premio Nobel, Camilo José Cela, al afirmar que nadie, impunemente, puede fingir porque el tiempo es ácido que corroe lo no auténtico para mostrar, a quien quiera mirarlo, el indeleble grabado de de lo verdadero’. En la vida apasiona el becerro de oro, cuya adoración sigue cambiándose por Dios, ya dice Francisco Delicado, en su obra ‘La lozana andaluza’ que Omnia per pecuniam falsa sunt, todo es falso a causa del dinero. Se quiere el poder, porque vale tanto como el dinero y en él se traduce. ‘Poderoso caballero es don dinero’, y lo dijo un poeta. Y Bécquer en su Rima XXVI: ‘Voy contra mi interés al confesarlo; / no obstante, amada mía,/ pienso, cual tú, que una oda solo es buena / de un Billete del Banco al dorso escrita. […] Tú sabes y yo sé que en esta vida / con genio es muy contado el que la escribe, / y con oro cualquiera hace poesía’. Y de nuestros poetas podemos ir al “rey” de los pesimistas: filósofo Schpenhauer: ‘La riqueza es como el agua salada, cuanta más se bebe, más sed produce’. Partiendo de estas premisas se deduce que los Tribunales de Justicia han de ser independientes del Monarca y del Gobierno, habida cuenta de que a la Justicia y a los medios de Información corresponde vigilar la conducta de un jefe de Estado –rey o no- y del Gobierno, que ambos no son sino servidores del país. Incalificable, por lo que tiene de aberrante, de injusto, el hecho de que el Poder Judicial haya dejado de ser independiente. Su recuperación se solicita en las Elecciones y es prometido. Luego una mentira más de las electorales. ¿Prometió Rajoy, dicho sea de paso, algo que cumpliera?

¿Desde cuándo la monarquía y la democracia se complementan? Pensar con verdad y justicia.

Empezando por la  Monarquía y siguiendo
por la Iglesia, ningún poder nacional ha
pensado más que en sí mismo.
       - Ortega y Gasset -   

Es un híbrido, o sea ‘producto de elementos de distinta naturaleza’ (DAE) La democracia puede ser, entre otras, democracia cristiana, democracia, democracia liberal, democracia popular. Ésta me resulta odiosa. Es: sistema de gobierno de los regímenes políticos de inspiración marxista. Odiosa y relativa democracia y, en ella, una libertad sui generis. hecho a medida ellos. No es libertad la que comete crímenes, cruentos y/o incruentos. Ya Madame Roland ante la guillotina, y antes de colocarse para la amputación de su cabeza, dirigiéndose a la estatua de la Libertad -Plaza de la Revolución, hoy Plaza de la Concordia- emitió: '¡Oh, Libertad! ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!'.      
Si hay libertad para mentir, ¿por qué no ha de haberla para decir la verdad?  Libertad es hasta un derecho humano, ¿quién lo ignora?, lo que no es, ni ha ser, libertinaje, es decir, y tal como define el DAE, 'desenfreno en las obras o en la palabras'. Amemos la fuerza de la razón, odiemos la razón de la fuerza; ésta es bastante bruta y no debe desencadenarse. Y repelemos también, rechazándolo vivamente, esas censuras encubiertas que son el silencio y la mentira, ya sea imposición monárquica, ya sea gubernamental. Se ha hablado de 'Una Monarquía protegida por la censura' -libro de Iñaki Anasagasti-, pero de este medio no dejó el Gobierno en alguna ocasión de servirse en su protección; tal el de Rajoy, como queda visto. Y esto en cronología reciente; su Gobierno cayó por la corrupción, el silencio, la mentira. 

Dice uno de los 'Aforismos morales', de Lucio Anneo Séneca, que 'nunca es demasía publicar lo que es necesario que se sepa'. Nuevamente volví a verme desatendido en mi voluntad de conseguir la corrección de esa milonga, dicho sea en sentido coloquial de 'engaño, cuento', que constituye el sepulcro ubicado en la iglesia del pueblo segoviano de Santa María la Real de Nieva. No se me oponen pruebas -no se me pueden presentar contra la que yo aludo-, pero se me contradice con el silencio, por parte de alguno, y con la mentira, por la de otro. Yo vengo solicitando, y bien lo saben quienes contacten con mi blog, que se tape la falsa inscripción y, asimismo, las erróneas líneas de la página WEB del Ayuntamiento respecto a ello, pero que si quieres. Ya para colmo del ninguneo en que me se me sitúa, el hecho de pretender sea envuelto implicando contradicción. No ha lugar a que me sea expuesto que presente prueba de lo que imputo, Precisamente es un aserto, o sea, 'afirmación de la certeza de algo', y en mí caso la afirmación de que el ADN mitocondrial dio rotundo mentís a esa fabulación contra la verdad de la Historia.         
                                      
Libertad de expresión, pero con verdad y justicia. Bajo ningún régimen político es lícito abusar del poder, 'el abuso del poder -Salvador de Madariaga dijo- es una enfermedad, al parecer incurable, del ser humano, y claro que produce desorden'.

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