Irá a declarar doña Cristina voluntariamente porque no tiene nada que ocultar.
Si en algo, a mi parecer, tiene razón la defensa de la infanta Cristina es en que no tiene nada que ocultar ante el juez instructor. Nadie de Espña ni del extranjero lo ignora, habida cuenta de que ésteya lo ha descubierto todo. Ahí está, en los 227 folios que lo patentizan- Puede la "reimputada" afirmar o negar, en este último caso mentir, pero le resultará imposible que halle crédito a lo que probado está que miente. Ante las pruebas existentes puede decirse que la señora de Urdangarín va de cráneo en relación directa con lo que le apriete el magistrado. Si dice la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, no hace más que lo que moralmente, sirviéndola para no quedar por ocultante de la misma. Reitero que la verdad está vista, la confirme o no, y propagada a los cuatro vientos, otra cosa es -esto también se verá a la rosa de los vientos- que se emita una sentencia adecuada a los delitos que se le imputan. El ciudadano honesto y ecuánime lo que quiere es, sencillamente, estar lejos de ver un caso más de injusticia en cuanto a la corrupción dominante. Y en ellos, matrimonio Urdangarín-Borbón, el de mayor relieve social del país por tratarse de la realeza.
Lo de """voluntariamente""" hay que entrecomillarlo al máximo. Hasta para la mente más obtusa está muy claro que no le queda otra alternativa que ir a declarar, recurrir la imputación daría un pésimo resultado visto lo visto. Ello aparte del tiempo que ha hecho perder con esquivar la primera imputación.
Un Gobierno que no arropa a la infanta, que habla de permanecer neutral.
¡Pues si llega a parecerle mal las discriminaciones!... No quiere enterarse de que es constantemente acusado de conceder "trato de favor" a la hija del rey; da un pasoen falso que tiene gran motivo para indignar a la ciudadanía ¿Por qué regla de tres o de la Constitución solicitan que se le permita acceder al Juzgado sin hacer el paseíllo? Lo hizo, y es tan duque como ella duquesa, el infante consorte, su muy amado esposo. Supongo que ella no querrá que le distingan de él, es lo imperativo en el amor, y del amor de ellos habla uno de sus abogados, José María Silva. En cualquier caso, ¿por qué lo teme tanto el Gobierno? ¿Por qué se ocupa de algo tan secundario? Es, además, cuanto concierne a la llegada de la Alteza reimputada, su estancia en el Juzgado, del mando del juez decano de las Islas Baleares, y algunos del Ejecutivo parecen ignorarlo. Hay que permitir la existencia, en algún lugar situados, de los medios de información, empezando por las plataformas televisivas. Esto como la vez anterior con Urdangarín. Hay que contar con la seguridad, sí, y también con la Prensa, su importancia es de primera línea, máxime en este acontecimiento inécdito en España.
Al día y hora de hoy el paseíllo está pendiente, pues, de decisión judicial, pero desde un primer momento el Gobierno ha influenciando al máximo para evitar que, como todo cristiano, Cristina de Borbón recorra la rampa. Manos Limpias exige que no se le conceda trato de favor y que llegue a pie. Por su parte, Soraya Rodríguez opina que "Todos los españoles son iguales ante la ley" y que "según esa premisa hay que actuar". Dice la pura verdad, lo demás es "trato de favor" a la vista. Podemos leer también que Rosa Díez y Aitor Esteban también rechazan de plano que la infanta pueda entrar en coche. Así otros políticos sostienen igualmente que haga el recorrido de la cuesta. Lo más importante, lo fundamental, es que ya forma parte, o va a entrar a formarla, en la causa judicial de su marido, algo que, en contra de su amor, parece ser no tenía demasiado deseo, pues siempre tuvo a su alcance haberle acompañado también en este aspecto. La Casa Real tampoco tuvo prisa en obligarla a renunciar a su derecho sucesorio. En el fondo no constituye problema, ¡lo tiene tan distante y, por otra parte, tan difícil, goza la institución de tan poca salud! Y la espera golpes demoledores, tal como en su día la declaración de Diego Torres.
Cristina de Borbón, eso sí, es reacia a renunciar a su derecho dinástico, su voluntad es conservar éste y sin divorciarse de su hombre, por mucho que le haya engañado por amor. Por amor, según la versión del abogado Silva. Ya veremos si el juez Castro tiene en cuenta el amor o si, no haciéndolo maldito el caso, fija su atención a... otras cuentas. Y, por evidente, que éstas son comunes; de entrada, la propiedad de Aizoon al 50%. En fin, esperemos que Cristina de Borbón no le diga al juez lo que su padre manifestó a la ciudadanía, o sea, esto que aquí expresa:
El Gobierno mima a la infanta que ha dado la nota mundialmente y para la Historia.
A lo ya expuesto sobre este particular he de añadir que:
El ministro de Justicia, tan interesado en que Cristina de Borbón no baje esa cuesta de Palma -¡bien cuesta abajo va!-, habla de dilaciones indebidas en la Justicia. Bien, pero no deja de conocer que el juez Castro no ha dilatado lo de la infanta, y no han dejado de intervenir algunos políticos obstruyendo la marcha de la instrucción.
La cuestión se ha desarrollado tal como ha expuesto Federico Jiménez Losantos en la mañana del hoy:
Si en algo, a mi parecer, tiene razón la defensa de la infanta Cristina es en que no tiene nada que ocultar ante el juez instructor. Nadie de Espña ni del extranjero lo ignora, habida cuenta de que ésteya lo ha descubierto todo. Ahí está, en los 227 folios que lo patentizan- Puede la "reimputada" afirmar o negar, en este último caso mentir, pero le resultará imposible que halle crédito a lo que probado está que miente. Ante las pruebas existentes puede decirse que la señora de Urdangarín va de cráneo en relación directa con lo que le apriete el magistrado. Si dice la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, no hace más que lo que moralmente, sirviéndola para no quedar por ocultante de la misma. Reitero que la verdad está vista, la confirme o no, y propagada a los cuatro vientos, otra cosa es -esto también se verá a la rosa de los vientos- que se emita una sentencia adecuada a los delitos que se le imputan. El ciudadano honesto y ecuánime lo que quiere es, sencillamente, estar lejos de ver un caso más de injusticia en cuanto a la corrupción dominante. Y en ellos, matrimonio Urdangarín-Borbón, el de mayor relieve social del país por tratarse de la realeza.
Lo de """voluntariamente""" hay que entrecomillarlo al máximo. Hasta para la mente más obtusa está muy claro que no le queda otra alternativa que ir a declarar, recurrir la imputación daría un pésimo resultado visto lo visto. Ello aparte del tiempo que ha hecho perder con esquivar la primera imputación.
Un Gobierno que no arropa a la infanta, que habla de permanecer neutral.
¡Pues si llega a parecerle mal las discriminaciones!... No quiere enterarse de que es constantemente acusado de conceder "trato de favor" a la hija del rey; da un pasoen falso que tiene gran motivo para indignar a la ciudadanía ¿Por qué regla de tres o de la Constitución solicitan que se le permita acceder al Juzgado sin hacer el paseíllo? Lo hizo, y es tan duque como ella duquesa, el infante consorte, su muy amado esposo. Supongo que ella no querrá que le distingan de él, es lo imperativo en el amor, y del amor de ellos habla uno de sus abogados, José María Silva. En cualquier caso, ¿por qué lo teme tanto el Gobierno? ¿Por qué se ocupa de algo tan secundario? Es, además, cuanto concierne a la llegada de la Alteza reimputada, su estancia en el Juzgado, del mando del juez decano de las Islas Baleares, y algunos del Ejecutivo parecen ignorarlo. Hay que permitir la existencia, en algún lugar situados, de los medios de información, empezando por las plataformas televisivas. Esto como la vez anterior con Urdangarín. Hay que contar con la seguridad, sí, y también con la Prensa, su importancia es de primera línea, máxime en este acontecimiento inécdito en España.
Al día y hora de hoy el paseíllo está pendiente, pues, de decisión judicial, pero desde un primer momento el Gobierno ha influenciando al máximo para evitar que, como todo cristiano, Cristina de Borbón recorra la rampa. Manos Limpias exige que no se le conceda trato de favor y que llegue a pie. Por su parte, Soraya Rodríguez opina que "Todos los españoles son iguales ante la ley" y que "según esa premisa hay que actuar". Dice la pura verdad, lo demás es "trato de favor" a la vista. Podemos leer también que Rosa Díez y Aitor Esteban también rechazan de plano que la infanta pueda entrar en coche. Así otros políticos sostienen igualmente que haga el recorrido de la cuesta. Lo más importante, lo fundamental, es que ya forma parte, o va a entrar a formarla, en la causa judicial de su marido, algo que, en contra de su amor, parece ser no tenía demasiado deseo, pues siempre tuvo a su alcance haberle acompañado también en este aspecto. La Casa Real tampoco tuvo prisa en obligarla a renunciar a su derecho sucesorio. En el fondo no constituye problema, ¡lo tiene tan distante y, por otra parte, tan difícil, goza la institución de tan poca salud! Y la espera golpes demoledores, tal como en su día la declaración de Diego Torres.
Cristina de Borbón, eso sí, es reacia a renunciar a su derecho dinástico, su voluntad es conservar éste y sin divorciarse de su hombre, por mucho que le haya engañado por amor. Por amor, según la versión del abogado Silva. Ya veremos si el juez Castro tiene en cuenta el amor o si, no haciéndolo maldito el caso, fija su atención a... otras cuentas. Y, por evidente, que éstas son comunes; de entrada, la propiedad de Aizoon al 50%. En fin, esperemos que Cristina de Borbón no le diga al juez lo que su padre manifestó a la ciudadanía, o sea, esto que aquí expresa:
El Gobierno mima a la infanta que ha dado la nota mundialmente y para la Historia.
A lo ya expuesto sobre este particular he de añadir que:
El ministro de Justicia, tan interesado en que Cristina de Borbón no baje esa cuesta de Palma -¡bien cuesta abajo va!-, habla de dilaciones indebidas en la Justicia. Bien, pero no deja de conocer que el juez Castro no ha dilatado lo de la infanta, y no han dejado de intervenir algunos políticos obstruyendo la marcha de la instrucción.
La cuestión se ha desarrollado tal como ha expuesto Federico Jiménez Losantos en la mañana del hoy:
Hay que recordar que lleva un día y medio el ministro de Justicia empeñado en que la infanta no haga el paseíllo, pues es otra vergüenza. ¿Por qué lo ha de hacer la Pantoja y la infanta, no? ¿Porqué todos los imputados del Caso Nóos lo han hecho, incluido Urdangarín, y la infanta no? ¿Qué pasa, que no han podido evitarle la imputación y ahora quieren evitarle el paseíllo, y luego el banquillo y después la condena? [...] Yo esyoy de acuerdo en que se prohiba, es una cosa pepugnante, se aprovechan siempre los enemigos para tocarte las narices, pero si es la ley, que la cambien, que se pueda entrar por garaje, pero no vamos a limitarla ahora a alguien que debe dar ejemplo de su comportamiento y que va de mal ejemplo.Entra el comentarista en el detalle de este mal ejemplo que la Casa del Rey, cuando se descubrieron, a nivel público, los desfalcos de Urgandarín, denominó "comportamiento no ejemplar", comportamiento que el juez ve solidario con su mujer la infanta y valiéndose ambos de su condición de realeza. Obviamente, por él mismo, no hubiera trincado al nivel que se le acusa, es un don nadie y, por ende, a él no le hubieran dado dinero, según ya ha quedado declarado judicialmente por alguna ex jerarquía política. El alma mater, en el sentido de fuerza impulsora de una institución de de una iniciativa, de Nóos es, consecuentemente, Cristina de Borbón. Continúa Federico:
Pues que dé ejemplo de lo que pasa cuando se roban fondos públicos aprovechando la condición de hija del rey. Una señora que ha nacido con todos los privilegios de la cuna, que sin tener que trabajar jamás, sin haber pasado nunca por una desgracia, ha tenido trabajo sin tener que buscarlo, tiene grandes sueldos sin tener que ganarlos, y encima roba. [...]Mucho acerca del Affaire Urdangarín-Borbón nos queda por ver todavía. Que sea de Justicia, y no ya de más injusticia y vergüenza. ¡Qué imagen la de España! La corrupción y la mentira como una constante.
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