En orden a la hipocresía y a que se vive ante todo por apariencia, según criterio de Séneca e innumerables grandes autores, recordemos que Mariano José de Larra sostiene que "todo el año es carnaval", y en otro de sus famosos artículos -'Baile de Carnaval'- habla de la asistencia a bailes en locales o salas de teatro no siempre no siempre de gran concurrencia, porque hay quien asegura <que no es Madrid pueblo que pueda resistir tres meses de carnaval. Acaso -sigue diciéndonos- han empezado los bailes demasiado pronto, si bien nosotros tenemos entendido que para embromarse y engañarse los hombre unos a otros los meses son buenos> . Lo peor, evidentemente, que hay bromas muy pesadas y engaños igualmente sangrantes, de desalmados. No voy a tratar de aquellos bailes de máscaras, célebre era, por ejemplo, el de Bellas Artes , si incluiré en este apunte sobre el carnal la evocación de la amante de dicho escritor madrileño, porque aquella pasión concluyó en esta fiesta y le trajo la muerte.
Dolores Armijo, bella sevillana está casada, y no separada, con el relevante abogado don Manuel María Cambronero. Tiene Larra un amigo, Juan Bautista Alonso, que está de pasante con el letrado y le presentó al matrimonio, asimismo se hace amigo del otro pasante llamado Salustiano Olózaga, el sempiterno enamorado de sor Patrocinio, que llegaría ser la célebre 'monja de las llagas', amiga de la reina, que vivió en Guadalajara varios años y en el convento del Carmen está enterrada, mientras Olózaga escalaría el puesto de presidente del Consejo de Ministros de Isabel II. Presentado el conocido periodista en el hogar de los Cambronero Armijo -lo destruyó temporalmente-. No voy a entrar en las vicisitudes de este amorío; el caso es que Dolores cayó en los brazos del seductor en aquella época en que en la que efluvios del Romanticismo flotaban en el ambiente. Vivieron, en gran medida interceptadas por el marido, aquellas relaciones adulterinas, como igualmente "disfrutaron" de su pasión otra pareja del del Romanticismo: Espronceda, soltero, y Teresa Mancha y Arrayal ,
que también abandonó a su marido, el rico comerciante Gregorio del Bayo, así como al hijo de ambos. Teresa y Espronceda vivieron en Madrid, calle de la Cruz, mas ella no le resultó muy dulce, que digamos, abandonándole; la recuperó en Valladolid, la trae a Madrid, y nuevamente le abandona, dejándole la hija que con él tuvo como antes había hecho con su marido y el hijo de ambos- La hija de Espronceda con Teresa se llamó Blanca y se casó con Narciso de la Escosura
Pero Dolores tuvo mejor fin que Teresa, aunque ésta haya quedado inmortalizada en en lo trenos sublimes del 'Canto a Teresa'. Las lágrimas de Espronceda, su pesar, es únicamente para la composición, pues fue enterrada de limosna ante la indiferencia de él.
Se arrepintió Dolores
Mariano José de Larra y Dolores Armijo |
Nacimiento de José Zorrilla y Moral como poeta.
Hubo discursos y lectura de versos, y cuando se daba por terminada la ceremonia un joven desconocido se dispone a leer unas cuartilla efectuándolo como un gran rapsoda con lo que enalteció su composición, disimulando ripios, y gana el elogio de los concurrentes; en ese momento fue catapultado al mundo de los poetas, se corre la voz de que está recién llegado de Valladolid, y se llama José Zorrilla. Un día escribirá: 'Nací como una planta maldecida, al pie del sepulcro de un malvado'. Se titula la composición: 'A la memoria desgraciada del joven literato Don Mariano José de Larra'. Empieza:
Ese vago clamor que rasga el viento / Es la voz funeral de una campana / Vano remedo de postrer lamento / De un cadáver sombrío y macilento / Que en sucio polvo dormirá mañana.
Y termina:
Poeta, si en el no ser / Hay un recuerdo de ayer, / Una vida como aquí / Detrás de ese firmamento ... / Consagrarme un pensamiento / Como el que tengo por ti'.
En esta composición s e halla el conocido cuarteto:
'Que el poeta en su misión, / sobre la tierra que habita / Es una planta maldita / Con fruto de bendición'.
De la descendencia de Larra.
Josefa Wetoret Velasco y Mariano José de Larra Sánchez de Castro tuvieron dos hijas y un hijo: Luís Mariano, Adela y Baldomera. Adela fue amante de Amadeo de Saboya; Baldomera contrajo matrimonio con Carlos de Montemar, médico del monarca. Se dedicó a la banca y fue una estafadora; condenada a prisión, murió en Argentina. Luís Mariano fue escritor, dramaturgo y poeta. Pintado por Gutiérrez de la Vega, Museo romántico.
El Carnaval bajo el punto de vista religioso.
Cada uno ama según es. -Ortega y Gasset, ap. 'Estudios sobre el amor'-.
Yo sé que Dolores Armijo aprendió bien aquel Miércoles de Ceniza la dramática lección que este día nos da la Iglesia: 'Polvo eres y en polvo te convertirás' -lección es también que nos aplica ceniza de las palmas y olivos bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior , y estas palmas símbolo de gloria-, que la vida tiene más de penitente Cuaresma que de orgía carnavalesca. Durante el resto de su existencia tuvo que resonarle el eco de la detonación del pistoletazo con que Larra truncó su vida a la edad de 28 años, y que ella oyó mientras bajaba la escalera sin retroceder, piadosa al que algún afecto hubo de tener, para no verse involucrada en más locura. pensaba ahora que ante todo su matrimonio. Así terminó en este caso la llamada de la carne, tercer enemigo del alma, que, con sus innúmeras variantes, tantos estragos causas y a lo que no es ajeno el carnaval.
Y esto a pesar de que la palabra carnaval significa etimológicamente "despedida de la carne", entre alguna otra etimología que se aduce. Nadie que esté documentado sobre esta fiesta, puede creer que sea la propicia para despedirse del erotismo, ni siquiera de carnaval a carnaval, , cuando más hay cierta despedida durante la Cuaresma. El mundo, el demonio y la carne están ahí, inmóviles, ellos no se van, nos vamos nosotros Mientras vivimos, el sexo tiene mucho poder, la humanidad siempre se ha sentido atraída por el materialista hedonismo que Aristipo de Cirene, discípulo de Sócrates, proclama haciendo consistir el fin del hombre en los goces materiales y en la libertad de las ideas. ¡Con que facilidad adaptamos éstas a la ley de nuestra libertad sin ley, a nuestro libertinaje!
La llamada de la carne, con su fuerza imperiosa, nos ha impelido a veces, disfrazados casi siempre, a transgredir normas, cuando no leyes, divinas y humanas. Sí, como dice Antonio Gala, <somos sexo y muy poquitas cosas más>, seamos amor, capaces de sentirle El amor humano entre hombre y mujer si se cifra en mero erotismo no es verdadero y tiene mucho de miserable, es proclive a la desgracia. Larra, quebrantando el precepto divino, deseó, y la obtuvo, la mujer de su prójimo, No es, en cierto modo, el carrvaval abandono de la carne, que no, que no.
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