Todas las religiones nacen de la fe. O sea, de la
falta de pruebas. En cuanto mediara un milagro
-una prueba fehaciente- la fe sería innecesaria.
En cuanto viniese alguien del más allá sería
innecesaria la religión entendida como asunto
de de iglesias.
- Antonio Gala -
No concibo la fe del carbonero en persona culta, y tampoco entiendo el fanatismo religioso al que con algún otro tema he hecho referencia varias veces. Éste constituye el fanatismo por antonomasia, siendo enorme el daño que ha hecho a la humnidad, como queda puesto de relieve, destacado, resaltado, en la Historia. Aquellos reyes, aquellos papas, aquella Inquisición. Y ni que decir tiene aquellas guerras de religión que esquilmó a España en oro procedente de Estados, y, consecuentemente, aceleró la pérdida de éstos. Muy bien pinta el historiador británico Arnold Toynbee esta situación:
Funesto ejemplo hemos dado los católicos a lo largo de la Historia, sin excluir el clero, y sálvese el que pueda, que tambén tiene esta regla general, como todas, sus excepciones. En ello -reitero- no voy a parar mientes hic et nunc, aquí y ahora.
Religión, sí, pero de ninguna manera llevada al fanatismo. Ninguna Religión. Volviendo al autor del epígrafe condideremos que:
Me deesconcierta tanto pensar que
Dios existe como que no exste.
- Gabriel García Marquez -
Si Dios no existiera sería necesario
inventarle.
- Voltaire -
Dudar de la existencia de Dios no es tan malo, pero si lo es verdaderamente dar por cierto su inexistencia, o falta de existencia.
Si los hay con sed, con deseo ardiente, de Dios -que haberlos, haylos-, tal es Unamuno; por temor a la muerte se pasó su existencia bucándolo. Es de los que han escrito las páginas más penetrantes, profundas, sobre la existencia de Él y el destino del hombre tras la muerte. Anhela la existencia de Dios, y no le convencían las pruebas que la religión presenta. Oigámosle:
Y me agobian dos penas sin medida:
un disgusto infinito de la vida, y un
temor infinito de la muerte.
- Amado Nervo -
Si nada nos salva de la muerte, al
menos que el amor nos salve de la
vida.
- Pablo Neruda -
En 'Del sentimiento trágico de la vida', capítulo VII 'Amor, dolor, compasión y personalidad',nos dice Unamuno:
La fe lleva inherente la inmortalidad del alma como consuelo a uno de los 'Pensamientos' de Pascal, precisamente este:
Resulta abstruso que nuestra vida acabe en el sepulcro. Si la muerte -dice el pensador y político Gandhi- no fuera el preludio a otra vida, la vida presente sería una burla cruel. Ya es bastante horrorosa, como queda dicho, la muerte, ese ""Morir tenemos. ya lo sabemos", de los monjes cartujos, quienes se entierran sin ataúd, con hábito blanco y capucha sobre el rostro para que "solo vean la faz de Dios". Piensan que tras la muerte está la vida eterna. Así, en general, los católicos, y no solo nuestra religión.
¿Qué es la eternidad? La RAE la define, en lo que atañe a la religión, como 'posesión simultánea y perfecta de una vida interminable (4). 'Vida perdudable de la persona después de la muerte (5).En la oración del Credo, que es una serie de dogmas, está lo de la resurrección de la carne y la vida perdurable, es así el remate de tales los principios que la Iglesia católica impone, y que Unamuno es un tanto reticente a aceptar, e infinidad de creyentes.
Si el filósofo y científico francés ya citado, Blaise Pascal, se encuentra, como hemos visto, un tanto indeciso de Dios, mas tiene, en cambio, el siguiente pensamiento de gran prudencia:
La medida de la vida y de la eternidad.
¡Cuán larga es la noche del tiempo sin límites si se
la compara con el breve sueño de la vida!
- Schopenhauer -
Cuando san Pedro en su Segunda Carta nos habla de la segunda venida de Cristo, nos aclara el cuándo y enl cómo. En cuanto a lo primero escribe: No debéis ignorar una cosa, y es que un día respecto de Dios es como mil años, y mil años como un día. (3:8). En este mundo no hay matemático que lo entienda. Con ta quel resulte cierto este aserto de Séneca: Ese día que tanto temes por ser el último, es la aurora de la eternidad.
A decir de Schopenhauer 'la muerte es el genio inspirador , el musagetes de la filosofía...Sin ella, dificilmente se hubiera filosofado.
Generalmente nuestra visión, en lo que se refiere al 'punto de vista particular sobre un tema,, un asunto, etc.' (DAE), y siendo éste el de la muerte, no pasa del cementerio aun cuando muchas son las excepciones. de los que consideran que en él no acaba la nuestra existencia.
... hemos observado cómo a las guerras de religión siguieron luego de una brevísima tregua, las guerras de las nacionalidades; y en nuestro mundo occidental moderno, el espíritu de los fanatismo religioso y nacional constituye evidentementeuna sola y misma pasión maligna.Pase el evangelizar, es decir, 'lpredicar la fe de Jesucristo o las virtudes cristianas', pero imponerlo manu militare.. por la fuerza de las armas... A la América hispana llevaríamos la fe cristana pero fuimos crueles con sus autóctonos y no dejamos de trincar sus riquezas. Tiene sus leyenda, mucha y grave, la por algunos españoles cacareara colonización americana. Como fuera de contexto lo paso por alto.
Funesto ejemplo hemos dado los católicos a lo largo de la Historia, sin excluir el clero, y sálvese el que pueda, que tambén tiene esta regla general, como todas, sus excepciones. En ello -reitero- no voy a parar mientes hic et nunc, aquí y ahora.
Religión, sí, pero de ninguna manera llevada al fanatismo. Ninguna Religión. Volviendo al autor del epígrafe condideremos que:
todas las religiones son igualmente respetables en cuanto sosiegan el ánimo del hombre, lo impulsan a la generosidad con sus semejantes, e impiden que los unos abusen y se impongan a los otros. Por lo tanto, ninguna podrá arrogarse la administración en exclusiva de la verdad sin derivar hacia el integrismo y la fanatización.Se puede ser tan creyente como sea, y lo estimo tanto mejor cuanto más apetencia se sienta, si bien no incurriendo en desmedida defensa .Hemos de pensar como el actor francés Marcel Marceau:
Uno tiene el derecho a ser integrista, a creer profundamente en sus ideas. Pero el fanatismo es peligroso, porque elimina al disidente.Le elimina, sí, en la guerra o en la hoguera, que, como a tal idea escribe también el escritor austriaco Stefan Zweig, estos paladines de la fe,
...aquellos que anuncian que luchan en favor de Dios son los hombres menos pacíficos de la Tierra. Como creen percibir mensajes celestes, tienen sordos los oídos para toda palabra de humanidad.Creer o no crer.
Me deesconcierta tanto pensar que
Dios existe como que no exste.
- Gabriel García Marquez -
Si Dios no existiera sería necesario
inventarle.
- Voltaire -
Dudar de la existencia de Dios no es tan malo, pero si lo es verdaderamente dar por cierto su inexistencia, o falta de existencia.
Si los hay con sed, con deseo ardiente, de Dios -que haberlos, haylos-, tal es Unamuno; por temor a la muerte se pasó su existencia bucándolo. Es de los que han escrito las páginas más penetrantes, profundas, sobre la existencia de Él y el destino del hombre tras la muerte. Anhela la existencia de Dios, y no le convencían las pruebas que la religión presenta. Oigámosle:
Mi religión es luchar incansable e incansablemente con el misterio; mi religión es luchar con Dios desde romper el alba hastael caer de la noche, como dicen que conÉl luchó Jacob. No puedo transigir con aquello del Inconocible -o Incognoscible, como escriben lospedantes- , ni con aquello otro "de aquí no pasarás". Rechazo el eterno ignorabimus. Y en todo caso, quiero trepar a lo inaccesible... En el orden religioso apenas hay cosa alguna que tenga racionalmente resuelta, y como no la tengo, no puedo comunicarla lógicamente, porque solo eslógico y transmisible lo racional. [...] Confieso sinceramente que las supuestas pruebas racionales de la existencia de Dios no me demuestran nada; que cuantas razones se quieran dar de que existe un Dios me parecen basadas en paralogismos y peticiones de principio. Nadie ha logrado convencerme racionalmente de la existencia de Dios, pero tampoco de la no existencia.Esto es lo que ocurre de manera general; a mí estas "pruebas" me parecían pueriles desde mis años de bachillerato -entonces dábamlos siete cursos de religión-
Los razonamientos de los ateos me parecen de una superficialidad y futileza mayores aún que los de sus contradictores. Y si creo en Dios, o por lo menos crero creer en Él, es, ante todo, porque quiero qu Dios exista, y después porque se me revela por vía cordial en el Evangelio y a través de Cristo y de la Historia. [...] Me pasaré la vida luchando con el misterio y aun sin esperanza de penetrarlo, porque esa lucha es mi alimento y es mi consuelo... No concibo a un hombre culto sin esa preocupación, y espero muy poca cosa en el orden de la cultura -y cultura no es lo mismo que civilización- de quienes se manifiestan desinteresados del problema religioso en su aspecto metafísico,y solo lo estudian en su aspecto social o político.Y más adelante
El que uno no crea que haya Dios, ni que el alma es inmortal, y el que crea que ni hay Dios ni es inmortal el alma, -y creer que no la hay no es lo mismo que no creer que la hay- , me parece respetable; pero el que no quiere que la hay me repugna profundamene / Que un hombre no crea en otra vida, lo cpmprendo, ya que yo mismo no encuentro prueba alguna de que sea así; pero que se resigne a ello y, sobre todo, que hasta no dese más que esta y rechace la otra, eso si que no lo comprendo.He dicho que dudar de la existencia de Dios, cabe, ¿quién no duda? Pero con vehemente deseo de que exista. Y así Unamuno, pues pasando de su obra 'Mí religión y otros ensayos breves', que acabamos de echar un vistazo, a la titulada 'Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos' vemos que solidifica su idea de existencia de ultra tumba, que en en el más allá ´quiere encontrar también patria, que en esa patria celestial seamos también carne, ya lo dijo en una ocasión: 'No sé lo que daría por saber que después de muerto seguiría siendo Miguel de Unamuno'. Él no concibe el alma sin algún cuerpo. En el capítulo X, titulado 'Religión, mitología de ultratumba y apocatástasis', podemos leer:
... los hombres no han dejado de tratar de representarse el cómo puede ser esa vida eterna, ni dejarán nunca, mientras sean hombres y no máquinas de pensar, de intentarlo. Hay libros de teología -o de lo que ello fuere- llenos de disquisicionessobre la condición en que vivan los bienaventurados, sobre la manera de goce, sobre las propiedades del cuerpoglorioso, ya que sin algún cuerpo no se concibe el alma.Para nuestro autor son vagas lucubraciones lo de que uno vive en los hijos o en sus obras, que solo pueden satisfacer los que padecen de estupidez afectia, quienes no obstante pueden ser personas de cierta eminencia cerebral. Tras de analizar distintos enfoques filosóficos, apunta, señala o indica como lo importante saber de dónde venimos paraque nos facilite conocer adónde vamos.
Quiero saber de dónde vengo y adónde voy, de dónde viene y adónde va lo que me rodea, y qué significa todo esto, porque no quiero morirme del todo y pretendo saber si he de morirme o no definitivamente.Ha de continuar indefectiblemente con la dura de por vida, mas lleno de fe. Así en el 'Salmo II de sus poesías:
La fe religiosa es necesaria para la vida y para la muerte.Fesoberbia, impía, / la que no duda, / la que encadena a Dios a nuestra idea. / <Dios te habla por mi boca> / dicen, impíos, / y sienten en su pecho: / <¡por boca de Dios te hablo!>. / No te ama, oh Verdad, quien nunca duda, / quien piensa poseerte, / porque eres infinita y en nosotros, / Verdad, no cabes,. / Eres,Verdad, la muerte; /muere la pobre mente al recibirte. /Eres la Muerte hermosa, / eres la eterna Muerte. / el descanso final, santo reposo; / en ti el pensar seduerme. / Buscando la verdad va el pensamiento, / y él no es si no la busca; / si al fin la encuentra, / se para y duerme. / La vida es duda, / y la fe sin duda es solo muerte . / Y es la muerte el sustento de la vida, / y de la fe la duda. ETCÉTERA.
Y me agobian dos penas sin medida:
un disgusto infinito de la vida, y un
temor infinito de la muerte.
- Amado Nervo -
Si nada nos salva de la muerte, al
menos que el amor nos salve de la
vida.
- Pablo Neruda -
En 'Del sentimiento trágico de la vida', capítulo VII 'Amor, dolor, compasión y personalidad',nos dice Unamuno:
Es ei amor lo más, lectores y hermanos míos, lo más trágico que en el mundo y en la vida hay; es el amor hijo del engañoy padre del desengaño ; es el amor consuelo en el desconsuelo, es la única medicina contra la merte, siendo como esde ella hermana. [...] Vivir es darse, perpetuarse, y perpetuarse y darse es morir. [...] Lo que perpetuan los amante sobre la tierra es la carne de dolor, es el dolor, es la muerte. [...] Amar es compadecer, y si a los cuerpos les une el goce, úneles alas almas la pena.Ya anidaba en Shakespeare esta idea, de la cual se sirve Emilio Castelar en si biografía de lord Byron al hablar del amor de su biografiado con Carolina Lamb, casada con el anciano conde Guiccoli, lo decribe así:
La Condesa Guiccoli, el amor puro del poeta, apareció en ese momento. ¿Cómo nació esta pasión? Yo no conozco de este amor una definición tan precisa ni tan profunda como la que el poeta psicólogo por por excelencia, Shakespeare, da del amor entre Otelo y Desdémona. <Me amó, dice Otelo, porque luché y padecí; la amé, porque me compadeció.>(El subrayado es mío).
La fe lleva inherente la inmortalidad del alma como consuelo a uno de los 'Pensamientos' de Pascal, precisamente este:
El último momento es terrible, por hermoso que haya sido el resto de la comedia, se echa un poco de tierra sobre la cabeza, y todo ha terminado.Que todo termine, o sea, la vida, es lo que no entendemos, lo que no queremos, lo que nos horripila. Así, p. ej., el inventor estadounidense Thomas Edison Escribió:
No puedo creer en la inmortalidad del alma... No todo lo que se dice sobre la existencia después de la tumba está mal. Es solo el producto de nuestra tenacidad hacia la vida... , nuestro deseo de seguir viviendo..., nuestro pavor de llegar a un final.No dejaba de angustiarle al Príncipe de los Ingenios, 'la que no hace la siesta' -denominación que da a la muerte-, ni deja de exteriorizarlo en 'D, Quijote de la Mancha': La figura de la muerte, en cualquier traje que venga, es espantosa.
Resulta abstruso que nuestra vida acabe en el sepulcro. Si la muerte -dice el pensador y político Gandhi- no fuera el preludio a otra vida, la vida presente sería una burla cruel. Ya es bastante horrorosa, como queda dicho, la muerte, ese ""Morir tenemos. ya lo sabemos", de los monjes cartujos, quienes se entierran sin ataúd, con hábito blanco y capucha sobre el rostro para que "solo vean la faz de Dios". Piensan que tras la muerte está la vida eterna. Así, en general, los católicos, y no solo nuestra religión.
¿Qué es la eternidad? La RAE la define, en lo que atañe a la religión, como 'posesión simultánea y perfecta de una vida interminable (4). 'Vida perdudable de la persona después de la muerte (5).En la oración del Credo, que es una serie de dogmas, está lo de la resurrección de la carne y la vida perdurable, es así el remate de tales los principios que la Iglesia católica impone, y que Unamuno es un tanto reticente a aceptar, e infinidad de creyentes.
Si el filósofo y científico francés ya citado, Blaise Pascal, se encuentra, como hemos visto, un tanto indeciso de Dios, mas tiene, en cambio, el siguiente pensamiento de gran prudencia:
Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que esxiste. Porque si después no hay nada, evidentemente nunca lo sabré, cuando me hunda en la nada eterna.; pero si hay algo, si hay Alguien, tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo.Mas persiste en él que, como dijimos, es muy cruel el fanatismo religioso, como deja patente el este 'pensamiento':
Los seres humanos nunca hacemos el mal de manera tan completa y feliz como cuando le hacemos por una convicción religiosa.
La medida de la vida y de la eternidad.
¡Cuán larga es la noche del tiempo sin límites si se
la compara con el breve sueño de la vida!
- Schopenhauer -
Cuando san Pedro en su Segunda Carta nos habla de la segunda venida de Cristo, nos aclara el cuándo y enl cómo. En cuanto a lo primero escribe: No debéis ignorar una cosa, y es que un día respecto de Dios es como mil años, y mil años como un día. (3:8). En este mundo no hay matemático que lo entienda. Con ta quel resulte cierto este aserto de Séneca: Ese día que tanto temes por ser el último, es la aurora de la eternidad.
A decir de Schopenhauer 'la muerte es el genio inspirador , el musagetes de la filosofía...Sin ella, dificilmente se hubiera filosofado.
Generalmente nuestra visión, en lo que se refiere al 'punto de vista particular sobre un tema,, un asunto, etc.' (DAE), y siendo éste el de la muerte, no pasa del cementerio aun cuando muchas son las excepciones. de los que consideran que en él no acaba la nuestra existencia.
"Hay que recoger la vida,
la que se nos va
cual se nos vino , escondida
del más allá al más acá.
Y se va por donde vino
del más allá al más acá.
Y se va por donde vino
Embozada en el misterio,
va abriéndose su camino,
mira siempre al cementerio.
Hay que recoger la vida
que otra vez ya no vendrá,
como se no va escondida
del más aquí al más allá".
Me duele, decepciona, el ateo; no puede entender que una persona inteligente se conforme sin "tener" a Dios. Tal el citado T. Edison, que ha expuesto:
Nunca he visto la más mínima prueba científica de las ideas religiosas del cielo y el infierno, el futuro de la vida de las personas, o de un Dios personal. Por lo que repecta a la religión, se trata de un mito falso... La religión es tan solo literatura.
Siquiera que tengamos la fe, aunque, según Unamuno, conlleve lo adverso y penoso de la duda. Y una existencia que para muchos es dramática, pero ya de por sí 'una vida que acaba en la muerte es una vida llena de amargura', como expone María Bashkirtseff en su 'Diario'. Y entre otros lamentos desgarradores este:
Es verdaderamente espeluznante este versículo 10 del 'Eclesiastés, atribuido a Salomón:
Luís Nueda, en ''Mil libros' manifiesta, entre otras cosas, en torno al mencionado libro de la Biblia:
Cobijémonos en la esperanza. Ésta es siempre a fortiori, a la fuerza, puesto que como dice Nietzsche, 'la esperanza es, en verdad, el peror de los males, porque prolonga la tortura de los hombres'. Tal tratándose de la dudosa otra vida, la visión de Dios, si es que hay un Dios tras de esa altura por donde los astros van, que dijera el Poeta de la Raza. San Pedro, en su 'Primera carta a los corintios', capítulo 'Elogio de la caridad', nos refiere al final del mismo, versículos 12-13:
Valga el llevar a la esperanza nuestro sentimiento de no morir y de volver a ver a nuestros seres querididos, valga, porque, coincidiendo en la idea de García Lorca, 'el más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta.
Epílogo.
He glosado a varios inquietantes autores sobre el tema enunciado, si bien la relación hubo de ser muy reducida, dado que se trata de un artículo y muchos son los escritores y filósofos que trataron, y tratan, este asunto que es básico en Filosofía: Dios, el hombre y el ser. He seguido eminentemente el camino de la Literatura.
Morir, Dios mío, morir así tísica a los 23 años, al comenzar a vivir, sin haber conocido el amor, única cosa que hace digna a la vida de vivirla, morir sin haber realizado la obra soñada que salvara el nombre del olvido; morir dejando l mundo sin haber satisfecho miles de curiosidades, de deseos, de ambiciones que siento dentro de sí.Sí, así es para la gran mayoría del género humano. Ella empleó bien los veinticinco años que vivió, abriéndose camino en pintura, dibujo. escultura, literatura, piano, cantante.
Es verdaderamente espeluznante este versículo 10 del 'Eclesiastés, atribuido a Salomón:
Todo cuanto puedas hacer de bueno, hazlo sin perder tiempo, puesto que ni obra, ni pensamiento ni sabiduría, ni ciencia ha de ha lugar en el sepulcro, hacia el cual vas corriendo.Ya en el versículo 9 se nos dice:
Goza de la vida en compañía de tu amada esposa durante todos los días de tu vida inestable, que se te han concedido debajo del sol por todo el tiempo de tu vanidad o frágil vida, ya que mientras vives esta es la parte que te toca de tu trabajo con que andas afananado en este mundo.He aquí un indicio más de que, como escribe Schopenhauer, no hay que olvidad que la doctrina cristiana se inclina al pesimismo, y que, en los Evangelios, las palabras 'mundo' y 'mal' se complemetan como sinónimos.
Luís Nueda, en ''Mil libros' manifiesta, entre otras cosas, en torno al mencionado libro de la Biblia:
... es una especie de diario en que un alma amargada reflexiona, en forma setenciosa, acerca de los placeres, la sabiduría, las riquezasla necesidad, las anomalías sociales, la limitación del talento y del esfuerzo, la vejez, etc, poniendo constantemente a guisa de comentario la famosa exclamación: '¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad!', repetida como estribillo. Oscuro y engañosamente paradójico a veces -ya que luego de prodigar, por ejemplo, copiosas alabanzas a la sabiduría, viene a reconocer que da lo mismo ser sabio que necio-, el Eclesiastés resulta siempre sugerente y elevado, sin que la melancolía y amargura que reflejan sus páginas equivalgan en todo caso a un descosolado escepticismo, ya que éste aparece dulcificado por la esperanza y la fe.En sus contradictorios juicios, termina el Eclesiastés (12: 13-14)
Ahora oígamos todos juntos el fin y resumen de este sermón: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es todo hombre; [14] y acordémonos que hará Dios dar cuenta en su juicio de todas las faltas, y de todo el bien y el mal que se habrá hecho.Así nos dora la píldora de la muerte, tan repugnante. Todo es misterio, entonces, en tal caso, no es falso asegurar que la religion sea literatura y, como misterio, poesía. 'Mientras haya un misterio para el hombre, habrá poesía', que dice Bécquer en una de sus 'Rimas'. Queda todo cifrado en la fe y esperanza, pero ¿hasta cuándo?, porque de este mundo conocemos algo, pero es tremendo que nada absolutamente del otro. Lo que del otro hay todo es arte, ya literio, ya pictórico. En éste, por ejemplo, la Capilla Sixtina, de Miguel Ángel.
Cobijémonos en la esperanza. Ésta es siempre a fortiori, a la fuerza, puesto que como dice Nietzsche, 'la esperanza es, en verdad, el peror de los males, porque prolonga la tortura de los hombres'. Tal tratándose de la dudosa otra vida, la visión de Dios, si es que hay un Dios tras de esa altura por donde los astros van, que dijera el Poeta de la Raza. San Pedro, en su 'Primera carta a los corintios', capítulo 'Elogio de la caridad', nos refiere al final del mismo, versículos 12-13:
Al presente no vemos a Dios sino como en un espejo, y bajo imágenes oscuras, pero entonces lo veremos cara a cara. Yo no lo conozco ahora sino imperfectamente; mas entonces lo conoceré con una visión clara, a la manera que soy yo conocido *. Ahora permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y la caridad; pero de las tres la caridad es la más excelente de todas.Más adelante pone este epígrafe: 'Gloria de los cuerpos resucitados' , donde, aparte de planteamientos fácilmente cuestionables, desliza contradicciones, cae en paralogismos. Hace un galimatías de ideas, y esto es lo que se encuentra, y obvio entrar en ello ahora. En lo que atañe a la resurreccion de los muertos y cómo, nada que no sea hacer literatura, novelar.
Valga el llevar a la esperanza nuestro sentimiento de no morir y de volver a ver a nuestros seres querididos, valga, porque, coincidiendo en la idea de García Lorca, 'el más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta.
Epílogo.
He glosado a varios inquietantes autores sobre el tema enunciado, si bien la relación hubo de ser muy reducida, dado que se trata de un artículo y muchos son los escritores y filósofos que trataron, y tratan, este asunto que es básico en Filosofía: Dios, el hombre y el ser. He seguido eminentemente el camino de la Literatura.
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