viernes, 13 de septiembre de 2013

Se pretende eliminar al juez Castro para salvar al matrimonio Urdangarín-Borbón

Habéis de saber, señor, que que el rey no es más que un servidor retribuido de la nación.
(Las Cortes castellanas al rey Carlos I de España al prestar juramento de muy mala gana)  

Salvaron a la esposa de Urdangarín de ser imputada, mas la Audiencia de Palma dejó abierta la posibilidad de serlo a posteriori. En aquella ocasión                                                                     
El texto dice en su letra pequeña: "La imputación de la infanta Cristina ha provocado el primer gran ataque del Rey a la independencia judicial. En una breve comunicación a las agencias de noticias, un portavoz autorizado de Zarzuela ha expresado su "sorpresa" por lo que considera un cambio de criterio del magistrado José Castro en relación con la infanta.   
¿Por qué el juez instructor no podía cambiar de criterio? Ello sí que constituye sorpresa por parte del portavoz de Zarzuela. Nada más lógico y natural al ir avanzando la instrucción y apareciendo indicios inequívocos para imputarla. Llegó a aparecer anotaciones como la siguiente:                                                                  
Era de cajón que ella no podía estar al margen de los delitos que se le atribuyen a su cónyuge, tanto más evidente siendo copropietarios de los "negocios" que hicieron. Además de darse la circunstancia de ser cooperadora necesaria para ellos. Ni que decir tiene que él sin pertenecer a la familia real no hubiera podido realizar tan descomunales pretensiones. 

Lo que actualmente ocurre deja pasmado al lucero del alba, con tal de que no sea político. Con este trasfondo de crisis económica y política, que a tantos está llevando al suicidio al ser desplomado en la miseria, se quiere burlar la justicia. Tras la falta de pan, la de la justicia. Es, en fin, la perfecta democracia que Rajoy dice tenemos -¡ya es osadía!; bueno él, tan pusilámine, en algo había de ser atrevido, de tener valor- aun cuando, en respuesta, el auténtico cuadro de la democracia española le hace Antonio Gala. 

Vergonzosos indicios vehementes.

Huele a que se intenta vetar al juez Castro -y esto sí que constituye "sorpresa" porque se ve que quiere hacer justicia. En él tiene la ciudadanía gran esperanza en que la verifique, de que aplique la ley sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, es decir, tal como manda la Constitución. No obstante haber tenido hasta aquí un trato de favor Cristina de Borbón con relación a . No ya se aspira a que a la mujer de Iñaki Urdangarín no se la investigue, también a que el secretario de las infantas, Carlos García Revenga, se le desimpute. ¡Vamos, qué tontería! El jefe del Estado y el Gobierno han de considerar que el "caso Nóos", que es el "caso matrimonio Urdangarín-Borbón", no es un juego de niños, ni ellos han de convertirlo en tal. Que el Rey es padre, sí, pero antes que padre es Rey. Ya recordé en otro artículo a Guzmán el Bueno y al defensor del Alcázar de Toledo en la Guerra Civil española. 

Este olor, esta sosprecha, este indicio, radica en esta alarmante información que literalmente consigno: 
Todas estas decisiones se producen -las que actualmente está tomando el juez Castro en su instrucción que se compone ya de cincuenta mil folios- mientras el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) estudia si se queda con el "caso Nóos". La Fiscalía Anticorrupción ha solicitado que se retire al juez Castro la instrucción del caso y y que se deje la causa en manos del TSJCV, en virtud de los indicios hallados contra la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps. 
¡Vaya con el pretexto! el caso es evitar que sean condenados Ignacio y Cristina o que la condena sea sumamente leve. Y el juez Castro no deja concebir esperanza en ello. Lo pertinente es que no haya cambio injustificado, que el mismo juez lo siga. Y Rita y Camps, como pieza aparte. Por si fuera poco improcedente el papel de la Fiscalía, su solicitud, al volver a volcarse en brindar a la infanta, se le persigue al juez para amargarle la vida, le pinchan ruedas del coche, ponen silicona en la cerradura de su domicilio... Referente al fiscal Pedro Horrach recibe anónimos con amenazas a él y a su mujer. La policía les ha avisado, pero ellos renuncian a su protección. Pintan malos tiempos para la infanta, el juez ha pedido a la Agencia Tributaria información sobre las operaciones de la infanta Cristina a terceros. Luego ha surgido lo del  "préstamo - donación" al matrimonio hecho por el rey. Es todo tan... raro; hay que interceptar la investigación del juez, que, además, no es otra que la recomendada por la Audiencia de Palma. Vemos que para lograrlo se emplean altos medios políticos sin descartar medios ruines, de probada bajeza.



¡Que asco, a lo que se llega en política y cuando no hay una justicia verdaderamente independiente! Y mientras tanto aflorando trinque por doquiera.Véamos en este vídeo el cerco a la jueza Alaya y la ya referida noticia, dada por El Mundo, de que el juez Castro está siendo vigilado.


                                                           Vigilancia al juez Castro

No se olvida Jiménez Losantos de que para que no falte ningún mal a esta época funesta de la Historia de España el Gobierno es indiferente a la desmembración del país. Yo espero que el príncipe Felipe ya se haya dado cuenta de que Cataluña sí es un problema. Debiera opinar de la Diada tan acremente como Jiménez Losantos y cualquier buen español. Los catalanes piensan que con independizarse se verán antes libres de la crisis económica, como si ellos con su destacada corrupción no hubiesen contribuido grandemente a ella, lo que sí es cierto es que los corruptos, entre los que están a la cabeza Jordi Pujol y sus Pujolitos, se quedarían totalmente tranquilos del riesgo de ser perseguidos por su ilícito enriquecimiento, aunque -visto lo visto- sin independizarse tampoco es que corran gran peligro. 

Ha emitido Soraya Sáenz de Santamaría recientemente esta frase  """genial""" -Losantos las compara con las de Ana Botella-: Los políticos estamos para solucionar los problemas de los ciudadanos. Bueno, vale, pero entre otras cosas. Lo que menos hacéis es justicia social; ahora este Gobierno está luchando denodadamente contra ella. Esta frase es rechazada, a priori, por esta otra del novelista paisano suyo, Miguel Delibes, al afirmar: Los políticos son unos señores que no tienen nada que hacer y se dedican a crear problemas. Y bastantes de ellos en nuestra monarquía corrupta los crearon, y algo peor.                                                                                  
 
Hoy día si tienen algunas tareas de qué ocuparse: Mejorar la economía, que, a decir del mismísimo Aznar, "España está hipotecada", pero no tomando como meta destruir clases medias, esquilmarlas -el político suele pasar a potentado, ¿por qué será?- y anular mejoras sociales, sino cortar los gastos superfluos, empezando -innumerables veces se ha dicho y el Gobierno hace oídos sordos- por la supresión de las Autonomías, que no sólo constituyen problema económico. Se hizo con idea de frenar el sepatismo y ha sido contraproducente. Puede y tiene que ocuparse, pero no quiere, lo está viendo Rajoy impasible, del problema que suscita Artur Mas y del suscitado por Inglaterra respecto a Gibraltar. Ha de efectuarlo además con transpariencia, sin ocultar a la ciudadanía el resultado de sus contactos en este sentido. Ha decidido no revelar lo que hay de su entrevista con Mas y de la celebrada con el primer ministro británico David Cameron. Nada de esto se ha de hacer -a todo da la espalda o impone silencio-, lo que le importa es la fidelidad de su partido, poder decir lo que leemos en la viñeta. 
                                                                        

Ah, le interesa también, a él y su gobierno, proteger contra viento y marea, a la infanta Cristina -incluso a Urdangarín- en lo que se unen al rey, pues si se hace justicia delenda est monarchia. Y a ella está adherido el bipartito, de aquí que el PSOE sea tan monárquico, tan defensor del rey, digamos una vez más.  
                                                                        

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