viernes, 8 de junio de 2018

Hay que apearse del burro: dejarse de efugios y aceptar el ADN


Tristemente recibí esta respuesta:

'Sí, señor López Peralta, se recibieron todos sus correos. Y sí será competencia de la Junta cambiar esa información cuando haya consenso científico indubitado sobre la cuestión, de momento no le hay.  /  Reciba un atento saludo'.

No tiene porqué haber consenso científico indubitado para cambiar la información que está dando Información y Turismo, habida cuenta de que existe la prueba de ADNmit. desde el 9 de septiembre de 2008 en cuya fecha se presentó el resultado de la misma, que prueba inequívocamente el error de suponer que los restos mortales del Príncipe de Viana en un enterramiento del Monasterio de Poblet, y los de su madre en el arcosolio del presbiterio de la iglesia de Santa María la Real de Nieva (Segovia) correspondan a ellos. 

¿A qué viene hacer referencia a lo de <consenso científico indubitado>. Ya he dicho hasta la saciedad que se trata de una prueba fiable, tanto es así que se ha adoptado por los Tribunales de Justicia y continuamente leemos los casos que en el medio judicial está resolviendo. Varios ha resuelto en la Historia, y podía resolver otros si se contara con la debida autorización, tal como la paternidad o no de Carlos IV de los hijos de su prima y esposa María Luisa de Parma, la cual comunicó a su confesor, Fray Juan de Alcaraz: Ninguno de mis hijos lo es de Carlos IV, y, por consiguiente, la dinastía Borbón se ha extinguido en España’.  Su nieta, Isabel II, remata el problema. Fernando VII encarceló de por vida al anciano, algo de que ya he tratado en mi blog. Por supuesto que los descendientes de la Casa Borbón  no autorizan para resolver la duda aplicando el ADN. El importante papel que está haciendo la referida prueba científica lo tengo harto explicado, así que voy a seguir contestando al delegado de la Junta de Castilla y León –o señor en quien éste delegó-.

Consenso es, según el DAE, ‘acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos’. No procede lo de <consenso científico indubitado>, no hay nada que aprobar o desaprobar. Lamento que el aludido señor me haya dado la siguiente réplica al ver que no aceptaba sus manifestaciones en cuanto al sorpresivo evento con Información y Turismo.

Sr. Peralta, lamento participarle que las obligaciones de mi puesto de trabajo me impiden mantener con usted una correspondencia tan abundante y prolífica como es su deseo, sobre un asunto que además de resultar ajeno al contenido de mi puesto de trabajo, requeriría  de mi parte la desatención de otras tareas de las que soy responsable. Tiene usted toda la información sobre la postura de la Junta de Castilla y León sobre la cuestión. En lo sucesivo, y salvo que aporte nuevos elementos de juicio, no podré contestar a sus reiterados e insistentes correos. / Agradeciéndole su atención, le saluda atentamente.

Hic et nunc, aquí y ahora, he de hacer constar que nada más lejos de mi deseo que mantener una abundante correspondencia sobre un asunto que no lo requiere y, por otra parte, no siendo amigo de malgastar el tiempo . ‘El tiempo es oro’, dice Franklin, y aún tiene mayor valor en concepto del novelista y economista José Luís Sampedro para quien ‘el tiempo es vida’. Por su parte Séneca tiene entre sus aforismos morales este: ‘Solo es loable la ambición por no perder el tiempo’. Que yo hasta aquí lo he perdido es patente. Patente y marca, una vana, inútil, infructuosa y triste realidad.

El asunto encuadrado en un criterio realista es que se ha de tapar la inscripción del falso sepulcro, así como borrar la errónea información de la página WEB del Ayuntamiento, porque es lo procedente y ni el sursuncorda puede entender las respuestas que se me dan a mi solicitud y aclaraciones. Me resulta sumamente abstruso lo que se me responde en cuanto a Información y Turismo: el <consenso científico indubitado>, que ello constituya conditio sine qua non, condición indispensable, para que dejen de informar tan aberrantemente como decir que en Santa María la Real de Nieva se encuentra el sepulcro de Blanca I de Navarra. Craso error, y que yo creía que la Junta subsanaría ipso facto sacando a dicho servicio de Información y Turismo de tal equivocación. Por el contrario de ello, se me respondió enojado por hacerle perder el tiempo y dejando de aclararme lo del <consenso científico indubitado>, que no ha de haber, que, digo por enésima vez, carece de sentido. Nada ni por nada hay que votar. No será, desde luego, para impugnar el Siglo de la Genética, en cuyo tiempo de avance de la Ciencia vivimos.

Yo no entiendo a mi corresponsal que ha llegado a presentarme un handicap para la eliminación de una falsa noticia emitida por la oficina de  Información y Turismo, de Segovia, que me es inconcebible. También me lo resulta que la Junta sea ajena a que se continúe el error, que no corresponda a ella impedirlo. ¿Pero entonces, a quién del gobierno y de la administración corresponde erradicar la mentira del sepulcro de referencia?  

Desde este escrito, pues a él ya no quiero importunarle más, pido mil disculpas a mi ex corresponsal por haberle servido de cronófago, aun cuando estamos a la recíproca, ya que al final ha quedado como un hecho indubitado que me ha hecho un flaco servicio.

Muchas y peregrinas evasivas he recibido del párroco del pueblo, del actual alcalde, del director de la antigua Universidad Popular de Segovia, pero esto de <consenso científico indubitado> supera a todas. Me hubiera gustado que me lo explicara mi ex corresponsal. Lamento que se haya molestado conmigo, que nunca traté de molestarle. Si le he resultado molesto porque no comulgo con ruedas de molino, en tal caso puede tener razón. 

Solo me queda lamentar que habiendo roto diálogo, ya no sabré nunca qué es eso de <consenso científico indubitado>, únicamente sé lo que significa 'consenso', pero me temo que lo de 'científico indubitado' nadie me lo podrá explicar. Pienso, discurro, si será algo relativo a la ciencia, tal dice el DAE, pero en los adelantos de la Ciencia no hay nada que sea dubitable, dudable, todo es indubitado. ¿Cómo dudar, por ejemplo, de la luz eléctrica o de los rayos equis? Ni a Tomás Edison, ni al primer Premio Nobel de Física, Wilhein Conrad Röngen necesitaron de lo dicho por el señor de la Junta. Los inventos no surgen por sufragio, no se trata de votar a fulano de tal para tal cargo. El ADN -no mitocondrial y éste- surgió mediante la investigación, no por consenso. Y no necesitó de éste para ser aceptado. Permitame, mi ex corresponsal, que se lo subraye.
     

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