domingo, 8 de junio de 2014

SUCESIÓN O REPÚBLICA

Dado el carácter antinatural de la antigualla monárquica -por la que una familia
se transmite la jefatura del Estado- la propaganda cortesana se ha enroscado
en destacar la supuesta utilidad de la monarquía.  [...] Los mismos miembros 
de la familia Borbón tienden a hacer referencias a ta melifluo criterio utilitarista,
con la fatal petulancia de tenerse por útiles. Aunque el criterio utilitarista es, en
apariencia, de difícil evaluación, en el caso español  la inutilidad, y el perjuicio,
son manifiestos.
                          - La monarquía inútil, de Enrique de Diego - 
 
 Ambas salidas, monarquía, república, y así, sin preparación previa, tienen su riesgo. Muchos son lo que, no ya por ser monárquicos -poquitos hay en España, maxime después de la amarga experiencia que deja el rey saliente- sino por miedo a una república defectuosa optan por la sucesión, habiendo venido en un improviso la abdicación de Juan Carlos I. Ha sido, como tanto se ha dicho, una espantá, tal como expone Jiménez Losantos en el siguiente vídeoblog que titula "Esta larga despedida del Rey va a significar la despedida de muchas cosas".

   

Que es una epantá es visible para el más necio. Cuanto más tarde abdicara más difícil, si no imposible, que se prodijera la sucesión, que contra lo que parece piensa don Juan Carlos, ignorantemente, no depende de él sino de las Cortes. Éstas pueden decantarse por la monarquía o por la república. 

Defender al pobre no es devorar al rico que lo es legalmente. Legalidad y Constitución para toda la escala social.

( Si acaudalado en gran escala, pocos ).   

No es que me incline incondicionalmente a Pablo Iglesias bis -en principio sí por su sentido de justicia social que muestra a primera vista-. Admito que es evidente esto que afirma en su artículo titulado Decide la gente, del que entresaco estas líneas:
... cuando un régimen político entra en descomposición, el ritmo de los acontecimientos se acelera y se pierde la capacidad de garantizar la estabilidad. Las últimas elecciones europeas sugieren que los dos principales partidos que llevan gobernando nuestro país desde 1982 han perdido la confianza de la ciudadanía, y ambos son incapaces de ofrecer un un proyecto de futuro que genere ilusión y confianza entre los ciudadanos de este país. La abdicación de Juan Carlos I no es un acontecimiento aislado; es un síntoma más de esa descompoción y de la incapacidad de nuestras instituciones para dar solución a la crisis económica, política y social que afecta a la vida cotidiana de tantos ciudadanos.    
¿Decide la gente? Debiera decidir, tenerla en cuenta los políticos que la representan, mas sabido es que sólo cuenta para las elecciones, y con pautas marcadas. Con todo lo que se halla bajo mínimos el bipartito, aún existe y el PP gobierna, tiene la sartén por el mango y, por supuesto, continúa tal bipartito escudándose en la Constitución, mientras, por otra parte, se miccionan en este medio cuando lo entiende conveniente a su política muy particular; de hecho, se han dejado invalidados varios artículos de dicho texto, en primer lugar el 35 sobre derecho al trabajo, y el 47, el cual empieza: "Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada". ¿No será a excepción de los de sin techo, cuyo número, como el del paro, procuró el PSOE y el PP que fuera in crescendo. ¿Y qué decir de la igualdad ante la ley? Próximamente tendremos ocasión de ver un mentís más de este artículo 14 si no se sienta en el banquillo la infanta Cristina y con su cónyuge es sentenciada.  Y a día de hoy se saltan a la torera el artículo 92 de dicha Carta Magna, que trata de Referéndum, cuya punto 1 expone taxativamente: Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos. Nada de ello quiere saber el Rey y el Gobierno; para lo que les interesa la Constitución es sagrada, pero para lo que no les interesa ya no hay que tomarla al pie de la letra. 
                                                                                 


Punto de vista de la familia de la futura reina.

Henar Ortiz considera que su sobrina tiene en contra para reinar lo poco preparada que está, su replublicanismo, alude que la misma Letizia se declaró otrora "laica, roja y republicana". Esta tía paterna está al lado de los grupos que piden una república, se adhiere al referido líder de Podemos, pide democracia y fin de la monarquía. ¿Qué dirá ahora David Rocasolano? O también el autor de "Juan Carlos I: El último Borbón - Las mentiras de la  monarquía españolas". Ellos entre la inacabable literatura y prensa -ésta, claro está, más en el extranjero- que existe y continuamente se publica de los que rechazan de plano la institución monárquica tan proclive a producir reyes que son sumamente personas muy... imperfectas.
                                                                                
[Para facilitar la visualización del texto de la sobrecubierta la transcribo:
"Adiós Princesa es una historia del choque de un gran tren expreso, los borbones, contra una modesta caravana de gitanos, los Ortiz-Rocasolano. Nos han arrollado y ni siquiera se han procupado de mirar hacia atrás. Erika está muerta y los demás nos hemos quedado solos y mutilados. Por eso escribo esto. Sé que la historia no tiene vuelta atrás. Pero esa historia, hasta ahora, sólo ha sido contada de arriba a abajo, con todo su glamour y su mentira. Ahora yo voy a contarla de abajo arriba. Desde lo que queda de aquella caravana destruida de gitanos. Advierto desde ya: no es una historia alegre". 

Ahora no entro en el contenido, está fuera de contexto, sólo le consigno como muestra de que ambas familias, los Ortiz-Rocasolano y los Borbón están tan distantes como antes de emparentar. Si he de formularle una aclaración: No entiendo que los familiares de la impensable reina consore de España confundan ser rojo, con ser republicano, y menos lo entendería si parte de su sobrina. Rojos eran lo socialistas y comunistas, los que quemaron iglesias, fusilaron y tenían checas. Mataron incluso a republicanos;  Manuel Azaña lloró al enterarse que  habían fusilado a Melquiades Álvarez, su primer mentor político. Fue detenido y llevado a la Cárcel Modelo, de Madrid, fusilado en agosto del funesto 1936. Azaña terminó muy amargado y dejó la presidencia diciendo: "Yo no quiero ser presidente de una república de criminales". Ya con el lastre socialista y comunista que trajo la II República, dijo un ilustre republicano: "No es esto, no es esto". 

Si doña Letizia es roja no es republicana, si republicana no es roja. En cualquier caso, hoy día Princesa de Asturias y a partir de pocos Reina de España, está obligada, pro domo sua, a ser monárquica. Y si es laica, pues tendrá que adaptarse al catolicismo, que no en balde está llamada a figurar entre "Memorias de las Reinas Católicas de España". Me refiero a la obra del P. Enrique Flórez de Setién. Bueno, ya se adaptó en su segundo matrimonio, que su primero fue sólo civil.

Hechas estas aclaraciones en torno a Henar Ortiz, comprendo que esté que trine con la política que se ha desarrollado en este reinado de corrupción e igualmente que no sea monárquica, aunque, según se refiere, algo se ha beneficiado de haber ascendido a princesa su sobrina: mejoró de tienda en Oviedo. 

Monarquía imbatible. 
  
Hoy por hoy continúa España siendo un reino. Las Cortes, de quien depende la sucesión, que no de que el padre deje al hijo, pueden elegir monarquía o república. O convocar un referéndum. El bipartito se ha despepitado en que la jefatura del Estado pase por herencia -ésta no estaba preparada, era un vacío en la Constitución, mas se hará chapuza correctora-; era de suponer que el Gobierno no quiere complicarse su existencia, que bastante complicada la tiene, y la oposición, aún más apurada si cabe, con un PSOE muy aficionado a la monarquía desde Felipe González..., pues a seguir con lo fácil y conveniente. A veces no puede ser batido o derrotado lo malo. dios los cría y ellos se juntan, y la unión hace la fuerza.

Leemos que "Ruz ve indicios de fraude y falsedad en la reforma de la sede del PP" realizadas entre 205 y 2011, cita a declarar como imputados a varios. Mientras "la Audiencia Nacional rechaza por  cuarta vez dejar en libertad a Luís Bárcenas". Otros titulares que igualmente afectan al PP. Puede darse por hecho que el pájaro íntimo amigo con Rajoy -Luís, sé fuerte-, que tanto le protegió, echaría a volar tan pronto le sacaran de la jaula. ¡Está bueno el caso Gürtel! ¡Y Mariano tan parecido a la infanta para enterarse de algo! Él sólo tiene la convicción de que la infanta Cristina es inocente (sic). La monarquía le ha sido útil al bipartito, y viceversa. ¿Y que dirá si la justicia no brilla por su ausencia y es condenada? Condenada está por la ciudadanía, sin otra excepción que este presidente que no está reputado precisamente como hombre inteligente y hombre de palabra.  

No poco he escrito acerca de la monarquía y/o la república, la historia de ambos regimenes en España, por lo que ya, para evitar reiteración, he de limitarme a comentar los nuevos acontecimientos, y, con todo, volveré a repetir hechos y palabras, porque, en el fondo, del mismo tema se trata, está todo encadenado, es una cadena en la acepción de "sucesión de hechos, acaecimientos, etc., relacionados entre sí. 

¿Qué pasará, cómo será, el reinado que se aproxima?

El bipartito le ha abierto camino, pero ambos partidos están en franca, patente, decadencia; no dispondrá rex filius de estos dos "ángeles" guardianes en su apogeo. El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, admite la posibilidad legal de celebrarse consulta sobre la instauración de una república, pero él como todo el Gobierno lo entorpecen. Ya he dicho que, sucesión o no, es a decidir por las Cortes. Ha apuntado, además, que "lo que está en la Constitución está en la Constitución y lo que no está no existe en la vida política y social de España". Dice, y esto ya es mucho decir, no teme que la Infanta sea imputada. Él sabrá porqué  no lo teme, porqué sigue en la misma línea, o sea, defendiéndola a capa y espada. Por su parte el líder de IU afirma que "No pueden sustituir el derecho del pueblo por el derecho a la sangre". Evidente también que como han consignado, "sabemos que la batalla del Parlamento está perdida porque tanto PP como PSOE ya ha dejado clara su posición". (Lara). Patente igualmente, lo he repetido hasta la saciedad, de una forma u otra, incluso en este artículo, que la monarquía es la tabla de salvación del bipartidismo. Con este conciliábulo -insisto- ya no cuenta Felipe VI. Ni con una sociedad complaciente  e indiferente; no, ahora ésta, machacada por la casta política y la corrupción existente, sabe que ha de defenderse de quienes crean crisis. Este monarca ha de tener una conducta intachable, empezando por no dedicarse a los negocios ni al donjuanismo, aunque para ambas actividades facilite enormemente ser rey.  

No sabemos qué pasará en el seno de la institución, lo sabido es que Felipe VI no puede arreglar la crisis existente, de todo tipo, como tampoco la corrupción de políticos y banqueros, versus ciudadanía. (En cuanto a la corrupción admito excepciones, ¡pero son tan pocas!). Ya he dicho la razón de ello: gobierna el Gobierno. El rey tiene funciones delimitadas, están fijadas con precisión en el artículo 62 de la Constitución, Funciones del Rey. A éstas se añade en el título VI, del poder judicial y en artículo 123. 2. que "el Presidente del Tribunal Supremo será nombrado por el Rey, a propuesta del Consejo General del Poder Judicial, en la forma que determine la ley". En el siguiente, 124, sobre el Ministerio Fscal, encontramos en el punto 4 que "el fiscal general del Estado será nombrado por el Rey, a propuesta del Gobierno, oído el Consejo General del poder judicial". Es algo que pide a gritos reforma: eliminarlo  de las funciones del rey. Tal imperiosa necesidad ha quedado de manifiesto, descubierta, patente, clara, con lo ocurrido de estar inmersos en la corrupción miembros de la familia real. Resulta lacerante para la sociedad el ver que la justicia no es igual para todos; se está en la lucha de que lo sea. Pronto veremos si gana la sociedad o la infanta y Urdangarín, que es decir la monarquía. El rey saliente no vigiló la conducta de su familia, y ante la "no ejemplaridad" no tuvo el proceder pertimente. ¿Pudo tenerle moralmente? Ahí dejo la pregunta.  

Lo que no se puede ignorar.          

La parafernalia de una monarquía entraña gastos por doquier, chupan del presupuesto de la nación toda la familia real. Bien que ahora quede reducida a seis personas. Pero ¿un jefe de Estado civil tendría, por ejemplo guardia real -antiguamente alabarderos-? Puestos a citar superfluidades, o sea, gastos inútiles, ya trasplanté los gastos y su terrible suma que implica la monarquía. Aparte de cubrir con creces la humana vanidad por el culto a la personalidad que reciben, el oficio de rey es el mejor pagado; de todo ello se deduce que tal persona no tenga otra meta en la vida que la de ostentar tal empleo, que a tal fin se fijen sus acciones y deseos. Y pues en las monarquías actuales un rey reina pero no gobierna, tampoco le agobia, que digamos, el curro. Así al rey saliente le quedó tiempo para trabajar también como hombre de negocios. Si esto ha dejado a los ciudadanos, que no súbditos desde Fernando VII, el Rey Felón, indignados porque es algo que el rey ni debe ni puede hacer, ha de tenerlo muy en cuenta el nuevo rey. En suma, tener una conducta ejemplar, que, piense un monarca lo que quiera, es en la época moderna la base de una institucion que tiende a desaparecer por razones obvias y muy expuestas. No voy a hablar aquí de las distintas clases de monarquía, lo peor ya lo he expuesto, se trata de mimar a una familia que dista mucho de agradecerlo. Porque -piensan- se lo merecen todo, son los elegidos de Dios. Pero algunos, de ayer y de hoy, no vacilaron ante una conducta que difiere plenamente de la ley de Dios. 

Si la familia real se ha reducido, ¿por qué la línea sucesoria es la misma?
  
Cuando era un batallón.
                                                                             


He aquí la reducción de la familia real a los reyes, los príncipes de Asturias e hijas de éstos. Los demás son familia del Rey.  
                                                                   
           
Pero continúa, y continuará, la línea de sucesión al Trono de España. No se acaba en el número 11, cuarto vástago de Cristina de Borbón, hay que seguir en el extranjero, pero dejémoslo ahora. ¿Renunciará la infanta Cristina? Como no sea sentada en el banquillo, condenada, es decir, obligada por la circunstancia -la de hacerse justicia con ella, sed de los espàñoles-, nanay. A este paso hasta el bienamado Urdangarín  -por la esposa y por la suegra, cuando no era bienfamado- va a continuar siendo duque tras su ingreso en la cárcel, y de todas, todas, con seguridad, irremediablemente, si, por ser vos quien sois, no llegara a entrar.    
                                                                         
Creo con Juan Balansó que la infanta Elena no necesitaba ser duquesa de Lugo, ni la infanta Cristina ser duquesa de Palma, ya infanta significa bastante más, que el título vitalicio y personal, de gracia, dado por su padre, era para realzar a sus respectivos esposos, dado que contraian matrimonio con "bisutería fina" no más. 

Dice doña Sofía que no cambiará nada, pero Pilar Eyre, autora de "La soledad de la reina", ha expuesto que no vivirá con el Rey, los reyes prácticamente sólo hablan a través de su secretaria. Bueno, estarán hartos, fastidiados, cansados de fingir el papel de matrimonio desde los pocos meses de ser reyes a fin de no jugarse la corona. Mucho hemos de ver -que sea honestidad por parte de Felipe VI y durante el tiempo que dure-, no todo va a seguir igual, ni mucho menos, y ella misma lo sabe. Todos sabemos también los rumores que corren, ya por escrito, ya de viva voz. Antaño, siglo de oro, más que la prensa, era el mentidero. Mentidero de Madrid, decidme, ¿quién mató al Conde?  

Ya veremos si en la familia real y en la familia del rey ya no hay quien dé la nota, si siguen "unidos" los viejos reyes, si él deja sus negocios, etcétera. Y la salud y vida de la monarquía otra vez no votada. Lo que se puede ver hoy es el escándalo que está implicando de mal ejemplo, por parte del rey y el bipartito, y de lógica y natural protesta, en la sociedad, por verse, también en este tema, moralmente pisada. Por la puerta principal no hubiera entrado el nuevo reinado, por ello buena les parece una puerta falsa. Pedir un referéndum no es pedir lo que no se puede.
                                                                                       

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