lunes, 21 de octubre de 2013

El muy excesivo número de políticos con sus pingües salarios, privilegios y demás beneficios esquilman al país

Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo,
pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.
(Abraham Lincoln) 


A pesar de la crisis y de que el paro continúa en la línea ascendente que ha obtenido con el bipartito que gobierna, le cabe también al gobierno de Rajoy el "orgullo" del gran número de políticos que tenemos, que él, lejos de disminuir a favor de la economía, acepta su  continuación, que sean pagados con largueza y sin ninguna pérdida de sus privilegios. Hoy como ayer, como siempre desde nuestra transición no acabada, como la sinfonía "inacabada" de Schubert.

El número de políticos sigue siendo abrumador, agobiante, preocupante; ahora bien, el presidente de turno lo obvia. Si ello es gobernar, guiar y dirigir un país que venga Dios y lo vea. 

Las tijeras de Rajoy no han de existir para recortar tan exorbitante número de políticos, opta, sin dudarlo, por recortar la sanidad. Quiere a toda costa -¡y coste!- que no vaya un solo político al paro. Los ERES, desde luego, no los ha creado este Gobierno para los políticos, éstos han formado una casta y por ende, son aparte. Y la desproporción con cualquier otra actividad es injusta. Pero, bueno, recorta de lo que es menos necesario: médicos -asistencia médica-, enseñanza -colegio, instituto, universidad-, investigación... ¡Abajo la cultura y la salud! Rajoy lo entiende así, ciertamente no es para felicitarle por sus buenas entendederas. Mintió al cien por cien para obtener la presidencia del gobierno central que debiera ser el único, ya que es incuestionable que España sea eminentemente un país de políticos con sus 17 autonomías, verdadero cáncer que la corroe las entrañas en declarada metástasis.

Comparado con el extranjero tenemos más políticos por habitante que cualquier país de Europa.


Y como los políticos "van en coche", es también país con mayor gasto de coches oficiales y, en general, de cuanto lleva inherente el tren de la política.

La superabundancia de políticos se explica por ser un pelín menos difícil que, por ejemplo, hacer oposiciones a cátedra de la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos, pues para ser...


como tampoco se requiere título académico alguno, ni siquiera el de bachiller, para cargos políticos de mayor relieve, verbigracia, Rosa Díez, diputada y cofundadora de Unión Progreso y Democracia, que ha ostentado diversos cargos políticos, fue mera empleada administrativa.  O aquella diputada del PSOE que no tenía más estudios que los primarios y procedía de ayudante de enfermera, la tránsfuga María Teresa Sáez Laguna que con su compañero político, Eduardo Tamayo Barrena impidieron la investidura de Simancas, permitiendo la continuación de Esperanza Aguirre. Aquel escándalo político de PP y PSOE. Por muy sucia -dice Antonio Gala- que se imagine uno la política, siempre lo es mucho más. Cierto que un título no es sinónimo de inteligencia, que, como dice el refrán, necio con estudios, necio rabado. O Moliere, en "Las mujeres sabias", un tonto ilustrado es más tonto que un tonto ignorante". En suma, para político ni titulación alguna, ni oposición que aporte alguna garantía de su cometió a realizar.   
 
Claro que para la labor que la mayoría realiza no es necesario ser persona muy cualificada; por ejemplo, para conceder indultos. Tampoco para hacer "negocios", algo que desde el jefe del Estado al último político le está legalmente prohibido.


Su verdadera importancia -ellos no lo ignoran y por ello tratan de ponerla en práctica- es hacerse temer, que por lo demás y para lo de más, tienen cuantos asesores quieren.

Si no se impusieran y tuvieran que realizar un trabajo y por ellos mismos, muchos tendrían que dejar sus puestos por propia decisión, pero mientras puedan tener asesores a punta de pala no solamente pueden permanecer en su cargo sino que además les sirve para cubrir con sus amigos y familiares listas de desempleados. Les colocan en la política, y punto. El pueblo a callar, a temerles.


Por el momento miedo, abulía, imbecilidad.

La sociedad ha de luchar por su libertad, demostrarle al gobierno que la soberanía depende del pueblo, que esto, y no otra cosa, es democracia.

Váyase a la página de esta viñeta en la que Julio Anguita afirma que "los ladrones de medio pelo se han adueñado del país". Él lucha contra la pereza mental.  

Otro ciudadano que, entre tantos y tantos, eleva su grito al cielo por la actuación política es Arturo Pérez Reverte:
Alemania tiene, señor presidente, 80 millones de fulanos y 150.000 políticos. España, 47 millones y 445.000 políticos, sin contar asesores, cómplices y colegas. [...] Cómo es posible que el gobierno de este putiferio de sanguijuelas se las endiñe a las familias y no a ellos que en vez de sangrar a esa chusma se las endiñe a la Dependencia, a la Salud, a la Educación, a la cultura, al pequeño comercio, a la gente que de verdad lucha y trabaja en vez de a esta casta golfa y desvergonzada y manifiestamente incompetente.
 En cuanto a las autonomías y diputaciones expone: 
Ese negocio económico absurdo e inestable del que tanta gentuza lleva viviendo holgadamente desde hace más de treinta años... 17 parlamentos, 17 defensores del pueblo, embajadas propias, empresas, instituciones..., negocios casi privados con dinero público. El único consuelo es que a esa pandilla de depredadores les hemos ido votando nosotros. [...] Treinta años engordándolos con nuestra imbecilidad y abulía política, cuando no con complicidad ciudadana directa.
La perspectiva es bien triste, la vemos todos, y Pérez Reverte dice:
Seguiremos pagándoles los mismos, cada vez más, y seguirán disfrutándolo los de siempre. El negocio autonómico beneficia a demasiada gente. Usted, señor presidente, como la oposición si gobernara, como cualquiera que lo haga en España, seguirá yendo a lo fácil, a cargar a una población triturada con cinco millones de parados, lo que no se atreven a cargar sobre sus desvergonzados socios y compadres, seguirá haciéndonos aún más pobres, menos sanos, menos educados... 
Innumerables veces se ha dicho al gobierno de turno que hay que desmontar las autonomías, pero parece como si los políticos no gustaran de la lectura -tal se dice del jefe del Estado, de Rajoy y algún otro- ; bueno, pues que lean al menos las noticias -si bien alguno dijo alguna vez que se había enterado de tal o cual circunstancia por la prensa (sic). 

Es de suponer que, por el medio que sea, Rajoy estará enterado -por supuesto no se dará por tal- de la reciente pelea en Cospedal y Bárcenas, quedando él en entredicho, o, más bien, refrescándose tal duda sobre el honor, la calidad, la veracidad, en su persona y colegas con referencia a los sobresueldos -sobres-con-sueldos- de los secretarios generales y presidentes; ilegalidades que, según asegura el extesorero, se han venido cometiendo desde Aznar. Mientras este choque que estultamente provocó la señora Cospedal García, Mariano Rajoy estaba en Panamá y le amargó la estancia; él que sólo quiere que se olvide el caso, que están librándole de una declaración judicial, que disgusto le ha traido el caso Gurtel del que huye despavorido. 

Actualmente Oscar López, secretario de Organización del PSOE, ha tildado al Ejecutivo de Mariano Rajoy como el de "la mentira absoluta y el del recorte global" y ha manifestado que no puede haber un presidente de Gobierno que es el "principal nexo de unión" entre Luís Bárcenas y el PP. Hace hincapie de lo que por doquiera se ha repetido, que este partido se ha financiado durante veinte años de manera irregular, con una "caja B, en negro" y "mano a mano". Asimismo leemos de López su manifestación de que "la mano de Bárcenas "es" la mano que mueve la cuna de las pesadillas de Rajoy, Cospedal y todo el PP. 

La mayoría absoluta que el pueblo otorgó a Rajoy para que arreglara de una vez por todas los males de España de nada positivo sirve a un mediocre y timorato como se está revelando, lo emplea en el sentido que a él personalmente le beneficia: evitar dar explicaciones de su conducta política y esquivar verse, acaso, en la necesidad de dimitir, el haber podido negarse a ello rotundamente. No es la primera vez que toco este punto, y ya cité la opinión de Antonio Gala al respecto: Los políticos honrados se quitan de en medio cuando cae sobre ellos la sospecha. Sobre Mariano ha caído sospecha y, por otra parte, se le ha probado que mintió respecto a Bárcenas. Pero a trancas y barrancas él permanece en La Moncloa, sigue el dicho aquel de "me echarás pero no me voy", se aferra en cumplir los cuatro años de legislatura. Entre tanto continúa la mentira, sólo bajo este punto de vista España está saliendo de la crisis. A veces se da el caso de que él dice una cosa y un ministro suyo lo contrario, mal controla su gobierno. 

Remachando el clavo.

Es ruinoso para España -he escrito específicamente sobre ello y se ha vertido mucha tinta- las CCAA, tantos gobiernos, tantos políticos, en nuestro mediano país, pero ahí están y es ilusorio no ya que Rajoy las suprima, sino político alguno mientras siga la monarquía, la cual también constituye un gasto superfluo que económicamente hunde. No es pagar un jefe de Estado, es pagar gastos de toda su familia. ¡Si hasta Cristina y Urdangarín nos cuestan!

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