Puerta principal de la iglesia |
Precisamente, se me mostro in albis, en blanco, del tema Blanca I de Navarra en lo concerniente al problema que suscitó el hallazgo de unos restos mortales femeninos hallados en la iglesia con motivo de una obra de albañilería en 1994. El hecho de que sea cura párroco en el pueblo desde primero de este siglo no le exime de su ignorancia en tal evento de pocos años antes, tanto menos disponiendo de internet. Yo le he aleccionado al respecto e incluso indicado que acuda a dicho medio para documentarse.
Ni el acudir a tales páginas, si lo ha hecho, ni el leer mis artículos informativos y de protesta ha surtido en usted efecto alguno en cuanto a rectificar de ser el líder de la trama de referencia. Despropósito enorme que un sacerdote lidere la mentira. Últimamente volví a escrirle el correo electrónico que a continuación transcribo y que llava por título: "Invitación a entrar en razón acatando la verdad científicamente probada",
’No
sé, Sr. Agueda, si le es conocido que continúan echándome al buzón la hoja
parroquial; en todo caso, usted no lo ha suspendido como ha hecho con la
correspondencia. En cuanto a ésta parece ser piensa que tiene demasiada bondad
para responder a un ser tan malo como yo –con todas mis faltas, yo no miento-,
mientras que, por otra parte, no es pequeño el desprecio, desaire, desdén
menosprecio –algo que nada tiene de cristiano- que emplea conmigo. Desconozco
si ha leído a Federico Niezsche y conoce esta opinión de él: La palabra más soez y la carta más grosera
son mejores, son más educadas que el silencio.
Quizá
se deba éste al desagrado que le ha producido la lectura de mis dos artículos
con que últimamente he aumentado mi blog. Créame que soy el primero en lamentar
que de la Iglesia
católica se pueda decir lo que Séneca expone en cuanto a los de su oficio: Hay que obedecer lo que predican los
filósofos y no seguir lo que hacen. Ello queda clarificado en mi actual
escrito que adjunto le envío.
Aquí
tiene una evocación, en arquitectura –la fotografía de San Francisco el Grande,
de Madrid- del santo de Asís, que V., cita en su hoja parroquial, sobre el que
tanto se ha escrito –incluido el ateo Saramago- , pero no crea que los de su
Orden, y demás Ordenes, han cumplido, como él, ad pedem literae, los Evangelios. Viví en Madrid y conocí a los
frailes (aun desaparecido el convento, viven en la iglesia algunos de ellos, o
vivían, ahora no lo sé), que no vivían, ciertamente, en sus dependencias con la
pobreza de su fundador. En este templo me casé, asistí a grandes ceremonias
litúrgicas y a conciertos.
Sigo
lamentando, como asimismo ocurre con el equipo que descubrió la verdad, que los
restos del sepulcro de la iglesia parroquial de Santa María la Real de Nieva, NO SON de
Blanca I de Navarra e indignado, por ende, de que el pueblo incurra en un hecho
que es de vergüenza ajena al negarse a admitir el veredicto de la Ciencia. ¡Qué burrada,
qué locura! El ADN mitocondrial está, natural y lógicamente, admitido
universalmente.
Un
saludo.
A esta carta recibo una respuesta extemporánea. He aquí la misma y mi réplica:
Le
tengo respeto, sí, en cuanto a estricta cortesía, cortesanía, atención, agrado,
comedimiento, urbanidad, no más. Probablemente
sea también benevolente, Ahora bien, le aclaro con Antonio Machado que ‘benevolencia no quiere decir tolerancia de
lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien’. En el sentido
de miedo al Coco, o al lobo feroz, nequaquam,
de ningún modo, pues no es el uno ni el otro, ni siquiera el lobezno del
poema ‘Los motivos del lobo’, de Rubén Darío.
Muchas
gracias por considerarme tenaz e intransigente, basándose en mi lucha contra la Mentira del sepulcro de
Blanca I de Navarra. A mí no se me doblega bajo ningún medio, incluida la
intimidación, a admitir la mentira. Sé, dicho sea de paso, de más de uno –como
que son dos- a quines han hecho transigir con ella, tuvieron oportunidad de
presentar la verdad gráficamente y, no obstante, lo omitieron en sus escritos.
El
ser tenaz, en cuanto a ‘firme, porfiado y pertinaz en un propósito’, denota
virtud –en su acepción de ‘integridad de ánimo y bondad de vida-, otra cosa es
la obstinación en el error. Pudieron errar cuando se suponía que el esqueleto
encontrado en la realización de una obra de albañilería era de la referida
reina, fallecida e inhumada en este pueblo, pero ya no se trata de un error,
sino de mentir deliberadamente
Muy
conocido es este aserto de Cicerón, en ‘las Filípicas’, y no es primera que le
expongo: Errar es cosa propia de
cualquier hombre, pero perseverar en el error solo es privativo de los necios. Y
lo peor no es que perseveren en el error, sino que –insisto- ya no cabe el
error, desacierto, equivocación, al haber quedado demostrado por la Ciencia que los restos
mortales hallados NO SON de la referida reina.
Y,
para más inri, se ha publicado a la rosa de los vientos, por lo que es notorio.
Es muy vituperable que no quieran enterarse. Si el error se ha transformado en
mentira, no es aplicable esta opinión del psiquiatra Vallejo Nágera, en
‘Perfiles humanos’: La peor ignorancia no
es la del que no sabe, sino la de los que son incapaces de percatarse de que
están equivocados. Es tremendo el despropósito y falta de honestidad estar
propagando tal mentira, cuando lo honesto, razonable y justo es que se
rectifique de conducta.
Ya
es hora, después de más de ocho años. No se puede dar más la nota con respecto
en contra de lo justo y de la rectitud moral. ¿Qué concepto podría tener de
usted como persona, ya no digamos como sacerdote, si no aplaudiera mi tenacidad
e intransigencia? Ojalá cupiera el elogio por mi parte respecto a usted en que
no consintiera la mentira y fuera tenaz, resistente, infatigable en luchar por
la verdad, tanto más afectando a un mentira que, visiblemente, raya en lo
demencial. Es que yo sin estar en el manicomio no puedo decir que soy Napoleón.
Distinto
que el alcalde me expusiera en un correo-e que había hablado con el teniente de
la Guardia Civil
sobre el atentado a mi propiedad y persona sin ser cierto ni por lo más remoto.
En balde mi queja a él, pues continuó la villana acción hasta que yo lo
comunique directamente a la
Benemérita que puso fin rápidamente. Hubo quien me dijo que
en el Ayuntamiento conocían la gentuza que lo perpetraba. Un día me dijo el
barrendero que él sabía quienes eran, pero no quiso informarme, entonces se lo
comuniqué al Sr. Pérez para que le hiciera delatarlo, pero se llamó andana, lo
que coadyuvó a dar crédito a lo que me expusieron. Todo ello se halla reflejado
en los correos cruzados con el referido.
De
esta hazaña del pueblo que actualmente preside el ex alcalde de la aldea de
Villoslada no dudo que estará enterado, habida cuenta de que forma en la cofradía
de la Mentira
del arcosolio del presbiterio, de sustentarla a troche y moche, disparatada e
inconsideradamente. Y ya ve que no por
ello dejé de combatirla con mis escritos. He aquí mi miedo a usted y al lucero
del alba. Del que usted dista mucho.
Yo
no me puedo creer que pinte menos en la iglesia del pueblo que la Tomasa en los títeres,
valga la vulgar expresión, según se infiere de que me dijera que si quitaba la
placa sería un delincuente. No me refiero a que la arranque, sino,
sencillamente, que tape la falsa inscripción –nunca me canse, ni me canso, de
repetírselo-, y si tiene que comunicárselo a alguien de rango civil, pues
comuníqueselo; si es de buena sindéresis y rectitud moral no se va a oponer, no
le va a desautorizar.
¿Qué
entiende por delincuente? Es cometer un delito. Delito como quebrantamiento de
la ley no es que el párroco de una iglesia quiera quitar, y quite, una Mentira
mayúscula que se da pábulo en ella. Tengo la experiencia de que siempre salió
por peteneras; por ejemplo, una vez me dijo que estaba blasfemando. Eche mano
al diccionario –el que quiera, el de María Moliner, Julio Casares, el citado de
la RAE- y vea
cómo define blasfemia.
Yo
no emito palabras gravemente injuriosas contra lo sagrado ni lo profano, santa sancte tratanda sunt, las cosas
santas han de ser tratadas santamente. Y ni pensarlo contra la Divinidad. Así
que si se considera –no ha lugar, pero bueno- entroncado con santidad y
divinidad no tenga temor alguno. Si quiere ser para el cielo y los altares no
se adhiera –y lo hace de una manera empedernida- a la falsedad, infundio,
patraña, camelo o noticia falsa, máxime
estando tan vista y comprobada-
Un
saludo.
No hay manera de que proceda debidamente.
Aún estoy esperando que conteste, pero me ausenté del pueblo el 8 del cursante octubre para regresar el 15 y estando descargando equipaje me abordó para manifestarme que teníamos que hablar pero verbalmente. Ya pudo comprobar por mis respuestas que mi padecimiento de garganta no me permite sostener una controversia fonéticamete.
Le insistí en que podía polemizar conmigo cuanto quisiera, pero por escrito. Me dejó estupefacto al exponerle que es inaudito que no entre en razón y que el alcalde que dejó esquilmado el Ayuntamiento no le importa que gravite sobre él la fama de presunto corrupto y sí el sostener contra toda cordura que no hay prueba de que los restos no sean de Blanca I de Navarra -' A mí no me importa que el alcalde fuera o no corrupto, lo que me importa es que el sepulcro es de ella. Se lo puedo probar con unos documentos. Bueno, ante tanta incongruencia, le despedí, faltaba por completo coherencia, lógica. Le dije que continue llevando la contraria a la ciencia, que yo también continuaría vituperandotal hecho.
Hic et nunc, aquí y ahora, le expongo que me extraña le resulte indiferente la posibilidad de quebrantar el séptimo Mandamiento de la Ley de Dios -'no hurtar'- y también, a lo que parece pues usted incurre en ello, el octavo de dicho Decálogo: 'no levantar falso testimonio ni mentir'. Con tal de mentir no vacila en in contra la ciencia, o con tal de ir contra lka ciencia no vacila en mentir; deterstable es desde los dos puntos de vista. Lo es en cualquier persona, pero en un sacerdote... Como clérigo -no Jesús, sino la Iglesia católica le hizo un asalariado y elegido de Dios- ha de respetar ad pedem literae, al piede la letra, los mandatos divinos.¿Qué pasa con la moral, moral cristiana, y la moral en general? La conducta que está/n siguiendo non la mayúscula Mentira del sepulcro es moralmente inaceptable. Trató de hacerme ver que de ustad no dependía, y ha terminado mostrándoseme defensor a ultranza.
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