¿Quién va a arreglar España? Esto no lo averigua ni Vargas, aquel Vargas en que confiaban los Reyes Católicos. ¿Pero tiene arreglo? ‘La esperanza el lo último que se pierde’, que reza el dicho, mas en ello vamos a quedarnos sin esperanza y sin fe. De momento, tampoco la caridad –en la política- se ve por parte alguna, la ciudadanía es dañada, aunque, cínicamente, se hable hoy día de calidad de vida. ¡Ahí es nada! Ésta no la cifremos en el adelanto de ciencia y de la técnica. Que ambas aportan comodidad es indudable, empezando por las tareas agrícolas, ya no tan duras. Es evidente que el agro ya no requiere cuadrillas de segadores, no obstante todavía aún existe la demanda de brazos para la recogida de las aceitunas y para la vendimia. El campo, pese al nuevo instrumental, continúa siendo un fuerte faenar. La agricultura, con ser fundamental, no lo es todo para la economía de un país, y el nuestro estuvo muy atrasado de industria, habiendo ya dado en ella bastantes pasos.
La
producción de toda clase es lo que en primer lugar se necesita para la vida de
una nación. No los políticos, por cierto, pues como dice Antonio Gala ‘aquel que pudiera hacer crecer dos espigas o
dos briznas de hierba en una superficie donde antes solo crecía una, merecía más gratitud de la
humanidad y prestaba un servicio más esencial a su patria que toda la casta de
políticos reunida’. Que el trabajo sea menos duro –por mejora de
instrumentos o herramientas- no da calidad de vida al que carece de él. ¿cómo
se puede hablar de <calidad de vida en un país lleno de parados? Antaño se hablaba del paro
obrero, hogaño existe el paro en toda la escala laboral; antes el estudiar
solía ser garantía de trabajo asegurado; ahora se suma al obrero y al
covachuela, que otrora mucho dependió de los turnos políticos.
Actualmente,
fuerza es confesarlo, no
está España tan falta de producción, dinero, como mal administrada. Y para vivir dignamente, sin penurias, es
imprescindible tener cubiertas nuestras primeras necesidades. Ya en ese Siglo,
que era de Oro, pero también de hambre, puso Cervantes en la carta que Don Quijote
escribe a su escudero Sancho cuando fue
nombrado gobernador de la insula Barataria, este consejo, entre otros. ‘Para
ganar la voluntad del pueblo que gobiernas, entre otras, has de hacer dos
cosas; la una, ser bien criado con todos, y la otra procurar la abundancia de
los mantenimientos, que no hay cosa que más
fatigue el corazón de los pobres que el hambre y la carestía’. Para el pobre nunca hay abundancia.
Los
Gobiernos deben procurar un equilibrio económico, y lejos de ello desde la Transición la economía
ha ido muy bien para unos y pésimamente para otros. Nunca fue tan bien para los
políticos de todo relieve, tan llenos de privilegios –algo de que hablé
minuciosamente en otro artículo-, incluido un alcalde de pueblo, cuyo salario
se pone él. ¡Qué diferencia con el pasado cuando no cobraban, cuando era un
cargo honorífico! Y por el honor que concede se quería ocupar la modesta
alcaldía de un pueblo. Ahora se auto- impone una paga que no es precisamente la
del salario mínimo, y no deja de ser corrupto como tantos de nivel medio y
alto. El periodista y escritor segoviano Enrique de Diego –del que no he dejado
de hablar largo y tendido- les denomina ‘casta
inútil’.Alguno de ellos han sido de suma importancia, tal como Eduardo
Zaplana, cuyo único móvil política era el enriquecimiento, o el destacado
economista Rodrigo Rato, lo malo que ha sido en el exclusivo beneficios de
ellos. No son corruptos
todos los políticos, pero la estadística es aterradora, sobre todo en el
Partido Popular. En él es una
fuente inagotable en cuanto a su pasado. (Ahora se le hacen imputaciones a
Esperanza Aguirre, que venía salvándose de la quema. Por mi parte, la buena
voluntad de que no pase de ser meras sospechas).
Demasiados organismos políticos y, por ende, políticos.
Corrupción
–en cuanto a trinque- no es solo que se lleven el dinero los políticos y
grandes administrativos, sino que igualmente lo es el hormiguero que de ellos
existe y organismos e instituciones que suponen una carga que España no puede
permitirse. Se hace evidentemente mal uso del dinero y aquí estriba el mal. Ya
que he citado al poeta, dramaturgo y novelista Antonio Gala, ap. ‘El imposible
olvido’, lo diré con su propia pintura:
… el referente al uso del dinero, al mal uso,
que “exige que gran cantidad de gente se vea forzada a buscar el sustento
mendigando, robando, hurtando, engañando, alcahueteando, perjurando, adulando,
sobornando, falsificando, peleando, mintiendo, halagando, fanfarroneando,
votando, garabateando, fantaseando, envenenando, putañeando, difamando,
practicando el libre pensamiento o entregada a otras ocupaciones semejantes.
Entre
el ingente número de políticos, lo que supone la corrupción por parte de ellos
practicada; las 17 Autonomías, que nos cuestan más de doscientos mil millones al
año; las Diputaciones provinciales con seis mil trescientos millones que suman
sus presupuestos; el Senado, que tiene un coste anual de cincuenta y dos
millones de euros, adiós fondos del Estado, tributo de los españoles. Y por si
fuera poco gasto superfluo, una monarquía que también está de más, que la
ciudadanía nunca eligió, que fue mera voluntad del dictador Franco y que el
bipartidismo vino sosteniendo rehuyendo la votación de Monarquía o República.
Un descontento mayúsculo es la constante en el pueblo español.
Paniaguados
aparte, obviamente. Es la “””Corte de honor””” de todo partido. -
Ni
por lo más remoto dejó José María Aznar contentos a los españoles; la opinión,
por ejemplo, del insigne historiador Ricardo de la Cierva es la siguiente:
Hay cosas que me preocupan y me indignan en la
trayectoria política de José María Aznar, además de su impotencia en solucionar
el problema autonómico. Primero su obsesión azañista, que demuestra un
desconocimiento profundo sobre la personalidad de y la realidad histórica de
Manuel Azaña. Segundo su obsesión en repetir que nada tiene que ver con la
derecha histórica, cuando tiene que ver todo. Tercero la repugnante aberración
de haber ordenado a su partido el voto favorable en 1995 para la concesión de
la ciudadanía española a los energúmenos comunistas de las Brigadas
Internacionales, los esbirros del demócrata Stalin en España.
Aznar
continuó cometiendo errores, y ya no se los puede mostrar la Cierva, fallecido el 9 de
noviembre de 2015. Sí le dio tiempo a ver la corrupción que anidaba en las
legislaturas de este presidente, corrupción que continúa siendo tema actual en
el orden judicial, un partido con la segunda figura del Gobierno de Aznar en la
cárcel y múltiples casos de corruptos en poder de la justicia o de
investigación de la UCO.
¡Que ceguera la de Aznar! Era fan de su
ministro de Medio Ambiente, y, luego,
presidente balear, Jaume Matas, el del palacete en Mallorca, uno de los mayores
corruptos del Partido Popular y en general,
Bien dejó escrito nuestro historiador:
Pero no apuraré las críticas hasta que llegue,
para José María Aznar, la hora de la Historia.
Los
problemas que apunta son:
La exacerbación sin freno de las autonomías,
el terrorismo, el desconcierto y desprestigio de la Justicia y el
afianzamiento de la libertad de expresión contra las poderosas fuerzas que
pretenden controlarla.
Sigue
este punto de su ‘Historia total de España’, con las siguientes líneas.
Si don José María Aznar consigue solucionar o
al menos encauzar positivamente estos problemas hacia una solución
satisfactoria pasará a la
Historia como un gran gobernante, aunque siga diciendo
bobadas sobre don Manuel Azaña.
Nada
se corrigió, ni mucho menos, ¿qué pensaría al
ver a Mariano Rajoy con su pretendida ‘ley mordaza’? Se encuentra
bastante constreñida la libertad de expresión y continúa viviéndose la
exacerbación del independentismo, ello ha ido in crescendo durante el mandato
de Rajoy, asimismo la corrupción. Ésta precisamente le desplomó de su
presidencia.
Por
el prestigio de la Justicia
prometieron los presidentes en el periodo electoral conceder al Poder Judicial
la independencia que le quitó Adolfo Suárez, pero no lo cumplieron. El que más
prometió y no cumplió absolutamente nada fue Mariano Rajoy, quien, por tanto,
defraudó ipso facto a sus votantes,
quedando descalificado como hombre veraz. Cierto que éste no deja de ser rara avis en política. ¡Dios mío cuánta
mentira, y a veces para camuflar ineptitud cuando no delito! Se niegan a ver
algo que se ve. ‘Yo llamo mentira –Nietzsche dixit- a a no querer ver algo que se ve’.
Esta
transición inacabada de que, como vemos, se queja Ricardo de la Cierva, parece ser que va a
quedar así, como la sinfonía de Schubert, que en balde pide –la Cierva- lo que vemos
pide. Venimos pasando en trayectoria política
de igual a igual, o peor; nada cambia en lo fundamental. Felicita la Cierva a Aznar por haber
eliminado como presidente a Felipe
González, en cuyas legislaturas tuvo tantos casos de corrupción. Pero aquí se
equivoca –bien reza la paremia que ‘el
mejor escribano echa un borrón’-, ya que el trinque siguió ‘viento en popa
a toda vela’ y a Aznar se le imputa la creación de ‘los Sobres’. En la política
que va de la muerte del general Franco –lo único que pudo finalizar la
dictadura- a la actualidad ha persistido –reitero- el independentismo, que
ahora se halla en apogeo, del que nuestro historiador comentado nos expone:
España entró, ya antes de morir Franco, en un
vértigo autonomista desmesurado. […] No por culpa de la opinión pública sino de
las clases política locales que pretendían imponer una dinámica centrífuga
desbocada. Ni Adolfo Suárez ni Felipa González han acertado a encauzar este
ímpetu que amenaza, desde 1977, la unidad de España consagrada en la Constitución. Las
clases políticas del nacionalismo catalán y vasco son insaciables.
Aparte
del punto de vista económico, ha sido craso error la creación de las Autonomías;
esto, que proclama, es unánime opinión de toda persona, versada o no en
Historia. Alude al título VIII de la Constitución que califica de ‘batiburrillo
incoherente’; le ve con grandes contradicciones.. Y termina afirmando
tajantemente: ‘Hasta que no se resuelva el problema autonómico no habrá
terminado la transición.
España,
y esto es descubrir el clásico Mediterráneo, esta llena de problemas y los
sufridores españoles hartos de ver que el ingente número de políticos no
solventan ninguno. Desde luego el reducir su incontable estadística no es cosa
en la se van a esforzar. Todo es inmovilismo. ¿Quién va a surgir que cambie
esta situación política, social, económica e ideológica? Ha de ser, obviamente,
quien posea rango de estadista. Para Churchill, ‘un político se convierte en
estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las
próximas elecciones’. Este aserto se da la mano con este otro del canciller
alemán Otto Bismarck: ‘El político piensa en la próxima elección; el estadista
en la próxima generación’. Las
generaciones en esta España de conflicto indefinido vinieron encontrando
malandanzas crecientes.
No
se erradica el paro, la corrupción, el coartar la libertad de expresión, la
perspectiva del desmembramiento de la nación española, y otros males, daños,
perjuicios, que sufre el ciudadano. Los políticos descuidan el cumplimiento de la Carta Magna –el republicano
Julio Anguita ya se quejó de ello- en lo que a los derechos de la persona se
refiere. En cuanto al de la vivienda, por ejemplo, hay una red de picaresca,
abuso, explotación manifiesta en lo que el Gobierno –cualquier Gobierno-
debiera tomar urgentes drásticas medidas. Nada se arregla, todo –insisto- va
empeorando, la corrupción se arraiga más y más; no se lucha con el ahínco que
se requiere contra el trinque en todas sus facetas, ya lo pone de relieve lo
que ocurre con los alquileres de pisos y apartamentos.
El arreglo que necesita España no es solo de tipo económico.
El conocimiento os hará libres.
- Sócrates -
La
endemia de la corrupción ha pasado a la sociedad civil; en opinión de Antonio
Gala, ‘cada día salen nuevos nombres a la
concurrida palestra de la corrupción. No sé ni cómo caben, Banqueros,
militares, políticos, funcionarios, particulares (ladrones de profesión o de
afición): en todas partes cuecen habas, menos en la olla de los pobres, a los
que se condena sin tanto requilorio por hurto famélico. Esto ya lo
corrobora el poeta chileno Pablo Neruda:
‘el fuero para el gran ladrón, la cárcel
para el que roba un pan’. De la política de España solo pueden estar
satisfechos los políticos y los banqueros, ha generado y genera víctimas
incluso cruentas.
La
Política ha de
modificarse substancialmente –nunca se repetirá lo bastante-, empezando por el
sistema de Elecciones; ha de hacerse humanitaria. ‘Cuando a algo digo humano exagero –dice José Luís Sampedro-, porque creo que Humanidad no hay, hay seres
humanos. Llevamos dos mil años desde la antigua Grecia, se ha progresado
técnicamente de una manera fabulosa, casi inverosímil pero seguimos matándonos
unos a otros, no sabemos vivir juntos. El hombre no ha madurado bastante. Nada
más evidente. La Humanidad
se mata material y moralmente por dinero. Respecto al cual nuestro escritor y
economista considera: ‘Somos Naturaleza,
poner el dinero como bien supremo nos conduce a la catástrofe’.
Ya
hemos visto en criterio de Antonio Gala cuan conveniente es el buen uso del
dinero. Asimismo en la misma obra escribe en lo referente.
La
humanidad entera está compuesta por unas clases dirigentes que manipulan el
caudal de datos con que cuenta toda la especie., y por una masa de población
incapaz de conocer esos datos, de comprenderlos de reelaborarlos o de
utilizarlos con inteligencia. Una masa intoxicada por supersticiones, ideas
seudorreligiosas, y mitos irracionales, desviaciones todas fomentadas desde
los centros de poder. […] Ay, cuánta
responsabilidad y cuánta pena inspira el ser humano visto desde arriba, o visto
a su nivel con ojos no corruptos.
Sobre
la importancia del dinero como básica, o no, expone Ganivet a Unamuno, en
cartas que entre ellos se cruzaron, en la obra de éste,’ ‘El porvenir de España y de los españoles’.
Se dice que la prosperidad material trae la
cultura y la dignificación de un pueblo; mas lo que realmente sucede es que la
prosperidad hace visibles las buenas y malas cualidades de un pueblo que antes
permanecían ocultas. Si no
se tienen elevados sentimientos,
la riqueza pondrá de relieve la vulgar grosería y la odiosa bajeza; y en
España, cuyo flaco es la desunión, si no inculcamos ideas de fraternidad, el
progreso económico se mostrará en rivalidades vergonzosas.
Explaya
como esto ocurre en el plano individual y en el colectivo. Pero además lo del
<homo economicus> de los
economistas cojea mucho. Uno de los más honrados economistas, amén de hombre de
letras, José Luís Sampedro, ha emitido este aserto: ‘Somos naturaleza. Poner al
dinero como bien supremo nos conduce a la catástrofe’. Por otra parte, él que
conoce a sus colegas afirma que ‘hay dos tipos de economistas: los que trabajan
para hacer más ricos a los ricos, y los que trabajamos para hacer menos pobres
a los pobres’. Esto es algo evidente; alguno de los que trabajan para los ricos
y para serlo él lo más posible, terminó
en la cárcel. ¡Y pretendía presidir España! Detesta nuestro novelista, con
honestidad, sensibilidad y compasión, los abusos de políticos y banqueros, y,
consecuentemente, celebra aquel 15 de mayo. No dejó de exponer: <El 15 de
mayo ha de ser algo más que un oasis en el desierto: ha de ser el inicio de
una ardua lucha hasta lograr que,
efectivamente, ni seamos ni nos tomen por ‘mercancías en manos de políticos y
banqueros’. Digamos NO a la tiranía financiera y sus consecuencias
devastadoras>. Si en política los hay que dan en la diana, un o de ellos muy
relevante es nuestro autor.
Un
insigne primer ministro del Reino Unido, Benjamín Disraeli, época de la reina
Victoria, tiene esta aserción: ‘El mundo está gobernado por personajes que no
pueden ni imaginar aquellos cuyos ojos no penetren en bastidores’. Hoy día lo
sabemos, penetramos en bastidores, porque todos tenemos a la vista constante políticos
y banqueros que, por su corrupción, caen en las redes de los Tribunales de
Justicia, pasan a la cárcel, hecho que ya no nos inmuta, porque es el plato del
día. Lo extraño, raro, singular, es que nos acostumbremos a ello, siendo de
vergüenza ajena, bien dice mi admirado susodicho humanista barcelonés‘: Lo que
más me ha impresionado de este siglo XX que finaliza es la estupidez y brutalidad
humanas’. Pues lo que va del siglo XXI, tercer milenio, bate el récord de
inverecundia rayano en la delincuencia.
Espectáculo bochornoso a la vista de inteligentes y cultos y del necio vulgo.
Ante la infamia es
vil guardar
silencio, y es digno
rebelarse
y combatirla.
- Arturo Pérez Reverte -
Aunque
no sea fácil romper el silencio, porque, como el mismo autor dice, ‘en un mundo
venal, hecho de hipocresía y falsas maneras, los poderosos, los buitres
carroñeros, los envidiosos, los cobardes y los canallas suelen encubrirse unos
a otros’. Contra estos cobardes ya dijo también algo similar el líder
antiracista estadounidense Luther King. ‘Tendremos que arrepentirnos en esta
generación, no tanto de las malas acciones de la gente perversa, sino del
pasmoso silencio de la gente buena’.
Ya
lo hemos dicho, hay actos, hechos, políticos, que conoce y avergüenzan hasta al
tonto del pueblo, pero se apoyan indirectamente con la pasividad, indolencia. A
ver si ya surge un político que se interese algo en corregir tanta injusticia,
tanta ley del embudo, trincar como fuere –hay mil estilos-, y ya, como hemos
visto apunta Antonio Gala, ‘en todas partes cuecen habas’, va a ser como en el
tango ‘Cambalache’, de Enrique Santos Discépalo: ‘el que no roba es un gil’. Hay
que eliminar injusticias, que, por el contrario, vienen creciendo como una bola
de nieve, empezando por las que están cubiertas con disfraz de justicia, que,
como aclara Montesquieu, ‘una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe
ser ley porque es justa’. Que leyes justas venga a derogar leyes injustas. A
ver si, efectivamente, arribamos a una “España social y más justa” Nos hallamos
próximos a oír promesas de llevar a efecto cuanto necesita nuestro país, que no
es poco por la pésima administración que a lo largo de la transición ha tenido.
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En setenta y dos horas de insertar este artículo en internet ha quedado mi tesis reforzada con la fallida investidura de Pedro Sánchez a causa de la abstención de PODEMOS. EL Partido Socialista Obrero Español no es de aquél ni de este Pablo Iglesias. Lo de cooperación no lo entiende Sánchez bien. Y, al parecer, peor lo de justicia social.
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En setenta y dos horas de insertar este artículo en internet ha quedado mi tesis reforzada con la fallida investidura de Pedro Sánchez a causa de la abstención de PODEMOS. EL Partido Socialista Obrero Español no es de aquél ni de este Pablo Iglesias. Lo de cooperación no lo entiende Sánchez bien. Y, al parecer, peor lo de justicia social.
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