Abundando en el disparatar tras de ser imputada la hija del monarca de esta España, que ha llegado al culmen de la corrupción, por su actividad y beneficio común en los trinques de su marido, los varios delitos penales que a éste le adjudica el juez en la instrucción abierta a que está sometido, hemos de ver que resulta inverosíl hasta dónde puede llegar la necedad o la deshonestidad -sólo puede deberse a lo uno o a lo otro- de tantas personas que no ven o niegan lo evidente, aun viéndolo. Lo que está claro, patente y no cabe la menor duda, no se puede contradecir, a excepción de realizarlo antes tontos. Entonces las milongas, los cuentos chinos, con que ciertos políticos y personas de tal o cual Administración nos vienen, es tomarnos por tontos. Pues no es así, se equivocan; tontos hay -haberlos, haylos-, pero no toda la ciudadanía.
Lo increíble.
No se podía, cuerdamente, sospechar que el juez Castro fuera criticado por imputar a la infanta Cristina; lo natural, lo lógico, es que lo efectuase antes o después, y él lo dejó para después para sumar más pruebas de su involucración en la gigantesca obra de delicuencia que se le señala a su cónyuge o, mejor dicho, al quinteto que formó el equipo, es decir, Iñaki Urdangarín, Diego Torres, su mujer, la infanta Cristina y García Revenga, secretario de las infantas. Si la mujer del exsocio fue imputada desde el primer momento, ¿por qué no había de serlo Cristina de Borbón y Grecia? ¿Por que inhibirla de toda responsabilidad? Únicamente es inmune a la ley -excepción tan injusta como, por ello, inconcebible- el rey. Y si éste expuso, dándoselas de justiciero, que todos los españoles somos iguales ante la ley, ¿por qué no se atiene a sus palabras? Su obligación es proceder como rey, como jefe del Estado, antes que como padre. Lo es también de la reina consorte, mas ésta nada quiso saber en este aspecto de su papel, y al ser encausado su yerno se puso a su lado incluso trasladándose a visitarles y consolarles, fotografiándose con ellos, lo que produjo -recordemos- indignación general.
Ahora el rey no se fotografía con su hija, pero con toda rapidez le ha buscado abogado defensor. Por lo que afecta al Gobierno es vox populis que ha ejercido presión sobre el fiscal para su indisposición, contraposición, al juez, y de aquí que no se halle de acuerdo con la imputación a la infanta. Ya de por sí es inintiligible que, precisamente, el fiscal anticorrupción que con el juez lleva la causa, dé tal paso de discrepancia con él. Veremos ahora si la Audiencia Provincial procede como lo hizo cuando la apelación de Manos Blancas. O si ya no continúan viendo a Cristina de Borbón ajena al Caso Urdangarín; la persitencia en la no intervención y, por tanto, carente de culpabilidad, de la señora de Urgandarín causaría tremendo impacto en la generalidad de sociedad. A lo que algunos absurdamente exponen, no hay prueba alguna válida para admitir que se trata del Caso Urdangarín-Borbón. (sic). Empero, desde un principio, y no digamos a la altura de hoy, está visto en toda España y allende nuestra frontera. Vemos que la prensa extranjera está pendiente de esto que ocurre en la familia real española.
El viernes 5 del cursante abril Diego Torres hace la séptima entrega al juez de una tanda de correos electrónicos que demuestran la implicación de la hija del rey en los... "negocios" de su marido. ¿Continuará el fiscal en contra del juez tratando de disvirtuar toda prueba, porque a su enteder no es tal? ¿Qué constituye prueba para los que no quieren encartar a la hija del rey? Nada, a lo que parece. Hay que convertirla en en intocable, y punto. Es triste, de momento, que el juez se haya visto obligado a la suspensión de la declaración de la susodicha, la cual señaló para el sábado 27 del actual mes. Se verificó, pues, en la misma fecha -viernes 5 de abril de 2013- el recurso del fiscal a la Audiencia de Palma y la nueva entrega de correos por el exsocio de Urdangarín. Leemos que el abogado de Torres acompañó a tales correos un escrito haciendo hincapie en el papel decisorio de la presencia de la infanta en tal o cual acto, así la asistencia al que celebró Telefónica en la comunicación y diseño del "proyecto 2015, un mundo mejor para Joana". Habla de otros proyectos y de su éxito debido a la infanta. Se consigna literalmente que: "La repercusión no habría sido la misma". Esto es impepinable, se diga lo que se diga, se quiera ver o no se quiera ver, se proceda con nobleza o innoblemente. Constituye un axioma que el poder de Urdangarín fue el de la realeza, el estar casada con una hija del rey.
Trapos sucios que van apareciendo día a día.
Un día sí y otro también, ya es una constante las negativas sorpresas, aparecen noticias que son para dejar estupefacto al sursuncorda. Estando en pantalla la segunda hija del monarca sale al introito su nuera. Sabido es que el príncipe Felipe impuso a su padre la aceptación de su matrimonio con Leticia Ortiz Rocasolono, la cual señora, entre otras circunstancias existentes que presentaban como inadecuada esta coyunda, era una divorciada. El rey rechazó de plano tal nuera, mas hubo, al fin, de aceptar porque su hijo, manteniéndse en sus trece, le dijo que estaba dispuesto a casarse con ella aun cuando hubiera de renunciar a la sucesión. Esto pone de relieve la estima en que tenía reinar, y el sentido -no muy elevado, que digamos- de la reina, en ciernes, a elegir para España. Es un handicap más, tanto por lo que tiene de matrimonio morganático como por tratarse de una mujer de su dicho estado civil y su pasado de republicana, etcétera de cuanto se le atribuye. Por si no fuera suficientemente mal vista en términos generales, saldrá en está semana el libro titulado "Adiós Princesa", de David Rocasolanmo.
Saldrá, obviamente, si la Casa Real no lo impide como hizo con otras publicaciones, aunque la familia real no está ya para muchas imposiciones; entre ellas, la tuvieron miccionándose en el artículo 20 de la Constitución. De su contenido informa "Vanitatis":
Más sobre la absurda, estulta, reacción contra la pertinente imputación.
Cuando nada se puede exponer, cuuando sólo hay motivo para callar, lo que se emita ha de incurrir irremediablemente en ad absurdum, argüir por reducción al absurdo. Se ha reprochado a la Casa del Rey que desde hace mucho tiempo no emite nada inteligente ni siquiera coherente; desde luego el hecho de que la Casa Real haya manifestado su adhesión al proceder del fiscal Pedro Horrach es una colosal metedura de pata. ¿Dónde está el respeto del rey por la Justicia, la inhibición de que alardea? Hace juego con la del PP, ya que por lo se ve también en lo de no inmiscuirse en el caso Nóos también miente, engaña, se burla del país que gobierna, incluidos sus votantes.
La Casa Real no sabe por dónde salir en defensa de la infanta Cristina, y así lanza peregrinas, raras, extrañas, informaciones:
Imborrable mancha para la monarquía.
Es lo evidente, aunque no falte -ya lo dije en el anterior artículo y en este- individuo cuya osadía le lleva a negar la evidencia. Los hay temerarios, qué le he hacer si no está en manos humanas evitarlo. Esta mancha del matrimonio Urdangarín-Borbón la extiende los correos electrónicos, y demás manifestaciones de Diego Torres, a la familia real; como evidencia de ello el hecho de que que figurase García Revenga en la empresa. Hablan también los e-mails de la ayuda directa del rey; bueno, todo entre familia, nada de ignorancia del jefe de la familia, que tratándose de familia real ha de estar bajo su control según los cánones monárquicos.
Iñaki Anasaagasti dijo en febrero de 2012 que la Corona Real española no desentona con la de Tailandia. En tal entrevista apunta sobre el blindaje de Juan Carlos de Borbón: Los ponentes constitucionales, empezando por Pérez Barba, parecen mayordomos de Corte, en lugar de catedráticos y gentes de pensamiento. No cabe duda que como reza el título de su libro "Una monarquía protegida por la censura", tesis en el mismo mantenida, ha sido un realidad. Estamos viendo que al desaparcer su protección presenta una imagen horrenda. Por supuesto, irretocable. En la aludida entrevista hay esta faceta:
Puede haber político de PP y, asimismo, del PSOE -partido socialista obrero español, desde Juan Carlos tan monárquico- que quiera se haga justicia con Iñaki Urdangarín, ¡pero lo que es con Cristina!... A seguir error, tras error, mancha tras mancha, y viva lo mal hecho, lo que no debiera existir por lo que destrucción de la economía tiene; por ejemplo, las Autonomías. Y jefe del Estado y partidos PP y PSOE adelante, que cantidades masivas de españoles ya han ido y están yendo a la ruina, y bastantes también a la muerte.
Lo increíble.
No se podía, cuerdamente, sospechar que el juez Castro fuera criticado por imputar a la infanta Cristina; lo natural, lo lógico, es que lo efectuase antes o después, y él lo dejó para después para sumar más pruebas de su involucración en la gigantesca obra de delicuencia que se le señala a su cónyuge o, mejor dicho, al quinteto que formó el equipo, es decir, Iñaki Urdangarín, Diego Torres, su mujer, la infanta Cristina y García Revenga, secretario de las infantas. Si la mujer del exsocio fue imputada desde el primer momento, ¿por qué no había de serlo Cristina de Borbón y Grecia? ¿Por que inhibirla de toda responsabilidad? Únicamente es inmune a la ley -excepción tan injusta como, por ello, inconcebible- el rey. Y si éste expuso, dándoselas de justiciero, que todos los españoles somos iguales ante la ley, ¿por qué no se atiene a sus palabras? Su obligación es proceder como rey, como jefe del Estado, antes que como padre. Lo es también de la reina consorte, mas ésta nada quiso saber en este aspecto de su papel, y al ser encausado su yerno se puso a su lado incluso trasladándose a visitarles y consolarles, fotografiándose con ellos, lo que produjo -recordemos- indignación general.
Ahora el rey no se fotografía con su hija, pero con toda rapidez le ha buscado abogado defensor. Por lo que afecta al Gobierno es vox populis que ha ejercido presión sobre el fiscal para su indisposición, contraposición, al juez, y de aquí que no se halle de acuerdo con la imputación a la infanta. Ya de por sí es inintiligible que, precisamente, el fiscal anticorrupción que con el juez lleva la causa, dé tal paso de discrepancia con él. Veremos ahora si la Audiencia Provincial procede como lo hizo cuando la apelación de Manos Blancas. O si ya no continúan viendo a Cristina de Borbón ajena al Caso Urdangarín; la persitencia en la no intervención y, por tanto, carente de culpabilidad, de la señora de Urgandarín causaría tremendo impacto en la generalidad de sociedad. A lo que algunos absurdamente exponen, no hay prueba alguna válida para admitir que se trata del Caso Urdangarín-Borbón. (sic). Empero, desde un principio, y no digamos a la altura de hoy, está visto en toda España y allende nuestra frontera. Vemos que la prensa extranjera está pendiente de esto que ocurre en la familia real española.
El viernes 5 del cursante abril Diego Torres hace la séptima entrega al juez de una tanda de correos electrónicos que demuestran la implicación de la hija del rey en los... "negocios" de su marido. ¿Continuará el fiscal en contra del juez tratando de disvirtuar toda prueba, porque a su enteder no es tal? ¿Qué constituye prueba para los que no quieren encartar a la hija del rey? Nada, a lo que parece. Hay que convertirla en en intocable, y punto. Es triste, de momento, que el juez se haya visto obligado a la suspensión de la declaración de la susodicha, la cual señaló para el sábado 27 del actual mes. Se verificó, pues, en la misma fecha -viernes 5 de abril de 2013- el recurso del fiscal a la Audiencia de Palma y la nueva entrega de correos por el exsocio de Urdangarín. Leemos que el abogado de Torres acompañó a tales correos un escrito haciendo hincapie en el papel decisorio de la presencia de la infanta en tal o cual acto, así la asistencia al que celebró Telefónica en la comunicación y diseño del "proyecto 2015, un mundo mejor para Joana". Habla de otros proyectos y de su éxito debido a la infanta. Se consigna literalmente que: "La repercusión no habría sido la misma". Esto es impepinable, se diga lo que se diga, se quiera ver o no se quiera ver, se proceda con nobleza o innoblemente. Constituye un axioma que el poder de Urdangarín fue el de la realeza, el estar casada con una hija del rey.
Trapos sucios que van apareciendo día a día.
Un día sí y otro también, ya es una constante las negativas sorpresas, aparecen noticias que son para dejar estupefacto al sursuncorda. Estando en pantalla la segunda hija del monarca sale al introito su nuera. Sabido es que el príncipe Felipe impuso a su padre la aceptación de su matrimonio con Leticia Ortiz Rocasolono, la cual señora, entre otras circunstancias existentes que presentaban como inadecuada esta coyunda, era una divorciada. El rey rechazó de plano tal nuera, mas hubo, al fin, de aceptar porque su hijo, manteniéndse en sus trece, le dijo que estaba dispuesto a casarse con ella aun cuando hubiera de renunciar a la sucesión. Esto pone de relieve la estima en que tenía reinar, y el sentido -no muy elevado, que digamos- de la reina, en ciernes, a elegir para España. Es un handicap más, tanto por lo que tiene de matrimonio morganático como por tratarse de una mujer de su dicho estado civil y su pasado de republicana, etcétera de cuanto se le atribuye. Por si no fuera suficientemente mal vista en términos generales, saldrá en está semana el libro titulado "Adiós Princesa", de David Rocasolanmo.
Sobrecubierta del libro |
Saldrá, obviamente, si la Casa Real no lo impide como hizo con otras publicaciones, aunque la familia real no está ya para muchas imposiciones; entre ellas, la tuvieron miccionándose en el artículo 20 de la Constitución. De su contenido informa "Vanitatis":
Sus 304 páginas son una auténtica bomba que caerá en mitad de la contínua tempestad que azota a la Monarquía española y que desvela, según documentos aportados por Rocasolano, que la Princesa de Asturias se sometió a un aborto en la Clínica Dator en Madrid cuando solamente era Letizia Ortiz. [...] Rocasolano asegura que uno de los motivos por el que él fue a quien se le encomendó la destrucción de esas huellas fue por el miedo del Príncipe a que se filtrara la información al Rey, sobre todo tras la oposición de sus padres a que Felipe se casara con una divorciada.Como es notorio, tras verse obligado a acceder -por su voluntad de que le suceda el varón, claro está-, pasó a dedicar su poder a que se corriera una cortina sobre el pasado de su inmediata nuera, tanto en España como en Méjico, donde Letizia residió un tiempo y se relacionó con el pintor cubano Waldo Saavedra, del que fue su musa. Y su modelo aun cuando sólo en cara, como hubo de decir el artista tras la boda de ella.
Recreación de Letizia en el poster de Maná |
Cuando nada se puede exponer, cuuando sólo hay motivo para callar, lo que se emita ha de incurrir irremediablemente en ad absurdum, argüir por reducción al absurdo. Se ha reprochado a la Casa del Rey que desde hace mucho tiempo no emite nada inteligente ni siquiera coherente; desde luego el hecho de que la Casa Real haya manifestado su adhesión al proceder del fiscal Pedro Horrach es una colosal metedura de pata. ¿Dónde está el respeto del rey por la Justicia, la inhibición de que alardea? Hace juego con la del PP, ya que por lo se ve también en lo de no inmiscuirse en el caso Nóos también miente, engaña, se burla del país que gobierna, incluidos sus votantes.
La Casa Real no sabe por dónde salir en defensa de la infanta Cristina, y así lanza peregrinas, raras, extrañas, informaciones:
La Casa del Rey expresó "su sorpresa" por la imputaciónde la Infanta, tras meses intentando que el escándalo no llegase al corazón de la familia real, que tomó distancias que Urgandarín y multiplicó los esfuerzos de transparencia.Las distancias con Urdangarín ya las vimos en la pasadas Navidades y en la visita del matrimonio al hospital para ver al padre y suegro respectivamente. Otra información sorprendente es esta:
Este viernes la Casa Real anunció que estará incluida en la futura ley sobre transparencia de las entidades públicas en España, actualmente tramitada en el Parlamento. Una decisión que "no responde" a la imputación de Cristina, aseguró la oficina del rey.A ver si se enteran en esta oficina, y desiten de tan originales comentarios, de que hay un principio de Lógica que expone: "partiendo de premisas falsas, no se puede llegar a una conclusión verdadera". Una cosa es que -a los años mil y "obligado te veas para que lo creas"- que acepte, ¡al fin!, la Casa Real total transparencia, y otra, totalmente independiente, la imputación de Cristina. La Casa Real ha de aceptar la plena transparencia, y ha de aceptar también que Cristina sea imputada por su colaboración en la actividad de su marido y mutuo beneficio de la misma. Tal significa el término "pertinente"; lo contrario es lo impertinente, lo que no viene al caso, como es, verbigracia, pretender buscar correspondencia entre la aceptación de transparencia y que el juez haya imputado a la infanta Cristina.
Imborrable mancha para la monarquía.
Es lo evidente, aunque no falte -ya lo dije en el anterior artículo y en este- individuo cuya osadía le lleva a negar la evidencia. Los hay temerarios, qué le he hacer si no está en manos humanas evitarlo. Esta mancha del matrimonio Urdangarín-Borbón la extiende los correos electrónicos, y demás manifestaciones de Diego Torres, a la familia real; como evidencia de ello el hecho de que que figurase García Revenga en la empresa. Hablan también los e-mails de la ayuda directa del rey; bueno, todo entre familia, nada de ignorancia del jefe de la familia, que tratándose de familia real ha de estar bajo su control según los cánones monárquicos.
Iñaki Anasaagasti dijo en febrero de 2012 que la Corona Real española no desentona con la de Tailandia. En tal entrevista apunta sobre el blindaje de Juan Carlos de Borbón: Los ponentes constitucionales, empezando por Pérez Barba, parecen mayordomos de Corte, en lugar de catedráticos y gentes de pensamiento. No cabe duda que como reza el título de su libro "Una monarquía protegida por la censura", tesis en el mismo mantenida, ha sido un realidad. Estamos viendo que al desaparcer su protección presenta una imagen horrenda. Por supuesto, irretocable. En la aludida entrevista hay esta faceta:
--Si finalmente el juez condena al duque de Palma, cree que entrará en la cárcel.
--No lo creo.Un país que vive de esas imágenes no lo va a permitir, aunque se demuestre culpabilidad. Encontrarán algún subterfugio jurídico para que se sobresea o pague el pato algún testaferro. La prueba es que la infanta, socia a medias con su marido, ni tan siquiera ha sido imputada.Ahora lo ha sido, porque ya, al presentarse prueba tras prueba, era imposible no hacerlo, y se ha pasado a defender con la mentira y la insensatez lo que no se puede defender con la verdad y la prudencia, cordura y buen juicio. Que hay que desbarrar, pues se desbarra. ¡Que asco! Pese al bipartidismo gobernante que en esta monarquía se encuentra muy cómodo, la institución está hundiéndose per se, por sí misma, por falta de ejemplaridad en sus componentes, empezando por el pater familiae. Actualmente no hay nadie que ignore que la familia real española es una familia difuncional; el matrimonio "real" -fea realeza y fea realidad- lo es apenas ocupó el trono el príncipe de España -que no príncipe de Asturias, que nunca lo fue, y la voluntad del dictador Franco eliminó a éste-, produciéndose entre doña Sofía y don Juan una separación amistosa. Es triste para todo español, aun cuando no sea monárquico -al verdadero habría que buscarle con la linterna de Diógenes-, que la ejemplaridad no sólo brille por su ausencia en el matrimonio Urdangarín-Borbón. Ya dijo Urdangarín a su suegro: Como en España cada uno hace lo que quiere, yo también. No le quedó otra que recoger la pelota.
Puede haber político de PP y, asimismo, del PSOE -partido socialista obrero español, desde Juan Carlos tan monárquico- que quiera se haga justicia con Iñaki Urdangarín, ¡pero lo que es con Cristina!... A seguir error, tras error, mancha tras mancha, y viva lo mal hecho, lo que no debiera existir por lo que destrucción de la economía tiene; por ejemplo, las Autonomías. Y jefe del Estado y partidos PP y PSOE adelante, que cantidades masivas de españoles ya han ido y están yendo a la ruina, y bastantes también a la muerte.
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