miércoles, 19 de abril de 2017

(Parte IV) - FELIPE II el Prudente - Rey universal (Panorama de su reinado)

Batalla de San Quintín.

Enrique II de Francia rompió el armisticio de Vancelles que concertó con Carlos V, se alió con el papa Paulo IV e invadieron Italia, siendo el ejército mandado por el duque de Guisa, pero fue vencido por el duque de Alba. El que éste no marchara sobre Roma motivó el enojo deFelipe II, que se hallaba en Flandes y lanzó por esta frontera sobre Francia un ataque al mando de Manuel Filiberto, duque de Saboya, cuyo militar se puso al servicio de España desde Carlos V al despojarle Francisco I de su Estados, los cuales recobró en virtud del tratado de Chateau Cambresisen recompensa de su gran servicio. 

Era fuerte plaza esta ciudad, pero fue sitiada. Dos ejércitos franceses trataron de levantar el sitio, uno le mandaba el almirante Codigny, que logró romper las filas; el otro estaba bajo el mando del duque Montemorency y fue derrotado por el duque de Saboya, cayendo prisioneros el general enemigo y gran parte de los jefes. Pese a la heroica defensa de Coligny, cayó la plaza en poder español. Se considera el sitio de de la ciudad de San Quintín como ´un hecho de armas de los más notables y famosos que registra la historia militar´. El 13 de junio de 1558 las tropas españolas vencen nuevamente a las francesas en la batalla de Gravelinas, y Francia tiene que firmar la Paz de Chateau Cambresis. Ésta tuvo por base el matrimonio de Isabel de Valois, hija de Enrique II,  con Felipe II. En la celebración del tratado una astilla de lanza se clavó en la cabeza del rey francés, produciéndole la muerte pocos días después.  
                                                                         
Duque de Montmoreney
Monasterio de El Escorial.

Sabido es de todos que en conmemoración de la victoria de San Quintín se edificó este Monasterio, y fue bajo la advocación de San Lorenzo, porque en tal día -10 de agosto- de 1557 ocurrió la derrota del ejército de Montmoreney. La biblioteca de esta maravilla arquitectónica habla de lo dado a la cultura que era Felipe II en cualquiera de sus manifestaciones:                                                                           

Gustaba de la escultura y de la arquitectura, amigo era de Juan de Herrera, arquitecto de este monaterio. Su preocupación por la cultura y la Literatura creó una biblioteca privada, que era la  mayor de Occidente, convirtiédole al palacio en centro de investigación. Nada había que escapara a su inteteres, así su atracción por los jardinnes, trayendo de Holanda e Italia jardineros 

Algo sobre su prosopografía y etopeya.

Era delgado y frágil, con la piel blanca, los ojos azul claro y el pelo ´tan rubio que parcía albino, hijo de la Luna´. Hubo temores acerca d su salud, afortunadamente incumplidos. Se hizo un joven de estatura media,tirando a baja, esbelto andar erguido, hablar pausado, sonriente, elegante y sencillocon su vestimenta, amable, gentil. algo melancólico   De su etopeya,o carácter, índole y costumbre, ya queda dicho algo, y a ello he de añadir su religiosidad rayana en el fanatismo religioso, la cual le fue inculcada por su padre y que no dejaba de conllevar su mira política, es lo que había en la época. Carlos I en su testamento  -1556- "le ordena y manda como muy católico príncipe y temeroso de los mandamientos de Dios, tenga cuidado de las cosas de su honra y sevicio, especialmente le encargó que favorezca y haga favorecer el Santo Oficio contra la herética gravedad por las muchas y grandes de Nuestro Señor que por ello se quitan y castigan. Temerosos padre e hijo de los mandamientos del Dios, a excepción del sexto y, por supuesto, del quinto: No matarás´. Hay que matar, seguir la Santa Inquisición y las guerras de religión. ¡Vaya con el fanatismo religioso!

Vida amorosa de Felipe II.

Ya he versado sobre sus cuatro matrimonios, lo haré ahora de sus amigas. Me sirvo de este término que emplea Enrique Florez de Setien en su ´Memorias de las reinas católicas de España´. Después de describir los matrimonios de los reyes, suele hablar hablar de sus "Amigas", tal como con el emperador Carlos V. No entendiendo porqué no lo efectua así con Felipe II, ya que estuvo falta de amantes.  He aquí unos nombres: Catalina Laynez, Eufrasia Guzmán, Elena Zapata, Magdalena Draer. la vizcondesa de Montagne. Tal vez Ana de Menzoza, princesa de Éboli. En opinión del gran historiador del siglo XVI, Manuel Fernández Álvarez, no dejó de serlo. Ante esta pregunta: ¿Fue la Princesa de Éboli amante de Felipe II?, responde:
Pues muy probablemente fue su amante, porque el Rey tenía una furia erótica incontenible con cada dama de la Corte que veía. Y, claro, que fuera casada laPrincesa de Éboli no era obstáculo para él. Lo que pasa es que pruebas concluyentes no existen. Hay indicios bastantes abundantes. Y quizás eso es lo que hacece vulnerable al Rey, porque hay algo suyo íntimo que Felipe no quiere que se sepa. Y algo íntimo suyo en que él es vulnerable, y que lo sabe ella. Por eso no quiere ni remotamente que haya un juicio, por si la Princesa acaba siendo detenida y habla.
Perdió la gracia del rey hacia 1564. La incapacitó por manirrota, era muy dada al lujo.
Felipe II -recalca el profesor y biógrafo- quería el silencio de la Princesa. Y a toda costa. Lo cual solo podía conseguir vulnerando las más elementales normas de la Justicia, y con rigor cada vez más fuerte, hasta el punto de rayar en la crueldad.                                                                       

En 1579 la apresó en la Torre de Pinto, luego en la fortaleza de Santorcaz, y en 1581 en el Palacio Ducal de Pastrana, en el que estaba acompañada de su hija menor y de tres criadas. Cautiva en él permaneció hasta su muerte. 
                                                                         
Llamado Torreón de Éboli

 En este torreón estuvieron también presos Antonio Pérez y Manuel Godoy.

                                                                             
Fortaleza de Santorcaz
 
Durante decenio, decimos. estuvo presa en su propio palacio. El Rey tras la huda de Antonio Pérez, mandó poner rejas en las ventananas  y balcones, y sólo a uno de ellos podía asomarse una hora al día.

                                                                         
Torreón de la derecha o Torre de Levante. Cámara de la Reja Dorada, desde donde se   asomaba a la plaza, que tomó el nombre de Plaza de la Hora. 
                                                                             
Sepulcros del matrimonio en la Colegiata
El gran amor de Felipe II.

De sus cuatro esposas a la única que amó, plus minusve, más o menos, fue a  Isabel de Valois, la única también con la que no se daba la endogamia, pues la primera era prima; la segunda, tía, y sobrina la cuarta.      
  
El gran amor de su vida fue la portuguesa, que había sido dama de honor de su madre, Isabel Osorio con la que tuvo dos hijos, Benardino y Pedro, que no recoció. . Arrancó este amor en su juventud, antes de su primer matrimonio, realizado a la edad de dieciséis años, teniendo fin la relación por imposición de su tercera esposa. Isabel de Valois. Era diez años mayor que él. Hizó construir en Saldoñuela (Burgos) un palacio para ella, que los habitantes del pueblo llamaban "la casa de la puta del rey". La hizo grandes donaciones, cual puede comprobarse en el Archivo de Simancas por él creado. A Tiziano encargó en recuerdo de ella estos cuadros: 

Danae
Isabel de Osorio
Se  supone que son ellos mismos
                                                                    
       
El mismo desde otro ángulo
Palacio ubicado en Sreracín
Nunca se casó, sufrió ver a Felipe II efectuarlo dos vece tras la suspensión de sus relaciones; muere en  1589 a la edad de 67 años. Creó el Monasterio del Santo Cristo de los Buenos Temporales, o Convento de Sancti Spiritu, en Sarracín y en él mandó ser enterrada                                                                                 
Ermita o Convento de referencia
Muerte de Felipe II. 

Heredó de su padre la enfermedad de la gota, que mucho le hizo sufrir tras el adiós a la madurez, teniédole demacrado y empezando a manifestársele humores que se transformaron en llagas. Encontrándose ya muy mal decidió ir a morir al Escorial, siendo conducido desde Madrid en silla y a hombros. Se instaló en la estancia más pequeña y humilde, y en ella murió unos dos meses después, pasando grandes dolores, postrado en el lecho, que era inmunda cloaca a causa de la supuración de las úlceras. Falleció a las 5 del 13 de septiembre de 1598, asistido por Fray Diego de Yepes, su confesor y prior del Monasterio. Escribió una relación de la última enfermedad y muerte del rey. Ocupó Felipe II su sepulcro,, que no es en el que se encuentra actualmente, puesto que el Panteón no existía entonces, se construyó en el reinado siguiente, se inauguró en el reinado de Felipe IV (1654) 
                                                                                
El sepulcro Carlos I y Felipe II estaba bajo la estatua que se encuentra enel presbiterio de la iglesia. 
                                                                       

                                                                                 

En el Museo del Prado, pues, se hallan ambos amantes, y los restos de él en el Monasterio de El Escorial, los de ella supongo continuarán donde queda dicho. ¿Por qué no se casaron? No había entre ambos la diferencia abismal de clase que entre el príncipe Felipe y Leticia Ortiz, pero se casaba con princesas o reinas, aunque aquellas fueran primas y éstas tías. Y viva la endogamia, sus mismos padres eran primos hermanos; endogamia de que esta llena la Historia en todas sus Edades. Los padres del ex momarca Juan Carlos I también son  primos. 

La leyenda negra.

Si ´una imagen dice más que mil palabras´, he aquí dos imágenes: 


    .                                                                      
Grabado del holandés Theodor de Bry mostrando la quema de indígenas en América



Sobre este tema tan complejo y debatido tal vez verse otro día, Ahora cierro este comentario sobre el reinado de Felipe II con esta impresión causada al filósofo e historiador Voltaire: Los españoles tuvieron una clara superioridad sobre los demás pueblos: su lengua se hablaba en París, en Viena en Milán, en Turín; sus modas, su forma de pensar y de escribir subyugaron a las inteligencias italianas y desde Carlos V hasta hasta el comienzo del reinado de Felipe III España tuvo una consideración de la que carecían los demás pueblos.

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