<El valor de los guerrilleros y el dinero de los
ingleses nos hacen perder la guerra de España >
- José Bonaparte a su esposa-
Napoleón Bonaparte también estaba cerciorado de que los guerrilleros le habían derrotado en España, y de ello, también persuadido, nos dice Ricardo de la Cierva: Napoleón sabía muy bien que no fue lord Wellington, merecidísimo duque de Ciudad Rodrigo, quien le barrió de España y de la historia activa, sino la guerra total orquestada por el pueblo español. Y nos explica el cómo:
ingleses nos hacen perder la guerra de España >
- José Bonaparte a su esposa-
Napoleón Bonaparte también estaba cerciorado de que los guerrilleros le habían derrotado en España, y de ello, también persuadido, nos dice Ricardo de la Cierva: Napoleón sabía muy bien que no fue lord Wellington, merecidísimo duque de Ciudad Rodrigo, quien le barrió de España y de la historia activa, sino la guerra total orquestada por el pueblo español. Y nos explica el cómo:
A través de sus tremendas partidas guerrilleras, teóricamente integradas en la legalidad militar por la Junta Central el 13 de octubre de 1808 con el nombre de <milicias nacionales>. Desgastado y enloquecido el enemigo por la venganza de las partidas (no había en toda la Península, sobre todo en la Mancha, un solo pozo sin su francés). Wellington y los generales españoles lograron, desde 1812, cuajar su bien concertada ofensiva de reconquista por el valle del Duero en los Arapiles Vitoria y San Marcial, hasta penetrar en territorio enemigo y terminar así la guerra de la Independencia el 1814.Cuando España estuvo militarmente en poder de Napoleón, a excepción del amurallado Cádiz surgen los guerrilleros. En opinión de Moreno, en su Historia de España,, son dignos hijos de Viriato, que, molestado constantemente al enemigo, apoderándose de sus convoyes y atacando sus pequeños destacamentos, les causaban grandes y continuas pérdidas. Indicaré la trayectoria vital y bélica de algunos de los más relevantes.
Francisco Espoz y Mina, hijo de una familia pobre, que por sus hazañas alcanzó el grado de general, nacido en 1784 Idocín (Navarra). Pertenecía al ejército francés, pero en 1809 se pasó al ejército español. Realizó sus ataques por Navarra, Aragón, Castilla y Guipúzcoa, sin posibilidad para el ejército francés de hacerle frente. El general Honoré Reille, intentó paralizarlo, pero no lo consiguió ni con un ejército diez veces superior. Sus éxitos guerrilleros no tenían fin: Sangüesa, Arlaban, Tafalla, Sos del Rey Católico, Rocafort, Motrico, Fuenterrabia y Zaragoza. Aparte de obtener múltiples condecoraciones, fue ascendido sucesivamente a coronel, general, mariscal de campo y jefe de su brigada. Se negó a la disolución de la guerrilla y trató de dar un golpe militar ante cuyo fracaso se refugió en Francia. Regresa a Navarra en 1820 y proclama la Constitución en Santesteban Combate a los realista en Cataluña, pero ante la llegada de Los Cien Mil Hijos de San Luís, a los que al principio hizo frente, se refugió en Inglaterra, instalándose después en París En noviembre de 1830 penetró en el País Vasco por Bayona para luchar contra el régimen de Fernando VII, pero no hallando al país suficientemente interesado en ello volvió a Francia.
En 1833 la amnistía que decretó María Cristina de Borbón, reina regente, le facilitó su regreso a España y el serle reconocida su graduación militar. Se le nombró virrey de Navarra y se le concedió el mando de la lucha en el Norte. Derrotado por los carlistas en Lairrinzar, Echarri, Ardanaz y Olazagoitia. En abril de 18 dimitió. En octubre del mismo año Mendizabal le nombró capitán general de Cataluña, teniendo algunos éxitos contra los carlistas. Cometió la crueldad de mandar matar a la madre de Ramón Cabrera. Presentó su dimisión en abril de 1836 y este mismo año, estando preparando su voluntaria salida a Francia, murió en Barcelona el día de Nochebuena. Se hallaba en posesión de la Laureada de San Fernando por haber arrasado, durante el Trieño, la población de Castelifulli de Ruibregós y conquistar la población de Seo de Urgel
Su viuda, Juana María de la Vega, condesa de Espoz y Mina, que le sobrevivió treinta y seis años mantuvo su memoria. Y escribió la obra Memorias del General Don Francisco Espoz y Mina. Vivió en su ciudad (La Coruña) y fue amiga de Concepción Arenal. Es considerada como 'una de las mujeres más ilustres de cuantas han enaltecido el nombre de España' Y consecuentemente se la equipara con Gertrudis Gómez de Avellaneda, Cecilia Bohl de Faber, Carlina Coronado, Concepción Arenal y Rosalía de Castro. Yo diría que menos escritora y más política que ellas, como es notorio.
Juan Martín Díaz,'El Empecinado', nacido en Castrillo de Duero (Valladolid) en 1775, hijo de labrador, él también lo fue, pasando a ser guerrillero y militar. Es llamado 'el Empecinado', debido a que los de su pueblo recibían tal mote por el arroyo de su localidad llamado Botijas, lleno de pecina.
Tras asistir como soldado a la Guerra de la Convención, durante dos años, se casó en 1796 con Catalina de la Fuente y en el pueblo de su mujer, Fuentecén (Burgos) trabajaba de labrador en las tierras de ella, así como continúa atendiendo su labranza, ambos pueblos están cerca entre sí. Al ser ocupada España por la tropa de napoleónica, se decidió a combatirla. Como guerrillero obtuvo éxito en Aranda de Duero, Sepúlveda, Pedraza y la cuenca del río Duero. En 1809 es nombrado capitán de caballería. Combate por la sierra de Credos, Ávila y Salamanca; después, por Cuenca y Guadalajara. Dada el daño que causaba al ejército francés, es nombrado el general Hugo -padre de Víctor Hugo con su esposa Adela Foucher- para perseguirle, y éste, al fallar en su captura, decide detener a la madre del guerrillero y otros familiares, reaccionando entonces Juan Martín con mayores acciones bélicas y a amenazarlo con fusilar a cien soldados prisioneros, con lo que el francés decide ponerles en libertad.
Cuando el pronunciamiento de Riego, que implicó ser puesta en vigor la Constitución, ocupó el cargo de gobernador militar de Zamora y el de segundo jefe de la Capitanía General de Castilla la Vieja. Declarado partidario del liberalismo, se enfrentó a Fernando VII instándole a aceptar la Constitución, reaccionando 'el Felón' confinándolo en Valladolid. Luchó contra la nueva invasión francesa; ante la derrota se refugió en Portugal, y regresó en el mismo año mediante permiso. Pero lo fatal fue en encontronazo en Roa, dirigiéndose a su pueblo, con con el corregidor Domingo Fuentenebro, enemigo personal de él. Es detenido y encarcelado en el castillo de Roa, recibiendo malos tratos, tal como ser exhibido en una jaula los días de mercado. Tras una farsa de juicio fue condenado a muerte, y pese a que la madre, la esposa y múltiples personalidades solicitaron su indulto al rey, éste emitió su expreso deseo de que fuera ejecutado. Le odiaba y temía como defensor de la Constitución, ya le había reprochado el hecho de que después de jurarla, se rebelara, mientras el cumplía sus juramento Ya en la sentencia para degradarte s le condena a ser ahorcado. Al leerla el Empecinado exclamó:
¿Y su Majestad el Rey ha aprobado esta sentencia?... ¿Ahorcarme a mí, a mí? Que me maten, ... ¡bueno! ... ¡Pero no de esa manera!... Pues qué ¿no había balas en España `para fusilar a un general? ... ¡Poco ha tenido Su Majestad presente mis sacrificios en la guerra contra Napoleón y los muchos enemigos franceses que han muerto a mis manos!...>.
Fue ahorcado en la Plaza de la Colegiata de dicha localidad burgalesa; Pérez Galdós refiere que 'el Empecinado murió a bayonetazos, cuando camino del patíbulo, se desencadenó con su arranque de desesperación y fuerza y consiguió quitar la espada del oficial que le acompañaba'. No obstante le llevaron al cadalso y fue ahorcado. Esta monstruosidad ocurría el 19 de agosto de 1825. Aún se incrementó la vileza, pues la coronaron, en el sentido de completar la obra de sevicia, con el enterramiento. Fue inhumado sin féretro en una fosa del cementerio a gran profundidad echando veintitantos carros de tierra y piedra. En 1843 -hacía unos diez años que había muerto el siniestro, detestable, abominable, execrable, aborrecible, y cuantos sinónimos existan al efecto, Fernando VII- sus restos fueron exhumados para sepultarle dignamente. En 1848 pasaron a este monumento en Burgos.
Juan Palarea y Blanes, natural de Murcia (1780), médico con ejercicio en Villaluenga de la Sagra (Toledo) que se inicia como guerrillero con catorce lanzas a su mando y llega a disponer de doscientas setenta, ascendiendo a teniente coronel. Obtuvo la Cruz Laureada de San Fernando en la batalla de la ermita de Yuncler; atacó a un destacamento francés que vio obligado a refugiarse en tal edificio religioso, y entonces para obligarlos a salir y dado el fuerte viento que que hacía en dirección al refugio, pidió que le trajeran azufre, pimienta y pimentón -se encargó de ello una vecina del pueblo llamada Juliana Carrillo-, con ello encendieron encendieron una hoguera. Se hizo irrespirable el aire, los franceses tienen que salir de la ermita y son apresados. En 1811 cuenta con con seiscientos sesenta jinetes e interviene en la batalla de los Arapiles entorpeciendo las comunicaciones de Marmont, por lo que el duque de Wellington le obsequió con su sable.
Es nombrado gobernador de Toledo; proclamó la vigencia de la Constitución; fue integrado en la División de Navarra. En 1813 tomó parte en la batalla de los altos de Sorauren. Ocupó un destino en Villa Franca de los Barros (Badajoz), pero en 1820 regresa a un regimiento en Madrid. Es diputado en las Cortes durante el trienio liberal, y siendo un liberal exaltado, ante la invasión de 'Los Cien Mil hijos de San Luís' se enfrenta al general D'Albignal, siendo derrotado por éste entre León y Oviedo Sufre otra derrota en Gallegos del Campo junto al general Roselló, y yendo hacia Zamora son vencidos y capturados por el general Bourque. Pero tiene bastante mejor suerte que sus colegas: es enviado a Francia, de donde se evade e instala en Inglaterra. En 1833 regresa a España, participa en la Primera Guerra Carlista al nombrarle en 1835 la Reina Gobernadora mariscal de Campo y jefe de las fuerzas de Aragón. Venció por dos veces a "El Tigre del Maestrazgo". Un año después fue nombrado capitán general de Valencia y Murcia, después lo es de Jaén y Granada. En el levantamiento del 7 de octubre de 1841 se le acusó de intervenir, por lo que fue recluido en el castillo de San Julián (Cartagena) donde murió el 7 de marzo de 1842 sin que quedase claro el motivo. ¿Envenenamiento? Fue enterrado en el cementerio de Cartagena y, posteriormente, trasladado al de San Andrés, Murcia.
Julián Sánchez García, el Charro.
Esperemos que le complaciera más que a Wellington, que muy decepcionado quedó al ser retratado por el pintor de Fuendetodos (Zaragoza) y pudo tener grave consecuencia si no media el general Ávila y el hijo del pintor.
Nació en la aldea de Muñoz de Huebra lindante con Ciudad Rodrigo, hijo de labrador, y él lo fue hasta lo diecinueve años que se incorporó al ejercito y estuvo en la guerra del Rosellón. Tras la vicisitudes que hubo de sufrir en esta primera etapa de su vida castrense -en Tolón fue prisionero, y herido en la defensa de Cádiz contra Nelson, tomar parte en la guerra de las Naranjas- se licenció, regresando a Salamanca. Contrae matrimonio con Cecilia Muriel García y se dedica al agro.
A la Guerra de la Independencia española debe su gloria Al estallar ésta vuelve a incorporarse al ejército y esta segunda vez hará carrera militar, aunque opta por actuar a su manera, a lo charro en cuanto a traje y silla de montar, asimismo emplea como lanza la garrucha de campo e igual sus lanceros. A los cinco días de alistarse es ascendido a cabo primero y al mes a sargento. En 1809 es nombrado alférez de caballería. Actúa con doce lanc eros contra los franceses, constituyendo el terror de éstos en los campos salmantinos. Poco después dispone de una partida: 'Los doscientos de don Julián', quedando adscrito a al general inglés Wilson pero pudiendo seguir sus propios métodos, con autonomía y ascendido a coronel. A partir de 1810 es el número de guerrilleros bajo su mando tan grande que pasa a llamarse 'Regimiento Ligero de de Lanceros de Castilla'. El 15 de octubre de 1811 apresó al gen eral francés Reynaud, gobernador de Ciudad Rodrigo, mientras paseaba muy ufano fuera de las murallas de la población. El Charro iba con sus lanceros de inspección y se le encontraron, le rodearon y se le llevaron detenido al acuartelamiento inglés. Finalmente su fuerza recibirá el nombre de 'Brigada de don Julián'. Wellington en 1813 adhiere la partida a su Cuerpo de ejército que manda y se produce el cambio de uniforme. El 22 de julio de 1812 se dio la Batalla de los Arapiles.
En ella intervinieron las temidas tropas de caballería. En La batalla de los Arapiles, décimo de los Episodios nacionales, de Pérez Galdós, leemos esta exposición de Julián Sánchez, 'el Charro':
Acabada la guerra continúa recibiendo honores; es nombrado Gobernador militar de Santoña. En 1819 fallece su esposa y en 1822 contrae segundas nupcias con doña Juana Ignacia Velarde de Gandarillas pasando como Gobernador militar a Santander, mas posesionándose como liberal surge para él como los restantes querrilleros, también defensores de la Constitución de Cádiz, el infame comportamiento que con ellos tuvo Fernando VII, a excepción del cura Merino que era absolutista. En 1823 está con lo que hacen frente a 'Los Cien Mil Hijos de San Luís'. Contra el liberalismo esta Europa. He aquí la exacta visión que de ello hace Augusto Martínez Olmedilla.
El involucrarse en esta segunda invasión le causó prisión y confinamiento. Cayó prisionero del duque de Angulema; es declarado en situación "de cuartel"en Madrid. Solicita pasar a Salamanca donde tiene su familia, y es confinado en Ledesma.. En febrero de 1824 es encarcelado en la Real Cancillería de Valladolid, y es puesto en libertad a principios de 1828. En agosto de este año pasa con su esposa y su pequeño hijo, Francisco Luís, a Etreros (Segovia), falleciendo el niño el día 30 del mismo mes. Les nace al matrimonio una niña torroncha -gentilicio del lugar- el 30 de mayo de 1829 que ponen por nombre Rosa Petronila, la cual muere también en la infancia y en su lugar de nacimiento el el 4 de octubre de 1831.En Etreros residieron en el palacio del conde de Mansilla, porque su esposa era sobrina de él.
Dudosa, insegura, la exhumación del Charro.
Sus restos fueron trasladados de Etreros a Salamanca, aunque existían dudas de que fueran de él. Entonces la disyuntiva es esta: Sus restos están, continúan estando, en la ermita del Cristo de los Afligidos en el monumento que tiene en Ciudad Rodrigo. Porque se dice que en la exhumación se llevaron un esqueleto de un hombre alto y rubio, mientras que el Charro era moreno y no alto. Fue muy peliagudo hallar lo que se dio por sus restos mortales. En 1980 llevaban enterrados ciento cuarenta y ocho años En la ermita hay esta lápida.
En cuanto a la faceta cronológica no se ponen de acuerdo quienes han tratado el tema, así en otra parte leemos que el 30 de mayo de 1981 sus restos fueron trasladados de Etreros a Salamanca, siendo depositados en la Torre del Clavero, y el 19 de enero de 1985 se trasladaron a Ciudad Rodrigo sepultándolos en el monumento que en 1960 se erigió a su memoria. Otra firma fomenta la duda con este alegato: Excavado el suelo de la ermita no se encuentra ninguna lápida ni seña que identifique su cuerpo, pero sí unos restos óseos vestidos con unas ropas de calidad singular frente a los demás. Se tomó este indicio como pruebe de su distinción y los restos fueron llevados a Salamanca. A los restos que se llevaron y que hoy se encuentran en este monumento se impone evidentemente salir de la incertidumbre sometiendo estos restos que se llevaron de Etreros a la prueba científica ADN.
En 1833 la amnistía que decretó María Cristina de Borbón, reina regente, le facilitó su regreso a España y el serle reconocida su graduación militar. Se le nombró virrey de Navarra y se le concedió el mando de la lucha en el Norte. Derrotado por los carlistas en Lairrinzar, Echarri, Ardanaz y Olazagoitia. En abril de 18 dimitió. En octubre del mismo año Mendizabal le nombró capitán general de Cataluña, teniendo algunos éxitos contra los carlistas. Cometió la crueldad de mandar matar a la madre de Ramón Cabrera. Presentó su dimisión en abril de 1836 y este mismo año, estando preparando su voluntaria salida a Francia, murió en Barcelona el día de Nochebuena. Se hallaba en posesión de la Laureada de San Fernando por haber arrasado, durante el Trieño, la población de Castelifulli de Ruibregós y conquistar la población de Seo de Urgel
Su viuda, Juana María de la Vega, condesa de Espoz y Mina, que le sobrevivió treinta y seis años mantuvo su memoria. Y escribió la obra Memorias del General Don Francisco Espoz y Mina. Vivió en su ciudad (La Coruña) y fue amiga de Concepción Arenal. Es considerada como 'una de las mujeres más ilustres de cuantas han enaltecido el nombre de España' Y consecuentemente se la equipara con Gertrudis Gómez de Avellaneda, Cecilia Bohl de Faber, Carlina Coronado, Concepción Arenal y Rosalía de Castro. Yo diría que menos escritora y más política que ellas, como es notorio.
Juan Martín Díaz,'El Empecinado', nacido en Castrillo de Duero (Valladolid) en 1775, hijo de labrador, él también lo fue, pasando a ser guerrillero y militar. Es llamado 'el Empecinado', debido a que los de su pueblo recibían tal mote por el arroyo de su localidad llamado Botijas, lleno de pecina.
Tras asistir como soldado a la Guerra de la Convención, durante dos años, se casó en 1796 con Catalina de la Fuente y en el pueblo de su mujer, Fuentecén (Burgos) trabajaba de labrador en las tierras de ella, así como continúa atendiendo su labranza, ambos pueblos están cerca entre sí. Al ser ocupada España por la tropa de napoleónica, se decidió a combatirla. Como guerrillero obtuvo éxito en Aranda de Duero, Sepúlveda, Pedraza y la cuenca del río Duero. En 1809 es nombrado capitán de caballería. Combate por la sierra de Credos, Ávila y Salamanca; después, por Cuenca y Guadalajara. Dada el daño que causaba al ejército francés, es nombrado el general Hugo -padre de Víctor Hugo con su esposa Adela Foucher- para perseguirle, y éste, al fallar en su captura, decide detener a la madre del guerrillero y otros familiares, reaccionando entonces Juan Martín con mayores acciones bélicas y a amenazarlo con fusilar a cien soldados prisioneros, con lo que el francés decide ponerles en libertad.
Cuando el pronunciamiento de Riego, que implicó ser puesta en vigor la Constitución, ocupó el cargo de gobernador militar de Zamora y el de segundo jefe de la Capitanía General de Castilla la Vieja. Declarado partidario del liberalismo, se enfrentó a Fernando VII instándole a aceptar la Constitución, reaccionando 'el Felón' confinándolo en Valladolid. Luchó contra la nueva invasión francesa; ante la derrota se refugió en Portugal, y regresó en el mismo año mediante permiso. Pero lo fatal fue en encontronazo en Roa, dirigiéndose a su pueblo, con con el corregidor Domingo Fuentenebro, enemigo personal de él. Es detenido y encarcelado en el castillo de Roa, recibiendo malos tratos, tal como ser exhibido en una jaula los días de mercado. Tras una farsa de juicio fue condenado a muerte, y pese a que la madre, la esposa y múltiples personalidades solicitaron su indulto al rey, éste emitió su expreso deseo de que fuera ejecutado. Le odiaba y temía como defensor de la Constitución, ya le había reprochado el hecho de que después de jurarla, se rebelara, mientras el cumplía sus juramento Ya en la sentencia para degradarte s le condena a ser ahorcado. Al leerla el Empecinado exclamó:
¿Y su Majestad el Rey ha aprobado esta sentencia?... ¿Ahorcarme a mí, a mí? Que me maten, ... ¡bueno! ... ¡Pero no de esa manera!... Pues qué ¿no había balas en España `para fusilar a un general? ... ¡Poco ha tenido Su Majestad presente mis sacrificios en la guerra contra Napoleón y los muchos enemigos franceses que han muerto a mis manos!...>.
Fue ahorcado en la Plaza de la Colegiata de dicha localidad burgalesa; Pérez Galdós refiere que 'el Empecinado murió a bayonetazos, cuando camino del patíbulo, se desencadenó con su arranque de desesperación y fuerza y consiguió quitar la espada del oficial que le acompañaba'. No obstante le llevaron al cadalso y fue ahorcado. Esta monstruosidad ocurría el 19 de agosto de 1825. Aún se incrementó la vileza, pues la coronaron, en el sentido de completar la obra de sevicia, con el enterramiento. Fue inhumado sin féretro en una fosa del cementerio a gran profundidad echando veintitantos carros de tierra y piedra. En 1843 -hacía unos diez años que había muerto el siniestro, detestable, abominable, execrable, aborrecible, y cuantos sinónimos existan al efecto, Fernando VII- sus restos fueron exhumados para sepultarle dignamente. En 1848 pasaron a este monumento en Burgos.
Juan Palarea y Blanes, natural de Murcia (1780), médico con ejercicio en Villaluenga de la Sagra (Toledo) que se inicia como guerrillero con catorce lanzas a su mando y llega a disponer de doscientas setenta, ascendiendo a teniente coronel. Obtuvo la Cruz Laureada de San Fernando en la batalla de la ermita de Yuncler; atacó a un destacamento francés que vio obligado a refugiarse en tal edificio religioso, y entonces para obligarlos a salir y dado el fuerte viento que que hacía en dirección al refugio, pidió que le trajeran azufre, pimienta y pimentón -se encargó de ello una vecina del pueblo llamada Juliana Carrillo-, con ello encendieron encendieron una hoguera. Se hizo irrespirable el aire, los franceses tienen que salir de la ermita y son apresados. En 1811 cuenta con con seiscientos sesenta jinetes e interviene en la batalla de los Arapiles entorpeciendo las comunicaciones de Marmont, por lo que el duque de Wellington le obsequió con su sable.
Es nombrado gobernador de Toledo; proclamó la vigencia de la Constitución; fue integrado en la División de Navarra. En 1813 tomó parte en la batalla de los altos de Sorauren. Ocupó un destino en Villa Franca de los Barros (Badajoz), pero en 1820 regresa a un regimiento en Madrid. Es diputado en las Cortes durante el trienio liberal, y siendo un liberal exaltado, ante la invasión de 'Los Cien Mil hijos de San Luís' se enfrenta al general D'Albignal, siendo derrotado por éste entre León y Oviedo Sufre otra derrota en Gallegos del Campo junto al general Roselló, y yendo hacia Zamora son vencidos y capturados por el general Bourque. Pero tiene bastante mejor suerte que sus colegas: es enviado a Francia, de donde se evade e instala en Inglaterra. En 1833 regresa a España, participa en la Primera Guerra Carlista al nombrarle en 1835 la Reina Gobernadora mariscal de Campo y jefe de las fuerzas de Aragón. Venció por dos veces a "El Tigre del Maestrazgo". Un año después fue nombrado capitán general de Valencia y Murcia, después lo es de Jaén y Granada. En el levantamiento del 7 de octubre de 1841 se le acusó de intervenir, por lo que fue recluido en el castillo de San Julián (Cartagena) donde murió el 7 de marzo de 1842 sin que quedase claro el motivo. ¿Envenenamiento? Fue enterrado en el cementerio de Cartagena y, posteriormente, trasladado al de San Andrés, Murcia.
Julián Sánchez García, el Charro.
Pintado por Goya |
Esperemos que le complaciera más que a Wellington, que muy decepcionado quedó al ser retratado por el pintor de Fuendetodos (Zaragoza) y pudo tener grave consecuencia si no media el general Ávila y el hijo del pintor.
Nació en la aldea de Muñoz de Huebra lindante con Ciudad Rodrigo, hijo de labrador, y él lo fue hasta lo diecinueve años que se incorporó al ejercito y estuvo en la guerra del Rosellón. Tras la vicisitudes que hubo de sufrir en esta primera etapa de su vida castrense -en Tolón fue prisionero, y herido en la defensa de Cádiz contra Nelson, tomar parte en la guerra de las Naranjas- se licenció, regresando a Salamanca. Contrae matrimonio con Cecilia Muriel García y se dedica al agro.
A la Guerra de la Independencia española debe su gloria Al estallar ésta vuelve a incorporarse al ejército y esta segunda vez hará carrera militar, aunque opta por actuar a su manera, a lo charro en cuanto a traje y silla de montar, asimismo emplea como lanza la garrucha de campo e igual sus lanceros. A los cinco días de alistarse es ascendido a cabo primero y al mes a sargento. En 1809 es nombrado alférez de caballería. Actúa con doce lanc eros contra los franceses, constituyendo el terror de éstos en los campos salmantinos. Poco después dispone de una partida: 'Los doscientos de don Julián', quedando adscrito a al general inglés Wilson pero pudiendo seguir sus propios métodos, con autonomía y ascendido a coronel. A partir de 1810 es el número de guerrilleros bajo su mando tan grande que pasa a llamarse 'Regimiento Ligero de de Lanceros de Castilla'. El 15 de octubre de 1811 apresó al gen eral francés Reynaud, gobernador de Ciudad Rodrigo, mientras paseaba muy ufano fuera de las murallas de la población. El Charro iba con sus lanceros de inspección y se le encontraron, le rodearon y se le llevaron detenido al acuartelamiento inglés. Finalmente su fuerza recibirá el nombre de 'Brigada de don Julián'. Wellington en 1813 adhiere la partida a su Cuerpo de ejército que manda y se produce el cambio de uniforme. El 22 de julio de 1812 se dio la Batalla de los Arapiles.
Monumento a la Batalla |
En ella intervinieron las temidas tropas de caballería. En La batalla de los Arapiles, décimo de los Episodios nacionales, de Pérez Galdós, leemos esta exposición de Julián Sánchez, 'el Charro':
<--No es el señor lord muy amigo de la Constitución de Cádiz; pero a nosotros, ¿qué nos va ni qué nos viene en esto? Derrotemos a Marmont, y vivan todos los milores.>Consideró don Benito decisiva esta Batalla.
¡El Arapil Grande! Era la mayor de aquellas dos esfinges de tierra, levantada una frente a la otra, mirándose y mirándonos. Entre las dos debía desarrollarse al día siguiente uno de los más sangrientos dramas del siglo, el verdadero prefacio de Waterloo, donde sonaron por última vez las trompas épicas del Imperio..Las bajas habidas fueron en torno a doce mil quinientos franceses; cinco mil doscientos veinte aliados. Ocho generales. En la trayectoria de la guerra se había iniciado, efectivamente, el principio del fin. Pero prosigamos la vida de nuestro guerrillero salmantino.
Acabada la guerra continúa recibiendo honores; es nombrado Gobernador militar de Santoña. En 1819 fallece su esposa y en 1822 contrae segundas nupcias con doña Juana Ignacia Velarde de Gandarillas pasando como Gobernador militar a Santander, mas posesionándose como liberal surge para él como los restantes querrilleros, también defensores de la Constitución de Cádiz, el infame comportamiento que con ellos tuvo Fernando VII, a excepción del cura Merino que era absolutista. En 1823 está con lo que hacen frente a 'Los Cien Mil Hijos de San Luís'. Contra el liberalismo esta Europa. He aquí la exacta visión que de ello hace Augusto Martínez Olmedilla.
Europa teme que se corra a otros países el virus liberal desatado en España, y el Congreso de Verona encomienda a Francia la intervención armada en la nación rebelde. Luís XVIII entrega al duque de Angulema el mando de los Cien Mil Hijos de San Luís, que penetran en España en 1823 como en 1808 habían penetrado las huestes de Napoleón.. Y se da el caso absurdo, increíble, de que el mismo pueblo que luchó bravamente, escribiendo con sangre la ingente epopeya, para oponerse a que una Dinastía francesa sustituyese a otra del mismo origen, vio impasible en 1823 su suelo hollado por los invasores, que atravesaron la Península en un simple paseo militar, hasta Cádiz, donde habíanse refugiado los Reyes y el Gobierno [...] El Rey pasa al Puerto de Santa María para felicitar al Duque de Angulema por su victoria, y se apresura a restablecer el gobierno absoluto.De esta felicitación no hay que extrañarse, pues ya felicitaba a Napoleón en las suyas.. Ante esta indignidad, lamentaría no poder felicitarle por la Batalla de los Arapiles, la Batalla del Berezina y la de Waterloo.
El involucrarse en esta segunda invasión le causó prisión y confinamiento. Cayó prisionero del duque de Angulema; es declarado en situación "de cuartel"en Madrid. Solicita pasar a Salamanca donde tiene su familia, y es confinado en Ledesma.. En febrero de 1824 es encarcelado en la Real Cancillería de Valladolid, y es puesto en libertad a principios de 1828. En agosto de este año pasa con su esposa y su pequeño hijo, Francisco Luís, a Etreros (Segovia), falleciendo el niño el día 30 del mismo mes. Les nace al matrimonio una niña torroncha -gentilicio del lugar- el 30 de mayo de 1829 que ponen por nombre Rosa Petronila, la cual muere también en la infancia y en su lugar de nacimiento el el 4 de octubre de 1831.En Etreros residieron en el palacio del conde de Mansilla, porque su esposa era sobrina de él.
Fachada principal del palacio |
Dudosa, insegura, la exhumación del Charro.
Sus restos fueron trasladados de Etreros a Salamanca, aunque existían dudas de que fueran de él. Entonces la disyuntiva es esta: Sus restos están, continúan estando, en la ermita del Cristo de los Afligidos en el monumento que tiene en Ciudad Rodrigo. Porque se dice que en la exhumación se llevaron un esqueleto de un hombre alto y rubio, mientras que el Charro era moreno y no alto. Fue muy peliagudo hallar lo que se dio por sus restos mortales. En 1980 llevaban enterrados ciento cuarenta y ocho años En la ermita hay esta lápida.
En cuanto a la faceta cronológica no se ponen de acuerdo quienes han tratado el tema, así en otra parte leemos que el 30 de mayo de 1981 sus restos fueron trasladados de Etreros a Salamanca, siendo depositados en la Torre del Clavero, y el 19 de enero de 1985 se trasladaron a Ciudad Rodrigo sepultándolos en el monumento que en 1960 se erigió a su memoria. Otra firma fomenta la duda con este alegato: Excavado el suelo de la ermita no se encuentra ninguna lápida ni seña que identifique su cuerpo, pero sí unos restos óseos vestidos con unas ropas de calidad singular frente a los demás. Se tomó este indicio como pruebe de su distinción y los restos fueron llevados a Salamanca. A los restos que se llevaron y que hoy se encuentran en este monumento se impone evidentemente salir de la incertidumbre sometiendo estos restos que se llevaron de Etreros a la prueba científica ADN.
Un rey muy creído de su poder.
Fernando VII fue traidor, desagradecido y de un servilismo igualmente repugnante, un individuo sumamente repulsivo. Así él, tan servil, quería serviles respecto a él en su monarquía. Y los tuvo: ¡Viva las caenas! Le cabe además el epíteto de corrupto en lo económico, mas esto se le puede dar por añadidura, ya que, como dice en canciller Konrad Adenauer, 'es costumbre monárquica robar, pero los Borbones exageran'.. En cuanto a perjuro lo dejó palmario referente a la Constitución, la firmó y después...'Los Cien Mil Hijos de San Luís', que le devolvieron el ejercicio de autoridad absoluta. La Santa Alianza declara el 12 de mayo de 1821 que 'los cambios de la legislación de los Estados no deben emanar sino de aquellos a quienes Dios ha hecho responsables del poder'. Se siguió con ese camelo de los reyes, que hoy día no cree ni el tonto del pueblo. Menos mal que fue, de España, el último monarca absoluto. En su absolutismo hizo "primores", como, p. ej., el caso Riego y el caso, ya indicado, de 'El Empecinado'.
El militar Rafael del Riego hizo jurar a Fernando VII la Constitución, motivando un periodo de monarquía constitucional, el llamado Trienio Constitucional, 1820-1823. Pertenecía a los Guardias de Corps; en la Guerra de la Independencia cayó prisionero y llevado a Francia. De vuelta a España y destinado en Andalucía, él fue quien encabezó en esta región la resistencia contra 'Cien Mil Hijos de San Luís'. En la batalla de Jódar (Jaén) cayó herido de gravedad; trató de huir, pero al día siguiente fue traicionado y hecho prisioneros en un cortijo de Arquillos, pasando a la cárcel de La Carolina. Conducido a Madrid es declarado culpable de alta traición; su muerte estuvo tan llena de vejaciones como la de 'el Charro'. El general Riego fue arrastrado por las calles dentro de un serón hasta el patíbulo de la Plaza de la Cebada, aquel 7 de noviembre de 1823, siendo ahorcado y descuartizado.
Entre los mártires de la libertad no omitiré citar al general don Luís Lacy, que no dejó de intervenir brillantemente en la guerra de la Independencia, el cual fue fusilado en el castillo de Belver (Mallorca) el 5 de julio de 1817 por haberse sublevado en Cataluña. Fue en unión de su colega Francisco Millans del Bosch, pero éste consiguió expatriarse. Estaba el general Lacy en posesión, entre otras dos creces por mérito de guerra, de la Laureada de San Fernando. De los varios levantamientos de los liberales perdieron también la vida don Salvador Manzanares, asesinado el 9 de marzo de 1831 , después de dar muerte al traidor que había delatado a los realistas; también en este año,11 de diciembre,el general Torrijos fue fusilado en Málaga. Una tercera víctima de este año de 1831 fue, el 11 de mayo, fue la granadina Mariana Pineda
A consecuencia de la Guerra de la Independencia y de la civil por la Constitución, perdió España todas las colonias que tenía en América. De nada sirvió que se enviaran tropas, pues fueron derrotadas en la decisiva batalla de Ayacucho. No menos lamentable es el balance de las pérdidas humanas que arroja según un viejo texto:
Su reinado costó la vida a 250.000 españoles que la sacrificaron en la guerra de la Independencia y en las civiles, y a 6.000 que la perdieron en el suplicio, a más de 30,000 proscritos que ocasionaron las violentas reacciones de 1814 y 1823, en que se puso tan de manifiesto el espíritu cruel y sanguinario del monarca; pues en la primera de dichas épocas había escrito al gobernador de Cádiz (Villavicencio), ordenándole que "suavizase la aspereza de aquel pueblo díscolo con la horca y y el terror". No es, pues, de extrañar que Fernando VII haya merecido a propios y extraños los más duros calificativos.
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