miércoles, 4 de marzo de 2015

Poetas de renombre (II): CHARLES BAUDELAIRE


Es hijo de Joseph François Baudelaire y de Caroline Archimbaut-Dufays que tiene veintinueve años de edad cuando nace su hijo, mientras el padre cuenta sesenta y con un hijo de su primer matrimonio. Suele la notable diferencia de edad en un matrimonio indicar que su impulso es la conveniencia, en primer lugar del más joven de los dos. Ello no fue excepción en el caso de los progenitores de este excelso poeta. Era él sacerdote que colgó los hábitos, que tenía un hijo, Claudio Alfonso, de su primer matrimonio con Rosalía Janin. Era Baudelaire padre  hombre de gran cultura, profesor de dibujo, pintor y jefe del Despacho de Cámara de los Pares. Era ella hija de emigrantes franceses en la revolución del 93. Fue criado por Mariette, evocada en "Las flores del Mal", en el poema titulado "A la sirvienta de gran corazón que te daba celos". Muere Joseph François en 1827 y queda totalmente destrozada la vida de su hijo, ambos estaban muy unidos, el padre le enseñó las primeras letras, y recordará de por vida el cariño de su padre. 

A su muerte deja una regular fortuna; Caroline, de la que se ha supuesto que ya se relacionaba con el que contraería matrimonio, se muda de domicilio, contrayendo segunda nupcias a los dieciseis meses con el comandante Jacques  Aupick, vecino suyo. Baudelaire le vio como un intruso, jamás llegó a tener, como veremos, buenas relaciones con su padrastro. Un día espeta de palabra a su madre: Cuando se tiene un hijo como yo, no hay por qué volver a casarse. 

Según un biógrafo del poeta: 
Caroline era hija del oficial Carlos Dufays y había nacido en Londres, lo que explica que Charles dominara el inglés desde niño  (lo que le vino muy bien para traducir a Poe) y también que su madre cayera enamorada del bien plantado comandante, pues la vida castrense es la que ella había vivido en su infancia. Era una mujer distinguida y bella y con Aupipick, a quien amó fielmente, ascendió en la escala social.    
En 1830 Auspick es ascendido a teniente coronel por su participación en la campaña de Argelia, y dos años después nombrado jefe de Estado Mayor, y se traslada con su esposa a Lyon donde residirán cuatro años. Un consejo de familia decide sobre el futuro del niño, que inicia sus estudios en el Colegio Real de Lyon. Al ascender el padrastro a general de Estado Mayor vuelven a París y Carlos es internado en el Colegio de Louis-le-Grand en el que permanece dos años y medio; es expulsado por una falta que se desconoce. En agosto obtiene el título de Bachiller superior. Con diecinueve años se matricula en la Facultad de Derecho e inicia su contacto con la juventud literaria del Barrio Latino: Gerardo de Nerval, Saint-Beuve, Balzac, etc. Empieza a llevar su vida disoluta, libertina, su frecuentar prostíbulos, conoce a Sarah, que aparecerá en  su poema "Una noche que estaba junto a una horrible judia", de "Las flores del mal".  

Su madre y su padrastro está disgustados de su conducta. Rechazó entrar en la carrera diplomática en la que éste le brindaba su apoyo; lo único que le atrae es ser escritor y sólo escritor. Para alejarle del ambiente bohemio de París le envían a Burdeos para embarcar hacia los Mares del Sur. Viaja en un paquebote con comerciantes y oficiales. El comandante del barco, ante la contrariedad que ve en él, consiente en que regrese a Francia desde la isla Reunión en otro barco, L, Alarde, viaje que dura once meses. Es el momento en que escribe su famosa composición "El albatros": 
Suelen, por divertirse, los mozos marineros
cazar albatros, grandes pájaros de los mares
que siguen lentamente, indolentes y viajeros,
al barco, que navega sobre abismos y azares.

Apenas los arrojan allí sobre sobre cubierta,
príncipes del azul, torpes y avergonzados,
el ala grande y blanca aflojan como muerta
y la dejan, cual remos, caer a sus costados.

¡Qué débil y qué inútil ahora el viajero alado!
Él, antes tan hermoso, ¡qué grotesco en el suelo!
Con su pipa uno de ellos el hocico le ha quemado. 
otro imita, renqueando, del inválido el vuelo.

El poeta es igual a este rey de las nubes
que ríe de las flechas y burla el temporal;
desterrado en la tierra y en medio de las gentes,
sus alas de gigante le impiden caminar.
Nuevamente, y obstinados, tratan de librarse de él, tan conflictivo, y le preparan viaje a Calcuta, pero nostálgico y enfermo hace alto en la isla Mauricio y vuelve a Francia. En consejo de familia y presionados por Aupick, es enviado a las Indias -1841-, pero no quiere probar estos viajes de aventura, lo que él quiere es la gloria literaria, y en 1842 se halla nuevamente en París. Llegó su mayoría de edad, percibe la herencia paterna de 75.000 francos -entonces recibe otro tanto su hermano, que es juez pero nada había reclamado- y se independiza. Alquila un pequeño apartamento. Vuelve a su vida hohemia y de bajo ambiente. Como ven que dilapida, su madre y Aupick le quitan judicialmente en 1844 el manejo de su herencia, sometiéndole a un consejo judicial; pasa su padrastro a administrar su dinero. Percibe seiscientos francos trimestralmente.


La mujer en su vida. 

Sarah, a la que el poeta denomina Louchette, como bizca que era. Una prostituta con la que tuvo bastante relación durante sus años de estudiante en París. Aparte de bizca, era también calva y llevaba un bisoñé. Era, no obstante, hermosa. Se supone es la que le contagió la sífilis.

La mujer de más calado en la vida del poeta es Juana Duval, actriz mulata que conoce en 1843 representando un papel secundario de vodevil en el Teatro Partenón, hubo entre ellos frecuentes desavenencias, e infidelidades por parte ambos, mas, no obstante, estará ligado a ella hasta su marcha a Bélgica. Al morir la madre de Juana, Baudelaire paga el entierro. Llegó estultamente -1861- a mantener  la Duval y a un "hermano" de ella, un joven mulato del que descubre que es su amante. Era de elevada estatura, pero también mentirosa, alcohólica e ignorante. Mantuvieron una relación de veinte años.


Juana Duval, por Manet

Tuvo una corta relación María Daubrun, actriz del Teatro de la Gaite, es muchacha bonita y honesta, rubia, bellísima, de ojos verdes que le obsesionaban. Es un amor platónico. A ella dedica el poema "Canto de otoño".
María Daubrun

Después se enamoró de Aglaé, que era la querida del banquero Hipólito , bella cortesana que tenía un salón literario en su casa al que acudían, entre otros, Gustavo Flaubert, Gerardo de Nerval, el compositor Héctor Berlioz, el dibujante Gustavo Doré... Era la Sabater alta y delgada                                                                                
Apollonia Sabatier

Caída en picado de su trabajo y de su vida.

Va fallando su salud, se le recrudece el ataque reumático y la sífilis. En 1862 fallece de hemiplegía su hermano de padre, al que lleva veinte años sin ver. En 1864 se establece en Bruselas, donde fracasa económicamente en sus conferencias sobre arte, así como en editar sus obras completas. Tratando de vengarse, escribe un panfleto titulado ¡Pobre Bélgica! Su salud es pésima en 1866, queda casi mudo a consecuencia de un ataque de parálisis general. 

Su madre se traslada a Bruselas y trae a París a su hijo, internándole en el hospital de San Juan de Dios, en el cual ingresa en estado muy grave; paralizado, mudo y medio imbécil, sobreviviendo hasta el 31 de agosto de 1867 en que muere en brazos de su madre. Fue enterado en el cementerio de Montparnasse. He aquí la sepultura y la inscripción.
                                                                                  
                            
"Jaques Aupick, general de división, senador, antiguo embajador en Constantinopla y en Madrid, miembro del Consejo General del Departamento del Norte, gran oficial de la Legión de Honor y condecorado en varias órdenes extranjeras, muerto en París a la edad de sesenta y ocho años, el 18 de abril de 1857.
-- Charles Baudelaire, su hijastro, muerto en París el 31 de agosto de 1867 a la edad de 46 años. 
-- Cariline Archembaut Dufayes (sic), viuda en primeras nupcias de José Francisco Baudelaire, en segundas nupcias de M. el general Aupick, madre de Carlos Baudelaire, fallecida en Honfleur (Calvados), el 16 de agosto de 1871, a la edad de setenta y siete años. Rogad por ellos." 
  
Carolina los unió en la sepultura, y luego se reunió en la misma con los dos; bueno, como hemos de creer en la paz de los sepulcros...  

En 1895 los amigos de Baudelaire pensaron levantarle un monumento funeral en el mismo cementerio, idea que cuajó en 1902 con la actriz Sarah Bernhart, André Gide, Anatole France... Este cenotafio es obra del escultor francés José Charmoy.
                                                                                                                                           
En los más de diez años que llevaba viuda la madre de Baudelaire se había aproximado el hijo a la madre, y viceversa. Las relaciones entre madre e hijo se vieron afectadas, y es natural dada la discordia entre su marido y el hijo de ella, por la presencia de Aupick, pero tras su muerte los dos trataron de hacer gestos de acercamiento. Ella por el momento se consuela de tener a su hijo a su alcance; se conmueve de la crisis económica de salud por la que está pasando y le escribe para invitarle a vivir con ella en Honfleur (Normandía).

Publicó "La fores de mal" -título impuesto por el editor, pues el original era "Los limbos- en 1858 y es acusado gubernamentalmente de ofender la moral, siendo procesado y eliminados seis de sus poemas: Las joyas, El leteo, A la que es demasiado alegre, Lesbos, Mujeres condenadas, Delfina e Hipólita. Son composiciones que vienen en cualquier edición de "Las flores del mal"; en dos que tengo yo, tomando de una de ellas -BAUDELAIRE, Biblioteca E.D.A.F. Madrid-Buenos Aires 1963, la transcripción de "El leteo":

Ven a mi pecho, alma cruel y sorda,
tigre adorado , monstruo indolente;
quiero hundir mis trémulos deos
en tus cabellos largamente.

En tu regazo perfumado 
amortajar mi cabeza contrita,
y respirar de mi amor el cadáver 
como si fuera una flor marchita.    

¡Quiero dormir! Major que vivir.
¡Oh sueño, dulce como la muerte!
Besar tu cuerpo pulido de cobre
y con mis besos adormecerte.

Nada apacigua mis sollozos
como tu lecho corrompido; 
fluye el Leteo de tus labios
y en ellos habita el olvido.

De hoy más, ya sé que mi destino
es el martirio delicioso
de atizar mi propio tormento
entregándome a ti fervoroso.

Succionaré para ahogar mi rencor
el filtro mágico, la cicuta
de ese pecho sin corazón
igual que el de una prostituta.

Ha quedado marcado por la opinión pública para el resto de su vida y aún para equis años después de su muerte; viene a corroborarlo un ensayo que escribe sobre Madame Bovary, de Flaubert, que también es calificado de inmoral.     

Baudelaire contraataca. 

No puede concebir su época
Los imbéciles de la burguesía que pronuncian la palabra inmoral, inmoralidad, moralidad, en el arte y demás tonterías me recuerdan a Louisa Villedeu, una puta de a cinco francos, que una vez me acompañó al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a taparse la cara. Tirándome a cada momento de la manga, me preguntaba ante las estatuas y cuadros inmortales cómo podían exhibirse públicamente semejantes indecencias. (Mi corazón al desnudo)
El nuevo régimen napoleónico, después de las ilustraciones de la guerra, debe buscar las ilustraciones de la ciencia y de las artes.
¿Qué moral es esta, pudibunda, tartamuda, mezquina, que sólo tiende a crear conspidadores aun en el pacífico mundo de los saladores?
Esta moral llegaría a decir: En adelante no se harían más que libros consoladores que tiendan a demostrar que el hombre nace bueno y todos los hombres son dichosos. 
¡Abominable hipocresía!
También ésta se darará en los jurídicos, el fiscal que le acusa y mandó suprimir los poemas dichos, y que fue el mismo que llevó el proceso contra la novela "Madame Bovary", de Flaubert, componía versos priápicos. ¡Vaya con Ernest Pinard! Así la justicia a veces, y con una interpretación de corto alcance.

Reivindicación postuma.

En apareció . En 1872, el epistolario. En 1939 se editan sus obras completas. Tras acabar la Segunda Guerra Mundial -1946- surge el ser rehabilitado judicialmente, no es culpable de delito de atentado contra la moral pública; ya no válido el veredicto que el Tribunal Supremo de Francia había dictado en 1867, cambía de argumentos, ahora sonn estos los razonamientos:
"Baudelaire quería describir las miserias de la vida humana sin ningún convencionalismo de estilo. Con la lengua sonora y rítmica hizo manifiesta su maestría y, sin velos ni disfraces, trató de comunicar su mensaje con todas las taras, todos los vicios, todo el error, y también todas las bellezas. Y para conseguirlo, no se adedra ante las palabras. Si determinados poemas de Baudelaire tienen carácter erotico, supo evitar las palabras vulgares y malsonantes; no tenemos los nervios tan a flor de piel como nuestros antepasados. Incluso hemos podido digerir las proezas del amante jardinero de Lady Chatterley. Conviene por tanto borrar una condena..."
Tres años más tarde se anuló la prohibición de publicar los seis poemas prohibidos a que ya he hecho alusión, los despojos. Con la edición de "Las flores del mal" ganó doscientos francos. Las pruebas de imprenta corregidas por Baudelaire se vendieron tras la muerte del editor Poulet-Malassis en doscientos treinta y siete francos. Al ser subastadas en 1921 alcanzaron la cifra de cuarenta mil francos.

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