martes, 3 de junio de 2014

Cuánto impasse, Dios mío, al caso infanta Cristina, siendo tan inteligible. - Y algo acerca de la repentina abdicación de su paladín contra la acción de la Justicia

Es vendible que la infanta termine imputada, por una razón muy clara.
Porque si no termina imputada,  el  escándalo jurídico va a ser de tal
magnitud  que lo único que nos queda en este momento,  que  es el
respeto por la la Justicia, se irá sencillamente por el sumidero.
                                       - Javier Nart - 

Es recibida en la puerta del juzgado por su abogado, que tras saludarla comprueba lo bien preparada que acude.
                                                                                    
 
Su declaración fue chistosa, mas no dejó de ser válida. Aparte de que también por ella declaran los hechos que constituyen pruebas fehacientes, fidedignas, inequívocas. Y, por supuesto, contra toda preparación de sus abogados, el juez Castro consiguió hacerle hablar de lo que no ve ni sabe.                                                                              

El juez instructor continúa impávido destapando toda la delincuencia que haya en el affaire Nóos en el que el socio del yerno del rey, Diego Torres, ha involucrado, complicado, incluido, en el asunto al monarca. Con los correos electrónicos como arma arrojadiza de plena destrucción que, dosificadamente, ha ido presentando ha querido él y su abogado defensor dejar patente que el rey no sólo sabía de la actividad del matrimonio Urdangarín-Borbon sino que les ayudaba en tales "negocios". Pero ante la virulencia moral que la misma presentaba, determinó don Juan Carlos enviarles a Estados Unidos.

Matar dos pájaros dos de un tiro. 

Malas lenguas aseguran que fue también por tener una amante casi estable, una rusa de 1,90 de estatura, la cual fue vigilada por CNI. Parece ser que en el aspecto de fidelidad conyugal tampoco tiene una "conducta ejemplar"; no la tuvo tampoco con sus novias anteriores, cuyas relaciones fueron al hundimiento al manifestársele la infanta Cristina. Simultaneaba in illo tempore a Carmen Cami, la novia a punto de casarse, con su anterior noviazgo Susana López; nada, pues, puede tener de sorprendente sus relaciones con la rusa que concluyen pocos días antes de partir para Whasington, a decir de unos, meses después según otros. Aunque de nada referente a economía sabe ni se entera, es de suponer que no estaría tan ignorante ni torpe en cuanto a la... "amistad" existente entre Iñaki y la esposa de un amigo -matrimonios amigos ambos- como asimismo con la rusa.  
                                                                                 

Pero es mujer apasionada y su amor por su cónyuge tiene capacidad de perdón para toda vileza que éste cometa. Ya hemos leído lo que dice Henri Beyle, conocido por su seudónimo, que tanto sabe "Del amor". Claro que también dice el padre del existencialismo
                                                                                   
  
Y nuestro Ortega y Gasset afirma que cada uno ama según es. O no ama; digamos con Bécquer, que en su corazón no hay una fibra que al amor responda. Además, se trataba de dos infidelidades. Hoy está cuesta abajo en la rodada en cuanto a campeón de talonmano, pero de haber podido, como él esperaba -ella tampoco dejaba de esperarlo- con sus éxitos financieros, no hubiera dejado de procurárselos amorosos. Triste destino el de esta infanta del amor, como la concibe para su defensa el buen penalista Jesús María Silva. Nadie mejor que él, catedrático de Derecho penal, sabe que lo tiene que defender carece de tal posibilidad bajo el punto de vista del Derecho, que aunque a veces va por distinto camino que la moral, no en cuanto a la Lógica. Si el enriquecimiento del matrimonio Urdangarin-Borbón ha sido torticero, no lo va a ser también conseguir una sentencia torticera. Que se dé el carpetazo es otra cosa, y cuando no se ha conseguido hasta aquí... Es evidente que el juez consiguió, y nada menos que contra el poder, que Cristina fuera a declarar en calidad de imputada. 



El yerno de Juan Carlos I irá indefectiblemente a la cárcel.

Y tratando de evidencias cabe señalar la de que se le está retrasando a Urdangarín su entrada en la cárcel; obviamente el alargarse la instrucción judicial se debe a que las irregularidades de Nóos son el cuento de nunca acabar y, por otra parte, el recto juez Castro no quiere dejar un cabo sin atar.  Precisamente el último día de mayo el vicealcalde de Valencia declaraba en Palma ante el juez Castro. Bueno, pues lo de todos: contratar con Nóos por presidirlo Urdangarín y a precios por el instituto fijado. 

Siempre es dar -universalmente y para la historia- una mala nota, aunque entre por una puerta y salga por otra. Bien es cierto que la situación a que ha llegado la política -la indignación existente contra lo que se ha dado en llamar la casta política- no es como para pisar más el acelerador en el cometido de abusos. Se ha caído en el descrédito, miseria moral, y en la miseria propiamente dicha, y hay que poner límite. Éste le tenemos a la vista, la nación quiere otra política, ya es bastante, ha colmado el recipiente la sufrida hasta aquí tan llena de errores como de corrupción. En políticos de primera, de segunda y tercera categoría, desde un presidente o ministro hasta un alcalde de pueblo, hay multitud de corruptos, confunden, no distinguen entre gobernar y robar. Por lo menos en su desorientación -pésima preparación en materia de política- podían, para saber que no es lo mismo, acudir al DAE para conocer sus respectivos significados. Algunos los ignoran, otros afectan ignorarlos. De gobernar se quedarán con alguna acepcón que les convenga; desde luego la de "mandar". En cuanto a robar deben fijarse en "hurtar de cualquier modo que sea". Al mismo tiempo enterarse de que robar con violencia no es sólo la de los navajeros, hay varios tipos de violencia. Urdangarin ha ejercido violencia con su realeza. De balonmanista se transformó, como nadie ignora, en talonmanista -término que en atención al yerno del monarca debe registrarse en el Diccionario-, y esto también es violento, está fuera de razón y justicia. 
                                                                          

Esto podemos verlo, aunque acaso peco de confiado al escribir el adverbio de modo -indefectiblemente-; pero es sumamente difícil ver esto otro. 
                                                                                  
 

Como no hay cárceles unisex habrían de separarse. Consiguirá el internamiento en prisión de Iñaki lo que no han conseguido con la infanta su padre ni su hermano: separarlos. De lo que ya no estoy seguro, porque el mismo abogado ve su amor al marido, es que una vez así separados lo encuentren posible. También resulta imprevisible la suerte a correr con Cristina; será tocada lo suficiente, cabe pensar, como para no continuar en la Caixa. Sería el colmo de la injusticia que quedase incólume; "la intocable", algo tendrá de tocable. 

La Justicia en un brete.

Si como opina el destacado abogado Javier Nart, muy mal hubiera quedado la Justicia de no haber sido imputada la infanta, tampoco quedará bien si se desestima su involucramiento -de palmaria claridad meridiana- en uno de los más vergonzosos  affaires pecuniarios -por no decir el más- de cuantos han existido. Si su abogado, Sr. Silva Sánchez, entendió no se debía interponer recurso, fue ante la no seguridad de ganarlo en la Audiencia Provincial de Palma. Me hallo completamente de acuerdo con el siguiente vídeo, que corresponde al mismo día de la declaración de la infanta. Efectivamente, y como el vídeo se titula, "el sistema español está hecho para que la infanta Cristina no sea condenada". Fracasó el esfuerzo político para evitar que prestara declaración judicial, pero la monarquía y su bipartito no fracasará en impedir, imposibilitar, la condena. Los casos de visible arbitrariedad ponen a los jurídicos más honestos en un brete, no hay evasiva que valga, se obra, cuando se tercia, pisando el Derecho -vivimos en un país de Derecho, pero los prepotentes tienen sus prerrogativas en este campo-, y a vivir, que son cuatro años de legislatura para el PSOE o para el PP, y la monarquía, según ella, no tiene límite mientras haya un pariente del rey. ¡Ya hace falta ser una lumbrera -brillar por inteligencia y conocimientos excepcionales- para entender esto! El texto de este vídeo sí que es fácil de entender.      

                                                                                   
Se nos viene con triquiñuelas -rodeos, efugios, artería-, nos cantan el trágala, o sea, nos obligan a soportar manifestaciones y hechos que resultan inadmisibles, y ello sin ser esclavos e imbéciles. Bueno, alguna salida propagandística tiene gracia, tal como que la infanta fue a declarar voluntariamente.         

                                                                                

La infanta Cristina o la monarquía.

Sí, ha llegado a imponerse esta disyuntiva, ambas se exluyen recíprocamente. Léase el artículo "Salvar a la Infanta y hundir la Monarquía", del blog del profesor de Ciencias Políticas y Sociología, Ramón Cotarelo. Ya le cité recientemente y consigné esta viñeta definitoria.    
                                                                               

Si la absolución llega al extremo de absolver también a su amado esposo para que se libre de pagar los seiscientos mil euros que le impone la Fiscalía de ser condenado él, dado que ambos son propietarios de Aizoon al 50%, el escándalo jurídico va a ser de tal magnitud... No cabe duda que se podría repetir la frase del insigne abogado que consigno como epígrafe de este artículo. 

Abdicación de Juan Carlos I.

Bien está, porque ya son muchos años de ir en este reinado con sus partidos turnantes aumentando el paro y otros males, en primer lugar la corrupción. 
                                                                               

Acaba de sorprendernos la noticia, y, siguiéndola por diversos medios informativos y opiniones, creo con Pilar Urbano que la renucia del rey es por salvar la corona. Piensa ella que también la unidad de España. Pues no, ésta no se salva por tal motivo, es otra la cuentión. Lo que está claro es que quebrantándose se  jugaba la corona él y se la juega su hijo. Don Juan Carlos ve su reinado, como todo español, en inminente peligro de muerte . Si, como hay quien dice, ha abandonado para que su hijo pueda abrir una etapa de esperanza, bueno, bueno, bueno, si Felipe no barre ipso facto toda la basura que tenemos... Decía hoy Jiménez Losantos, en el programa Crónica Rosa.
... el rey se ha convertido en un símbolo de un régimen corrompido hasta el tuétano y hace muy bien en irse, pero que muy bien; ahora vamos a ver qué política lleva el príncipe, si es la de su padre mal vamos; si tiene una política de regeneración de la institución... [...] Puede hacer mucho por la limpieza de la vida pública española. Si se pone a ello. Es decir, todo lo contrario de lo que ha hecho su padre. El príncipe tiene una misión bien difícil, porque empezar a limpiar esto... [...] Como no entre a limpiar, le barrerán. [...]España está en una situación, no sólo por la monarquía, que o el príncipe viene en plan serio y severo o si empezamos a templar gaitas... 
En principio estoy de acuerdo, pero difiero en que que sobrestima su papel como rey. Ojo, que no pasará de ser un rey constitucional, los cuales tienen limitadas sus funciones. Con su padre hizo el Gobierno lo que quiso, y con tales gobernantes -PSOE / PP- hizo el Rey, asimismo, su voluntad -non sancta, desde luego-. Hubo un maridaje, confabulación, se beneficiaron recíprocamente gobierno y monarquía. A don Juan Carlos le dejaron en terreno de nadie. 

La sucesión va a traer muchas sorpresas; en primer lugar la de la sucesión. Dice Pablo Iglesias bis que "Si el señor Felipe de Borbón quiere ser rey que se presente a las elecciones". En esto, como en tantas otras cosas,  el líder de Podemos tiene razón. Es indubitado que después de tantos años de una monarquía puesta a dedo ha de someterse a referéndum la continuación de la misma, una institución evidentemente ha mucho tiempo destinada a periclitar, desaparecer. En España se ha de votar monarquía o república. No ignora, por otra parte, la generalidad de los españoles, los que pasan penurias sin cuento y los que no pasan tantas, que el país -en estado mendicante, que sí Rajoy, que ha habido que pedir ayuda- no está para darse el lujo de tener como jefe de Estado a un rey. La monarquía conlleva muchos gastos superfluos, y ya tenemos bastante con el otro gasto igualmente superfulo e insostenible de las diecisiete autonomias. 

Y pues este artículo tiene como referente a la infanta Cristina, ahora, ante este último acontecimiento "real" tan sorpresivo tenemos que preguntarnos: ¿Estará la esposa del celebérrimo -en peyorativo- Urdangarín tan blindada por el nuevo rey, su hermano, como lo estaba por su padre? Y el mismo Felipe VI será, como lo ha sido su padre, impune e indemne. El viejo rey continuará siéndolo o dejará de serlo? ¿Qué va a pasar con el inacabado Titulo sobre la Monarquía en la Constitución? Todo va a ser conflictivo.

De no haber Elecciones Generales, se va a considerar, de modo indefectible, que el no deseado Felipe VI se ha colado de extranjis, como él colocó en la familia a Letizia y, llegado el caso de reinar, pues como reina.   


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