viernes, 4 de marzo de 2022

Trayectoria histórica de España en cuanto a la fe.

No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree en algo. - Leon Tolstoi -   

El hombre, bautizado o no bautizado, es decir, cristiano o no cristiano, y, de forma lata, creyente o no creyente ha existido siempre, existe y existirá. Es recriminado por toda religión. No es católico Mahoma -todos sabemos es el profeta del islam- y a él se debe este verídico aleccionamiento: 'sabed que quien cambia la fe por la incredulidad, deja lo bello en medio del camino'. La Fe no es virtud privativa de nuestra Religión. obviamente existe en otras, mas opcionalmente he de referirme, me estoy refiriendo, a la nuestra, la cual no deja de tener bastante vida externa como atestigua las únicamente  españolas procesiones de Semana Santa. 

En la católica España hay gran diferencia entre el ayer y el hoy, cabría decir como en el poema de la rosa ayer maravilla fui, / y hoy sombre mía no soy'. No entendería, p. ej., Felipe II en su religiosidad -recordemos la anécdota del haz de leña. que Gaspar Núñez de Arce llevó al drama- que en España hoy figure en la Carta Magna la libertad religiosa. En su punto 3 del artículo 18 dice: 'ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones. El catolicismo creó dos España: la España real y la España oficial. Por esta circunstancia nuestro país se mantuvo al margen del movimiento político y cultural que se abrió en la Reforma y se extendió en la Ilustración. 

Las dos España reciente.

La del siglo XX, la que cantó Antonio Machado:

ya hay un español que quiere  / vivir y a vivir empieza, / entre una España que muere / y otra España que bosteza.

Españolito que vienes / al mundo te guarde Dios. / Una de las dos Españas / ha de helarte el corazón. 

En el siglo XX -18 de julio de 1936- una de ellas mató y murió por Dios y por la patria, la otra, sin Dios, por sentirse oprimida Los carlistas, tanto por sus dos guerras como en la guerra civil española luchaban y morían por Dios, por la Patria y el Rey, recordemos la letra del Oriamendi.Los esquemas han variado visiblemente, pero en esta metamorfosis en que la religión no ha llevado la voz cantante, ¿hemos salido ganado? Veámoslo en el criterio de Alexander Solzhemitzin: nos hemos librado definitivamente de la herencia moral de los siglos cristianos, con sus inmensos recursos de piedad y de sacrificio, y los sistemas sociales han adoptado rasgos materialistas cada vez más claros,      

Efectivamente, lo que hoy impera es el ansia de poder -con su anexo dinero, poder es dinero, dinero es poder-, de sexo -esto, según el Arcipreste de Hita imperó siempre, incluso relacionados, como estudia Michael Hutchison en su Anatomía del sexo'

En resumidas cuentas se puede decir -expone de forma concluyente- que Occidente ha defendido con éxito y hasta con abundancia los derechos humanos, sí, pero mientras tanto en el hombre se ha apagado completamente la conciencia de su responsabilidad ante Dios y ante la sociedad. En estos últimos decenios el egoísmo legalista de la filosofía occidental ha prevalecido definitivamente, y el mundo se encuentra en una aguda crisis espiritual y en una calle sin salida desde el punto de vista político Y todos los éxitos técnicos de tan celebrado Progreso no son capaces de redimir la miseria moral en la que ha caído el siglo XX.  

Incuestionablemente hemos caído en picado en el mercantilismo , con tal espíritu se comercia con lo que no debe ser objeto de comercio, lo que no tiene precio, se hace del hombre -el 'portador de valores eternos', como le define José Antonio Primo de Rivera-  una mercancía Referente a la tipología religiosa en la actualidad, se ha dicho que presenta  la tendencia general al laicismo público y al agnosticismo privado unidos a la modernización capitalista y a la democracia.

Hablando de esta cuestión un sociólogo de nuestros días, nos advierte que España no está especialmente tocada por las consecuencias de algunos de ellos y el tema religioso es uno de los que más muestra esa europerización en la que, con carácter urgente, se han embarcado nuestros poderes políticos y económicos.

Historia reciente: Segunda República  (1931-1939), Dictadura (1939-1974) Monarquía (1974-...).

Estudiando a fondo los cambios operados en nuestra sociedad respecto a la Fe, diremos que la España de la postguerra al principio fue de gran explosión religiosa con un enorme poder de la Iglesia, ya en la contienda había existido el teniente cura o cura castrense que ejercía su cometido de decir misa en el frente y, en lo posible, las misiones de su ministerio. El economista y novelista José Luís Sampedro no deja de exponer: "... [La República] contagiaba esperanza, ilusión (excepto a los que querían privilegios indebidos), y lo viví como natural. ¡Por eso el franquismo me resultó tan antinatural, inhumano! [En la guerra] el norte cayó en 1937..., y fui movilizado como soldado franquista: ver a obispos bendiciendo cañones me convenció de que ese bando defendía privilegios y pesetas'. 

En aquella prevalencia que tuvo la Iglesia, concedida por Franco, y a la que correspondió pasando al dictador a los templos bajo palio, obligó al ciudadano a cumplir con los Mandamientos de la Iglesia', llegando a tal extremo que se imponían multas de veinticinco pesetas al que faltaba a misa en domingo -primero de dichos Mandamientos-; claro está que el éxito de esta práctica era realizable en los pueblos, donde está la exigua población es controlada, que, por el contrario, no resultaba fácil su realización en las ciudades, máxime en las grandes. Se llenaban los templos y había profusión de actos litúrgicos, novenas y novenas, era de fachada una España muy devota. Se puso de moda en las casas pudientes, no digamos en las familias aristócratas, tener un cura en calidad de director espiritual.En ellas encontraba el sacerdote en cuestión su habitación y comida.

Llegada la Transición y con el reinado del rey elegido por el dictador, la Religión descendió en progresión geométrica , los templos iban dejando de visitarse; en consecuencia, los actos litúrgicos descendían, desapareció por ensalmo el director espiritual particular y, para el público el hacer ejercicios espirituales. Surgió un tremendo relajamiento de costumbres, y en él estamos. Ello por igual en toda la escala social. ¿Dónde aquella "España reserva espiritual de Europa".

Salvo en el aspecto económico, la Iglesia en España ha caído en picado. En el sacramento del matrimonio tomó gran auge prescindir de él y casarse meramente por lo civil -cambio del cura por el juez o por un alcalde- E incluso el matrimonio civil de desplomó en aras de la pareja; hoy no se tiene mujer o marido, se tiene pareja, tanto monta, monta tanto. Muchos/as tras matrimonio tienen pareja, lo que antes, ya en viudez, ya en soltería, se llamaba 'echarse amante'. Referido al hombre también se denominaba tener concubina. 

Hubo una religión de fachada; hoy no la hay ni de fachada, como pone de relieve la laxitud moral existente. De aquí que en lo que al amor humano se refiere, tan conexionado con el divino, opine  Antonio Gala: "esta sociedad nos da facilidades para hacer el amor pero no para enamorarse? Tristemente la infidelidad es abundante. Y ya por este motivo, ya por beneficiarse económicamente -se volcó con la mujer en este aspecto la ley de separación conyugal  con la esposa- ya por lo que fuere, aparecieron las rupturas matrimoniales por generación espontánea. ¡Y matrimonios por la Iglesia, y por católicos! Ni qué decir tiene que católicos de pacotilla, pero éstos son lo que prevalecieron siempre. Pensemos que la Edad Media, que se caracteriza por su religiosidad, fue sumamente lujuriosa,  

Como considera Arturo Pérez Reverte, 'bien mirado el mundo ha dejado de pensar en la muerte. Creer que no vamos a morir nos hace débiles y peores'. Y debilita nuestra nuestra fe, en cuya existencia de la misma, parte primordial se basa en la muerte. María Bashkirtseff, en Diario de mi vida, reflexiona así: 'Creo o no creo; cuando razono no pudo creer.Pero en los momentos de calamidad o de alegría, muy en el fondo, el primer pensamiento es para ese Dios que es tan duro conmigo'. Pensemos que no podemos  aliar el hecho de que nuestra vida sea aceptable o patética con la existencia de Dios y su conducta con cada uno de nosotros, y aquí entraríamos en otros razonamientos.          

No hay comentarios:

Publicar un comentario