domingo, 30 de junio de 2013

No sólo el monarca es invulnerable a la ley, también al parecer la familia real. Y otros fallos del bipartidismo

Nos vamos a remitir a los hechos y, en orden a éstos, a lo que se dice, a lo que es vox populis, voz del pueblo, cuya opinión no siempre es acertada, mas en casos de suma claridad si que puede decirse vox populi, vox Dei, la voz del pueblo [es] la voz de Dios. Es impepinable que   
                                                     
Con la finalidad de que quede más legible repito el texto.

"Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos de Hacienda (Gestha), denunció el pasado miércoles que la Agencia Tributaria se está negando de hecho a cooperar con el juez José Castro en su investigación sobre la infanta Cristina. Cruzado denuncia que la Agencia Tributaria no ha entregado los informes "independientes" que les ha pedido el juez Castro sobre la infanta Cristina, sino que lo que ha hecho ha sido escoger lo que dice la Abogacía del Estado [...]"  
Y el autor de sus días no vaciló en asegurar que







¿Es palabra de rey? Un refrán dice: Palabra de rey, siempre se cumplía; pero eso era en otros días.  ¿Por qué el de hoy y en España permite que actualmente, hallándose su hija tan visiblemente involucrada en los  """negocios"""  del marido, el Gobierno se aferre en blindarla? Tras de decir algo que debe cumplir, permitir, porque estipulado está en la Constitución, echó un cable al yerno, más bien le continuó pues que ya se le había echado  poniendo "tierra" por medio. Y la reina les apoyó cruzando el charco, les puso moralmente un escudo protector. Y hubo necio/a que lo disculpó diciendo: Ante todo, madre. Pero, no señor, en su caso tenía que haber sido prioritariamente reina. Aunque lo sea consorte. A ella le encanta ser reina, pero "a la carta". A todos ellos les agrada sobremanera la realeza -¿cómo no, gran bicoca?- y también ser como una familia cualquiera. De la familia real sus privilegios, pero no sus obligaciones; de una familia media sólo sus ventajas, tal como el anonimato, su vida privada -que la realeza no tiene- pero conservando las propias condiciones favorables de su realeza. 

Los cánones de la monarquía, ¿han sido cumplidos? No por la reina, no por las infantas, empezando por los matrimonios que han contraido y su avaricia. Y para colmo de mal casamiento el del príncipe; bueno, se casaron con el posible desacierto en cualquiera; ahora bien, ellos no se tenían, ni se tienen por tal en la acepción de poca importancia o indigno de consideración. Lo ocurrido con Cristina de Borbón es tanto más grave por tratarse de una infanta y de una monarquía reinante -hoy día sólo son reinantes, no gobernantes-, cuya existencia únicamente tiene alguna base en dar muestra de ejemplaridad. Lejos de ello, se está imputando, en España y fuera de España, hechos reprobables y, algunos, a nivel delictivos como los atribuidos a la infanta Cristina. El poder de la monarquía y el Gobierno queriendo protegerla -a la infanta por la institución- puede surtir, y ya estamos viendo indicios de que así va a ser de hecho, efecto contrario. 

Si la ciudadanía se halla indignada contra los dos partidos políticos que en esta monarquía han venido gobernando con errores que han causado mucho daño hasta traernos al misérrimo estado actual y, por añadidura, se ha descubierdo el sinnúmero de corruptos existentes tanto en el PSOE como en el PP, carece de fuerza moral Gobierno y Oposición para blindar a nadie contra la acción judicial. Ya tienen los jueces bastante handicap para que brillen los Tribunales de Justicia en el hecho de depender el Poder Judicial del Poder Ejecutivo, cuando, evidentemente, se impone la independencia de ambos poderes. No ha de haber encubrimiento del corrupto en el seno del Gobierno ni en el de la monarquía; no hay que obstaculizar el que se haga justicia. Es contra el delito contra lo que hay que rebelarse, no contra el castigo de un corrupto. Y si lo es o no, corresponde determinarlo al juez instructor del sumario. El juez Castro es, obviamente, en el caso de Cristina de Borbón, el que ha de decidir incluir o no en el sumario del procesado Ignacio Urdangarín a su mujer. 



En la confianza está el peligro.

Otra cosa es que sea de meridiana claridad para toda persona que él sin ella -su condición de infanta- no hubiera podido llegar a..., tanto "éxito". Como también es patente, manifiesto, visible que se nos viene con una milonga, valga el término figurado, engaño, cuento, como explicación de lo que muy abstruso, dentro de lo normal y legal, resulta. Porque también está claro que no se puede, y es lo que a veces sucede, incurrir en equis delito por encubrir otro. La cosa se enmaraña y, en consecuencia, su logro va a ser muy relativo, que, como ha dicho muchas veces se empeoran los males con los remedios. Tanto más cuanto estos "remedios", entrecomillados, cual en medios de información se considera, constituyen varios y verdaderos delitos al alcance de cualquiera con la más ligera idea de Derecho. Mientras, por otra parte, duele a la ciudadanía -¡una ciudadanía tan herida por la crisis!-. Sí, como escribe Marcello,
la actitud de la Fiscalía, el Gobierno y la Agencia Tributaria protegiendo de una manera descarada a la infanta, a la que solo se le ha pedido que vaya a declarar, demostrando que todos no somos iguales ante la ley, como dijo el rey en uno de sus mensajes navideños. 
Si a ello añadimos el malestar de "las 13 fincas" aparecidas en el dosier fiscal de doña Cristina, que el ministro Montoro no quiere o no puede explicar. Y menos aún sin señalar a la posible "mano negra" que al parecer ha montado semejante aquelarre con la aviesa intención de embarrar la investigación fiscal del juez Castro sobre la infanta. Una pretendida jugada maestra que puede que les haya salido mal a sus autores, porque la sospecha crece, daña más que la esculpan a la infanta y proyectan sombras sobre la Corona y la Familia Real.
Indubitadamente es un remedio que, como a veces ocurre en la farmacopea, mejora de momento un mal pero empeora al enfermo resultándole en definitiva contraproducente. Continúa el articulista poniendo de relieve el daño que para la Institución implica que se haya impuesto la inmunidad de la infanta. Se reavivan, viene a decirnos,
las pretendidas ayudas del Rey con uso de los palacios de Zarzuela y Marivent.
Los convirtió Urdangarín en dos centros más de... su trabajo. Apunta la soberbia con que el matrimonio está procediendo:
... el duque llegó soberbio a la sede judicial diciendo que iba a defender su "inocencia y honor" y ahora todo indica que es un presunto desvergonzado estafador, a la sombra y utilizando su posición familiar junto a la jefatura del Estado español.
                                                      

Ante esto... ¿cómo ha de reaccionar el país? No se ha de defender la corrupción, aunque sea real, y este real se refiere a realeza, pues que en cuanto a realidad vemos infinitos corruptos y tolerancia del Gobierno con algunos, tal como con la ministra de Sanidad, Ana Mato. El bipartidismo que ha gobernado en esta impuesta monarquía no puede, evidentemente, infundir confianza; los españoles hemos visto, cuando no sufrido, los fallos políticos de ambos partidos y estamos viendo la gran incognita de en cuál de los dos hay más corruptos, difícil problema matemático a delimitar.                          
A fin de librar a la señora Urdangarín, carga Hacienda contra el delito fiscal de él, pone su granito de arena -éste es desde luego del tamaño de las bolas de piedra del puente de Segovia, en Madrid- para verle así:                                                      
Iñaki con su uniforme
 A la infanta hay que librarle de la Justicia; ella le tiene auténtico pavor, empezando por evitar que acuda al llamamiento del juez para prestar declaración. Y, por supuesto, dentro del blindaje, no se ha de atender al magistrado en su petición de la información fiscal de ella.  

                                                       

Montoro se contrapone al juez Castro y crea entre representantes del Fisco y el instructor de la causa bastante tensión. "Realmente" hostilidad latente por dquiera; aquí ha resultado lo que ya he dicho, que ha sido peor el remedio que la enfermedad. O, dicho con versos de Rúben Darío, que huyendo del mal, de improviso / se entra en el mal / por la puerta del paraíso / artificial. Si para el Gobierno es vergonzoso, Cristobal Montoro ha hecho el ridículo de modo ilimitado. En el follón que ha armado  ha herido y comprometido a terceros: notarios, registradores e inspectores de Hacienda. Pero le han dejado por embustero. Los inspectores de Hacienda han denunciado a través de una nota publicada por el sindicate CESI, que sólo los altos funcionarios pueden acceder a los datos de la infanta Cristina y otros contribuyentes con perfil similar. Claro, el que más y el que menos no quiere verse comprometido mediando un juez que sigue una causa penal. En fin, lo que viene ocurriendo sobre este particular, que traerá cola, es para que Montoro dimita, pero, lamentablemente, no va a dimitir, ni Rajoy le va a obligar a ello.          
                     
Cristobal Montoro encasquillado en el error. 

Treinta y cinco veces repitió el término "error", no habiendo otro error que el de él al tomar por tontos a los españoles . 
                                              
Con la finalidad de que quede fácimente legible, repito el texto.
"Desde el recurso del fiscal anticorrupción de Baleares por el que se oponía a su imputación pasando por el fallo esculpatorio de la Audiencia de Palma, todos los juristas consultados por el Confidecial ven un "descarado trato de favor" a la infanta Cristina de Borbón que ha sido desimputada en un tiempo récord en el llamado caso Nóos.

Todos ellos, destacados juristas, comparten plenamente el dictamen discrepante emitido por el magistrado de la Audiencia balear Juan Jiménez Vidal, que, entre otros argumentos, sostiene en su voto particular que la hija del Rey "no desconocía" que su marido, Iñaki Urdangarín, "perseguía un trato privilegiado por parte de la administración pública". 

El matrimonio Urdangarín-Borbón confió en su impunidad real, pero ya veremos en qué medida se han equivocado, de momento la realidad les ha decepcionado. Contra toda defensa gubernamental, que se trasluce o infiere, está el tesón del juez Castro que no se arredra, atemoriza, y persiste cercando a la infanta. Loable es su elevado sentido de la justicia, se crece ante las dificultades que se le ponen. 

El Gobierno en peligro atiende su propia defensa: la protección ciega de la infanta.

El retrato del panorama político es más deforme que El retrato de Dorian Grey, y ahora con el ingreso en la cárcel del ex senador y ex tesorero del Partido Popular en el gobierno, Luís Bárcenas, al que no se deja de temer. Si la Audiencia Nacional investiga, y ello ha de ser, si existía una contabilidad B en el partido, ¿qué redundará? Juicio temerario no voy a hacer, pero rumores hay nada favorables para el Gorbierno.  Yo me hallo entre los que piensan que la investigación a tan despreciable individuo va a traer cola. Inexorablemente. Salvo que el Gobierno obstaculice la acción del magistrado Pablo Rus, pero el ministro de Justicia afirma que la respetarán. Amén, así sea, y de paso que no se ponga más trabas -en la acepción de "cosa que impide o estorba la fácil ejecución de otra", (DAE)- al juez Castro ¿Continuará Maria Rajoy asegurando que es "imposible demostrar la culpabilidad de Bárcenas"? Muchas son las sorpresas, más o menos relativas, que hemos de ver si actuan cual es debido los Tribunales de Justicia. ¿Temor a Bárcenas? Temor ante todo a que la infanta se siente en el banquillo, y no digamos a que fuera condenada. 
                                               

Excepción absurda y, como tal, abstrusa.

Si el rey es el único inviolable e inmune a la Justicia; pues que se vea que es así, Pero no estos, no hay extensión que valga de la familia real.
                                                           

Ni este por mucho relieve que haya tenido en el Partido Popular, aupado por Rajoy, él le apadrinó. ¡Vaya elección que hizo! 
                                              
Presunto ladrón de guante blanco pero grosero, gamberro, como muestra su ademán.
Ni siquiera al mismísimo presidente, si en delito/s incurriera, aun cuando no me parece poco, 
en lo tocante a su dimisión, la tomadura de pelo a los votantes, con lo que consiguió la mayoría absoluta.                        
                                               

Como en textos anteriores transcribo también para su mejor visibilidad el contenido de las letras pequeñas: "Las huelgas y los sobresueldos provocados por los desahucios masivos deterioran la marca España, pero los recortes en I+D+I, educación, sanidad, emprendedores pequeños empresarios y ciencia mientras se aumenta el dinero a la Iglesia, clase política, el indultar a sospechosos de corrupción... la mejoran, así que ya sabeis a partir de ahora no os suicideis, morid enfermos y de hambre todo por la marca España".     

Si además apareciera en los papeles de Bárcenas, si se demostrase percepción de sobresueldo, no habría duda de llevarle a su inmediata dimisión iniciando la Justicia su papel. 
                                                                         
(No es muy importante aquí la lectura del texto de letra muy pequeña, para el que no disponga de muy buena visión. Por mi parte me limito a consignar que no hay inculpación alguna para nadie, no hago de acusador, para ello, además, seguiría otro camino. Lo difundo, y punto)  

Impune sólo es el rey; no lo es su familia, no lo es persona alguna, incluido el presidente. Ya es bastante impunidad la que ha tenido en el terreno político Mariano y su equipo. Y por ello se les recrimina:
                                                         

Que por lo menos no obstruyan la Justicia. ¡Está la política en la ciénaga de la corrupción, todos enlodados, manchados! Notorio es, por ejemplo, que Urdangarín consiguió dinero también del Ayuntamiento de Madrid cuando estaba de alcalde el hoy ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, razón por la que ahora pide Manos Limpias la apertura de una pieza separada que afectaría a los 120.000 euros que sin más ni más le hizo entrega. ¿Conseguirá el juez Castro abrir esta pieza para investigar a varios siendo uno de ellos Gallardón? Es algo en lo que poca esperanza cabe concebir; ahora bien, si no ocurre se dará un motivo más a la ciudadanía para no creer en los políticos, así como para seguir clamando por la independiencia judicial.  

No deja de haber conseguido algún respeto la sociedad civil, y de aquí el que se haya empezado a combatir algo la corrupción. Jamás, desde la dictadura franquista al caso Urdangarín, ha existido la libertad de expresión, por muy consignada que esté en la Constitución, que hay hoy, ya contra la institución monárquica que tenemos por arte de birlibirloque, ya contra el bipartidismo, trinca política que nos ha traído a este lustro de crisis que padecemos y no deja de agurizarse día a día. No esperaban los políticos tener que oír la cuatro verdades, que la sociedad -de la que se sirven en vez de servirla- les plantara cara, lo que en definitiva es hacer uso de sus derechos.               
                                                       
Y, bueno, pues se les ha empezado a marcar unas normas: 
                                                       

El mejor funcionamiento de ello sería sin monarquía. Visto lo visto, ya sabe el PP y el PSOE que han dejado de engañar, aunque no dejen de mentir, que después de haber perdido la credibilidad en tal política y en tales políticos no cabe el milagro del Ave Fénix. En general a quien engañaron fue a la masa, y, por tanto, la que se ha desengañado, pues siempre hubo quien sabe la miseria moral que encierra la política, la merecida mala prensa que tienen los políticos. De ello no poco he hablado en otros artículos, y a este ya le pongo fin tras haber sacado al introito malos pasos que actualmente se están dando con manifiesta burla a los ciudadanos. No se está dando solución a la crisis económica y política; contra la mentira política, todo va de mal en peor. Es la paremia que dice:Dinero no falte, y trampa adelante. La explica Luís Junceda, en su "Diccionario de refranes", de esta manera "La expresión "trampa adelante" se utilizaba mucho antaño en alusión a los que saldan sus deudas con nuevos préstamos. En general, el refrán reprende por igual a irresponsables y caraduras". ¿Es la política económica de nuestros días? No hace falta el "averigüelo Vargas".

                                                                 

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