sábado, 11 de enero de 2014

¿Se continuará con el absurdo de evitar la declaración? Lo que va de ayer a hoy: ayer sí; hoy, no

                                                                                    
Opino como el autor de este blog, cuya viñeta copio, y cuyo texto obedece a un trabalengua muy conocido. Evidentemente que la suspensión de la primera imputación de la esposa de Iñaki Urdangarín fue un "regalo envenenado para la infanta y la Casa Real". Quedó, sí, suspendida la imputación, pero no solventada; como bien dice, no se dio luz verde a la imputación pero tampoco se anuló. No hubo desimputación, sino una "suspensión temporal" como la Casa del Rey llamó al divocio de la infnta Elena -:"Suspensión temporal de convivencia"-. Lo de hace nueve meses fue un quite, valga el término taurino, pero la brega continuó y se ha vuelto a la situación apurada, como, por ejemplo, anuncia en esta imagen de un importante blog.                                                                       

¿Se conseguirá esta segunda vez que declare? Que la dejen, que ella lo quiere, lo malo que es de la misma manera que el rey quiere someterse a la ley de transparencia. De la transparencia que él quiera conceder, que, por supuesto, no será jamás la de sus negocios a lo largo de su reinado. Un rey constitucional no puede hacer negocios, quizá lo sepa pero puede ser que no se haya apercibido de su enriquecimiento -tiene infinitas fuentes en que informarse, por ejemplo la revista estadounidense FORBES, especializada en el mundo de los negocios y de las finanzas, señala que acumula una fortuna de 1.790 millones de euros-, que sea genético lo de ser inconsciente. Nadie en la familia se ha dado cuenta del enriquecimiento del pater faliae ni de Cristina y Urdangarín; lástima porque así ni han podido felicitarse entre ellos. No ya lo malo, lo funesto es que dichos y hechos irreflexivos imprudentes hayan redundado en generar enorme daño al país y a la institución a la que ella debe todo: su empleo con paga súper extraordinaria y los... "negocios" que conjuntamente con su marido han hecho. 

Como dije en escrito anterior, nuevamente la Audiencia Provincial de Palma se verá comprometida a decidir sobre la imputación de la esposa del ex jugador de balonmano, Iñaki Urdangarín, hombre que por toda propiedad cuando se casó tenía un modesto restaurante en copropiedad con otro ex jugador. Viene a cuento recordar aquí una consideración repetidamente hecha en un programa televisivo en cuanto a que si Cristina quiso ser rica que se hubiera casado con un hombre de fortuna, lo que por ser infanta no le hubiera sido muy díficil. No le fue birlar el novio a Carmen Cami con la que Urdanga estaba a punto de casarse. Confía el juez Castro en que la Audiencia valide la imputación de la infanta; sobrado fundamento tiene para concebirlo, no ha podido realizar mejor el encargo que ésta le hizo y es de todos conocido. 

Lo que falta para indignar más a la sociedad -si cabe porque ya lo está a muy alto nivel-, tras una política de torpeza y corrupción que nos ha traído al pareje de desastre económico y social -lo tengo muy dicho pero nunca se repetirá lo basante- es ver la discriminación que ante la igual de la ley  se viene haciendo con la infanta Cristina y en lo que están de acuerdo multitud de jurídicos, muchos de ellos de relevancia, que no ocultan su criterio. También lo tengo señalado. Pero contra jurídicos que no estén incondicionalmente con Cristina de Borbón y la ciudadanía en general se encuentra la defensa del rey Juan Carlos y de los dos partidos que han venido gobernando, empecinados en hacernos creer que la cónyuge de Urdangarín es inocente, ignoraba lo """negocios""" de él, por lo que no se está haciendo discriminación alguna. Es notorio que 

                                                                          

Duele la burda manera de defenderla, tomando integramente a la ciudadanía por analfabetos, más aún, por tontos. Está claro que, como dice Camilo José Cela, ningún tonto puede darse cuenta de nada, porque lo primero que hace falta para darse cuenta de algo es no ser tonto. Incuestionablemente, la infanta Cristina no es tonta, y es triste que por prepotencia y soberbia se haya dado lugar a que en  la vieja revista de Estados Unidos The Time se haya publicado esta imagen tras ser imputada de fraude fiscal y blanqueo de dinero.     
                                                                         

Léase también el The Economist en cuya publicación viene una acerba crítica de la situación de la monarquía de España, o de España en esta monarquía. A lo que se ha llegado. De entrada el artículo se titula: "El real desastre" de unos "Borbones que se portan mal". Augura "otro año de turbulencias" y sigue analizando todos los malos pasos de la infanta y toda la ropa sucia de esta monarquía. No deja deafirmar que la infanta debe declarar ante el juez Castro. 

Pavor ha mucho tiempo a la vista.
  
Este temor, con espanto y sobresalto, data desde que el juez instructor se vio obligado, en aras de que la instrucción no fuera una chapuza y apretado por el abogado de Diego Torres y los e-mails que presentaban en los que se revela la vinculación de la esposa y suegro de Urgandarín en los "negocios" de Nóos, a imputar a la señora Urdangarín, tanto más cuanto que lo está la de Torres. La discriminación de la hija del rey saltó siempre a la vista. ¿Y ahora qué? Pues que la postura de la Casa Real es dejar que actúe la Justicia; bueno, por decir que no quede. Hay una visible -visible hasta para el más beocio, en la acepción de estúpido, ignorante, tonto-, una descarada oposición entre palabras y hechos, hechos y palabras. Los hechos que tenemos a la vista y que nos dejan estupefactos es que tanto el jefe del Estado como el Gobierno y el partido de la oposición se hallan ante esta segunda imputación de la propietaria al 50% de Nóos enfrentándose al juez Castro, que a excepción de Manos Limpias, acusación popular, se ha quedado solo. 

Se saque lo que se saque de la manga la defensa de la infanta es muy probable -nos lo tememos los ciudadanos, que no súbditos- que la Audiencia Provincial de Palma neutralice al juez y, entonces, apaga y vámonos, la cosa ha llegado a su final, al final más absurdo y lamentable. Pero que en el pecado lleva la penitencia, no cabe duda, porque no dejará de traer cola. De momento llama la atención, en sentido peyorativo, las escapatorias, los pretextos, recursos, que ha expuesto el segundo abogado de a bordo de la infanta, Jesús María Silva, del despacho Miguel Roca, sosteniendo que está absolutamente convencido de la inocencia de la infanta, y esa inocencia pasa obviamente por su fe en el matrimonio y el amor por su marido. Puede tener toda la fe que quiera en el matrimonio y sentir todo el amor que sienta por su marido, pero ¿qué pasa con lo que a ella directamente le compete, es de su exclusiva incumbencia? Por ejemplo, esto que se consigna el el Auto de imputación.
                                                                              
    
¿Es que por fe en el matrimonio y amor al marido no es responsable ni de su declaración de la renta? ¿Fue también por ambas razones esto otro? 
                                                                            

Firma como arrendador y también como arrendataria. ¡Qué originalidad! De que esto es algo nuevo si que puede estar convencido el Sr. Silva. En las cuestiones netamente de ella nada tiene que ver el amor al matrimonio y al marido. Puede ser todo lo Julieta o lo Melibea que quiera -aunque también debiera percatarse tal abogado de que Romeo y Calixto eran fieles a sus amadas, y de Urdangarín aparecieron correos que descartan esta prueba de amor-, pero actuar en lo suyo mal y dar por buenos los trinques de su amado es otra cosa. Como asimismo llevar participación en ellos, ser copropietaria, y gastar de tal dinero. ¿Amor? Bueno, pero será al dinero.

Las últimas noticias conocidas del revuelo que se ha formado es que ayer viernes visitó al juez Castro el abogado Jaime Riutart, del bufete mallorquín Riutart-Contesti, que colaboran con Roca en este caso; en fin, tentáculos por todas partes. Se dice que los abogados de la infanta piden más tiempo para poder presentar el recurso, ya que ante el magistrado el plazo finalinalñiza el próximo lunes, y el recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Palma, el miércoles. Se ven, pues, apretados de tiempo. 

Mucha inocencia, sí, ¿por qué no?, pero saben los abogados que si va como imputada puede salir como condenada. Que ya tampoco el juez, con el martirio que le han hecho pasar, está para benevolencias. ¡Y habla Rafael Spottorno del "martirio" de la realeza! Supongo que verá también en el que está asumido el país con la crisis y todos estos problemas de la política que, obviamente, no le son ajenos. Yo preguntaría al abogado Silva si el amor que siente Cristina de Borbón por Iñaki Urdangarín -que puede ser porque de antemano no era un matrimonio homogéneo- leexime de devolver el 50% que posee de los "negocios" hechos, aunque el promotor sea él y habiendo escapado al conocimiento de ella, lo cual, dicho sea insistiendo en ello, es un imposible que se nos quiere hacer creer pero que no se cree bajo la faz de tierra. 

Aparte de lo apretado de tiempo para recurrir, se han temido los abogados de la mujer de Urdangarín que la Audiencia Provincial de Palma puede y debe no invalidar la imputación, lo que aún haría peor la situación de la hija del rey, y han optado, tras cuatro días de pensarlo, por no recurrir la imputación, que se presente la imputada a declarar. Como nota cómica está el que ahora se diga que se presenta voluntariamente. La noticia literalmente es que "la infanta no recurrirá y declarará "voluntariamente". Prefiere dar explicaciones ante el juez "en aras de la transparencia". Ahora, a los años mil, resulta que "la duquesa de Palma quiere "aclarar cuanto antes" que no ha cometido ningún acto delictivo. 

El juez accederá al adelanto de fecha "dentro de las posibilidades de la agenda de su Juzgado y siempre escogiendo un día del fin de semana para asegurar las disponibilidades de los repreentantes de todas las partes. Bien, ya veremos qué nuevo día se señala, que, por si se recurría, el juez no quiso apremiar a la Audiencia, aparte de que el 8 de marzo (sábado) guarda mucha relación con Cristina de Borbón, mujer muy trabajadora. 
                                                                             
   
Con ella, pagándola como a ningún otro empleado a base méritos, no deja de tenerlo a buena cuenta, con toda razón, indudablemente, la Caixa. 

De momento, no ha habido buen desimputador. También tendrá que hacer el paseillo al Juzgado de Palma -me temía esta imagen que hace tiempo vi y empleé hablando de la susodicha-,                                                                             
   

y a pesar de no figurar, según ella, en la cuadrilla de su marido. ¡Nitchevo!, no importa nada, será como Urdangarín: para demostrar su transparencia e inocencia. Como otra nota cómica, vemos que "el bueno" -lo es para su suegra- del duque sui generis avala inocencia de su cónyuge. Si el juez continúa sin intimidarse, muy díficil lo tiene la defensa de la hija del rey, convencerle a él y a la abogada Virginia López Negrete de la ignorancia de Cristina de Borbón en los trinques que se le acusan a su amado marido. 

         

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