Ese animal llamado hombre.
- Anatole France -
Dice Bertrand Russelle, en "La conquista de la felicidad", que el corazón humano, tal como lo ha formado la civilización moderna, está más inclinado al odio que a la amistad. Pero, ¿qué decir de siglos pasados, dentro de nuestra civilización cristiana? Que Dios viniera al mundo, porque Jesucristo es Dios, a predicar, entre otras cosas, fraternidad, no hizo mucha mella, es lección que no aprendimos, y, en cuanto a Él, terminamos matándole, convirtiéndose la humanidad en deicida. Aparecieron sobre la faz de la tierra los católicos, la Iglesia católica, o universal, sobre cuya historia gravita la mayor ferocidad del hombre. Ya se dijo, y precisamente por un padre jesuita -padre Gracián, en "El Criticón"-, que si los hombres no son fieras es porque son más fieros, que de su crueldad aprendieron muchas veces ellas.
- Anatole France -
Dice Bertrand Russelle, en "La conquista de la felicidad", que el corazón humano, tal como lo ha formado la civilización moderna, está más inclinado al odio que a la amistad. Pero, ¿qué decir de siglos pasados, dentro de nuestra civilización cristiana? Que Dios viniera al mundo, porque Jesucristo es Dios, a predicar, entre otras cosas, fraternidad, no hizo mucha mella, es lección que no aprendimos, y, en cuanto a Él, terminamos matándole, convirtiéndose la humanidad en deicida. Aparecieron sobre la faz de la tierra los católicos, la Iglesia católica, o universal, sobre cuya historia gravita la mayor ferocidad del hombre. Ya se dijo, y precisamente por un padre jesuita -padre Gracián, en "El Criticón"-, que si los hombres no son fieras es porque son más fieros, que de su crueldad aprendieron muchas veces ellas.
La Inquisición paradigma de la sevicia humana.
La religión, con su fácil consecuuencia de fanatismo religioso, presenta las mejores muestras de fiereza, crueldad, del hombre. Está claro que el fanatismo religioso es el peor de los fanatismos. ¿Qué es más peligroso, el fanatismo o el ateismo? Se pregunta Voltaire, y piensa: Sin duda lo es mil veces más el fanatismo, pues el ateismo no inspira pasiones sanguinarias, mientras que el fanatismo, sí. El ateismo no se opone al crimen, pero el fanatismo es causa de que se cometan crímenes. También considera que cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es casi incurable. No cabe mejor paradigma que la historia de las Cruzadas y la de la Inquisición. ¡Y a ésta la Iglesia católica la llamó santa, ya es barbarizar! Son magnas obras del catolicismo en las que vemos el crimen llevado a la más refinada monstruosidad. Díganlo, si no, esos artefactos o máquinas de tortura de que nos habla, por ejemplo Francisco Tomás y Valiente en su libro "La tortura en España".
Aquí podemos leer sobre los procedientos de tortura. Quien quiera -nos dice el autor- conocerlos con pormenores puede acudir principalmente a la obras de Monterroso y Alvararo y Quevedo y Hoyos, o a los documentos transcritos en el capítulo I, titulado "De la práctica del tormento" del presente libro.
Aún hay más. Punto y aparte añade nuestro juríco e historiador:Las Partidas recogen dos modos de tormento: el de azotes y el consistente en colgar a un hombre por los brazos y colocarle pesos en la espalda y en las piernas. La primera forma no se empleó como tortura, aunque sí como pena. La segunda recibía el nombre vulgar de "tormento de la garrucha"; hacia la segunda mitad del siglo XVI parece qe sólo se aplicaba en delitos atroces; pero su uso no se perió hasta finales del XVII: Cervantes alude todavía a él como medio acostumbrado. Quevedo y Hoyos lo menciona como valido sólo en delitos muy atroces y con muy graves indicios contra el reo, u Fernández de Herrera lo incluye entre los que se empleaban tiempo atrás.
Además de otros procedimientos que los autores describen como poco usuales y muy horribles, se empleaba también a veces el del fuego; consistía éste en colocar las plantas desnudas de los pies del reo untadas de grasa junto a la llama; Castillo dice que usó de él en una ocasión "por ser donde se dio y en otras muchas partes mui frequentado", y por ser un medio menos afrentoso que otros, pues no había necesidad de desnudar al reo; pero Castillo confiesa que se le causó pleito por ello., ya que los Alcaldes de la Sala de Corte se lo reservaban en exclusiva para su Tribunal y en delitos muy graves.Continúa con la relación
A veces se torturaba al reo echándole agua por la naríz y tapándole la boca; esto, dice Quevedo y Hoyos, "se tiene por peligroso". Análogo era el tormento de la toca, consistente en "meter al reo una toca por el gaznate... y con ella para que entre en cuerpo, le echan algunos cuartillos de agua.Añade los tormentos del ladrillo, las tablillas, el de los cordeles o garrotes, perdurando este último hasta el siglo XVIII, el cual consistía en ponerlos sobre los brazos y muslos del reo, y se daban vueltas si éste callaba al ser preguntado. En suma, el stock de que se servían los santos padres de la Iglesia para sus fines era muy amplio
En internet podemos ver vídeos sobre los... "trabajos" de la Inquisición, tan santa, de qué manera asesinaba, mutilaba o dejaba enfermos de por vida. También imágenes de tales aparatos de tortura.
Para la mujer tienen la "atención" de crear este otro artilugio.
No saben ya qué inventar para hacer sufrir.

He aquí la llamada "doncella de hierro".
Funesta historia del papado.
No hubo una manzana podrida, sino bastantes durante la existencia de la Inquisición, papas que tenían que haber sido sometidos a ella, empezando por Sixto IV (1471-1484), constructor de la Capilla Sixtina ; padre de seis hijos ilegítimos, uno de ellos con su hermana, el cual puso un impuesto a las prostitutas , y optro a los sacerdotes para tener amante. Julio II (1501-1513)mandó a Miguel Ángel pintar el techo de dicha capilla , contrajo la sífilis contagiada por las prostitutas de Roma. Era costumbre el Viernes Santo que los fieles besaran los pies al papa, pero en aquel 1508 no pudo ser por tenerlos llenos de úlceras sifilíticas. La Capila Sixtina no sólo nos trae el recuerdo de Miguel Ángel, ya antes Inocencio VIII (1484-1492)había puesto enmarcha la Inquisición, cuyo papa tiene por otra gloria que su pontificado sea reconocido como la Edad de Oro de los Bastardos: reconoció ocho hijos ilegítimos pero tuvo muchos más. Obviamente no voy a hacer aquí la relación de papas no ya indignos como tales, sino de mala especie humana , individuosde los que justifican todo lo pésimo en cuanto al hombre.
Maldita vida y maldita obra la de bastantes papas; por si no fue sumamente injusta y criminal la Inquisición, el papa Urbano II crea las Cruzadas. En ellas cometieron los cruzados actos de verdadera crueldad, represalia, más allá de lo que justifica una guerra. Estos actos de sevicia se han llevado a cabo también en nuestra época contemporánea.