miércoles, 30 de mayo de 2018

Santa María la Real de Nieva. Más y más y mucho más de la mentira del falso sepulcro, que está resultando despótica.

El caso de este pueblo, de unos mil habitantes, de la provincia de Segovia, nace de la mentira y se desenvuelve en la sinrazón. Dentro de ésta, en la tiranía, concretamente en la segunda acepción de la palabra, es decir, 'abuso o imposición en grado extraordinario de cualquier poder, fuerza o superioridad'. (DAE). Subrayo que no hay superioridad que valga, solo poder:  el que tienen y el que se toman. Por lo que al alcalde se refiere no puede imponer la mentira, la sinrazón, la arbitrariedad. Que no, que no. No se puede actuar a lo alcalde de Monterilla. No hay que endiosarse ni aún siendo presidente de los Estados Unidos. Pero el alcalde Monterilla fue ejemplo de autoritarismo caciquil, algo que ya no le va a nuestro tiempo. Es probable que haya reminiscencia de caciquismo -ya lo traté ha bastantes años en El Adelantado de Segovia-, pero con otro ropaje; hoy día este autoritarismo choca de plano con la democracia o con la monarquía constitucional que tenemos. Ya desde Fernando VII no hay rey absoluto, el monarca dejó de gobernar para simplemente reinar, y ya no tiene súbditos sino ciudadanos. Ya la monarquía no es un régimen o sistema autoritario, así que en este aspecto no procede en nada ni en nadie actuar despóticamente. Y los políticos no han de abusar de su autoridad en pro de llenarse los bolsillos y hasta para imponer la mentira ad libitum, a gusto, a voluntad. Por otra parte no es muy enaltecedor, que digamos, dar la espalda a la cultura desinteresándose por suprimir una probada tergiversación de la Historia de España.

Que un político haga juegos malabares para su indebido enriquecimiento, lo entiendo, porque para su corrupción, practicar el trinque, ha de partir de la mentira, arroparse en ella; ahora bien, no puedo concebir, entenderlo, encontrar razón y justificación de la mentira del sepulcro. No es que sea abstruso, sino que se trata de lo más absurdo en todas las acepciones de la palabra: contrario y opuesto a la razón, / que no tiene sentido / extravagante / irregular /  chocante / contradictorio / dicho o hecho irracional / arbitrario o disparatado.  (DAE)

La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

Rechazo de plano la mentira siempre, y principalmente cuando tiene importancia, y la tiene visiblemente cuando daña. Contra la norma jurídica que sirve de título a este epígrafe, la que veo en el pueblo en cuestión parece que es: 'La mentira, toda la mentira y nada más que la mentira', es decir, la diametralmente opuesta. A quienes la sostienen, yo les digo con el filósofo matemático y escritor Bertrand Russell : 'Muéstrate escrupuloso en la verdad, aunque la verdad sea incómoda, pues más incómodo es cuando tratas de ocultarla'. Quienes sostienen la mentira del sepulcro es el alcalde y el cura párroco del pueblo a quienes he suplicado que prescindan de tal engaño. Ellos no pueden estarlo, porque disponen de televisor y de ordenador, aparte de que yo les he hablado -por escrito- ampliamente del tema. Pero se han anclado caprichosamente en la ignorancia. Ni el cura tapa la falsa inscripción del mausoleo ni el alcalde borra de la página WEB del Ayuntamiento las erróneas líneas asegurando que en la iglesia está el sepulcro de Blanca I de Navarra. Disparate chabacano a partir de 9 de septiembre de 2008.

Se ha dicho que 'la vida es un sendero amargo, no es un camino de Paz y Verdad'. Filosofía pesimista aparte, con Schopenhauer a la cabeza, algo de verdad si que hay en la vida.  Vemos que lo pide el Derecho. Triste que a veces se aplique la ley en falso no llegando a la verdad. Quiso el juez José Castro Aragón llegar hasta la verdad, porque asegura: Aplicar la ley es fácil. [...] Porque sin verdades, ¿cómo vas a hacer justicia? [...] Si yo no buscara la verdad por encima de la Justicia, no solo sería un mal juez: sería un mal hombre. La verdad está, incluso, por encima de la justicia, entiéndase que es conditio sine qua non, condición indispensable, para la misma.

No puedo explicarme lo que ocurre bajo el prisma de la sindéresis, o sea, discreción, razón, cordura, y, por supuesto, honestidad, todo ello reclama a voz en grito que deje de presentarse la mentira por parte del cura y del alcalde, tanto más siendo personas honestas. Yo, desde luego, no afirmo lo contrario. Ni de ellos ni de cuantas personas he entrado en contacto con el lamentable tema del infundado sepulcro, el cual es tanto más vituperable cuanto que se hace propaganda de él, incluso mediante vídeos., para incentivar turismo. Esto me resulta hiriente, por falta de respeto a la Historia, y a la Ciencia, y no digamos el caso omiso que de mí se hace, siendo evidente que actúo a favor del pueblo, de Segovia y de la Comunidad Autónoma. No obstante, al elevar  mi solicitud a la capital de provincia -Diputación- no obtuve respuesta. Cierto que no lo he efectuado a su ilustrísima el obispo, el cual desde este año se encuentra pleiteando contra el alcalde. El Obispado demandó al Ayuntamiento para aclarar la titularidad de la iglesia, del claustro y algo más de lo que queda del monasterio, tal como el salón de Cortes, siendo  Enrique IV, yerno de Blanca I de Navarra, el último monarca que las celebró en este recinto. 

Ya expuse en su día cómo lamento  que se dé esta situación, nada edificante bajo el punto de vista religioso, en cuanto al párroco en disensión con el alcalde, su repercusión con los feligreses del cura; amantes éstos de su patria chica, no dejará de dolerles que el cura se enfrente con el pueblo (Ayuntamiento) por la propiedad del monasterio. Tendrá el juez Instructor, y los de lo siguientes tribunales, si van de apelación en apelación, que buscar la verdad, lo que pudo buscarse amistosamente. ¿Para que hay un cronista en el pueblo? Claro que si se dedica a sostener la mentira del sepulcro, más vale que se abstenga de intervenir. 

De mi baldía lucha para que se admita la verdad inequívoca de la Ciencia. 
  
Para vencer es fuerza pelear, por más
que muchos que pelean no venzan.
-Larra, en El doncel de Don Enrique el Doliente-  

Resulta inverosímil que el elemento político-administrativo interviniera, como es lógico y natural, en la acción que se llevó a cabo y que condujo a un error, a una tergiversación de la Historia, y no concierna, empero, a la Administración su corrección. Por otra parte, entiendo que no tiene que solucionar el medio académico el error en que se incurrió, ya que es cosa hecha -solucionado está- por la Universidad de Granada y por la de Barcelona. Basta el resultado del estudio genético realizado por dichas Universidades al Príncipe de Viana, el cual demostró que ni los restos mortales de don Carlos Évreux, en el Monasterio de Poblet,  ni los de su madre, Blanca I de Navarra, en Santa María la Real de Nieva, son de ellos; están, pues, perdidos, ilicalizables. La líder del Proyecto Poblet, la profesora de Historia Medieval,, doña Mariona Ibars i Puga, se encargó de la investigación histórica para hallar la ascendiente idónea en que practicar la prueba de ADNmt. No cabe, en definitiva, el llamarse andana, opino que constituye un compromiso ineludible actuar en consecuencia del resultado de este estudio genético. Y esta es la razón de 'mi lucha', que no política, como la de Adolf Hitler, sino por la no mixtificación de la Historia -repito-,y -¡ya para colmo!- con implícito rechazo a la Ciencia. Yo no puedo pensar que el delegado de la Junta, en Segovia, y de aquí para abajo, en lo tocante a cargos políticos y administrativos, ignoren que este es el siglo de la Genética. Lo que ante todo quiero dejar evidente es que rechazo de plano la falsificación de la Historia, la no admisión del ADNmt. y la mentira. En cuanto a ésta lo demanda de consuno la Moral y la Ética.

  
Si este avance científico es universalmente reconocido, no puedo entender, ni puede haber quién lo entienda,  lo último que me ha sucedido: Al no ser atendido en el pueblo, me dirijo a la Diputación Provincial, de la cual el alcalde de referencia es diputado, y, como ya he dicho, no obtuve respuesta. No se me podrá decir que nada tiene que ver una Diputación Provincial con los Ayuntamientos de su provincia. Viéndome desatendido por dicho organismo, recurrí a la Junta de la Comunidad, obviamente al delegado provincial, y, tras algún tiempo y mi reiteración, me respondió  otra persona por orden de él . 

Fui informado de lo que ya he indicado:  que entienden 'que no es asunto que deba resolverse a instancias administrativas sino más bien académicas, es decir, mediante el dictamen y la opinión de especialistas'. Por no discutir con el amable señor no le pregunté por qué no admitía que el dictamen de especialistas está dado desde hace casi una década. Seguidamente me expuso literalmente: 'En ese ámbito, los documentos que usted aporta entendemos que pueden tener un gran valor' Calificó mis artículos de labor de investigación, y a ello le contesté que no lo son, sino de mera información. Por favor, por favor, ha de entenderse, y repito por enésima vez, que la investigación ya está hecha, y por la Ciencia, para que resulte inequívoca, y que ya es tiempo de que se proceda a tapar la falsa inscripción, además duplicada. En el arcosolio erigido en el presbiterio y en una placa al lado.Y asimismo borrar la falsa información de la página web del Ayuntamiento. 

De la errónea información de Información -perdón por la redundancia- y Turismo ya traté en un reciente artículo anterior, mas habré de volver sobre el tema porque quedan flecos. Se me dio por respuesta cuando lo expuse a la Junta algo que es para dejar estupefacto al sursuncorda.
                                                                                                                                                                  


          

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